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Nuevos Museos y Centros de ArteJavier García Álvarez 15/11/2022

Nuevas arquitecturas para viejos museos. El Museo


Arqueológico de Asturias.

Índice

1- El caso del Museo Arqueológico de Asturias, de los Locales de la Sociedad


Económica al Claustro del monasterio de San Vicente.

2- El Proyecto (2004)

3- El Claustro

4- Discurso museográfico expositivo

5- Conclusiones

6- Bibliografía

Fuente: Propio Autor. Abrigo arquitectónico


que pretende simular un altar prerrománico
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Nuevos Museos y Centros de ArteJavier García Álvarez 15/11/2022

1. El caso del Museo Arqueológico de Asturias, de los Locales de la Sociedad


Económica al Claustro del monasterio de San Vicente.
Brevemente, la institución como concepto surge tímidamente de manos de la
Comisión Provincial de Monumentos alrededor de 1844, derivado en parte de los
procesos masivos de desamortización llevados a cabo por el reinado Isabelino, de
denostadas tendencias políticas liberales. De apertura al público en 1866 debido a su
oficialización su localización continuó en un perpetuo cambio; primeramente a la Capilla
de la Orden Tercera del convento de San Francisco de Oviedo, debido al derribo de esta
es trasladado al Patio de las Escuelas Normales de la calle Uría de Oviedo, seguidamente
y de manera forzosa a la Casa del deán Payarinos1, para finalmente establecerse de manera
definitiva en el año 1945 bajo dependencia de la Diputación provincial de Asturias (hasta
1981) y del Principado de Asturias (hasta la actualidad) en el Claustro del antiguo
convento de San Vicente de Oviedo2.
Tuvieron que realizarse diversas maniobras jurídicas ya desde 1910 para lograr este
cometido, declarando el Claustro como monumento nacional en 1934 facilitando que su
propiedad pasara del Ministerio de Hacienda al de Instrucción Pública, cediéndolo este a
su vez a la Comisión de Monumentos. Al año siguiente comienzan las obras de
restauración bajo el mando del arquitecto de la Primera Zona Monumental, Alejandro
Ferrant, paralizándose debido a la guerra civil y siendo realizada de nuevo por Menéndez
Pidal, cuya finalización se da en 194334.
El claustro, parte del Monasterio de San
Vicente, objeto del documento fundacional del
mismo y hogar del refutado mito fundacional de
la propia ciudad5, forman parte de un conjunto
urbano que acoge a su vez la plaza Feijoo (patio
de servicios del SXVIII6, caballerizas, un pajar,
un matadero, el archivo, varias salas de
diversión y nuevas celdas), 1969 estas crujías
Fuente: Kawamura, Y. (2005) Melchor de Velasco, tracista de la ampliación
del patio de servicio alojaron la facultad de barroca del monasterio de san Vicente.
Filosofía y Letras, hoy de Psicología.
Finalmente añade el caserón de la calle San Vicente (Casa de Teléfonos y Telégrafos)7
como parte del proyecto de modernización museística que se analizará detalladamente a
continuación.

1
Actual Conservatorio Superior de Asturias
2
Fernández de Córdoba Pérez, J. A. (2012) “El museo arqueológico de Asturias”, p.
599.
3
Fernández de Córdoba Pérez, J. A. (2012) “El museo arqueológico de Asturias”, p.
604.
4
Apertura al público 1952
5
Puerta Calleja, M. y Sáenz Fuentes, M.J. (2011) “Fundaciones monásticas y orígenes
urbanos: La refracción del documento fundacional de San Vicente de Oviedo”.
6
Museo Arqueológico de Asturias (2011) “El Edificio”. [08/11/2022]
7
Kawamura, Y. (2005) Melchor de Velasco, tracista de la ampliación barroca del
Monasterio de San Vicente. P.195.
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2. El proyecto (2004)
El proyecto surge a fuego de las nuevas corrientes “restauradoras” de las décadas
propias a los años 90 y 2000. Partiendo del concepto de intervención analógica [...] “la
analogía como principio general, la reconstrucción y la actuación por diferencia como
recursos particulares, y el añadido de valores ciertos mediante la obra nueva y de la
adecuada y atractiva conjunción con la vieja”[…]8, del cual el propio Carpanel en cierta
medida desconfía, pues argumenta que estos proyectos pueden sufrir a causa de la
fanfarronería del propio arquitecto, actuando la intervención en detrimento del
monumento y su valor histórico-documental por un valor estérico contemporáneo debido
a adosados que, en ocasiones, engullen el edificio.
De fecha de inicio de obra a Julio de 2004 y finalización a Julio de 2008910, con
redacción de proyecto y dirección de obra por parte de los arquitectos Fernando Pardo
Calvo y Bernardo García Tapia, y bajo la construcción de “UTE Construcciones
Alfredo Rodríguez, S.L. y Técnicas de Arquitectura Monumental, S.A” el mismo es
presentado por parte de los arquitectos bajo la consigna “se asume la responsabilidad
de la interpretación del momento, sin impedir que la historia continúe”11 , es decir, se
quería dotar al museo de modernidad, sin que chocase con la construcción de mayor
antigüedad histórica, lo cual parece ser ni mucho menos se ha llevado a cabo.
Del espacio interior del museo (5.810,23 m²), que se amplió con la obra ya citada,
un 81,22% de la superficie construida es útil, de la cual un 51, 32% sería superficie
utilizada para las exposiciones12. El recorrido por las diferentes plantas del museo se
realizaría de forma ascendente, en segmentos A, B, C, y D, siendo transitables de la
planta baja a la tercera, accediendo por grandes escaleras de mármol, material
ciertamente descontextualizado en este entorno, que marcan el inicio de la visita. A lo
largo del texto de proyecto, redactado por parte de los arquitectos, se continúan dando
una serie de objetivos, intenciones u observaciones, colmadas de cierto grado de
capciosidad o ingenuidad por parte de ambos profesionales. Por tanto, nos encontramos
trabajando a la sombra de la Catedral de Oviedo: ella debe dominar13 La arquitectura
y sus elementos para hacer referencia a la dualidad “concreto-diverso propia del
lenguaje14” –“Recreación de un espacio “prerrománico”: Cerramientos de placas de
alabastro y celosías de piedra caliza”15.
Escogidos estos extractos de otros cuantos también destacables como la definición de
un espacio cerrado y transitable de manera general como un claustro, a modo de
maquillaje lingüístico al proyecto, contribuyendo esta descripción a la disposición de las

8
Capitel, A (2009) “Metamorfosis de monumentos y teorías de la restauración”, p.61.
9
Gobierno de España, Ministerio de Cultura y Deporte. “Reforma y ampliación del
museo arqueológico de Oviedo”. [09/11/2022]
10
Apertura al público en 2011.
11
Pardo Calvo, F. y García Tapia, B. (2004) “Reforma y ampliación del Museo
Arqueológico de Asturias”, p. 120.
12
“El museo arqueológico de Asturias”, p. 272
13
Ídem.
14
Pardo Calvo, F. y García Tapia, B. (2004) “Reforma y ampliación del Museo
Arqueológico de Asturias”, p. 120.
15
Pardo Calvo, F. y García Tapia, B. (2004) “Reforma y ampliación del Museo
Arqueológico de Asturias”, p. 125.
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salas. Con respecto a los fragmentos escogidos, si bien es cierto que la vista de la catedral
ni mucho menos es el objetivo de mayor agencia del proyecto y que, en cuanto a la
segunda creo que queda a través de una comprobación por vista aérea la incompatibilidad
absoluta y a falta de diálogo entre ambos conjuntos, dialogando únicamente si cabe y de
manera ciertamente irónica con la ampliación del Museo de Bellas Artes, es cierto a su
vez que el nuevo proyecto dedica cierto cuidado a la visibilidad de la girola de San
Salvador, proyectando espacios para su momentánea contemplación, por desgracia sin
lugares de reposo.

Vista aérea del espacio


protegido circundante
al Museo Arqueológico
de Asturias.
Fuente: Google Maps.

Vista aérea del


espacio protegido
circundante al Museo
Arqueológico de
Asturias y el Museo de
Bellas Artes de
Asturias.
Fuente: Google Maps.

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Ventanal de apertura a la girola de “El Salvador” de


Oviedo en la plata tercera Museo Arqueológico de
Asturias.
Fuente: Propio autor.

Terraza a la vista con presencia de la Catedral,


descansillo planta baja y piso primero, sobre e
almacén.
Fuente: Propio Autor.

Maqueta del proyecto en la cual se puede observar


la conexión escalera-terraza que no se llevó a cabo.
Fuente: Fig13. Pardo Calvo, F. y García Tapia, B.
(2004) “Reforma y ampliación del Museo
Arqueológico de Asturias”, p. 126

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3. El Claustro
Dejando de atender las razones de las reformas del
nuevo edificio, el cuál de nuevo según los autores,
partía de un proyecto de escaso interés, se centrará la
atención a la modificación del propio monasterio de
San Vicente, o más bien de su claustro. Este habría sido
a priori construido en estilo románico, partiendo de la
cronología de construcción y los restos encontrados en
1951 durante las reformas, piezas que pasaron a formar
parte de la mampostería de la edificación del S.XVIII y
se pueden relacionar a su vez estilísticamente con otras
piezas coetáneas a su tiempo16. dentro de la estratigrafía
del conjunto (Claustro alto y bajo) encontramos:
segmentos de reforma gótica, una destrucción parcial
Fuente: Manzanares Rodríguez, J. (1951) “Fragmentos
de este debido a un incendio producido en el SXVI; con
una consecuente reforma por parte de los monjes Juan románicos del Monasterio de San Vicente de Oviedo”, p.5.

de Badajoz el Mozo, Juan de Cerecedo el Viejo y, a su


muerte, su sobrino Juan de Cerecedo17; finalizándose a
mediados del SXVII18, hasta finalmente alcanzar la
restauración de José-Menéndez Pidal.
La delimitación en ambos pisos, centro de la vida
monacal, se mantiene, introduciendo el claustro
dentro del complejo, el claustro alto sufrió una
enorme transformación a modo de recreación de
claustro románico. Las ventanas son modificadas y
adecuadas y a través de un proceso de limpieza y
“embellecimiento” se dispone un claustro de muro
liso, con una suerte de columnas románicas corintias
sin acanaladuras con vanos cuyas ventanas han sido
también sustituidas, un conjunto a mi parecer de
bastante mal gusto cuyo espacio expositivo se Fuente: Propio autor.
encuentra repleto de piezas, introduciendo de manera
ciertamente discordante y extraña en el propio suelo de madera muestras de mosaicos
“tardorromanos”. Encontrándose aquí ubicaba la antigua celda de Feijoo, rehabilitada a
su vez para su contemplación y parte más del entorno “recuperado” de claustro.

16
Manzanares Rodríguez, J. (1951) “Fragmentos románicos del monasterio de San
Vicente en Oviedo”, p.05.
17
Fernández de Córdoba Pérez, J.A.Museo Arqueológico de Asturias (2011) “El
Edificio”. [08/11/2022]
18
Kawamura, Y. (2005) “Melchor de Velasco, tracista de la ampliación barroca del
Monasterio de San Vicente”. p.194.
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En cuanto al piso inferior de este, se encuentra


realizado con un material pétreo eminentemente diferente
al del piso superior, distinguido claramente por la línea de
imposta. Los sillares parecen haber sido encajados y
reforzados con cemento, no se encuentra referencia alguna
al carácter o segmentos de las intervenciones llevadas a
cabo por el primer arquitecto de zona en el año 1939 y,
pudiendo observar claramente las consecuencias de sus
premisas reconstructivas tales como la libre interpretación
de la historia, recuperar el "aspecto y el ambiente"
originales de los monumentos, el manejo de los materiales
evocando un falso aspecto medieval y el interés
pintoresquista19, para la recuperación en este caso de
aquel clasicismo herreriano del SXVII como estilo
nacional. A esta visión manufacturada y falseada se le
añade la expansión actual, como un nuevo piso que engulle Fuente: Propio autor

el claustro en una amalgama de vidrio y latón.


De este modo, el conjunto forma parte del circuito
museológico, de una manera mayor o menor acertada (la
planta baja también cuenta con piezas y zonas de interés
estético e histórico), contando la parte superiore del
claustro con la introducción más orgánica a pesar de su
escaso disfrute, pues su acceso no cuenta con ninguna
barrera arquitectónica. La entrada al segmento inferior en
cambio se encuentra custodiado tras gran portón batiente de
madera, sin indicación alguna de localización de acceso al
claustro a través de este, ni siquiera de la posibilidad de
entrada en este, hecho que, me parece, resulta confuso a
nuevos visitantes sin relación alguna con el espacio
Fuente: Propio autor.
anterior, tanto foráneos como oriundos.
4. Discurso museográfico expositivo
En cuanto a la selección de objetos y la manera de exponerlos, resulta conflictiva la
manera en que trata de reflejar valores que en principio creo que se querían trasmitir. Por
una parte, los objetos en sí son muy repetitivos. Esto puede deberse a que, en el momento
en que se seleccionó a Carmen Fernández Ochoa como directora del programa de
contenidos, reunió a un comité científico, entre quienes se distribuyeron por épocas y
temáticas las secciones de la institución. Así, en la primera planta, la persona encargada
de prehistoria y neolítico resultó Juan Antonio Fernández-Tresguerres, antiguo profesor
de la Universidad de Oviedo y especializado en el Aziliense en el norte peninsular20. La

19
Prado Fernández, MA. (2012) “El Arquitecto José-Menéndez Pidal y sus criterios de
restauración monumental para monumentos sobre los conjuntos histórico-artísticos”.
20
Fernández de Córdoba Pérez, J.A. (2012) La exposición del Aziliense en el Museo
Arqueológico de Asturias. De los matices del discurso científico al minimalismo del
discurso museográfico
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Edad Media correspondió a un profesional especialista en prerrománico, y así


sucesivamente.
Véase que, en las diferentes exposiciones, es perfectamente discernible que tipo de
profesional se encontró al mando, denostado esto por la predominancia de algunos objetos
frente a otros. Como consecuencia de la falta de preparación en conjunto para estas
exposiciones encontramos un conjunto expositivo parcial y desequilibrado. Es decir, no
son necesarios diez bifaces para explicar lo que es un bifaz y su relevancia dentro del
contexto en cual se le dio uso. Lo mismo se puede decir de otros elementos como las
hachas de talón y anillas neolíticas, las fíbulas castreñas, las estelas funerarias romanas o
los elementos arquitectónicos prerromanos. En palabras de Fernández de Córdoba […]
“ha mantenido la tradición de exponer el máximo de piezas posibles” […]21
Este recorrido expositivo encuentra relación intrínseca con el espacio arquitectónico
habilitado, en este caso es entendido como contenedor, el cuál con sus soluciones no
parece solventar demasiados problemas. El espacio deja en varias ocasiones al visitante
con cierto nivel de ambigüedad para con el camino a seguir, quedándose fuera del
discurso expositivo; se disponen zonas diáfanas incorporados con proyectores para el
apoyo audiovisual (desconectados en su totalidad), y el empeño por parte de los
arquitectos de la utilización de luz orgánica homogénea a través de lucernarios en el
edificio provoca situaciones en las cuales, o apenas accede luz debido al clima autóctono,
o los diferentes focos de luz interactúan entre sí, creando diferentes sombras en las
vitrinas, forzando al museo a bajar las persianas, dejando de esta manera ciertas zonas del
recorrido en penumbra e iluminación irregular.……………………………………..

Fuente: propio autor

Otros elementos destacados son los bancos corridos que se encuentran a lo largo de
todo el circuito, sirviendo de apoyo a las vitrinas, contienen material didáctico como
información de diversos yacimientos o del arqueólogo. A pesar de ser una buena
propuesta por desgracia su puesta en escena deja bastante que desear, sin aepnas
señalización de su presencia y un gran cerrojo, amén de encontrarse cerrados, provocando
una cierta dualidad con respecto a si deben ser abiertos por el visitante o no, o de plano

21
Fernández de Córdoba Pérez, J. A. (2017) “El Museo arqueológico de Asturias”.
p.601.
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obviándolos; en otras ocasiones como los recursos interactivos, o material de apoyo


audiovisual se encuentran fuera de servicio.

Fuente de imágenes de página: propio autor


5.Conclusión
A modo de conclusión nombrar algunos de los aciertos o
mejorías producidas por el proyecto, tales como almacenes,
instalaciones como la sala de restauración o el salón de actos y
conferencias, servicios, herramientas como el montacargas, la
conservación de la biblioteca y su escalera monumental, y
contenido para personas con discapacidades visuales22. Por
desgracia cabe mencionarse a su vez la falta de satisfacción
completa de estas innovaciones pues; el almacén resulta
extremadamente angosto, forzando a la institución a buscar nuevos
espacios donde acoger sus repositorios (almacén el cual se
encontraría en un espacio inmediatamente inferior a la proyectada
cafetería), el montacargas a fecha de hoy se encuentra sin colocar,
para la conservación de la escalera fue necesaria a su vez cierta
presión por parte de la Universidad de Oviedo para su
mantenimiento, una tienda que a día de hoy aún no he visto, y el
contenido didáctico de apoyo y réplicas de piezas para personas
con discapacidades visuales se encuentra desmejorado o desaparecido23.
En general resulta un proyecto que, si bien es cierto que recalifica una zona urbana,
pues el conjunto sin duda capta la vista de espectador, resulta pues a mi punto de vista
poco más que un aprobado raspado en cuanto a funcionalidad, dejando paso a un rotundo
suspenso estético, introduciéndose de una manera nociva, especialmente con respecto a
la integridad patrimonial e histórica no tan solo del propio edificio, sino de su paisaje
urbano privilegiado dentro del casco histórico ovetense, en el Oviedo redondo. Parece ser
que se ha se ha subordinado el contenido al contenedor, cuya calidad en sí es somera, a
raíz de ego y ambiciones personales de los arquitectos.

22
Siendo por otra parte objetivos ciertamente dados teniendo en cuenta el proyecto
como el reacondicionamiento contemporáneo de un entorno histórico.
23
Propuestas tomadas de Escuín Guinea, M. J. (1999) “Hacer efectivo un derecho:
invidentes y deficientes visuales en el Museo de la Rioja”
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6.Bibliografía
ESCUÍN GUINEA, M. J. (1999) “Hacer efectivo un derecho: invidentes y deficientes
visuales en el Museo de la Rioja”, Boletín de la ANABAD, tomo 49, n.º 3-4, pp. 721-
729.
FERNÁNDEZ DE CÓRDOBA PÉREZ, J. A. (2017) “El museo Arqueológico de
Asturias”, Boletín del Museo Arqueológico Nacional, n.º 35, pp. 597-612.
FERNÁNDEZ DE CÓRDOBA PÉREZ, J. A. (2012) La exposición del Aziliense en el
Museo Arqueológico de Asturias. De los matices del discurso científico al minimalismo
del discurso museográfico. AD ORIENTEM. Universidad de Oviedo. Ménsula
Ediciones, pp. 149-168.
PARDO CALVO, F. Y GARCÍA TAPIA, B. (2004) “Reforma y ampliación del Museo
Arqueológico de Asturias”, Revista de la Subdirección General de Museos Estatales.
CAPITEL, A (2009) “Metamorfosis de monumentos y teorías de la restauración”,
Universidad de Oviedo.
PUERTA CALLEJA, M. y SÁENZ FUENTES, M.J. (2011) “Fundaciones monásticas y
orígenes urbanos: La refracción del documento fundacional de San Vicente de Oviedo”.
KAWAMURA, Y. (2005) “Melchor de Velasco, tracista de la ampliación barroca del
Monasterio de San Vicente”. Boletín del Seminario de Estudios de Arte, 2005, N.71,
pags., Universidad de Valladolid.
PRADO FERNÁNDEZ, MA. (2012) “El Arquitecto José-Menéndez Pidal y sus criterios
de restauración monumental para monumentos sobre los conjuntos histórico-artísticos”.
Laboratorio de Arte, 25 vol.2-2013, Universidad de Extremadura.
MANZANARES ROGRÍGUEZ, J. (1951) “Fragmentos románicos del monasterio de
San Vicente en Oviedo”, p.05. Revista de Letras.

Museo Arqueológico de Asturias (2011) “El Edificio”. [08/11/2022]

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