Proverbios

Proverbios 30:20 - 31:31

Programa No. 0748

Proverbios 30:20 - 31:31

En el día de hoy, amigo oyente, volvemos a nuestro estudio de este Libro de Proverbios y vamos
a continuar con el capítulo 30. Vamos a ver lo que nos dice el versículo 20, y luego seguiremos
rápidamente avanzando en esta sección. Leamos, pues, este versículo 20, del capítulo 30, de
Proverbios:

20
El proceder de la mujer adúltera es así:

Come, y limpia su boca

Y dice: No he hecho maldad. (Pro. 30:20)

Hemos llegado en el presente a una época cuando esto está ocurriendo en todas partes, donde
hay personas que están viviendo en el pecado y ellos discuten con uno diciendo que no lo están
haciendo. En una oportunidad nació un niño fuera del matrimonio, y los padres le dieron un nombre
que quería decir “pureza”. Indicando que ese niño era puro. Para comenzar, debemos decir que esa
criatura tiene una naturaleza pecaminosa. No interesa si estas personas se han casado media docena
de veces, o cuantas ceremonias hayan tenido. Estamos seguros de una cosa y es que hay muchos que
en el día de hoy que tratan de decir que el adulterio, pues, no es un pecado. Y Dios continúa diciendo
que es pecado y Él no ha cambiado de modo de pensar todavía. Y no va a cambiar tampoco. Dios no
aprendió nada de nuestra generación. Y podemos notar día a día, más y más pecado a nuestro
alrededor. Estamos convencidos que Dios no necesitaba aprender nada de esta generación. Él ya la
conocía muy bien y escribió acerca de nosotros en Su Libro. Y en los versículos 21 y la primera parte
del 22, dice:

21
Por tres cosas se alborota la tierra,

Y la cuarta ella no puede sufrir:

22a
Por el siervo cuando reina; (Pro. 30:21-22a)

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Y esto nos habla de Jeroboam, él era un siervo, y llegó a ser el primer rey en el reino del norte.
Ahora, la segunda parte del versículo 22, dice:

22b
Por el necio cuando se sacia de pan; (Pro. 30:22b)

Esto nos habla del joven rico que construyó graneros más grandes y luego estaba comiendo
comidas especiales con las posesiones que tenía. Pero era una persona necia y estaba “saciado de
pan”. Luego la tercera cosa es mencionada en la primera parte del versículo 23, y dice:

23a
Por la mujer odiada cuando se casa; (Pro. 30:23a)

Podríamos decir mucho sobre esto, pero ya hemos hablado demasiado. Luego, dice:

23b
Y por la sierva cuando hereda a su señora. (Pro. 30:23b)

Ahora, esta segunda parte del versículo 23, se refiere a una señora pobre, muy pobre, que ha
padecido mucho y de pronto llega a ser rica. Y no hay en realidad, persona peor que soportar que una
persona como esta. Y llegamos ahora al zoológico. Vamos a hacer una visita; leamos el versículo 24:

24
Cuatro cosas son de las más pequeñas de la tierra,

Y las mismas son más sabias que los sabios: (Pro. 30:24)

Dios nos está diciendo que podemos aprender del mundo animal. Y hay algunos animales que
son muy interesantes. Los primeros mencionados son muy, pero muy pequeños. En realidad se nos
habla al principio, de la hormiga. Y aquí tenemos dos grupos. En el primero se nos muestra el camino
a Dios para el pecador, en estas pequeñitas. Y en el segundo grupo, vemos el andar de los santos ante
Dios. Notemos ahora lo que dicen los versículos 24 y 25:

24
Cuatro cosas son de las más pequeñas de la tierra,

Y las mismas son más sabias que los sabios:

25
Las hormigas, pueblo no fuerte,

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Y en el verano preparan su comida; (Pro. 30:24. 25)

Y yo creo que usted, amigo oyente, puede observar las actividades de las hormigas en la zona
donde vive, y puede apreciar muy bien lo que nos está diciendo aquí este versículo. Dice:

25
Las hormigas, pueblo no fuerte,

Y en el verano preparan su comida; (Pro. 30:25)

Las hormigas son sabias y nosotros podemos aprender de ellas. Ya habíamos visto algo antes
allá en el capítulo 6, de este mismo Libro de Proverbios, y conviene refrescar la memoria. Veamos los
versículos 6 al 8, dice allá: Ve a la hormiga, oh perezoso, mira sus caminos, y sé sabio; la cual no teniendo
capitán, ni gobernador, ni señor, prepara en el verano su comida, y recoge en el tiempo de la siega su
mantenimiento. Podemos decir de paso que las hormigas recogen y guardan el grano. Eso es lo que
hacen en muchas partes del mundo y también en Palestina. Estamos entonces seguros que usted ha
visto una pequeña hormiga llevar la carga mucho mayor que el tamaño de ella, y llevar el grano para
guardarlo para el invierno.

Usted ha escuchado la expresión de personas que trabajan “como una hormiga”. ¿Qué es lo que
están haciendo? Bueno, recogen y guardan la comida durante el tiempo o la época cálida de la
cosecha. Lo interesante de notar es que la hormiga es un ejemplo para nosotros de sabiduría, en
preparar para el futuro en cuanto a las cosas materiales. Ahora, hay personas que dicen: “Los
creyentes no deberían pensar en seguros de vida, y nada de eso, deberían confiar en el Señor”. Amigo
oyente, creemos que es conveniente que el creyente sea alguien que se aproveche de la jubilación,
que tenga seguros, pueda ahorrar su dinero, pueda comprar una casa. Por supuesto, también tiene
que hacer su testamento para que sus seres queridos no queden sin nada en el futuro. Por supuesto
que uno debe hacer cosas como esas. Si usted no cree en cosas así, puede ir a observar lo que hace la
hormiga. Ha sacado seguro sobre todas estas cosas.

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También tenemos otro mensaje aquí. Hay muchas personas que no hacen ningún arreglo para
después de la muerte, o algunos van a la funeraria para hacer arreglos para el día de la muerte. Hay
algunos que planean este asunto de la muerte, pero ¿qué hace usted para después de la muerte? En
esta vida pasamos sólo unos breves momentos de tiempo, y no hacemos ninguna preparación para el
tiempo futuro de la eternidad. Cuidamos mucho nuestro cuerpo físico, pero somos negligentes en
cuanto a nuestra alma. Se dice que cuando el emperador de Roma, Adriano, se encontraba en su lecho
de muerte hizo la siguiente declaración: “No habrá más corona para esta cabeza. No habrá más
hermosura para estos ojos. No habrá más música para estos oídos, ni más comida para este estómago
mío; pero mi alma, – oh, mi alma, ¿qué sucederá contigo?” Y la Palabra de Dios nos dice: Está
establecido para los hombres que mueran una sola vez, y después de esto el juicio. (Heb. 9:27) Usted
puede vivir solamente para esta vida; comamos y bebamos, porque mañana moriremos. (1 Cor. 15:32)
Usted puede gastar su tiempo edificando graneros mayores, pero, amigo oyente, Dios nos dice “Huid
de la ira que vendrá” – es decir, que debemos prepararnos para encontrarnos con Él mientras haya
tiempo. Bien, veamos lo que nos dice el versículo 26, de este capítulo 30 de Proverbios:

26
Los conejos, pueblo nada esforzado,

Y ponen su casa en la piedra; (Pro. 30:26)

Estos son animales muy débiles y vulnerables. No son capaces de esconderse cavando un pozo.
Son criaturas débiles y pobres. También se nos dice que no son muy limpios. Se esconden en las rocas
y allí encuentran un lugar de seguridad.

El hombre en el día de hoy puede observar este pequeño animal y aprender algo de ellos.
Nosotros somos pobres, desamparados; somos pecadores inmundos; necesitamos reconocer nuestra
situación triste; pero nosotros podemos huir y escondernos en la Roca. Hay un himno que dice:
“Escóndeme en la roca más alta, Señor”. Y esa Roca, sabemos que es el Señor Jesucristo mismo. La

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Roca es Cristo Jesús. Ahora, prosiguiendo con este capítulo 30 de Proverbios, leemos en el versículo
27:

27
Las langostas, que no tienen rey,

Y salen todas por cuadrillas; (Pro. 30:27)

Las langostas: son criaturas de destrucción. Joel tenía mucho que decir acerca de las plagas de
langostas. Uno lo tiene también en el libro de Apocalipsis, donde se menciona la gran cantidad de
ellas. Destruyen hasta los árboles, y éstos quedan sin hojas.

Cuando uno ve una nube de langostas sabe que esto puede ser una epidemia. Cuando avanzan
así en grupo destruyen todo lo que encuentran a su paso. Estas son criaturas de destrucción. Ahora,
notemos lo que nos dice aquí el Proverbio: Las langostas, que no tienen rey. Ahora, nosotros en el día
de hoy tenemos a Cristo que es la Cabeza invisible de la Iglesia, ya se nos ha advertido eso. Allá en la
Primera Epístola a los Corintios, capítulo 3, versículo 3, el Apóstol Pablo dice: porque aún sois carnales,
pues habiendo entre vosotros celos, contiendas y disensiones, ¿no sois carnales, y andáis como hombres?
Nosotros debemos andar en el día de hoy como personas que tenemos a Cristo como nuestra Cabeza.
La langosta, una criatura de destrucción, nos puede enseñar cómo debemos andar, mirando a nuestro
Líder. Ellas no tienen ninguno. Sin embargo, andan juntas, unidas. Luego se nos menciona una cuarta
cosa de las más pequeñas de la tierra. Leamos el versículo 28:

28
La araña que atrapas con la mano,

Y está en palacios de rey. (Pro. 30:28)

Esto se refiere a lo que en Hebreo se llama, “giko”. Es en realidad una lagartija muy pequeña. Y
Dálek dice de esta lagartija, usted la puede atrapar con la mano, y aun así se encuentra en el palacio
del rey. Ahora, de una forma u otra entra a las casas y tiene cierta afinidad por la tapicería fina. Este
animalito tiene unas patas como abanico y tiene una substancia pegajosa que le permite andar sobre

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superficies muy lisas como el mármol y cosas por el estilo. Y nos habla de la fe. La fe que se agarra de
las promesas de Dios; de entrar a los lugares celestiales, donde se apropia del hecho de que el mismo
Espíritu de Dios testifica a nuestro espíritu que nosotros somos hijos de Dios. Y el Apóstol Pablo, dice
allá en su Segunda Epístola a Timoteo, capítulo 1, versículo 12: Porque yo sé a quién he creído, y estoy
seguro que es poderoso para guardar mi depósito para aquel día. (2 Tim. 1:12) Y el mismo Apóstol
Pablo, en el capítulo 1, versículo 6, de su carta a los Filipenses, afirma: Estando persuadido de esto.
Llegamos ahora, al segundo grupo que se menciona aquí en los versículos 29 y 30, de este capítulo 30
de Proverbios; leemos:

29
Tres cosas hay de hermoso andar,

Y la cuarta pasea muy bien:

30
El león, fuerte entre todos los animales,

Que no vuelve atrás por nada; (Pro. 30:29-30)

El león siempre sigue hacia adelante, no se desvía para nada. No le teme a los pequeños
animales del vecindario. Uno no lo puede asustar muy fácilmente. Y el Apóstol Pablo podía decir:
“Ninguna de esas cosas me hará cambiar”.

Una de las peores cosas que le puede ocurrir a la iglesia del presente es el tener oficiales y
diáconos que son débiles y generosos. Se dice de Cromlin que era un hombre sin temor y se le
preguntó cómo era eso. A lo cual él respondió: “He aprendido que cuando uno teme a Dios no puede
tener temor del hombre”. Y hay muchos otros hombres que podríamos señalar como hombres de
valor, como un león. Y así tiene que ser el andar del creyente. Luego, el versículo 31, continúa diciendo:

31
El ceñido de lomos; asimismo el macho cabrío;

Y el rey, a quien nadie resiste. (Pro. 30:31)

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Y esta es una referencia al creyente que debe ceñir sus lomos y correr la carrera que está delante
de él, con paciencia, con sus ojos puestos en Jesucristo, el autor y consumador de la fe. Otro animal
que es mencionado en este versículo es el macho cabrío. Esa clase de animal vive en las montañas y
anda por sitios elevados. Este macho cabrío nos revela el hecho de que usted y yo, amigo oyente,
estamos sentados en los lugares celestiales. Deberíamos pues, andar dignamente según la alta
vocación a la que hemos sido llamados. Estos versículos son realmente hermosos.

Y llegamos ahora al capítulo 31 de Proverbios, y creemos que este capítulo fue escrito por
Salomón mismo, porque dice aquí en el versículo 1:

1
Palabras del rey Lemuel; la profecía con que le enseñó su madre. (Pro. 31:1)

Es interesante notar que el verdadero nombre de Salomón, el que recibió de parte de Dios era
Jededías. Esto quiere decir, “amado de Jehová”. Lemuel, quiere decir, “devoto de Jehová”. Y creemos
que ese era probablemente el nombre afectuoso con el cual Betsabé llamaba a Salomón. Quizá uno
podía escuchar a esta madre llamando a su hijo: “Oye Lemuel, ven acá”. Ese era el nombre pues, que
ella utilizaba. Y estamos seguros que muchos de los hombres que nos están escuchando en este
momento, pueden recordar el nombre con el cual su madre les llamaba cuando estaban pequeñitos
y que quizá lo haría ahora sonrojarse un poquito. Pero esta madre tenía este nombre familiar para con
Salomón. Aquí tenemos pues, el consejo de esta madre para su hijo. Aquí entonces encontramos un
buen sermón para el día de las madres. Y el versículo 2 de este capítulo 31, nos dice,

2
¿Qué, hijo mío? ¿y qué, hijo de mi vientre?

¿Y qué, hijo de mis deseos? (Pro. 31:2)

Es decir, que ella no encuentra qué decirle a su hijo. Necesita decirle algo porque, ella podía ver
en este jovencito, Salomón, algunas de las características de su padre, David. Ahora, ella sabía del
pecado de David. No creemos que haya sido el pecado de ella. Era el pecado de David. Usted recuerda
que allá en el primer capítulo del evangelio según San Mateo, se lee: “El rey David engendró a

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Salomón, de la que fue mujer de Urías”. Y su nombre ni siquiera se menciona. ¿Por qué? Porque era el
pecado de David y Dios nos está aclarando este punto. Ella puede ver esto pues, en la vida de Salomón
y por supuesto que esto estaba allí. Así que ella le da esas palabras de consejo. Y veamos pues, lo que
dice aquí en los versículos 2 y 3:

2
¿Qué, hijo mío? ¿y qué, hijo de mi vientre?

¿Y qué, hijo de mis deseos?

3
No des a las mujeres tu fuerza,

Ni tus caminos a lo que destruye a los reyes. (Pro. 31: 2-3)

Ella conocía a David. Y luego dice en el versículo 4:

4
No es de los reyes, oh Lemuel, no es de los reyes beber vino,

Ni de los príncipes la sidra; (Pro. 31:4)

Podemos ver esta clase de ocurrencia teniendo lugar en la mayoría de las capitales de nuestros
países en el presente. Todos los gobiernos tienen esto en común. Luego, en el versículo 5, dice:

5
No sea que bebiendo olviden la ley,

Y perviertan el derecho de todos los afligidos. (Pro. 31:5)

¡Cuán trágico es el tener hombres que beben cuando ocupan cargos de importancia en la
actualidad! Y esto está sugiriendo aquí, que esto se use como medicina. Leamos los versículos 6 hasta
el 9, de este capítulo 31 de Proverbios:

6
Dad la sidra al desfallecido,

Y el vino a los de amargado ánimo.

7
Beban, y olvídense de su necesidad,

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Y de su miseria no se acuerden más.

8
Abre tu boca por el mudo

En el juicio de todos los desvalidos.

9
Abre tu boca, juzga con justicia,

Y defiende la causa del pobre y del menesteroso. (Pro. 31: 6-9)

Ella quiere que Salomón sea justo y equitativo. Ahora, ella le indica como elegir una esposa, y
este es un buen consejo; este es el consejo de Dios. La primera parte del versículo 10, dice entonces:

10
Mujer virtuosa, ¿quién la hallará? (Pro. 31:10a)

Por virtuosa aquí se indica una mujer de carácter. Una mujer de fortaleza. Una mujer con una
verdadera habilidad. Y podemos notar la clase de esposa que ella tiene que ser. No una persona
debilucha, siempre sentada sin hacer nada. Estamos seguros que usted aprecia en el presente que la
gran mayoría de las madres no pierden mucho tiempo, siempre están ocupadas. Y aquí tenemos la
historia de una madre que siempre está muy activa. Dice en la primera parte del versículo 11:

11
El corazón de su marido está en ella confiado, (Pro. 31-11)

O sea que, ella es una mujer fiel, como podemos apreciar. La segunda parte del versículo 11 dice:

Y no carecerá de ganancias. (Pro. 31:11b)

Y esto quiere decir que ella no es la clase de mujer que despilfarra el dinero. No sale a gastar
todo el dinero que ha ganado su esposo. Ella es una ayuda idónea. Usted se da cuenta que Dios nunca
tuvo la intención de que la mujer fuera una sirvienta del hombre. Ella es como una socia activa en el
compromiso contraído. Dios hizo de Eva ayuda idónea para el hombre, Dios la creó a ella del costado
del hombre. Él era nada más que mitad de un hombre, podemos decir, y llegó a ser completo con Eva.
Ahora, el versículo 12, de este capítulo 31, nos dice:

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12
Le da ella bien y no mal

Todos los días de su vida. (Pro. 31:12)

Podemos apreciar aquí que ella es ayuda idónea. Luego, el versículo 13, dice:

13
Busca lana y lino,

Y con voluntad trabaja con sus manos. (Pro. 31:13)

A ella no le parece mal el trabajar, es una mujer esforzada. Luego, el versículo 14, dice:

14
Es como nave de mercader;

Trae su pan de lejos. (Pro. 31:14)

Y eso quiere decir que ella busca donde hay rebajas, donde puede aprovechar mejor su dinero.
Está dispuesta a caminar un poco más para ahorrar unos centavos para su hogar. Siguiendo adelante,
leamos el versículo 15, de este capítulo 31 de Proverbios:

15
Se levanta aun de noche

Y da comida a su familia

Y ración a sus criadas. (Pro. 31:15)

Esta mujer sabe cómo cuidar su casa. Mantiene control sobre todo. Es una madre maravillosa. Y
el versículo 16, destaca otras cualidades:

16
Considera la heredad, y la compra,

Y planta viña del fruto de sus manos. (Pro. 31:16)

Esta es una mujer que cuida de su casa y que tiene mucha habilidad. Y el versículo 18, sigue
exaltando las virtudes de esta mujer; leamos:

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18
Ve que van bien sus negocios;

Su lámpara no se apaga de noche. (Pro. 31:18)

La tarea del hombre es desde la salida del sol hasta que se pone el sol, pero la tarea de la esposa
nunca se acaba. Ese es el cuadro que tenemos aquí. Ahora, los versículos 19 y 20, continúan poniendo
en alto a esta mujer virtuosa; leamos:

19
Aplica su mano al huso,

Y sus manos a la rueca.

20
Alarga su mano al pobre,

Y extiende sus manos al menesteroso. (Pro. 31:19-20)

Ella es una persona generosa, como podemos apreciar. Es algo maravilloso. Otra de las
cualidades de esta mujer previsiva, la encontramos en el versículo 21, de este capítulo 31 de
Proverbios; demos lectura:

21
No tiene temor de la nieve por su familia,

Porque toda su familia está vestida de ropas dobles. (Pro. 31:21)

Como podemos ver, esta mujer no tiene temor de la nieve, porque toda su familia está vestida de
ropas dobles. – es una mujer que vela por la salud de su familia. Veamos ahora lo que dice el versículo
25:

25
Fuerza y honor son su vestidura;

Y se ríe de lo por venir. (Pro. 31:25)

A esta mujer proverbial no le asusta el futuro, pues está revestida de fuerza y honor. Y ahora
notemos lo que nos dice el versículo 30, de este capítulo 31 de Proverbios:

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30
Engañosa es la gracia, y vana la hermosura;

La mujer que teme a Jehová, ésa será alabada. (Pro. 31:30)

El joven que desea lograr una verdadera esposa, tiene que fijarse en primer lugar que la
muchacha sea una creyente en Cristo. Y luego, puede que también ella sea hermosa. Es bueno poder
tener esto en la mujer que uno elige. Luego nos dice el último versículo, el versículo 31:

31
Dadle del fruto de sus manos,

Y alábenla en las puertas sus hechos. (Pro. 31:31)

Creemos que esa es la razón por la cual se tiene el día de las madres; aunque hay muchas madres
que no son dignas del tributo que se les da en el día de las madres. Pero, ¡qué cuadro tan maravilloso
el que tenemos aquí! ¿No le parece, amigo oyente? No nos sorprende, pues, que este haya sido un
libro para los jóvenes. Creemos que esto incluye a las muchachas también. Y no podemos dejar de
lado a los más ancianos.

Y así, amigo oyente, concluimos nuestro estudio de este importante libro de Proverbios. Dios
mediante, en nuestro próximo programa, volveremos al Nuevo Testamento, para comenzar nuestro
estudio de la epístola del Apóstol Pablo a los Filipenses, y esperamos que usted nos acompañe. Hasta
entonces pues, ¡que las incontables bendiciones del Señor recibidas a través de este estudio, estén
con usted ahora y siempre!

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