Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Material de apoyo
El viaje del Héroe
El Loco
El héroe comienza el viaje como “El Loco”, con un tono simple, protegido
por sus instintos (perro). La meta de la primer parte del viaje es el
autoconocimiento. En su hatillo (bolsa del conocimiento no usado aún)
lleva todo lo que necesita para el viaje. Sus conocimientos jamás le
bloquean u obstruyen. Personifica al niño que todos llevamos dentro.
Actitud abierta y libre. Esta carta es llamada “la mente en busca del
conocimiento” por Waite.
El Mago
Es el protagonista
La Sacerdotisa
Representa el Universo, las fuerzas operativas que se generan,
experiencias.
La Emperatriz
Es la facultad imaginativa. Lo va a dotar al Mago de una tarea que realizar,
los cambios en su entorno y en si mismo.
El Emperador
Es la facultad de raciocinio, qué leyes le impedirán o posibilitarán el logro
de sus deseos. Estrategia de acción.
El Papa
Intuición, le sopla cosas al oido, es su código moral
Los Enamorados
Facultad discriminativa, elección. Deberá escoger entre varias
posibilidades para tomar el camino correcto.
El Carro
Poder volitivo. Luego de todo el proceso anterior ha de utilizar su
voluntad, su fuerza interna para no rendirse y conseguir lo propuesto.
La Fuerza
El Mago observa y quiere poseer el mundo, dominarlo, conseguirlo, quiere
expresarse como fuerza y poder
El Ermitaño
Más poderosa que la fuerza es la sabiduría
La Rueda de la Fortuna
Percibe lo transitorio y cambiante de la vida
La Justicia
Equilibra los mundos interno y externo
El Colgado
Entonces se vuelve hacia adentro, da una vuelta de 180º en sus
conceptos y ambiciones. Lo que antes buscaba fuera, ahora lo busca
dentro de si.
La Muerte
Decide morir a ese mundo físico que consideró tan real y lo engañó y así
pone en orden su yo interno.
La Templanza
Decide aceptar toda prueba y situación que la vida universal anida, su
propósito será el encuentro de la verdad.
El Diablo
Se enfrenta con el guardián del Umbral, hasta entender que el diablo no
era sino su incomprensión hacia las cosas de Dios, consecuencias de sus
miedos y de su ignorancia.
La Torre
La torre de la personalidad se derrumba, la idea del “yo” se extingue.
La Estrella
Aparece la percepción de la perfecta armonía del Universo de la que él
no solo forma parte sino que es su razón de ser.
La Luna
Comprende que la materia y todo cuanto existe en el Universo es mental,
que su cuerpo son ideas cristalizadas al igual que los mundos son las
ideas cristalizadas y objetivadas de la mente del loco de la que forma
parte.
El Sol
Se encuentra con el Sol, con su yo interno, sus raíces, descubre que es el
amor cristalizado, que todo es inteligencia y amor pero la inteligencia es
una inferior manifestación del amor.
El Juicio
Trasciende todo lo mental, tanto personal como cósmico, descubre la
felicidad absoluta en su fusión directa con Dios.
El Mundo
Entonces se funde con él y es él.
Tarot y Astrología
ARCANOS ASTROLOGÍA
EL REINO
El Árbol de la Vida es el símbolo que compendia todo el conocimiento
primigenio de los antiguos hebreos, que dio origen a la forma de
pensamiento judeocristiana, a partir de una interacción proveniente de
diversos centros energéticos simbolizados con letras y números. Los
antiguos maestros lo enseñaban a sus discípulos en el desierto del
Sinaí, imprimiendo sus dedos sobre las arenas tibias y diseñando así
este árbol sagrado que consta, en total de diez centros de energía
(emanaciones), interrelacionados entre sí y provenientes de una única
energía: Kether, el Uno, el Todo. Kether proveniente de un vacío
caótico luminoso, denominado Ain (negatividad), que es lo mismo
decir que proviene de una existencia negativa previa, ilimitada. Estos
centros energéticos son bipolares y provienen de una única
emanación primigenia, como y a se ha dicho denominada Kether, que
significa “corona” y que se corresponde con el número 1, es decir que
todas las energías posteriores provienen de un origen único que
representa también al Padre. Esta energía primigenia se escinde a sí
misma y se refleja en Chockmah, que significa “Sabiduría” y está
representada por el número 2 (dualidad). En el momento de la escisión
del Uno en el Dos surge una nueva energía proveniente del acto
mismo de separación. Esta nueva energía se denomina Binah, que
significa “Entendimiento” y por tratarse de una energía básicamente
pasiva y femenina, representa a la Madre, como inteligencia creadora,
capaz de generar formas. Estas tres energías conforman un triángulo
inseparable (que los cristianos denominan Misterio de la Santísima
Trinidad) capaz de llevar a cabo la Creación, y que constituye el origen
y el desarrollo, el ciclo completo, de todo acontecimiento humano o
divino, emocional, espiritual, laboral, económico, etc. Desde el punto de
vista de la geometría sagrada de los antiguos egipcios, el triángulo
también era un símbolo de creación, en tanto y en cuanto, éste fuera
perfecto (equilátero). Por el contrario, si los lados del triángulo no
fueran iguales, se producirían diferencias en la tensión y sería el origen
de situaciones problemáticas. Para tener en cuenta la enorme
importancia que reviste esta figura sagrada, observaremos el
triángulo desde el punto de vista de los orígenes triangulares del ser
humano: su madre, su padre y él mismo.
Si ese triángulo relacional no fuera equidistante, aparecerían
diferentes situaciones psicológicas complejas, generadas por la
diferencia en la intensidad de la tensión y producidas como
consecuencia de las diferencia entre las interrelaciones entre los
componentes. Como el triángulo posee un tipo de energía
electromagnética, quienes han sufrido una alteración en los lados
internos de la relación triangular primigenia, familiar, terminan por
atraer hacia sí mismos relaciones triangulares que recrean la misma
complejidad. Una vez resuelta la situación generada por el triángulo
conflictivo (técnicas de individuación), éste se transforma
instantáneamente en creación, generalmente artística. Volviendo a la
Kabbalah, de esta trinidad kabbalística surge Chesed, número 4, cuyo
significado es “Misericordia”, y que representa los cuatro elementos de
la naturaleza. A partir de los cuatro elementos, se manifestarán los
siguientes sephirot (nombre hebreo, plural de las “emanaciones
divinas” o centros de energía): Gueburah (Rigor), número 5, Tiphered
(Armonía), número 6; Netzach (Amor), número 7; Hod (Inteligencia),
número 8; Yesod (Fundamento), número 9; y Malkuth (Reino), que se
corresponde con el número 10. Los sephirot son diez en total; los
nueve consecutivos provienen del Uno y son sus reflejos; es decir que
los diez sephirot son los diez estados de ser del Uno, que representa
un aspecto luminoso y otro oscuro —similar al ying y al yang— y se
interconectan entre sí mediante senderos o vías. Estos senderos son
senderos de vida, que cada ser humano elige seguir a lo largo de su
propia vida y dan lugar a la formación de un nuevo y diferente tipo de
energía, propio del enlace entre un centro de energía y otro.
Constituyen, en total 22 senderos, nominados por las 22 letras
“madre” del alfabeto hebreo, y que se corresponden, según Aleister
Crowley, con los 22 arcanos mayores. Las 22 letras hebreas
(traducidas), ubicadas en los 22 senderos del Árbol de la Vida son las
claves que ayudarán a conectar mejor con los arcanos mayores del
tarot. El principio filosófico de la Kabbalah plantea que todo lo
manifiesto proviene de una existencia anterior a su manifestación en
planos invisibles, pertenecientes a la nada. Estos planos no visibles
pertenecen al ámbito de la luz y el sonido primordial.
La concentración-contracción de esos planos ejerce una determinada
presión, que dará origen a la primera manifestación: la cristalización de
la luz, al igual que sucede con el universo a partir de la teoría del Big
Bang. Esa primera manifestación denominada Kether luego se
derramará y se reflejará en los demás sephirot, dando origen a todo lo
existente.
LETRA
ARCANO HEBREA TRADUCCION