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No debí seguir la sombra blanca

Había una vez, una niña que andaba vagando por los bosques más profundos
que puedas imaginar, pero no siempre fue así.
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Semanas atrás ella vivía con su familia en una rústica cabaña a las afueras de
la ciudad. Vivía muy tranquilamente hasta que, una noche se encontró con una
presencia no humana, algo así como una sombra blanca sin forma;

ella sintió la necesidad de seguirla dentro del bosque, es como si estuviera


hechizada o algo por el estilo; cuando vio a su alrededor que ya no estaba en la
zona de su hogar, ni volvió a ver esa extraña sombra blanca.
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Volviendo a la actualidad, ella se acostumbró a vivir en el bosque, al entorno
salvaje, consiguiendo comida y provisiones para su supervivencia.
Esa noche ocurrió el mismo acontecimiento, vio pasar la sombra y por más
resistencia que intentó tener, “inevitablemente” la volvió a seguir, llegando al
lugar más sombrío del bosque. Ahí se encontró a una chica apoyada en un
árbol; inmediatamente la niña se asustó (debido a que hace tiempo no veía a
una persona humana), pero al ver que la chica no iba tras ella, la niña se armó
de valor y se le acercó. Al estar con ella, notó algo escrito en el árbol, decía:
“No debí seguir la sombra blanca”.
El texto en el árbol, la niña y la chica continuaban inmóviles, inmóviles por la
eternidad.

Adriana Córdova R.

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