EL ELEFANTE DEL ZOOLOGICO El no tenía amigos y se sentía muy triste.

Por eso un día

decidió escapar dl zoológico para buscar amigos.
Había una vez en un zoológico bonito y grande, un elefante
llamado Juan. Como Juan era muy grande y fuerte, logró romper su jaula y
salir. Al estar en las calles llegó a un parque lleno de niños,
El no tenía amigos y se sentía muy triste. Por eso un día
Juan se acercó a los niños, y estos empezaron a jugar con él,
decidió escapar dl zoológico para buscar amigos.
se subían encima suyo y se tomaban fotografías.
Como Juan era muy grande y fuerte, logró romper su jaula y
Juan estaba muy contento y de repente, llegaron los
salir. Al estar en las calles llegó a un parque lleno de niños,
trabajadores del zoológico y atraparon al pobre elefante. Él
Juan se acercó a los niños, y estos empezaron a jugar con él,
se puso muy triste, al llegar al zoológico vio que su nueva
se subían encima suyo y se tomaban fotografías.
jaula estaba cerca de otros animales, eso lo animó mucho.
Juan estaba muy contento y de repente, llegaron los
Al día siguiente, cuando las puertas del zoológico abrieron,
trabajadores del zoológico y atraparon al pobre elefante. Él
Juan se puso muy contento al ver llegar a sus amigos del
se puso muy triste, al llegar al zoológico vio que su nueva
parque que llegaron a visitarlo
jaula estaba cerca de otros animales, eso lo animó mucho.
Al día siguiente, cuando las puertas del zoológico abrieron,
Juan se puso muy contento al ver llegar a sus amigos del
parque que llegaron a visitarlo.

EL ELEFANTE DEL ZOOLOGICO

Había una vez en un zoológico bonito y grande, un elefante
llamado Juan.
EL ELEFANTE DEL ZOOLOGICO El no tenía amigos y se sentía muy triste. Por eso un día
decidió escapar dl zoológico para buscar amigos.
Había una vez en un zoológico bonito y grande, un elefante
llamado Juan. Como Juan era muy grande y fuerte, logró romper su jaula y
salir. Al estar en las calles llegó a un parque lleno de niños,
Juan se acercó a los niños, y estos empezaron a jugar con él,
se subían encima suyo y se tomaban fotografías.
Juan estaba muy contento y de repente, llegaron los
trabajadores del zoológico y atraparon al pobre elefante. Él
se puso muy triste, al llegar al zoológico vio que su nueva
jaula estaba cerca de otros animales, eso lo animó mucho.
Al día siguiente, cuando las puertas del zoológico abrieron,
Juan se puso muy contento al ver llegar a sus amigos del
parque que llegaron a visitarlo
LA PERRITA LOLA Y SOFÍA
Había una vez una perrita callejera. Pasaba muchos días y
nadie le hacía caso ni la quería adoptar.
La pobrecita siempre estaba hambrienta, comía lo poco que
podía encontrar en la basura, y como siempre estaba sucia y
con pulgas, las personas la maltrataban y corrían de todas
partes.
Un día una niña llamada Sofía vio a la perrita y dijo: ¡qué
bonita perrita! ¡la voy a voy a adoptar y llevar al veterinario,
para asegurarme que este sana!
Cuando fueron con el veterinario, este la revisó y la baño
para quitarle todas sus pulgas, le dio vitaminas porque estaba
un poco desnutrida. La vacunó y le dio recomendaciones a
Sofía sobre cómo alimentarla. La niña y la perrita se
pusieron muy contentas porque ya podrían estar juntas.
Ahora juegan juntas en el parque, al llegar a su casa Sofía
alimentó a su perrita, y decidió ponerle por nombre a su
perrita Lola.
LA PERRITA LOLA Y SOFÍA
Había una vez una perrita callejera. Pasaba muchos días y
nadie le hacía caso ni la quería adoptar.
La pobrecita siempre estaba hambrienta, comía lo poco que
podía encontrar en la basura, y como siempre estaba sucia y
con pulgas, las personas la maltrataban y corrían de todas
partes.
Un día una niña llamada Sofía vio a la perrita y dijo: ¡qué
bonita perrita! ¡la voy a voy a adoptar y llevar al veterinario,
para asegurarme que este sana!
Cuando fueron con el veterinario, este la revisó y la baño
para quitarle todas sus pulgas, le dio vitaminas porque estaba
un poco desnutrida. La vacunó y le dio recomendaciones a
Sofía sobre cómo alimentarla. La niña y la perrita se
pusieron muy contentas porque ya podrían estar juntas.
Ahora juegan juntas en el parque, al llegar a su casa Sofía
alimentó a su perrita, y decidió ponerle por nombre a su
perrita Lola.
LA PERRITA LOLA Y SOFÍA
Había una vez una perrita callejera. Pasaba muchos días y
nadie le hacía caso ni la quería adoptar.
La pobrecita siempre estaba hambrienta, comía lo poco que
podía encontrar en la basura, y como siempre estaba sucia y
con pulgas, las personas la maltrataban y corrían de todas
partes.
Un día una niña llamada Sofía vio a la perrita y dijo: ¡qué
bonita perrita! ¡la voy a voy a adoptar y llevar al veterinario,
para asegurarme que este sana!
Cuando fueron con el veterinario, este la revisó y la baño
para quitarle todas sus pulgas, le dio vitaminas porque estaba
un poco desnutrida. La vacunó y le dio recomendaciones a
Sofía sobre cómo alimentarla. La niña y la perrita se
pusieron muy contentas porque ya podrían estar juntas.
Ahora juegan juntas en el parque, al llegar a su casa Sofía
alimentó a su perrita, y decidió ponerle por nombre a su
perrita Lola.
PEPITO EL DINOSAURIO
Había una vez un dinosaurio llamado Pepito, que vivía en el
bosque en una casa de ladrillos color negro, vivía con su
familia muy feliz.
Pepito era muy curioso y le gustaba mucho investigar y
explorar. Un día se adentró en el bosque más de lo
acostumbrado y se perdió. Caminó y buscó y no encontró su
casa.
Llegó a un vecindario y vio muchas casas destruidas, eso lo
asustó mucho pensando que lo mismo había pasado con su
hogar, pero se dio cuenta que los ladrillos de esas casas eran
de diferentes colores, y recordó que los de la suya eran
negros, así que se tranquilizó al saber que su vivienda estaba
a salvo.
Empezó a buscar otra vez el camino a casa y no lo
encontraba. Él se iba a rendir, pero decidió buscar
nuevamente, hasta que de repente, encontró su casa, donde
lo esperaba su familia que se puso feliz de verlo a salvo. Lo
abrazaron y Pepito prometió nunca ir al bosque solo.
PEPITO EL DINOSAURIO
Había una vez un dinosaurio llamado Pepito, que vivía en el
bosque en una casa de ladrillos color negro, vivía con su
familia muy feliz.
Pepito era muy curioso y le gustaba mucho investigar y
explorar. Un día se adentró en el bosque más de lo
acostumbrado y se perdió. Caminó y buscó y no encontró su
casa.
Llegó a un vecindario y vio muchas casas destruidas, eso lo
asustó mucho pensando que lo mismo había pasado con su
hogar, pero se dio cuenta que los ladrillos de esas casas eran
de diferentes colores, y recordó que los de la suya eran
negros, así que se tranquilizó al saber que su vivienda estaba
a salvo.
Empezó a buscar otra vez el camino a casa y no lo
encontraba. Él se iba a rendir, pero decidió buscar
nuevamente, hasta que de repente, encontró su casa, donde
lo esperaba su familia que se puso feliz de verlo a salvo. Lo
abrazaron y Pepito prometió nunca ir al bosque solo.
PEPITO EL DINOSAURIO
Había una vez un dinosaurio llamado Pepito, que vivía en el
bosque en una casa de ladrillos color negro, vivía con su
familia muy feliz.
Pepito era muy curioso y le gustaba mucho investigar y
explorar. Un día se adentró en el bosque más de lo
acostumbrado y se perdió. Caminó y buscó y no encontró su
casa.
Llegó a un vecindario y vio muchas casas destruidas, eso lo
asustó mucho pensando que lo mismo había pasado con su
hogar, pero se dio cuenta que los ladrillos de esas casas eran
de diferentes colores, y recordó que los de la suya eran
negros, así que se tranquilizó al saber que su vivienda estaba
a salvo.
Empezó a buscar otra vez el camino a casa y no lo
encontraba. Él se iba a rendir, pero decidió buscar
nuevamente, hasta que de repente, encontró su casa, donde
lo esperaba su familia que se puso feliz de verlo a salvo. Lo
abrazaron y Pepito prometió nunca ir al bosque solo.
EL PERRITO CARIÑOSO
Había una vez un perrito que se llamaba Miguel y vivía en
una granja. Era chiquito y peludito, pero nadie lo quería
porque estaba sucio y olía muy mal.
Un día llegó una niña del pueblo llamada Sara y vio al
perrito Miguel. -¡Qué bonito perrito!- dijo la niña. Le gustó
tanto, que lo llevó a su casa, lo bañó, lo alimentó y pidió
permiso a sus papás para adoptarlo.
Los papás accedieron y los llevaron al veterinario y a la
tienda de mascotas para comprar su collar y comida. Al
regresar a casa, Sara llevó a Miguel a conocer a su perrita
Juanita, los perritos se agradaron mucho y empezaron a
jugar.
Cuando fueron grandes, Juanita y Miguel tuvieron muchos
cachorritos y siguieron viviendo felices para siempre.
EL PERRITO CARIÑOSO
Había una vez un perrito que se llamaba Miguel y vivía en
una granja. Era chiquito y peludito, pero nadie lo quería
porque estaba sucio y olía muy mal.
Un día llegó una niña del pueblo llamada Sara y vio al
perrito Miguel. -¡Qué bonito perrito!- dijo la niña. Le gustó
tanto, que lo llevó a su casa, lo bañó, lo alimentó y pidió
permiso a sus papás para adoptarlo.
Los papás accedieron y los llevaron al veterinario y a la
tienda de mascotas para comprar su collar y comida. Al
regresar a casa, Sara llevó a Miguel a conocer a su perrita
Juanita, los perritos se agradaron mucho y empezaron a
jugar.
Cuando fueron grandes, Juanita y Miguel tuvieron muchos
cachorritos y siguieron viviendo felices para siempre.
EL PERRITO CARIÑOSO
Había una vez un perrito que se llamaba Miguel y vivía en
una granja. Era chiquito y peludito, pero nadie lo quería
porque estaba sucio y olía muy mal.
Un día llegó una niña del pueblo llamada Sara y vio al
perrito Miguel. -¡Qué bonito perrito!- dijo la niña. Le gustó
tanto, que lo llevó a su casa, lo bañó, lo alimentó y pidió
permiso a sus papás para adoptarlo.
Los papás accedieron y los llevaron al veterinario y a la
tienda de mascotas para comprar su collar y comida. Al
regresar a casa, Sara llevó a Miguel a conocer a su perrita
Juanita, los perritos se agradaron mucho y empezaron a
jugar.
Cuando fueron grandes, Juanita y Miguel tuvieron muchos
cachorritos y siguieron viviendo felices para siempre.