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Mayo 2023

MENSAJE DE BIENVENIDA

Esta antología reúne textos surgidos del Campamento de Otoño del Atlético de Escritura, en el
que entre textos, consignas y clases que ofrecí de forma gratuita, pude acercarle a cientos de
participantes la posibilidad de descubrirse como escritoras y escritores, a través de sus propias
historias.

Más de 1700 personas se inscribieron y se sumergieron en el proceso de experimentar la


potencia de su escritura.

Pienso que el primer paso para dar a luz al escritor, a la escritora que nos habita, siempre es
asumir el deseo de escribir. Y de eso se trató este programa de entrenamiento.

De reconocernos en ese deseo, de habilitarnos el camino y de pensar que sí, que también eso
es para mí.

Y ahora aquí estamos: compartiendo eso que hicimos. Para muchxs de los autores y las
autoras incluidas en esta edición, esta será la primera vez en la que sus escrituras entren en
contacto con el mundo exterior.

Y esa es la idea: compartir la experiencia de escribir, compartir la experiencia de leernos.

¡Gracias por estar junto a nosotrxs para darle sentido a nuestra escritura!

Mariana Mazover
ESCRIBEN

María Graciela Torres

Hector Agüero

Yoana Gori

Melisa Spinetti

Roxana Córdoba

María Laura Visintini

Roberto Breganni

Verónica Forloni

Gloria Pino Cuadros Vargas

Gladis Altuna

Patricia Paccot

Alessandra Laurenti
#1
María Graciela Torres
Raphael
Cuando conocí a Raphael, él era un joven fachero y presenciaba sus conciertos con embeleso. También,
un artista famoso; yo, una niña de guardapolvo que los dos caminábamos de la mano, en tanto ella,
tableado y flequillo corto, inmersa en el anonimato. Blanca, estaba con Miguel, su verdadero amor.
Ocurrió en el cine, un viernes a la tarde, gracias a mi
abuelita materna y su afición a las películas con Yo ansiaba que Raphael no se quedara con Blanca.
cantantes españoles, sus compatriotas, que Eso me daba chance para conquistarlo y pedirle que
compartía conmigo. me esperara hasta que cumpliera los veintiuno para
casarnos. El desenlace de la película cumplió mi
Sentí una punzada en el pecho, un flechazo en mi primer deseo.
párvulo corazón, en cuanto lo vi en la pantalla grande
que proyectaba “Digan lo que digan”. Mi imaginación Cuando fui mayor de edad, mi interés por Raphael se
prolífica hizo que sus expresivos ojos de color había desvanecido; un muchacho común ocupó su
chocolate se derritieran al cruzarse con los míos y lugar. Con el tiempo fui mudando los gustos, los
que los mechones castaños se movieran a un costado proyectos, los hombres… Más de cinco décadas
de su frente mientras levantaba las cejas al pasaron desde el estreno de la película que me reveló
descubrirme muy cerca de él, en una butaca de la un primer amor imaginario: Raphael. Hoy estoy feliz
primera fila. Quedé hipnotizada cuando cantó con mi elección sentimental, y celebro que él haya
“Acuarela del río” con voz grave y poderosa, su formado una familia sólida y se mantenga vigente en
caudal tenía la fuerza y el ritmo de las Cataratas del su profesión. Admito que siguió siendo mi ídolo
Iguazú, imponente paisaje que ilustraba la canción. durante la adolescencia, a pesar de que nunca asistí
Me cautivaron además los ademanes y gestos a un recital suyo.
faciales que desplegaba en la interpretación, en esa
época elocuentes pero no ampulosos como en la A la cajita musical de mi memoria le basta con
actualidad. albergar una imagen de Raphael joven: un atractivo y
magnífico cantante, dotado de una voz excepcional.
Apreté los labios de rabia, pensando: “¡Qué feo lo que
te están haciendo tu hermano Miguel y su novia, ella
te miente y él se esconde! Justo a vos, que sos tan
bueno y viniste de España solamente para verlo otra
vez. No merecen que los quieras”. Yo no podía
entender entonces -por mi edad me era imposible
percibir el gris entre el blanco y el negro- que se
engañara y se guardara un secreto a alguien para
protegerlo. Para mí "el fin no justifica los medios”.

Los temas románticos en boca de Raphael, su


aspecto y actitudes a lo largo del filme endulzaron mi
estado de ánimo y aflojaron tensiones. Me figuraba
que era yo convertida en mujer -no esa mentirosa-
quien lo acompañaba en un paseo a caballo, la que
#2
Hector Aguero
Otra vez
Salí a la calle enojado, caminando rápido, despojado Estaba seria, enojada, como confundida, sentada en
de cordura. Doble por Entre Ríos y enfile por Avenida una banqueta alta de la cocina.
Independencia rumbo a San Telmo. La cara me
hervía, aunque el frío invernal de Capital no dejaba Yo estaba perplejo, entrando en estado de ebullición,
que la calentura se notara de más. Caminaba, pensando si sacarme la campera o volver a la calle de
cruzaba calles, pensé en parar en un bar pero tantas nuevo así como estaba.
frases resonaban en mi cabeza que preferí que el aire
de la calle me las sacara de encima. A mi cabeza llegaron recuerdos que se fueron
hilvanando en frases y reproches fruto del enojo que
—Otra vez llegaste tarde. empezaba a apoderarse de mí.

La frase que colmó mi vaso mientras la miraba no “Sos una hinchapelotas”.


entendiendo si me estaba jodiendo o estaba enojada
en serio, otra vez. “Cómo te gusta arruinar con una pelotudez un
momento que podría haber sido lindo”.
La miré y le dije
—Me retrasé en la carnicería, acá a la vuelta, solo “Siempre te dormís cuando vamos al cine, ya no
quince minutos nomás. disfrutas nada”.

Pero ella, como ya hacía un tiempo, no quiso entrar “Hace como tres meses que ni cogemos”.
en razón y me volvió a buscar la vuelta.
Me apoyé en la mesada de espaldas a ella, cerré los
—Sí pero me dijiste ocho y media— me dijo ojos y me mordí los labios para no embarrarla aún
angustiada, a punto de llorar. más.

—Y son las nueve menos cuarto— respondí Pasé a su lado, intenté tocarle el hombro de forma
riéndome. conciliadora pero me rechazó con un movimiento
brusco y un chistido casi susurrado.
Miré el reloj en el celular y todavía faltaba medio No pronunciamos ni una palabra más y salí a la calle.
minuto. No esperé para decirle y el clima se tensó,
otra vez, por algo innecesario.

En la bolsa que dejé sobre la mesada de la cocina


quedaron las costillitas de cerdo que le había
prometido anoche y unas plantitas de rúcula para
hacerle una ensalada con queso parmesano.

—Somos grandes— le dije con una risa socarrona,


pensando en vano que iba a aflojar.
#3
Yoana Gori
El salvador
Me robaron la silla y la batería

del auto, un trabajo limpio

Cortaron los cables con cizaña

Lo vi y pensé "llamo a mi viejo"

Veinte minutos después,

Un ojo clínico analizó la situación,

Explicó todo lo que necesitábamos

Aunque no entendí, asentí con fervor.

Subimos a su auto, compramos lo necesario

Conseguimos todo después de unas vueltas

media hora tardo para ponerlo en marcha

Yo solo lo miraba, era su espectadora.

Por la tarde, cuando la ira cedió

Pensé en cómo es él siempre el salvador

Ese papel que se ganó hace tiempo

"Pa', se me rompió tal cosa". "Pa', necesito esto".

"Pa', ¿cómo se hace esto?" "Pa'". "Pa'". "Pa'".

La respuesta siempre igual, sin excepción

"Ahora voy", dice sin vacilar

El viejo lo sabe todo, o al menos así lo siento yo

Con estas palabras simples he dicho todo

Si añado algo más, se pondría demasiado meloso

A él no le gustan las cosas dulces, excepto las

empanadas

Así que cada vez que lo veo lo abrazo con fuerza

Y pienso "por favor, que sea eterno".


#4
Melisa Spinetti
Lo que pudo ser

Tenía 12 años, lo recuerdo porque estaba en séptimo En ése tiempo no había internet ni tanta información y

grado y la moda de ése entonces, el pantalón creíamos que con eso, nuestra labor estaba

pijamero, no dejan que lo olvide. encaminada, hasta que una prima de mi amiga

(mayor que nosotras) nos comentó que para formar

Las sensaciones que recorrían mí cuerpo eran una parte de un club de fans, los pasos a seguir eran otros

mezcla de alegría, euforia y colapso nervioso. Todo y no tan simples, había que hablar con una chica que

esto acontecía cuando la figura de él: Enrique vivía en Buenos Aires que era la que dirigia todo y no

Iglesias aparecía en alguna noticia, ya sea la radio, la teníamos forma de hacerlo, si le pedíamos ayuda a

televisión o en los diarios, su sola imagen hacía nuestros padres seguro nos sacaban carpiendo,

estallar mí cabeza en mil pedazos, haciendo que tenían otros compromisos y lo nuestro era cosa de

todo se detenga y flasheaba "amor". adolescentes; así que desistimos del club de fans.

Era tan lindo verlo, escucharlo, todo él era un sólo Pienso que tal vez, si le hubiésemos preguntado,

corazón, corazón que rellenaba con nuestros capaz hasta nos llevaban y todo.

nombres en algún poste de luz, en la vereda de

Estela (mi vecina), o en los tapiales de al lado de Al tiempo me entero que Enrique venía a Rosario a

casa… dar un recital. ¡cuánta emoción!, ¡que alegría! Iba a

poder escucharlo y no en un cassette, verlo, y no en

Con mis amigas del colegio nos pasábamos horas la tele, y saltar y gritar como una loca en su show.

hablando de él. Nos derretía el lunar de su cachete, Pero bueno, el destino, la suerte, o simplemente la

su tonito gallego y las poses de nene despreocupado realidad no hicieron posible que pudiera ir, al igual

que hacía cuando subía al escenario a cantar. que con lo del club de fans, esto tampoco iba a pasar.

Séptimo grado, viaje a Villa Carlos Paz con el colegio,

En mí pieza tenía un póster pegado en la pared, a los un sólo trabajo en casa, situación económica

pies de mi cama, póster que cada tanto caía al piso, complicadísima, no daba para pedirle a mis viejos que

producto de la humedad que decoraba la gastada me compren la entrada, no podía ser tan egoísta.

pared. Era tanto lo que me gustaba que decidí con mí Sentía que si lo hacía, los ponía en una encrucijada,

amiga Paola hacernos "un club de fans", entonces ellos eran lo más conmigo, pero no podía pedirles

empezamos a armar tarjetas comunes con cartulinas eso. Me lo tomé con calma; tal vez en algún

blancas a las cuáles les escribimos nuestra momento, tendría mi revancha de verlo en vivo.

identificación, le pusimos cordones para colgarlas al

cuello y las plastificamos con contac. Habíamos visto Hoy me quedo con el recuerdo de aquel fanatismo

algo parecido en la tele, cuando las fans entraban a adolescente y la lluvia cae lentamente sobre mi.

los recitales y mostraban esa tarjeta.. que inocentes...


#5
Roxana Cordoba
El cuadrilátero del horror
Por avenida mitre; oscuridad. El “bar cervecero” está la vereda del frente, los cercos de chapa que cubren

cerrado, adentro todos han caído en la melancolía. El la construcción del tercer túnel de la ciudad y debajo

colegio “María Auxiliadora”, ya no alcanza a auxiliar a del túnel, está la bóveda que dicen que encierran

nadie, menos a mí, que me veo envuelta entre almas sobrevivientes; apuro el paso, estoy en el

espíritus de esta calle asesina. Sobre la vieja casa de cementerio de las máquinas, hay arcos y sombras

serigrafía, todavía perduran aquellos carteles que que me siguen y me dicen “soy vos”. Siento mi

señalan el final: “peligro”, “prohibido pasar”, corazón como queriendo estallar y salir. Una sombra

“propiedad privada”, “cuidado con los existentes”, “los se detiene frente a mí, murmurando cosas

muertos cuidan este camino”, “salida de emergencia incoherentes, entre ellas me pregunta: ¿Qué buscas?

del infierno”. Y le digo: la estrella del mal, y él señala un espejo.

Entonces me acerco y me doy cuenta que soy yo la

La vinoteca está desierta, todos sus empleados estrella y en mis manos veo las marcas de mi destino.

fueron cortados en tajadas porque el vino les

reclamaba su sangre. Sigo caminando; voy llegando a

la peluquería, donde noche atrás estaba sentado un

hombre cómodamente decapitado. Tengo miedo de

verlo otra vez, cerraré los ojos, pero no puedo, estoy

segura de verlo nuevamente.

Calle Mendoza altura 1400. Parece que ningún ser

humano vive en esta cuadra; casas vacías y casas

poseídas por espíritus que se transfiguran en formas

de animales que ríen y ríen; salpicando inmundicia;

hay un solo edificio que sirve de torre y guarida para

el que es el dueño de este cementerio; suelo verlo en

la cima con su aguijón apuntando hacia el centro de la

tierra.

Al final de la calle hay un jardín maternal, donde las

madres deambulan muertas en vida, buscando a sus

angelitos muertos.

Sobre calle Suipacha, van los conductores ciegos,

esperando capturar el alma de algún transeúnte, por


#6
María Laura Visintini
El coronel retirado/La negra/Cien km
El coronel retirado La Negra

El coronel retirado me recibe puntual. La Negra tenía surcos profundos en su rostro, los

El coronel retirado tiene una secretaria muy joven y lóbulos de sus orejas estaban alargados por el peso

muy atractiva que abre y cierra la puerta de su de sus aros de oro criollos, o quizás estirados de

oficina. Tiene cuadros, muchos cuadros de trabajo, de escuchar a otros, de lavar por otros, de l

celebridades que al parecer lo guían y acompañan en tiempo. El vientre algo abultado, el pelo lacio

su vida. En el centro y en tamaño grande está San entrecano y prolijamente corto, los dientes desparejos

Martín, a la izquierda y derecha de éste, Obeid y Evita nunca ocultaban la sonrisa, la carcajada fresca y

respectivamente. ternura en la mirada.

También hay una foto. Las ropas flojas, raídas con botones que no

Se adelanta a mi registro visual y me cuenta que es abotonaban y tetas en corpiños flojos, que no

su hermano gemelo, piloto de la fuerza aérea en abultaban que solo caían.

Malvinas. Se la sacaron antes de morir. Las manos curtidas, muy curtidas y los dedos que

El coronel tiene bigotes, muy graciosos sus bigotes, iban tomando la forma del ordeñe, así, torcidos.

que se mueven cuando habla y que van de De caminar lento y con una cadencia que parecía un

tonalidades rubias a blancas, algo así como un Carlos rengueo. La voz quebrada y ensalivada, con un tono

García Moreno platinado. Viste informal, como para agudo que parecía un grito de auxilio ante tanto

irse a tomar una cervecita: camisa azul desprendida esfuerzo.

hasta el tercer botón, jeans blancos y mocasines. Todavía la puedo escuchar.

Habla muy informal y relajado, da a entender que le Se sentaba en el banquito de madera con un solo pie

queda poco en ese lugar, que lo suyo se termina en la base y recostaba su cabeza sobre la vaca que

pronto. ordeñaba, dos veces al día, todos los días, todos y

El coronel se muestra entusiasmadísimo con nuestro cada uno de esos días de esos 10 años que duró el

trabajo, sin conocerlo y solamente con haberle tambo.

presentado el título. Se apena que sea tarde: -qué Nunca pude entender porqué se silenció tanto el

lástima, podríamos haber recorrido juntos la costa cariño hacia ella o porqué se comienza a significar el

santafesina, no?. amor a partir de la ausencia.

A la mitad de la conversación me pregunta la edad y Yo la quería mucho, ella también a mí.

que por qué no lo tuteo, que él apenas tiene 53 años, Me saludaba con dos besos como se acostumbra en

que la diferencia no es tanta. el norte, en un abrazo tan fuerte que mi cuerpo hoy lo

No me sale y lo sigo tratando de usted. recuerda, como al olor y el sabor de estar con ella en

Me lo vuelve a pedir. el tambo.

Nunca me salió.

Está en la gestión desde el 2003. Cien km.

Con la creciente llegó él. Son 100 km. Una hora y media de distancia. Tres

autovías, tramos seguros, dobles carriles, dos peajes,


Cien km

Son 100 km. Una hora y media de distancia. Tres

autovías, tramos seguros, dobles carriles, dos peajes,

un río-túnel, un humedal cargado de verdor, otro

puente, otro río, más humedal, otro puente, la laguna.

Más ruta, las villas del oeste, qué desastre este país,

otro río, siempre bajo, más humedales, más casitas

pobres al lado del río, gente pescando. La ruta y a

ambos lados la llanura, la pampa del progreso, de las

vacas, pasturas y cultivos.

Voy y vengo con mi vieja de más de 87 pirulos hace

ya 12 años.

Lo hago desde que quedó viuda, voy y vengo para

que no esté sola los domingos…o un feriado, por

qué? porque pobre….

Repito el mantra.

Repito una y muchas veces lo buena y tranquila que

es y que no da problemas.

Quiere venir, al poco tiempo le dan ganas de volver.

Muchas veces no sé qué hacer con lo que siento. Si

sentir pena o bronca.

Se acuerda de pocas cosas y menos si son a pedido.

Los recuerdos le vienen antojadizos y muy pocas

veces los comparte.

A veces me pongo a pensar en lo que nos queda por

vivir y en lo que podríamos hacer en ese tiempo, y

entusiasmada le tiro ideas que ella con un gesto se va

encargando de enterrar.

Por ahí me entusiasmo y espero otro destello de

palabras que rompa tantos años de silencio. Por ahí

es eso lo que me hace ir y venir todos los domingos.


#7
Roberto Breganni
Antipoesía
Solo escriben los que saben

y yo, ¡carajo!

exiliado de la erudición

me revelo

ante los principios

nobiliarios.

Apenas

si

floto

buscando

la

voz

que

me

susurra

al

oído

un

verso

que

se

derrumba

en

la

hoja.
#8
Verónica Forloni
Ahora voy sola
Adoro los cementerios. cuidado. Lo llenaba de flores y lo ataba con una tira
que pasaba por la baranda. El nudo debía quedar
Desde chica siempre iba al de mi pueblo con las
atrás.
mujeres mayores de la casa. La visita se hacía una
vez por mes, como mínimo. Todo comenzaba con ir a Seguíamos hasta la nichera grande donde estaba
buscar las flores al jardín de las tías. Crisantemos, casi toda la familia y se colocaban las mejores flores.
gladiolos, helecho planchado. Cantidad de este Primero se limpiaba. Bien limpita. Se pasaba la
último. Mucho verde hay que llevar decía una de escoba, porque llevábamos escoba. Yo era la
ellas. La otra asentía. encargada de sacar los recipientes y lavarlos. Luego
se colocaban cada uno en su respectivo florero,
Ésta en la esquina de su casa plantó un helecho pero
según el muerto. Y en el medio la jardinera. Quedaba
de otra especie, yo creo que justamente para eso.
todo bello luego de acarrear baldes con agua y lavar
Mucho verde hay que llevar.
la vereda. Un detalle, las flores se sujetaban con una

Todavía está. vuelta de papel para que quedaran bien sujetas. Y


así, seguíamos la vuelta. Doblábamos hacia la
No sé para qué.
izquierda, parábamos. Lo mismo, hasta terminar.

En la batea del lavadero se hacían los preparativos.


Hoy voy sola. Todos los sábados. Llevo escoba,
Balde con mitad de agua para que no se volcara
balde, trapos, detergente, tijera, insecticida. Hay
durante el viaje y dentro, las flores. Trapos para
cantidad de hormigas. No quiero pensar lo que será
limpiar lápidas; otros, para sacarle brillo al bronce. Por
por dentro.
supuesto, la tijera negra, que ya no daba más la
pobrecita. Una sola nichera con dos muertos.

Íbamos los sábados a la hora de la siesta. A mí me Hice hacer una placa nueva. Quedó hermosa.
encantaba. Las tres con caras circunspectas
Desde hace veinte años compré una maceta de barro
subíamos al auto. En el camino se paraba en el
con su correspondiente plato y coloco plantín de
puesto de una tal Olga, muy amiga de las señoras
estación.
que me llevaban. Compraban un poco más de flores,
por si acaso. La vuelta, como ellas decían, era muy Siempre.
larga cuando saludábamos a todos los muertos.
La semana pasada entro, doblo a la derecha y ahí no
Comenzábamos por una punta y terminábamos por la
más está porque como decía ella No les voy a dar
otra. Otras veces, hacíamos la vuelta chica. Menos
trabajo porque estaré muy cerca de la entrada, pero
preparativos, menos flores, menos… Cada vez
mis ojos no vieron la maceta. ¡El escándalo que armé!
menos.
Fui a hablar con el encargado del cementerio y le dije,
Primera parada. La más joven subía a una escalera le tenía que decir a alguien que hacía muchos años
de metal. Yo la sostenía. Bajaba el florero de boca que siempre estaba la maceta pero que ahora no
ancha, sucio y yo lavaba. Detergente no llevábamos. estaba, que la habían robado, que tuvieran más
Muy cerca de ahí había una canilla. Se lo acercaba a cuidado, que para qué están, que era un atropello, les
sus manos y siempre repetía Con cuidado, con dije. El tipo apenas me miró y dijo No sé.
Asunto terminado.

No repuse la maceta pero compré las flores más


bellas, lavé los recipientes con detergente. Pasé la
escoba de arriba abajo. Coloqué los papelitos
enrollados alrededor de cada florero, por las dudas,
como hacía ella.

Que las flores no se vuelen,

tampoco que las roben

y terminé lavando la vereda.

No va nadie, solo yo y me quedo un rato.

No tengo apuro y le cuento esto, aquello, lo de más


allá.

También rezo. Poco, pero rezo.

Un Ave María, un Padre Nuestro y un Gloria.

Me quedo otro rato. La acompaño.

Junto todo y le digo hasta la semana próxima.

Te quiero.

Y vuelvo sola.

Antes de tomar la calle de salida me doy vuelta y me


soslayo mirando lo bonita que la dejé.

Por siempre, tuya.

Vero.

21/4/23
#9
Gloria Pino Cuadros Vargas
Son señales en el universo
La lluvia fría cae lentamente sobre los rostros Y acaso sean señales que escriben el destino para
somnolientos. La soledad se siente como una sombra bien o para mal, como labrando un camino en el
que pesa en cada paso y se agiganta con el tiempo, y universo, una luz en la oscuridad, una ráfaga en la
allí las penas indefensas brotan como agua ardiente atmósfera. No lo sé. ¿Quién lo sabe? El hecho es que
de un manantial cercano para hacerle compañía. aparecen, se hacen notar.

¿Acaso el agua que cae las va borrando con suavidad Hay un respirar profundo en la luz del día. Inhalar y
y poco a poco también la soledad se difumina ante la soltar. Todo fluye, todo pasa, pero algo quiere
presencia de tanta agua, confundida ya con la que perdurar.
cae de los ojos?
¿Cuántas veces nos preguntamos sobre la eternidad?
—Quizás. La luz del día pasa y cambia su intensidad, las
sombras que deja a su paso y el rastro de su
¿Aparecen truenos y relámpagos en el cielo frío, luminosidad son solo elementos fugaces, pero luchan
como marcando un destino? ¿O acaso es el destino por perdurar.
el que busca dejar su marca con luces y sonidos?
Los ojos son testigos del camino, las luces, las Así también nuestro andar deja huellas por doquier,
sombras y la piel es testigo de la lluvia y del frío. algunas son imperceptibles otras buscan la eternidad.
El caminante busca en el universo, algo que marque Y la luz del día tiene su ocaso pero vuelve a renacer
su destino, algo que acompañe la solitaria sombra de con cada amanecer.
su paso por el orbe.
Y ¿cómo perdura la luz, la del ocaso y la del
Hay algunos olores que aparecen como señales amanecer? Dicen que el arte, las pinturas, la
mensajeras del universo, tal vez sean indicios, fotografía son elementos que la vuelven inmortal, pero
señales del más allá. Y aparecen en momentos también la palabra eterniza cuando se presenta frente
especiales como si quisieran contarnos algo, mostrar al papel en blanco y la tinta se plasma convertida en
que están por y para algo. palabras que se vuelven poema o prosa sin igual. Por
eso la luz quiere ser un poema.
Pueden ser susurros que trae el viento, luces que
descienden como hilos mensajeros o como aromas Un trinar de pájaros en mi ventana semeja el canto
que envuelven y acompañan y adquieren valor al de ángeles y se confunde con risas de flores que
hacerse notar, por el simple hecho de estar sin saber caen en cascadas ruidosas. El amanecer se enciende
cómo ni por qué. No sé. ¿Quién lo sabe? entre luces y aromas y la ventana entreabierta deja
paso a todos ellos. Y conversan en un idioma único,
Quizás solo sean coincidencias o producto de la claro, calmos, armoniosos. Los sonidos arrullan los
imaginación. Quizás los aromas traigan mensajes de oídos y las flores se mecen al compás del canto.
otros tiempos, otros seres, para no estar tan ¿Cuál es el idioma de los pájaros, y el de las flores y
solitarios y olvidados. el de los ángeles? ¿Quién comprende sus mensajes?
Parece que se ríen, parece que murmuran, parece
que nos dejan señales infinitas.

Pero acaso las interpretaciones ¿son producto de la


imaginación, los deseos, y los estados de ánimo?

El trinar de pájaros enciende la mañana y la ventana


atrapa la gracia de los acordes naturales, y
celestiales. Hay en el aire un aroma que enamora, y
sonidos que deambulan entre suspiros, flores y aves.

Y hay estrellas en el cielo de la noche. Estrellas que


murmuran ante tanto silencio y la oscuridad encuentra
la compañía luminosa de los sueños, que se escapan
de las palabras de un poeta.

Hay estrellas en el cielo, hay suspiros en el aire y hay


sueños en la noche oscura. Pero entonces me
pregunto ¿Hay seres que se buscan y se encuentran
como estrellas en el cielo, suspiros en el aire, sueños
en los sueños?

Yo creo que sí, y se acompañan y se hacen uno en el


vasto universo.
Parece una pregunta boba, un sueño de poeta,
ilusiones vagas, pero si se encuentra la respuesta, es
porque no es tan boba, ni es solo un sueño o una
ilusión vaga.

Hay cosas simples que señalan los designios más


complejos. Hay seres simples, sueños nobles, poetas
que escriben sus ilusiones y hay estrellas luminosas
convertidas en poemas del universo.
#10
Gladis Altuna
Freddy

En mi adolescencia no existía Facebook, Instagram, Enterarme que Freddy era homosexual fue un puñal
ni pensar en Twitter, el teléfono celular era algo por en la espalda, no conocía y no concebía la
venir que veíamos como imaginario y soñado en la bisexualidad. Fue como si se me cayera un héroe.
familia del futuro, Los Supersónicos, ese dibujo Pensaba: “¿Qué hiciste Freddy? ¿Cómo perdiste la
animado que veíamos en blanco y negro, en la tele, magnanimidad masculina? No entendía”.
un aparato monstruoso, cúbico, donde nos
maravillaba ver a estos personajes. Para las Siendo hoy una persona adulta entiendo y perdono a
adolescentes estaban los fascículos de Corin Tellado, Freddy, él vivía en el extranjero, era libre de hacer de
pequeños libros de novelas románticas si las hay su vida lo que quisiera, nosotros dependíamos de una
porque llorábamos, nos enamorábamos y nos sociedad machista, gobernada por militares donde
metíamos en la historia como protagonistas junto a todo era negro o blanco no había lugar para los
nuestro actor o músico inolvidable, bello, majestuoso, grises, esos eran los reprimidos. Fue una manera de
irreal, pero real al fin desde las revistas. abrir pensamientos hacia otras formas, a otros
mundos donde buscar la felicidad no es ser él y ella,
El mío era Freddy Mercury. Luego de leer los Corin podemos ser dos ellas o dos él y disfrutar de otra
Tellado, hacer el amor con Freddy, escuchando sus manera la sexualidad y ser feliz.
canciones en cassette, era un momento íntimo,
individual, apasionado, floreciendo lo sexual, lo Sobreviví a eso, me sigue gustando Freddy, lo sigo
prohibido, dejando salir los deseos reprimidos, el rose escuchando, considero que su música era superior a
de las sábanas eran los brazos de mi amor imposible la época. Escuchar su música en los boliches y bailar
abrazándome y tocándome haciendo fluir mi libido. con el chico que me gustaba me hacía libre y
olvidarme de la represión.
Eran momentos de dictadura, donde la moral vedaba
a la libertad de expresión. Esto hacía que creciéramos
en donde hablar de sexo, sexualidad era pecaminoso,
era un tema para el interior de cada uno o en grupo
de amigas donde los varones no participaban. El
despertar sexual nos llenaba de preguntas y no
encontrábamos las respuestas ni en la familia ni en la
escuela, las resolvíamos como podíamos. Hoy
celebro la posibilidad que tengo de hablar
abiertamente de estos temas con mis hijos, amigos y
pareja.

La concepción de sexualidad fue calando hondo por


la gran represión.
#11
Patricia Paccot
Charlas breves sobre el amor

Charla breve sobre leer Charla breve sobre un río

Dicen que las letras no tienen olor y que las palabras Bajo el río el agua se convierte en gota. La gota

tampoco lo tienen. Apoyá la nariz a las letras “s” o busca una compañera de viaje y la encuentra. Con
esa gotita viajan por distintos y nuevos lugares que no
“m”, no huelen a nada. Poné la nariz sobre las
conocía. Van en un fluir continuo y sereno. En el viaje,
palabras razón o azul, tampoco huelen. Pero si
a la gota se le pone el pelo gris y la gotita crece tanto
acercás la nariz a la palabra mar, leche, jazmín o
que se convierte en gota. Se mueve diferente pero
bebé, sí que huelen. Tienen aroma a familia.
sigue el mismo camino. Las gotas no lo advierten,
pero sobre el río, el agua ve que se aproxima.

Charla breve sobre no pisar las líneas de las


baldosas

Charla breve sobre las agujas


El viaje duraba horas. Teníamos tiempo para leer,
cantar y contarnos historias hasta bajar del colectivo. Alguna vez mi abuela tejió al crochet. Mi mamá me
¿Y después? Había que caminar seis cuadras, eso decía que le alcance las dos agujas con las que nos

también podíamos hacerlo divertido. Las hacíamos hacía pulóveres a todos. También se los hizo a mi

sin pisar las líneas de las baldosas, la que las pisaba hija. Una aguja me pinchó esa vez que la operaron a

perdía una vida que sólo se recuperaba al pisar las mi nena, y se volvió roja. Una aguja me pincha hoy
cuando me pasan la quimioterapia. Agujas.
tapas de hierro de agua corriente. Ella iba feliz porque
Diferentes, femeninas. Ellas nos dan abrigo, sangre y
siempre ganaba. Esto nos hacía más liviana su
vida.
rehabilitación.
Cuando salgo, mi hija me toma del brazo y me dice:
dale, má, la que pisa la línea pierde una vida.

Charla breve sobre trepar un árbol

Desde los primeros tiempos los niños trepan árboles.


Lo hicieron mis padres, mis abuelos, los abuelos de
mis abuelos y más. Pero diferente. Yo inclino mis
rodillas, me doy impulso y salto. Poso mis pies en la
rama más elevada y desde ahí comienzo a trepar
hacia el pasto. Todos dicen que así no es. Yo creo que
así está bien.
Levanté la vista del libro de cuentos y vi que dormía.
La miré, ella también lo hacía diferente y así estaba
bien.
#12
Alessandra Laurenti
Mariposa
Me desperté mariposa. lo que no tengo, y que no me serviría así como soy.

Miro mis patitas: si son tan finas ¿dónde tienen los

El cuerpo largo, las manos juntas sobre la cabeza músculos, los nervios, las venas? No tengo una

como para zambullirme o colgarme a un anillo rodilla, tengo por lo menos tres articulaciones que

suspendido. Muy cómoda, como si fuera un huso de además están cubiertas por pequeñas raspas,¿para

una rueca. no resbalarme? No lo sé.

Por las hendijas de las pestañas, todavía no Lamento no ver mis alas, que además descubro que

completamente despierta, entreveía una serie de son cuatro y no dos.

abanicos gigantes que tenían un dibujo de color negro ¿Por qué temo al árbol? ¿Tal vez porque allí se posan

sobre un fondo marrón claro, casi naranja. Como y hacen sus nidos pájaros que podrían comerme?

biombos japoneses de papel. Gozosa en la visión,

pensaba fuera un sueño. Amo el Art Decó y en el El aire no es transparente, el viento, las temperaturas,

sueño trabajaba en un teatro y alguien movía, en un tienen colores diferentes. Entre una serie de nubes

extraño estado líquido, estas laminas entre sí, que parecen de algodón hay espacios para pasar.

armoniosamente. Tienen una consistencia diversa. Todavía no sé

cuáles son las que corresponden para subir o bajar, o

Me hubiese quedado para siempre en aquella cuáles llevan a las flores que puedo tocar.

posición, con esa visión. Pero luego todo se aceleró.

Un sorpresivo temblor me atravesó y sin querer me ¡Cuán envolvente es esta serie de estelas coloridas

encontré con dos alas apoyadas entre sí, sobre mi en movimiento!

espalda. No podía más mirar a través de ellas.


Estoy volando, debo no pensar, porque sólo el instinto

Entonces la sensación de haber sido protegida por me hará hacer lo oportuno. El sentido de las

esos abanicos decorados como alas de mariposas elecciones es desconocido a mi racionalidad. No

¡era exacta! ¡Había sido protegida! reconozco los olores, no sé distinguir las humedades,

no asocio a nada de útil lo que veo.

Ahora me encuentro sobre el borde de la ventana

desde donde habitualmente observo el paisaje: este Pero tampoco tengo sed o hambre, o temor.

minúsculo jardín tan lleno de flores, abejas, líquenes.

Bajo este árbol majestuoso que de repente percibo Una vez leí que duraré tres días. Pero tres días así

que debería temer. Recapitulemos mis conocimientos para después desaparecer, son un privilegio. Puedo

sobre mariposas: no tengo idea qué me espera de cambiar la velocidad en el volar, la dirección, la altitud.

acá en más, no sé describir ni nombrar mis partes. Sé


¡Qué particularidades tienen las flores! Los pétalos

que siempre vi rosa desde la ventana en realidad

tienen como nervaduras azules y los contornos

amarillos, y más adentro son blancos, me atrae aquel

blanco, me atrae, ¡es irresistible!

Se desenrosca algo desde abajo una punta que veo

entre mis ojos. ¡Qué sorpresa! Tengo una probóscide

filiforme. Bella. Se introduce con seguridad y

destreza.

Succiono algo, pero si es dulce o salado no lo puedo

decir. Como si no tuviese el sentido del gusto. Qué

lástima, tenía curiosidad de saber qué sienten las

mariposas cuando revolotean entre las corolas de las

flores.

Algo me bloquea un poco la cola afuera de la flor.

Salgo porque es como un contrapeso que me obliga a

ceder hacia el externo de la flor. ¡Estupendo! El

mecanismo es simple. Se me ha llenado un reservorio

y ya estoy satisfecha. Es algo mecánico. Nadie puede

excederse. ¡Genial! Nadie puede tomar para sí más

del estrictamente necesario. Es un estado superior de

la vida, si es el último o no no lo sé, pero con éste

estaría satisfecha, ¿para qué acaparar más belleza?

Sospecho...¿soy la única mariposa del jardín?


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@marian_mazover

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