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Anita
Anita
Las reglas y los principios son dos conceptos distintos dentro del ámbito normativo.
Aunque ambos son normas, existen diferencias importantes entre ellos. A
continuación, se detallan algunas de las principales diferencias:
- Carácter general vs. Casos particulares: Las reglas son normas que establecen
un mandato específico y preciso que debe ser seguido en todos los casos. Por
otro lado, los principios son normas más generales que proporcionan
directrices o criterios para la toma de decisiones, pero no establecen una
acción específica a seguir en cada caso particular.
- Flexibilidad vs. Rigidez: Las reglas son más rígidas y no permiten excepciones o
adaptaciones, ya que deben ser aplicadas de manera uniforme en todos los
casos. En cambio, los principios son más flexibles y pueden ser ponderados o
equilibrados en función de las circunstancias específicas de cada caso.
- Aplicación directa vs. Interpretación: Las reglas son aplicadas de manera
directa y no requieren una interpretación extensa. Por el contrario, los
principios suelen requerir una interpretación más amplia y pueden ser
sopesados o equilibrados con otros principios en función de las circunstancias.
- Especificidad vs. Abstracción: Las reglas son más específicas y detalladas,
estableciendo acciones concretas que deben ser seguidas. Los principios, en
cambio, son más abstractos y generales, proporcionando criterios o valores que
deben ser considerados en la toma de decisiones.
- Jerarquía normativa: En algunos sistemas jurídicos, los principios pueden tener
un estatus normativo superior a las reglas. Esto significa que, en caso de
conflicto, los principios pueden prevalecer sobre las reglas.
Es importante destacar que estas diferencias pueden variar dependiendo del contexto
y del sistema jurídico en el que se apliquen. Cada sistema puede tener sus propias
características y enfoques en relación con las reglas y los principios.
En el Perú, este principio está consagrado en la Ley N° 27584, Ley que regula el
Proceso Contencioso Administrativo. El objetivo principal de la suplencia de oficio es
evitar que las deficiencias formales o errores procesales perjudiquen el derecho de
defensa de las partes o afecten la resolución justa y equitativa del caso.
El principio de favorecimiento del proceso se refiere a una norma que busca proteger
los derechos de los ciudadanos en el ámbito del proceso contencioso administrativo.
Este principio establece que, en caso de duda o interpretación de las normas
procesales, se debe favorecer al ciudadano y garantizar el acceso a la justicia de
manera efectiva.