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Esta es mi historia:

Desde hace mucho tiempo me dedico a la venta de ropa,


esto lo inicio cuando buscando trabajo de la profesión que tengo,
Cirujano Dentista, no encuentro y poner un consultorio propio
estaba fuera de mis posibilidades económicas.
Después de muchos intentos logre un contrato de 3 meses
en la Secretaría de Salud, al término de éste ya no hubo
recontratación. Me sentí muy frustrada y triste porque tenía dos
hijas pequeñas y el salario de mi esposo era insuficiente para
cubrir las necesidades de la familia.
Al estar trabajando dentro de la Institución antes
mencionada me percate que las mujeres trabajadoras con
horarios de tiempo completo, siendo profesionistas, amas de casa
y madres tenían poco tiempo para ocuparse de sí mismas, ahí
surgió la idea de vender ropa.
Ha sido difícil, de mucho esfuerzo, de caminar bajo el sol
con mi maleta en hombro pero ha valido la pena porque logré a
través de mi esfuerzo apoyar a la economía de mi hogar y sacar
adelante la educación de mis hijas que ya crecieron y volaron.
Pasó el tiempo y aparece la pandemia que cambia todo
porque no podía salir a vender ya que mi estrategia de venta era
visitar a mis clientas y los ahorros se iban terminando, había que
reinventarse…
Así que le pedí a dios me iluminara, empecé a investigar, a
buscar información y veo las ventas en línea, en ese momento
pensé “voy a intentarlo” ya que por mucho tiempo tuve temor a
la tecnología, no sabía usar la computadora y el celular para
ventas. Me dije: “Dios mío ilumíname voy a intentarlo con la
ropa que tengo”; empecé con rematar la ropa difundiéndolo en
WhatsApp logrando así reactivar mi negocio pero llegó el día en
que las ventas bajaron, había que traer novedades ¿Y cómo
hacerlo? haciendo pedidos pero tenía miedo de pedir mercancía
así que me arriesgué, hubieron tropiezos sin embargo salí
adelante.
En eso me entero de un curso que se me hizo interesante de
venta virtual, lo único que me faltaba era el dinero, como
siempre le pedí mucho a Dios que me ayudara; en ese momento
recibo una llamada de una prima que me ha apoyado en mis
momentos difíciles, platicándole la situación ella me presta el
dinero. Es así como ahora estoy en este curso; descubriendo a
mis 60 años cómo vender en forma virtual.
Me encanta y sé que hay, delante de mí, un camino lleno de
Esperanza, que gracias a la pandemia estoy conociendo.
Esta es mi historia Magi Nañez, ¡Síganme que habrán
muchas sorpresas!
Espero sus comentarios.

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