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La EPA (Agencia de Protección Ambiental) define los biopesticidas como pesticidas derivados de
materiales naturales. Hay tres tipos:
Los pesticidas bioquímicos contienen sustancias de origen natural que controlan las plagas. Las
sustancias que controlan las enfermedades incluyen bicarbonato de potasio, peróxido de
hidrógeno, ácidos fosforosos, extractos de plantas y aceites botánicos.
Los pesticidas microbianos contienen microorganismos que funcionan como agentes de biocontrol,
afectando al patógeno directa o indirectamente a través de los compuestos que producen.
Los protectores incorporados en las plantas (PIPs, por sus siglas en inglés) son el tipo menos común
de biopesticida. Estas son sustancias pesticidas producidas por plantas que contienen material
genético añadido a la misma, a menudo mediante ingeniería genética. La EPA regula el material
genético y la proteína que codifica, pero no la planta en sí. Ejemplos incluyen variedades
resistentes a virus que producen la proteína de la cubierta del virus, la cual recubre las partículas
virales después de la infección y previene su replicación
Casi todos los biopesticidas están aprobados para la producción orgánica, y la mayoría de los
productos aprobados para la producción orgánica son biopesticidas. Sin embargo, algunas
formulaciones no están aprobadas.
Esto puede deberse a los ingredientes inertes. Por ejemplo, los productos a base de bicarbonato de
potasio como EcoMate, Armicarb O, Kaligreen y MilStop están aprobados, mientras que Armicarb
no lo está.
Algunas sustancias biopesticidas no están permitidas bajo el Programa Nacional Orgánico. Buenos
ejemplos son los productos que utilizan ácidos fosforosos (porque son sintéticos) y PIPs
(Protectores Incorporados en las Plantas) modificados genéticamente.
Por otro lado, hay importantes fungicidas orgánicos que no son biopesticidas, incluidos los aceites
minerales, el cobre y el azufre. Los biopesticidas se descomponen en el medio ambiente, por lo
que no existe la misma preocupación por la acumulación en el suelo a diferencia de como ocurre
con el cobre.
Algunos biopesticidas se definen como pesticidas de riesgo mínimo según la Regla de la Sección
25(b) de la Ley FIFRA (Ley Federal de Insecticidas, Fungicidas y Rodenticidas de USA) debido a que
sus ingredientes activos e inertes son generalmente reconocidos como seguros (GRAS por sus
siglas en ingles). En consecuencia, están exentos de los requisitos de regulación de la FIFRA y se
pueden usar en cualquier cultivo etiquetado para cualquier objetivo, ya que no necesitan estar
registrados como pesticidas.
"Exento de registro de la EPA" se indica en la etiqueta de estos productos.
No puedes asumir que los productos registrados para su uso en cultivos en los Estados Unidos sean
efectivos solo porque estén registrados.
Ahí es donde entran en juego las universidades. Los investigadores están replicando experimentos
en todo el país. Puedes leer evaluaciones de biopesticidas y otros fungicidas en línea. Puedes
buscar por cultivo, enfermedad, nombre del producto, etc. Puedes encontrar un resumen de los
resultados de informes sobre biopesticidas aprobados para uso orgánico probados en
enfermedades de vegetales en http://blogs.cornell.edu/livegpath/organic/organic-management-
of-vegetable-diseases bajo "Specific Management Practices and Tools". También siempre puedes
consultar con el fabricante del producto
Aquí hay algunos pasos que puedes seguir para mejorar tus resultados al usar biopesticidas:
Calibra los pulverizadores y reemplaza las boquillas desgastadas. Para enfermedades foliares,
comienza las aplicaciones antes de que veas síntomas. La mayoría de los biopesticidas tienen
actividad de contacto, actuando sobre el patógeno antes de la infección. Otros inducen resistencia
en la planta. Estos no pueden curar síntomas y no detendrán ninguna infección en la etapa previa a
los síntomas.
Maximiza la cobertura del pulverizado. Por ejemplo, utiliza boquillas de goteo con plantas no
trepadoras. Similar a fungicidas de contacto como el cobre y el clorotalonil, la mayoría de los
biopesticidas, cuando se depositan en la superficie superior de las hojas, no pueden moverse a
través de ellas hacia la superficie inferior, donde puede ocurrir la infección, como pueden hacerlo
fungicidas translaminares y sistémicos.
Alterna entre biopesticidas que difieran en el tipo de ingrediente activo. Los biopesticidas pueden
ser útiles para manejar el desarrollo de resistencia a fungicidas convencionales con los que se
aplican; idealmente, deben ser tan efectivos como el fungicida de contacto convencional que están
reemplazando en el programa fungicida. Los cortos tiempos de reingreso (REI) y los intervalos de
cosecha previa (PHI) con la mayoría de los biopesticidas pueden ser valiosos para los cultivos
cosechados múltiples veces.
Margaret T. McGrath, Profesora Asociada de la Universidad Cornell, es una Fitopatóloga con base
en el Centro de Extensión e Investigación Hortícola de Long Island, en la dirección 3059 Sound
Avenue, Riverhead, NY 11901. Su correo electrónico es mtm3@cornell.edu. McGrath ha trabajado
como especialista en extensión de vegetales y hierbas culinarias en Nueva York durante más de 30
años, enfocándose en la identificación y control de enfermedades en vegetales y hierbas culinarias
en el estado.
Traduccion:
Link original:
https://www.growingproduce.com/vegetables/need-know-biopesticides/