El Palacio de Pedro I de Castilla en los Reales Alcázares de Sevilla
El palacio mudéjar, con ampliaciones posteriores, fue levantado sobre construcciones
islámicas altomedievales. En aquel momento estaba construido extramuros de la ciudad, pero actualmente se encuentra en el barrio histórico de Santa Cruz. Pedro I de Castilla, sucesor de Alfonso VIII, levantó el Alcázar Nuevo en un periodo político tranquilo. El núcleo original se encuentra en el Palacio del Yeso, a pesar de ser un gran ejemplo mudéjar es un edifico cristiano. La granada nazarí se enfrentó con el Magreb, pero a pesar del enfrentamiento hubo un gran intercambio cultural. Las obras del nuevo palacio abrieron una puerta en la antigua muralla llamada la Puerta del León y en el interior sigue un itinerario complejo. Es el primer palacio de la época musulmana, aunque posteriormente tendrá diversas reformas. Todavía hoy sigue siendo una residencia real. Cuenta con una muralla de grandes sillares de piedra del s. X. En el periodo de taifas del s. XII, se realiza un alcázar palatino, pero fue destruido y arrasado. En la etapa almohade se amplía el recinto, obteniendo una forma semejante a la actual. Al incluir una zona militar, se realizan más palacios, ampliando su estructura poco a poco. Uno de los primeros patios es el de las doncellas, llamado así por la leyenda del tributo de las 100 doncellas. Recientemente ha vuelto a tener su forma original, gracias a las restauraciones realizadas siguiendo las excavaciones arqueológicas. Contaba con una acequia principal con dos jardines a cada lado, pero había sido alterado en época nazarí con una gran acequia sin jardines. A su alrededor cuenta con un porticado con doble columnas, arcos polilobulados y enormes pantallas llenas de piñas, conchas veneras y hojas geometrizadas. En el fondo es un claustro, pero en este caso repleto de inscripciones árabes. Al Patio de las Muñecas es posible acceder tras avanzar un pasillo ubicado tras el zagúan de la portada, las columnas y los capiteles son de acarreo, califales y romanos. Se cree que su nombre puede deberse los rostros de niñas o muñecas que se encuentran al comienzo de los arcos. Por último, en el salón de los embajadores los muros al igual que en otras estancias del palacio están decorados con yeserías y azulejos. En dos laterales hayamos entradas con dos columnas de mármol, las cuales sirven como elementos sustentantes de triples arcos de herradura. Junto a esta disposición hay dos estancias, en las que hay distribuidas veintiséis placas de yeso perfiladas y recortadas a buril para que estas figuras representadas destaquen sobre el fondo de ataurique. Fuentes: Antonio Almargo, Los Reales Alcázares de Sevilla. Artigrama, núm. 22, 2007, 155-185 — I.S.S.N.: 0213-1498