La enfermedad por coronavirus (COVID-19) es una enfermedad infecciosa
causada por el virus SARS-CoV-2.
La mayoría de las personas infectadas por el virus experimentará n una
enfermedad respiratoria de leve a moderada y se recuperará n sin requerir un tratamiento especial. Sin embargo, algunas enfermará n gravemente y requerirá n atenció n médica. Las personas mayores y las que padecen enfermedades subyacentes, como enfermedades cardiovasculares, diabetes, enfermedades respiratorias cró nicas o cá ncer, tienen má s probabilidades de desarrollar una enfermedad grave. Cualquier persona, de cualquier edad, puede contraer la COVID-19 y enfermar gravemente o morir.
El 31 de diciembre de 2019 las Autoridades de la Repú blica Popular
China, comunicaron a la OMS varios casos de neumonía de etiología desconocida en Wuhan, una ciudad situada en la provincia china de Hubei. Una semana má s tarde confirmaron que se trataba de un nuevo coronavirus que ha sido denominado SARS-CoV-2. Al igual que otros de la familia de los coronavirus, este virus causa diversas manifestaciones clínicas englobadas bajo el término COVID-19, que incluyen cuadros respiratorios que varían desde el resfriado comú n hasta cuadros de neumonía grave con síndrome de distrés respiratorio, shock séptico y fallo multiorgá nico. La mayoría de los casos de COVID-19 notificados hasta el momento debutan con cuadros leves.
Los casos de COVID-19 pueden presentar cuadros leves, moderados o
graves, incluyendo neumonía, síndrome de distrés respiratorio agudo (SDRA), sepsis y shock séptico. Si se tratara de una enfermedad no complicada o con sintomatología leve, se indicará a las personas la realizació n de aislamiento domiciliario. El aislamiento se mantendrá hasta transcurridos 10 días desde el inicio de los síntomas, siempre que el cuadro clínico se haya resuelto. El seguimiento será supervisado por su médico de atenció n primaria o de la forma establecida en cada comunidad autó noma.
El Coronavirus SARS-CoV-2 produce la enfermedad COVID-19, cuya
manifestació n má s grave y potencialmente letal es la neumonía.
Los coronavirus son una familia de virus que pueden causar
enfermedades como el resfriado comú n, el síndrome respiratorio agudo grave (SARS, por sus siglas en inglés) y el síndrome respiratorio de Oriente Medio (MERS, por sus siglas en inglés). En 2019 se identificó un nuevo coronavirus como la causa del brote de una enfermedad que se originó en China.
PRESENTACIÓN CLÍNICA
El virus SARS-CoV-2, produce la enfermedad COVID-19, cuya
manifestació n má s grave es la neumonía que se manifiesta por fiebre, tos, disnea y opacidades pulmonares bilaterales en la radiología de tó rax. En un estudio con má s de 70.000 casos la enfermedad fue leve en 81% (con neumonía leve o sin ella), moderada en 14% (neumonía con hipoxemia) o grave en 5% (insuficiencia respiratoria que requiere ventilació n mecá nica, shock o falla multiorgá nica). La letalidad general fue de 2,3%, y de 49% entre los casos graves1.
El virus SARS-CoV-2 se transmite de persona a persona, a través de
gotitas respiratorias que se producen cuando el paciente tose, estornuda o habla. Estas gotitas parecen no viajar má s de dos metros. También puede haber contagio al tocar superficies contaminadas y pasarse las manos por boca, nariz u ojos2. Existen reportes recientes de contagio por virus que se mantienen en el aire en suspensió n, por minutos u horas, en espacios mal ventilados. Esta vía se denomina transmisió n aérea, y dificulta má s el control de la enfermedad.
Factores de riesgo:
Las comorbilidades má s frecuentes entre 5.700 pacientes hospitalizados
en Nueva York fueron hipertensió n (57%), obesidad (42%) y diabetes 34%)4. La obesidad es un factor de riesgo para intubació n o muerte en menores de 65 añ os. Otras publicaciones confirman que la obesidad es un factor de riesgo de mortalidad, incluso al ajustarla por comorbilidades asociadas a obesidad. El riesgo relativo fue de 2,7 para índice de masa corporal de 40 a 45 y de 4,2 para mayor de 45.
PRUEBAS DIAGNÓSTICAS PARA EL COVID-19:
Hay dos tipos principales de pruebas que pueden confirmar si está
infectado con el SARS-CoV-2, el virus que causa la COVID-19. Las pruebas moleculares, como la reacció n en cadena de la polimerasa (PCR), son las pruebas má s precisas para diagnosticar la infecció n por SARS-CoV-2. Las pruebas moleculares detectan el virus en la muestra mediante la amplificació n del material genético viral a niveles detectables. Las pruebas rá pidas de antígenos (también llamadas pruebas de diagnó stico rá pido o PDR) detectan proteínas virales (conocidas como antígenos). Las PDR son una opció n má s simple y rá pida que las pruebas moleculares y está n disponibles para su utilizació n por operadores capacitados o por la persona objeto de la prueba (a veces llamada prueba autoadministrada). Las pruebas funcionan mejor cuando hay má s virus circulando en la comunidad y cuando se toman muestras de una persona en el periodo en que el virus es má s infeccioso, generalmente en los primeros 5 a 7 días posteriores a la aparició n de los síntomas. Las muestras para ambos tipos de pruebas se recogen de la nariz y/o garganta con un hisopo.
Tanto el aislamiento como la cuarentena son métodos para
prevenir la propagación de la COVID-19.
La cuarentena se aplica a ciertas personas que son contacto de alguien
infectado con el SARS-CoV-2, el virus causante de la COVID-19, independientemente de que la persona infectada tenga síntomas o no. La cuarentena supone que la persona permanece separada de las demá s porque ha estado expuesta al virus y puede estar infectada; la cuarentena puede tener lugar en una instalació n designada o en casa. Con respecto a la COVID-19, esto significa permanecer varios días en la instalació n o en casa. El aislamiento se aplica a personas que tienen síntomas de COVID-19 o cuyas pruebas han arrojado un resultado positivo para el virus. Estar aislado significa estar separado de otras personas, preferentemente en un centro médico donde usted pueda recibir atenció n clínica. Si el aislamiento en un centro médico no es posible y usted no pertenece a un grupo de alto riesgo de contraer una enfermedad grave, el aislamiento puede tener lugar en el hogar. Si usted tiene síntomas debe permanecer aislado por lo menos 10 días. Si está infectado y no desarrolla síntomas permanecerá aislado durante 5 días a contar del momento en que se confirme el resultado positivo. Usted puede recibir el alta del aislamiento antes, si su prueba rá pida de detecció n de antígenos arroja un resultado negativo.
El tiempo medio desde la exposición a la COVID-19 hasta el
momento en que comienzan a manifestarse los síntomas es de 5 a 6 días, pero puede variar entre 1 y 14 días. Por este motivo se aconseja a las personas que han estado expuestas al virus, que permanezcan en casa y se mantengan alejadas de los demás, a fin de evitar la propagación del virus.
B. DETECCIÓN DE CASOS DE INFECCIÓN ACTIVA POR SARS-CoV-2 1.
Detección y definición de casos sospechosos
Se define como caso sospechoso, cualquier persona con un cuadro clínico
de infecció n respiratoria aguda de aparició n sú bita de cualquier gravedad que cursa, entre otros, con fiebre, tos o disnea. Otros síntomas como la odinofagia, anosmia, ageusia, dolor muscular, diarrea, dolor torá cico o cefalea, entre otros, pueden ser considerados también síntomas de sospecha de infecció n por SARS-CoV-2 segú n criterio clínico. A toda persona con sospecha de infecció n se le realizará una prueba diagnó stica de infecció n activa (PDIA) por SARS-CoV-2 1 en las primeras 24 horas (Ver apartado 2 para una descripció n de las PDIAs disponibles actualmente). Si la PDIA resulta negativa y hay alta sospecha clínico- epidemioló gica de COVID-19 se recomienda repetir la prueba. Si inicialmente se realizó una prueba rá pida de detecció n de antígeno, se realizará una PCR. Si inicialmente se realizó una PCR, se repetirá la PCR a las 48 horas. En casos sintomá ticos en los que la PDIA salga repetidamente negativa y exista una alta sospecha clínico-epidemioló gica, se podrá valorar la realizació n de test seroló gicos de alto rendimiento (ELISA, CLIA u otras técnicas de inmunoensayo de alto rendimiento) capaz de diferenciar entre respuesta inmune por infecció n natural o por vacunació n para orientar el diagnó stico.