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Ahora mismo hay más chumbeques, tragamonedas, en Chile, que cóndores, monitos del monte

y pudúes. Vivimos las últimas dos centurias de la Edad Oscura, la recta final. Ghora significa
oscuridad, la oscuridad de la ignorancia. Aghora significa luz, la auscencia de oscuridad. Los aghori
creen que hay tres karmas negativos de los que es imposible librarse en una sola vida: matar a tu gurú,
violar y apostar. En qué densidades ha caído el alma cuando encontramos por lo menos diez máquinas
tragamonedas en cada población. El iluminismo masón y sus rituales con espaditas, la Logia Lautaro o
Los Caballeros Racionales resolviendo en francés el futuro y a la última moda de París, nos quisieron
hacer creer, y cayeron presos de su propio embrujo, que habíamos dejado atrás la Edad Oscura, las
superticiones medievales o indígenas, y que el Siglo de las Luces llegó bailando cha cha chá. Lo cierto
es que esto se pone cada vez más negro y apostar y los chumbeques son sólo el perfil más grosero del
entuerto.
Como hombres de conocimiento combatimos la ignorancia. Para los tántricos por ejemplo se
trata de disipar la ignorancia y no el pecado. Pero el conocimiento, opuesto a la ignorancia, al que nos
referimos no se trata de saber quién fue Aristipo de Cirene o cuantas estrellitas tiene la bandera de
Estados Unidos. Se trata de saber qué está sucediendo aquí y ahora. Estar presentes en la situación. La
verdad es algo que se siente. Y cuando la gente toma yogurt de pajaritos porque los probióticos le hacen
bien o compra té por sus flavonoides o culpa de sus enfermedades a un virus, es de supertición de lo
que estamos hablando. A cuánta vieja moralista hemos escuchado decir que las drogas matan neuronas
mientras se toman un sorbo de Coca Cola. Y sabrá la vieja lo que es una neurona. Y con vieja moralista
me refiero también a los jóvenes con piercings que lo son. ¿Y alguien me puede explicar qué mierda es
una droga más allá de los prejuicios morales sobre ciertas sustancias? ¿Qué tienen en común todas
aquellas sustancias denominadas así? En estos términos el iluminismo y su ciencia, no han hecho más
que propagar la ignorancia.
Volvamos a los chumbeques, el perfil más grosero del entuerto ¿Cuál es la relación de los
chumbeques tragamonedas, con las drogas y la ciencia? Bueno, ya que estamos en la recta final de la
Edad Oscura me tomaré la licencia de hablar en su lenguaje oscuro y oscurecer un poco más las cosas.
Y el que tenga oídos para oir que oiga. Dopamina. Somos adictos a la dopamina. Esto me lo hizo ver el
Sr. Sicoplasma. La dopamina es la hormona asociada a los mecanismos de recompensa del cerebro,
nuestra autoindulgencia mental. ¿No sientes la imperiosa necesidad de chequear tu perfil social en
alguna red social? ¿No ven una imágen de nuestra civilización similar a la de un gran salón recreativo
en el que un montón de monos descerebrados no hace otra cosa más que saltar de la máquina
tragamonedas a la máquina de la Coca Cola, mientras que todas las monedas que echan las gasta otro
montón de monos descerebrados apretando también botoncitos de otras máquinas recreativas del tipo
arsenales nucleares apuntando a otro puñado de monos descerebrados haciendo lo mismo?
En términos ignorantes, la dopamina es el alimento del ego que nos parasita. Como dijo el
antisiquiatra David Cooper, es hora de matar de hambre a nuestro cerdo. En términos ignorantes,
liberarse de adicciones es la droga más poderosa que existe sobre la Tierra.

25 de julio de 2013 e.C. programa radial “Chile es un fundo” de Radio Crimen

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