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FORMAS DE EXPLOTACIÓN COLONIAL trabajadores eran llevados de sus lugares de origen hacia las zonas en

donde requerían de sus servicios.


MITA La mita decretaba cuotas laborales las cuales debían ser cumplidas por
La mita se refiere a un sistema de trabajo obligatorio existente durante parte de la población indígena, según la asignación que hiciese el
la época colonial, dicho sistema de trabajo surge en América, corregidor (funcionario real encargado de ejecutar todo tipo de obras
específicamente en las regiones andinas, durante el periodo incaico y públicas), tanto para el servicio del encomendero (era quien hacía
durante la conquista española de América. Los trabajos realizados eran cumplir las órdenes del rey) como del propietario de tierras o
públicos, ya que de esta manera se pagaba tributo al estado. hacendado. A cambio de la fuerza de trabajo, el encomendero tenía la
Quienes tenían la obligación de trabajar, eran todos aquellos hombres obligación de catequizar en la religión católica a las personas que le
casados que contaban entre 18 y 50 años de edad, con aptitudes para habían sido encomendadas.
trabajar en minas, en haciendas, construcciones de templos, puentes,
caminos y formando parte del ejército. Estas actividades laborales se ENCOMIENDA
efectuaban por turnos rotativos y el estado se encargaba de proveer a En los dos primeros siglos coloniales la encomienda reguló la fuerza de
los trabajadores de sus necesidades básicas. trabajo y la distribución de la mano de obra. "La encomienda era una
La mita era considerada una gran fuente de ingresos, esta era realizada vieja institución de carácter feudal, que establecía servidumbre a los
en tierras del jefe inca o en la de los sacerdotes. La obligatoriedad que señores a cambio de protección para los siervos. Se estableció
implicaba la mita perduraba mientras los trabajadores estuvieran en entregando una comunidad de indios a un español (benemérito) a
esas tierras, ya que si las abandonaban (lo que se podía hacer cambio de los servicios prestados por éste", explica Lucena Salmoral.
libremente) cesaba la obligación. El historiador Guillermo Céspedes del Castillo agrega que "el
Este sistema de trabajo obligatorio, continuó durante el periodo de la beneficiario (encomendero) cobra y disfruta el tributo de sus indios, en
soberanía española, contribuyendo al desarrollo interno de una dinero, en especie (alimentos, tejidos, etc.) o en trabajo (construcción
economía de mercado con servicios y productos para la corona de casas, cultivo de tierras o cualquier otro servicio); a cambio de ello,
española. Cada grupo indígena ofrecía a la corona una cantidad debe amparar y proteger a los indios encomendados e instruirles en la
específica de trabajadores durante varios meses del año. Estos religión católica, por sí o por medio de una persona seglar o eclesiástica
(doctrinero) que él mantendrá".
Por lo tanto, la encomienda no implicaba la propiedad sobre los nativos; «Cada indio trabajaba 312 días al año, y lo más que podía ganar en ese
era una concesión no heredable. Al quedar vacante (sin poseedor) ésta tiempo, eran 40 pesos de a 8 reales… En cada Obraje había cárcel,
volvía al monarca, quien podía retener a los indígenas bajo cepo, grillos y azotes. Los niños eran maltratados con crueldad. De su
administración real o entregarlos a otro encomendero. jornal se sacaba la tasa del tributo y la pensión sinodal del cura. El indio
Las encomiendas paulatinamente fueron perdiendo su razón de ser, se costeaba su alimento y su vestido; y muchas veces se le descontaba
entre otros motivos, por la caída de la población aborigen, la de su miserable jornal, hasta las medicinas, que se les vendía muy
desaparición de los conquistadores ávidos de recompensa y la paz que caras, aun cuando el exceso de trabajo les postrase con alguna
imperó en la mayoría de las provincias. En cambio, los repartimientos enfermedad… Los indios se acabaron en breve tiempo: el trabajo a que
persistieron hasta el fin del período colonial. no estaban acostumbrados, fue la causa de que muchísimos murieran»
La corona fue incapaz de conceder encomiendas indígenas al cada vez (Roberto Andrade.- Historia del Ecuador, tomo I p. 109)
mayor número de españoles. Por ello, muchos de éstos se vieron Existieron distintos tipos de obrajes. Los obrajes enteros eran aquellas
forzados a recurrir a otras alternativas para proveerse de mano de obra. fábricas de mayor tamaño en las que podían operar 12 telares. Los
Aparecieron de esa manera diversas formas de peonaje y trabajadores obrajes medios eran aquellos que tenían entre 6 y 12 telares y tenían
libres remunerados. además un batán (máquina de piedra destinada a transformar tejidos
Especialmente desde finales del siglo XVI, estos sistemas laborales abiertos en otros más tupidos y que funcionaba con la corriente de agua.
predominaron en gran parte de la América española. Mientras en las Fueron muy habituales en España y en América hasta el siglo XIX), y
haciendas laboraban peones, jornaleros y capataces, en las minas un molino. Por último, se encontraban los denominados “Chorrillos”, que
obreros libres ofrecían sus servicios. En las ciudades, por su parte, se eran pequeñas fábricas con 6 telares o menos y que además carecían
constituyó una mano de obra libre calificada, compuesta por plateros, de batán. Los chorrilos eran generalmente mantenidos por un núcleo
carpinteros, carreteros y gremios de artesanos en general. familiar y solo producían tejidos de la más baja calidad.
En un obraje típico se producían todas las fases manufactureras, desde
OBRAJES
la recogida de la lana hasta el producto final que salía para ser
Eran fábricas de tejidos de lana, algodón y cabuya, en las que también
comercializado. Los obrajes estaban casi siempre en el interior de la
se fabricaban alpargatas, costales, mechas, monturas, sombreros,
hacienda, y si tenían batán, cerca de un río o alguna otra fuente de
pólvora, etc. y donde eran obligados a trabajar los indígenas, de día y
obtención de agua, para aprovechar la fuerza motriz del agua.
de noche, muchas veces hasta morir.
En las instalaciones del obraje, los edificios solían estar separados Los jóvenes entraban a trabajar a partir de los 12 años y eran
según funciones. Cada obraje tenía un patio frente a los edificios que aprendices hasta los 17 años aproximadamente. La mano de obra era
servía para descargar la lana o el algodón. La lana o algodón, al llegar adquirida principalmente con indígenas que habían cometido algún
al obraje, era limpiado en una sala llamada mantecadero. delito o con indígenas que eran contratados y luego se les conseguía
Posteriormente, se pasaba a otra sala para el cardado de la lana y de retener con la técnica del endeudamiento, que consistía en prestarles
ahí a la sala para el hilado, llamada emborrizo. El área principal y dinero o especies a un alto precio para completar su exigua
claramente la sala más grande era la de tejido, cuyas dimensiones alimentación, que los trabajadores no podían devolver después.
variaban en función del número de trabajadores. Era por tanto una forma de comercio muy rentable para los
Existían también otras dos secciones dentro de las instalaciones de un encomenderos españoles, ya que los costes eran muy bajos en relación
obraje. Una sección con diversas estancias, que se utilizaban como a los beneficios. Se calcula en unos 150 mil pesos los ingresos medios
bodega para guardar la comida, la cocina etc.; y ora sección que anuales que ganaban los empresarios de los obrajes.
contendría el batán, en el caso de que el obraje lo tuviera. El negocio de los obrajes quedó en manos de unos cuantos
Los propios trabajadores solían vivir casi siempre dentro de la hacienda encomenderos y hombres ricos castellanos que tenían el dinero
donde estaba albergado el obraje, en unos edificios llamados suficiente para correr con los gastos iniciales para montar el obraje;
Rancherías. También incluía el obraje un calabozo, ya que muchos tenían a su vez una cabaña ganadera suficiente para obtener la lana o
indios se rebelaban contra sus patrones y eran castigados. el algodón necesarios; y además, contaban con una buena cantidad de
El objetivo de todo este entramado de instalaciones era tener toda la indios que iban a trabajar para él en el obraje.
cadena de producción textil, incluidos los trabajadores, reunidos en
CONCERTAJE
unas mismas instalaciones.
Desde fines del siglo XV, quedó patente el hecho de que los españoles
Los obrajes eran siempre trabajados por mano de obra indígena, tanto
no tenían inclinación por el trabajo manual y que la mano de obra sería
hombres como mujeres y niños, en condiciones de trabajo muy duras,
la indígena (a la que se sumaría luego la esclava). Se instituyó por esto
prácticamente en condiciones de esclavitud o semi esclavitud, con
el repartimiento, entregando cupos de naturales a los españoles para
jornadas de trabajo de 12 horas de duración durante 312 días al año.
que les utilizaran en labores agrícolas o mineras. La acelerada
Esta mano de obra indígena era mano de obra tributaria, bien por
disminución del número de amerindios (por causas diversas, como el
encomendaciones, o bien por trabajo relacionado con la mita.
desarraigo familiar, el mismo trabajo, etc.) aconsejó sustituir el
repartimiento por la encomienda (ambas instituciones coexistieron a lo hacía el Alcalde Mayor que tenía jurisdicción en los términos de la
veces), vieja institución feudal que establecía la servidumbre a los ciudad. La carencia de mano de obra jornalera no empezó a resolverse
señores a cambio de la protección a los siervos. En el caso americano, hasta principios del siglo XVII, cuando hubo un considerable número de
se entregaba una comunidad indígena a un español, que debía mestizos y aparecieron los indios forasteros o huidos de sus
españolizarles y adoctrinarles en la fe (pagando un doctrinero). Los encomiendas para no pagar tributos, ofreciéndose a trabajar por un
encomendados entregaban al encomendero un capital anual, el tributo salario. A éstos se sumaron los esclavos echados a jornal o alquilados
(en oro o en especie) y un capital-trabajo (algunas prestaciones). En por sus amos en obras u ocupaciones diversas a cambio de un salario
ningún caso, el encomendero era propietario de la tierra donde vivían que se embolsaban. En Cuba se utilizaron muchos de ellos en las obras
sus encomendados, que seguía siendo de la Corona y entregada en de fortificación. En 1601 se estableció el concertaje o concierto de los
usufructo a la comunidad. Los encomenderos trataron de sacar el mayor trabajadores, por el cual éstos acordaban laborar para determinado
rendimiento a los encomendados, manteniendo altos los tributos (pese propietario a cambio de un jornal. El concertaje robusteció la hacienda,
a que disminuían los tributarios) y exigiéndoles trabajos adicionales, que acabó con la encomienda. El repartimiento quedó reservado para
como labrar alguna parcela de maíz para sustento del señor e incluso actividades en las cuales no se encontraban jornaleros, como la minera
prestaciones laborales en sus tierras particulares. Esto último era ilegal, en Nueva España, donde se implantó desde 1632. El concertaje
pero solucionaba en parte el problema de la falta de mano de obra, cada funcionó usualmente durante la segunda mitad del siglo XVII. El
vez más angustioso. La Corona intentó suprimir la encomienda en 1542 concierto se hacía por escrito y por un período que iba de seis meses a
(Leyes Nuevas), impidiendo su transmisión, pero tuvo que ceder ante un año. El trabajador tenía derecho a una casa y a los servicios
las presiones de los encomenderos peruanos (rebelión de Gonzalo religiosos. El salario debía pagarse en dinero y no en especie, pero lo
Pizarro) y sostenerla. La falta de mano de obra indígena originó la corriente es que se diera una parte en dinero (entre 15 y 30 pesos al
reimplantación del repartimiento, pero distinto del existente al principio. año) y otra en especie (ocho fanegas de maíz y media arroba de carne
Los indígenas próximos a una población española (encomendados y no cada dos semanas). Aunque el patrono procuraba explotar a sus
encomendados), debían ofrecer un cupo de trabajadores (usualmente trabajadores, tenía siempre el límite impuesto por la oferta y la
entre el 2% y el 4%) a modo de pequeño mercado de mano de obra demanda. Si apretaba demasiado, el jornalero se buscaba otro patrono,
para su contratación en labores agrícolas (escarde, cosechas, etc.) o siendo inútil tratar de hacer valer el papel del concierto firmado, pues
urbanas (empedrado de calles, construcción de casas, etc.). El reparto primero había que encontrarle.

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