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Este documento describe la importancia de que los ancianos sean accesibles para los demás testigos de Jehová. Ser accesible requiere mostrar interés sincero en los demás mediante sonrisas, saludos y conversaciones antes y después de las reuniones. Esto hace que los testigos, incluidos los más jóvenes, se sientan valorados y queridos. Los ancianos deben dar señales visibles de su disponibilidad para hablar con los demás, siguiendo el ejemplo de Jesús de acercarse a la gente.
Este documento describe la importancia de que los ancianos sean accesibles para los demás testigos de Jehová. Ser accesible requiere mostrar interés sincero en los demás mediante sonrisas, saludos y conversaciones antes y después de las reuniones. Esto hace que los testigos, incluidos los más jóvenes, se sientan valorados y queridos. Los ancianos deben dar señales visibles de su disponibilidad para hablar con los demás, siguiendo el ejemplo de Jesús de acercarse a la gente.
Este documento describe la importancia de que los ancianos sean accesibles para los demás testigos de Jehová. Ser accesible requiere mostrar interés sincero en los demás mediante sonrisas, saludos y conversaciones antes y después de las reuniones. Esto hace que los testigos, incluidos los más jóvenes, se sientan valorados y queridos. Los ancianos deben dar señales visibles de su disponibilidad para hablar con los demás, siguiendo el ejemplo de Jesús de acercarse a la gente.
*** w13 15/6 págs. 8-10 Jehová es accesible e imparcial ***
UNA CUALIDAD MUY VALORADA 5 No hace mucho, a celosos Testigos de distintos continentes se les preguntó: “¿Qué cualidad valora más en un anciano?”. La gran mayoría respondió: “Que sea accesible”. Por supuesto, todos los cristianos debemos cultivar al máximo esta cualidad, pero en el caso de los ancianos resulta especialmente importante (Is. 32:1, 2). Al explicar por qué para ella es tan esencial que un anciano sea accesible, una hermana señaló: “Para conocer sus buenas cualidades y beneficiarme de ellas, es preciso que pueda sentirme cómoda conversando con él”. ¿Vemos la lógica de este comentario? Ahora bien, ¿qué hace que alguien sea accesible? 6 Una de las claves para ser accesible es el interés sincero por los demás. Cuando un anciano se preocupa por sus hermanos y está dispuesto a sacrificarse por ellos, todos lo notan, incluso los más jóvenes (Mar. 10:13-16). Carlos, de 12 años, se expresó así: “Veo a los ancianos en el Salón sonriendo y saludando a todos, y eso es lo que me gusta de ellos”. Claro está, no es cuestión de que un anciano afirme que es accesible, sino que debe demostrarlo (1 Juan 3:18). ¿De qué manera? 7 Pensemos en este caso. Cuando volaba de vuelta a casa tras asistir a una asamblea de distrito en el extranjero, un hermano llevaba puesta su tarjeta de solapa. El auxiliar de vuelo vio en ella las palabras “Venga tu reino” y le dijo: “Sí, que venga. Tenemos que hablar de eso”. Más tarde conversaron, y el hombre aceptó con gusto nuestras revistas. Muchos hemos vivido situaciones parecidas. ¿Por qué invitan a la conversación las tarjetas de solapa? Porque, de alguna manera, le dicen a la gente: “Vamos, hable conmigo. Pregúnteme adónde voy”. Es una señal visible de que estamos dispuestos a hablar de nuestras creencias. Igualmente, los ancianos cristianos deben dar señales visibles que les digan a sus hermanos: “Vamos, hable conmigo”. ¿Cuáles son algunas de esas señales? 8 Las costumbres pueden variar de un país a otro, pero una sonrisa afectuosa, un apretón de manos o un saludo sincero son señales que les dicen a nuestros hermanos que de verdad nos importan. Ahora bien, ¿quién debe tomar la iniciativa? En una reunión con sus discípulos, “Jesús se acercó y les habló” (Mat. 28:18). De la misma forma, los ancianos de hoy toman la iniciativa en acercarse a sus hermanos y hablarles. ¿Qué efecto tiene esto en el rebaño? Una precursora de 88 años de edad observó: “Cuando los ancianos me reciben en el Salón del Reino con una sonrisa y palabras de estímulo, siento crecer el cariño que les tengo”. Otra fiel hermana añadió: “Quizás no parezca gran cosa, pero para mí significa muchísimo que un anciano me sonría cuando llego a la reunión”. ACCESIBLES Y TAMBIÉN DISPONIBLES 9 Obviamente, nadie podrá hablar con nosotros si no estamos disponibles. Jehová nos da un magnífico ejemplo, pues él “no está muy lejos de cada uno de nosotros” (Hech. 17:27). Una forma en que los ancianos se ponen a disposición de los hermanos es reservando tiempo para conversar con ellos antes y después de las reuniones, tanto con jóvenes como con adultos. Un precursor comentó: “Cuando un anciano me pregunta cómo estoy y luego presta atención a mi respuesta, me siento querido”. Y una hermana que lleva casi cincuenta años sirviendo a Jehová dijo: “Los ancianos que se detienen a hablar conmigo después de la reunión hacen que me sienta valorada”. 10 Se entiende que los pastores cristianos también tienen que atender otros deberes. Aun así, se espera que en las reuniones den prioridad a las ovejas.