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UNA NUEVA FORMA DE CULTURA QUE SIN DUDA ALGUNA NO LA

ENCONTRARÁN EN TIKTOK.

Por: María Camila Monsalve Martínez

Rubén Darío decía que los libros son la fuerza, el valor, la antorcha del pensamiento
y el manantial del amor. Lo cierto es que no se equivocaba, desde que tengo memoria los
libros han sido parte de mi vida más allá de ser un requisito en el colegio o en la universidad.
Pero, ustedes dirán, esta niñita fresa con todas las características para no tener una neurona
¿ha leído algo en su vida? Bueno, en realidad si he leído mucho, pero no tanto como quisiera.
Lo que si puedo decir que efectivamente he logrado entender que el tener un libro en las
manos es sentir un poquito lo que es la magia.

Todo inicia desde la hermosa sensación de abrir un libro nuevo y percibir su olor
único, tocar con suavidad sus paginas y sumergirse en un mundo lleno de fantasías, de
romances, de personas inteligentes que dicen lo que muchos no se atreven y donde todo es
posible. Es todo un ritual, todo un viaje de sensaciones y pensamientos. Ahora, y me detengo
aquí un momento, espero que no estén pensando y no me vengan a decir que es lo mismo que
leer un PDF, porque eso es pura mierda.

Nunca será lo mismo tener una biblioteca que exponga los libros que te han formado,
que te han enseñado y a los que puedes recurrir en cualquier momento. Una forma de
almacenar la memoria de cómo te convertiste en quién eres a través de aquellos libros, a por
el contrario, tenerlos almacenados en la nube donde ni los vas a voltear a mirar y sin internet
serán inútiles.

Y es que, un griego, de esos que usaban sabanas como ropa, llamado Cicerón dijo
hace muchos años que “un hogar sin libros es como un cuerpo sin alma” y parce, si lo piensan,
es muy cierto. Aunque, claro, no lo crean solo porque yo se los digo, porque no soy la única
loca que piensa asi. Déjenme contarles que hay un peruano llamado Mario Vargas Llosa que
dedicó su vida a la literatura. Mucho desocupado, dirán ustedes. Pero este “desocupado” ganó
un premio nobel de literatura, algo con lo que nosotros solo podemos soñar.

Este man decía que “la literatura crea una fraternidad dentro de la diversidad humana
y eclipsa las fronteras que erigen entre hombres y mujeres la ignorancia, las ideologías, las
religiones, los idiomas y la estupidez” es decir, los libros son para todos, sin importar quién
son, de donde, como, que creen o como hablan ¿recuerdan cuando en el colegio leyeron el
principito o si leyeron alguna vez Harry Potter? Son libros hechos en otros países, en
diferentes idiomas, pero que hoy miles y entre ellos ustedes pueden comprar en cualquier
librería.

Este es el poder de la literatura, que no solo transforma al lector si no al autor, porque


como Descartes decía: “leer un libro enseña más que hablar con su autor, porque el autor, en
el libro, sólo ha puesto sus mejores pensamientos”. Y el hoy cuchito Vargas Llosa lo sabe,
porque el mismo dijo durante el discurso que dio al recibir su nobel “Elogio de la lectura y
la ficción” afirmó con alegría ha podido dedicar buena parte de su vida a esa pasión, vicio y
maravilla que es escribir.

Y es que escribir no es cualquier güevonada, porque si a nosotros nos cuesta redactar


un texto para una clase, ahora imagínese hacer una obra digna de un nobel. Pero saben que
es lo más curioso, que desde muy pequeño él descubrió, dicho por el mismo, que su vocación
era crear historias para escapar de este mundo caótico que le permite convertir el sueño en
vida y la vida en sueño.

Es asi como poco a poco Vargas Llosa fue convirtiéndose en todo un teso para crear
un montón de textos, y créanme que un montón es un montón, porque hasta el momento ha
publicado mas de 20 novelas y 15 ensayos, sin contar cuentos u otros escritos, que locura.
Pero sin duda alguna, hay uno de ellos que hoy cae como anillo al dedo frente a este debate
sobre la importancia de la literatura, y este es: “La civilización del espectáculo”.

En su versión de bolsillo, este ensayo de 225 páginas describe como la ahora nueva
literatura light da al lector la impresión, muy ilusa, de ser culto, revolucionario, moderno, y
de estar a la vanguardia, con un mínimo esfuerzo intelectual. Aplaudiendo el conformismo
desde la autocomplacencia y la autosatisfacción.

Y esto no es algo que nosotros mismos no podamos ver, en el texto narra, como y
porque desde antes de nacer la cultura del entretenimiento y la superficialidad del espectáculo
ya habían llegado a dominar la sociedad actual, dejando de lado la educación y la verdadera
cultura. Claro, debemos recalcar que Vargas Llosa lo lleva un poco al extremo, porque para
él la única forma real de cultura es visitar una exposición de pintura, escuchar un concierto,
adquirir algunas nociones básicas de los conocimientos humanísticos, científicos y
tecnológicos del mundo en que vivimos ¿a lo bien? Tampoco es para tanto y aquí si debo
interrumpir, porque una cosa es que nos enfrentemos a una sociedad conformista con la
mediocridad, pero otra muy diferente es afirmar que para ser culto es necesario usar
esmoquin.

Pero el muy exagerado Vargas Llosa dice que en la civilización del espectáculo “la
política ha experimentado una banalización acaso tan pronunciada como la literatura, el cine
y las artes plásticas, lo que significa que en ella la publicidad y sus eslóganes, lugares
comunes, frivolidades, modas y tics, ocupan casi enteramente el quehacer antes dedicado a
razones, programas, ideas y doctrinas” pero la cosa no es tan asi, porque a pesar de que ciertas
cosas han cambiado, no significa que todo sea peor. O acaso el hecho de que ahora miles de
personas puedan acceder a la literatura, yo no sé él, pero para mí ya es un gran avance, porque
la cultura ya se puede encontrar al alcance de todos, solo hay que querer buscarla. Obvio,
como todo, también hay quienes se aprovechan de esto y más ahora con el ChatGPT para
alimentar su ignorancia, pero eso no significa que estamos condenados a la autodestrucción.
Al final cada quien decide como y para que utilizará estas nuevas herramientas que la
modernidad nos ofrece.

Dejando esto a un lado, y después de todo este debate sobre que es la literatura y su
importancia o como llegar a ser cultos, nos damos cuenta que si algo hemos visto en los dos
textos de Vargas Llosa es que, por una parte, defiende la importancia de la literatura y la
lectura como una manera de enriquecer nuestras vidas y entender el mundo de una manera
más profunda. Y por otro, critica la cultura del espectáculo y la banalización de la cultura
que ha dado lugar a la devaluación de la literatura y otras formas de arte.

Pero sin duda si algo se ha visto afectado por esta civilización de espectáculo es el
periodismo, ya que como el mismo Vargas Llosa dice: “la frontera que tradicionalmente
separaba al periodismo serio del escandaloso y amarillo ha ido perdiendo nitidez, llenándose
de agujeros hasta en muchos casos evaporarse, al extremo de que es difícil en nuestros días
establecer aquella diferencia en los distintos medios de información” Por qué el amarillismo
es lo que vende ¿no? Los medios de comunicación se han encargado de alimentar el morbo
de los espectadores anhelantes de tragedias llenas de sangre y escándalos de famosos, porque
la superficialidad, como él mencionaba, es lo que premia y le gana partida a la información
de valor.

Oigan, y es que ninguno se salva, ni yo. Porque nos hemos amoldado a las redes, a
una nueva adicción llamada TikTok y la más grande de todas, el celular. Porque ahora los
jovenes tal vez no irán a misa como sus abuelos lo hacían, pero “en la fiesta y el concierto
multitudinarios los jóvenes de hoy comulgan, se confiesan, se redimen, se realizan y gozan
de ese modo intenso y elemental que es el olvido de sí mismos” (esto lo dijo Vargas Llosa, a
pesar de ser un cuchito, nota las tendencias jovenes).

En fin, y como dice el dicho, pa’ donde va Vicente va la gente y si hoy un influencer
nos dice que vivir de fiesta es lo mejor y que los libros son lo peor, la sociedad lo aceptará y
normalizará de esta manera. Entonces ¿ustedes que eligen? Ser cuchitos de esmoquin que
van a la ópera, jovenes ignorantes que se conforman con la mediocridad o lograrán luchar
por crear una nueva forma de cultura que sin duda alguna no la encontrarán en TikTok.

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