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El Jardín abre las puertas a la historia tratando de que los niños vivencien de una forma
más significativa los acontecimientos de nuestro pasado creando espacios de aprendizaje, donde
podamos enriquecernos mutuamente y escuchar diferentes opiniones.
En 1810, fecha en la que se formó el primer gobierno patrio la sociedad y el Río de la Plata
pintaron un retrato muy particular en las costumbres.
Este recorte elegido permitirá armar el rompecabezas del ambiente social, partiendo desde el
presente y mirando hacia atrás, hasta 1810.
POSIBLES ACTIVIDADES:
Dramatizar un día de 1810 a orillas del Río de la Plata (el paseo de las clases altas y el trabajo
relacionado con el río de las clases más pobres)
La vida de Buenos Aires en 1810 estuvo enmarcada por la cercanía del Río de la Plata.
Paseo La Alameda
Las mujeres llegaban ahí vestidas con sus mejores galas, cubierta la cabeza y los hombros con la
mantilla de origen español.
Caminaban lentamente con los brazos entrelazados interrumpidas por algún caballero que las
saludaba sacándose el sombrero, a lo que ellas respondían con el coqueteo del abanico y
sonriendo tímidamente.
Bajo la sombra de los árboles se formaban grupos de hombres que conversabananimadamente,
mientras el mate circulaba de mano en mano.
Las lavanderas
Eran africanas esclavas lavaban la ropa de toda la ciudad . Desde temprano llegaban en grupos con
sus bártulos en la cabeza, se las veía en las costas de La Recoleta hasta el riachuelo incadas sobre
las piedras.
Los documentos de la época reflejan que ellas a pesar del duro trabajo eran alegres, bullangueras,
gritonas y muy afectas a los chismes de sus amos y de las personas más conocidas de
la ciudad.Por eso la gente se acercaba a la rivera en las horas que se realizaba la tarea del lavado y
mientras gozaban del sol y del aire fresco mantenían secreta vigilancia.
Los pescadores
Cuando la ciudad recién despertaba se veía a los pescadores regresar de la playa con sus carretas
cargadas de pescados.
Como por orden de la policía no podían vender el pescado de la víspera arrojabansus redes para
luego llevar los pescados al mercado.
estaban obligados a ir a pescar todos los días y antes del amanecer
El aguatero
Todas las mañanas recogía el agua del río para luego entregar la mercancía puerta a puerta
compitiendo con otros para ofrecer el mejor precio y la mejor calidad..
Cuenta Carlos Pellegrini que los baños en el Río de la Plata eran habituales en la ciudad colonial, ya
que los baños en las casas eran prácticamente imposibles debido la escasez de agua y al precario
sistema de cloacas, por eso el río era una de las diversiones favoritas de los habitantes de la época
en verano.
Existía la costumbre de que las señoras de la clase “decente” esperaran para ir a disfrutar de los
baños del río hasta el 8 de diciembre, día de la Inmaculada Concepción de la virgen, en que los
padres franciscanos y dominicos se bañaban para bautizar las aguas del río.
Desde diciembre a marzo la costa del río se convertía en playa a la que concurrían todas las clases
sociales.
Dice “Mister Love” primer cronista inglés, que durante el primer período revolucionario, las
ordenanzas policiales prohibían los baños mixtos, pero las reglas nunca fueron respetadas.
Las mujeres de la elite porteña, se bañaban con vestidos sueltos de muselina que tenían debajo de
sus trajes de calle, antes de entrar al agua se despojaban de sus pesados trajes que dejaban al
cuidado de esclavas.
Mucha gente y familias enteras, se iba al río desde la mañana hasta la noche, los comerciantes lo
hacían después de cerrar sus tiendas al anochecer. Muchas familias se sentaban en el pasto y
esperaban a la noche para entrar al agua dejando sus pertenencias al cuidado de las sirvientas
negras, luego del baño se sentaban a comer fiambres y vino hasta la medianoche, disfrutando del
viento fresco del río.
A pesar de los peligros que implicaba salir a esas horas de la noche y la penumbra en que se vivía,
el pudor era muy fuerte. Los criterios moralizantes de esa época hicieron que el virrey Cisneros
dictara un “Auto de Buen Gobierno”, en 1809. Según éste, se prohibía bañarse en los sitios que
estaban a la vista del Paseo del Bajo, y sólo se podía hacer de noche, “observando decencia,
quietud y buen orden”. Todo esto era debido a “el exceso que se comete en los baños públicos, en
la ribera del río”.
ACTIVIDADES
Para sala de 3 años: Proponer un taller de cocina con las familias de manera de mostrar lo que se
comía en esa época y cómo se preparaba. Después, representando a los diferentes grupos
sociales, los chicos pueden salir a repartir la comida al modo que cada uno lo hacía en esa época.
Para sala de 4 años: Reproducir un “Hueco” de la ciudad colonial e invitar a los que pasan por el
stand a jugar a los juegos que se practicaban en la época.
Para sala de 5 años: ¿Cómo era ser hombre y ser mujer en la época de la colonia?
Se puede reproducir una sala de la época con las damas de clase alta en la que las muchachas se
juntaban a bordar, tejer y tocar el piano; también el último patio, en donde las mujeres esclavas
cocinaban o en la orilla del río en donde lavaban la ropa; y un bar-billar en donde los hombres se
juntaban a jugar al billar; hablar de política… mostrando aquellos temas prohibidos para las
mujeres.
Otra propuesta: ¿Cuáles eran las actividades a orillas del Río de la Plata?
Dramatizar el “Paseo la Alameda” de las clases altas a orillas del río, los baños nocturnos , las
ocupaciones de las clases bajas: las lavanderas lavando la ropa , los pescadores tirando redes, el
aguatero recogiendo agua.
INFORMACIÓN DE SOPORTE
Desde 1811 se celebraron en Buenos Aires las “fiestas mayas”, en conmemoraciónde la Revolución
de 1810. La gente de la ciudad se reunía en la Plaza Mayor, donde se realizaban distintos juegos.
Se instalaban varios “palos enjabonados” que en la punta tenían premios: chales, bolsas con
dinero, relojes. Los jóvenes que se arriesgaban a subir obtenían uno de los premios si lograban
llegar al extremo del palo.
Fuera de estos festejos especiales un pasatiempo que contaba con numerosos partidarios, era el
dominó, un sencillo juego de origen presumiblemente oriental que habían puesto de moda los
italianos en el siglo XVIII. Se jugaba, como en la actualidad, con 28 fichas rectangulares, fabricadas
en hueso o marfil y punteadas desde el “doble cero” hasta el “doble seis”.
También se practicaba, entre adultos, el juego de la oca, descendiente de los “jardines de la oca”
del medioevo alemán. Como en los juegos modernos se trataba de un tablero de cartón con una
espiral de 63 casillas, con figuras pintadas, y para practicarlo se empleaban dos dados y unas
pequeñas piezas de plomo querepresentaban a las “ocas” de cada jugador.
La ruleta y los juegos de azar tenían su sede en la casa de Martín Echarte una especie de casino
colonial donde también se jugaba a las damas y al ajedrez y por supuesto se hablaba de política.
Convocaban por igual a ricos y pobres las corridas de toros. En 1791 el virrey Arredondo inauguró
la pequeña plaza de toros de Monserrat (ubicada en la actual manzana de 9 de julio y Belgrano)
con una capacidad para unas dos mil personas. Pero fue quedando chica, así que fue demolida y se
construyó una nueva plaza para 10.000 personas en el Retiro en la que alguna vez supo torear don
Juan Lavalle.
Corridas de toros·1780.Aguafuerte
En las afueras de la ciudad se corrían carreras de sortijas, los protagonistas pertenecían a otro
grupo social: los gauchos. Los gauchos se dedicaban a las tareas del campo, muchas de ellas
vinculadas con la ganadería, requerían del uso del caballo, en el que los gauchos eran muy
diestros. Esta habilidad era demostrada en algunos juegos en los que se utilizaba el caballo: las
carreras, las carreras de sortijas, el pato.
Carrera de sortijas.
Con el cubilete y los dados se practicaban diferentes juegos de azar naturalmente prohibidos por
las autoridades.
Se apostaba también a la perinola, que era un pequeño trompo de cuatro caras marcadas con las
letras S (saca), P (pone), D (deja) y T (todo), que indicaban la actitud que debían seguir
los apostadores con respecto a lo “invitado“ ; a la mosqueta, con el concurso de las clásicas
medias cáscaras de nuez; a la corregüela , que según el Diccionario de la Academia es un “juego de
muchachos que se hace con una correa con las dos puntas cosidas. El que tiene la correa la
presenta doblada con varios pliegues, y otro mete dentro de ellos un palito; si al soltar (o retirar) la
correa resulta el palito dentro de ella, gana el que lo puso, y si cae fuera, gana el otro, etcétera.
Los gauchos eran el grupo social que más se vinculaba con el “indio” y la “frontera” era su lugar de
encuentro.
Los indígenas de nuestro país practicaban gran cantidad de juegos de carácter deportivo. A
diferencia de lo que ocurría en otros grupos sociales, las mujeres tenían un rol protagónico en
estas actividades.
Las distintas comunidades originarias realizaban diferentes juegos: carreras a pie y a caballo,
carreras con salto, diversos juegos de pelota donde se realizaban los pases con la cabeza y el
empeine o las manos, según el juego.
El juego de la “chueca“, antecesor indígena del hockey se jugó en casi todo el territorio argentino.
Los mapuches lo llamaban “uiñu” o ” palín“, los tobas :”tol“, los pilagá : “el emrak” y
los mocobíes lo llamaban “leremá“.
Los adultos varones y, en algunas comunidades los niños, jugaban este juego. El número de
jugadores y las dimensiones del campo de juego variaban según los distintos pueblos. Se alentaba
a los equipos con cánticos y el vencedor ganaba además un premio, muchas veces se apostaba un
caballo, que era un bien muy preciado.
Para vencer era necesario lograr una diferencia de 4 tantos, por lo que algunas veces los partidos
se extendían durante varios días.
Estos juegos servían para dirimir conflictos y para tomar decisiones, ya que se creía que la suerte
del equipo era determinada por los dioses. En ocasiones para zanjar alguna diferencia entre tribus
se jugaba un partido de “chueca“, el vencedor obtenía el derecho a decidir sobre la cuestión en
disputa.
El candombe era la diversión más difundida del grupo de los esclavos, de raza negra. En esta
danza, acompañada por el tamboril, “los negros” realizaban una pantomima de la coronación de
reyes congos.
El candombe
Pedro Fígari
En los tiempos coloniales los niños, sobre todo si eran pobres, empezaban a trabajar desde muy
chicos. La infancia duraba muy poco tiempo. A los 8 o 9 años era común que empezaran a ayudar a
sus padres en los trabajos.
Los chicos practicaban muchos juegos que hoy todavía se conocen.Adivinanzas y juegos
de prendas.El gran bonete. El veo,veo, juego de naipes y loterías en los que podía jugar toda la
familia se practicaban en tertulias en casa de familia.
El juego en la calle era casi el único privilegio de los niños de clases bajas. Entre los juegos
preferidos estaban “las escondidas”, con muchos más escondites que los de ahora; “los
barriletes”, los que eran fabricados por ellos y remontados en feroces competencias en las que
había que hacer cualquier cosa por ganar. Entre las trampas más usuales estaba la de atarle un
cuchillo a la cola de la cometa para que, al enredarse con los otros, cayera y se transformara en
botín de guerra de quien la atrapara. A este juego lo llamaban “el corsario o pirata”.
Las nenas no jugaban igual que los varones; además de muñecas que para esa época eran
confeccionadas con cuero o telas, con ojos hechos con botones, solían jugar en los patios de las
casa a los aros, cánticos o bailes, salto de sogas y rondas… muchas de las cuales son actualmente
conocidas “Arroz con Leche”, “Mambrú se fue a la guerra”; “Sobre el puente de Avignón” y otras.
También estaban presentes las adivinanzas y la rayuela.
La farolera. Las esquinitas. A la lata al latero. Las estatuas. El oficio mudo. Antón pirulero. La
rayuela. ¿Lobo está? El patrón de la vereda. La sillita de oro. La escondida. La payana. Trompos,
bolitas y figuritas formaban parte del patrimonio lúdico de la infancia conservado como herencia
de antiquísimos juegos europeos.