sus grandes trompas para comer y tomar agua. Por eso, Tati, la elefanta del zoológico, tenía un gran problema: ¡tenía la trompa tapada con una pelotita de tenis! Resulta que Tati había confundido a la pelotita con un jugoso limón. Al intentar comerla, la pelotita quedó atorada en la trompa de la pobre elefanta. Enseguida, los científicos más importantes se juntaron para ver cómo resolvían el problema. A un nene que visitaba el zoológico se le ocurrió la solución. Le llevó a Tati un panqueque con dulce de leche que también tenía pimienta. Cuando la elefanta vio el panqueque, se abalanzó rápido sobre él para comérselo, pero en cuanto se acercó, tuvo unas tremendas ganas de estornudar. El estornudo fue tan fuerte que hizo que la pelotita de tenis saliera disparada a gran velocidad desde la trompa de Tati.