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FRAGMENTOS: LA LEYENDA DEL REY ARTURO

Merlín explicó el significado de la visión: -tendrás un hijo, y será el más grande de los reyes: el dragón señala con su rayo las estrellas de la
buenaventura y el tamaño del reino que vendrá. Anuncia el inicio de la edad dorada, de las buenas cosechas, de la larga vida para tu pueblo y dice que
ya es tiempo.
Uther Pendragon ya tramaba su futura boda. Anunció una gran fiesta en la corte.

El rey entusiasmado se acercó a la duquesa y le dio a entender sus intenciones. Gorgois no estaba dispuesto a ser ofendido por nadie, aunque se tratara de su
rey. Uther Pendragon se enteró de esto, se consideró ofendido y preparó a sus caballeros a tomar Tintagel y hacer su voluntad.

-No, no vuelvas. No volverás con tu ejército. Te has metido en problemas: has traicionado a un
leal súbdito; has derramado sangre por ello; muchos dejarán de confiar en ti y eso no tiene retorno.

Pero debes jurarme algo: tu hijo quedará a mi cuidado. Vendrán tiempos de luchas internas y el niño
corre peligro de muerte. Muchos reclamarán la corona. Vivirá entre gentes comunes hasta que llegue
su hora.

Cuando dejó este mundo, el reino no tenía cabeza para colocar la corona vacante. Si no había un pretendiente por derecho de sangre, eran muchos los que
deseaban ese lugar por el derecho de la fuerza.

Los señores feudales dictaban sus propias leyes en sus dominios, sin preocuparse por el resto; así que poco a poco, las divisiones entre ellos se fueron
acentuando. Los campesinos sufrieron una inexplicable serie de malas cosechas; y los antes orgullosos caballeros del rey deambulaban sin destino por los
caminos, sufriendo terribles necesidades. Muchos soldados se convirtieron en bandidos. Se vieron retornar el hambre, la enfermedad, el delito. Entonces,
los sajones invadieron la Península de Armor.

De la noche a la mañana, había surgido una piedra frente a la catedral con una espada incrustada. La piedra tenía grabada la leyenda: AQUEL QUE SAQUE LA
ESPADA EXCALIBUR DE ESTA PIEDRA SERÁ LEGÍTIMO REY DE TODA BRETAÑA.

Las dos manos de Arturo cayeron a pleno sobre la empuñadura y tomaron la espada; y esta, dócil, hecha para él, se desprendió con facilidad de su piedra
madre y Arturo sintió el vértigo, pero recordó que era un aprendiz de escudero y su deber: reemplazar la espada de Kay robada por un insensato ladrón.

¡El nuevo rey está ante nosotros!


Se elevaron muchas voces de protesta. Demasiadas ambiciones había allí reunidas y todos esperaban impacientes lucirse en el torneo.

Comenzó un período de grandes pruebas para el joven rey y para sus aliados. Era preciso afianzarse en el poder; para esto, era necesario luchar contra los
rebeldes más cercanos, y luego, extender el reinado hacia el resto de los pueblos.

Arturo, que precisaba aliados poderosos y no un enemigo derrotado y humillado, lo abrazó y le respetó parte de sus tierras; y ambos ejércitos se convirtieron
en uno solo. A partir de esa victoria, la campaña lo condujo por toda Bretaña hasta que el último rebelde hubo de capitular. En todos los casos, la táctica era
la misma: ofrecer algo al derrotado a cambio de que el bienestar se trasladara a las gentes comunes del pueblo.
Así se sembró la semilla para hacer del reino el mejor lugar de la tierra. Una cosa buena fue trayendo a la otra y pronto comenzaron a verse los frutos y a
cumplirse el destino grandioso de Arturo, recordado como siempre como la edad dorada.

¿De qué le servirían la espada y la protección de las hadas en este lance? Se había enamorado y, a pesar de todo su poder, tenía miedo.

Para su boda, el rey Arturo ordenó construir la fabulosa ciudad de Camelot. Había surgido así el símbolo de aquel reino próspero, el centro de la virtud y la
justicia, orgullo de los bretones.

Arturo dejaba en claro a sus ministros la obligación de proteger la vida de los súbditos.

LOS CABALLEROS DE LA MESA REDONDA: Caballeros llegados de lejanas regiones asistían a los torneos, allí demostraban sus habilidades con las armas. Pero
añoraban esas épocas en que sus brazos eran útiles para el reino y no un simple pasatiempo. Temían convertirse en débiles cortesanos sin riesgos ni
aventuras.
Arturo creó la HERMANDAD DE LA MESA REDONDA. Donde los caballeros contaban dos veces al año sus aventuras.

Un caballero de la Mesa Redonda debía mantener siempre las siete reglas:


•Ser capaz de abandonar todo para ir a lo desconocido. Luchar contra la injusticia, el mal y el desorden.
•Proteger a las mujeres y no ofenderlas. Dar de comer a los hambrientos.
•Ponerse del lado del más débil si hay una contienda. Acatar las leyes.
•Luchar por la unidad del reino

El hada Nimue presentó a Lancelot, un joven de dieciocho años. Era el mejor guerrero que podía encontrarse. El hada le pidió que lo nombraran caballero y lo
integraran a la Mesa Redonda. Arturo no tuvo inconvenientes en darle es espaldarazo y lo armó caballero.

Un magnífico ciervo blanco entró en la sala y detrás de él, decenas de perros salvajes. Arturo cae ante la sorpresa de su silla. Los perros hieren al ciervo y la
sangre roja del animal mancho su pelaje blanco, al salir, embistió a la reina y salpicó su vestido con gotas de sangre.

Eres demasiado importante para arriesgarte tanto. Tu pueblo te necesita vivo, deja que tus caballeros luchen en tu nombre hasta los últimos días de tu
reinado.

Observa cómo el remolino ha unido esas hojas. Eso has hecho tu con tu pueblo. Tus caballeros son el viento que une las hojas, tu alerta vigilancia mantiene el
espíritu de la Mesa Redonda y sus principios.

Merlín pensaba en la belleza de Ginebra y en el amor sin retorno de Lancerot por ella. En la decadencia de la Mesa Redonda; en la traición de Mordred, el
sobrino de Arturo, mero instrumento de Morgana.

El rey le contó que el Santo Grial era un cáliz que había recibido la sangre de Cristo en el momento de ser crucificado.

Arturo sería el soberano más perfecto de todos los reyes, durante muchos años, hasta que él sintiera también en su alma la vejez del cuerpo.

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