Afectuoso

*** w90 1/3 págs. 19-20 párrs. 4-8 Sigan el ejemplo de devoción piadosa de Jesús ***
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Considere un ejemplo. Jesús era un hombre afectuoso y muy compasivo. En Marcos 10:1,
10, 13, 17 y 35 note que personas de diferentes edades y antecedentes lo hallaban abordable.
En más de una ocasión Jesús tomó a niños en los brazos. (Marcos 9:36; 10:16.) ¿Por qué se
sentía la gente —hasta los niños— tan cómoda con Jesús? Porque él se interesaba genuina y
sinceramente en la gente. (Marcos 1:40, 41.) Esto se vio en el hecho de que a menudo tomaba
la iniciativa de acercarse a los que necesitaban ayuda. Por ejemplo, leemos que ‘alcanzó a ver’
a la viuda de Naín cuyo hijo muerto sacaban de la ciudad. Entonces “se acercó” y resucitó al
muchacho, y no se menciona que nadie le pidiera que hiciera aquello. (Lucas 7:13-15.)
Además, sin que nadie lo solicitara, tomó la iniciativa de sanar a una mujer lisiada y a un
hombre que tenía hidropesía. (Lucas 13:11-13; 14:1-4.)
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Cuando lea incidentes como esos, deténgase y pregúntese: ‘Puesto que Jesús imitaba
perfectamente a su Padre, ¿qué me revelan estos relatos acerca de las cualidades y los
caminos de Jehová?’. Deben confirmarnos que Jehová es un Dios afectuoso y de profunda
compasión. Por la intensidad y constancia de su interés en la familia humana ha tomado la
iniciativa en sus tratos con los humanos. No hubo que obligarlo a dar a su Hijo “en rescate en
cambio por muchos”. (Mateo 20:28; Juan 3:16.) Él busca oportunidades para ‘apegarse’ a los
que le sirven por amor. (Deuteronomio 10:15.) Como dice la Biblia: “Sus ojos [los de Jehová]
están discurriendo por toda la tierra para mostrar su fuerza a favor de aquellos cuyo corazón es
completo para con él”. (2 Crónicas 16:9.)
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El que usted reflexione así sobre el afecto y la gran compasión de Jehová, ejemplificados
por su Hijo, lo conmoverá, y en su corazón usted apreciará mejor sus cualidades, que tanta
ternura manifiestan y tan atractivas son. Esto, a su vez, lo acercará a él. Lo impulsará a
abordarlo libremente en oración en todo momento y en toda circunstancia. (Salmo 65:2.)
Estrechará su apego personal a él.
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Sin embargo, recuerde que la devoción piadosa es más que simplemente un sentimiento
de veneración religiosa. Como indica el escriturario R. Lenski, “incluye toda nuestra actitud de
reverencia y devoción, y las acciones que se derivan de ella”. (Cursivas nuestras.) De modo
que después de reflexionar sobre el afecto y la profunda compasión de Jehová, ejemplificados
por Jesús, pregúntese: ‘En esto, ¿cómo puedo parecerme más a Jehová? ¿Me hallan
abordable otras personas?’. Si usted es un padre o una madre, debe ser accesible a sus hijos.
Y si es anciano de congregación, ciertamente debe ser de fácil acceso a otros. Entonces, ¿qué
lo hará más abordable? El ser afectuoso y muy compasivo. Debe cultivar un interés sincero y
genuino en otros. Cuando realmente se interesa en los demás y está dispuesto a dar de sí
mismo para el bien de ellos, ellos perciben eso y se sienten atraídos a usted.
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Así, pues, mientras lee los relatos bíblicos acerca de Jesús, tenga presente que por las
cosas que Jesús dijo e hizo usted puede aprender mucho sobre Jehová como persona. Y
cuando su aprecio de las cualidades de Dios según las reflejó Jesús lo mueve a esforzarse por
parecerse más a Él, usted demuestra su devoción piadosa.