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Una vez terminado el preámbulo y habiendo aclarado mi punto de vista, voy a dedicarme

ahora a una cuestión que, en mi opinión, los implica de manera directa en la gestión de los
negocios y del management: la de la eficacia. Trataremos de ver cómo, por una parte, los
griegos, y nosotros por herencia, y, por otra, los chinos tuvieron concepciones diferentes de lo
que llamaré, al principio con términos comunes, la eficacia o la estrategia. Me parece que es
una cuestión sobre la cual el contrapunto entre estas culturas puede construirse con bastante
facilidad. Ambas concepciones de la eficacia — la griega y la china— se confrontan y se
iluminan mutuamente, o, dicho de otro modo, se reflejan una a la otra. Creo que la manera
griega de concebir la eficacia puede resumirse así: para ser eficaz, construyo una forma
modelo, ideal, cuyo plan trazo y a la que le adjudico un objetivo; luego comienzo a actuar de
acuerdo con ese plan en función de ese objetivo. Primero hay modelización, luego esta
modelización requiere su aplicación. Todo esto conduce al pensamiento clásico europeo a
concebir la intervención conjunta de dos facultades: el entendimiento, que, como dice Platón,
“concibe aspirando a lo mejor” (forma ideal), y luego la voluntad, que se involucra para
introducir esta forma ideal, proyectada, en la realidad. Como ejemplo, y en el dominio de la
estrategia propiamente dicha, tomemos al jefe de guerra que traza un plan de operaciones, en
su tienda o en su gabinete, antes de llevarlo al terreno. O, en el ámbito que a ustedes les
resulta más familiar, al economista que elabora una curva de crecimiento, como evolución
ideal, y luego debe considerar cómo hacer para aplicarla. Y en una perspectiva más general, en
el contexto del pensamiento europeo, también es el caso del pensamiento político. Trazamos
formas ideales de la Ciudad, que luego habrá que implementar, y eso comienza ya con Platón;
esta “aplicación” reclama siempre que, en mayor o en menor medida, se fuerce la situación,
incluso a tal punto que a veces se produce una Revolución. Pero Platón nos dice que, aunque
pudiera aplicarse, esta forma ideal siempre tiene el valor de un modelo, servirá de idea
reguladora y, desde el “cielo” de las Ideas, conducirá la acción. Por lo general, nuestras
constituciones, de las que Francia es gran consumidora, también son modelizaciones.
Recordarán ustedes con seguridad la constitución concebida durante la Revolución Francesa,
tan perfecta, casi irénica, que se guardó con premura en un tabernáculo, mientras, frente a la
urgencia de la situación, el Comité de Salvación Pública encaraba una política de guerra y de
terror. Inaplicable como era, ella no perdía su estatus de forma modelo y de idealidad.

Es importante analizar qué ha sido esta atención que el pensamiento europeo consagró a la
capacidad de modelizar. En la República de Platón encontré una fórmula a propósito de la
estrategia militar, una fórmula que les resultará más curiosa, más sorprendente, cuando
conozcan el mundo chino. En definitiva, ¿qué es lo que hace que un general sea bueno? Platón
nos dice lo siguiente: “Para delimitar un campo, tomar plazas fuertes, hacer replegar o avanzar
a un ejército y hacerle ejecutar todas las maniobras de rutina, ya sea en las batallas o en las
marchas, un general será más o menos Conferencia sobre la eficacia (Jullien, François) 5 / 30
hábil, . “. Adivinen cómo termina la idea: “según sea o no geómetra’ Para ser un buen general,
un general “hábil’ hay que ser un buen geómetra. Y la geometría, obviamente, es la
modelización perfecta, es el modelo del modelo. Ahora bien, en efecto, toda una línea de la
tradición estratégica europea, al menos hasta Clausewitz, ha pensado la estrategia primero a
partir de la geometría. Se piensa en ángulos, en figuras, etc. Por supuesto, el pensamiento
griego clásico —me refiero sobre todo a Aristóteles— trató de buscar algo que pudiera mediar
entre ese plano de la forma modelo, expresada como objetivo, y el de su realización. Para
decirlo con otras palabras, entre lo que llamamos la “teoría” y la “práctica’ términos tan
habituales entre nosotros que, me parece, ya no se cuestionan; o, mejor dicho, ya no sabemos
cuestionar ni discutir. Y, sin embargo, se alude permanentemente a la pérdida que implica el
pasaje de la teoría a la práctica: ésta nunca puede alcanzar el nivel de aquélla. Es por eso que
Aristóteles elabora la idea de una facultad intermedia, a la que llama phrónesis que se traduce
a menudo por “prudencia”, que serviría para vincular la modelización con la aplicación, y
reducir así la brecha que casi siempre las separa. Mientras que Tales encarna la elección de la
teoría pura, aquel que contempla el cielo a riesgo de caer en un pozo —como comenta
burlonamente la sirvienta tracia—, Pericles encarna la prudencia del hombre de acción, que
tiene a la vez una “justa apreciación a primera vista” y también “juicio”: es el que sería capaz
de adaptar su deliberación a la contingencia de la situación.

Trataremos de ver cómo, por una parte, los griegos, y nosotros por herencia, y, por otra, los
chinos tuvieron concepciones diferentes de lo que llamaré, al principio con términos comunes,
la eficacia o la estrategia.

Creo que la manera griega de concebir la eficacia puede resumirse así: para ser eficaz,
construyo una forma modelo, ideal, cuyo plan trazo y a la que le adjudico un objetivo; luego
comienzo a actuar de acuerdo con ese plan en función de ese objetivo. Primero hay
modelización, luego esta modelización requiere su aplicación.

Como ejemplo, y en el dominio de la estrategia propiamente dicha, tomemos al jefe de guerra


que traza un plan de operaciones, en su tienda o en su gabinete, antes de llevarlo al terreno.

“. Adivinen cómo termina la idea: “según sea o no geómetra’ Para ser un buen general, un
general “hábil’ hay que ser un buen geómetra. Y la geometría, obviamente, es la modelización
perfecta, es el modelo del modelo.

Palabras cables:

Eficacia:

La eficacia es una herramienta que ayuda a cualquier organización o grupo de personas para
llegar a un objetivo específico o generalizado. Pero de donde viene esta implementación, según
una Conferencia sobre la eficacia (Jullien, François) nos menciona que esta terminología de
alguna forma estaba presente desde civilizaciones pasadas como las griegas en donde con
términos comunes se le disponía como estrategia es decir un modelo ideal cuyo plan se traza
caminos para un objetivo planteado que posteriormente se hace una modelización para
posteriormente su aplicación en los campos de batalla. En términos generales se podría decir
que la eficacia es como un análisis geométrico de algún propósito a alcanzar y de esta forma
trazar caminos para llegar a cumplirlo de la mejor manera.
La palabra “eficacia” viene del Latín efficere que, a su vez, deriva de facere, que significa “hacer
o lograr”. El Diccionario de la Lengua Española de la Real Academia Española señala que la
“eficacia” significa “virtud, actividad, fuerza y poder para obrar”. María Moliner interpreta esa
definición y sugiere que “eficacia” “se aplica a las cosas o personas que pueden producir el
efecto o prestar el servicio a que están destinadas”. Algo es eficaz si logra o hace lo que debía
hacer. Los diccionarios del idioma inglés indican definiciones semejantes. Por ejemplo, el
Webster’s International define eficacia (“efficacy”) como “el poder de producir los resultados
esperados”.

Aplicando estas definiciones a las políticas y programas sociales, la eficacia de una política o
programa podría entenderse como el grado en que se producen los logros buscados. Una
organización eficaz cumple cabalmente su misión. Un programa es eficaz si logra los objetivos
que le dieron razón de ser.

Para lograr total claridad sobre la eficacia, hace falta precisar lo que constituye un “objetivo”.
Particularmente se necesita estipular que un objetivo bien definido explicita lo que se procura
generar, incluyendo la calidad de lo que se propone. Asimismo, un objetivo debe delimitar el
tiempo en que se espera genera un determinado efecto o producto. Por tanto, una iniciativa
resulta eficaz si cumple los objetivos esperados en el tiempo previsto y con la calidad esperada.

Cabe destacar que la eficacia contempla el cumplimiento de objetivos, sin importar el costo o
el uso de recursos. Una determinada iniciativa es más o menos eficaz según el grado en que
cumple sus objetivos, teniendo en cuenta la calidad y la oportunidad, y sin tener en cuenta los
costos.

De los cuatro criterios propuestos, parece existir mayor consenso o mayor uniformidad con
respecto al significado de “eficacia”. Durante dieciocho meses en 1997 y 1998, se solicitó a
diversos grupos de profesionales comprometidos en el diseño y gerencia de políticas y
programas sociales definir eficacia, eficiencia, equidad y sostenibilidad.2 Se recopilaron 262
respuestas. De éstas, 221 (el 84 por ciento) indicaron que la eficacia corresponde al
cumplimiento de metas y objetivos o a la satisfacción de la necesidad que motivó el diseño y
desarrollo de la iniciativa, sin importar los costos y el uso de recursos. Se presentaron múltiples
versiones de la definición, pues muchos explicitaron que la eficacia implica cumplir objetivos,
teniendo en cuenta calidad y/o tiempo y otros dejan estas dimensiones implícitas. Un ocho por
ciento de los respondientes asoció (equivocadamente) la eficacia con algún juicio sobre costos
o sobre el uso de recursos. Un ocho por ciento adicional definió la eficacia de otra manera,
incorporó la idea de que la eficacia se asocia con la generación de resultados concretos o con el
aporte a mejoras en el bienestar social.

proceso de lograr los resultados propuestos, pero esta vez empleando los mejores medios
posibles.
Asimismo, un objetivo debe delimitar el tiempo en que se espera genera un determinado
efecto o producto. Por tanto, una iniciativa resulta eficaz si cumple los objetivos esperados en
el tiempo previsto y con la calidad esperada.

Cabe destacar que la eficacia contempla el cumplimiento de objetivos, sin importar el costo o
el uso de recursos. Una determinada iniciativa es más o menos eficaz según el grado en que
cumple sus objetivos, teniendo en cuenta la calidad y la oportunidad, y sin tener en cuenta los
costos.

Se presentaron múltiples versiones de la definición, pues muchos explicitaron que la eficacia


implica cumplir objetivos, teniendo en cuenta calidad y/o tiempo y otros dejan estas
dimensiones implícitas

proceso de lograr los resultados propuestos, pero esta vez empleando los mejores medios
posibles.

Las empresas u organizaciones para logras sus metas se plantean rutas ante ello se implementa
la eficacia ya que consiste en el objetivo o objetivos que se han propuesto para alcanzar dicha
meta con el fin de planificar los tiempos previstos para cada etapa y la calidad esperada para
las mismas. Esto abarca mayormente un ámbito de capacidades y análisis que se requieran
implementar ya sean muy especificas o generales en donde pueda ser un procedimiento eficaz,
pero esto va de la mano con los costos ya que no siempre lo eficaz es barato por lo cual aquí se
debe analizar las mejores rutas posible para obtener el máximo rendimiento con los recursos
que se tiene.

Segunda palabra:

Productividad industrial

Cuando hablamos de productividad industrial hacemos referencia a la relación que


existe entre los recursos que se utilizan para la producción de un determinado
producto o servicio y los beneficios que se obtienen a partir del. Las industrias tienen
de por sí una serie de gastos básicos asociados a la elaboración de su producto y al
mantenimiento del lugar, que junto con otras cuestiones adicionales deben ser
restadas a los ingresos para obtener el beneficio final de las ventas.
La manera más lógica para aumentar la productividad en un ámbito industrial sería,
como se imaginarán, la de tratar de minimizar la cantidad de gastos y recursos que
existen en la producción de un determinado bien para aumentar así los beneficios. De
todas maneras, esto no es lo único que se tiene que tener en cuenta para lograr ese
objetivo, en el artículo de hoy te contamos cuales deberían ser algunos de los pasos a
seguir para mejorar la productividad industrial.
La productividad industrial es un ámbito de mejora de la producción reduciendo asi los
tiempos de etapa a etapa al igual que el manejo de los contratiempos como cuellos de
botella de esta forma la mejora de los métodos industriales y maximizando los recursos para
la elaboración del producto final. En este ámbito abarca 4 pasos para una mejora de la
productividad industrial cuales son:

 Diagnóstico de la productividad: Desglosar el tiempo total de ejecución de las tareas


para asi determinar el tiempo necesario de la producción además el tiempo estándar
como los tiempos despilfarrados y de esta forma ver sus causas con lo cual nos ayudara
a buscar soluciones de mejora.
 Estudio, análisis y mejora de métodos: Aquí se basa en el estudio de los métodos
utilizados para los procesos donde se analizan para poder proponer otros métodos más
eficaces.
 Estudio de tiempos: Aquí abarca el análisis de mejora de los tiempos que se van a
aplicar al método establecido para ver una comparación de los tiempos ya sea por lote
o unidad producida.
 Aplicación de métodos y estándares: Aquí se hace un análisis mas centrado de los
tiempos a implementar para asi ver que los tiempos estándares se han acordes con los
tiempos trabajados y con ello ver mejores resultados.

Lunes hay termo: grupo con saul yo anyelo ( maso)

Martes estudio de trabajo: yo Cristian cesar (bien)

Miercoles electricidad: yo genesis saul erik (bien)


Costos: yo saul erik (bien -)

Tecnicas: yo Cristian cesar (bien +)

Actividades: yo Cristian cesar (bien+)

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