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RESUMEN

Julián era un niño ejemplar para sus padres: limpio y ordenado, nunca se enfadaba y
obedecía sin rechistar. Pero vivía acosado por los miedos, que le impedían cumplir su
mayor deseo: montar en el tren fantasma del parque de atracciones.
Cuando sube por fin, el vagón se detiene y no tiene más remedio que, junto a Alberto y
su hermana Nena, internarse por el laberinto de túneles. Allí con el guía de un robot se
sumergen por una casa que da miedo, llena de extraños robots y de raras indicaciones de
salida, donde al principio lo recorren todos juntos, pero en momento se quedan solo Julián,
la Nena y el robot y entre más se acercaban a la salida veían muchos fantasmas y
robots y hasta la peor pesadilla de Julián el monstruo de siete bocas, al cual pudo
vencerlo con sólo desear que fuera un ratón y así lo convirtió.
Julián después de todo el recorrido que hizo con sus nuevos amigos, él se dio cuenta que
ya no era el mismo de antes, era más valiente y se sentía mayor al haber cuidado de la
hermana de Alberto en todo el trayecto hasta la salida.

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