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Para poder mejorar la economía colombiana hay que dedicar mayores esfuerzos a

reducir la pobreza, sin dejar a un lado la lucha contra la desigualdad. Sobre todo
porque muchos países como Canadá, China, Estados Unidos, Rusia y algunos de
Europa han demostrado que a pesar de que han mantenido una economía sólida y
que la pobreza se redujo hasta los más bajos porcentajes la desigualdad siguió
existiendo. Aunque también el desarrollo económico en estos países que se
tradujo en la disminución de la pobreza, a la par, hizo que la desigualdad entre
ricos y pobres dejara de ser tan abismal como en los países latinoamericanos y de
la África subsahariana. Por esa razón, es más factible reducir la pobreza que
desde la óptica de países exitosos trae como efecto secundario una disminución
de la desigualdad.

Adicionalmente, cabe resaltar un precedente importante. Con la adhesión de


Colombia a la OCDE en el 2018, eso va a tener un impacto en el manejo de las
políticas del Estado y un enfoque regional ya más aterrizado. En los pilares se
encuentra la inclusión social y el aumento de la productividad, por lo cual, esto
repercute en el mejoramiento económico ya que busca que los sectores más
pobres o marginados sean integrados en el proceso económico; de otro lado hará
que Colombia sea un país con una productividad más independiente, eso quiere
decir que ya no tenga que depender tanto del capital extranjero para generar
producción. Eso constituiría una producción más regional y local, que lograría
incluir más sectores de la economía propia del país, por consecuencia, más
empleo para los colombianos. No quiere decir por supuesto que el empleo reduzca
la pobreza del todo o sea la única manera, pero por lo menos sienta unas mejoras
en la calidad de vida. Por ejemplo, de acuerdo con la Organización Internacional
del Trabajo (2018), el 8.8% de los empleados en el mundo son pobres.

Otro hecho que también indica que es mucho más eficaz atacar la pobreza son los
Objetivos del Desarrollo Sostenible u ODS. Estos objetivos fueron formalizados
por el Conpes 3918 en el 2018 y supone no solamente para Colombia, sino para
todos lo países firmantes una agenda universal que busca entre otras cosas
ponerle fin a la pobreza y mejorar las condiciones de vida, de hecho es el primero
de los diecisiete objetivos. Mas o menos esto viene siendo un proceso vertical,
porque la reducción de la pobreza sería un fenómeno principal para atacar porque
tiene efecto en el resto de los objetivos.

Otra cosa importante para resaltar es que la pobreza se manifiesta de muchas


maneras ya que es la carencia o ausencia de algún bien al que todas las personas
deberían poder acceder (monetaria, por desigualdad de género, por discriminación
cultural, precariedad, etc.). Así que la pobreza puede ser atacada de diferentes
maneras. Mientras que la desigualdad de la que se habla aquí es la económica,
que no es más que una diferencia entre la distribución de bienes y con el actual
modelo económico de libre mercado es muy difícil atacarla ya que muchas de las
personas ricas se dedican a la acumulación del capital, y en ese sentido el Estado
no puede simplemente quitarles lo obtenido porque no es su papel como actor
para la redistribución.

Contrario a la pobreza, el Estado puede atacarla directamente, ya que tiene una


medición directa que involucra el número de personas que requieren una
asistencia por su condición de pobreza, y en esto, de acuerdo con el Estado social
de derecho, el gobierno tiene una línea más visible para dedicar políticas
orientadas a aliviar o evitar la pobreza. Y la desigualdad seguirá siendo un factor
presente pero puede tener una menor diferencia, ya que una personas o familia
que no es pobre no necesariamente es rica, pero eso no hace referencia a que
sea un problema tan agudo o crónico. A pesar de eso, no se puede opinar como
algunos creen, que la desigualdad es un factor natural y normal en los países; ni
es normal, ni es natural porque la desigualdad también refiere un acceso, control y
posesión de los recursos económicos y los diferentes bienes, y esto siempre
significará una distancia entre el más rico y el más pobre, por lo tanto una falta de
equilibrio.

Por último, la visión que se tenga sobre la relación o no de la desigualdad y la


pobreza, y cuál debería ser principalmente el foco de atención está relacionado
con el enfoque cuántico que se use. Teniendo en cuenta el papel del Estado, su
condición por ser uno social de derecho y frente a muchas condiciones de vidas
crónicas presentes en el país es mejor que los esfuerzos de mejorar la economía
sean estrechos a la reducción de la pobreza que puede tener resultados más
inmediatos en la calidad de vida. La desigualdad puede tardar aún más, pero
puede ser trasversal al proceso de disminución de la pobreza.

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