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Literatura y Sociedad. EPD.

PRUEBA FINAL 1ª convocatoria


Prof. Dr. Alberto Marina Castillo

NOMBRE Y APELLIDOS:

Instrucciones mínimas:

–Plazo y dirección de entrega: 25 de mayo (13:00 horas), amarcas1@upo.es


–Formato y extensión: pdf; 1 página por comentario (como máximo); interlínea sencillo; tamaño de letra: 12.
–El nombre del archivo debe seguir esta pauta: Apellidos.Nombre.LYS.pdf
–No olvidéis indicar vuestros nombres y apellidos en la cabecera de la prueba

¡Suerte y ánimo!

* * *

Texto 1: Galdós

Casi le da al buen señor un ataque apoplético el día 29 cuando se supo en Madrid lo de Alcolea.
Madrid se pronunciaba también. Llevó la noticia Paquito, que había pasado por la Puerta del Sol y
visto mucha gente... Un general arengaba a la muchedumbre, y otro se quitaba las hombreras del
uniforme. Después de esto, la gente corría por las calles con más señales de júbilo que de pánico.
Grupos diversos recorrían las calles dando vivas a la Revolución, a la Marina, al Ejército, y diciendo
que Isabel II no era ya Reina. Algunos llevaban banderas con diferentes lemas y otros quitaban las
reales coronas de las tiendas. Todo esto lo contó Paquito de Asís a su papá, atenuando lo que le
parecía que había de serle desagradable. El pobre chico tenía que disimular, porque si bien su
entendimiento se amoldaba a las ideas de su padre, era niño y no podía sustraerse a la fascinación
que la libertad ejerce sobre todo espíritu despierto que empieza a enredar con los juguetes del saber
histórico y social.

B. Pérez Galdós, La de Bringas, cap. XLIX, pp. 298-9 (edición de Cátedra, 2006)

Texto 2: Delibes

–Él decía que la Biblia le fecundaba y le serenaba.


Valentina lanza una risita:
–¿Eso decía? ¡Qué divertido! Fecundarle, nunca oí una cosa tan graciosa, Menchu, te lo prometo. ¿Y
los subrayados?
Carmen carraspea; se siente cada vez más empequeñecida. Agrega:
–Manías. Mario leía sobre leído, sólo lo señalado, ¿comprendes? Yo ahora –se le ablandan los ojos
pero, paradójicamente, su voz se va afrmando– cogeré el libro y será como volver a estar con él. Son
sus últimas horas, ¿te das cuenta?

M. Delibes, Cinco horas con Mario, p. 118 (edición de Austral/Planeta, 2019)

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