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CTMA.

ANÁLISIS DE UN ARTÍCULO DE OPINIÓN

A continuación, se recoge un extracto de un artículo de opinión.

Leelo un par de veces, subrayando en la segunda lectura los conceptos o ideas mas
importantes del texto. Después sintetiza esas ideas en un resumen sobre contenido del
artículo de opinión. Por último haz una valoración sobre el mismo expresando tu opinión
personal sobre el tema en cuestión.

“El nuevo ambientalismo del privilegio que excluye a los más débiles funciona como una
versión postcovid de las interpretaciones más oscuras de las teorías de la selección natural
de Darwin” .
MADRID
22/08/2020 Publico.es
MILA GARCÍA NOGALES

Durante los primeros meses de confinamiento por la covid-19, las emisiones globales
descendieron a niveles históricos. La actividad humana se paralizó y, por tanto, el planeta
entero se regeneró. El suelo, el agua y el aire parecían más limpios. Los animales libres y las
plantas recuperaron los espacios que les habíamos arrebatado (¡si hasta vimos delfines y
cisnes nadando en los canales de Venecia!) En definitiva, la Madre Naturaleza empezó a sanar.
Porque estaba enferma. Y por nuestra culpa. La Humanidad era el virus.

Si has llegado hasta el final del párrafo anterior sin sentir ningún atisbo de indignación en las
tripas, ten cuidado: corres el riesgo de caer en el ecofascismo. No la ves, pero hora mismo
detrás de ti hay una ideología totalitaria disfrazada de amor por el medioambiente. Y, cuando
menos te lo esperes, te empujará. ¿La buena noticia? Que todavía estás a tiempo de salvarte.

Para ello, primero has de preguntarte quiénes son las personas que mayoritariamente sufren
los efectos del coronavirus. Una pista: sus nombres no aparecen en la lista de las empresas y
gobiernos que más contaminan. Su ausencia no librará a la Tierra del colapso.
Como si de una muñeca rusa se tratase, la metáfora del sometimiento del sur mundial
(entendiendo sur mundial no solo como lugar físico) opera de fuera hacia dentro, aprisionando
desde lo colectivo a lo individual, yendo de los continentes a los estados, de los estados a los
territorios, de los territorios a las clases sociales, de las clases sociales a las identidades de
género o raza, de las identidades de género o raza a la capacitación y a la edad y, de la
capacitación y la edad, a las circunstancias personales, que no son sino una manifestación
liberal de todo lo anterior. Superemos ya la falacia de que "el coronavirus no discrimina" y
centrémonos en el hecho de que siempre pagan los mismos. En que, hayas nacido en un país
rico o en un país pobre, la diferencia entre vivir o morir de covid-19 no la marca la suerte: la
marca la brújula que guía el rumbo del mundo desde que, allá por el siglo XV, Europa saqueó
América, masacró a sus habitantes y decidió que la aguja siempre apuntase hacia el
capitalismo.

Para Jamie Margolin, fundadora del colectivo por el clima This is Zero Hour, "el objetivo del
ecologismo es la justicia climática y esto tiene que ver con los derechos humanos, por lo tanto,
está directamente relacionado con el hecho de que el coronavirus esté cebándose
especialmente con los más pobres. Me parece que se cae en un cinismo peligroso si el
ecologismo nos lleva a pensar: Bien, dejemos morir a las personas porque eso hará feliz al
planeta. Es un planteamiento que no tiene sentido. El problema principal para el ecologismo
es el capitalismo, el actual modelo industrial, las desigualdades y la injusticia social. No se
puede celebrar que la pandemia nos haya confinado y que está muriendo gente porque es
bueno para el planeta, no se puede celebrar el sufrimiento humano de ningún modo, eso es
ecofascismo."

Ecofascismo también es que demonices las mascarillas desechables, los guantes de goma, las
toallitas desinfectantes o cualquier otro material sanitario de un solo uso que ayude a
combatir el coronavirus solo porque tú, desde tu privilegio, tengas la opción de elegir
productos más sustentables. Para millones de personas de escasos recursos, sin acceso a agua
corriente, o que para subsistir necesitan desempeñar un trabajo precario donde las
posibilidades de contagiarse se multiplican, no hay elección.
La verdadera conciencia ecológica nace cuando se pone a la justicia climática en el centro y se
valora y defiende la vida de todos los seres, no solo la de unos pocos: se trata de luchar por un
desarrollo colectivo y sostenible, de conectar lo medioambiental con lo social, de combatir,
desde el antifascismo, la opresión a la que la plutocracia somete a la Tierra y a sus habitantes.
De recobrar eso que llamamos humanidad. Pero, sobre todo, se trata de destruir el
capitalismo. Porque el capitalismo es el virus.

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