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Aprendizaje esperado: Representa las transformaciones de la energía en los ecosistemas, en función de la fuente primaria y las
cadenas tróficas.
Se denomina como ciclos biogeoquímicos la conexión y movimientos que existen entre los elementos vivos y los no vivos con el fin de
que la energía fluya a través de los ecosistemas.
La palabra biogeoquímico está compuesta por términos que derivan del griego: bio que significa "vida", y geo, que indica "tierra" y
químicos porque hay elementos involucrados. Por tanto, biogeoquímico es un término que señala los movimientos cíclicos de los
elementos biológicos vitales para la vida.
La energía fluye direccionalmente a través de los
ecosistemas de la Tierra; generalmente entra en forma de
luz solar y sale en forma de calor. Sin embargo, los
componentes químicos que forman a los seres vivos son
diferentes: se reciclan.
Los elementos y moléculas se pueden almacenar por
periodos largos o cortos en la atmósfera, en la tierra, en el
agua o por debajo de la superficie terrestre, así como en los
cuerpos de los seres vivos. Los procesos geológicos, como
el desgaste de las rocas, la erosión, el escurrimiento de
agua y la subducción de las placas continentales, juegan un
papel en este reciclaje de materiales, así como la interacción
entre los organismos.
Un ciclo biogeoquímico es el movimiento de los elementos
nitrógeno, oxigeno, azufre, fósforo y agua, entre otros
elementos que se da a través de los seres vivos y el
ambiente.
Ciclo de nitrógeno
Los organismos vivos no pueden utilizar el nitrógeno puro en la atmósfera para esto se convierte en nitrato orgánico que se consigue a
través de la fijación biológica esto es combinar nitrógeno y oxígeno para ser enviado por las precipitaciones a la superficie terrestre.
El papel fundamental de los microorganismos en la fijación del nitrógeno. Cómo el uso excesivo de fertilizantes nitrogenados puede
provocar la proliferación de algas.
El nitrógeno es un componente esencial de los cuerpos de los seres vivos. Los átomos de nitrógeno se encuentran en todas las
proteínas y en el ADN.
El nitrógeno existe en la atmósfera como N2 gaseoso. Durante la fijación del nitrógeno, las bacterias convierten el N2 en amoníaco,
una forma de nitrógeno que puede ser utilizada por las plantas. Cuando los animales comen plantas, adquieren compuestos
nitrogenados que pueden utilizar.
El nitrógeno es un nutriente limitante común en la naturaleza y la agricultura. Un nutriente limitante es aquel que está disponible en
una cantidad mínima y por lo tanto limita el crecimiento.
Cuando los fertilizantes que contienen nitrógeno y fósforo llegan a los ríos y lagos, pueden provocar florecimientos de algas, proceso
conocido como eutrofización.
El N2 gaseoso compone alrededor
del 78% del volumen de la
atmósfera de la Tierra, las bacterias
y algunos procariontes juegan un
papel fundamental en el ciclo del
nitrógeno pues tienen la capacidad
de convertir el N2 a una forma
utilizable mediante un proceso
llamado fijación del nitrógeno.
Algunas especies de bacterias
fijadoras de nitrógeno viven
libremente en el suelo o el agua,
mientras que otras son simbiontes
benéficos que viven dentro de las
plantas.
Los microorganismos fijadores de
nitrógeno capturan el nitrógeno
atmosférico al convertirlo en
amoníaco, NH3, el cual puede ser
absorbido y utilizado por las plantas
para producir moléculas orgánicas.
Las moléculas nitrogenadas pasan
a los animales cuando estos
consumen plantas, y una vez dentro
del cuerpo, pueden ser incorporadas al mismo o pueden ser degradadas y excretadas como desecho, como la urea de la orina. Los
procariontes cumplen varias funciones en el ciclo del nitrógeno. Las bacterias fijadoras de nitrógeno que se encuentran en el suelo y
dentro de los nódulos radicales de algunas plantas convierten el nitrógeno gaseoso de la atmósfera en amoníaco. Las bacterias
nitrificantes convierten el amoníaco en nitratos o nitritos. El amoníaco, los nitratos y los nitritos son formas de nitrógeno fijo que las
plantas pueden absorber. Las bacterias desnitrificantes convierten los nitratos en nitrógeno gaseoso.
El nitrógeno no permanece por siempre en los cuerpos de los seres vivos, por el contrario, las bacterias lo convierten de nitrógeno
orgánico a N2 gaseoso. Este proceso a menudo implica varios pasos en los ecosistemas terrestres. Las bacterias convierten los
compuestos nitrogenados de los organismos muertos o sus desechos, en amoníaco NH 3 el cual es convertido después en nitratos y
nitritos. Finalmente, los procariontes desnitrificantes convierten los nitratos en N2 gaseoso.
El ciclo del nitrógeno en los
ecosistemas marinos, los
procesos de amonificación,
nitrificación y desnitrificación
son realizados por bacterias y
arqueas marinas.
La ilustración muestra el ciclo
del nitrógeno. Las bacterias
fijadoras de nitrógeno fijan el
nitrógeno gaseoso de la
atmósfera en nitrógeno
orgánico, el cual entra a las
redes tróficas terrestres y sale
de ellas en forma de desechos
nitrogenados que van al suelo.
Las bacterias y los hongos del
suelo llevan a cabo la
amonificación de estos
desechos, y convierten el
nitrógeno orgánico en iones
de amonio, NH4+. Las
bacterias nitrificantes
transforman el amonio en
nitrito, NO2-, y luego en
nitrato, NO3-. Las bacterias desnitrificantes convierten el nitrato de nuevo a nitrógeno gaseoso, que regresa a la atmósfera. El
nitrógeno de los escurrimientos y fertilizantes llega al océano, donde entra en las redes tróficas marinas. Parte del nitrógeno orgánico
cae al fondo oceánico en forma de sedimento. Otra parte de este es convertido en iones nitrito y nitrato, los cuales se transforman
nuevamente en nitrógeno gaseoso en un proceso análogo al que ocurre en la tierra.
Algunos compuestos nitrogenados caen al suelo oceánico en forma de sedimento. A lo largo de periodos de tiempo prolongados, los
sedimentos son comprimidos hasta formar rocas sedimentarias. Finalmente, el levantamiento geológico puede mover las rocas
sedimentarias de nuevo a la tierra donde el nitrógeno se libera gradualmente a medida que las rocas se desgastan, o meteorizan,
quedando disponible para las plantas.
El nitrógeno es un nutriente limitante
En los ecosistemas naturales, muchos procesos, como la producción primaria y la descomposición, están limitados por la cantidad
disponible de nitrógeno. En otras palabras, el nitrógeno a menudo es el nutriente limitante, el nutriente que se encuentra en menor
cantidad y que por lo tanto restringe el crecimiento de los organismos o las poblaciones.
En general, la actividad humana libera nitrógeno al ambiente por dos medios principales: la quema de combustible fósiles y el uso de
fertilizantes nitrogenados en la agricultura. Ambos procesos aumentan los niveles de compuestos nitrogenados en la atmósfera. Los
altos niveles de nitrógeno atmosférico, diferentes al N2 se asocian con efectos perjudiciales, como la producción de lluvia ácida (en
forma de ácido nítrico, HNO3) y contribuyen al efecto invernadero, en forma de óxido nitroso, N2O.
Además, cuando se usan los fertilizantes artificiales que contienen nitrógeno y fósforo en la agricultura, el fertilizante excedente puede
llegar a los ríos, lagos y arroyos mediante escurrimiento superficial. Uno de los efectos principales del escurrimiento de fertilizantes es
la eutrofización del agua dulce y salada. En este proceso, el escurrimiento de nutrientes produce una proliferación excesiva, o
"florecimiento", de algas u otros microorganismos, cuyo crecimiento estaba limitado por la disponibilidad del nitrógeno o el fósforo.
La eutrofización puede reducir la disponibilidad de oxígeno en el agua durante la noche porque las algas y los microorganismos que
se alimentan de ellas usan grandes cantidades de oxígeno en la respiración celular. Esto puede provocar la muerte de otros
organismos que habiten en los ecosistemas afectados, como los peces y camarones, y resulta en la formación de áreas con poco
oxígeno y sin especies, conocidas como zonas muertas
El ciclo del fósforo
El lento ciclo del fósforo a través de la biósfera. Cómo
los fertilizantes que contienen fósforo pueden producir
zonas acuáticas muertas.
El fósforo es un nutriente esencial que se encuentra en
las macromoléculas, incluyendo el ADN de los humanos
y otros organismos.
El ciclo del fósforo es lento. La mayor parte del fósforo
que existe en la naturaleza se encuentra en forma de
ion fosfato, PO4-3
A menudo, el fósforo es el nutriente limitante, o el
nutriente más escaso y que por ello restringe el
crecimiento, en los ecosistemas acuáticos.
Cuando el nitrógeno y el fósforo de los fertilizantes son
acarreados por los escurrimientos hasta los lagos y
océanos, producen eutrofización: el crecimiento
excesivo de algas. Las algas pueden agotar el oxígeno
del agua y crear una zona muerta.
El fósforo es un nutriente esencial para los seres vivos.
Es una parte fundamental de los ácidos nucleicos, como
el DNA y de los fosfolípidos que conforman nuestras
membranas celulares. En la forma de fosfato de calcio,
también es el componente de soporte de nuestros
huesos.
En la naturaleza, el fósforo a menudo es el nutriente
limitante —se encuentra en menor cantidad y por lo
tanto limita el crecimiento— especialmente en los
ecosistemas acuáticos de agua dulce.
El ciclo natural del fósforo
El ciclo del fósforo es lento en comparación con otros
ciclos biogeoquímicos como el del agua, el carbono y el
nitrógeno
En principio, las plantas absorben el azufre a través de las raíces, que se encuentra en la corteza de la tierra o en el agua en forma de
sulfato y compone las sales o nutrientes necesarios para realizar sus funciones vitales (reducen los sulfatos en sulfuros). El azufre
pasa al organismo de los animales herbívoros cuando éstos se allimentan, y a su vez pasa a los carnívoros cuando se alimentan de
animales herbívoros, razón por la cual el azufre continúa su ciclo y contribuye con sus nutrientes a estos consumidores.
Cuando los organismos mueren, sus cuerpos quedan en el suelo y los organismos descomponedores (bacterias y hongos), convierten
sus restos animales nuevamente en sulfato a medida que los desintegran y los reducen en partículas orgánicas.
El azufre presente en los restos orgánicos pasa al suelo, que posteriormente se transforma en sulfuro de hidrógeno gracias a las
bacterias y, de esta manera, se enriquece y nutre nuevamente el suelo. En este proceso el azufre se oxida para producir el sulfato que
será otra vez absorbido por las plantas por medio de sus raíces. De esta manera se inicia otra vez el ciclo.
El azufre también llega a los suelos a través de las heces de los animales, luego de su descomposición.
Asimismo, el azufre llega a la atmósfera como compuesto gaseoso como dióxido de azufre y sulfuro de hidrógeno, gases que son
producidos por los volcanes o incendios y por la descomposición de materia orgánica generada por las bacterias, tanto en el suelo
como en el agua.
En este caso, cuando el sulfuro de hidrógeno está en contacto con el oxígeno se oxida, de esta manera se genera el sulfato que luego
recae en el suelo y en el agua por medio de las lluvias.
Por el contrario, el dióxido de azufre puede ser absorbido por las plantas directamente de la atmósfera
El carbonato CO3-2 que se libera en este proceso se combina con los iones Ca2+ para formar carbonato de calcio CaCO3 un
componente clave de las conchas de los organismos marinos. Cuando los organismos mueren, sus restos se hunden y finalmente se
convierten en parte del sedimento del suelo oceánico. A lo largo del tiempo geológico, el sedimento se convierte en piedra caliza, que
es la reserva de carbono más grande de la Tierra.
En la tierra, el carbono se almacena en el suelo en forma de carbono orgánico proveniente de la descomposición de los organismos o
como carbono inorgánico producto de la meteorización de las rocas y los minerales. Más profundo en el subsuelo se encuentran los
combustibles fósiles como el petróleo, el carbón y el gas natural, que son los restos de plantas descompuestas bajo condiciones
anaeróbicas, sin oxígeno. Los combustibles fósiles tardan millones de años en formarse; cuando los humanos los queman, el carbono
es liberado a la atmósfera en forma de dióxido de carbono.
Otra forma en la que el carbono entra a la atmósfera es la erupción volcánica. Los sedimentos carbonatados del fondo oceánico se
hunden profundamente en la Tierra mediante un proceso llamado subducción, en el que una placa tectónica se mueve por debajo de
otra. Este proceso produce dióxido de carbono, el cual puede ser liberado hacia la atmósfera por erupciones volcánicas o respiraderos
hidrotermales.
¿Por qué es importante si hay mucho CO2 en la atmósfera? El CO2 es un gas de efecto invernadero. Cuando se encuentra en la
atmósfera, atrapa el calor y evita que irradie hacia el espacio. Con base en gran cantidad de pruebas, los científicos piensan que los
niveles elevados de CO2 y otros gases de efecto invernadero provocan cambios pronunciados en el clima de la Tierra. Si no se
realizan cambios decisivos para reducir sus emisiones, se pronostica que la temperatura de la Tierra aumentará entre 1 y 5°C para el
año 2100
Del mismo modo, aunque pueda parecer que la absorción que hace el océano del dióxido de carbono excedente es buena para
reducir los gases de efecto invernadero, no es en absoluto benéfica para la vida marina. Como vimos anteriormente, el CO2 en el
agua de mar puede reaccionar con las moléculas de agua para liberar iones H+. Así que, mientras más CO2 se disuelve en el agua,
más ácida será el agua. Una mayor acidez en el agua reduce las concentraciones de CO3-2 lo que les dificulta a los organismos
marinos formar y mantener sus conchas de CaCO3. Tanto el aumento de temperatura como el incremento en la acidez del agua
pueden perjudicar a la vida marina y ambos procesos se han relacionado con el blanqueamiento del coral.
Ciclo del oxígeno:
El CO2 es utilizado en la respiración aeróbica de las plantas y animales.
En este proceso, átomos de oxígeno se combinan con átomos de
hidrógeno, formando moléculas de agua. El agua formada en la
respiración, llamada como agua metabólica es, en parte eliminada para
el ambiente a través de la transpiración, de excreción y de heces y en
parte utilizada en procesos metabólicos.
De esa forma, sus átomos de oxígeno acaban incorporados a la materia
orgánica y pueden volver a la atmósfera por la respiración y por la
descomposición del organismo, que producen agua y gas carbono.
Fotosíntesis:
6CO2 + 6H2O → C6H12O6 + 6O2
Respiración celular:
C 6H12O6 + 6O2 → 6CO2 + 6H2O