Está en la página 1de 10

Curso.

Hidrología para el
manejo de cuencas.

Unidad 3
UNIDAD 3. PROCESOS DEL CICLO HIDROLÓGICO

En esta unidad se estarán analizando los componentes del ciclo hidrológico, como requisito
fundamental para conocer el proceso que sigue el agua en sus diferentes estados, el análisis
nos permitirá definir que se puede alterar en el ciclo hidrológico y como se pueden controlar
los cambios, para facilitar el manejo de una cuenca.

2.1. Definiciones de ciclo hidrológico.

Para el manejo de cuencas será muy importante conocer el ciclo hidrológico o ciclo del agua
que ocurre en este territorio hidrográfico, es el que dinamiza la parte natural y los procesos
físico-biológicos, por lo tanto, en la cuenca; además de caracterizar a la población, la
cobertura vegetal y los suelos, será importante conocer estas relaciones del movimiento
del agua en la naturaleza.

El ciclo hidrológico o ciclo del agua es el proceso de circulación del agua entre los distintos
compartimentos de la hidrósfera. Se trata de un ciclo biogeoquímico en el que hay una
intervención mínima de reacciones químicas, y el agua solamente se traslada de unos
lugares a otros o cambia de estado físico.

El agua de la hidrósfera procede de la desfragmentación del metano, donde tiene una


presencia significativa, por los procesos del vulcanismo. Una parte del agua puede
reincorporarse al manto con los sedimentos oceánicos de los que forma parte cuando éstos
acompañan a la litósfera. La mayor parte de la masa del agua se encuentra en forma líquida,
sobre todo en los océanos y mares y en menor medida en forma de agua subterránea o de
agua superficial (en ríos y arroyos).

El segundo compartimento por su importancia es el del agua acumulada como hielo sobre
todo en los casquetes glaciares antártico y groenlandés, con una participación pequeña de
los glaciares de montaña, sobre todo de las latitudes altas y medias (nevados). Por último,
una fracción menor está presente en la atmósfera como vapor o en estado gaseoso,
formando nubes. Esta fracción atmosférica es sin embargo muy importante para el
intercambio entre compartimentos y para la circulación horizontal del agua, de manera que
se asegura un suministro permanente a las regiones de la superficie continental alejadas de
los depósitos principales.
El ciclo del agua, también conocido como ciclo hidrológico, describe el movimiento continuo
y cíclico del agua en el planeta Tierra. El agua puede cambiar su estado entre líquido, vapor
y hielo en varias etapas del ciclo, y los procesos pueden ocurrir en cuestión de segundos o
en millones de años. Aunque el equilibrio del agua en la Tierra permanece relativamente
constante con el tiempo, las moléculas de agua individuales pueden circular muy rápido. El
sol dirige el ciclo calentando el agua de los océanos. Parte de esta agua se transforma en
vapor de agua. El hielo y la nieve pueden sublimar directamente en vapor de agua.

Las corrientes de aire ascendentes toman el vapor de la atmósfera, junto con el agua de
evapotranspiración, que es el agua procedente de las plantas y la evaporación del suelo.
http://www.ciclohidrologico.com/media/Ciclo_hidrologico.jpgEl vapor se eleva en el aire,
donde las temperaturas más frías hacen que se condense en nubes. Las corrientes de aire
mueven las nubes alrededor del globo. Las partículas de las nubes chocan, crecen y caen
desde la atmósfera como precipitación. Algunas caen como precipitaciones de nieve y
pueden acumularse como casquetes polares y glaciares, que almacenan el agua congelada
durante miles de años. En climas más cálidos, los bloques de nieve a menudo se
descongelan y se derriten cuando llega la primavera, y el agua derretida fluye por la tierra.
La mayor parte de la precipitación cae sobre los océanos o la tierra, donde, debido a la
gravedad, fluye sobre la superficie. Una parte de esa agua entra en los ríos a través de valles
en el paisaje, y la corriente mueve el agua hacia los océanos. El agua filtrada pasa a las aguas
subterráneas, que se acumulan y son almacenadas como agua dulce en mantos acuíferos.
No toda el agua fluye por los ríos. La mayor parte de ella humedece y satura al suelo como
infiltración. Un poco de agua se infiltra profundamente en la tierra y rellena acuíferos (roca
subsuperficial saturada), que almacenan cantidades enormes de agua dulce durante
períodos largos del tiempo. Algunas infiltraciones permanecen cerca de la superficie de la
tierra y pueden emerger, acabando como agua superficial (y oceánica). Algunas aguas
subterráneas encuentran grietas en la tierra y emergen. Con el tiempo, el agua sigue
fluyendo, para entrar de nuevo en el océano, donde el ciclo se renueva, según
http://www.ciclohidrologico.com/ consultado el 15 de junio, 2017.

2.2. Definición de cada uno de los componentes del ciclo hidrológico

El ciclo del agua tiene una interacción constante con el ecosistema debido a que los seres
vivos dependen de este elemento para sobrevivir y a su vez ayudan al funcionamiento del
mismo. Por su parte, el ciclo hidrológico presenta cierta dependencia de una atmósfera
poco contaminada y de un cierto grado de pureza del agua para su desarrollo convencional,
ya que de otra manera el ciclo se entorpecería por el cambio en los tiempos de evaporación,
condensación, etc. Los principales procesos implicados en el ciclo del agua son (ver figura
17):

1º Evaporación. El agua se evapora en la superficie oceánica, sobre la superficie terrestre y


también por los organismos, en el fenómeno de la transpiración en plantas y sudoración en
animales. Los seres vivos, especialmente las plantas, contribuyen con un 10% al agua que
se incorpora a la atmósfera. Así mismo podemos considerar la sublimación,
cuantitativamente muy poco importante, que ocurre en la superficie helada de los glaciares
o nevados. Para la medición de la evaporación del suelo y la cobertura se utilizan los tanques
evaporímetros.

2º Condensación. El agua en forma de vapor sube y se condensa formando las nubes,


constituidas por agua en pequeñas gotas.

3º Precipitación. Se produce cuando las gotas de agua que forman las nubes se enfrían
acelerándose la condensación y uniéndose las gotitas de agua para formar gotas mayores
que terminan por precipitarse a la superficie terrestre en razón a su mayor peso. La
precipitación puede ser sólida (nieve o granizo) o líquida (lluvia). Para la medición de la
precipitación se utilizan los pluviómetros y pluviógrafos.

4º Infiltración. Ocurre cuando el agua que alcanza el suelo, penetra a través de sus poros y
pasa a ser subsuperficial y subterránea. La proporción de agua que se infiltra y la que circula
en superficie (escorrentía) depende de la permeabilidad del sustrato, de la pendiente y de
la cobertura vegetal. Parte del agua infiltrada vuelve a la atmósfera por evaporación o, más
aún, por la transpiración de las plantas, que la extraen con raíces más o menos extensas y
profundas. Otra parte se incorpora a los acuíferos, niveles que contienen agua estancada o
circulante. Parte del agua subterránea alcanza la superficie allí donde los acuíferos, por las
circunstancias topográficas, intersecan (es decir, cortan) la superficie del terreno. Para la
medición de la infiltración del agua suelo se utilizan los cilindros infiltrómetros.

5º Escorrentía. Este término se refiere a los diversos medios por los que el agua líquida se
desliza cuesta abajo por la superficie del terreno. En los climas no excepcionalmente secos,
incluidos la mayoría de los llamados desérticos, la escorrentía es el principal agente
geológico de erosión y de transporte de sedimentos. Hay diferentes formas para medir el
caudal en los ríos, todo dependerá del caudal y tamaño de la sección del río.
6º Circulación subterránea. Se produce a favor de la gravedad, como la escorrentía
superficial, de la que se puede considerar una versión. Se presenta en dos modalidades:

 Primero, la que se da en la zona vadosa, especialmente en rocas karstificadas, como


son a menudo las calizas, y es una circulación siempre pendiente abajo.
 Segundo, la que ocurre en los acuíferos en forma de agua intersticial que llena los poros
de una roca permeable, de la cual puede incluso remontar por fenómenos en los que
intervienen la presión y la capilaridad.

7º Fusión. Este cambio de estado se produce cuando la nieve pasa a estado líquido al
producirse el deshielo.

8º Solidificación. Al disminuir la temperatura en el interior de una nube por debajo de 0° C,


el vapor de agua o el agua misma se congelan, precipitándose en forma de nieve o granizo,
siendo la principal diferencia entre los dos conceptos que en el caso de la nieve se trata de
una solidificación del agua de la nube que se presenta por lo general a baja altura: al irse
congelando la humedad y las pequeñas gotas de agua de la nube, se forman copos de nieve,
cristales de hielo polimórficos (es decir, que adoptan numerosas formas visibles al
microscopio), mientras que en el caso del granizo, es el ascenso rápido de las gotas de agua
que forman una nube lo que da origen a la formación de hielo, el cual va formando el granizo
y aumentando de tamaño con ese ascenso. Y cuando sobre la superficie del mar se produce
una tromba marina (especie de tornado que se produce sobre la superficie del mar cuando
está a muy alta temperatura por el sol) este hielo se origina en el ascenso de agua por
adherencia del vapor y agua al núcleo congelado de las grandes gotas de agua El proceso se
repite desde el inicio, consecutivamente por lo que nunca se termina, ni se agota el agua.

9. Plasma. En los años recientes ha tomado importancia este estado del agua, corresponde
a una característica intermedia (líquido y sólido, semilíquido y gelatinoso). Es muy utilizado
en la ingeniería y mecánica moderna (motores). Los plasmas son gases calientes e ionizados,
se forman bajo condiciones de extremadamente alta energía, tan alta, en realidad, que las
moléculas se separan violentamente y sólo existen átomos sueltos.
Precipitación
Condensación

Transpiración

Infiltració
n

Evaporació
n
Cuenca
Ingreso de agua
Escorrentía de cuenca
vecina

Salida de agua
a cuenca vecina
Océano

Figura 17. Representación del ciclo hidrológico

2.3. Interrelación, importancia e implicaciones de la intervención antrópica en


el ciclo hidrológico

El uso de la tierra, la sobreexplotación del agua subterránea y las prácticas de disposición


de efluentes y desechos en un medio urbano conducen a modificaciones significativas del
ciclo hidrológico tanto en sus términos de cantidad como de calidad. En forma general estos
efectos se traducen en la reducción de la infiltración natural de las aguas pluviales, con la
consiguiente disminución de la evapotranspiración y el aumento del escurrimiento
superficial.

Además, puede verse deteriorada la calidad química por vertidos de efluentes en el agua
superficial, disposición de desechos y contaminación del agua subterránea (lixiviados).
Hasta hace pocos años se aceptaba que las zonas urbanas reducían la cantidad de recarga
al agua subterránea debido a la impermeabilización de las superficies. Sin embargo, las
pérdidas de las cañerías de aprovisionamiento de agua, de los drenajes pluviales y cloacas
pueden incrementar la alimentación a los acuíferos. Uno de los factores que alteran el ciclo
del agua es la destrucción de los bosques. Los árboles retienen parte del agua lluvia y
permiten su evaporación antes de que llegue al suelo. También amortiguan la caída del
líquido, haciéndola más lenta y permitiendo que alguna parte de este no corra directamente
a los ríos, sino que penetre en el suelo (infiltración). Una vez allí, pasa a formar parte de los
acuíferos (reservas subterráneas de agua, que alimentan los ríos en el verano,
contribuyendo a garantizar la disponibilidad del recurso).

También contribuye a su alteración la sedimentación de los ríos, ciénagas y humedales, ya


que reduce su capacidad para almacenar volúmenes importantes de agua. Como
consecuencia, no solo aumentan las inundaciones, sino también la cantidad de agua
contribuyente al mar.

Científicos, responsables políticos y profesionales han hecho un esbozo de sus prioridades


sobre las necesidades de investigar en el futuro el impacto del cambio climático sobre el
ciclo del agua, explicando cómo se pueden introducir los resultados de investigación en
estos campos dentro del proceso de elaboración de políticas (Figura 18). En un seminario
organizado por la Comisión Europea, los expertos debatieron también cómo la legislación
relativa al agua puede aportar a los gestores del agua las herramientas para la adaptación
al cambio climático.
Figura 18. Ciclo hidrológico ante el cambio climático
Fuente: US Climate Change Science Program

Los modelos del cambio climático sugieren que en el próximo siglo nuestro planeta se
calentará entre 1,4 y 5,8 grados centígrados, dependiendo de los niveles de emisiones de
gas de efecto invernadero. Los cambios del clima afectarán tanto a la calidad como a la
cantidad de agua disponible para los seres humanos y el medio ambiente. Los fenómenos
climáticos extremos, como las inundaciones y las sequías, es probable que aumenten en
intensidad y frecuencia. Se espera que el cambio climático afecte también a la calidad del
agua de varias formas. Por lo tanto, hay una necesidad clara de adaptarse.

Sin embargo, aunque es evidente que el cambio climático se está produciendo, todavía hay
mucha incertidumbre en torno a las repercusiones que tiene sobre la naturaleza y la
sociedad. En relación con las necesidades futuras, se ha señalado que los modelos del
cambio climático deben ser más específicos a nivel regional, ya que muchos de los impactos
del cambio climático pueden no afectar a toda el mundo de manera uniforme.
https://www.iagua.es/2006/10/el-cambio-climtico-y-su-impacto-en-el
2.4. El recurso hídrico, factor integrador.

Las cuencas hidrográficas tienen una dinámica social interna (por sus comunidades que las
habitan) que puede desarrollar vínculos con territorios vecinos inmediatos y lejanos,
algunas veces estos son compartidos por dos o más Municipios, Provincias, Regiones,
Departamentos o países; pero siempre el eje social buscará identidades propias que no
necesariamente coinciden con las divisorias geográficas (las cuencas), pero si dependen del
funcionamiento de la cuenca. Este funcionamiento se expresa en una dinámica indivisible
entre la vegetación, el suelo/geología y el agua.

El agua entonces se denomina el recurso integrador de todos las partes de la cuenca, desde
la parte alta, hasta la parte baja e incluso la salida de la cuenca. La vegetación cumple su
papel cuando la gota de lluvia cae a la cuenca, el suelo es el siguiente elemento que
permitirá su almacenamiento o escurrimiento. Una cuenca bien cubierta de vegetación
(bosques, árboles, pastos, cultivos densos permanentes) regulará los caudales aguas abajo,
de lo contrario se generarán escurrimientos variados en velocidad y caudales que no podrán
soportar los cauces naturales. Es así que la relación entre agua y vegetación se expresan
también en la calidad del agua, si sobre los suelos se aplican o depositan contaminantes el
agua los arrastrará y concentrará alterando la calidad del agua. Si una cuenca no tiene
vegetación suficiente y permanente el suelo se erosionará, se movilizarán partículas,
alterando la calidad del agua y posiblemente generando la sedimentación en las partes
medias y bajas de las cuencas.

El movimiento del agua en la cuenca conecta e integra sus partes, presentando a esta
unidad natural como un arquetipo de sistema. Es decir, como una entidad en la cual sus
componentes están dispuestos en una agrupación de elementos ligados y mutuamente
dependientes, de manera que conforman una unidad y actúan como tal. Esta
conceptualización se da muy claramente en las cuencas hidrográficas, en su arreglo
jerárquico como cuencas, subcuencas, microcuencas y quebradas, y en la respuesta de
conjunto de los procesos biofísicos, naturales o alterados por la actividad humana, que
tienen lugar dentro de sus límites.

Es importante indicar que la cuenca hidrográfica no es un simple plano de dos dimensiones,


sino un espacio tridimensional limitado hacia arriba por la inter fase del horizonte superior
de sus suelos, sus superficies libres de agua y la parte aérea de su vegetación con la
atmósfera; y hacia abajo, por los estratos de su subsuelo que incluyen las aguas
subterráneas, el regolith, es decir, material en partículas y fraccionado del suelo- y la roca
subyacente, los que pueden ser afectados por los procesos naturales o antrópicos
originados por la acción del hombre- que tienen lugar en la cuenca o, a su vez, afectarlos.
Se debe destacar el caso bastante común de la no coincidencia entre la divisoria de aguas
que se ubica en la superficie de la cuenca y la de sus aguas subterráneas. Esta diferencia
hace que se produzcan transvases naturales subterráneos entre cuencas vecinas que
pueden variar el balance hídrico (incremento o pérdida).

Pero el agua, así como integra y forma una dinámica única, también es motivo de intereses
particulares y conflictos, que día con día se van incrementando por falta de una buen
gobernanza y gobernabilidad, muchas veces el reto mayor en la cuenca no es el propio
manejo, sino la gestión o resolución de conflictos. De ahí que es importante conocer donde
están las fuentes de agua, que proceso siguen de manera natural y como se interrelacionan
esas fuentes; también, quienes hacen usos de las fuentes de agua, que medidas de
regulación guardan y como se encuentra la relación legal entre ellos (Figura 19).

Figura 19. La relación entre las fuentes de agua

También podría gustarte