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Embriología en hurones

Aylin Javiera Salamanca Aguilera


Facultad de ciencias médicas, Universidad Bernardo O’Higgins
Morfología micro y macroscópica I
Dra. Gricel Riquelme Moraga
13 de julio del 2022
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Resumen
La embriología de los hurones dura 42 días. Esta no es muy diferente que la de
otros mamíferos. Empieza con la fertilización que origina la formación de un cigoto, el que
pasa a llamarse feto hasta el momento del parto. Todo esto comienza en la fase temprana
con la fecundación, en donde los gametos masculino y femenino de los hurones se unen en
el oviducto, dando inicio al proceso de segmentación (holoblástica en el caso del hurón), en
donde el cigoto sufre una serie de divisiones mitóticas hasta formar la mórula y después la
blástula. Después de la segmentación viene la gastrulación. Durante este proceso ocurren
migraciones celulares y formación del embrión trilaminar, formando además el mesodermo y
el endodermo embrionario en esta etapa. La fase temprana finaliza con la neurulación en
donde se forma el tubo y la cresta neural. Aquí empieza la fase tardía denominada
organogénesis, en donde se diferencian los sistemas y hay un mayor crecimiento. Desde
este punto es posible comenzar a identificar claramente las características que diferenciarán
al hurón de los demás animales.

Objetivo
El principal objetivo de este informe es exponer en detalle las diferentes etapas y
características embriológicas en hurones. Desde la fecundación, las primeras etapas
embrionarias y fetales, llegando finalmente al parto.

Introducción
Las huronas domésticas llegan a la madurez sexual entre las 8 y 12 semanas,
usualmente en la primera primavera desde el nacimiento. Las hembras tienen un ciclo de
celo poliéstrico estacional, por lo cual está regido por las horas de luz, durando de 5 a 6
meses en el periodo de primavera y verano. Las huronas son de ovulación inducida, es aquí
con la fertilización donde empieza el embarazo, pasando más tarde por la organogénesis y
finalizando con el parto 42 días después, como se verá más adelante.

Desarrollo
La vida de los hurones empieza en la denominada “fase temprana” con una
fertilización interna en donde los espermatozoides se deben capacitar para atravesar una
especie de barrera llamada corona radiada. Esto lo consiguen generando una reacción
acrosómica entre uno o más espermatozoides en donde se liberan sustancias para penetrar
la zona pelúcida para que finalmente solo un espermatozoide traspase la membrana celular
del ovocito, perdiendo su propia membrana plasmática. Todo esto ocurre en el oviducto de
la hembra. Una vez que el ADN se ha replicado, los cromosomas materno y paterno se
entremezclan y se dividen longitudinalmente, experimentando una división mitótica que da a
lugar al restablecimiento de los números diploides de los cromosomas, determinando asi el
sexo cromosomico y dando inicio a la segmentacion.
La segmentación es la segunda etapa de la mencionada “fase temprana” que en el
caso de los hurones es holoblástica debido a que son mamíferos. Esta etapa consiste en
una serie de divisiones mitóticas del cigoto que no modifican su tamaño, pero que originan
los blastómeros y posteriormente la mórula, formada por 32 células. Las células internas de
la mórula constituyen la masa celular interna que dará origen a los tejidos propios del
embrión. Las células que rodean la mórula forman la masa celular externa, la cual forma el
trofoblasto que contribuirá en la formación de la placenta. Luego la mórula desarrolla un
espacio en su interior, dando lugar a la blástula. La masa interna ahora se llama
embrioblasto y está ubicada en un polo de la blástula, mientras que las células de la masa
externa forman el trofoblasto, las cuales se aplanan y forman la pared epitelial del
blastocisto. Luego de esto el blastocisto está totalmente inmerso en el estroma endometrial
y el trofoblasto se diferencia en un par de capas. La zona pelúcida desaparece, permitiendo
la implantación del embrión. El trofoblasto invade el epitelio y el estroma endometrial
subyacente con la ayuda de enzimas proteolíticas. El embrioblasto se divide en dos capas:
una capa de células cúbicas adyacentes a la cavidad del blastocisto llamada capa
hipoplástica y la capa epiblastica formada por células cilíndricas. Ambas capas forman un
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disco plano y aparece una cavidad en el epiblasto que se agranda y forma la cavidad
amniótica.
La tercera etapa de la fase temprana es la gastrulación. Aquí se forma la gástrula,
que consiste en la migración de los blastómeros que origina el ectodermo y el endodermo.
Antes y durante esta etapa se establecen los ejes corporales, estos indican a las células
hacia donde moverse para formar las estructuras. La línea primitiva se empieza a formar y
se mantiene gracias a la extensión nodal que regula el número de genes que forman el
mesodermo ventral, dorsal y las estructuras de la cabeza y de la cola. Esta etapa es un
proceso que establece las tres capas germinales (endodermo, mesodermo y ectodermo)
que forman todos los tejidos y los órganos. Algunas células se desplazan en el hipoblasto y
crean el endodermo embrionario que luego formará los pulmones, las glándulas endocrinas,
el hígado, etc. Otras células se sitúan entre el epiblasto y el endodermo formando el
mesodermo que dará lugar a los músculos, esqueleto, aparato reproductor entre otros. Las
células que quedan en el epiblasto forman el ectodermo que forma el sistema nervioso,
epidermis y el esmalte dental. A medida que van aumentando el número de células, migran
más allá del borde del disco y entran en contacto con el mesodermo extraembrionario.
Luego se forma la notocorda la cual sirve de base para el esqueleto definitivo. La
gastrulación continua mientras las estructuras craneales ya se están diferenciando, lo que
hace que el embrión se desarrolle cefalocaudalmente.
En la gastrulación continua el desarrollo del trofoblasto que se caracteriza por
vellosidades primarias. Las células mesodérmicas penetran en el núcleo de las vellosidades
primarias y crecen hacia la decidua formando las vellosidades secundarias. Luego de esto
empiezan a diferenciarse en vasos y células sanguíneas para terminar formando el sistema
de vellosidad placentaria definitiva. Cuando el corazón comienza a latir, el sistema velloso
ya está listo para suministrar al embrión los nutrientes y el oxígeno que necesita. El
sincitiotrofoblasto, citotrofoblasto y el mesodermo embrionario forman el corion. En su
superficie se encuentran las vellosidades de anclaje y a los lados las vellosidades libres o
terminales. La cavidad coriónica se agranda y el embrión queda anclado a su cubierta
trofoblástica por un estrecho pedículo de fijación que se convertirá en el cordón umbilical,
uniendo así la placenta con el embrión.
La última etapa de la fase temprana es la neurulación y se divide en 2 partes, la
neurulación primaria y la secundaria. En la neurulación primaria proliferan las células
nerviosas en la placa neural, estas hacen que comience la formación del tubo neural.
Durante este proceso la placa neural cambia de forma a una “U” formando las crestas
neurales y el tubo neural, en donde los extremos de este quedan abiertos (se cerrarán
posteriormente). El tubo neural dará lugar a la mayoría de estructuras del sistema nervioso
central. En la neurulación secundaria termina la formación del tubo neural por la división de
las células mesenquimáticas y epiteliales, formando cavidades entre los dos conjuntos. Con
esto finaliza la fase temprana y se da inicio a la fase tardía.
En la fase tardía (llamada organogénesis) se comienzan a diferenciar los sistemas,
hay un mayor crecimiento y el embrión toma el nombre de feto. Es en esta fase donde
cambian las características filotípicas y el feto adquiere las características propias de un
hurón. Durante este período se forma la cara, involucionan los arcos branquiales formando
el cuello y aparecen las extremidades. Se constituye la hernia umbilical fisiológica, que
consiste en la presencia de asas intestinales en el cordón umbilical. El sistema nervioso
origina las vesículas telencefálica, diencéfalo, mesencéfalo, metencéfalo y mielencéfalo. A
los 27 días en el periodo somítico es donde ocurre la formación de la cara: Aparece una
prominencia frontonasal media, dos prominencias maxilares y dos prominencias
mandibulares, que derivan del primer par de arcos faríngeos. La prominencia frontonasal
rodea la parte ventrolateral del cerebro anterior, lo que originará las vesículas ópticas que
posteriormente se transformarán en los ojos. Las prominencias maxilares definirán los
límites laterales del estomodeo y las prominencias mandibulares constituirán los límites
caudales del estomodeo. A partir de las prominencias maxilares se forman las partes
laterales del labio superior, la mayor parte del maxilar y el paladar secundario. Los labios y
mejillas primitivos son invadidos por el mesénquima el cual diferenciará los músculos
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faciales. La prominencia frontonasal formará la frente, el dorso y la punta de la nariz. Las


aletas nasales se forman a partir de las prominencias nasales laterales y el tabique nasal se
forma a partir de prominencias nasales mediales. Los esbozos maxilares forman la mejilla y
la mayor parte del labio superior. Y las prominencias mandibulares dan lugar al mentón,
labio inferior y regiones bajas de las mejillas. En la organogénesis también tenemos la
formación del cuello en donde los arcos faríngeos experimentan grandes cambios, el
crecimiento hacia el opérculo cubre los arcos formando el llamado seno cervical.
Al inicio de la organogénesis aparecen los esbozos de los miembros anteriores y
posteriores. Cada esbozo está hecho de tejido mesenquimal del mesodermo lateral
somático y cubierto de una capa de células epiteliales ectodérmicas y en los extremos se
observa un engrosamiento formando la cresta ectodérmica apical. Posterior a esto aparecen
los futuros dedos en forma de rayos digitales unidos por membranas interdigitales,
finalmente se alargan los miembros y los dedos y otras partes se separan por apoptosis.
Los huesos, ligamentos y vasos sanguíneos de los miembros se forman a partir del
mesoderma lateral somático, mientras que el tejido muscular se forma a partir del miotomo
del mesoderma somítico. En el principio de la organogénesis, en la fase prefetal, el
prosencéfalo origina dos dilataciones llamadas vesículas telencefálicas que son laterales y
al diencéfalo que es central. La pared de las vesículas telencefálicas se adelgaza y las
invaginaciones de la piamadre vascular forman en ese sitio el plexo coroideo de los
ventrículos laterales, en el piso de cada vesícula telencefálica se forma el cuerpo estriado.
Desde la pared del diencéfalo se forman el epitálamo (Dando origen a la glándula pineal),
el tálamo (Que crece con rapidez produciendo el tercer ventrículo) y el hipotálamo. En el
mesencéfalo la luz de esta vesícula se estrecha para formar el acueducto cerebral. En la
parte superior del mesencéfalo se desarrollan los colículos superior e inferior, que se
relacionarán posteriormente con los reflejos visuales y auditivos. En la parte basal del
mesencéfalo hay fibras que vienen del cerebro en crecimiento formando los pedúnculos
cerebrales. También tenemos el rombencéfalo, el cual se origina por el metencéfalo (que
forma el cerebelo y la protuberancia que sirve de vía para las fibras nerviosas que
conectan la médula espinal con la corteza cerebral y cerebelosa) y el mielencéfalo (forma el
bulbo raquídeo). La luz del metencéfalo y mielencéfalo corresponde al cuarto ventrículo y
contiene plexos coroideos derivados de una invaginación de la piamadre vascular. Por otra
parte tenemos la hipófisis que se desarrolla a partir de dos primordios ectodérmicos que al
principio están separados. Uno de ellos es el infundíbulo que se forma como un crecimiento
en sentido ventral del suelo del diencéfalo. El otro primordio es formado del techo del
estomodeo y se denomina bolsa adenohipofisaria, la cual se cierra formando una vesícula
separada del estomodeo, sus células epiteliales se diferencian en células endocrinas de la
adenohipófisis que forma la pars distalis y pars intermedia de la hipófisis.
En el último tercio de gestación, el sistema nervioso ya maduró lo suficiente para
hacer movimientos respiratorios y controlar la temperatura corporal. Durante el período
embrionario se identifican las placodas olfatorias asociadas al telencéfalo, las placodas
ópticas asociadas al diencéfalo y las placodas óticas asociadas al rombencéfalo. La
potencialidad de las células de las placodas también es variada, algunas diferencian
neuronas, otras diferencian células que posteriormente se hacen transparentes y originan el
lente del ojo y las placodas óticas dan origen a las vesículas auditivas y al oído interno. En
el periodo pre fetal el crecimiento es inicialmente lento y tiene por base la multiplicación
celular, pero en el último tercio de la gestación de las huronas se inicia una fase de
crecimiento rápido (que está influenciado por el ambiente uterino de la hurona)
caracterizado principalmente por la hipertrofia y también por un aumento de la matriz
extracelular. Los primeros huesos en osificarse son la clavícula y la mandíbula que se
forman por osificación directa del tejido mesenquimático presente en el área. Para los
huesos largos de las extremidades, aparece un centro de osificación primario diafisario que
inicia la osificación endocondral en el interior del modelo cartilaginoso del futuro hueso, la
cual permite el crecimiento longitudinal del hueso. Las epífisis se forman mediante
osificación endocondral a partir de un punto de osificación secundario. Las glándulas
mamarias de los hurones comienzan por la presencia de un par de engrosamientos
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cutáneos, las líneas mamarias se extienden a cada lado a lo largo de la pared ventral del
cuerpo del hurón. El cuerpo de los fetos se cubre de lanugo, este ayuda a conservar el
vernix caseoso en la piel. También se forma la grasa parda que se encuentra en la nuca, la
espalda y el área perirrenal. El saco vitelino es reemplazado por el hígado y se convierte en
la principal fuente de células sanguíneas, función que posteriormente se sustituye por el
bazo. A fines del periodo fetal la médula ósea se convierte en el órgano hematopoyético
definitivo. La bilis se almacena en la vesícula biliar para liberarse lentamente en el intestino.
Las glándulas sebáceas de la piel comienzan a funcionar y la grasa secretada junto con las
células de descamación caen al líquido amniótico, así como también algunos pelos del
lanugo. Todo esto es ingerido y excretado por el feto una y otra vez, formando el meconio.
Para los pulmones los alvéolos que estaban colapsados deben expandirse, por lo cual su
epitelio debe aplanarse, facilitando así la respiración.
Finalmente después de 42 días llegamos al parto de la hurona. Este se divide en
tres fases: La dilatación en donde el cuello uterino se expande y adelgaza, provocado por
las contracciones uterinas que empujan el saco amniótico contra el conducto cervical.
Después viene la fase de expulsión donde nacen las crías que suelen ser de 6 a 9 por
camada, este proceso está inducido por el aumento de la presión intraabdominal debido a
las contracciones de los músculos abdominales, las crías de los hurones nacen sin pelo y
con los ojos cerrados. Y por último el alumbramiento donde la madre expulsa la placenta y
las membranas fetales, esto también es inducido por contracciones y una mayor presión
intraabdominal.

Conclusión
A la luz de este informe es posible apreciar dos cosas: La primera es la gran
cantidad de fases y procesos secundarios por los que pasa un hurón en su desarrollo
embrionario, tantos que aquí solo se recopila un resumen de lo más importante de cada
fase. En segundo lugar es interesante darse cuenta de que la embriología en los hurones es
prácticamente igual a la que se da en el resto de mamíferos (incluyendo a la especie
humana) con diferencias únicamente en los tiempos de cada proceso (como los periodos de
gestación) y otros detalles propios de la anatomía cada especie (como nacer con los ojos
cerrados). Es quizá esto último lo más interesante, esas pequeñas diferencias en la
gestación como la forma de un cráneo o la cantidad de pelo son las que marcan las
singularidades de cada especie.

Referencias bibliográficas
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Enriques, C., Moya, A. y Ramos, M. (2019). Control de celo en hurones. Ateuves,
volumen 80. https://ateuves.es/revista-online/ateuves_80.html
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https://psicologiaymente.com/neurociencias/neurulacion
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https://wikifaunia.com/mamiferos/mamiferos-y-roedores/la-reproduccion-del-huron/
Moreno A. G. (s. f.). Embriología. https://www.ucm.es/data/cont/docs/465-2013-08-
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Medigraphic. https://www.medigraphic.com/pdfs/invdis/ir-2012/ir121g.pdf
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https://revistas.uautonoma.cl/index.php/ijmss/article/download/233/229/237
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https://www.saludcastillayleon.es/ventanafamilias/es/embarazo-parto/parto/fases-parto

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