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UNIVERSIDAD AUTÓNOMA DE BAJA CALIFORNIA

FACULTAD DE DERECHO

EN
SAYO
LA HISTORIA DEL DERECHO PENAL EN MÉXCO

ALUMNO: RICHAR ALEXANDER REYES JIMENEZ

PROFESOR. SERGIO GILBERTO CAPITO MATA


INTRODUCCIÓN
La evolución del derecho penal mexicano es un tema de gran importancia en el
ámbito jurídico y social, ya que el sistema de justicia penal de un país refleja su
nivel de desarrollo y compromiso con la protección de los derechos humanos y la
justicia. La historia del derecho penal mexicano se remonta a la época
prehispánica, cuando se aplican sanciones penales en comunidades indígenas, y
ha evolucionado a lo largo del tiempo con influencias de distintas corrientes y
épocas.
Durante la época colonial, el derecho penal mexicano se basaba en el derecho de
indias y en las leyes de Castilla, y las penas eran severas y a menudo arbitrarias.
Con la independencia de México en 1821, se estableció un nuevo sistema penal
que se basaba en la Constitución de Cádiz y que buscaba proteger los derechos
humanos y la libertad individual. Sin embargo, este sistema fue afectado por la
inestabilidad política del país y por la influencia de corrientes autoritarias.
Durante el siglo XX, el derecho penal mexicano ha pasado por distintas reformas y
cambios que han buscado modernizar y mejorar el sistema de justicia penal del
país. Entre las principales reformas se encuentran la reforma de 1917, que
estableció la justicia social como principio rector del derecho penal mexicano, y la
reforma de 2008, que introdujo el sistema de justicia penal acusatorio y oral.
A pesar de los avances en la evolución del derecho penal mexicano, aún existen
desafíos y desafíos que enfrentar, como la corrupción en el sistema de justicia, la
violencia y la impunidad. Por lo tanto, es fundamental continuar trabajando en la
mejora del sistema de justicia penal para garantizar la protección de los derechos
humanos y la justicia en México.
HISTORIA DEL DERECHO PENAL EN MEXICO
El Derecho Penal Precortesiano.
Antes de la conquista española, el territorio que posteriormente integró la Nueva
España estuvo habitado por numerosos grupos indígenas algunos de los cuales
llegaron a tener un alto grado de civilización. Estos fueron entre otros, los reinos
de Acolhuacan, Texcoco, México, Tacuba y maya. Aunque nos es posible de
hablar de un derecho de penal precortesiano, como un conjunto de normas
codificadas y de obligatoriedad general para los pueblos indígenas, tributarios de
los grandes reinos de los grandes reinos asentados en aquellas normas,
fundamentalmente de carácter consuetudinario, con los ajustes adecuados de sus
particulares modos de vida, que pretendían tutelar determinados bienes jurídicos,
cuya permanencia era fundamental para su sobrevivencia.
La cuestión es de saber cuánto del derecho precortesiano sobrevive, no al margen
de la legislación oficial, si no incorporado a ella. Tratado este punto, debemos de
tener cuidado de no considerar cualquier coincidencia entre el derecho moderno y
el precortesiano como producto de filiación entre ambos sistemas: muchas figuras
del derecho nacen por el sentido común, o de la lógica de la vida social; por lo
tanto, tales coincidencias pueden tener una fuente común en idénticas
necesidades sociales, y no indicar que el sistema nuevo sea una prolongación de
lo anterior. Aunque la corona de ningún modo quiso eliminar el derecho
precortesiano, y expresamente autorizo la continuada vigencia de aquellas
costumbres que fueran compatibles con los intereses de la corona y del
cristianismo (las leyes de indias) la superioridad de la civilización hispana impulso
a los mismos indios a abandonar a menudo innecesariamente sus costumbres, en
beneficio del nuevo. Como por ejemplo en algunas materias impero, como el de la
organización colonial (terreno de uso común) o ejido moderno con sus parcelas
individuales, esto es posiblemente una tradición arraigada a la fase precortesiana,
que haya podido transmitirse a la fase colonial e incluso a la moderna legislación
agraria.
El Derecho Penal Colonial
Consumada la conquista y establecida la colonia, tomaron vigencias en la Nueva
España las leyes españolas, particularmente las leyes de indias, y en lo no
decidido y declarado por estas, o por ordenanzas, céludas o provisiones, se
aplicaron las leyes de Castilla, conforme a las de toro. La principal recopilación de
leyes, de los reinos de las indias de 1680, lo que no fue obstáculo para que la
colonia dictara numerosas cedulas, instrucciones y ordenanzas.
Múltiples son las fuentes de derecho penal, aplicado en este país durante los
siglos virreinales, el indiano contiene normas penales dispersas en las leyes de
indias, pero especialmente en el séptimo libro, que contiene en, inter alia, la
curiosa disposición de que las penas pecuniarias aplicadas en la península,
aunque por otra parte existen medidas menos drásticas para los indios.
Supletoriamente estuvo aquí en vigor el derecho penal castellano, que proporciona
en mayor parte las normas aplicadas en las indias. En derecho, en su aspecto
penal (como en otros) no es muy homogéneo: como sus fuentes debemos de
mencionar el Fuero juzgo, el Fuero viejo, el Fuero real, las siete partidas, el
Ordenamiento de Alcalá, las ordenas reales, las leyes de toros, entre muchos
otros. Entre estas fuentes sobresalen las siete partidas, séptima de las cuales
contienen normas de derecho penal (aunque estas tampoco faltan en las demás
partidas , la materia probatoria penal se construye y combina con la materia civil,
este derecho penal de las partidas combina la tradición romana con la germánica,
dejando sentir a veces cierta influencia del derecho canónico.
Que el derecho penal virreinal haya sido menos evolucionado que el civil y el
administrativo, y se nos presente, a menudo, como un derecho carente de sentido
común y de psicología, tana antipático para el cerebro como para el corazón, no
es nada sorprendente. Desde la época clásica romana, el derecho penal había
quedado atrás a comparación del privado, y solo en la segunda mitad del siglo
XVlll, por la obra llamado “De los Delitos y de las Pena “ de Marques de Beccaria,
publicada por este a regañadientes, bajo la presión de sus amigos en 1764,
después de eso comenzó el movimiento de racionalización y humanización del
derecho penal en el cual cada generación ha producido, desde entonces, algunos
nuevos adelantos.
En realidad, la Nueva España no era una típica colonia, sino más bien un reino,
que tuvo un rey, coincidente con el rey de castilla. Éste representando aquí por un
virrey, asistido por órganos locales con ciertos grados de autonomía vigilada, y
viviendo entre súbditos de la corona que, aunque a menudo de origen peninsular,
habían desarrollado un autentico amor a su patria ultramarina. Estos súbditos
generalmente no estuvieron animados por el deseo “colonizador” de enriquecerse
aquí para regresar luego a la madre patria, (desde luego, hubo excepciones al
respecto). También la preocupación de la corona por los intereses espirituales y
materiales de los indios se destaca favorablemente del espíritu “colonial” que
observamos en otras empresas colonizadoras, efectuadas por países occidentales
en aquellos mismos siglos.
El Derecho Indiano
Este fue el derecho expedido por las autoridades españolas peninsulares o sus
delegados u otros funcionarios y organismos en los territorios ultra marismos, para
valer en éstos. Hacia un lado, este derecho se complementa por aquellas normas
indígenas que no contrataban los intereses de la corona o el ambiente cristiano, y
por otro lado (y sobre todo en materia de derecho privado) por el derecho
castellano.
En la historia del derecho indiano, debemos distinguir entre dos fases: una fase
inicial, en la que se discuten los fundamentos ideológicos de este derecho
(cuestiones como el derecho adquirido de los indios respecto a de sus tierras, las
posibilidad de hacerles esclavos, o la de repartir a los indios entre los españoles,
como recompensa de su conducta en la fase de la conquista), y otra fase a partir
de mediados del siglo XVI, cuando estas bases comienza a consolidarse; existe
una tranquilidad organización administrativa del inmenso territorio. Una de las
primeras fuentes del derecho indiano es la legislación, de esta fuente emana una
avalancha de cédulas reales, provisiones, instrucciones, ordenanzas, autos
acordados, pragmatismos, reglamentos, decretos, cartas abiertas, etcétera.
Algunas normas del derecho indiano valían sólo en algunos territorios ultramarinos
españoles otras en las indias occidentales.
El fundamento de toda la legislación indiana era la corona, y la ratificación por ella
era necesaria toda medida emanada de los virreyes, audiencias, gobernadores,
ciudades, etc, con la particularidad de que, pendiente la ratificación, las normas
dictadas por virreyes y audiencias surtían provisionalmente efecto inmediato,
mientras que las emanadas de gobernadores y ciudades debían obtener
previamente la autorización del virrey o la audiencia, en cuyo caso surtían ya
efectos mientras se obtenía la ratificación por la corona. Esta legislación indiana
produjo un derecho desconfiado y plagado de trámites burocráticos. Además, tuvo
un carácter altamente casuístico, y se caracterizó por un tono moralista e incluso
social, no muy compatible con el intento con que muchos español habían ido a las
indias occidentales, de este modo que la práctica y el derecho formal se
divorciaban frecuentemente. Aunque la buena voluntad de las leyes de indias
frente a la población indígenas no pudo plasmarse totalmente en realidades, la
enorme clase plebeya de los indios, en promedio, no vivía peor bajo el virreinato,
que bajo el régimen anterior; el miedo a la guerra y al sacrificio había
desaparecido.
El Derecho Penal del México Independiente
Al nacer la nueva nación independiente, fue de preocupación de sus gobernantes
establecer, las disposiciones básicas que permitieran su organización política y
administrativa, no siendo de extrañar que por algún tiempo siguieran en vigor las
normas jurídicas de orden penal que rigieron durante la colonia. Las primeras
disposiciones dictadas obedecieron a la necesidad de establecer la paz en el
territorio nacional mediante la organización de la policía, reglamentos del uso de
las armas, represión de la inseguridad en los caminos públicos sancionados a
salteadores y ladrones.
La constitución de 1824 de tipo federal exponía que cada entidad tuviera su
legislación propia, pero la fuerza de la costumbres y la necesidad de resolver la
carencia de las leyes locales, hicieron que en 1838 se tuvieran por vigentes en
todo el territorio las leyes de la colonia. Al consumarse la independencia de
México las principales leyes vigentes eran, como derechos principal, las
recopilaciones de indias, complementada con los autos acordados, las ordenanzas
de minera de independientes, de la tierra y aguas y de gremios entre muchos
otros, todos estos constituían las leyes del México revolucionario. Aunque durante
mucho tiempo se consideró al denominado código de corona, para el estado de
Veracruz el primer código penal vigentes en la republica, investigaciones hechas
por Petit Canduadap, destacado penalista mexicano, hicieron saber como se
dividía ese código, el cual contaba con 3 partes, la primera relativa a las penas,
que contaba con 38 secciones, la segunda se denomino de los delitos contra la
sociedad , con ocho títulos y 49 secciones , el cuanto el tercero se llamo delitos
con particulares, en el cual contaba con 15 secciones.
Los códigos penales siguieron avanzado con el paso de los años, llegando al de
1931, el cual redujo considerablemente el casuismo de los anteriores
ordenamientos, por contener en su origen solo cuatrocientos artículos, en los que
se recogieron algunas instituciones jurídicas importantes de corte positiva como la
reincidencia y la habitualidad acudiéndose al criterio de la peligrosidad par
individualizar las penas .
Últimas Reformas del Código Penal
El código penal de 1931 sufrió, a través de los años, múltiples modificaciones
orientadas en las correspondientes reformas que trataron de mejorar sus textos
adaptándolos a las nuevas tendencias de la materia. Reformas entre la cuales
más importantes fueron las de 1984, 1985, 1994 y otra más. La tendencia de
modernización de los textos penales dio nacimiento, apoyando en corrientes
políticas, del código penal del distrito federal, promulgado y posteriormente publico
en gaceta oficial de 16 de julio del 2002, con vigencia a los cientos veinte días de
su publicación, según lo dispuesto en el artículo primero transitorio del decreto
respectivo. Este código, cuyo análisis merecía el profundo examen de una serie de
innovaciones e innovaciones e instituciones de vieja raigambre en códigos
anteriores, se caracteriza por la ordenación metódica de la diversas meterías que
lo inspiran, tanto en su parte general como en la parte especial, por creación en
esta ultima de nuevos tipos penales y la reestructuración de otros ya existen que
pretenden responder a la evolución social, política, y económica de nuestras
instituciones modernas. Todo ello corresponderá, en sus exhaustivo análisis, a
otras expresiones que profundice los diversos temas que endicha legislación que
se comprende.
La Reforma Penal del 2008 en México
El sistema acusatorio y oral es un modelo de justicia penal que busca garantizar
una justicia más pronta, expedita y transparente. En México, este sistema se
implementó en el año 2008, con la entrada en vigor del Código Nacional de
Procedimientos Penales.
Antes de la implementación del sistema acusatorio y oral, el sistema de justicia
penal en México se regirá por un modelo inquisitivo, en el que el juez tenía un
papel preponderante y se encargaba tanto de la investigación como de la
resolución del caso. En este modelo, el proceso penal era largo y burocrático, y las
garantías procesales y los derechos humanos de los imputados a menudo se
veían vulnerados. Con la implementación del sistema acusatorio y oral, se buscó
cambiar este paradigma, y establecer un modelo de justicia penal más garantista y
respetuoso de los derechos humanos. En el sistema acusatorio y oral, se busca
que la investigación y el juicio sean llevados a cabo por actores especializados,
como son los fiscales, los defensores y los jueces, y se establece un
procedimiento oral y público, en el que las partes presentan sus argumentos y
pruebas ante un juez imparcial.
El sistema acusatorio y oral tiene como objetivos principales la protección de los
derechos humanos de los imputados, la agilización del proceso penal, la
transparencia y la rendición de cuentas, y la participación activa de las víctimas en
el proceso. Además, este sistema promueve la resolución de los conflictos de
manera pacífica y consensuada, a través de la mediación y la conciliación. A pesar
de los desafíos y desafíos que ha enfrentado la implementación del sistema
acusatorio y oral en México, como la falta de capacitación de los actores del
sistema de justicia, la corrupción y la impunidad, se considera que este modelo de
justicia penal ha representado a un Avance importante en la protección de los
derechos humanos y en la modernización del sistema de justicia penal en México,

CONCLUSIÓN
En resumen, la evolución del derecho penal mexicano ha sido un proceso de
cambios y transformaciones significativas que reflejan la evolución histórica, social
y política del país. Desde la época prehispánica, pasando por la colonización
española, la independencia y la época contemporánea, el derecho penal mexicano
ha experimentado diversos enfoques y modelos, algunos más autoritarios y
represivos, mientras que otros más humanitarios y garantistas.
En la actualidad, el derecho penal mexicano se rige por la Constitución Política de
los Estados Unidos Mexicanos, y se rige por un conjunto de leyes, reglamentos y
códigos que regulan la actuación de los actores del sistema de justicia penal,
como son los jueces, los fiscales, los defensores y la policia. La evolución más
reciente del derecho penal mexicano ha sido la implementación del sistema de
justicia penal acusatorio y oral, que busca fomentar una justicia más pronta,
expedita y transparente.
A pesar de los avances en la protección de los derechos humanos y la
modernización del sistema de justicia penal, aún existen importantes desafíos y
desafíos que enfrentará en México. Uno de los principales problemas es la
corrupción en el sistema de justicia, que se manifiesta en la impunidad y en la falta
de acceso a la justicia para muchos ciudadanos. Otro desafío importante es la
violencia y la inseguridad, que a menudo se relaciona con la criminalidad
organizada y la falta de una política de prevención y seguridad ciudadana efectiva.
Por lo tanto, es fundamental continuar trabajando en la mejora del sistema de
justicia penal en México, fortaleciendo la independencia de los tribunales,
promoviendo la transparencia y la rendición de cuentas, y fomentando una cultura
de respeto a la ley y a los derechos humanos. Además, es importante desarrollar
políticas de prevención y seguridad ciudadana que aborden las causas
estructurales de la violencia y la criminalidad, como la pobreza, la desigualdad y la
exclusión social. Solo así se podrá garantizar una justicia equitativa y efectiva para
todos los ciudadanos mexicanos, y se podrá avanzar hacia una sociedad más
justa y democrática.
BIBLIOGRAFIA
Margadant S., G. F. (2009). Historia del derecho mexicano. Esfinge.
Pavón Vasconcelos, F. (2010). De la historia del derecho mexicano. Porrúa.

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