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2.

3 EQUIPAMIENTOS Y PRESTACIONES POR COLECTIVOS DE


INTERVENCIÓN
La denominación de las diferentes prestaciones, servicios y equipamientos pueden variar
en función del tipo de colectivo al que atienden y la Comunidad Autónoma en la que estos
se emplacen. Vamos a realizar una exposición de los principales recursos por colectivos
de intervención.

2.3.1 Familias

Existen diferentes servicios cuyo objetivo es mejorar la convivencia y la inclusión de aque-


llas familias que se encuentran en una situación de crisis, vulnerabilidad y exclusión. La
finalidad de todos ellos es proporcionar a los miembros de la unidad de convivencia habili-
dades básicas para atender sus necesidades básicas y cumplir de forma adecuada con
sus funciones.

1. Punto de encuentro familiar. El Documento Marco de Mínimos para Asegurar la


Calidad de los Puntos de Encuentro Familiar lo define como:

Un recurso social especializado para la intervención en aquellas situaciones de


conflictividad familiar en las que las relaciones de las menores con alguna o algún
progenitor o miembro de su familia se encuentran interrumpidas o son de difícil de-
sarrollo. Esta intervención es de carácter temporal, desarrollada por una profesio-
nal en un lugar neutral, y tiene como objetivo principal la normalización de la situa -
ción conflictiva,[...] garantizando el interés y la seguridad de las menores y de los
miembros de la familia en conflicto. Ofrece a las familias que se encuentran en una
situación de separación, divorcio, ruptura de pareja o conflicto familiar, un lugar físi -
co y neutral para facilitar el régimen de visitas de las menores, garantizando el de -
recho de las mismas a relacionarse con ambas progenitoras y sus respectivas fa-
milias extensas, y, en su caso, su propia seguridad.

2. Orientación e intervención familiar. Engloba diversas intervenciones profesiona-


les orientadas a dar respuesta a las necesidades familiares ofreciendo servicios
que faciliten la atención a las necesidades básicas, la convivencia estable y segura,
el fomento de una parentalidad y marentalidad positiva, el asesoramiento y la ac -
tuación ante situaciones de conflicto y violencia familiar. Las administraciones facili-
tarán la intervención profesional y los recursos para la realización de las tareas pre-
ventivas, educativas, rehabilitadoras y económicas de manera que la persona uni -
dades familiares puedan atender adecuadamente a sus componentes, lo que po-
tenciará as competencias y capacidades tanto de las personas que tienen la res-
ponsabilidad de atención de la unidad familiar de la que forman parte como el resto

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de miembros, para que todas ellas contribuyen de forma activa a que la unidad fa -
miliar sea el medio que permita que las personas puedan desenvolverse con auto-
nomía en el entorno comunitario.

3. Mediación familiar. es un servicio que presta una intervención profesional dirigida


a la gestión de los conflictos que surgen entre los miembros de un sistema familiar
ante situaciones de conflicto que impliquen un riesgo de ruptura de pareja. Su obje-
tivo es fomentar los recursos de la pareja para que esta pueda afrontar las situacio-
nes conflictivas en procesos de separación o divorcio. Posee un carácter volunta-
rio. Es un proceso confidencial en el que el equipo de profesionales proporciona la
ayuda para que las partes desarrollen habilidades para la resolución de conflictos,
lo que facilitará la comunicación para el logro de compromisos y acuerdos que ga -
ranticen los derechos de los hijos e hijas.

4. Terapia familiar. Este servicio presta un tratamiento terapéutico a aquellas familias


que presentan alteraciones emocionales y relaciones inestables o desajustadas.
Centra la intervención en las interacciones que se producen entre los miembros de
la unidad familiar, ya que considera que los patrones de conducta disfuncionales
son consecuencia de carencias en la estructura del sistema familiar. Las actuacio-
nes se enfocan en modificar el estilo de comunicación de la familia, transformar el
comportamiento de sus miembros, dotarlas de herramientas para la mejora de las
relaciones y a la intervención psicológica específica.

2.3.2 Menores en situación de riesgo o desprotección

Para conocer los recursos destinados a menores en situación de riesgo o desprotección,


primero tenemos que diferenciar ambos conceptos:

• La situación de riesgo es aquella en la que, a causa de circunstancias, carencias


o conflictos familiares, sociales o educativos, el desarrollo personal, familiar, social
o educativo, bienestar o derechos de una menor se ven perjudicados, de forma
que, sin alcanzar la entidad, intensidad o persistencia que fundamentarían su de-
claración de situación de desamparo y asunción de la tutela por el ministerio de la
ley, sea precisa la intervención de la Administración Pública competente, para elimi-
nar, reducir o compensar las dificultades o inadaptación que la afectan y evitar su
desamparo y exclusión social, sin tener que ser separada de su entorno familiar.

• La situación de desprotección se produce a causa del incumplimiento o del impo-


sible o inadecuado ejercicio de los deberes de protección establecidos por las leyes
para la guarda de las menores, cuando estás queden privadas de la necesaria
asistencia moral o material. La asunción de la tutela atribuida a la entidad pública
conlleva la suspensión de la patria potestad o de la tutela ordinaria.

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La declaración de situación de riesgo o situación de desamparo pone en marcha una serie
de mecanismos diversos con los que se pretende conseguir la protección y la atención de
las menores. Estableciendo los principales recursos para menores:

1. Valoración y atención en situación de desprotección de menores. Es una pres-


tación que se encarga de valorar, diagnosticar y evaluar situaciones de desprotec-
ción de menores como consecuencia de la no satisfacción de sus necesidades bá-
sicas o de actuaciones violentas o negligentes en sus cuidados. También se encar-
ga de disponer de medidas de protección adecuadas para la menor.

2. Acogimiento familiar. Es una medida de protección a la infancia que ejerce la


guarda ante situaciones de desamparo. Posibilita la integración de la menor en un
sistema familiar alternativo que le proporcionará la atención de sus necesidades
básicas y su protección. Primará siempre el interés de la menor y se priorizará, si
es viable, la reintegración en su propia familia. Se establecerá un régimen de visi -
tas y comunicaciones con la familia de origen, siempre que no suponga ningún per-
juicio para el interés y la seguridad de la menor. Esta medida garantizará a la me -
nor un contexto normalizado para su desarrollo personal.

3. Acogimiento residencial. es una medida de protección a la infancia para ejercer la


guarda ante situaciones de desamparo. Posibilita una atención integral a la menor
en un entorno residencial. Se distinguen varios tipos:

• Centros de primera acogida: ofrecen una atención urgente, rápida y profesional


a menores ante situaciones de desprotección, para valorar la situación y plan-
tear las medidas de atención integral.

• Viviendas tuteladas: brindan un espacio de convivencia en el que satisfacen las


necesidades de seguridad, educación y desarrollo de la menor, como ejercicio
de la guarda, que corresponde a la entidad pública.

• Centros de protección específicos de menores con problemas de conducta :


ofrecen una situación de guarda para menores diagnosticadas con problemas
de conducta.

4. Adopción. es una medida de protección a la infancia que proporciona un hogar


permanente y adecuado a aquellas menores sin familia o con imposibilidad de rein -
tegrarse a su familia de origen.

5. Apoyo a jóvenes con medidas de protección. Son programas para la prepara-


ción para la vida independiente que facilitan el proceso madurativo y avalan su au-
tonomía personal a través de procesos de acompañamiento, asesoramiento y
orientación a través de medidas residenciales, formativas, laborales y, en su caso,
económicas.

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6. Centros de internamiento. Son centros destinados a la ejecución de medidas judi-
ciales de internamiento, impuestas desde los Juzgados de Menores, que persiguen
que las menores infractoras puedan reorientar su comportamiento en condiciones
de seguridad adecuadas. Se pueden distinguir tres regímenes:

• Régimen abierto: las menores sometidas a esta medida judicial residirán en él,
desarrollarán todas las actividades del proyecto educativo en los servicios nor-
malizados del entorno y residirán en el centro como domicilio habitual, con suje -
ción al programa y régimen interno del mismo.

• Régimen cerrado: las menores sometidas a esta medida judicial residirán en el


centro y desarrollarán en el mismo las actividades formativas, educativas, labo-
rales y de ocio. Este régimen sólo podrá ser aplicable cuando en la descripción
y calificación jurídica de los hechos se establezca que en su comisión se ha em-
pleado violencia o intimidación en las personas o actuado con grave riesgo para
la vida o la integridad física de las mismas.

• Régimen terapéutico: las menores sometidas a esta medida judicial residirán en


el centro donde recibirán la atención educativa especializada y el tratamiento
específico de las alteraciones psíquicas, drogodependencia o alteraciones en la
percepción que determinen una alteración grave de la conciencia, de acuerdo
con el régimen impuesto y aprobado por el Juzgado de Menores.

7. Centro de día especializado en infancia y adolescencia. Es un equipamiento de


atención diurna en el que se desarrolla una serie de actuaciones preventivas y edu-
cativas que complementan la escolarización. Su finalidad es prevenir, reducir y eli -
minar aquellas situaciones de riesgo que impiden a las menores un desarrollo inte-
gral y una integración normalizada en su entorno. Ofrecen sus servicios fuera del
horario escolar mediante actividades educativas, de ocio y tiempo libre, culturales,
de asesoramiento y formación familiar, de desarrollo de habilidades, etc., para favo-
recer su desarrollo integral y autónomo.

8. Líneas telefónicas de atención a la infancia. Son servicios telefónicos de aten-


ción permanente que posibilitan un espacio para la escucha y el asesoramiento a
menores y adolescentes, de manera rápida, confidencial y profesional.

2.3.3 Personas mayores

Para Cancrini (1996), las personas mayores son aquellas que se encuentran en la fase
del ciclo vital en la que la persona percibe y afronta, sola o en pareja, la reducción progre-
siva de sus competencias, capacidades y salud, de sus posibilidades de moverse y de
elegir; características sobre las que se articulan los diversos pasos de la vejez.

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Existen diferentes servicios encaminados a mejorar la calidad de vida y las competencias
de las personas mayores, entre los que podemos destacar:

1. Centros de día para personas mayores. Son equipamientos que permiten el apo-
yo y los cuidados específicos para aquellas personas mayores que, debido a su es-
tado de salud y a sus circunstancias personales y familiares, precisan de atención
continuada. Su objetivo es ofrecerle servicios terapéuticos, rehabilitadores y socia-
les, lo que favorecerá la permanencia en el entorno para aquellas personas que tie-
nen dificultades para recibir una atención adecuada en su hogar.

2. Residencias de mayores. Son equipamientos que suponen un hogar alternativo


para aquellas personas mayores que, debido a su problemática, su situación eco -
nómica, su grado de dependencia o la falta de apoyos familiares, no pueden vivir
de forma autónoma e independiente. El alojamiento que brindan puede ser tempo-
ral o permanente y se clasifican en residencias de “válidas” (destinadas a personas
con cierta autonomía), de “asistidas” (para personas con incapacidad permanente)
y “mixtas” (para personas autónomas y dependientes). Ofrecen una atención inte-
gral cuyo objetivo es la mejora de la calidad de vida y la promoción de la autonomía
personal de las personas residentes.

3. Servicios de atención domiciliaria. Son un conjunto de actuaciones que tienen


por objeto atender situaciones de dependencia y fomentar la permanencia de la
persona usuaria en su domicilio en condiciones adecuadas. Ofrece atenciones y
cuidados de carácter personal, psicosocial, educativo y doméstico con un carácter
preventivo, asistencial y rehabilitador. Para ello, se proporcionará en el domicilio
atención personal (aseo, vestido, atención a personas incontinentes, cambios pos-
turales, ayuda a la administración de alimentos y medicamentos, etc.).

4. Teleasistencia. Es una prestación que fomenta la estancia en el domicilio habitual


de aquellas personas mayores que se encuentran en una situación de vulnerabili -
dad por su edad, su grado de dependencia o aislamiento. Pueden ser beneficiarias
de este servicio las personas mayores de 70 años que vivan solas o tengan reco-
nocidas la situación de dependencia. Ofrece una atención personalizada para me-
jorar y garantizar la protección y seguridad de la persona usuaria, aporta compañía
y permite poder detectar y prevenir situaciones de riesgo. Para ello, se instala en el
domicilio un terminal telefónico conectado a una central receptora de avisos, con
una disponibilidad de 24 horas del día, todos los días del año. De esta manera, se
proporciona una atención directa y una respuesta inmediata ante las diferentes si-
tuaciones detectadas, movilizando recursos del entorno socio-familiar, recursos
propios de la entidad gestora o de los servicios sociosanitarios.

5. Envejecimiento activo. Son programas cuyo objetivo es fomentar el bienestar físi-


co, psíquico y social de la persona a lo largo de la vida, promocionando la autono -
mía de la persona mayor y favoreciendo la prevención de situaciones de depen-
dencia. Ofrece una amplia variedad de programas y actuaciones, como el termalis-

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mo, el turismo social, el acceso y fomento de la utilización de las nuevas tecnolo-
gías de la información, etc.

https://www.rtve.es/alacarta/videos/documentos-tv/docu-tv-hay-alguien-ah-fuera/
899808/

2.3.4 Personas con diversidad funcional


Actualmente, el término discapacidad posee connotaciones negativas y se ha asumido la
diversidad como una situación habitual, consecuencia de la pluralidad y variedad de per-
sonas. Los recursos atención a personas que presentan alguna diversidad funcional están
encaminados a la mejora de la autonomía, la inclusión social, la participación plena y la
autodeterminación. Estos son los servicios más destacados:

1. Servicios de valoración. Son un conjunto de prestaciones técnicas que tienen por


objetivo la evaluación, valoración y realización de informes que van a determinar
tanto el reconocimiento de la situación y grado de dependencia de la persona soli -
citante como la valoración y calificación de las situaciones de discapacidad, deter-
minando el grado y el tipo de la misma. Estos dictámenes permiten el acceso a los
diferentes servicios y prestaciones del Sistema Público de Servicios Sociales y del
Sistema para la Autonomía y Atención a la Dependencia. Pueden ofrecer también
servicios de orientación, diagnóstico y tratamiento, valorando las repercusiones de
la situación de la persona en la realización de las actividades de la vida diaria y en
la vida familiar.

2. Servicios de Atención Temprana. Son aquellos servicios destinados a niñas y ni-


ños de 0 a 6 años que presentan trastornos permanentes o transitorios en su desa-
rrollo, a sus familias y al entorno. Brindan servicios de valoración y diagnóstico;
atención y apoyo psicosocial a las familias; intervenciones para la estimulación
cognitiva, sensorial, motriz y comunicativa de las niñas y niños y asesoramiento so -
bre la adaptación del entorno con el objetivo de realizar una pronta actuación que
fomente un desarrollo integral lo más normalizado posible. Estos servicios de aten-
ción integral se prestan desde:

• El Sistema Público de Servicios Sociales.

• El sistema educativo, si el niño está escolarizado en la etapa de 3 a 6 años.

• Entidades privadas concertadas, formadas por un equipo interdisciplinario de


profesionales.

• La familia, que tiene que participar y formar parte en todo el proceso.

3. Centros de educación especial. Son aquellos centros educativos que escolarizan


alumnas que muestran necesidades específicas de apoyo educativo que impiden

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su integración óptima en un centro ordinario. Se accede tras la valoración del Equi-
po de Orientación Educativa y Psicopedagógica y debe contar con la aprobación de
la Inspección Educativa y la familia de la menor. Las funciones de estos centros co-
rresponden a los niveles educativos del sistema ordinario, con etapas de educación
infantil, primaria, transición a la vida adulta y laboral. Sus actividades persiguen la
mejora de la autonomía personal, la adquisición de habilidades personales y socia-
les y de inclusión y participación en el entorno en el que se ubican.

4. Centros ocupacionales: Son centros destinados a personas en edad laboral, con


discapacidad intelectual, un grado de discapacidad igual o superior al 33% y con
posibilidades de desarrollar sus capacidades residuales. Su finalidad es:

• Favorecer el aprendizaje y desarrollo de habilidades ocupacionales y competencias


laborales.

• Potenciar el desarrollo personal y social con actuaciones de ajuste y orientación in-


dividualizados.

• Facilitar la formación y capacitación ocupacional y laboral.

Así, se posibilita la integración laboral y se refuerzan las opciones de acceso a un


empleo, un elemento necesario para tener una vida lo más autónoma, indepen-
diente y normalizada posible. Pueden ser servicios permanentes, para aquellas
personas con graves dificultades para acceder a un empleo protegido o servicios
formativos, o servicios temporales, para personas con posibilidad de acceder a un
empleo protegido u ordinario.

5. Centros especiales de empleo. Son un conjunto de recursos de empleo protegido


que cuentan con programas de apoyo de ajuste personal y social. Su objetivo es
proporcionar un trabajo remunerado y adaptado a las características de las perso-
nas con discapacidad para favorecer su inserción en el mercado laboral. Los cen-
tros deben contar con al menos un 70% de trabajadoras con discapacidad.

6. Centros de día para personas con diversidad funcional. Son equipamientos


que ofrecen servicios de prevención, tratamiento y rehabilitación mediante activida-
des educativas, adaptativas, prelaborales y sociales. Estos centros proporcionan
los apoyos necesarios para mejorar la calidad de vida de las personas usuarias,
aportan un apoyo y respiro para las familias, previenen los riesgos de deterioro, fa-
vorece la adquisición de hábitos de autonomía, posibilitan la realización de activida-
des de ocio y tiempo libre y fomentan la inclusión social.

7. Viviendas tuteladas y supervisadas para personas con diversidad funcional.


Son equipamientos destinados a personas con discapacidad, con un grado igual o
superior al 33% que prestan alojamiento alternativo a los centros residenciales, así
como un apoyo psicosocial. En las viviendas residen de manera estable un grupo

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de personas, con un adecuado nivel de autonomía, que precisan una serie de apo-
yos intermitentes limitados para desenvolverse con autonomía.

8. Centros residenciales para personas con diversidad funcional. Son equipa-


mientos destinados a la atención integral y especializada a personas que, por la
gravedad de su situación, no pueden ser atendidas de forma adecuada en su en -
torno familiar. Estos recursos atienden a personas con diferentes discapacidades,
las cuales marcarán las actividades de apoyo y los servicios que en ellos se pres -
ten.

9. Incapacitación y tutela. La incapacitación es el mecanismo jurídico previsto para


aquellos casos en que enfermedades o discapacidades, físicas o psíquicas, imposi-
bilitan a la persona ejercer su autogobierno. Su finalidad es proteger sus derechos
personales y patrimoniales. Está regulada en el Código Civil y la Ley de Enjuicia-
miento Civil. La sentencia que declare la incapacitación establece la tutela de la
persona incapacitada y asegura, así, la protección de sus derechos, la atención de
sus necesidades básicas y la mejora de su calidad de vida.

10. Centro de referencia estatal de autonomía personal y ayudas técnicas (CEA-


PAT). Es un centro dependiente del Instituto de Mayores y Servicios Sociales (Im-
serso) que ofrece la difusión de la información y el conocimiento, fomenta la investi-
gación y la innovación, forma profesionales, colabora en la elaboración de normati-
va y apoya y asesora a instituciones y recursos del sector relacionados con la auto-
nomía personal y los productos de apoyo.

2.3.5 Mujeres en situación de violencia de género


Las Naciones Unidas definen la violencia contra las mujeres (Resolución de la Asamblea
General 48/104, de 20 de diciembre de 1993) como “todo acto de violencia basado en la
pertenencia al sexo femenino que tenga, o pueda tener como resultado, un daño o sufri-
miento físico, sexual o psicológico para las mujeres, inclusive las amenazas de tales ac-
tos, la coacción o la privacidad arbitraria de la libertad, tanto si se producen la vida pública
o privada”.

La Ley Orgánica 1/2004, de 28 de diciembre, de Medidas de Protección Integral Contra la


Violencia de Género, establecen las medidas para prevenir, sancionar y erradicar esta
violencia y prestar asistencia a sus víctimas. Esta ley se ve modificada por la Ley 26/2015,
de 28 de julio, de Modificación del Sistema de Protección a la Infancia y la Adolescencia,
que mejora las medidas de protección y enfatiza la necesidad de que dichas medidas
sean siempre acordadas en los procesos de violencia en que haya menores. A continua -
ción, se van a relacionar las principales prestaciones:

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1. Instituto de la Mujer y para la Igualdad de Oportunidades. es un organismo de-
pendiente del Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad, cuya finalidad
es:

Promover y fomentar la igualdad de ambos sexos, facilitando las condiciones para


la participación efectiva de las mujeres en la vida política, cultural, económica y
social, así como la de impulsar políticas activas para el empleo y el autoempleo de
las mujeres y la de fomentar y desarrollar la aplicación transversal del principio de
igualdad de trato y no discriminación.

Entre sus funciones, destacan las investigaciones realizadas sobre la situación de


las mujeres en los diferentes ámbitos, la gestión de un centro de documentación, la
realización de actividades formativas en materia de igualdad, el asesoramiento
ante situaciones de discriminación por género y las actuaciones de sensibilización.

2. Derecho a la asistencia. Es el conjunto de servicios que se prestan de manera


gratuita para garantizar el apoyo, la protección y la asistencia a las mujeres en si-
tuación de violencia de género y a sus hijas e hijos. Existen varios tipos de servi -
cios:

• Asistencia psicológica: se emprende mediante programas psicológicos especia-


lizados encaminados a mitigar las secuelas de los malos tratos, la recuperación
integral de la mujer y el diseño de un nuevo proyecto de vida. Este servicio se
presta desde los diferentes recursos y apoyo y acogimiento, así como desde
entidades sin ánimo de lucro.

• Asistencia jurídica: se lleva a cabo mediante programas especializados orienta-


dos a dar una adecuada orientación jurídica a las mujeres en situación de vio -
lencia de género; así como su defensa jurídica. Desde junio de 2005, en cumpli-
miento de lo establecido por la Ley Orgánica 1/2004, de 28 de diciembre, de
Medidas de Protección Integral Contra la Violencia de Género, se crean en
nuestro país los Juzgados de Violencia sobre la Mujer, que se encargan de la
instrucción de los delitos relacionados con la violencia de género.

3. Centros de la Mujer: son equipamientos que proporcionan servicios de informa-


ción, orientación y asesoramiento a mujeres en temas laborales, sociales y de de-
rechos fundamentales. Su finalidad es contribuir a la eliminación de las situaciones
de discriminación por materia de género y la implicación de toda la sociedad para
el logro de la igualdad real entre ambos sexos, en todas las esferas de la vida. Los
equipos profesionales ofrecen a la mujer una atención personalizada encaminada
al desarrollo de su proyecto personal. Desde los centros de la mujer se desarrollan
acciones de sensibilización y formativas mediante la organización de talleres, char-
las, exposiciones, etc., sobre el papel de la mujer en los diferentes ámbitos de la
sociedad, como el empleo, la salud, la violencia de género, los derechos, la cultu -
ra, el tiempo libre, la educación, etc.

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4. Centros de acogida para mujeres en situación de violencia de género. Equipa-
mientos destinados al alojamiento y residencia temporal de mujeres en situación de
violencia de género y de sus hijos e hijas. Ofrece una atención inmediata que per -
mite valorar y orientar a la víctima. Favorece un espacio de convivencia segura y
prestan una atención integral cuyo objetivo es la recuperación y normalización de la
situación de la mujer. Existen diferentes tipos:

• Centros de urgencia: ofrecen protección y alojamiento en situaciones de emer-


gencia durante un corto espacio de tiempo (aproximadamente 15 días). Llevan
a cabo la valoración de la situación de la mujer para su derivación al recurso
más adecuado. Sus profesionales ofrecen también asesoramiento y orientación
a los servicios jurídicos, sanitarios, de seguridad y protección, etc.

• Centros de acogida para mujeres en situación de violencia de género : propor-


cionan protección y alojamiento en situaciones de violencia de género durante
el espacio de tiempo que se establezca en su plan individualizado de atención,
que estará orientado a la recuperación integral de la mujer y de sus hijas e hi-
jos.

• Centros de acogida para mujeres jóvenes : equipamientos específicos para mu-


jeres entre 18 y 30 años que se encuentran en una situación de desprotección o
están en situación de violencia familiar. La intervención persigue la consecución
de la autonomía y la independencia para dotar a las jóvenes de herramientas y
recursos para su autogobierno.

• Viviendas tuteladas y supervisadas para mujeres en situación de violencia de


género: equipamientos que ofrecen alojamiento a mujeres procedentes de cen-
tros de acogida. Su finalidad es el desarrollo de una vida normalizada y el acce-
so a una vivienda autónoma. Brinda servicios encaminados al desarrollo de ha-
bilidades formativas, ocupacionales y sociales; a la autonomía total y al empo-
deramiento.

5. Prestaciones económicas y laborales para mujeres en situación de violencia


de género. Son el conjunto de ayudas y medidas para garantizar el derecho al alo-
jamiento provisional y al acceso al empleo en favor de las mujeres en situación de
malos tratos, mediante acciones como bonificaciones fiscales para aquellas empre-
sas que las contraten.

6. Dispositivos de seguridad y protección para mujeres en situación de violen-


cia de género. son un conjunto de servicios cuyo fin es favorecer la localización in-
mediata de las mujeres mediante una atención permanente y urgente. Podemos
distinguir los siguientes:

• Servicio telefónico de atención y protección (ATENPRO) : es un terminal telefóni-


co para la mujer que se encuentra en una situación de riesgo que permite su
geolocalización y la comunicación con un centro de atención especializada.

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• Pulsera de control: es un dispositivo telemático que se utiliza para la supervisión
de las medidas de alejamiento de los maltratadores. Permite controlar el cumpli-
miento de las medidas de alejamiento de la víctima impuestas por el juez. Si la
persona portadora de la pulsera incumple dichas medidas, se activa de forma
inmediata una alarma en los centros de control de los cuerpos de seguridad.

7. Servicios de atención telefónica para mujeres en situación de violencia de


género. Son aquellos servicios cuya finalidad es ofrecer información y asesora-
miento para las mujeres en situación de violencia de género. Presta una atención
rápida, gratuita y profesional en relación con el proceso de actuación, los recursos
y servicios existentes, las medidas que se han de adoptar, la comunicación a las
fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado sobre las situaciones inminentes de pe-
ligro para la integridad de la mujer y la trata de mujeres y niñas con fines de explo-
tación sexual. Depende del Ministerio de Servicios Sociales e Igualdad y el teléfono
es el 016. Es confidencial y no deja rastro en la factura del teléfono.

8. Oficinas de asistencia a mujeres de delitos violentos y contra la libertad se-


xual. Servicio público y gratuito implantado por el Ministerio de Justicia de acuerdo
con la Ley 35/1995, de 11 de diciembre, de Ayudas y Asistencia a las Víctimas de
Delitos Violentos y Contra la Libertad Sexual. Están dirigidas a las víctimas de deli-
tos violentos con resultado de muerte, lesiones graves o daños contra la salud físi -
ca o mental, así como a las víctimas de los delitos contra la libertad sexual, ya sean
víctimas directas o indirectas. Entre sus objetivos se encuentran la orientación jurí-
dica de la mujer para evitar la victimización secundaria y su asistencia psicosocial.

9. Programas de reeducación de maltratadores. Estos programas comenzaron a


desarrollarse en el año 2001 en Instituciones Penitenciarias. En ellos se trabaja en
relación con la aceptación de la responsabilidad, la gestión de las emociones y el
entrenamiento en habilidades sociales. Estos programas tienen como objetivos evi-
tar poner en riesgo la integridad de la mujer, favorecer que los actos violentos no
causen daños a otros miembros de la familia y prevenir que no se vuelvan a repetir
situaciones de violencia de género con futuras parejas.

2.3.6 Personas con enfermedad mental


Según la Guía de Estilo de salud mental y medios de comunicación, de la Confederación
Española de Agrupaciones de Familiares y Enfermos Mentales (FEAFES):

Un trastorno o enfermedad mental es una alteración de tipo emocional, cognitivo y/o del
comportamiento, en que quedan afectados procesos psicológicos básicos como son la
emoción, la motivación, la cognición, la conciencia, la conducta, la percepción, la sen-
sación, el aprendizaje, el lenguaje, etc. lo que dificulta a la persona su adaptación al en-
torno cultural y social en que vive y crea alguna forma de malestar subjetivo.

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Entre los diferentes recursos que sirven para atender a las personas con enfermedad
mental, se hallan los siguientes:

1. Servicios de salud mental. Son servicios sanitarios desde los que se articula la
asistencia en salud mental para toda la población. Se accede a ellos desde la aten-
ción primaria o desde otros niveles sanitarios. Prestan una atención ambulatoria y
consultas urgentes, así como apoyo y asesoramiento a las necesidades de las per -
sonas con enfermedad mental, a sus familias y a profesionales.

2. Hospital de día. Es un dispositivo sanitario que ofrece, en régimen de hospitaliza-


ción parcial, tratamientos intensivos con el fin de promover cambios en el funciona-
miento psicológico de la usuaria. La derivación se hace desde los Servicios de
Salud Mental.

3. Unidad de crisis (hospitalización breve). Es un dispositivo sanitario de corta es-


tancia para personas que presentan episodios agudos. Proporciona un tratamiento
y cuidado intensivos mediante servicios diagnósticos y terapéuticos.

4. Centros de rehabilitación psicosocial y laboral (CRPSL). Son dispositivos am-


bulatorios para personas con trastornos mentales graves que tienen dificultades en
su funcionamiento autónomo, por lo que precisan de una atención y apoyo estruc -
turado para su integración y mantenimiento en la comunidad. Estos son los servi-
cios que prestan:

• Rehabilitación psicosocial para mejorar la autonomía personal y social de la


usuaria.

• Rehabilitación cognitiva para evitar procesos de deterioro, aislamiento o margi-


nación.

• Prevención de recaídas, autocontrol y manejo del estrés.

• Actuaciones de apoyo a los familiares para mejorar la convivencia y la calidad


de vida de la propia familia.

• Desarrollo de habilidades y competencias y ajuste laboral y de apoyo al empleo.

• Actividades para la participación social y la ocupación del tiempo libre.

• Sensibilización para la población general.

Realizan una intervención interdisciplinar a través de programas individualizados


con el objetivo de desarrollar la autonomía de la persona usuaria, potenciar su inte-
gración en la comunidad y apoyar a las familias.

5. Centros residenciales para personas con enfermedad mental. Son equipamien-


tos destinados a responder a las necesidades de alojamiento y soporte residencial

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de las personas con discapacidad derivada de una enfermedad mental grave de
curso crónico. Su objetivo es la integración en el entorno comunitario y el desarrollo
de la autonomía personal y de sus capacidades.

6. Viviendas tuteladas y supervisadas. Son equipamientos residenciales que per-


miten un trabajo de rehabilitación con la persona usuaria mediante el cual se persi-
gue que esta disfrute de una vida con la mayor autonomía e independencia posible.
Los apoyos comprenden actividades de manejo de la medicación, de compra y pre-
paración de la comida, seguimiento de las citas médicas, etc.

7. Talleres ocupacionales. Son programas en los que se entrena la capacitación


ocupacional de la persona usuaria con el objetivo de mejorar y normalizar la inser -
ción ocupacional y el acceso al empleo, ordinario y protegido.

2.3.7 Personas inmigrantes y refugiadas


Es complejo establecer unas características comunes sobre el fenómeno migratorio, ya
que existen una gran diversidad de factores que marcan sustanciales diferencias, como el
lugar de procedencia, la situación de regularidad, el nivel socioeconómico, redes de apoyo
en los países de acogida, la diversidad de situaciones, etc.

Una persona inmigrante es aquella que reside, de manera temporal o permanente, en


un país distinto a su país de origen.

En muchas ocasiones se confunden los términos de persona inmigrante y persona refu -


giada. Según la Convención de Ginebra sobre el Estatuto de los Refugiados, un refugiado
es:

Una persona que debido a fundados temores de ser perseguida por motivos de raza, reli -
gión, nacionalidad, pertenencia a un determinado grupo social u opiniones políticas, se
encuentre fuera del país de su nacionalidad y no pueda o, a causa de dichos temores, no
quiera acogerse a la protección de su país; o que careciendo de nacionalidad y hallándo -
se, a consecuencia de tales acontecimientos fuera del país donde antes tuviera su resi -
dencia habitual, no pueda o, a causa de dichos temores no quiera regresar a él.

Desde la Secretaría General de Inmigración y Emigración del Gobierno de España, se


convocan periódicamente subvenciones a entidades sin ánimo de lucro para desarrollar
programas de integración social y laboral para personas inmigrantes y refugiadas como
estos:

1. Acogida integral. Con el objetivo de atender las necesidades básicas y dar apoyo
para la inclusión de personas inmigrantes.

2. Programas para la lucha contra la discriminación. Encaminados a la formación


y sensibilización para la igualdad de trato y no discriminación en el ámbito laboral.

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3. Programas de integración de nacionales de terceros países. De acogida inte-
gral; de primera atención, orientación y asesoramiento; educativos; de promoción y
prevención de la salud, de fomento de la participación, de promoción de la igualdad
de trato, etc.

4. Programas de intervención integral en barrios. Para fomentar la integración y la


convivencia en barrios con una presencia importante de población inmigrante.

5. Programa de atención humanitaria. gestionar a través de los Centros de Estan-


cia Temporal de Inmigrantes (CETI), ubicados en Ceuta y Melilla. Estos centros
prestan asistencia a las personas inmigrantes en situación de vulnerabilidad debido
al deterioro físico y a la carencia de apoyos sociales, familiares y medios económi -
cos; que llegan a las costas españolas o permanecen en asentamientos con graves
riesgos sociales y sanitarios.

Desde este programa se presentan servicios destinados a:

• Acogida integral para la atención de las necesidades básicas de alojamiento y


manutención, así como el aprendizaje del idioma, formación, etc., para favore-
cer su integración.

• Traslados desde los lugares de recogida hasta los distintos dispositivos de aco-
gida.

• Atención de emergencia a grandes contingentes para situaciones de emergen-


cia humanitaria por la llegada masiva de personas inmigrantes.

• Atención en centros diurnos para proporcionar un entorno normalizado que evi-


te el deterioro personal y la exclusión social.

• Intervención en asentamientos para la atención de las necesidades personales,


sociales y sanitarias de las personas que se encuentran en ellos.

6. Centros de Internamiento de Extranjeros (CIE). Son equipamientos públicos a


los que son trasladados las personas inmigrantes que no tienen regularizada su si-
tuación. La entrada se dictamina por orden judicial y el tiempo de permanencia en
los CIE no será superior al necesario para la práctica de su expulsión, devolución o
regreso. Las menores extranjeras no podrán ser ingresadas en los CIE y serán
puestas a disposición de los servicios competentes en protección de menores.

7. Programa de Retorno Voluntario. Ofrece la posibilidad de regresar aquellas per-


sonas extranjeras que manifiesten su deseo de volver a su país de origen y que
cumplan los requisitos establecidos. Existen diferentes tipos de programas de re-
torno voluntario:

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• Programa de retorno voluntario de atención social: para personas inmigrantes
extracomunitarias que se encuentren en situación de especial vulnerabilidad
contrastable a través de los Servicios Sociales u ONG.

• Programa de retorno voluntario productivo : para personas inmigrantes extraco-


munitarias, no sujetas a la obligación de retornar, que deseen emprender un
proyecto empresarial asociado al retorno.

• Programa de ayudas complementarias al abono acumulado y anticipado de la


prestación contributiva por desempleo a trabajadoras extranjeras extracomuni-
tarias que retornen voluntariamente a sus países de procedencia (APRE): ayu-
das al viaje de retorno a sus países a los extranjeros extracomunitarios con de-
recho reconocido a percibir la prestación contributiva por desempleo, de forma
anticipada y acumulada.

7. Centro de acogida a refugiados (CAR). Equipamientos que ofrecen alojamiento


temporal, manutención y asistencia psicosocial urgente y primaria, así como otros
servicios sociales, con el fin de facilitar la convivencia e integración de las personas
refugiadas que solicitan asilo en España y que carecen de los medios económicos
para atender sus necesidades y las de sus familias.

2.3.8 Personas con adicciones a las drogas


La adicción a las drogas se puede definir como una “situación de dependencia”, es decir,
como el conjunto de síntomas cognitivos, conductuales y fisiológicos que surge tras el
uso repetido de drogas. Se considera una enfermedad cerebral y crónica que, debido a la
actividad prolongada de la droga en el cerebro, lleva a la persona a la búsqueda y al uso
compulsivo de la sustancia, generalmente para evitar el malestar que le causa su priva-
ción, aunque su consumo conlleve consecuencias negativas para ella.

En relación con las adicciones, cobra gran importancia las características personales y los
antecedentes de la persona adicta, las características del entorno y los efectos sobre el
organismo de la sustancia (teniendo en cuenta la cantidad utilizada, la frecuencia del uso
y la vía de administración). Según el Plan Nacional de Drogas, la red de atención pública
a las drogodependencias en España diferencia tres niveles de atención:

Recursos de Constituyen la puerta de entrada al sistema para la atención de la persona usuaria.


primer nivel Ofrecen, información, asesoramiento, detección precoz y derivación a otros servicios
más especializados.
Recursos de Son equipamientos que están destinados a la atención individualizada en régimen
segundo nivel ambulatorio. Ofrecen servicios de evaluación y diagnóstico, encaminados a la
abstinencia.
Recurso de Son recursos especializados en el tratamiento y la rehabilitación de las personas con
tercer nivel trastornos adictivos. Ofrecen servicios terapéuticos para la rehabilitación y la
integración social.

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Podemos destacar los siguientes equipamientos y recursos para atender a las personas
con adicción a las drogas:

1. Programas de disminución del riesgo. Se trata de programas encaminados a la


prevención del consumo de drogas que utilizan actuaciones de promoción de la
salud que promueven conductas incompatibles con el consumo de drogas y escue-
las de padres. Pero también desarrollan actuaciones para evitar las consecuencias
del consumo experimental y del uso esporádico de las drogas, así como para dis -
minuir los daños en la salud, como las campañas para la prevención de accidentes
de tráfico ocasionados por el consumo de drogas.

2. Centro de atención al drogodependiente. Equipamientos asistenciales básicos,


de carácter ambulatorio, que prestan una atención integral a las personas con con-
ductas adictivas. Ofrece servicios de información y orientación; de valoración, diag-
nóstico y terapia; de seguimiento y control terapéutico; y de atención familiar. Su
objetivo es la mejora de la calidad de vida y la recuperación integral de la persona
usuaria gracias a una intervención orientada a una modificación de conducta que
implica la reducción del consumo y el tratamiento para su desintoxicación y desha-
bituación.

3. Comunidad terapéutica. Son centros residenciales, de estancia temporal y con


carácter sociosanitario, que tiene por finalidad la abstinencia en el consumo de dro-
gas. Proporcionan un tratamiento integral, con actuaciones individuales y grupales,
en los aspectos sanitario, psicológico y social. Facilitan que las personas con con-
ductas adictivas se rehabiliten y logren inclusión social a través de programas de
desintoxicación, deshabituación, rehabilitación y reinserción. Son tratamientos exi-
gentes que persiguen que la persona vaya adquiriendo una mayor responsabilidad
personal y social que la conduzca a una vida libre de drogas.

4. Viviendas supervisadas. Son equipamientos de carácter residencial, destinados


al apoyo a las personas con adicción a las drogas, que se encuentran en las fases
de deshabituación y que no cuentan con apoyos y recursos adecuados para la rein-
serción. La finalidad es conseguir la autonomía y fomentar la convivencia mediante
actuaciones encaminadas a la inserción sociolaboral, la mejora del autoconcepto y
la adquisición de hábitos de vida saludables.

5. Programas de reducción de daños. Se trata de programas encaminados a pres-


tar asistencia a aquellas personas con adicción a las drogas que presentan dificul -
tades para abandonar el consumo. Podemos destacar los siguientes:

• Centro de emergencia social: equipamiento que ofrece alojamiento y atención


de las necesidades básicas de las personas drogodependientes que se encuen -
tran en situación de marginación social, no cuentan con redes de apoyo ni dis -
ponen de recursos económicos. Realiza actuaciones para la prevención de en-
fermedades y el seguimiento sanitario.

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• Programa de intercambio de jeringuillas : está orientado a reducir el daño a la
salud que provoca el consumo de drogas por vía parenteral y prevenir el conta-
gio de enfermedades infecciosas.

• Salas de inyección segura o venopunción : equipamientos sociosanitarios que


permiten a las personas adictas a sustancias administradas por vía parenteral el
consumo de la droga en condiciones higiénico sanitarias adecuadas. El objetivo
es la reducción de la mortalidad, la prevención de la transmisión de enfermeda-
des infectocontagiosas y la mejora de la calidad de vida de la persona adicta.
Para ello, cuenta con profesionales que realizan seguimientos y tratamiento
sanitarios, facilitan materiales esterilizados, así como información y asesora-
miento sobre los recursos existentes.

https://www.rtve.es/alacarta/videos/documentos-tv/documentos-tv-locura-drogas/
1300983/

2.3.9 Personas sin hogar


Según la Federación Europea de Asociaciones Nacionales que Trabajan con las Personas
Sin Hogar (FEANTSA), las personas sin hogar (PSH) son todas aquellas que “no pueden
acceder o conservar un alojamiento adecuado, adaptado a su situación personal, perma-
nente y que proporciona un marco estable de convivencia, ya sea por razones económi -
cas u otras barreras sociales, o bien porque presentan dificultades personales para llevar
una vida autónoma”.

Una persona se queda sin hogar debido a un proceso de deterioro en el que influyen as -
pectos estructurales (situación económica), relacionales (crisis familiares), personales (es-
tado de salud, edad, etc.) e institucionales (acceso a las prestaciones sociales).

Los servicios y las prestaciones para personas sin hogar se enfocan en la reconstrucción
de su proyecto de vida. entre ellas, destacan los siguientes:

1. Servicio de información y orientación. Son prestaciones encargadas de facilitar


información y asesoramiento a aquella persona que transita por la localidad o que
duerme en la calle. Se realiza la primera acogida de la persona y se intenta derivar
a un recurso más especializado para que pueda iniciar un itinerario personalizado
de inserción.

2. Centros de día. Equipamientos de carácter no residencial cuyo objetivo es dar


apoyo diurno, asesorar y acompañar a las personas sin hogar para lograr su inclu -
sión social y laboral. Ofrece servicios de orientación laboral, entrenamiento de habi-
lidades personales y sociales, adquisición de rutinas, asesoramiento legal, partici-
pación en actividades comunitarias, etc. También proporciona servicios para la co-

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bertura de las necesidades básicas, cómo comedor o ropero, lo que favorece su
proceso de recuperación.

3. Centros de acogida. Equipamientos que prestan alojamiento temporal y una aten-


ción asistencial básica. Son conocidos también como albergues. El objetivo es sa-
tisfacer las necesidades básicas y facilitar el acercamiento de la persona a la red
de atención a personas sin hogar, tiene un bajo nivel de exigencia, estos centros
suelen disponer de servicio para la higiene personal, servicio de comedor social y
servicio de consigna.

4. Centros residenciales. Equipamientos residenciales de carácter temporal en los


que se inicia el itinerario individualizado de inserción de la persona sin hogar. Brin -
da una atención integral encaminada al desarrollo de habilidades sociales y convi-
venciales, la adquisición de hábitos de autonomía y rutinas, la realización de activi-
dades de la vida diaria, el fomento de habilidades ocupacionales y la participación
en actividades culturales y de ocio.

5. Viviendas supervisadas. Equipamientos residenciales destinados a la convivencia


y a la consecución de un proyecto de vida autónomo e independiente. Se realizan
actuaciones de apoyo y acompañamiento para la inserción sociolaboral, estrategias
de gestión económica y el restablecimiento de las relaciones familiares. Es la fase
final del itinerario de inserción.

6. Centros de emergencia. Son equipamientos residenciales que prestan una aten-


ción básica aquellas personas sin hogar que, debido a la edad y a la situación cró-
nica de sinhogarismo, se encuentran en una situación de marginación, con impor-
tantes secuelas a nivel psicosocial. Es fundamental la voluntariedad de la persona
para la permanencia en el recurso. Este recurso favorece la mejora de la calidad de
vida de la persona usuaria y permite el acercamiento a otros recursos sociales y
sanitarios.

7. Servicios de calle. Son actuaciones dirigidas a la prevención de la situación de ex-


clusión de las personas sin hogar. Un equipo de profesionales, del ámbito social y
sanitario, se encarga de establecer relaciones, realizar acompañamientos e infor-
mar de los recursos existentes a aquellas personas que los desconocen o que evi-
tan su uso. Permite un acercamiento a los recursos existentes, proporcionan ropa
de abrigo y comida, ofrecen compañía e información, posibilitan el seguimiento de
su situación y realizan campañas especiales, como, por ejemplo, la acogida en
temporales de frío.

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La Técnica Superior en Integración Social, en su intervención, ha de
analizar dichos servicios para mejorar la calidad de estos. Para ello
debe examinar de forma crítica las actuaciones cuyo fin es mejorar la
accesibilidad a los servicios, la dotación de recursos, la calidad de las
intervenciones, la participación y la capacidad de decisión de las fami-
lias, la optimización de los recursos, las actuaciones de carácter pre-
ventivo, el uso de las tecnologías de la información, la efectividad de
los protocolos de actuación, la investigación sobre buenas prácticas, la
evaluación de los resultados, la comunicación y el trabajo en red, la
coordinación entre los diferentes niveles de atención, la formación y el
reciclaje profesional y la oferta de servicios.

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