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La Leyenda de las sombras de Uruc

Cuentan los ancianos que en la antigüedad vivía un emperador de dorado esplendor y aunque su
nombre ha sido olvidado su nombre, no sus logros, como haber vencido a un enorme dragón de
un golpe en certero en el mentón o que cuyos dominios haya llenado de riquezas y avances a lo
largo de la duración de su reinado. Se le recuerda como un gobernante justo y sabio, pero también
un guerrero y conquistador. Tuvo un total de 20 hijos y el primogénito, Uruc, quien era también el
más amado de todos sus hijos, incluso lo nombró señor de la guerra en su reinado. Lo envió a LA
GRAN CRUZADA y consiguió mil territorios para su padre, sin embargo, no era el mismo cuando
regreso y corrompido por los deseos de poder, junto a seis de sus hermanos se rebelaron contra
su padre e intentaron destronarlo junto a sus legiones. Entonces una guerra infernal se desato
sobre sus tierras, y la sangre de inocente corrió sobre el pueblo del Emperador y Uruc, su hijo se
encargó de vencer al imperio en todos sus aspectos:

Corto su economía con bloqueos en las


fronteras, incendio sus templos de culto,
infecto sus pueblos con los cadáveres de los
caídos y su crueldad llegó a tal punto que
utilizó el poder de dioses oscuros y antiguos
para maldecir al propio emperador y a sus
hermanos. Solo Sanglius, el Ángel, cuyo
nombre se debe a su pureza y bondad, se pudo
enfrentar cara a cara a Uruc para defender a su
padre, pero su yelmo sagrado cayó al piso con
la sangre se su pecho borboteando en el fino
suelo de mármol y hade del palacio imperial. Al
final, el Emperador se logró defender y venció a
Uruc pero el termino herido de muerte también.

En su lecho, el Emperador dirigió unas últimas palabras al alma de su hijo y sus bastas fuerzas: “Su
poder les jugará en contra y sus dominios quedarán malditos con su codicia y enfermedad.
Vuestras almas no descansarán jamás y el dolor los volverá SOMBRAS que rondarán por toda la
eternidad sobre sus tierras y aún muertos vivirán la locura en carne inexistente; nadie los querrá ni
podrá ayudar y cuando la locura carcoma sus infectas mentes, solo entonces, comenzará su
verdadero infierno…”

Entonces dichas estas palabras, el emperador murió y su voluntad ultima se cumplió en el


inmaterial místico de la Tierra y las tropas y el alma de Uruc ahora son malditas sobre sus tierras
conquistadas, y todo aquel que cruce sus Tierras en la noche y no reverencie la imagen postrada
del emperador con su sable de fuego, será perseguido por las SOBRAS DE URUC hasta la eternidad.
Ningún daño físico le hará y ningún mal lo harán pasar, más que la locura de estar siempre atento
a las visiones en el rabillo del ojo, no poder dormir por los sueños oscuros y jamás tener paz por
una eterna persecución que aunque pierdas nada te dañará, el terror instintivo y primar solo te
hará sentir pavor… Así pues, dice la leyenda de los ancianos que solo aquel que, de sus respetos a
la figura del emperador dorado, vivirá bien y próspero, por la eternidad de su alma incorpórea…

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