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Me han preguntado

si, en los próximos años,

se hará posible matar


40 millones de estadounidenses

con el uso de bombas atómicas


en una sola noche.

Me temo
que la respuesta es sÃ.

Robert Oppenheimer fue


el padre de la bomba atómica.

Él era una maraña compleja


de contradicciones.

Son armas de agresión,


de sorpresa, de terror.

Oppenheimer querÃa
que la bomba se usara.

Si no, ¿cómo el mundo


sabrÃa lo que era?

Dr. Oppenheimer,
¿estamos creando algo

que quizás
no podamos controlar?

En un mundo
de armas atómicas...

las guerras cesarÃan.

Falta un dÃa para la prueba


del primer dispositivo atómico.

Este hombre culto y no violento

fue el responsable de crear

el arma más violenta


en la historia de la humanidad.

Dedicó el resto de su vida

a tratar de controlar
al monstruo que habÃa desatado.

Si hay otra guerra mundial...

la civilización
podrÃa desaparecer.
Se volvió un paria polÃtico.

¿Es cierto
que ya descubrimos el mà todo

para destruir a la humanidad?

Al final, lo arruinó.

"Ahora me he convertido
en la Muerte,

el destructor de mundos".

Creamos algo que, para


el mundo en el que nacimos,

es una cosa malvada.

TO END ALL WAR


OPPENHEIMER & THE ATOMIC BOMB

CASA DE OPPENHEIMER
LOS ÁLAMOS, NUEVO MÉXICO

Cuando tenÃa 15 años,

tuve la ocasión de hablar


a solas con Oppenheimer.

Fue en una fiesta de cóctel.

Yo estaba sirviendo
entremeses...

y me encontrà a Oppenheimer.

Le dije: "Creo que usted


es como un santo".

Y eso lo desconcertó bastante.

Él me dijo: "¿Por quÃ


me dices algo como eso?".

Le dije:
"Porque usted está dudando".

Se dio la vuelta,
tomó su sombrero

y salió por la puerta.

Es obvio que lo impactó


de una forma que nunca imaginà .
Oppenheimer con Cronkite,
toma uno.

Dr. Oppenheimer, pese


a lo inevitable de la decisión

que la historia
nos demuestra,

aún parece sufrir


de un cargo de conciencia,

¿es asÃ, señor?

Creo que si desempeñaste


un papel importante

en ocasionar la muerte
de más de cien mil personas,

naturalmente, no piensas
en eso con serenidad.

Al ver la historia
de Oppenheimer,

es muy difÃcil hallar


a otra persona en la historia

que lidiara
con una tan compleja situación

con toda clase


de preguntas imposibles,

y tan pocas respuestas.

Todos tienen su propia idea


de quà es Robert Oppenheimer.

El hecho
es que à l inventó un arma

que puede destruir


la vida humana en la Tierra.

Y no olvidemos que esta arma,

con la capacidad
de acabar con la civilización,

se desarrolló para salvar


la civilización occidental.

VAMOS AL CINE
A VER LAS NOTICIAS DEL MUNDO
En los años 1930,
millones de estadounidenses

seguÃan las noticias


que venÃan de Europa

en sus cines locales,


en los noticiarios.

A Oppenheimer le horrorizó
el ascenso de Hitler.

El sentido
de su identidad judÃa

lo hizo de inmediato

muy consciente
del riesgo del fascismo.

Y cuando la guerra
empezó en 1939,

à l era profesor de Berkeley.

Y ese mismo año,

uno de sus estudiantes irrumpe


corriendo en su oficina

y le da la noticia
de que se descubrió la fisión.

Han llegado noticias


de Alemania

de que el átomo de uranio,


bombardeado por neutrones,

se divide en dos partes.

Primero,
Oppenheimer no lo creyó.

Él fue al pizarrón


e hizo cálculos matemáticos

y logró comprender

que se puede usar la fisión


para generar energÃa.

Einstein ya lo explicó.

Que si puedes convertir


materia en energÃa pura,
la cantidad de energÃa
es extraordinaria.

La velocidad de la luz
al cuadrado, para dejarlo claro.

Descubrieron que una pequeña


cantidad de materia

crearÃa la energÃa para naves,


aviones, trenes, lo que fuera,

para electricidad, claro.

Y muy pronto tambià n notaron

que serÃa posible hacer


un arma de total destrucción.

Estábamos muy preocupados,

ya que el descubrimiento
de la fisión

lo tenÃa la Alemania nazi.

La Alemania nazi podrÃa


fabricar una bomba nuclear.

Eso preocupaba, y era


muy tangible, era muy real.

7 de diciembre de 1941.

Una fecha que vivirá


en la infamia.

Sucedió lo de Pearl Harbor.

Afirmo
que esta forma de traición

nunca volverá a amenazarnos.

Ahora EE.UU. es un combatiente


activo en la guerra.

En ese momento,
la idea básica era:

"Hay que hacer esto


lo más pronto posible".

Despertaremos mañana

y Hitler quizá tenga


el monopolio nuclear
que queremos evitar.

Hace falta un lugar


para diseñar, construir, probar

y ayudar a entregar
armas nucleares.

Pero incluso
antes de tener el espacio,

hay que hallar a alguien


que lidere esa instalación.

Y nadie esperaba
que a Oppenheimer lo nombraran

director del laboratorio


de diseño de armas.

Él tenÃa
esta personalidad età rea.

No tenÃa historial
de logros relevantes.

Un cientÃfico que conocÃa


a Oppenheimer dijo:

"No puede
ni con un puesto de salchichas".

Los amigos de Oppenheimer

sentÃan que à l era


un hombre dividido,

inseguro de su identidad.

En algún momento
de mis primeros dÃas, Ã l dijo:

"Nunca hice nada,


ni pensà nada,

ni conocà a nadie

con quien no sintiera


por mà mismo

el mayor desprecio".

Oppenheimer nació en 1904,

en una era de grandes


posibilidades cientÃficas.
Las dos primeras dà cadas
del siglo XX

fueron perÃodos de increÃble


desafÃo intelectual.

La electricidad,
los autos y los aviones

transformaron
la vida cotidiana.

Tambià n hubo avances increÃbles


en las ciencias,

y parecÃa que casi


cualquier cosa era posible.

La de Robert Oppenheimer
es la historia

de la inmigración
estadounidense.

Su padre provino de Alemania,

consigue trabajo
en la industria textil,

y hace una inmensa


cantidad de dinero.

Se muda al Upper West Side,


al paseo Riverside.

Y se compra un Picasso
y adquiere tres Van Gogh.

Su madre era una artista


formada en ParÃs

que exhibÃa su trabajo


en varias galerÃas de Manhattan.

Era una persona nerviosa.

Ella no dejaba que su hijo


jugara afuera.

Era sobreprotegido
y en extremo antisocial.

Cuando al fin fue


a un campamento de verano,

era tan grosero


con los otros niños

que ellos lo golpearon.

Dijo que luego lo metieron


a una bodega de hielo

toda la noche

desnudo y pintado de verde.

Incluyendo sus genitales.

Curiosamente,
Oppenheimer no protestó.

Aguantó los maltratos


estoicamente.

Una reacción muy extraña


para un muchacho de esa edad.

Imagina a ese chico


sensible e inteligente.

Pero no tiene idea de cómo


relacionarse con los demás.

No se diga
con los chicos de su edad.

No tenÃa experiencia.

Parece que el verdadero


parteaguas psicológico

para Oppenheimer

ocurrió en la universidad.

Él va a estudiar fÃsica


a Cambridge.

No le va muy bien.

Acaba en un laboratorio

donde hacÃan
fÃsica experimental,

y à l no era bueno en eso.

En realidad, Ã l no sabe hacer


experimentos con sus manos.

Y Ã l sufre
esta crisis de confianza.
Esto llegó a un lÃmite
cuando à l tuvo

lo que solo podrÃa llamarse


un colapso nervioso.

Uno de sus amigos se topó


con à l en un aula vacÃa

y Oppenheimer estaba de pie


ante el pizarrón.

Murmurando para sÃ
una y otra vez...

"El punto es, el punto es,


el punto es..."

Y nunca pudo acabar


la oración.

Luego, otro de sus amigos


pasó por su dormitorio

y oyó unos gemidos adentro.

Abrió la puerta

y ahà estaba Oppenheimer


en posición fetal,

mecià ndose en un vaivà n


y gimiendo.

Literalmente, estaba al borde


del suicidio en ese momento.

Consultó a un psiquiatra
a partir de aquello,

y el psiquiatra dijo

que à l vivÃa
como en su propio mundo.

TenÃa una crisis de identidad,

algo que tenemos claro ahora,


pero no entonces.

Sus padres lo llevaron a ParÃs,


donde consultó a otro psicólogo

y, muy a la francesa,

le prescribió una mujer


profesional y vino tinto.

No sabemos si eso pasó.

Siempre habÃa sido


el mejor de la clase,

el más inteligente.

Sus compañeros lo admiraban


por su capacidad intelectual.

Y de pronto, se volvió
un incompetente.

Él ya no podÃa lidiar con eso


en ese momento.

Y lo que lo sacó de aquello

fue su descubrimiento
de la fÃsica teórica,

la fÃsica cuántica.

Esa fue una edad de oro


en la fÃsica.

Un momento muy emocionante


para ser un teórico.

Y si eres joven, ágil


y abierto a las ideas raras

que nunca nadie


ha pensado antes,

tú podÃas hacer


un enorme progreso

y formarte un nombre.

Cuando Oppenheimer decide


mudarse a Göttingen en Alemania,

y estudiar con Max Born,


un fÃsico teórico,

à l prosperó.

Él conoce a algunos


de los fÃsicos lÃderes

de entonces en Alemania,

Heisenberg, que, irónicamente,


liderarÃa el proyecto alemán
de la bomba atómica.

Estando allá, à l inventa


su personalidad única.

Allá es donde obtiene el apodo.

Le dicen Op-J,
que luego es Oppie.

Y Oppie no es un estadounidense
joven e inseguro

que ni siquiera sabe


quà quiere hacer.

Oppie es un tipo brillante

que siempre va cinco pasos


delante de todos

y que no se olvida de nada.

Oppie es un genio
excà ntrico e interesante,

que tiene
una apariencia muy elegante

y que fuma sin parar.

Si ves las fotografÃas de à l


en los 20, parece Bob Dylan.

Con los ojos de un profeta


del Viejo Testamento

en ese cuerpo frágil

y se ponÃa de lado

con ese sombrero porkpie


en la cabeza.

Asà que Oppie


es la construcción

de todo lo que à l querÃa ser.

Y esa recreación
tiene un à xito inmenso.

Cuando el cancerÃgeno nazismo


se propagó aun más,

la gente de Europa
y del mundo

entró a una nueva era.

Sin duda, la primera motivación


de los cientÃficos

era vencer a los alemanes


con la bomba.

Nada como la perspectiva


de que te ahorquen

te concentrará la mente.

Y la amenaza de la muerte
de la civilización que conocÃa

era tan grande

que barrió con toda duda à tica


o moral que pudiera tener.

Al final, quien desarrollara


la bomba primero,

no solo ganarÃa
la Segunda Guerra,

sino que dominarÃa el mundo.

En el verano de 1942,

el control del proyecto


de la bomba pasa al ejà rcito

bajo el nombre Distrito


de IngenierÃa Manhattan.

El Proyecto Manhattan fue


un enorme esfuerzo nacional.

Para trazar la escala


industrial de la operación,

escogieron a un general
dinámico, fornido,

de 1,90 de alto
y más de 100 kilos

llamado Leslie Richard Groves.

Odiaba el nombre de Leslie.


PreferÃa Dick.

El general Groves
tenÃa un problema.

Se le encomendó
contratar a las personas

que harÃan la bomba atómica.

Pero sabÃa que estamos hablando

de personas que son los mejores


cientÃficos del mundo.

Eranprima donnas.

Y habÃa que tener a alguien


que quisiera tomar el látigo.

HabÃa que tener a alguien


que entendiera la fÃsica,

con una reputación,

y que esas prima donnas


quisieran seguirlo.

Oppenheimer y el general Groves


se conocen en 1942.

Y esos dos individuos

son tan diferentes


como se puede imaginar.

Pero el general Groves


vio algo en à l

que quizá nadie más vio.

Cuando conocÃas
a Oppenheimer, te impresionaba.

No podÃas evitarlo.
No habÃa mejor hombre que à l.

Eligió a Oppenheimer

contra el consejo de muchos


de los lÃderes a su alrededor

en la comunidad cientÃfica.

Oppenheimer nunca habÃa


liderado un proyecto grande.

Pero en lo que sà era muy bueno


era explicando cosas.
TenÃa un gran encanto,

y una habilidad muy importante

para conservar muchas cosas


en la cabeza a la vez,

y mantener conciencia
de cómo encajaban.

Es lo que el general Groves


reconoció en à l.

Por cuestiones de seguridad,

este proyecto debe


desarrollarse lejos de todo.

Asà que Groves


le decÃa a Oppenheimer

que escogiera un lugar


donde esto funcionara.

Y es Oppenheimer quien sugiere


el desierto de Nuevo MÃ xico.

Asà que van y exploran un lugar


llamado Los Álamos.

Oppenheimer
conocÃa bien el área.

Ya habÃa pasado tiempo ahÃ.

De joven,
cuando se fue de Nueva York

y llegó a Nuevo Mà xico,

esa fue una parte muy importante


de su vida.

Ir a Nuevo MÃ xico, conocer


vaqueros y montar caballos.

Le encantaba.
Cada parte de eso.

Una vez dijo


que su ambición era

combinar
los dos amores de su vida,

la fÃsica y Nuevo MÃ xico.


Y, por supuesto,
lo hizo precisamente.

Entonces, el gobierno aparece


con excavadoras, arquitectos,

trabajadores y artesanos

para construir
una comunidad nueva

y un laboratorio

donde, esencialmente,
habÃa un desierto.

Lo hicieron de la nada.

Y mucho de lo que hicieron era


experimental en ese entonces.

Ellos no sabÃan
si lo iban a lograr.

Todo era teórico.

SabÃan que necesitaban


a los mejores cientÃficos

si querÃan tener esta arma


antes que los nazis.

Albert Einstein
escapa a los EE.UU.

Es uno de muchos
cientÃficos refugiados

que dejan vacÃas


las universidades alemanas.

Toda la agitación en Europa

habÃa expulsado a un gran número


de cientÃficos de alto nivel.

Enrico Fermi.

Hans Bethe.

Edward Teller...

quien se harÃa famoso

por desarrollar
la bomba de hidrógeno.
Uno puede seguir en la lista

y encontrar más y más


de esta gente increÃble.

Oppenheimer se hizo famoso

por su atractivo sexual


intelectual.

Y Ã l podÃa ir por el paÃs

como presumiendo
su cerebro a la gente.

Y a ellos les encantaba.

DecÃa: "Por desgracia, no puedo


decirles lo que hacemos.

Pero sà puedo decirles

que si tenemos à xito,

quizá acabemos la guerra.

Y acabaremos
todas las guerras".

Oppenheimer me invitó
a acompañarlo a Los Álamos.

Le dije que me encantarÃa.

Como la mayorÃa
de sus alumnos,

iba a seguirlo prácticamente


hasta el fin del mundo.

Si te ofrecieran
luchar contra los nazis,

pero desde esta exótica


cima montañosa

y haciendo la fÃsica
más grande de la historia,

pues, ¿quà harÃas?

TomarÃa el siguiente tren.

Creo que la gente no pensó


mucho en las consecuencias

y no los culpo.
Todos sabÃamos
que, de algún modo,

estábamos interviniendo
explÃcita y crudamente

en el curso
de la historia de la humanidad.

Para cuando se estableció


este laboratorio,

Oppenheimer ya tenÃa familia.

Se casó y tenÃa un hijo.

Cuando fue
director del laboratorio,

tambià n tuvo una niña pequeña.

En el verano de 1939,

en una fiesta de cóctel


en Berkeley,

una chica joven


llamada Kitty Pruning

lo espió
desde un extremo del jardÃn

y de inmediato à l le atrajo.

Ella era muy joven,


muy temperamental.

Se enamoraron y, al final
del verano, estaba embarazada.

Vivieron el para siempre.

Y nótese que no dije felices.

Están dedicados
el uno al otro.

Pero es un matrimonio difÃcil

por la complejidad
de la vida de Robert,

por sus personalidades,


por el entorno en el que viven.

Ella era acadà mica.


Era bióloga y botánica.

Y tuvo que dejar su trabajo


esos años en Los Álamos.

Y creo que estaba


muy frustrada

por ponerse en la posición


de madre y esposa y nada más.

Ella se estancó en Los Álamos.

Era una existencia


dura y solitaria.

Y, de algún modo,
se perdió en la bebida.

Oppenheimer era famoso


por mezclar martinis de gin.

Él persuadÃa a sus cientÃficos

para trabajar
muy duro en la semana

y a festejar en grande
el fin de semana.

Todos tenÃan resaca


el domingo en la mañana.

Pero trabajaban mucho,


muy duro, y lo hacÃan juntos.

Era lo que hacÃa Oppenheimer.

Mucha de esta gente

vivió sus años más memorables


en Los Álamos.

Se sentÃan parte de algo.

Parte de algo
significativo e importante.

Y los guiaba este hombre joven


tan enigmático, extraño,

brillante, de ojos azules,


al que todos admiraban.

Yo crecà en Los Álamos.

Y mi padre vino a Los Álamos


durante el Proyecto Manhattan.

Era un curioso lugar para vivir

porque explotaban cosas


tres veces al dÃa.

Las explosiones eran a las


diez, a las doce y a las tres.

Y en la escuela, eran recreo,


almuerzo y salida.

Aun siendo niños,


ya conocÃamos las explosiones.

Y un dÃa le preguntà a mi padre:


"¿Quà están haciendo?".

Él dijo: "Pues, algo


que nunca se ha hecho antes".

Pensà : "Debe ser muy


interesante, sea lo que sea".

El laboratorio llevaba

aproximadamente
un año de existencia

y descubrieron que serÃa


mucho más difÃcil de lo pensado.

Cada detalle era difÃcil.

Eran máquinas muy complejas.

Un arma nuclear no es una idea.

Un arma nuclear es más


como un millón de ideas

que se tienen que integrar


y trabajar perfectamente juntas.

A una bomba nuclear


hay que darle energÃa.

Hay plutonio
y uranio enriquecido.

Dos tipos diferentes


de materiales

para tratar de usar.

El plutonio era
el mejor material para usar.

Iba a haber más disponible.

Se necesita menos
para hacer una bomba.

Pero era más difÃcil


de detonar.

La forma inicial de hacer


una bomba le decÃan ensamblaje.

Era tomar
dos piezas de material

y hacer que chocaran...

EXPLOSIÓN NUCLEAR

...causando una masa crÃtica


y una explosión.

Y funcionaba con uranio


altamente enriquecido.

Pero un dÃa descubrieron


que no funciona con plutonio.

El plutonio
resultó ser tan reactivo

que no se podÃa disparar


por un cilindro

ni a 900 metros por segundo.

Se fragmentaba y derretÃa
antes de chocar.

Fue impactante.

Tal vez
por todo el tema del plutonio

se desperdiciaron
cientos de millones de dólares

para desarrollarlo.

Oppenheimer estaba inquieto,


y en Los Álamos tambià n.

Él consideró renunciar.


Estaba muy deprimido.

Y sus amigos del laboratorio


dijeron: "No lo hagas, Robert.

Tienes que quedarte a terminar.


Tiene que pasar.

Vamos a hacerlo".

Y aunque no querÃa, siguió.

Bajo el comando del general


Dwight D. Eisenhower

los aliados
tienen a sus tropas

listas para atacar.

No muy lejos...

los nazis tambià n saben


quà hacen las fuerzas aliadas.

Y hacen
sus propios preparativos.

Oppenheimer temÃa seguir

en una carrera
contra los alemanes.

Aun para el verano del 44,


no habÃa inteligencia real

sobre cómo iba el proyecto


de la bomba alemana.

Y si no resolvÃan
lo del plutonio,

podrÃan no tener
la bomba a tiempo.

Oppenheimer puso el laboratorio


a correr en modo pánico.

TenÃan otras ideas


de otros diseños de bombas

que habÃan desechado


muy al principio del proyecto,

pero que les parecÃan


muy difÃciles.

Pero una de ellas


era la implosión.
En general,
cómo funciona la implosión,

es una bola sólida de plutonio,

una esfera sólida,


como una pelota de sóftbol,

o quizá más pequeña.

Se cubre con toneladas


de explosivos fuertes.

Estos explosivos
están hechos especialmente

de manera que,
cuando explotan,

terminan como enfocando


una onda ráfaga sobre esa bola,

presionándola por arriba,


por abajo y por todos lados.

Cada ángulo de la bola

va a ser presionado
con mucha fuerza explosiva.

Lo que se quiere

es que esta presión oprima


uniformemente el material.

Si fuera asimà trico,


podrÃa no funcionar.

TenÃa que haber


mucha presión muy rápido

y aplastar
esas partÃculas subatómicas,

juntarlas tan fuerte

como para tener


esa increÃble reacción.

Es algo muy difÃcil.

Cada aspecto de eso


es casi un problema nuevo.

Una tecnologÃa que habrÃa tomado


otra dà cada de desarrollo,
y solo tenÃan un año.

Oppenheimer trabajaba
dÃa y noche en hacer la bomba.

Y en tanto
que el proyecto crecÃa,

la seguridad
a cargo de proteger el proyecto

tambià n creció.

Y aunque era querido y admirado


por muchos de los cientÃficos

trabajando
en el proyecto de Los Álamos,

à l quedó bajo un velo


de suspicacia

porque habÃa
ciertos aspectos de su pasado

que elevaron la posibilidad

de que fuera
un riesgo de seguridad.

BERKELEY, CALIFORNIA
DÉCADA DE 1930

Cuando Oppenheimer daba clases

en la Universidad de California
en Berkeley,

era realmente
un hombre abstraÃdo,

enfocado en la ciencia,
hasta que llegó su depresión.

Él descubrió, impresionado,

que muchos estudiantes


no tenÃan ni para comer.

Uno me dijo que vivÃa de comida


para gatos, latas de alimento.

Que era lo que podÃa pagar.

A Oppenheimer sà que lo cambió

descubrir
el sufrimiento en el mundo.

Y Oppenheimer,
casi naturalmente,

como muchos de sus amigos


en Berkeley de ese entonces,

se hizo de izquierda
en la polÃtica.

PARTIDO COMUNISTA

El comunismo era una idea


muy atractiva en los años 30.

No habÃa internet.

La gente no sabÃa quà pasaba


en la Unión Sovià tica,

donde Joseph Stalin, claro,

estaba por matar a 20 millones


de su propio pueblo.

En cambio, lo que la gente


vio en los Estados Unidos fue:

"Oye, allá
en la Unión Sovià tica

todos son libres e iguales,

tienen trabajo y dónde vivir,

un futuro y un papel importante


dentro del gran colectivo".

Ahora, si no sÃ
de dónde sacarà para comer,

eso suena
como una idea muy buena.

Es debatible si Oppenheimer
de verdad se unió

al Partido Comunista,

pero su hermano sà lo hizo.

Frank Oppenheimer
se unió al partido.

Jackie, su esposa,
se unió al partido.
Muchos amigos cercanos
de Oppenheimer

se unieron
al Partido Comunista.

Muchos alumnos de Berkeley


y otras escuelas

eran miembros
del partido tambià n.

A mediados de los 30,

conoció a una joven


llamada Jean Tatlock,

que estudiaba
para ser psiquiatra.

Una mujer brillante.

Se enamoró de ella.

Se comprometieron dos veces.

Creo que tal vez es


una interpretación razonable

decir que estaba


obsesionado con ella.

Ella era comunista,

y a à l le interesaban
las ideas comunistas.

Y los cuatro años siguientes,

Oppenheimer contribuyó
con algo de dinero

para el Partido Comunista.

Pero se empezaron a notar


sus actividades polÃticas.

En esos dÃas,
el FBI seguÃa a los comunistas.

Daban vueltas, y tomaban


los números de matrÃcula

de los autos estacionados


fuera de la casa o el edificio.
Y asà Oppenheimer
llamó la atención del FBI.

Aunque à l lideraba
el proyecto de la bomba,

el FBI lo espiaba y lo seguÃa.

La inteligencia militar siempre


le estaba haciendo preguntas.

Extrañamente,
à l estaba cómodo con eso

porque sabÃa que no estaba


haciendo nada malo.

Incluso cuando fue a visitar


a su antigua novia

cuando no debió haberlo hecho.

En 1943,
à l supo de Jean Tatlock.

Ella pasaba
por una crisis emocional

y querÃa verlo.

Estuvo en contacto con Jean.


Aún la amaba.

Ella lo rechazó.
Él se casó con Kitty.

Pero sabÃa que Jean Tatlock


se encontraba en depresión.

Asà que la visitó.

Tuvo que dejar Los Álamos


e ir a San Francisco.

Y eso fue como carne fresca


para un perro.

HabÃa dos tipos vigilando


afuera del departamento.

Jean Tatlock estaba vigilada.

Aún era miembro


del Partido Comunista.

Pasó la noche con ella.


Se amaron antes,

y quizá esa noche


volvieron a amarse.

Esto fue reportado


al coronel Boris Pash,

que era
el jefe de Inteligencia Militar

de la costa oeste.

Y Pash se convenció

de que eso era una seria


violación de seguridad,

y que tal vez Oppenheimer

estaba pasándole secretos


nucleares y atómicos

al Partido Comunista
a travàs de Tatlock.

Lo triste y trágico
es que ella murió

pocos meses despuà s, en 1944.

En circunstancias misteriosas,

su padre la halló desnuda

con la cabeza
hundida en la bañera

y el cuerpo desplomado
sobre el borde de la bañera.

Una forma muy rara


de cometer suicidio.

Hay ciertas especulaciones


de que tal vez la mataron.

Oppenheimer estaba
horrorizado y devastado.

El oficial de seguridad
que se lo informó

dijo que sollozaba abiertamente,


que estaba destrozado,

y le confesó
que no habÃa nadie

con quien pudiera hablar


al respecto.

AsÃ, uno siente


la soledad de su pena.

Interrumpimos
con un boletÃn especial.

El presidente Roosevelt
ha muerto.

Sufrió
una hemorragia cerebral.

Abril del 45
fue de esos momentos

cuando el destino del mundo


cambiaba de repente.

Franklin Roosevelt muere,

luego Adolf Hitler


comete suicidio.

El imperio de Hitler
arde y se extingue.

La bomba se concibió

en una especie
de fervor anti-Hitler.

En la primavera del 1945,


Hitler sale de la escena,

y los nazis
ya no son una amenaza.

Hitler no va a construir
una bomba atómica

ni a lanzarla en Nueva York.


Eso no pasarÃa.

Pero no habÃa manera


de que no acabaran el arma.

QuerÃan hacerla realidad.

No querÃan que la guerra


acabara antes de hacerlo.

Oppenheimer querÃa
que la bomba se usara,

porque asà el mundo


sabrÃa que era realidad.

Harry S. Truman fue declarado


presidente de los EE.UU.

Para cuando Truman


toma la presidencia,

todo está en movimiento.

Esa bomba se iba a soltar


en algún lado.

Con la muerte de Hitler,


Japón se vuelve el objetivo.

La interminable campaña aà rea


contra Japón continúa.

Los B-24
destrozan instalaciones

de las islas Palaos.

Y marchábamos de isla a isla.

Aterrizando en las playas

contra las defensas japonesas


atrincheradas.

Perdiendo
grandes cantidades de jóvenes.

Cada dÃa que pasaba

sin que esa bomba tuviera


una prueba exitosa,

era un dÃa en el que miles


de estadounidenses morÃan.

Miles resultaron heridos

y otros miles
han sacrificado su vida

para alejar enemigos


de su base vital,

en las puertas de Japón.

SabÃan que habÃan derrotado


a los japoneses.
Pero derrota y rendición
son cosas diferentes.

Entonces,
¿cómo haces que se rindan?

En un mundo de armas atómicas


las guerras cesarÃan.

Eso no es poca cosa.

La forma como Oppenheimer


veÃa a la bomba

era como algo


de la metafÃsica oriental,

como un acto de destrucción

y potencialmente de creación
al mismo tiempo.

Un acto de guerra
y un acto de paz.

Que esta cosa, en malas manos,


podÃa acabar con la humanidad.

Pero que en buenas manos


y aprovechada,

podrÃa conducir a una era


de paz y prosperidad

para el mundo entero.

Para el verano del 45,

ya habÃa trabajado
en la implosión por un año.

Ajustando, diseñando
y luchando con los desafÃos.

Para que esto funcionara,

todos los explosivos,


los detonadores,

lo que les daba energÃa,


las baterÃas y todo lo demás

debÃa estar perfecto.

Y no habÃa una buena forma


de saber si eso iba a pasar
sino haciendo
un ensayo realista.

Se instalaron en el sitio
donde se probarÃa la bomba

y Oppenheimer
escoge el nombre para eso

y para el lugar, Trinity.

Él habÃa leÃdo


la poesÃa de John Donne.

Uno de sus poemas dice:

"Golpead tu corazón,
Dios de tres personas"

en referencia
a la SantÃsima Trinidad

del cristianismo.

Creo que fue un tributo


para Jean Tatlock,

porque Jean y Oppie

acostumbraban leer poesÃa


de John Donne en la cama.

Domingo 15 de julio de 1945.


Alamogordo, Nuevo MÃ xico.

Falta un dÃa para la prueba


del primer dispositivo atómico.

Las horas previas


al ensayo Trinity

son uno de los momentos


de tensión

más extraordinarios
imaginables.

El riesgo,
los millones de dólares,

los cientos de miles de personas


involucradas

en materializar ese momento


de ese ensayo de esa nueva arma.
Toda esa responsabilidad
recayendo

directamente en los hombros


de Oppenheimer.

En el sitio de la prueba,

los cientÃficos
trabajan bajo presión.

No se permite ninguna demora.

El presidente
debe saber el resultado

antes de su encuentro
con Stalin.

El presidente de los EE.UU.

está por ingresar


a la Conferencia de Potsdam,

una ciudad de Alemania.

Se reunirá con Joseph Stalin,


Winston Churchill,

y hablarán
sobre el futuro de Europa

y la guerra en el PacÃfico.

El presidente debe saber

si tiene un arma nuclear


bajo la manga o no.

Todos estaban tensos.

Y tenÃan
que calmar a Oppenheimer,

que era un manojo de nervios.

Fumaba sin parar,


cosa que igual siempre hacÃa.

Era una situación


en la que no querÃa

que à l se alterara.

Hay unas fotos famosas


de esa tarde,
en las que el mismo Oppenheimer
sube hasta lo alto de la torre

donde estaba instalada


la bomba,

y à l revisa
las últimas conexiones

para asegurarse
de que todo està en orden.

Claramente está preocupado

y cuida
hasta el último detalle.

Oppenheimer
no sabe si esto funcionará.

Apostó con otro


de los cientÃficos,

si no funcionaba, diez dólares.

Cientos de cosas
podÃan fallar.

Cualquiera de ellas
harÃa fallar toda la prueba.

Todos tenÃan dudas.


¿Acaso era posible?

Y habÃa una pregunta,


pues nadie estaba seguro,

¿quà tal si toda la atmósfera


se incendia?

¿Quà tal si detonamos la bomba

y literalmente
el aire se incendia

y nos engulle a todos?

La atmósfera
tiene oxÃgeno, desde luego.

¿El oxÃgeno de la atmósfera


se incendiarÃa

debido a la bomba atómica?

Nadie tenÃa esas respuestas.


16 DE JULIO DE 1945

Es la madrugada
del 16 de julio del 45.

Estaba oscuro.

La bomba estaba suspendida


a 30 metros,

y todos estaban listos.

Oppenheimer estaba
en uno de los búnkers.

Oppenheimer se advirtió
a sà mismo, según se dijo,

con estas palabras:

"Señor, estas cosas


son duras para el corazón".

Tiempo
en diez, nueve, ocho...

Oppenheimer
se decÃa a sà mismo:

"Debo mantenerme conciente,


debo mantenerme la conciencia".

Seis...

Los segundos son horas.

Cinco, cuatro...

Tres, dos...

Y, de repente...

Todo se iluminó.

Un cientÃfico me dijo

que se sintió como si abrieran


la puerta de un horno.

De pronto hubo
este calor inmenso,

un calor radiante

que llegó
a la velocidad de la luz.
Y luego,
ese sonido atronador.

Y la primera nube de hongo


empezó a levantarse.

Era anaranjada, púrpura,


azul y amarilla,

turbia, y crecÃa al elevarse.

Y à l dijo que se creó


algo nuevo en la Tierra,

un nuevo reto
para la humanidad.

La gente ha visto bombas y


ensayos nucleares por dà cadas.

Pero ver el tamaño de eso...

es sorprendente.

No habÃa habido un momento asÃ


en la historia del mundo.

La visión del mundo,


de lo que es la materia,

de lo que estamos hechos,


palpablemente cambia.

Se desató una fuerza


que nunca antes se imaginó

y que ya no se podÃa ignorar.

SabÃamos que el mundo


no serÃa el mismo.

Algunos reÃan.

Algunos lloraban.
La mayorÃa guardó silencio.

Yo recordà la lÃnea
de la escritura hindú,

elBhagavad Gita .

Vishnu está intentando


persuadir al prÃncipe

de que cumpla su deber,

y, para impresionarlo,
toma una forma multibrazos

y dice: "Ahora
me he convertido en la Muerte,

el destructor de mundos".

Creo que todos pensamos eso,


en cierto modo.

Despuàs del ensayo,


Oppenheimer se vanaglorió.

Era como mediodÃa.


Lo habÃa logrado.

Oppenheimer estaba
muy orgulloso de este logro.

Fue un momento
que cambió el mundo,

y los cientÃficos
se dieron cuenta.

Ahora se trataba de quà iban


a hacer con su creación.

SITIO TRINITY

Groves corrió a su oficina


en Washington

y envió la noticia

de que el experimento
de la bomba fue un à xito

y mucho más poderoso


de lo que habÃan anticipado.

Le transmiten
la información a Truman.

Su actitud
cambió por completo en Potsdam.

De pronto siente
que tiene todas las de ganar.

Sin más, empieza


a imponà rsele a Stalin

y decide que no les hará

ninguna concesión
a los japoneses.
Truman sabÃa de la bomba
desde el principio,

pero saber que funcionó

y que era más poderosa


de lo pensado

lo colocó en una posición


realmente diferente.

Nuestra demanda es y será


rendición sin condiciones.

Mi mamá y mi papá son


veteranos de la Segunda Guerra.

Y mi mamá dijo que tras


cuatro años de esa guerra...

en realidad no habÃa nada


que estuviera pasando.

¿Era à tico usar un arma nuclear?

Hay que acabar con este horror.

Hacer lo que sea


para acortar la guerra.

Todos estaban
aterrados y exhaustos.

Todos conocÃan a alguien


que conocÃa a alguien

que ya no vivÃa
a causa de esto.

Ya con la bomba lista,


las opciones eran terribles.

SabÃan perfectamente bien


que si usaban esa arma

contra hombres, mujeres y niños


en las ciudades,

matarÃan
a unas 200 000 personas.

Pero si no paraban
la guerra con la bomba,

tal vez morirÃan


varios millones.
Asà que esas eran
dos opciones.

Pero habÃa una tercera.

Y esa era
hacer una demostración,

como lanzar la bomba


en la bahÃa de Tokio.

Matar a unos cuantos,


hacen una gran demostración,

y quizá asà los japoneses


se rindieran,

tan solo con ver el tremendo


poder de aquella cosa.

Oppenheimer rechazó esa idea,

igual que la gente


de Washington.

Tomamos en consideración

si la destructividad
y el peligro

podrÃan ser demostrados


vÃvidamente

sobre un objeto inhabitado.

Y tenÃamos muchas dudas.

Muy poca gente tenÃa


una comprensión más completa

que Robert Oppenheimer


de lo que se iba a desatar

si estas armas
se usaban en combate.

Y Oppenheimer lo contempló
a sabiendas

de que esa destrucción


serÃa mundana.

Su secretaria, Ann Wilson,

me contó esta historia


que todavÃa me impacta.
Luego del ensayo Trinity,

un dÃa iba caminando


con Robert al trabajo.

Él iba unos pasos


delante de ella

y de pronto empezó
a murmurar:

"Esas pobres personas,


esas pobres personas".

Ella lo detuvo y le dijo:

"Robert,
¿quà estás murmurando?".

Él volteó a verla


y le explicó

que iban a usar las bombas


en una o dos ciudades japonesas,

y que las vÃctimas iban a ser


civiles, una ciudad entera.

Obviamente à l pensaba en esto,


le dolÃa pensar en eso.

Y sabemos que esa misma semana

se reunió con los generales

a cargo de la misión
de bombardeo

y les explicó a detalle


cómo debÃan lanzar la bomba

y a quà altitud
deberÃan detonarla

para un poder destructivo


máximo.

Es difÃcil conciliar
al profesor humanista, sensible

y moralmente Ãntegro

con el sujeto que recomienda

que la bomba
se suelte en ciudades
y que calcula la altura ideal
que destruirÃa las casas.

¿Cómo concilias
esas dos cosas?

Creo que parte de eso


es que Oppenheimer esperaba

que ese no fuera el primer uso


de las armas nucleares,

que serÃa el último uso


de esas armas.

Y si ese es el caso,

si querÃa asegurarse
de darles ese uso,

querÃa que fuera lo más


grotesco y horrible posible.

5 DE AGOSTO DE 1945
ISLA TINIAN, PACÍFICO

Para agosto del 45,

a cada ciudad japonesa


de más de 50 000 habitantes

la habÃan destrozado.

A excepción
de tres o cuatro ciudades

que se excluyeron
deliberadamente

para bombardearlas.

Las excluyeron porque tenÃan


caracterÃsticas fÃsicas

que dejarÃan ver


cómo funcionaban las bombas.

Hiroshima era una ciudad plana.

Y excluyendo la ciudad,

es posible ver los efectos


de la bomba hasta los lÃmites.

Por eso escogieron Hiroshima.


Cuando yo era pequeña,

habÃa siete rÃos corriendo


en hermosas riberas.

El agua era clara.

CorrÃa por jardines mágicos


de flores,

con insectos muy, muy hermosos

de diferentes tipos.

Las aves cantaban.


Ellas no entendÃan la guerra.

Todo alrededor
sonaba a felicidad.

Pero el sonido de la explosión


vino como ira desde el cielo.

6 DE AGOSTO DE 1945
HIROSHIMA, JAPÓN

Hace instantes,
un avión de EE.UU.

arrojó una bomba


sobre Hiroshima.

Esa bomba es más poderosa


que 20 000 toneladas de TNT.

Es una bomba atómica.

Emplea la fuerza básica


del universo.

Invertimos más de dos mil


millones de dólares

en la mayor apuesta
cientÃfica de la historia,

y hemos ganado.

TRES DÍAS DESPUÉS

9 DE AGOSTO DE 1945
NAGASAKI, JAPÓN

Japón conocÃa su final.

Esto no era
un bombardeo de rutina.
Era la pira funeraria
de una nación agresora.

Recuerdo cada segundo.

Nunca estuve más indefensa.

Estaba bajo los escombros,

y logrà arrastrarme
y salir hacia la luz.

TenÃa que encontrar a mi madre.

Y con esas miserables


personas moribundas,

no querÃa ver a mi madre


entre ellos.

Nunca supe nada más


de mi prima,

de mi madre
ni de mi mejor amiga.

Y me hubiera encantado
morir junto con ellas.

La vida desde entonces


se volvió muy desafiante,

algo muy difÃcil en lo fÃsico


y en especial en lo mental.

FILMADO POR EL GOBIERNO


DE LOS EE.UU.

Pocos años
despuàs de la guerra,

vi imágenes sin editar


de Hiroshima y Nagasaki.

Videos sin sonido, solo imágenes


de personas con la piel quemada

con patrones de flores de


los kimonos quemados en la piel

y cuerpos flotando en el rÃo.

Fue algo impactante.

Y pensà : "Fueron los padres


de mis amigas.
¿Ellos sabÃan lo que hacÃan?".

Nada de eso
tenÃa sentido para mÃ.

Era algo horrible.

Conforme los reportes


de la devastación

fueron llegando a Los Álamos,

obviamente,
recaÃan en los cientÃficos.

SÃ, habÃa sido


una guerra horrible.

Y aun asÃ,
decenas de miles de personas

murieron en esos ataques.

Destruyeron ciudades.

Eso fue difÃcil


para muchos cientÃficos.

Y fue difÃcil para Oppenheimer


el resto de su vida.

Hiroshima
fue mucho más costosa

en vidas y sufrimiento,
e inhumana

de lo que debió haber sido.

Es fácil decirlo
despuàs de los hechos.

Oppenheimer
nunca se disculpó en absoluto

por Hiroshima y Nagasaki.

Era muy, muy cuidadoso


y complicado

en sus afirmaciones

sobre las implicaciones morales


de la bomba y su papel en esto.

Aun asÃ, luego


de Hiroshima y Nagasaki,

todas sus acciones


son las de alguien

que está invadido


por la culpa.

Estamos reunidos...

como representantes de
las mayores potencias de guerra

para llegar
a un acuerdo solemne

para que se restaure la paz.

Al mediodÃa recibà un mensaje


del gobierno japonà s.

Respondà con plena aceptación

a la rendición incondicional
de Japón.

Por supuesto,
mucha gente sintió

que la bomba atómica


habÃa acabado con la guerra.

¡LA GUERRA TERMINÓ!

Quizás fue asÃ.

Y Robert Oppenheimer
lo hizo posible.

Todos lo solicitaban.

Fue la historia de portada


de la revistaTime,

de la revistaLife.

Eran pocas las portadas


en las que no hubiera estado.

El primer número
de Physics Today

simplemente puso
un sombreroporkpie

en el control de un ciclotrón
y todos supieron
que era el de Oppenheimer.

Se volvió una estrella.

El oráculo
de la ciencia estadounidense.

Y eso le gustaba.

Gracias, doctor.

Quizá à l sintió que al fin


habÃa pasado lo peor

y que ya no era
un incomprendido.

Ahora, Ã l no solo era


el centro de las cosas.

Estaba encima de todo.

Y creo que eso fue


intoxicante para à l.

Pero, al mismo tiempo,


sentÃa la responsabilidad real

de haber traÃdo
esa arma al mundo.

Adelante.

RECREACIÓN DEL ENSAYO TRINITY


1946

Los controles automáticos


lo harán.

Esta vez, hay mucho en juego.

Todo saldrá bien, Robert.

Creo que sintió que, como


el padre de la bomba atómica,

era su deber controlar


las riendas de la bomba.

- Adelante, por favor.


- Lo sabremos en 40 segundos.

Quà date ahÃ. Corten.

A los tres meses de Hiroshima,


à l ya daba discursos
sobre cómo esta arma era
un arma para los agresores,

que era un arma de terror.

Y lo decÃa el mismo padre


de la bomba atómica.

Si hay otra guerra mundial...

la civilización
podrÃa desaparecer.

Debemos preguntarnos

si estamos haciendo
todo lo posible por evitarlo.

Me gustarÃa leer lo que


mi abuelo escribió al respecto.

Es un discurso que dice:

"Pero, cuando lo analizas,

la razón de ese trabajo fue


por una necesidad orgánica.

Si eres cientÃfico,
no puedes parar algo asÃ.

Si eres cientÃfico,

crees que es bueno saber


cómo funciona el mundo,

que es bueno descubrir


cuáles son las realidades.

Que es bueno otorgarle


a la humanidad

el mayor poder posible


para controlar el mundo

y torcerlo según su luz


y sus valores".

No se arrepiente de su rol
y su trabajo en esto,

pero muy pronto


se inclina con mucha fuerza

a controlar las consecuencias


de la ciencia que crearon.
Decide que ya no quiere trabajar
en construir más bombas.

Renuncia a Los Álamos

y acepta un puesto
como director

del Instituto de Estudios


Avanzados en Princeton,

donde se hace el jefe


de Einstein, digamos.

PodrÃa ser el cientÃfico


más famoso de EE.UU.

Y trataba de usar esa fama


para tener influencia.

Consiguió una cita


con Harry Truman

en la Oficina Oval.

Oppenheimer
querÃa persuadir a Harry Truman

de la importancia
de controlar esta tecnologÃa.

Él empezó a plantear su punto.

Y Truman lo interrumpió
con una pregunta.

Dijo: "Dr. Oppenheimer,

cuándo cree
que los rusos tendrán

esta arma
de destrucción masiva?".

Oppenheimer se desconcertó
por la pregunta y le dijo:

"No estoy seguro, pero


en algún punto en el futuro".

Y Truman lo volvió
a interrumpir y le dijo:

"Pues mejor nunca".

En ese punto, Oppie entiende


que Harry Truman

no comprende nada
de la fÃsica de esta arma.

Y Oppenheimer, entonces, dice


justo las palabras incorrectas.

Él ofendió mucho


al presidente Truman al decir:

"Señor presidente,
tengo sangre en las manos".

Era lo peor para decirle


al hombre que tomó la decisión

de lanzar dos de esas bombas


en dos ciudades japonesas.

Trataba de impresionar a Truman.

Creyó que era algo


que a Truman le gustarÃa.

Pero se equivocó.

Porque Oppenheimer
le caÃa bien a muchas personas,

pero no les caÃa bien


a los lÃderes

ni a las personas de poder.

Truman creÃa
que ninguna responsabilidad

era más grande que la suya.

Truman dice:
"Que se largue de mi oficina.

Yo fui quien tomó esa decisión".

Acabó la reunión abruptamente


y les dijo a sus ayudantes:

"Ya no quiero ver a ese


cientÃfico llorón por aquÃ".

¡CUIDADO CON LA BOMBA ATÓMICA!

Creo que la única esperanza


de un futuro a salvo

está en la colaboración
basada en la confianza

y la buena fe
con el resto del mundo.

Muy poco despuà s


de los bombardeos,

Oppenheimer fue parte del equipo

que recomendó
el desarme internacional.

Pero el genio
ya no estaba en la lámpara,

y quienes lo poseÃan iban


a moldear el orden mundial.

Y la Unión Sovià tica


lo entendió muy pronto.

Los sovià ticos


probaron su bomba en el 49

y casi todos se asombraron.

LA BOMBA ATÓMICA RUSA


SACUDE LA ASAMBLEA DE LA ONU

Tras el anuncio de Truman


sobre la bomba atómica rusa,

la prensa
corre a Flushing Meadow,

donde el ruso Vyshinsky


hablará a la ONU.

Eso puso al paÃs


en una situación muy complicada,

porque ya no era la única


nación con armas nucleares.

Si de pronto
habÃa la posibilidad

de que una guerra nuclear


estallara entre dos estados

con armas suficientes


podrÃan...

en cuestión de horas,
destruirse entre ellos.
Ahora, debemos prepararnos
para saber cómo salvarnos

si un arma nuclear
explota cerca.

Una de las posibles opciones

por la que algunos cientÃficos


y polÃticos pugnaban

era hacer la bomba de hidrógeno


como el paso siguiente.

Las bombas
de Hiroshima y Nagasaki

están en el orden
de 15 kilotones de TNT,

que no es una cantidad pequeña.

Cuando empiezas a hablar


de bombas de hidrógeno,

ya nos referimos a megatones.

Se habla de un millón
de toneladas de TNT.

Son categóricamente diferentes.

Mil veces más fuertes

que lo visto
en Hiroshima y Nagasaki.

Con una bomba de hidrógeno


muy grande,

se puede matar a tantos

como al número de personas


muertas en la Segunda Guerra.

Y Oppenheimer no le veÃa
ningún sentido a eso.

Le llamaba un arma genocida.

Al final de la guerra,

la mayorÃa querÃa
que esto acabara. Yo no.

Entre la gente
que sabÃa mucho
sobre la bomba de hidrógeno,

yo era el único defensor.

Edward Teller
era un judÃo húngaro

que huyó de HungrÃa


y llegó a Estados Unidos.

En la Segunda Guerra,
Teller trabajó en Los Álamos.

Pero se obsesionó con la idea


de la bomba de hidrógeno,

incluso antes de tener


la bomba atómica.

Teller consideraba
a la bomba atómica

más como una creación


de Oppenheimer

y à l querÃa
algo más grande y mejor.

Oppenheimer le decÃa a Teller


que siguiera con la fÃsica,

pero que no la construyera,


no habÃa necesidad.

Oppenheimer encabezó un comitÃ


que se integró en Washington

para decidir lo que se harÃa.

Si se harÃa
la bomba de hidrógeno.

Esa es la pregunta que todos


tienen. Dr. Oppenheimer.

¿Estamos creando algo


que no podremos controlar?

La decisión de intentar crear


la bomba de hidrógeno o no

toca la base
de nuestra moral.

El comità decidió básicamente


no se debe hacer
la bomba de hidrógeno.

Si somos guiados
por el miedo,

fracasaremos
en tiempos de crisis.

La respuesta al miedo a veces


se encuentra en el coraje.

La oposición de Oppenheimer
a la bomba H

se tomó muy mal por las personas


que estaban a favor.

La Fuerza AÃ rea
querÃa más y más bombas

cada vez más grandes.

Mientras más grande


era la bomba,

más daño podÃa hacer


un solo avión.

El Mando Aà reo Estratà gico


se enfocaba

en destruir
la Unión Sovià tica.

Oppenheimer dijo que serÃa


más hábil poner recursos

en interceptar
a los sovià ticos.

Él iba justo


en la dirección opuesta

de la que querÃa
la Fuerza AÃ rea.

Y lo querÃan sacar,
deshacerse de à l.

En el 53,

Oppenheimer ya habÃa hecho


bastantes enemigos

en la burocracia
de Washington.
Entre ellos
estaba Louis Strauss.

La nueva cabeza de la comisión


de EnergÃa Atómica.

En los campos de prueba


del PacÃfico

presencià una prueba


de armas termonucleares.

Strauss conoce a Oppenheimer

y le tiene
un intenso desagrado.

Oppenheimer
ya lo habÃa irritado una vez,

y eso lo ofendió profundamente.

Entonces Strauss
comenzó un complot

para desacreditar
a Oppenheimer.

¿Y cómo lo hizo?

Strauss se concentró
en la relación de Oppenheimer

con sus amigos de izquierda

durante los 1930 en Berkeley.

Comunismo. ¿Quià nes son


los apóstoles del sistema

que quiere destruir


nuestra forma de vida?

En la Segunda Guerra,

la Unión Sovià tica


era un aliado.

Y el sentido de ser comunista

o tener relaciones
con comunistas

no era algo
que se considerara tan malo.
Fue hasta la Guerra FrÃa

cuando de pronto,
en retrospectiva,

cualquiera con algún legado


o relación con el comunismo

era una amenaza de seguridad.

Si no hay comunistas
en nuestro gobierno,

¿por quà están demorando

el desarrollo
de la bomba de hidrógeno?

Fue por actitudes como esa

que finalmente el gobierno


decidió quitarle a Oppenheimer

las libertades de seguridad.

TenÃa que entregar sus permisos


de seguridad en 30 dÃas

o pedir una audiencia.

Él sentÃa que no debÃa renunciar


a sus permisos.

No estaba de acuerdo

con que no podÃa servir


a su gobierno.

TenÃa que haberlos despreciado.

TenÃa que haberles dicho:


"Yo soy la bomba atómica.

Yo ganà la Segunda Guerra.


Al carajo".

Pero por alguna razón,


à l no los mandó al diablo.

Él decidió pelear.

Y antes de ir a Washington,
se reúne con Einstein

para decirle que se ausentará


unas semanas.
Y la reacción de Einstein
es muy alarmante.

Albert le dice: "Pero, Robert,


eres el Sr. Atómico,

no los necesitas.

Ellos sÃ. Solo alà jate.


¿Quà necesidad tienes?".

Y Oppenheimer
sacude la cabeza

y parece decirle a Albert


que no entendÃa.

Él se aleja, y Einstein voltea


hacia su secretaria y le dice:

"Ahà va ungnar",

que en yiddish es "tonto".

La atención está

sobre el edificio
de la Comisión Atómica,

donde una junta


inició audiencias

sobre el expediente
del Dr. Oppenheimer,

el cientÃfico
que creó la bomba atómica.

Empiezan las audiencias.

Y muy pronto se hace claro

que no son audiencias


de seguridad, son un juicio.

Una nueva acusación.

El cientÃfico se opuso
a la creación de la bomba H.

Todo está en su contra


y es grotesco.

Espiaban las conversaciones


con su abogado ilegalmente.

Se las daban al acusador


para decidir lo que iba a pasar.

TenÃan acceso a archivos


clasificados del FBI,

y à l no,
porque no tenÃa permiso.

La relación de Oppenheimer
con Jean Tatlock.

La cuestión de que su hermano


habÃa sido y era comunista.

Eso fue lo que sacaron


de los archivos.

Una de las peores evidencias


que salieron a la luz

fue que, durante la guerra,

habÃa ocurrido una conversación


en su casa en Berkeley,

con Haakon Chevalier,


su viejo amigo,

que le mencionó que quizá


à l podrÃa filtrar información

sobre el proyecto atómico


en el que estaban trabajando

a oficiales sovià ticos.

Oppenheimer
se negó a eso entonces,

pero no reportó el incidente.

Él sabÃa que ya tenÃa en contra


al equipo de seguridad

y que sospechaban
de sus vÃnculos comunistas.

Asà que intentaba


no arriesgarse.

El problema fue que


en conversaciones posteriores

con gente de seguridad


de Los Álamos
à l les contó de manera muy vaga

de esa conversación,
una y otra vez.

Y cuando lo confrontaron
con esas versiones vagas,

le preguntaron:
"¿Por quà lo hiciste?

¿Por quà no fuiste directo?".

Él dijo: "Fui un idiota".

Y con eso,
selló su propio destino.

Se desmoronó.

Intentó testificar,
pero ya no podÃa.

Casi le dio
otro colapso nervioso.

Como el que tuvo


cuando era joven.

Pero se mantuvo estoico,

como en la bodega de hielo

cuando era un niño atormentado

por sus compañeros


del campamento.

Está resignado
y en realidad ya no se defendÃa.

La persona que puso el clavo


en su ataúd, claro,

fue Edward Teller.

Teller testificó
contra Oppenheimer.

Dijo que serÃa mejor


si la seguridad del paÃs

no estuviera en manos
de Oppenheimer.

Y uno de los cientÃficos


cerca de Oppenheimer dijo
que no solo habÃa que apuñalar
a Oppenheimer por la espalda,

sino retorcer el puñal.

Al partir, se acercó
con Oppenheimer

y le dijo: "Lo siento".

Y Oppenheimer
lo miró a los ojos y dijo:

"Edward,
luego de lo que dijiste,

no sà a quà te refieres".

Obviamente era un hombre


muy, muy brillante.

Pero creo que tal vez subestimó


el poder ya establecido,

la máquina,

y la inhabilidad
de un solo individuo

para hacerle frente.

El resultado fue el esperado.

El Dr. Oppenheimer,
famoso cientÃfico,

cuya suspensión
por el Comità Atómico

sorprendió a la nación.

Votaron por despojar


a Oppenheimer

de sus autorizaciones.

SUSPENDEN AL PIONERO
DE LA BOMBA ATÓMICA

Fue la noticia de primera plana


en los diarios de todo el paÃs.

EL DIRECTOR DE LA BOMBA ATÓMICA


ERA COMUNISTA

Recomendamos que los


comunistas que trabajan

en el desarrollo de bombas,

su esposa
era comunista declarada,

su hermano tambià n...

Se volvió un paria polÃtico.

Y eso intimidó
a la comunidad cientÃfica.

Si pudieron contra el más famoso


cientÃfico atómico del planeta,

todos estarÃan vulnerables.

Enviaron un mensaje muy vil

a todos los cientÃficos

para evitar que se inmiscuyeran


en temas de polÃtica.

Y eso fue algo terrible, pues


se necesitaba su sapiencia.

Pero el juicio a Oppenheimer


lo hizo muy difÃcil.

Despuàs del juicio, Oppenheimer


ya no fue el mismo otra vez.

Desde entonces,
se volvió un hombre vacÃo.

Lo que decimos en la familia es


que hirieron sus sentimientos.

No le agradó,
pero no hablaba al respecto.

Nunca hizo ninguna


declaración públicamente.

Nunca pidió que se disculparan.

Y terminó retrayà ndose


a sus orÃgenes.

Aún tenÃa su trabajo


en Princeton.

Pero ya no desarrolló
nada en fÃsica.
Fueron unos años tristes.

El profesor Einstein
continúa aquÃ, ¿no?

Oh, sÃ, efectivamente.


Asà es.

¿Alguna vez lo llama?

A veces me llama...

Cuando lee una noticia


sobre mà que no le gusta,

me llama y dice:
"Todo está bien. Está bien".

Él perdió su ánimo de pelear.

Ya no tenÃa ningún sentido

comentar sobre ninguno


de los temas cotidianos

sobre las armas nucleares.

Dr. Oppenheimer,
¿podrÃa decirnos

cómo cree que deberÃa ser


nuestra polÃtica nuclear?

No, no puedo.
No estoy cerca de los hechos.

No estoy en contacto
con las ideas

de quienes se ocupan de eso.

Hans Bethe me dijo una vez


que Oppenheimer

era más inteligente


que el resto de nosotros.

Nunca ganó un premio Nobel.

¿Cómo es que un hombre


que superó con creces

a muchos de los grandes fÃsicos


del siglo XX

no tuvo más à xito en la fÃsica,


su lÃnea de trabajo,

del que tuvo?

No se puede hablar
de Oppenheimer

sin hablar de su ciencia.

Era parte de su vida


que à l decÃa que amaba,

esa cosa humana de pasar


el conocimiento a otros.

Hay partÃculas
negativas, neutras,

con dos cargas, positiva...

Su trabajo sobre agujeros negros


se merecÃa un premio Nobel.

En 1939, Oppenheimer
escribió el primer trabajo

que identificó la idea

de estrellas que colapsan,


agujeros negros.

Los agujeros negros


son una idea original de à l,

y eso es increÃble.

Y si hubieran identificado
un agujero negro

previo a su muerte,

quizá hubiera ganado


un premio Nobel por ello.

En 1966, le diagnosticaron
cáncer de esófago.

Lo que fumó por tantos años


le pasaba factura.

Y murió a inicios del 67.

La vida de Oppenheimer
es la historia del siglo XX.

Es la historia
de nuestra era atómica,
en la que aún vivimos.

Y es una historia inconclusa,

y va a seguir inconclusa.

Tenemos su bomba.

Su bomba está aquÃ,


y se puede debatir

su pertenencia
al Partido Comunista

o debatir la à tica de bombardear


civiles en Hiroshima

hasta el cansancio.

Pero el hecho
es que tenemos armas nucleares.

Ese es su legado.

Y controlar esas armas


es un calvario sin fin.

Ahora estamos en peligro.

Esa bomba pequeña


hizo algo horrible.

Hoy hay armas nucleares


mucho más letales.

Se habla mucho
de eliminar las armas atómicas.

Apoyo profundamente
esa causa.

Por favor, tratemos


de encontrar un punto en común.

De seguro si Oppie viviera hoy,


à l estarÃa de acuerdo.

Dos, uno...

Pero no debemos engañarnos.

El mundo no será el mismo

sin importar
quà hagamos con las bombas
porque el conocimiento
para hacerlas

no puede ser exorcizado.

El fÃsico
J. Robert Oppenheimer

es mejor conocido

como el padre
de la bomba atómica.

Con el paso del tiempo,

se reinterpreta
su rol en la historia.

A finales de 2022,

el Departamento de EnergÃa
decidió anular la decisión

de tener audiencias
de seguridad.

INTERROGATORIO FALLIDO.

La tragedia nacional
fue que esa audiencia,

la cacerÃa de brujas
de McCarthy,

se materializó.

No se supone que cosas asÃ


pasen en este paÃs.

Es un paso importante
que ya se habÃa tardado.

Pero a la vez es algo triste,

porque es algo
que Robert Oppenheimer

no pudo experimentar
personalmente.

La ciencia
ha alterado profundamente

nuestras condiciones de vida.

Tanto en lo material
como en asuntos del espÃritu.
Seguimos hablando
de Oppenheimer

por toda su influencia.

Le tenemos respeto y miedo


a la ciencia.

Y claro que Oppenheimer


representaba ambos lados.

No hay duda
de que cambió el mundo.

Y lo cambió para siempre.


No hay vuelta atrás.

Pero mientras los hombres


sean libres de cuestionar,

libres de decir
lo que piensan

y pensar lo que deben,

la ciencia nunca retrocederá.

Y la libertad
nunca estará perdida del todo.

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