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CONSECUENCIAS

DE LA GU,ERRA NA(IONAL
EN EL FUTUBO HISTOBltO DE CElTROAMERICA
Se permite la reproducción sólo para estudios académicos sin fines de lucro, y citando la fuente - FEB

I Premio del Ministerio de Educación Pú'bUca para Nivel Universitario. 1


JORGE EDUARDO ARELLANO
autor de Panorama de la Litel aturo
Nicaragüense

CONTINUACION DE LA MARCHA mala y figura ejemplar de los conservadores, salió


1 HI5TORICA NORMAL victorioso dando fin a la contienda.
Nicaragua, por su parte, pareció olvidar el pe-
La Guerra Nacional. el periodo más funesto de ligro en que habia estado sumisa. Inmediatamente
la historia centroamericana, no produjo ningún cam- después de la rendicíón de \Valker volvió a encen-
bio notorio en el aspecto político, ni mucho menos derse en ella el odio partidarista. La guerra civil
en el social y en el económico. Es claro que la eco- estaba a punto de brotar de nuevo. Todo depen-
nomía de Nicaragua se vio afectada seriamente -to~ dió de la conferencia de León llevada a cabo entre
davíaj a propósito, no se .han estudiado las pérdidas los generales l\'láximo Jerez y Tomás Martínez quie-
q ue signific~ y que algunos filibusteros, entre nes, para evitarla, comprometit1ronse a gobernar el
ellos el progenitor de una de las principales fami- país dictatorialmente; e iniciaron el 24 de junio de
lias de Nicaragua se incorporaron a nuestra socie- 1857 el gobierno binarío, conocido también con el
dad. Pero no fue Jo suficiente para crear un vira- sobre nombr~ de chachagua
je pronunciado, una realidad diferente a la que exis-
tía antes de su desenvolvimiento. Cuando termi- Esta decisión, llevarla a cabo por la cordura y
nó prácticamente el lro. de mayo de 185'7 con la el patriotismo, duró apenas cinco meses. La A-
rendición de Walker, o definitivamente el 12 de sep- samblea Constituyente, en noviembre de ese mismo
tiembre de 1860 con su fusilamiento en el puerto año, eligió presidente al General Martínez que ha-
de Trujillos, Honduras, Centroamérica continuó su bía sido apoyado en los comicios por el mismo Je-
marcha histórica normal. rez. Pero en '1863 cuando concluía su período de
cuatro años (contado,· según disposición de ]a Asam-
El valiente general Juan Rafael Mora, presiden-
blea, de 1859 en adelante) pidió ]a reelección que
te de Costa Rica, fue derrocado en 1859 por el mo-
le fue concedida. Jerez, entonces, se alzó en armas
vimiento insurreccional de los generales Máximo
(junto con el Gral. Fernando Chamorro) apoyado
Blanco y Lorenzo Salazar. Con la misma furia que
por los gobiern!ls de Honduras y El Salvador (quie-
habia desplegado- en la lucha contra los filibusteros,
nes le facilitaron soldados, armas y municiones),
se pertrechó bélieamente en los Estados Unidos y
llegó a León y fue derrotado por el propio Presi-
en El Salvador con el fin de volver a tomar el po-
dente de la República en el barrio de San Felipe.
der. Mientras su amigo el general Ignacio Arane!-
bia lo proclamaba presidente en el pueblo de Espar- El país, cómo se ve, no respiró con tranquili·
ta, desembarcó en Puntarenas, peleó hasta desfalle- dad inmediatamente d~pués de la Guerra Nacional,
cer, fue capturado, sometido a consejo de guerra y como cree Levy, ni midió el abismo en el que lo ha-
fusilado el lro. de octubre de 1860. El general Jo- bía hundido el estado de guerra civil permanente
sé María Cañas, que combatió junto con él en la y las ambiciones de cada partido.
liberación d~ Nic~ragua, fue también su compañe-
ro de patíbúlo. Centroamérica, salvo Nicaragua y en parte Cos-
ta Rica, siguió oscilando entre la revolución y la
Santos Guardiola, otr~ general que había pelea-
tiranía, o sea, entre la anarquía y la dictadura. La
do contra Walker, primero en la batalla de Rivas
GUERRA NACIONAL, o mejor dicho el derrama-
y luego en El Sauce contra el General Trinidad l\fu-
miento de sangre que produjo, no enseñó ninguna
ñoz, aliado de los filibusteros, fue asesInado en
lección a las cinco repúblicas porque la sangre con-
1862 mientras gobernada Honduras desde hacia ocho
tinuó derramándose iiJ.dJferente y casi torrencial-
años atrás.
mente en las luchas internas posteriores.
En 1863 estallaba la guerra cntre Guatemala
y El Salvador, llamada de la nacionalidad, en la La estabilidad del período de los Treinta Años,
que Hondur~s participó ayudando a los salvadore- cuya paz se ha exagerado, no fue producida ex-
ijos. El general Gerardo Barrios, presidente de los clusivamente por ella. Muy poca, si se examina
últimos, coquimbo y uno lÍe ~os, baluartes del libe- con' detenimiento, fue su lejana influencia en la
r~Usmo centroamericano, fue el causante y el res- fisonomía de aquél. Es muy posible que los Trein 8

p~nsable. Y Rafael Carrera, presidente de Guate- ta años, si aquella no se hubiera producido, tenían

(()2)
que darse Ile algúó modo. Se bacía necesario, aun- trajo desgracias a Nicaragua -hasta el extremo de
q~e no se cmnpliera por completo, prescindir de la que el Gral. Martínez tuvo que rehacerla durante
violencia por un buen tiempo. Pero más inevita- los diez años de su gobiemo-, también lo es el que
ble fue la GUERRA NACIONAL que antes de ser ninguna clase social salló beneficiada y el que la
una causante de consecuencias ella misma ha sido la estructura socioeconótuica anterior a ella permane-
más trágica consecuencia de la historia de Nicara- ció esencialmente intacta. De ella no se lamenta
gua y la única vez eri que Centroamérica, al ver en nada trascendental porque el instinto de conse~va­
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peligro su nacionalidad o independencia, hizo su ción de los centroamericanos, unidos al patriotismo


propia cau~a. instintivo, acudió oportunamente a lesolverJa.
Los centroamericanos, una vez pasada su gra-
La conciencia centroamericana, en efecto, se hi-
ve amenaza y su dramática experiencia, continua-
zo visible por vez primera y como nunca en esas lu-
mos inmersos· en el estado de guerra civil permanen-
chas. No ha vuelto a verse en otra ocasión, ni si·
te iniciado desde la Independencia. Seguimos hl~
quiera durante los frustrados intentos unionistas del
ch,t4ndo, como se ha visto al comienzo, en nuestras
general Justo RufinD Barrios a los que se opusie-
propias guerras internas. Tanto entre los dos par-
ron en plan bélico el presidente salvadoreño doc-
tidos históricos, como ent~~ países hermanos, la ri-
tor Rafael Zaldívar y el de Nicaragua doctor Adán
validad no pudo extirparse y ni siquiera fue amino
Cárdenas, uuo de los de los TREINTA A]ii¡OS.
ratIa, sino qu.e se preservó casi en el mismo grado
en el que existía antes.
Este período, tan elogiado y caro a los conser~
vadores, no eliminó la guerra civil. Lo que suce- Tampttco hemos descartado su influencia en los
de es que las manifestaciones de ésta fueron efíme- prósperos TREINTA AN'OS nicaragüenses, inmedia-
ras y de escasas proporciones. "Puede decirse que tamente posteriores a ella. Que nó la consideremos
ahora en Nicaragua -escribía Levy en 1871 du- causa determinante de ese período no significa que
rante el gobierno de don Vicente Cuadra, tercer su lnfluencia sea innegable. Lo que sostenemos es
presidente de los TREINTA A]ii¡OS- no bay más que fué mínima. Pero en algo, por lo menos, tuvo
contielldas civiles que en cualqiuer otro país" (1). que ver. ¿En qué, por ejemplo? Podríamos pre-
Es decir como las numerosas y de embergadura de guntarnos, para ser más exacto, ¿cuáles son los be-
los otros países hcrmanos. En realidad este punto chos que están presentes en los TItEINTA A]ii¡OS y
no ha sido tomado muy en cuenta por los historiado- cuyos orígenes proceden de la Guerra Nacional?
res quienes las han visto como si, de la noche a la ¿P'uede ejemplificarse claramente su influencia?
mañana, se hubieran eclipsado. La respuesta a estas preguntas, que en definiti-
La tranqullidad de Nicaragua durante estos va es UDa sola, implioa una ojeada a dos de los
años, en la medida e~ que existió, fue reconocida factores claves que contribuyeron al desenlace de
en el extranjero. Es lo que indica el célebre títu- la GUERRA NACIONAL: la Constitución de 1838
lo de SUIZA CENTROAMERICANA Con que fue y la concesión a la ACCESORY TRANSIT COMPA-
bautizada; titulo merecido desde luego parcialmen- NY o Compañía del Tránsito.
te, y nunea en su totalidad, porque se basaba ante Libérrima, un poco más que la promulgada por
todo en una comparación c~n el resto de los países el general José Santos Zelaya en 1893, la Constitu-
del istmo donde' nunca, o muy raras veces, se estaba ción de 1838 tuvo por objeto establecer legalmente
tranquiló y la pasión politica, como era tradicio- la anarquía. Al crear un Director Supremo de dos
nal, seguía baciendo estragos. De cada año podia escasos años de duración y ceder a las Cámal'as un
decirse, al iniciar el siguiente, lo que Enrique Guz- poder excesivo hasta el punto de ser ellas las di-
mán apunta al comenzar el año de 1878: HEI año rectoras de la Hacienda Pública y del Ejército, de-
de 1877 que acaba de transcurril -anotaba- deja bilitó el Poder Ejecutivo. Rechaza el poder discre-
a Centroamérica en paz¡ pero no tranquila". (2). cional y lleva al extremo el derecho de emisión
del pensamiento. Sus consecuencias, como era de
Una de las Causas determinantes del bienestar esperarse, fueron nefastas. En 14 años hubo 22
y 7 del progreso que sin duda al&uDa caracteriza al Direotores Supremos. Las Cámaras, disueltas va-
período de los Treinta Años fue, entre otras, la hon- rias v~ce5, fueron controladas p(}y 1(}5 Comandantes
radez patriarcal de sus presidentes. Difícilmente Generales del Ejército, verdaderos dueños del po-
puede admitirse que la GUERRA NACIONAL, o su der. Y fueron inevitable, además, un uconsecuen-
consecuencia, figure entre las otras... te desbarajuste económico" y las "conmociones cró·
nicas".
.2 INFLUENCIA EN LOS TREINTA AÑOS Estos frptos, según Luis Alberto Cabrales, ufue-
ron creando la opinión y la voluntad de terminar
Con lo dicho hasta aquí nO hemos tratado de con una Constitución que habia sido fuente de
dar a entender que la GUERRA NACIONAL care~ tantos males. Jefe de Estado con período de cua-
ci~ de consecuencias en el destino histórico de Cen~ tro años, en sus manos el Ejército y la Haoienda
troamérica, sino que no dio pie a ninguna operación Pública, armado con el poder discrecional de atem-
radical en nuestra vida política que, consecuente- perar las garantías índividuales eran ya los ideales
mente, sigu~ó ~u curso normal. Si es cierto que sólo de las clases proletarias" (3). Opinión y voluntad

(63¡
públicas que llegaron a plasmarse con las elecclo~ A principos de 1856 la sltnación de Walker en
nes de 1853 en las que salió electo Fruto Chamarra Nicaragua era estimable. Sólo le faltaba, para lle~
como Director Supremo, cargo que ocupó el mes de var a cabo sus planes esclavistas, conseguir dinero
abrll de ese mismo año. Apenas en el poder, con· y u nn fuerte apoyo ex.terior" con el objeto de traer
voca a nueva eonstituyente, triunfa, el período se el mayor número de norteamerieanos lo más lllon-
alarga a cuatro años y se aumentan sus atribucio~ to posible y asegurar su dominio. Con el Presi-
nes personales: "El Ejército ---eontinua el historia- dente Rivas, para tal fin, consiguió un decreto con
dor antes citado-- queda directamente bajo su man.. el pretexto de solucionar Jos antiguos problemas en~
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do, y las cámaras deliberantes, débiles por aDtono· tre la Compafúa Accesoria del Tránsito y el Go-
masia, son aligeradas de carga que pudieren sobre.. bierno. Pero en ]a Compañía, Garrison de San
llevar con acierto, ni siquiera con decoro. Pero lo Ftancisco y Margan de Nueva York, dos de sus más
que atrae sobre todo las iras de la Oposi~ión es el poderosos socios, planeaban ayudar a lValker -a
poder discrecional que se le concede al Presidente, quien habían adelantado veinte mil dólares- y
quien puede legalmente arrestar por quince días, sln U5tH'par a Vandervilt su parte para convertirse en
expresar motivo, incautar la correspondencia priva~ rlueños absolutos de la Compañía. Por eso, con ese
da, y sólo asesorado por un Senador, confinar y ex.. objeto, lValker hizo que don Patricio firmara ese
patriar". Ese poder, por lo tanto, es c.onsiderado decreto en el que se le anulaba. En consecuencia
tiránico en 1854 como 10 fue en 1838 cuando se pro- se embarcaron todos sus bienes y al día siguiente,
mulgó la Constitución más inadecuada para nuestro el 19 de enero, Hl\-Ir. Randolph, representante de
pueblo que hemos tenido. Garrison y Morgan, presentó una nueva concesión,
que fue firmada por el presidente Rivas, y simultá~
Por otro lado la Compañía del Tránsito, cuya Deamente compraban Gal'lisoD y Morgan a \Valker
concesión babía sido firmada en 1849 por J. L. todos los bienes secuestrados de la Compañía, por
White -su representante-- y por don Fruto Cha~ 400.000 dólares. Asi Vandervilt quedaba con las
morro y e.l Ledo. Mateo Mayorga -representante.s tUanos vacías, sus desaprensivos socios dueños le-
del Gobierno del Director Supremo don Laureano galmente de todo, y \\'alker con fuerte cantidad de
Plneaa- no entrega, a pesar de sus afortunados dinero frente a los ~mpobrecidos jefes niearagüen"
negocios, ningún centavo del diez por ciento de las ses, que no percibían un centavo de todas esas ne~
utilidades que se obligó a pagar en el centrato al gociac.iones".. (4) ..
gobierno de Nicar~gua. Por el contrario: aprove·
cha la coyuntura entre legitimistas y democráticos. Desde esa fecha hasta los primeros dias de maR
y hace de las suyas. yo del año siguiente, la Guerra Nacional, como se
Pasamos por alto, puesto que de todos es CODO" sabe, entra en su momento más candente hasta que
cido, el desarrollo histórico de ambos hechos. Lo prácticamente cesa. Sin embargo produce las Com-
que aquí nos concierne es solamente dejar sentado plicaciones entre Costa Rica y Nicaragua que, a
que, despuós de la GUERRA NACIONAL, "SE AMI· nuestro modo de ver, es su consecuencia más in~
NORO EL EXCESIVO PODER DISCRECIONAL mediata en el destino de ambos países centroame-
QUE ASIGNABA AL JEFE J)EL EJECUTIVO LÁ ricanos. El resultado de este conflicto es lo que
CO.NSTITUCION DE 1854" -aún en la dietadnra trataremos de explicar en las siguientes páginas.
BINARIA de Jerez y Martínez- y "SE '.rUVO UNA
CERADA DESCONFIANZA A TODA CONCESIÓN El gobierno de Costa Rioa, incitado por Webs~
Y EMPRESTITO EXTRANJERO" por lo menos en ter, pasó a ser del amigo más fraternal de Nicara-
los años inmediatos. Am'bos resultados fueron, pues, gua a su enemigo más amenazante. ¿Cuál fue la
dos de las consecuencias de la GUERRA NACIO- causa de ese cambio repentino e inesperado? la ru.:.
NAL que ayudaron a sentar, aunque lejanamente, ta del Tránsito, indudablemente, que era disputada
las bases de la estabilidad política de los TREINTA en ese instante por (los compañías: por la vieja Com-
A:IlOS. pañía Accesoria del Tránsito, presidida por el Ca·
modolo Vandel'vilt quien no reconocía su disolución
3 de.cretada por orden de Walker dutante la admi~
nistración de don Patricio Rivas; y por la de Mar-
INTENTO DE GUERRA ENTRE COSTA RICA Y gan y Garrison, desprendida de aquélla, que soste~
NICARAGUA Y PERDIDA DEL GUANACASTE nía que sus derechos recientemente adquiridos eran
Una vez que el Comandante Davis había sal- váljdos. Peu) el gobieron de Nicaragua, por me-
vado la vida a Walker trasladándolo a su país
tal, después de su capítulación en Rivas, el 'Como-
na- dio de su MInistro en Washington, don Antonio Jo·
sé de Irrisari, firmó otra eoncesjón con una más: la
doro VandervJlt envió a Costa Rica a Mr. Webster, Atlantic and Pacific Ship Company para contrarres-
eonsejero financiero, astuto y activo. Para com.. tar a la de Webster..
prender la finalidad de esta operación tIebemos re-
montarnos un poco más atrás. Por lo tanto los ticos, que sentíanse fuertes por
El 18 de febrero de 1856 el Presidente don Pa· haberse apoderado de los vapores y fuertes del Río
tricio Rivas, por orden de lValker, deClaró disuelta San Juan después de la salida de Walker, protesta-
y abolida la Compañía Accesoria del Tránsito, ann· l'on el 5 de agosto de 1857 por boca de su Ministe-
lando y revocando todas sus concesiones. La cau.. rio de Relaciones Exteriores. El general José Ma~
5& de. esta. disolución es, por su parte, otra historia. ría Cañas, quien se encontraba en Nicaragua co-

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mandando las tropas que habían combatido a los otra 1 epóblicas hubiera estallado si no es porque en
filibusteros, pidió una semana después que nues- ese momento reapal'ece Walker en la escena, preci-
tro gobierno aprobase la concesión de 'Vebster, en samente en los ahededores mismos en donde los ni~
la que iba implicada la cesión del Río San Juan a caragüenses y costarricenses iban a derramar has-
Costa Rica. Y no se contentó con eso, sino que lo ta la última gota de sangre por un pedazo de tie-
amenazaba de una posible guena: "El gobierno de rra de más o menos y un pedazo de río. Asi éra-
Nicaragua y Costa Rica se perturben a causa de mos y así seguimos siendo". (5). No obstante el
ese contrato, y que la guerra sobrevenga como un general José Joaquín Mora, afortunadamente, en-
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resultado". vaina la espada y suscrIbe en Rivas, el 8 de di~


La actitud de Costa Rica, como puede verse, ciembre de 1857, un arreglo no aprobado por el
era completamente distinta a la que había desem~ Congreso pero que mandaba al Ejecutivo a nego~
peñado cuando Walker se proclamó Presidente de ciase "un completo tratado de límites". El regre~
Nicaragua. La ayuda que antes desinteleda, tenaz so de Walker, por otro lado, fracasó. Un barco dé
y amigablemente desplegó, desaparece y es substi- guerra norteamericano, al que se había rendido, 10
tuida por el intelés de conquista. No logra con- llevó de nuevo a su país. Máximo Jerez es nom-
tentarse con las provincias de Nicoya y Guanacas- brado Ministro Plenipotenciario con el propósito de
te que, según el Convenio firmado el 6 de junio de que los dos partidos nicaragüenses, unidos desde el
1857, "no fitlRlmente concluído", les iban a ser en~ pacto del 12 de Septiembre de 1856, aparecieran
tregada gratuitamente, sino que pretenden parte del responsables en el arreglo. "Jere1; se trasladó a
Río San Juan y adueñarse de la ruta del Tránsito Costa Rica -escribe don Sofonías Salvatierra en
para cederle la concesión a Webster y recibir........ su libro Máximo Jerez y sus Contemporáneos- y
250.000 dólares. suscribió en San José el tratado de límites llama-
do Cañas~Jerez, el cual sirvió en 1858 para determi-
George Cauty, coronel costarricense y jefe de nar definitivamente las fronteras de Nicaragua y
los vapores del Gran Lago en nombre del presiden- Costa Rica" (6).
te de Costa Rica, desembarca el 14 de octubre en
Este país reconocía al nuestro la posesión del
San Carlos y exige al Comandante la rendición del Río San Juan, pero Nicaragua se comprometía a
fuerte~ Como respuesta a este hecho el gobjerno
entregarle la provincia de Guanacaste, lo mismo que
de Nicaragua acepta la guerra que le hace el de
a no firmar ninguna concesión de tránsito o canal
Costa Rica y se dispone a vindicar "sus derechos
sin antes consultar a 'los otros países centroameri-
ultrajados por la conducta de aquel gobierno" y a
canos. u Al fin de cuentas -comenta Cabrales-
conservar ~~ilesos sus derechos en toda la línea del
Costa Rica salía con una ganancia 1 espetable terri-
Tránsito desde San Juan del N.orte por el río y la-
torial, y con la base de esa consulta obligatoria, que
go hasta San Juan del Sur, así como los que tiene
en posteriores tratados se convirtió en consulta so-
en el distl'ito de Guanacaste, sus tienas bosques,
lamente para los contratos canaleros, y sólo para
bosques y ríos". Costa Rica".
Caudy, mientras tanto, decide arreglar el asun~
El conflicto anterior y su solución en ese tra-
to con las autoridades de Granada y zarpa de San
tado -con la consecuente pérdida del Guanacaste-
Carlos. En la travesía notifica el bloqueo a las
fue, pues, la más importante de las consecuencias
embarcaciones que encuentra. Dos comerciantes
inmediatas que produjo la Guerra Nacional, si no
granadinos, que viajaban en tina de ellas, son invi-
en el ámbito centroamericano, al menos entre los
tados a regresar a Granada. Al llegar al puel'ta
costarricenses y nicaragüenses.
e] corone] tico envía una nota al Gla] Fernando
Cb¡:ünorro. Los granadinos, por su parte, estaban
SIGNIFICACION y RESULTADOS
preparados: conocían el decreto en el que se acep-
taba la guerra que "brusca y alevosamente" decla-
4 SECUNDARIOS
raba Costa Rica y dispararon cuatro cañonazos que Tomando en cuenta lo dicho en los capítulos
hicieron huir a los intimadores. anteriores, entramos ahora a consid~rar a la Gue-
Luego, prescindiendo de los detalles leIatados rra Nacional, según ya lo apuntamos, como la con-
por los historiadores, se alistan las tropas de cada secuencia más trágica de la historia de Nicaragua
país. Pero Walker aparece en San Juan del Norte, y aún de Centroamérica. Al mismo tiempo enu~
mel amos sus consecuencias inmediatas o resultados
arrebata a los ticos los vapores del Río San Juan
y el fuerte de El Castillo, y la guerra enbe Costa secundal ios.
Rica y Nicaragua oculla un segundo télmino. En La causa de orden mundial que se le ha atri-
otras palabras tuvo que olvidarse. "La guerra civil buído -es decir la disputa entre la Gran Bretaña
hubiera estallado otra vez en Nicaragua -escribe y los Estados Unidos por el predominio que aquélla
el hisioriador guatemalteco Virgilio Rodríguez Be- quería eejrcer en Centroamérica y sobre todo en la
teta- a no ser por la amenaza de la gueua contra ruta donde se planeaba el canal interoceánico- y
Costa Rica, que en previsión del regreso de Walker la de orden continental -el establecimiento de un
se quería quedar con la mar sur del Río San Juan. imperio esclavista formado por los países centroa-
Costa Rica había sido la primera en salvar a Nica- mericanos, Yucatán y parte de las Antillas para
ragua. Peto esto no se tiene en cuenta en los odios ponerlo a la orden de la Confederación de los Es~
localistas centroamericanos. La guerra entre una y tados del Sur de los Estados Unidos cuando llegara

(65)
la hora, ya cercana, del inicio bélico contra los Es~ HEl fracaso de los filibusteros en Nicaragua
tados abolicionistas y defensores de la unidad na- ""-anota RecIus- no de'be ser considerado de sim~
ciónal y total del Norte........, no tienen mayor efecti- pIe importancia local, por jugarse en esa guerra no
vidad que las de orden intelno, especialmente el odio solamente el destino de la Amélica Central, sino en
a muerte entre granadinos y leoneses y, en general; realida la suerte de los Estados Unidos y del Nuevo
la anarquía que trajo la independencia. Mundo Los estados esclavistas -agrega interpre-
tando los verdaderos fines, ya comprobados, de
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Porque la Guerra Nacional, desde que Centroa- Walker-, directores hasta esa fecha de la política
mérica se independizó, existía potencialmente. Jo- americana, que la preponderancia económica de los
sé Cecilio del Valle, el político de mayor clarivi- Estados Unidos amenazaba más cada día, debían
dencia en su época, temía que la independencia rom- trnsformarse en conquistadores, para restablecer a
piera la unidad, destruyera la paz y bajera desgra- su favor el equilibrio; necesitaban el gran Imperio
cias, como en efecto trajo todo eso. Por eso se opo- Indio, es decir Cuba y las Antillas, México y la
nía a ella. Y hasta predijo la llegada de Walker: América Central" (7).
"Sabedores de ellas (las desgracias de Centroamé-
rica) -escrbía- un aventurero aprovechando mo- El célebre geografo se refería, concretamente,
mentos vendrá a dictarnos leyes. Los pueblos, de- al combate de Rivas, donde ulos esclavistas perdie~
bilitados, abatidos y degradados no tendrán la ener- ron su primera decisiva batalla". Compara, pues,
gía necesaria para conservar sus derechos, sucum- esa acción bélica a la de Maratón y a la batalla de
birán indecorosamente a la fuerza del poder...". San Jacinto con la de Salamina, o sea cuando los
Esta plofecía, como puede verse, se cumplió al pie griegos triunfaron definitivamente soble los per~
de la letra, salvo su segunda parte. sas.

En la propia significación geográfica-histórica El resto de las consecuencias son las que po-
está, creemos, la más decisiva consecuencia de la dríamos llamar inmediatas, porque son obvias y co~
Guerra Nacional No solamente en ella se puso en munes en toda guerra. A ellas pertenecen, entre
peligro la vocación universalista de Centroamérica, otras, un considerable saldo de muertos y heridos,
por la que probamos que nuestra manera de ser la propagación del cólera, un estado de intranquili-
universales era siendo Ubres, sino que, según William dad, peligro y amenaza -sobre todo en la ciuda-
O. Scroggs y Laurence Green, planteó una tridis- danía nicaragüense-, un consecuente atraso eco-
yuntiva en el caso de que Walker hubiera ganado la nómico, la destrucción total de una reliquia colo-
guerra en Centroamérica. O la guerra civil de Se- nial: la ciudad de Granada con sus archivos y de-
cesión se hubiera pospuesto indefinidamente o no más joyas históricas, etc; en fin, como dejamos di~
hubiera tenido lugar o, en último término, su re- cho, el intento de Guerra enh'e Costa Rica y Nica-
sultado hubiera sido muy diferente del que tuvo, ragua.
o sea que Lincoln la hubiera perdido y los estados
antiesclavistas del Norte. En realidad estas consecuencias son secunda-
rias y no ofrecen mucho interés para comprender
En las consecuencias de la Guerra Nacional ad- la esencia de la Guerra Nacional que reside ente-
vertimos pues, que ésta fue la más importante, aun- ramente en su significación, productora de otra con~
que fue engendrada por su significación geográfi- secuenoia que, sin estar en el terreno de lo posible
ca-histórica y se asienta en ~l terreno de lo posible. comu ..as supuestas por Scroggs, Green y Reclus,
Eliseo RecIus, en su Geografía Universal, ya desde hoy hadie pone en duda. Y es ésta: que el istmo
1891, había intuido esa significación al comparar centroamericano dejó de halagar a las potencias co-
en el tomo XVII el triunfo de los centroamericanos loniaJes modernas. No se cumplió, en definitiva, la
con la batalla de Maratón, donde el mundo griego, pretensiosa predicción de Walker Scott que afirma-
representante del espÍlitu y la cultura occidentales, ba que quien poseyera a Centroamérica, Hl a llave
rechazó al mundo persa, representante del espíritu de los mares", sería "el dueñQ del comercio uni-
y la cultura asiática. versal".
NOTAS
(1) Levy, Pablo Nicaragua. Paris. 1873, P 61 vista Conservadora del Pensamiento Céntroa p

(2) Guzmán, Emique Diario Intimo, (Suplemento meticano, Vol 9, No 49, Octubre, 1964, P 12
de Revista Conservadora, Vol 1, No 3, Octubre, de "El LibIO del Mes")
1960, P 43)
(6) Salvatierra, Sofonias Máximo Jerez Inmortal.
(3) Cabrales, Luis Alberto "La Constitución de Comentario Polémico Managua" Tipografía
1838 y la Compañía del Tránsito en la guerra Progreso, 1950, P 145
Nacional" (Edueación, No, 5, Septiembre de
1958, P 19) (7) Rodríguez Beteta, Virgilio "Rivas nUestra
(4) Ibid, P 25 batalla de Mal atón Lincoln y Cel'1troamérica"
(Revista Conservadora del Pensamiento Cen~
(5) Rodríguez Beteta, VirgUia, Guerra ccntroame.. troamericano. Vol 9, No 41, Octubre, 1964,
ricana contra Walker y sus filibusteros. (Re- P 66).

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