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Por ejemplo, no lo mismo juzgar como conducta antisocial un atraco, que una pintada
en una pared, que una manifestación en contra de alguna ley o situación injusta. Sin
embargo todas ellas están orientadas a alterar el orden establecido.
Aunque no se conocen las causas exactas por las que una persona puede desarrollar
una conducta antisocial, existen una serie de factores de riesgo que pueden aumentar
la probabilidad de desarrollar una conducta antisocial.
1. Factores individuales
2. Factores familiares
El ambiente familiar así como los estilos de crianza son esenciales a la hora de
favorecer la aparición o desarrollo de conductas antisociales. Experiencias como la
separación de los padres, los cambios de hogar o vivencias de situaciones más
extremas de abuso o violencia doméstica pueden resultar desencadenantes para
estas conductas.
3. Factores ambientales
Diagnósticos asociados
Aunque estas conductas no tienen porqué darse como consecuencia o en asociación
con alguna patología psicológica o trastorno. Existen una serie de diagnósticos en los
que aparecen este tipo de conductas de manera reiterada.
Según los criterios del Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales
(DSM-IV), el trastorno antisocial de la personalidad se define por la aparición de un
patrón de conducta que
revela un desprecio general de las normas y los derechos de los demás.
Para que pueda realizarse dicho diagnóstico, la persona debe de tener más de 18
años, de lo contrario se considera como trastorno disocial de la personalidad.
En este segundo caso, los comportamientos son prácticamente iguales que los del
trastorno antisocial de la personalidad, pero con la diferencia de que se manifiestan en
una edad más temprana, concretamente en la etapa infantil o durante la adolescencia.
Delincuencia juvenil
La delincuencia juvenil comprende los delitos que cometen los menores de edad. En
nuestro país se consideran delincuentes juveniles aquellos adolescentes entre los 14 y
los 18 años que cometen delitos.
Delincuencia juvenil: ¿qué tipos hay?
Para entender el fenómeno de la delincuencia juvenil, hay que comprender que no
todos son iguales. Hay diferentes tipos en función de la duración de estos
comportamientos. Concretamente, encontramos tres:
• Conductas de delincuencia ocasionales. Como su nombre indica, son
comportamientos que tienen lugar de forma ocasional. Suelen ocurrir cuando el
joven se ve obligado a acostumbrarse a un estilo de vida que no le es familiar.
• Conductas de transición. Este tipo de delincuencia engloba comportamientos
más severos y prolongados en el tiempo. Habitualmente son respuestas a
cambios en la escuela o en la familia.
• Conductas de condición. Estas están asociadas a aquellos jóvenes que
mantienen los comportamientos delictivos y antisociales. Esto afecta de forma
más grave a su estilo de vida, lo que conlleva el desarrollo de lo que se conoce
como “carrera delictiva”
•
Causas de la delincuencia juvenil
Hay muchas causas que influyen en la delincuencia juvenil, las cuales se dividen en
varias teorías. Te las contamos a continuación:
Teorías psicobiológicas
Según estas teorías, el origen de la delincuencia juvenil se encuentra en los genes, los
cuales tienen componentes psicobiológicos y psicofisiológicos. Algunos ejemplos
podrían ser el exceso de agresividad o las anomalías genéticas
Teorías psicomorales
Estas teorías sostienen que los factores psicológicos, sociológicos o morales son los
que causan que el individuo presente conductas delictivas. También pueden influir
factores como el egocentrismo, la agresividad o la indiferencia afectiva, por poner
algunos ejemplos.
Teorías psicosociales
Teorías radicales
Los profesionales que apoyan esta teoría conciben la delincuencia como una etiqueta
que se impone socialmente a aquellas clases más bajas y con menos capacidad
económica. Así, y según estas teorías, la delincuencia juvenil sería algo más parecido
a una concepción artificial que a un fenómeno real.
Sin duda alguna, hay una gran cantidad de elementos que pueden causar que un joven
realice actos delictivos. Estudiarlos y comprenderlos es una ardua tarea que lleva
décadas llevándose a cabo. Asimismo, las consecuencias que tiene la delincuencia
juvenil tanto a nivel social, como personal o jurídico pueden llegar a ser graves y
prolongadas en el tiempo.