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Ciclos biogeoquímicos

Biología
4°C

Herrera Rojas Luz Aurora


19/Mayo/2023
Ciclo del agua
El ciclo del agua es impulsado por la energía solar. El sol calienta la superficie del océano y otras aguas
superficiales, lo que evapora el agua líquida y sublima el hielo, convirtiéndolo directamente de sólido a gas.
Estos procesos impulsados por el sol mueven el agua hacia la atmósfera en forma de vapor de agua.

Con el tiempo, el vapor de agua en la atmósfera se condensa en nubes y finalmente cae como precipitación,
en forma de lluvia o nieve. Cuando la precipitación llega a la superficie de la tierra, tiene pocas opciones:
puede evaporarse de nuevo, fluir sobre la superficie o percolarse, filtrarse, en el suelo.
En los ecosistemas terrestres —que se encuentran sobre la tierra— en su estado natural, la lluvia
generalmente golpea las hojas y otras superficies de las plantas antes de caer al suelo. Parte de esa agua se
evapora rápidamente de la superficie de las plantas. El agua restante cae al suelo y, en la mayoría de los casos,
es absorbida por este.

En general, el agua se mueve sobre la superficie de la tierra como escurrimiento solo cuando el suelo está
saturado con agua, cuando la lluvia es muy fuerte o cuando la superficie no puede absorber mucha agua. Una
superficie que no absorbe el agua podría ser la roca en un ecosistema natural o el asfalto y el cemento en un
ecosistema urbano o suburbano.

El agua se evapora de
la superficie del
océano y forma nubes
por condensación. El
agua en las nubes cae
como precipitación
sobre la tierra o el
mar. Las nubes que se
forman sobre el mar
pueden moverse hacia
la tierra. Cuando el
agua cae sobre la
tierra, puede fluir
sobre su superficie,
infiltrarse —
introducirse— en el
suelo o percolarse a
través de él,
moviéndose hacia abajo hasta convertirse en agua subterránea. El agua subterránea en los niveles superiores
puede fluir hacia los lagos, ríos u océanos. El agua más superficial puede ser absorbida por las plantas y puede
volver a la atmósfera mediante la transpiración de las hojas. El agua de deshielo y la sublimación de la nieve y
el hielo son otros procesos que contribuyen al ciclo del agua.

El agua en los niveles superiores del suelo puede ser absorbida por las raíces de las plantas. Estas usan una
parte del agua para su propio metabolismo y el agua que se encuentra sus tejidos puede pasar al cuerpo de los
animales cuando estos se comen a las plantas. Sin embargo, la mayor parte del agua que entra en el cuerpo de
una planta se pierde hacia la atmósfera mediante un proceso llamado transpiración. En la transpiración, el
agua entra a través de las raíces, viaja hacia arriba por tubos vasculares formados por células muertas y se
evapora a través de poros llamados estomas, que se encuentran en las hojas.

El ciclo del agua impulsa otros ciclos


El ciclo del agua es importante por sí mismo y los patrones de circulación del agua y la precipitación tienen
grandes efectos en los ecosistemas de la tierra. Sin embargo, la lluvia y el escurrimiento superficial también
tienen una función en la circulación de varios elementos, entre estos el carbono, el nitrógeno, el fósforo y el
azufre. En particular, el escurrimiento superficial ayuda a estos elementos a moverse de los ecosistemas
terrestres a los acuáticos.
Veremos con más detalle cómo funciona esto en los siguientes artículos, donde examinaremos los ciclos
biogeoquímicos de los distintos elementos.

https://es.khanacademy.org/science/biology/ecology/biogeochemical-cycles/a/the-water-cycle
Ciclo del carbono
El ciclo del carbono se estudia con más facilidad como dos ciclos más pequeños interconectados:
 Uno que comprende el intercambio rápido de carbono entre los organismos vivos
 Y otro que se encarga del ciclo del carbono a través de los procesos geológicos a largo plazo
Aunque los veremos de manera separada, es importante tomar en cuenta que estos ciclos están enlazados
entre sí. Por ejemplo, las reservas de CO2 atmosférico y oceánico que son utilizadas por los organismos vivos
son las mismas que los procesos geológicos reciclan.
Como una breve descripción, el carbono existe en el aire mayoritariamente como dióxido de carbono —CO2—
gaseoso, el cual se disuelve en el agua y reacciona con las moléculas de esta para producir bicarbonato: HCO3
La fotosíntesis que llevan a cabo las plantas terrestres, las bacterias y las algas, convierte el dióxido de carbono
o el bicarbonato en moléculas orgánicas. Las moléculas orgánicas producidas por los organismos
fotosintetizadores pasan a través de las cadenas alimenticias, y la respiración celular convierte nuevamente el
carbono orgánico en dióxido de carbono gaseoso.
El almacenamiento
de carbono orgánico
a largo plazo ocurre
cuando la materia
que proviene de los
organismos vivos es
enterrada
profundamente bajo
la tierra o cuando se
hunde hasta el
fondo del océano y
forma rocas
sedimentarias. La
actividad volcánica
y, en tiempos más
recientes, la quema
de combustibles
fósiles, devuelven
este carbono
orgánico al ciclo.
Aunque la
formación de combustibles fósiles sucede en una escala de tiempo geológico lento, la liberación que hacen los
humanos del carbono que contienen, en forma de CO2, sucede en una escala de tiempo extremadamente
rápida.
El ciclo biológico del carbono
El carbono entra en todas las redes tróficas, tanto terrestres como acuáticas, a través de los autótrofos,
organismos que producen su propio alimento. Casi todos estos autótrofos son fotosintetizadores, como las
plantas o las algas.
Los autótrofos capturan el dióxido de carbono del aire o los iones de bicarbonato del agua y lo usan para
producir compuestos orgánicos como la glucosa. Los heterótrofos, como los humanos, que se alimentan de
otros seres, consumen las moléculas orgánicas y así el carbono orgánico pasa a través de las cadenas y redes
tróficas.
¿Cómo regresa el carbono a la atmósfera o al océano? Para liberar la energía almacenada en las moléculas que
contienen carbono, como los azúcares, los autótrofos y heterótrofos las degradan mediante un proceso
llamado respiración celular. En este proceso, el carbono de la molécula se libera en forma de dióxido de
carbono. Los descomponedores también liberan compuestos orgánicos y dióxido de carbono cuando degradan
organismos muertos y productos de desecho.
El carbono circula rápidamente a través de esta ruta biológica, especialmente en los ecosistemas acuáticos. En
general, se estima que se mueven entre 1000 y 100 000 millones de toneladas métricas de carbono a través de
la ruta biológica cada año. Para que te des una idea, ¡una tonelada métrica es casi el mismo peso que el de un
elefante o un coche pequeño!
El ciclo geológico del carbono
La ruta geológica del ciclo del carbono es mucho más lenta que la ruta biológica que acabamos de describir. De
hecho, el carbono usualmente tarda millones de años en recorrer la ruta geológica. El carbono puede quedar
almacenado durante largos periodos de tiempo en la atmósfera, en los cuerpos de agua líquida —océanos en
su mayoría— en los sedimentos oceánicos, en el suelo, en las rocas, en los combustibles fósiles y en el interior
de la Tierra.
El nivel de dióxido de carbono en la atmósfera se ve afectado por la reserva de carbono en los océanos y
viceversa. El dióxido de carbono atmosférico se disuelve en agua y reacciona con las moléculas de agua en las
siguientes reacciones:
CO2+H2O ⇌ H2CO3 ⇌ HCO3−+H+ ⇌ CO32−+2H+CO2+H2O⇌H2CO3⇌HCO3−+H+⇌CO32−+2H
El carbonato —CO32— que se libera en este proceso se combina con los iones Ca2+, para formar carbonato de
calcio —CaCO3— un componente clave de las conchas de los organismos marinos. Cuan do los organismos
mueren, sus restos se hunden y finalmente se convierten en parte del sedimento del suelo oceánico. A lo largo
del tiempo geológico, el sedimento se convierte en piedra caliza, que es la reserva de carbono más grande de
la Tierra.
En la tierra, el carbono se almacena en el suelo en forma de carbono orgánico proveniente de la
descomposición de los organismos o como carbono inorgánico producto de la meteorización de las rocas y los
minerales. Más profundo en el subsuelo se encuentran los combustibles fósiles como el petróleo, el carbón y el
gas natural, que son los restos de plantas descompuestas bajo condiciones anaeróbicas, sin oxígeno. Los
combustibles fósiles tardan millones de años en formarse; cuando los humanos los queman, el carbono es
liberado a la atmósfera en forma de dióxido de carbono.
Otra forma en la que el carbono entra a la atmósfera es la erupción volcánica. Los sedimentos carbonatados
del fondo oceánico se hunden profundamente en la Tierra mediante un proceso llamado subducción, en el que
una placa tectónica se mueve por debajo de otra. Este proceso produce dióxido de carbono, el cual puede ser
liberado hacia la atmósfera por erupciones volcánicas o respiraderos hidrotermales.

https://es.khanacademy.org/science/biology/ecology/biogeochemical-cycles/a/the-carbon-cycle
Ciclo del nitrógeno
Las bacterias juegan un papel fundamental en el ciclo del nitrógeno.
El nitrógeno ingresa al mundo de lo vivo por medio de las bacterias y otros procariontes unicelulares que
convierten el nitrógeno atmosférico, N2en formas biológicamente utilizables mediante un proceso
llamado fijación del nitrógeno. Algunas especies de bacterias fijadoras de nitrógeno viven libremente en el
suelo o el agua, mientras que otras son simbiontes benéficos que viven dentro de las plantas.
[¿Cuáles son algunos ejemplos de procariontes fijadores de nitrógeno?]
Los microorganismos
fijadores de nitrógeno
capturan el nitrógeno
atmosférico al
convertirlo en
amoníaco, NH3, el cual
puede ser absorbido y
utilizado por las plantas
para producir
moléculas orgánicas.
Las moléculas
nitrogenadas pasan a
los animales cuando
estos consumen
plantas, y una vez
dentro del cuerpo,
pueden ser
incorporadas al mismo
o pueden ser
degradadas y
excretadas como
desecho, como la urea
de la orina.
Los procariontes cumplen varias funciones en el ciclo del nitrógeno. Las bacterias fijadoras de nitrógeno que se
encuentran en el suelo y dentro de los nódulos radicales de algunas plantas convierten el nitrógeno gaseoso
de la atmósfera en amoníaco. Las bacterias nitrificantes convierten el amoníaco en nitratos o nitritos. El
amoníaco, los nitratos y los nitritos son formas de nitrógeno fijo que las plantas pueden absorber. Las
bacterias desnitrificantes convierten los nitratos en nitrógeno gaseoso.
El nitrógeno no permanece por siempre en los cuerpos de los seres vivos, por el contrario, las bacterias lo
convierten de nitrógeno orgánico a N2 gaseoso. Este proceso a menudo implica varios pasos en los
ecosistemas terrestres. Las bacterias convierten los compuestos nitrogenados de los organismos muertos o
sus desechos, en amoníaco—NH3—, el cual es convertido después en nitratos y nitritos. Finalmente, los
procariontes desnitrificantes convierten los nitratos en N2
El ciclo del nitrógeno en los ecosistemas marinos
Hasta ahora, nos hemos enfocado en cómo ocurre el ciclo natural del nitrógeno en los ecosistemas terrestres.
Sin embargo, los pasos son similares en el ciclo del nitrógeno marino; ahí, los procesos de amonificación,
nitrificación y desnitrificación son realizados por bacterias y arqueas marinas.

La ilustración muestra
el ciclo del nitrógeno.
Las bacterias fijadoras
de nitrógeno fijan el
nitrógeno gaseoso de
la atmósfera en
nitrógeno orgánico, el
cual entra a las redes
tróficas terrestres y
sale de ellas en forma
de desechos
nitrogenados que van
al suelo. Las bacterias
y los hongos del suelo
llevan a cabo la
amonificación de estos
desechos, y convierten
el nitrógeno orgánico
en iones de amonio,
NH4+. Las bacterias
nitrificantes
transforman el amonio
en nitrito, NO2-, y
luego en nitrato, NO3-.
Las bacterias desnitrificantes convierten el nitrato de nuevo a nitrógeno gaseoso, que regresa a la atmósfera.
El nitrógeno de los escurrimientos y fertilizantes llega al océano, donde entra en las redes tróficas marinas.
Parte del nitrógeno orgánico cae al fondo oceánico en forma de sedimento. Otra parte de este es convertido
en iones nitrito y nitrato, los cuales se transforman nuevamente en nitrógeno gaseoso en un proceso análogo
al que ocurre en la tierra.
Algunos compuestos nitrogenados caen al suelo oceánico en forma de sedimento. A lo largo de periodos de
tiempo prolongados, los sedimentos son comprimidos hasta formar rocas sedimentarias. Finalmente, el
levantamiento geológico puede mover las rocas sedimentarias de nuevo a la tierra. En el pasado, los
científicos no creían que estas rocas sedimentarias ricas en nitrógeno eran una fuente importante de
nitrógeno para los ecosistemas terrestres. Sin embargo, un nuevo estudio sugiere que pueden ser bastante
importantes, ya que el nitrógeno se libera gradualmente a medida que las rocas se desgastan, o meteorizan,
quedando disponible para las plantas.

https://es.khanacademy.org/science/biology/ecology/biogeochemical-cycles/a/the-nitrogen-cycle
Ciclo del fosforo
El ciclo del fósforo es lento en comparación con otros ciclos biogeoquímicos como el del agua, el carbono y el
nitrógeno.
En la naturaleza, el fósforo se encuentra sobretodo en forma de iones fosfato, −PO43−. Los compuestos
fosfatados se encuentran en las rocas sedimentarias y, a medida que estas se meteorizan —se desgastan a lo
largo del tiempo— el fósforo que contienen se filtra lentamente hacia el suelo y las aguas superficiales. La
ceniza volcánica, los aerosoles y el polvo mineral también pueden ser fuentes significativas de fosfatos,
aunque el fósforo no tiene realmente una fase gaseosa como el carbono, el nitrógeno y el azufre.
Las plantas pueden absorber los compuestos fosfatados del suelo y transferirlos a los animales que se las
comen. Cuando las plantas y los animales excretan desechos o mueren, los fosfatos pueden ser absorbidos por
los organismos detritívoros o regresar al suelo. Los compuestos fosfatados también pueden ser transportados
en los escurrimientos hacia los ríos, lagos y océanos, donde son absorbidos por los organismos acuáticos.
Cuando los compuestos fosfatados de los cuerpos o desechos de los organismos marinos se hunden hasta el
suelo oceánico, forman nuevas capas sedimentarias. Con el transcurso de largos periodos de tiempo, la roca
sedimentaria fosfatada puede moverse del océano a la tierra mediante un proceso geológico llamado
levantamiento. Sin embargo, este proceso es muy lento y el ion fosfato promedio tiene un tiempo de
residencia oceánica —tiempo que pasa en el océano— de 20,000 a 100,000 años.

Esta ilustración
muestra el ciclo del
fósforo. El fósforo
entra en la
atmósfera con los
aerosoles
volcánicos. Cuando
este aerosol se
precipita a la tierra,
entra en las redes
tróficas terrestres.
Parte del fósforo de
las redes tróficas
terrestres se
disuelve en los
arroyos y lagos y el
restante entra al
suelo. Otra fuente
de fósforo son los
fertilizantes. El
fósforo llega a los
océanos por filtración y escurrimientos, y una vez ahí se disuelve en el agua del mar o entra en las redes
tróficas marinas. Parte del fósforo se hunde hasta el suelo oceánico y se convierte en sedimento, el cual puede
volver a la tierra por levantamiento geológico.
La eutrofización y las zonas muertas
La mayoría de los fertilizantes que se usan en la agricultura, y en los huertos y jardines, contiene tanto
nitrógeno como fósforo, los cuales pueden llegar hasta los ecosistemas acuáticos mediante escurrimientos
superficiales. El fertilizante en los escurrimientos puede provocar el crecimiento excesivo de algas y otros
microbios que estaban previamente limitados por la cantidad de nitrógeno o fósforo. Este fenómeno se
conoce como eutrofización. En algunos casos, parece que el agente principal de la eutrofización es el fósforo y
no el nitrógeno

¿Por qué es perjudicial la eutrofización? Algunas algas hacen que el agua huela o sepa mal o producen
compuestos tóxicos22squared. Además, cuando todas esas algas mueren y son descompuestas por microbios,
se usan grandes cantidades de oxígeno en el proceso. Este aumento en el uso de oxígeno puede disminuir
fuertemente los niveles de oxígeno disuelto en el agua y conducir a la muerte por hipoxia —falta de oxígeno—
de otros organismos acuáticos como los peces y moluscos.
Las regiones de los lagos y océanos que quedan sin oxígeno debido a la afluencia de nutrientes se
llaman zonas muertas. El número de zonas muertas se ha ido incrementando durante varios años y para el
2008 existían más de 400. Una de las peores zonas muertas se encuentra frente a la costa de los Estados
Unidos en el Golfo de México. El escurrimiento de fertilizantes de la cuenca del río Misisipi creó una zona
muerta de 21 919 kilómetros cuadrados. Como puedes ver en la figura siguiente, las zonas muertas se
encuentran en áreas muy industrializadas y con alta densidad poblacional alrededor del mundo.

El mapa del mundo


muestra las áreas
donde se encuentran
las zonas muertas.
Estas están presentes a
lo largo de las costas
este y oeste de Estados
Unidos, en el mar del
Norte, en el
Mediterráneo y frente
a la costa este de Asia.

¿Cómo puede reducirse o evitarse la eutrofización? Los fertilizantes, los detergentes que contienen fósforo y
las aguas residuales eliminadas de forma inadecuada son fuentes de nitrógeno y fósforo que causan
eutrofización. Reducir el uso de fertilizantes, eliminar los detergentes que contienen fósforo y asegurar que el
drenaje no entre en los ríos —por fugas en el sistema séptico, por ejemplo— son formas en las que los
individuos, las empresas y los gobiernos pueden ayudar a reducir la eutrofización

https://es.khanacademy.org/science/biology/ecology/biogeochemical-cycles/a/the-phosphorous-cycle

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