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MODULO IV
SISTEMA NERVIOSO Y ORGANOS
DE LOS SENTIDOS
✓Bachiller:
2.1.2.1 Funciones del SNC: El sistema nervioso central (SNC) desempeña varias
funciones esenciales para el funcionamiento del organismo. A continuación se
presentan algunas de las principales funciones del SNC:
El SNP se encarga de transmitir información entre el SNC y el resto del cuerpo. Sus
principales funciones son recopilar información sensorial del entorno y enviarla al SNC,
así como llevar las respuestas motoras del SNC a los músculos y órganos.
El SNP se divide en dos componentes principales: el sistema nervioso periférico somático
y el sistema nervioso periférico autónomo.
1. Sistema Nervioso Periférico Somático: Este componente se encarga de la
comunicación entre el SNC y los receptores sensoriales y los músculos
esqueléticos. Controla las acciones voluntarias y conscientes del cuerpo. Los
nervios somáticos transmiten información sensorial, como el tacto, la temperatura
y el dolor, desde los receptores sensoriales hacia el SNC. También transmiten
señales motoras desde el SNC hacia los músculos esqueléticos para controlar el
movimiento voluntario.
2. Sistema Nervioso Periférico Autónomo: Este componente controla las funciones
involuntarias y automáticas del cuerpo, como la regulación del ritmo cardíaco, la
presión arterial, la digestión y la respiración. Se divide en dos subdivisiones
principales: el sistema nervioso simpático y el sistema nervioso parasimpático.
El ojo humano consta de varias estructuras clave que trabajan juntas para
formar la visión. Estas estructuras incluyen:
El ojo humano consta de varias partes que trabajan juntas para permitirnos
ver y procesar la información visual. A continuación, se describen las
principales partes del ojo:
Estas son solo algunas de las partes principales del ojo humano. Cada una
de ellas cumple una función específica en el proceso de la visión.
4. Músculos extrínsecos del ojo: Los músculos extrínsecos del ojo son un
grupo de seis músculos que se insertan en la órbita ocular y permiten
los movimientos oculares. Estos músculos trabajan en conjunto para
controlar la dirección y el movimiento de los ojos, lo que nos permite
enfocar objetos y seguir movimientos. Sin ellos, nuestra capacidad de
visión sería limitada.
Así que, los órganos accesorios del ojo, como los párpados, las pestañas,
las glándulas lagrimales y los músculos extrínsecos, desempeñan
funciones importantes para proteger y mantener la salud del ojo, así como
para permitir su correcto funcionamiento visual.
Las células ciliadas son las responsables de convertir las vibraciones mecánicas
generadas por los sonidos en señales eléctricas. Estas células tienen pequeños cilios en
su superficie que se doblan cuando las ondas sonoras hacen vibrar la lámina basilar. A
medida que los cilios se doblan, se abren los canales iónicos en la membrana de las
células ciliadas, permitiendo la entrada de iones y generando un potencial eléctrico. Este
potencial eléctrico es transmitido a través de las fibras nerviosas del nervio coclear hacia
el cerebro.
Las células de soporte son células que rodean y protegen a las células ciliadas. También
ayudan a mantener el entorno adecuado para el funcionamiento de las células ciliadas.
El órgano vestibulococlear es una estructura esencial del oído interno que se encarga de
la transducción de las señales sonoras en señales eléctricas y desempeña un papel
fundamental tanto en la audición como en el equilibrio.
Cuando las ondas sonoras llegan al oído, se transmiten a través del canal auditivo y
hacen vibrar la membrana timpánica. Estas vibraciones se transmiten a través de una
cadena de huesecillos en el oído medio y finalmente llegan a la cóclea. Dentro de la
cóclea, las vibraciones se transforman en señales eléctricas por medio de las células
ciliadas.
2.2.2.2 Partes del Órgano Vestíbulo-Coclear: Oído Externo, Oído Medio, Oído
Interno:
El órgano vestibulococlear, también conocido como órgano del equilibrio y la audición,
está compuesto por tres partes principales: el oído externo, el oído medio y el oído
interno. Cada una de estas partes juega un papel fundamental en el proceso de la
audición y el equilibrio.
1. Oído externo:
El oído externo es la parte visible del oído y está compuesto por el pabellón auricular y el
conducto auditivo externo. El pabellón auricular, o la oreja, es la estructura cartilaginosa
en forma de embudo que recoge y dirige las ondas sonoras hacia el conducto auditivo
externo. El conducto auditivo externo es un tubo estrecho que se extiende desde el
pabellón auricular hasta el tímpano. El oído externo actúa como una especie de embudo
para dirigir las ondas sonoras hacia el oído medio.
2. Oído medio:
El oído medio es una cavidad llena de aire que se encuentra detrás del tímpano. Está
compuesto por tres estructuras principales: el tímpano, la cadena de huesecillos y la
trompa de Eustaquio. El tímpano es una membrana delgada y flexible que vibra cuando
las ondas sonoras golpean el oído externo. La cadena de huesecillos, formada por los
huesecillos llamados martillo, yunque y estribo, transmite las vibraciones del tímpano al
oído interno. La trompa de Eustaquio es un conducto que conecta el oído medio con la
parte posterior de la garganta y ayuda a equilibrar la presión del aire en el oído medio.
3. Oído interno:
El oído interno es la parte más interna del órgano vestibulococlear y se encuentra en el
hueso temporal del cráneo. Está compuesto por dos estructuras principales: el laberinto
óseo y el laberinto membranoso. El laberinto óseo es una estructura ósea que contiene
líquido y protege al laberinto membranoso. El laberinto membranoso es una red de
canales llenos de líquido que contiene los órganos sensoriales para la audición y el
equilibrio. En el oído interno se encuentran la cóclea, que es responsable de la audición, y
los conductos semicirculares, que están involucrados en el equilibrio.
En resumen, el oído externo recoge y dirige las ondas sonoras al oído medio, donde se
amplifican y transmiten al oído interno. El oído interno contiene los órganos sensoriales
para la audición y el equilibrio, convirtiendo las vibraciones en señales eléctricas que se
transmiten al cerebro para su interpretación.
En el contexto del tegumento común, que se refiere a la piel, encontramos una gran
cantidad de receptores sensoriales y terminaciones nerviosas que nos permiten
experimentar sensaciones táctiles, térmicas y dolorosas. Estos nervios y órganos
sensoriales de la piel nos ayudan a interactuar con el entorno, detectar cambios de
temperatura, percibir el tacto y el dolor, entre otras funciones.