La Gaceta de Chozas

DICIEMBRE 2011

Asociación Cultural Chozas de la Sierra

Jóvenes de Soto Además en este número

Experiencias de nuestros jóvenes en primera persona

Editorial (pág. 2)

Rutas de campo (pág. 14)

Consejos para cuidar el

planeta desde nuestro hogar
(pág. 16)

VIII Certamen de narrativa

Chozas. Entrega de premios
(pág. 17)

“Al final del túnel” (relato)

(pág. 19)
¿Quién dijo que la juventud está en crisis, que no está interesada por nada,
que no se esfuerza? ¿Quién dijo que los jóvenes son unos vagos, que lo tienen Entre pucheros (pág.22)
todo hecho, que el futuro de la Humanidad está en entredicho porque no
hay un relevo generacional capaz de sacar adelante todos los problemas que Próximas actividades (pág. 23)
los seres humanos generamos? Nuestros jóvenes nos cuentan sus experien-
cias y dejan claro que ni son unos “ninis” ni tienen la más mínima intención
de dejar que los conviertan en la enésima “generación perdida”. (Pág. 3)

La entrevista: Ricardo Gómez

Ejemplar gratuito

La columna vertebral de sus trabajos hasta el momento es “Cuéntame”

pero este joven actor también ha demostrado su valía en obras de teatro
(El Señor Ibrahim y las flores del Corán, Siglo XX... que estás en los cielos) o en
el mundo del cortometraje (Cosas de críos). No cabe duda de que es un cha-
val avispado y está aprovechando la oportunidad de aprender cada día
de grandes profesionales que le rodean desde hace años delante y detrás
de las cámaras. (Pág. 11)
Número 23
 Asociación Cultural “Chozas de la Sierra”
Equipo de redacción:
Ana Aranda
Raquel G. Rojas
Marian Lorenzo
Colaboran en este número:
José Bernardo Luna
Restaurante La Cabaña
Paco Cantó Portillo
Sol Román Aguirre de Cárcer
Álvaro Pérez Valdés
Yanilda Reynauld Spendeler
Miriam del Valle Contreras
Daniel Ramos Lorenzo
Junta directiva
Marian Lorenzo
Julio E. García Carapeto
Raquel G. Rojas
Fernando Romero
Marisol García
Mª José Bernabé
Irene Regidor
Juan Barrado
José Miguel González
Publicidad en La Gaceta
culturalchozas@orangecorreo.es
La Gaceta de Chozas no se hace
responsable de las opiniones expresadas
por sus colaboradores
Nº Depósito Legal:
M-30603-2011
Tirada: 600 ejemplares
Imprenta: Artes Gráficas Sorual
Impreso en papel 100% reciclado
Plaza de la Villa, 18 - primer piso
28791 Soto del Real
J óvenes y crisis, ¿qué tienen en
común? Aparentemente nada,
son dos términos de significa-
dos muy distintos, de realidades di-
versas; pero cuando aparecen juntos
pensamos…
…Casi sin querer, en la adolescen-
cia, esa etapa crítica de nuestra vida,
de cambio, de transformación, con
todo lo que ello ha significado en
nuestra vida y con todo lo que sigue
significando cuando convivimos
con jóvenes que se encuentran en
ese proceso vital.
…Que hay crisis de valores, de pen-
samientos, de hábitos en la sociedad
actual. Pero ¿acaso porque la socie-
dad está en crisis, los jóvenes han
perdido las referencias, la disciplina,
el hábito del esfuerzo, etc.?
…Que con los tiempos que corren,
es mucha la dificultad que tienen y
van a tener los jóvenes de hoy para
encontrar un hueco en el mundo la-
boral y, por tanto, insertarse en la
sociedad les será difícil.
Sí, muy difícil, pero también estos
jóvenes de hoy, que son nuestro fu-
turo, tienen a su alcance medios
para conseguirlo y los bríos e imagi-
nación suficientes para llegar lejos.
Este momento no les puede quitar la
tranquilidad de pensar en un futuro
prometedor y tratarán de alcanzarlo
poniendo toda su energía en el em-
peño.
¿Quién dijo que la juventud está en
crisis, que no está interesada por
nada, que no se esfuerza? ¿Quién
dijo que los jóvenes son unos va-
gos, que lo tienen todo hecho, que
el futuro
de la Hu-
manidad
está en en-
tredicho por-
que no hay un
relevo generacional capaz de sacar
adelante todos los problemas que
los seres humanos generamos? La
juventud siempre ha sido contesta-
taria, se ha resistido a muchos ór-
denes establecidos defendiendo
sus ideales e inyectando energía a
la sociedad y la mayoría de los jó-
venes viven el momento presente
mucho más concienciados de la
realidad de lo que estuvieron sus
progenitores. La Humanidad ha
avanzado mucho en los últimos
cincuenta años y nuestros hijos,
con su energía, harán que el avance
continúe.
Y de eso, de la energía de la juven-
tud, va este nuevo número de La
Gaceta de Chozas que tienes en tus
manos. De la energía de los jóvenes
que viven en nuestro municipio y
tratan de buscarse ese hueco que
tanto cuesta conseguir en la socie-
dad actual. Esto de hoy es una pe-
queña muestra, y ya sabemos que…
para muestra, un botón.
Pasa las páginas, y luego hablamos.
Los socios y amigos de la
Asociación Cultural
Chozas de la Sierra
te desean que disfrutes de estas
fiestas y entres con la energía en
alza en el 2012.

Capítulo I
Compromiso con la enseñanza pública
H
ola a todos los que estáis in-
volucrados de alguna forma
en la enseñanza: estudiantes,
profesorado, padres, o simplemente to-
dos aquellos que sentís que lo que está
pasando puede influir en el futuro de
los que en estos momentos estamos es-
tudiando.
Mi nombre es Álvaro, tengo 16 años y
estudio 1º de Bachillerato de Ciencias y
Tecnología.
Soy el representante de los alumnos en
el Consejo Escolar de mi instituto y mi
función principal es la de actuar como
portavoz de todos los estudiantes del
centro y dar a conocer nuestras inquie-
tudes al resto de los miembros, ya que
muchas veces los estudiantes nos sen-
timos un poco olvidados a la hora de
saber qué se cuece en nuestro instituto.
Yo soy el enlace entre ellos y el resto de
personal. Además, en bastantes ocasio-
nes los profesores quieren saber nues-
tra posición acerca de los distintos pro-
blemas que se plantean en el centro, lo
que pensamos, y a través del Consejo
conseguimos unirnos y así poder cono-
Si no ponemos todos un poquito de
nuestra parte y no nos preocupamos del futuro de
la educación pública, no habrá nada por lo
que luchar.
cer las distintas opiniones y las decisio-
nes que se toman para mejorar la rela-
ción entre ellos y nosotros.
Siempre me ha gustado estar infor-
mado de qué sucede a mi alrededor y,
si puedo colaborar, colaboro. Por eso
decidí meterme en el Consejo, para co-
Jóven
es de
Soto
laborar en lo que pueda, porque este
tipo de cosas son como un imán para
mí. Me encantan. Se me presentó la
oportunidad y me lancé, y aquí estoy,
pasando tardes en el instituto junto a
los profes y metido en todos los bollos,
que es lo que más me gusta... ¡ja, ja, ja!
En general, la gente suele tener cosas
mejores que hacer que estar pendiente
de nuestras noticias pero, aunque no
miren los carteles de las reuniones,
unos cuantos suelen responder bien
cuando se les necesita.
Y participan. En mi opinión, lo hacen
porque no es solo ir a reuniones y ya
está, sino que hay que estar informado mi pasión junto con la fotografía, a la
de lo que sucede, cuál es la opinión de que también le dedicaré tiempo. Ade-
la mayoría de alumnos, qué ideas po- más, supongo que andaré metido en to-
demos aportar como sus representan- dos los líos que haya, como debe ser.
tes, al fin y al cabo, es una responsabi-
lidad que con mucho gusto aceptamos La figura de representante de los alum-
y nos sentimos orgullosos por ello. nos en el Consejo Escolar seguirá exis-
tiendo porque es algo obligatorio y es
La verdad es que me gustaría mucho un derecho que tenemos los alumnos,
continuar en este tipo de formaciones lo que dudo es que, si las cosas siguen
en el futuro porque siempre me ha gus- así, sirva para algo ya que últimamente
tado la actividad y siento una terrible ni los profesores, ni los alumnos, ni na-
die que esté relacionado con la ense-
ñanza pública se sienten muy estimu-
lados... Pero si no ponemos todos un
poquito de nuestra parte, si no nos ol-
vidamos de ideas políticas y demás es-
tupideces y realmente nos preocupa-
mos de lo importante que es el futuro
de nuestro país y desde luego de la
tentación de formar parte de todas esas educación pública, una educación a la
cosas; además, los que me conocen sue- que todo el mundo pueda acceder, no
len darme un empujoncito para que habrá nada por lo que luchar ni qué re-
siga y no me pierda una. presentar, ya que dará igual nuestra
opinión, como ocurre actualmente.
Cuando abandone el instituto me es-
pera la Universidad, más concreta- Álvaro
mente la facultad de Biología, la cual es
3
Capítulo II
¿Por qué el día no tendrá treinta horas?
¡B
uenos días, semana! Hoy
es lunes, me levanto a las
siete de la mañana, me
pongo música bailable y me pre-
paro para un día lleno de clases y
reuniones. Primero, la clase de Pe-
nal, que empieza muy entretenida,
pero el cansancio empieza a hacer
mella cuando ya llevo una hora de
clase y no sé cómo sentarme en la
silla de madera más incómoda que
he probado nunca. Me consuelo
pensando en el almuerzo que llevo
en la mochila, y que pienso co-
merme en cuanto terminemos. La
siguiente clase se pasa rápido,
luego un examen y a la una de la
tarde ya soy libre.
En cuanto salgo, voy corriendo al
local que comparte Amnistía Inter-
nacional con otras asociaciones de
la universidad. ¡Menos mal que está
en mi misma facultad! Allí ya me
está esperando una compañera de
mi asociación junto a compañeros
de otras dos asociaciones. Nos pasa-
mos más de dos horas intentando
organizar un acto sobre los centros
Asamblea del movimiento 15M en Madrid.
4
de reclusión (cárceles, centros de
menores y centros de internamiento
de extranjeros). Al final, consegui-
mos repartirnos tareas pero esto no
acaba aquí, la semana que viene nos
volveremos a ver para cerrar el acto.
Cuando salgo del local, recuerdo
que a las dos empezaba la asamblea
Cuando liberan a un preso de conciencia, bajan el
precio del máster de abogacía o una persona te da
las gracias por apoyarla, te das cuenta de que todo
lo que haces sirve para algo y merece la pena.
de mi facultad, voy a ver si tengo
suerte y siguen reunidos. Sí, ahí es-
tán. Y por lo que veo, he llegado en
el mejor momento: la semana que
viene tenemos un debate con el de-
cano sobre el nuevo máster de abo-
gacía y tenemos que llevarnos la ley
y el reglamento muy bien estudia-
dos para que no nos cuelen un más-
ter elitista y sobrevalorado. Como
bien dice la siguiente intervención
que oigo: “¡Y si nos lo intentan co-
lar, nos encerramos!”.
Pasan las horas mientras debatimos
sobre cómo vamos a hacerlo, las fuer-
zas que tenemos, quién se ocupa de
cada cosa y, cuando me quiero dar
cuenta, ¡ya son las cinco! Cierro el tup-
per de la comida y salgo corriendo,
tengo que estar a las cinco y media en
el Secretariado Estatal de Amnistía In-
ternacional. Voy en el tren leyendo al-
gunos apuntes de las clases de hoy, de
paso llamo a mis compañeros del
grupo de Amnistía de la universidad
y confirmo que está todo preparado
para la recogida de firmas de mañana.
Llego al Secretariado, la reunión ya
ha empezado pero por suerte no les
molesta que siempre llegue un poco
justa. Preparamos un vídeo para
animar a la gente a que se haga ac-
tivista de la organización, hay miles
de ideas y algunas buenísimas. Pro-
ponen hacer un lipdub–, ahora solo
queda llamar a los grupos de jóve-
nes y pedirles que se unan a nuestra
iniciativa. Es muy emocionante.
Con calma, me voy andando a la calle
Arenal, tengo la asamblea de la comi-
sión legal del 15M, hemos quedado a
las ocho, pero la gente tarda un poco
en llegar. La asamblea transcurre ha-
blando de las cargas policiales del pa-
sado jueves, los problemas del Hotel
Madrid, el grupo de trabajo de perso-
nas agredidas y demás.
El cansancio de todo el día se empieza nada con las prio-
a notar en mi cara. Al acabar la asam- ridades que a la
blea, ni siquiera el ofrecimiento de universidad le
que me apunte a tomar unas cañas gustaría que yo
consigue evitar que me meta en el me- tuviese. Estudiar
tro de camino a casa. Al llegar, en- es importante, no
ciendo el ordenador, engullo un poco lo pongo en duda,
de embutido y un par de piezas de pero de qué te
fruta y empiezo a mirar correos elec- sirve si eso es lo
trónicos de urgente respuesta. Al rato, único que sabes
me tumbo en la cama. hacer. Cuando ya
es tarde y, por la
Una vez en la cama, mi mente em- noche, me tumbo
pieza a pensar en que mañana tengo en la cama y
clase, una recogida de firmas por la pienso en todas
tarde, un trabajo, dos reuniones para las cosas que he
el miércoles y dos exámenes el vier- hecho, siempre sonrío. Me da igual que un preso de conciencia por el que
nes. Pero no me estreso, solo pienso: la universidad quiera que yo estudie has estado recogiendo firmas, bajan
“¿Por qué el día no tendrá treinta ho- más. Ese no es mi estilo, prefiero luchar el precio del máster de abogacía o
ras? ¿Qué hacía con todo este tiempo por lo que creo y pensar que mi obli- una persona detenida te dice un
que ahora dedico a reuniones cuando gación como ciudadana es hacer que el simple gracias por apoyarla, te das
no estaba metida en nada?”. mundo mejore. cuenta de que todo lo que haces
sirve para algo y merece la pena.
Claramente, mi día a día se basa en A veces parece que no puedes con-
unas prioridades que no coinciden en seguir nada, pero cuando liberan a Sol

5
Capítulo III
Cambios

¿Q uién no ha soñado al-

guna vez cómo sería
su vida al terminar el
instituto? Yo solía soñar con
estudiar Medicina en la Autónoma,
quedarme por las tardes tumbada en
el césped, salir con los amigos de
siempre… pero la verdad es que no
fue eso lo que pasó.
No empecé Medi-
cina sino CCAFYD
(INEF) y Fisiotera-
pia, un doble
grado que no se
impartía en la Au-
tónoma. Los dos
primeros años viví
en casa de mi
abuela durante la
semana, ya que
tardaba un mon-
tón desde Soto a la
universidad, que
estaba al otro lado
de Madrid. Era un
poco lioso estar
todo el día con la
maleta a cuestas pero era mejor que
hacer cuatro horas de trayecto diarias.
Durante el primer año de universidad
pasaron muchas cosas: hice nuevos
amigos, me saqué el carné de condu-
cir, me apunté al equipo de voleibol
de la uni y los fines de semana iba de
voluntaria a partidos de rugby, carre-
ras de cross y campeonatos de judo
con el equipo de fisioterapia.
Ese verano, en vez de pasarlo en Soto
con mi familia, me fui a la India dos
meses de voluntariado. Fue una expe-
riencia increíble. Desde el primer mo-
mento tuve que valerme por mí misma:
iba yo sola desde España, el vuelo se re-
trasó, me perdieron la maleta y durante
una semana estuve sin equipaje.
Ese verano fuera de casa, convi-
viendo con gente de otros países,
ayudando y compartiendo el día a
día con niños que, a pesar de no tener
nada, siempre eran felices y hacían lo
imposible por superar todos los pro-
blemas que les rodeaban, me hizo
darme cuenta de muchas cosas.
Aprendí a valorar todo lo que me ro-
deaba por insignificante que fuese.
Después de ese verano aventurero, el
segundo curso pasó muy rápido. Se-
guía viviendo en Madrid, abandoné el
equipo de voleibol pero continué con
las prácticas de fisioterapia los fines
de semana. Además, dio la casualidad
de que ese curso coincidieron dos
eventos importantes en la universi-
dad: los campeonatos universitarios
de Madrid y de España. Ayudando en
su organización, y formando parte del
equipo de fisioterapia, empecé a
darme cuenta de que todo lo que ha-
bía aprendido servía para algo.
A finales de junio, y con vistas a tra-
bajar en verano, mandé mi curricu-
lum a Decathlon. Después de varias
entrevistas, empecé a trabajar en la
sección de deslizamiento. Los prime-
ros días fueron estresantes ya que to-
davía no había acabado el curso, era
época de exámenes y trabajaba casi to-
das las tardes y los fines de semana,
pero luego la situación se tranquilizó:
el curso académico terminó y el ve-
rano transcurrió tranquilamente.
A finales de agosto me renovaron el
contrato y con la llegada del invierno
pasé de vender ta-
blas de surf y biki-
nis a vender tablas
de snow y chaque-
tas de esquí.
Desde entonces
compagino los estu-
dios, el trabajo y la
convivencia en “un
piso de estudian-
tes”. Después de
muchos quebrade-
ros de cabeza, Sol,
mi hermano Javi y
yo estamos viviendo
en Madrid, compar-
tiendo piso, pa-
gando el alquiler, poniendo lavado-
ras, yendo a comprar, fregando el
suelo, limpiando el polvo y disfru-
tando de las cenas “en familia”. Al vi-
vir solos estamos aprendiendo a va-
lernos por nosotros mismos, a asumir
responsabilidades y ver lo difícil que
es, a veces, conseguir tiempo para dis-
frutar de la dura vida universitaria,
salir con los amigos y divertirse.
No puedo contaros aún el final de
esta historia, ya que esto es solo el
principio y todavía me quedan mu-
chos años de carrera por delante para
aprender millones de cosas y vivir
nuevas experiencias.
Miriam

6
Capítulo IV
De lo que le sucedió a nuestro caballero cuando salió del Instituto

R
ecuerdo que una vez, de pe-
queño, me estaba quejando por
tener que hacer deberes y al-
guien me dijo: “Pues si esto te cuesta,
vas a morir cuando vayas a la univer-
sidad”.
Bueno, aquí estoy, no me ha pasado
nada. No fui a la universidad.
Decidí no volver a ver un libro ni a hin-
car los codos nunca más, así que pensé,
qué puedo hacer que no haga falta
nada de eso y que a ser posible sea fácil,
se trabaje poco y esté bien remunerado.
Así fue como decidí ser actor.
Entré a una escuela privada de arte dra-
mático y qué grata sorpresa cuando
descubrí que no había ni exámenes, ni
notas, ni evaluaciones, ni suspensos, ni
septiembres...
—Qué maravilla. No hay comparación
entre esto y Bachillerato.
Pero, poco a poco, me fui dando cuenta
de que eso no era tan bueno como pa-
recía, resulta que no era tan maravi-
lloso eso de que nadie te controlara, na-
die te pusiera obligaciones, eso de tener
solo tres horas de clase al día y toda la
tarde y la noche libres para hacer lo que
quisieras, y disfrutar de la vida y pa-
sarlo en grande y... bueno... sí, es mara-
villoso, a quién voy a
engañar. Pero también
tiene su parte mala y
es que realmente les
importa bien poco tu
aprendizaje (¿Dónde
están esos profesores
que se preocupaban
por tu cultura? En las
huelgas: siguen lu-
chando), al fin y al
cabo ellos te perderán
de vista al final del
año y allá tú con tu ca-
rrera profesional. De
repente cobró sentido
aquella famosa frase
de: “Lo importante no
es estudiar para apro-
bar sino para apren-
der”. Y aquí estoy
buscando cursos de
baile, de canto, de do-
blaje... para completar
mis estudios en la escuela. Y yo que me vueltas a cosas sin sentido y tomando
metí en esto para no estudiar. decisiones y actitudes cada vez más ri-
dículas y estúpidas que te van des-
Pues sí, de repente no tienes esos exáme- viando del camino supuestamente ade-
nes ni esos objetivos trimestrales y no cuado. Ese camino que tan bien
tienes nada que realmente te obligue a marcado estaba hace unos años y que
esforzarte por aprender el oficio que has ahora se va difuminando a medida que
elegido hacer en la vida. Así que si te te quitas los ruedines y caen las barreras
descuidas (y yo me descuidé) te puedes que tan claramente lo delimitaban.
encontrar a las 4 de la mañana tumbado
en el suelo de tu habitación dándole Dani

7
Capítulo V
Un año en EE. UU.
E
l viaje de avión Madrid-Chi-
cago-Lacrosse (Wisconsin)
fue uno de los dos peores
días de todo el año. Empezando so-
bre todo porque acababa de tener
que decir adiós a toda mi familia y
amigos, a los cuales no iba a ver en
un año, y me dirigía a un país total-
mente diferente del mío, en el que
nunca había estado, con una familia
a la que nunca había conocido. Así
que, en mi viaje de casi 12 horas no
fui capaz de dormir ni un solo mi-
nuto debido a los miedos y a los ner-
vios. Pero pude respirar tranquila en
el momento en que vi a la familia
que iba a acogerme en su casa du-
rante un año esperándome en el ae-
ropuerto. Estaban los tres (los dos
padres y la hija, un año mayor que
yo) sonriéndome contentísimos de
tenerme ya por fin entre su familia,
y supe en ese momento que iba a ser
un buen año y que no hubiese po-
dido pedir una familia mejor.
Creo que lo primero que me llamó
la atención fue lo amable que era
todo el mundo conmigo, empe-
Yanilda con su grupo de baile
8
zando por mi familia, y
también todos los amigos
de mi nueva hermana, que
se encargó de presentarme
a todos sus conocidos desde la pri-
mera semana.
No solo la familia se preocupaba de
preguntarme continuamente si es-
taba bien o si necesitaba algo, y ha-
cía grandes esfuerzos para comuni-
carse conmigo (desde las primeras
palabras me di cuenta de que el in-
glés americano era mucho más difí-
cil de entender de lo que pensaba),
sino que también se preocuparon de
enseñarme todos los alrededores y
explicarme cada una de las cosas
que tenía que saber sobre la vida co-
tidiana americana.
Por lo tanto, las dos primeras sema-
nas fueron muy completas y nos de-
dicamos a conocer todos los alrede-
dores, a organizar todo mi nuevo
cuarto, a visitar mi nuevo instituto...
todo me parecía increíble y maravi-
lloso, ¡estaba viviendo por fin en
EE. UU.!
Los peores meses vinieron después.
Mi primer día de colegio fue otro de
los días más difíciles del año. El ins-
tituto era mucho más grande y dife-
rente de lo que imaginaba, y el he-
cho de que en cada clase teníamos
que cambiar de aula y de compañe-
ros hizo que la primera semana no
fuese capaz de llegar puntual a nin-
guna de mis clases y que no hablase
con casi ninguno de mis compañe-
ros (por timidez y miedo a mi
acento inglés). Además, en ninguna
de las clases era capaz de entender
lo que el profesor decía.
Pero todo empezó a mejorar a una
velocidad sorprendente; los profe-
sores enseguida se dieron cuenta de
que era una estudiante extranjera y
empezaron a ayudarme a entender
mejor las clases. Los alumnos tam-
poco tardaron en darse cuenta y me
pareció sorprendente el interés que
mostraban todos por saber cosas so-
bre mi país y cultura y cómo el nú-
mero de personas que conocía em-
pezó a multiplicarse durante el
segundo mes.
No tardé tampoco mucho en apren-
derme todas las clases de cada día,
dónde se situaban, y después de
qué clases tenía tiempo de ir a mi ta-
quilla para dejar los libros y coger
otros. Pequeños trucos como no ir a
la taquilla antes del almuerzo para
no tener que hacer una cola de me-
dia hora o dejar la taquilla abierta
para no perder tiempo llegaron más
tarde...
Y llegó el día en el que por fin me le-
vanté con ganas de ir al instituto
para ver a todos los amigos que ya
 Si la ida fue uno de los dos días más difíciles
de mi estancia, sin duda el día de mi vuelta fue
el segundo.

había hecho (¡había gente que in- que se convirtió en una de

cluso me contaba que en unas pocas mis mejores amigas y con la
semanas había hecho más amigos que aún mantengo mucho
que ellos en varios años!) e incluso contacto).
para ir a mis clases favoritas, ya que
las clases allí eran mucho más entre- Pensé que la navidad me
tenidas y divertidas que en España resultaría difícil sin mi
(por ejemplo, la clase de educación familia de España, pero
física era dar paseos en canoa, bici, Chloe (mi hermana de
e incluso esquí en invierno y la clase EE. UU.) y yo viaja-
de español era grabar por grupos un mos al sur del país
videoclip de una canción española). para visitar a su pa-
dre biológico y sus
Los peores momentos y en los que dos hermanos pe-
más echaba de menos España era queños, e hicimos
cuando estaba sola en casa, por lo tantas activida-
que procuraba mantenerme lo más des que resulta-
ocupada posible, y una de las cosas ron ser unas na-
que me ayudó a estarlo fueron las vidades
clases de baile. Había hecho ya baile increíbles y fue
en España durante años y quería después de na-
continuar, por lo que me apunté al vidad, a partir
club de baile del instituto e hice del cuarto mes, cuando con-
grandes amigas (entre ellas otra es- sidero que empecé a disfrutar de
tudiante extranjera de Alemania, verdad del país en el que estaba. Yanilda y Chloe en la graduación.

9
 Arriba: Nuestra protagonista asiste a un baile “de película”.
Derecha: En clase de español.
Los últimos seis meses pasaron in-
creíblemente rápido y se me hicie-
ron incluso más cortos que los tres
primeros. Estaba completamente
adaptada a la manera de vivir ame-
ricana (¡incluso a cenar a las 5:30 de
la tarde y a despertarme a las 8:00
un domingo!), dominaba ya com-
pletamente el idioma, conocía a más
gente que incluso en España antes
de irme y no parábamos de hacer
actividades de todo tipo. Tuvimos
un metro y medio de nieve durante
todo el invierno, pero no impidió
que cada fin de semana tuviésemos
algo nuevo que hacer (ir a patinar
sobre hielo, esquiar, ir a restauran-
tes y al cine…). Pasé incluso por la
experiencia de tener el baile de ins-
tituto americano que había visto
10
tantas veces en las películas y que
nunca imaginé que se pareciese
tanto a la realidad hasta vivirlo (era
el tema principal de conversación
durante meses, había que ir en pa-
reja, se llevaba vestido de prin-
cesa…) e incluso una graduación en
la que todos llevábamos nuestro
sombrero y capa americanos y en la
que recogimos, uno por uno, nues-
tro diploma.
Si la ida fue uno de los dos días más
difíciles de mi estancia, sin duda el
día de mi vuelta fue el segundo. Las
lágrimas fueron aún más abundan-
tes porque en el fondo sabía que
aunque volviese algún día, no vol-
vería a ver a muchas de las personas
de las que tuve que despedirme.
Me llevo un recuerdo indescriptible
del país y de las personas que conocí,
y sé que toda mi estancia, tanto sus
malos momentos y sus tantísimos in-
olvidables momentos buenos, cam-
biaron mi forma de ser y de ver las
cosas por completo. Ahora que ya es-
toy aquí de nuevo, espero poder vol-
ver lo antes posible para visitarlos y,
mientras tanto, intento animar al
mayor número de gente posible para
que vivan una experiencia como la
que yo he vivido.
Yanilda
“Rendirme no entra nunca en mis planes”
Entrevista con Ricardo Gómez

R
icardo Gómez poco a poco va tomando forma
como actor. La columna vertebral de sus trabajos
hasta el momento es “Cuéntame” y aún siendo un
buen trabajo, en ocasiones eclipsa otros paralelos como
“Cosas de críos” que merecen la pena. No cabe duda de
que es un chaval avispado y está aprovechando la oportu-
nidad de aprender cada día de grandes profesionales que
le rodean desde hace años en la serie no solo delante de las
cámaras sino también detrás. Después, cuando los focos se
apagan, y el director dice que por hoy está bien, Ricardo,
“Riki”, como le llaman sus amigos, vuelve a su vida, sus
estudios, su equipo de fútbol, su familia. Es un chaval nor-
mal, aunque pueda parecer lo contrario, sencillo, y es esta
sencillez la que le hace tener los pies en la tierra y vislum-
brar muy claro lo que quiere ser como actor. Conoce el
teatro desde muy pequeño, prácticamente ha dado sus pri-
meros pasos en él, sin embargo reconoce que lo suyo es
pura evolución y aún no ha llegado donde quiere llegar.

La Gaceta de Chozas. ¿De dónde te pales trabajos hasta el momento. Di-

viene esta pasión por la interpreta-
ción? ¿Hay alguien en tu familia que
se dedique a ello o eres el primero de
una saga…?
Ricardo Gómez. Se podría decir que
soy el primero de una saga aunque mi
madre ha trabajado toda su vida en
teatro, sobre todo ha trabajado como
bailarina.
GC. Empezaste a trabajar como actor
muy joven, desde los 7 años, y no has
parado. ¿Quién te animó a seguir por
este camino?
RG. Toda mi familia, amigos y yo a
mí mismo, siempre he sabido lo que
quería.
GC. Durante todos estos años los es-
pectadores de Cuéntame cómo pasó
hemos podido ver tu evolución como
actor en esta serie, uno de tus princi-
ces en muchas entrevistas que eres
“un proyecto de actor”, ¿qué te falta
para ser un actor? ¿Sientes que tienes
que demostrar el doble por haber em-
pezado tan joven?
RG. Es verdad que el hecho de empe-
zar más joven te pone las cosas un
poco más difíciles, pero por otro lado
todo es una continua evolución. Creo
que estoy aún bastante lejos de la de-
finición pura de actor, todo a su
tiempo.
GC. ¿Has tenido alguna vez un mo-
mento de derrota durante estos años para denominar a los jóvenes de tu
y has dicho “lo dejo todo, no quiero generación y de algunas anteriores.
seguir más…”? “Ninis” es quizá el término más cono-
cido por todos; pero tú eres un ejem-
RG. No, rendirme no entra en mis plo de cómo los jóvenes sí tienen as-
planes nunca. piraciones y se labran un futuro.
¿Crees que son justos todos los juicios
GC. Ricardo, últimamente han sur- u opiniones que se vierten sobre los
gido acepciones muy peyorativas jóvenes de hoy en día?

11
 “No me importan los premios. Como a todo el mundo
me pueden hacer más o menos ilusión pero me dan igual.
Si no me premiasen nunca más, me daría igual.”
RG. Creo que es muy difícil hacer una
norma general. Hay mucha gente jo-
ven, de mi edad, que yo al menos les
noto que no saben lo que quieren y
que no hacen nada con gusto, como si
estuvieran aquí porque tiene que ha-
ber de todo; sin embargo, conozco
también a mucha gente, amigos míos,
gente también joven que saben lo que
quieren y se esfuerzan por ello. Como
siempre, hay de todo.
GC. Estudias bachillerato y pronto
tendrás que decidir si haces selectivi-
dad y optas a cursar estudios univer-
sitarios o por el contrario te dedicas
de lleno a tu profesión de actor. Leí no
hace mucho que te gustaría estudiar
cine, pero que en España no hay una
formación muy estructurada, ¿qué tie-
nes pensado hacer?
RG. Ahora no sabría contestarte. Es-
toy barajando un millón de opciones
y no tengo claro nada. Ya se verá.
GC. Al hilo de esto último. Trabajas y
estudias, y a veces las dos cosas a la vez
pues cuentas con el apoyo de tu tutora,
Ana, quien te ayuda con los estudios
durante las grabaciones. Visto desde
fuera parece que los actores jóvenes
pierden calidad en los estudios, pero por
12
otro lado ganan una disciplina pues su
exigencia es mayor. ¿Cómo lo ves tú?
RG. Yo, hablando de mi caso en par-
ticular, siento que he madurado antes.
El hecho de estar con adultos todo el
día en los rodajes ha hecho que tenga,
posiblemente, otra visión de las cosas.
Respecto a los estudios, me considero
responsable y mis notas nunca han
bajado por culpa del trabajo, si han
bajado ha sido porque he vagueado
más de la cuenta.
GC. Con tu edad, el éxito de la serie, los
grandes actores que te rodean..., ¿has
tenido siempre los pies en la tierra?
RG. Casi siempre, y cuando no, ya es-
taba ahí mi gente para bajármelos.
GC. Sabemos que te gusta el ping-
pong, pero tu pasión es el fútbol. ¿Si-
gues jugando en el Villalba de delan-
tero? ¿Cómo va la liga?
RG. Sí, sigo jugando. Este año la cosa
está difícil, hemos perdido bastantes
partidos al inicio de la liga pero ¡estoy
seguro de que remontaremos!
GC. Hay una declaración tuya que he
visto en varias entrevistas y que me
parece toda una declaración de inten-
ciones: “Espero no ser padre en
`Cuéntame´”
RG. Hombre, eso supondría trabajar
en “Cuéntame” por los siglos de los
siglos y tampoco es eso...
GC. ¿Qué ha supuesto y supone Ali-
cia Hermida en tu formación? Sigues
trabajando la locución, el tono, cómo
cerrar las frases, la intención…, algo
fundamental para cualquier actor y
sobre todo para un actor que quiere
ser “polifacético” como has comen-
tado en alguna ocasión.
RG. Alicia me ha ayudado mucho a ha-
cer la evolución de niño a adolescente
y de adolescente a adulto. Estoy muy
agradecido, y sí, por supuesto que sigo
trabajando todos esos aspectos.
GC. Ricardo, de sobra son conocidos
por el gran público tus trabajos, los has
mencionado en muchísimas entrevistas
que has concedido en los últimos tiem-
pos; pero hay uno de ellos, un corto lla-
mado Cosas de críos, en el que todos
coinciden en llamarte Ricardo Gómez
y dejar de llamarte “Carlitos”, cosa que,
por cierto, sabemos que no te gusta
nada. Recomendamos a los lectores,
 Izquierda: Ricardo interpretando a Carlitos en la serie
televisiva Cuéntame cómo pasó, en dos escenas
separadas casi 10 años en el tiempo.

Bajo estas líneas: En el papel del joven judío Momó

en la obra teatral El Señor Ibrahim y las flores del Corán.

para experimentar la catarsis que men-
cionábamos, que vean este corto. Este
trabajo versa sobre la violencia juvenil.
¿Hasta dónde se aproxima el personaje
que interpretaste a la realidad de los jó-
venes españoles?
RG. Tristemente se aproxima mucho a
un sector de la juventud, tanto espa-
ñola como internacional. Claro está que
no todos los jóvenes son o somos así.
GC. ¿Con qué sueña Ricardo Gómez?
RG. Depende del día... [risas]. En rea-
lidad no tengo ningún sueño más que
continuar con mi vida tal y como está.
GC. Nos ha sorprendido que has sido
premiado dos veces ya en Estados Uni-
dos y que has viajado a Nueva York
para recoger el premio otorgado por la
Unión de Actores Latinos. Sin em-
bargo, aquí en casa te ha llegado algún
premio que te sorprendió, como hace
un año o dos el de “Actor revelación”
por la discoteca Capital (llega un poco
tarde, por cierto). Muchos actores dicen
que ser profeta en su tierra cuesta más
pero se agradece el doble. ¿Crees que
no se ha reconocido lo que has hecho
hasta ahora, o consideras que todo a su
debido tiempo?
RG. No me importan los premios.
Como a todo el mundo me pueden
hacer más o menos ilusión pero me
dan igual. Si no me premiasen nunca
más, me daría igual.
GC. Por cierto, con estos dos premios
en Estados Unidos en los comienzos
de tu carrera, ¿te planteas el salto a
Hollywood? ¿Te gustaría?
RG. A todo el mundo le gustaría.
Quien dice que no, está autoengañán-
dose, pero bueno, eso es como estar
jugando en la cantera y aspirar al pri-
mer equipo, poco a poco, día a día…
GC. ¿Qué sientes cuando personas ya
cercanas a la cincuentena te dicen por
la calle: “yo era como tú”, teniendo en
cuenta el contexto histórico en el que
te sitúan?
RG. Poco siento ya, me lo dicen con-
tinuamente, pero a veces me paro a
pensarlo y me hace gracia [risas].
♦ ♦ ♦
Este joven actor es consciente de las
contradicciones que puede suponer
haber empezado tan pronto en la pro-
fesión y con un papel tan mediático;
pero si algo destaca de su personali-
dad, a mi juicio, es la tenacidad. No
está perdiendo el tiempo, y sabe que
no lo tiene todo hecho, por eso no deja
de formarse, algo fundamental.
Además, encara bien las críticas pues,
por ejemplo, él mismo confiesa que
en ocasiones entra en los foros para
saber qué se cuece, qué opinan de su
trabajo y “no siempre es bueno lo que
leo”, admite. Con todo, no debemos
perder de vista la carrera de este jo-
ven actor; sus trabajos teatrales hasta
el momento son de buena calidad: El
Señor Ibrahim y las flores del Corán, con
Juan Margallo, o Siglo XX que estás en
los cielos, junto a Roberto Enríquez,
Silvia Abascal y Blanca Portillo en la
dirección.
Sin duda, si Ricardo finalmente hace
selectividad, rezaremos porque en el
examen de Historia le caiga algo de
Historia de España Contemporánea,
porque estamos seguros de que lo
borda, pues tiene la suerte de vivir
una “intrahistoria” al más puro estilo
de Unamuno…
José Bernardo Luna Recuero

13
Rutas de campo
El río Lozoya y el Pontón de la Oliva

R
ecorreremos este río encajonado entre cortados
calizos por boscosa galería de fresnos y alisos,
terminando en un viejo pontón pétreo con el
que se intentó contener sus aguas hace más de siglo y
medio.
la derruida ermita de la Virgen de
la Oliva, de estilo románico-mudéjar (s. XII y
XIII), que conserva el ábside, una admirable bóveda de
ladrillo y un primer tramo de la nave construida en pie-
dra caliza.

Su dificultad es baja, con desniveles del orden de 150 Subiremos por una antigua pista que serpentea cerca
metros, en una longitud total de unos siete kilómetros. de la carretera, sobrepasándola hacia el Cerro de La
Dado su trazado circular la podemos realizar en cual- Oliva pero sin llegar nunca a su cumbre. Pasaremos la
quier sentido, pero en esta ocasión la describimos de entrada de la Cueva del Reguerillo, complejo de más de
oeste a este, primero ascendiendo por la ladera del Ce- ocho kilómetros de galerías. En el exterior, en la parte
rro de la Oliva y luego descendiendo por el cañón del alta, se ubica el Castro de la Oliva: asentamiento en ori-
río Lozoya, caminando por su margen derecha. gen de la Edad del Bronce (s. II a. C.) con usos en la
época romana y hasta el Medievo.
En este tramo de la ruta observaremos la vegetación de
ribera, dispuesta en las márgenes del cauce, en ocasiones Este será el punto más alto de la ruta, dejamos la cueva
formando frondosos corredores en función de sus nece- a la derecha, en el cantil, y bajamos por la pista hasta
sidades de agua y su la carretera. Allí,
resistencia a las ria- en un cruce, toma-
das. Hoy en día estas remos la que baja a
crecidas son menores la derecha en sen-
y muy reguladas por tido norte-noreste
el Embalse de El Ata- hacia el río y sus
zar, el mayor de Ma- cortados.
drid, que a veces no
deja correr por esta Por esa tortuosa
vertiente ni el obli- pista descendemos
gado caudal ecoló- a los sinuosos me-
gico. Cerca del Pontón andros del río, ha-
de la Oliva el suelo es llándose aguas
calizo y la vegetación arriba uno de ellos
cambia en las laderas, abandonado por
con quejigos (Quercus las aguas, curiosa
faginea) acompaña- formación, capri-
La dificultad de esta ruta es baja, con desniveles del orden de 150 metros y una
dos de olmos (Ulmus longitud total de unos siete kilómetros. cho hidrológico,
campestris), higueras habitual de los des-
(Ficus carica) y la colorista cornicabra (Pistacia terebin- filaderos calizos. Dejamos a la derecha una ruinosa casa
thus). de guardas y entramos en el cauce sorteando unos cer-
cados ganaderos. Río arriba llegaríamos a la presa de
Iniciamos la ruta en el antiguo poblado de la Presa, hoy La Parra y al pie del muro de bóveda del embalse de El
en ruinas, en el primer tramo de la carretera M-134, Atazar, puntos de interés, pero tendríamos que volver
donde habitaron los penados que construyeron estas a este lugar para volver al punto de partida.
obras del primer abastecimiento de agua corriente a la
ciudad de Madrid. Son edificaciones asociadas a la Nuestra senda discurre río abajo por la orilla derecha
construcción de la presa como las casernas de los pre- entre la umbrosa vegetación del bosque ripario y las es-
sidiarios, establos, depósitos, casa cuartel, hospital, ta- carpadas paredes del acantilado. Si nos fijamos, vere-
lleres, almacenes, molino de cal, horno de ladrillos, etc. mos con sorpresa que por su interior discurre un canal,
Tomaremos el camino ascendente que se inicia junto a ahora entubado por minas y galerías excavadas en la

14
 Estos barrancos son lugares de escalada, con más de 500 vías
abiertas en las paredes calizas del desfiladero excavado hace
milenios por el agua, que alcanzan alturas verticales de 40 m.

roca, que a tramos aflora a la superficie. Retorcidos

fresnos centenarios y altivos alisos flanquean el angosto
sendero, ora se estrecha en desfiladero, ora se abre en
fresnedas, hasta que avistamos el muro de la presa. Un
erosionado derrumbe de rocas en la margen izquierda
nos indica que llegamos al último tramo de la ruta.

El camino se va haciendo cada vez más marcado y llega

a estar enlosado y con barandillas en los trechos finales
que se cuelgan de los acantilados. Estos tramos costa-
ron en su día mucho esfuerzo y varias vidas de los for-
zados obreros, constatadas con varias cruces grabadas
en la roca, que se colgaban de unas gruesas argollas de
hierro, todavía existentes, para efectuar la obra.

Estos barrancos también son lugares de escalada, con

más de 500 vías abiertas en las paredes calizas del des-
filadero excavado hace milenios por el agua, que alcan-
zan alturas verticales de 40 m.

Finalizamos nuestro recorrido junto a la presa del Pon-

tón de la Oliva, que data de mediados del siglo XIX. La
zona la atraviesan el GR 88 y el GR 10, rutas senderistas
europeas de largo recorrido. Una vez superamos la res-
taurada presa, con sus esclusas y canales, sin bajar al
río tomaremos a la derecha una pequeña carretera de Impresionante vista del río desde lo alto de los desfiladeros.
tierra que con un suave repecho nos devuelve al viejo
poblado del punto de partida.
Paco Cantó Portillo

15
 Consejos para cuidar el planeta desde nuestro hogar
Maneras de contemplar nuestros residuos

¿Qué quiere decir aplicar la ley de las tres R? Utilizamos esta expresión cuando hablamos de:
REDUCIR-REUTILIZAR-RECICLAR.

 REDUCIR. Disminuir la cantidad de basura que generamos.

 REUTILIZAR. Volver a utilizar un producto ya desechado, para el mismo uso u otro diferente. En definitiva,
se trata de volver a dotarlo de utilidad.
 RECICLAR. Es un proceso en el que se recolectan materiales de desecho y se transforman en nuevos materiales,
iguales o similares, que pueden volver a ser utilizados como materias primas.

Voy a poner unos breves ejemplos de lo que esto quiere decir y a ofrecer unas pequeñas pautas que nos ayudarán
a mejorar nuestro entorno, contribuyendo además a luchar contra el cambio climático. Sí, como lo oyes, no solo
se puede luchar contra este grave problema que nos afecta a todos —queramos o no, seamos conscientes o no—
desde los gobiernos y las empresas. Los ciudadanos, con la mejora de nuestros hábitos de consumo y con nuestra
exigencia a los que tienen la capacidad de promover y poner en práctica políticas responsables con nuestro medio
ambiente, tenemos también la capacidad y la responsabilidad de actuar, orientando nuestro comportamiento
hacia la sostenibilidad.

CONSEJOS QUE SERÁN DE GRAN UTILIDAD:

• Compremos los productos al peso y a granel, es decir, evitemos todos aquellos productos que abusan del en-
vasado.
• Compremos envases grandes en lugar de pequeños y rellenemos los de uso habitual (ocuparán menos espacio
en nuestra casa y en nuestra naturaleza y, además, ahorraremos dinero). Por ejemplo, compremos el cacao en
envase familiar y, para comodidad de uso, utilicemos un recipiente pequeño que iremos rellenando cuando
sea necesario.
• Recuperemos, aquellos que dispongamos de jardín, una parte importante de los residuos que generamos tanto
con las labores de cuidado y mantenimiento del jardín como en nuestro consumo diario de frutas y verduras.
Si estos desechos los utilizamos para fabricar compostaje, estamos reduciendo considerablemente el volumen
de nuestros residuos orgánicos diarios.
• Cuando podamos, seguemos y recojamos las hojas caídas de nuestro jardín, las podemos utilizar para fabricar
abono (compost) para nuestro huerto o nuestras plantas.
• Cuando nos disponemos a consumir frutas y verduras, hay muchas partes que se desechan, aprovechémoslas
para elaborar ese compost tan valorado por nuestro jardín.
• Si separamos nuestros residuos: el papel y el cartón, los plásticos, los metales y el vidrio, no solo podemos con
ellos volver a fabricar productos en cuya composición estén estos materiales sino que, además, si utilizamos
nuestra imaginación y creatividad, les podemos dotar de otros usos que nos pueden ser de gran utilidad e, in-
cluso, enriquecer espacios y tiempos de ocio.
• Los tejidos, la ropa, los libros, los juguetes…, llega un momento en que, a nosotros, ya no nos resultan útiles
(hemos crecido, nos interesan otros temas…); pero ¿y a otros?
• Propiciar el intercambio o trueque y la donación de aquellos objetos que ya no utilizamos puede aportarnos
muchas ventajas: ahorro de dinero, ahorro de tiempo en desplazamientos para adquirir los objetos, satisfacción
porque otros usarán aquellos objetos que nos han proporcionado situaciones y momentos agradables. Además,
alargaremos la vida útil de los objetos, contribuiremos a reducir los residuos, nos relacionaremos con otras
personas, educaremos a nuestros hijos, y a nosotros mismos, en evitar el consumo innecesario, etc.

16
VIII Certamen de Narrativa
Asociación Cultural Chozas de la Sierra
Entrega de premios y velada literaria
E
l pasado sábado 19 de no-
viembre, tal y como estaba
previsto, un buen número de
socios y amigos nos reunimos en los
salones del Hotel Prado Real para
conocer por fin el fallo del jurado de
este ya veterano certamen literario
de nuestra Asociación, el octavo
nada menos, y de paso aprovechar
la excusa para tener una agradable
charla con la escritora de literatura
infantil (entre otras cosas) y gana-
dora del último premio Ala Delta
(2011) por su obra Diente de león,
Mónica Rodríguez. Como colofón,
nuestra querida banda puso una
vez más un fin musical a la velada.
Los relatos ganadores fueron:
Finalista. “La americana”
Primer Premio. “Al final del túnel”
La verdad es que siempre nos gus-
taría ver la sala más y más llena en
estas ocasiones, pero agradecemos a
todos aquellos que asistieron su ac-
tiva participación en el coloquio. Un
coloquio de lo más interesante que
versó en torno a temas tan comple-
jos y apasionantes como qué es la li-
teratura infantil o en qué se diferen-
cia (y en qué no, quizás más intere-
sante) de la literatura que llamamos
“para adultos”, cómo interesar hoy
en día a los niños por el mundo de
la lectura, la responsabilidad que to-
dos tenemos en esta labor, desde
padres a profesores y al propio sis-
tema educativo o la industria edito-
rial... tan compleja e importante pa-
recía la cuestión que Mónica nos
regaló su mejor opinión de experta:
la de hacerse preguntas, muchas
preguntas, para que juntos pudiése-
mos buscar esas respuestas a lo
largo de nuestra experiencia actual
y futura.
Y si bien quedaron muchas pregun-
tas sin respuesta, el programa de la
noche obligaba a detener la charla
para dar paso al momento culmi-
nante de la velada: los miembros
del jurado, integrado en esta oca-
sión por Jose María Jarillo —direc-
tor del Departamento de Lengua y
Literatura del IES Sierra de Guada-
rrama—, Juan Sobrino —director de
la biblioteca municipal de Soto del
Real—, y Raquel G. Rojas —coordi-
nadora del taller de escritura crea-
tiva y autoedición de la A. C. Cho-
zas de la Sierra—, dieron a conocer
el fallo de este VIII certamen de na-
rrativa, cuyo resultado fue el si-
guiente:
• Resultó FINALISTA el relato titu-
lado “La americana”, presentado
por María José Aguirre de Cárcer,
de Soto del Real, a quien nuestra in-
vitada Mónica Rodríguez obsequió
con un pequeño detalle en forma de
libro de relatos. El jurado destacó en
su intervención la brillante cons-
trucción de la acción narrativa,
cómo en pocas líneas describe un
escenario e introduce un elemento
extraño que apenas con su sola pre-
sencia es capaz de desencadenar el
conflicto modificando profunda-
mente a cada uno de los personajes
y, a la postre, la historia o el destino
de todo un pueblo.
• El ganador del PRIMER PREMIO
fue el relato titulado “Al final del
túnel”, cuyo autor se desveló al
abrir la plica correspondiente como
Alejandro García Sanz, de Tres Can-
17
 “Las palabras son como los dientes de león. Vuelan y, a veces,
sólo a veces, caen en los corazones y los siembran” (Mónica
Rodríguez, Diente de león).

La Chozas Band interpreta “All of me”

Los dos galardonados en el certamen. Sobre estas líneas, el

ganador del primer premio, Alejandro García Sanz, junto al actor
Saturnino García.

A la derecha, nuestra invitada Mónica Rodríguez entrega el

premio a la finalista, María José Aguirre de Cárcer.

tos, que recibió una colección com-
pleta de las obras de Antonio Ma-
chado de manos del veterano actor
Saturnino García, ganador de un
Goya y miembro del Patronato de
Honor de la Fundación Lumière,
institución que actualmente tiene su
sede en el Hotel Prado Real y que ha
patrocinado este galardón. El jurado
valoró muy especialmente la origi-
nalidad del texto y su sentido del
humor, así como el inteligente uso
de un lenguaje y un tono que carga-
dos de ironía transportan al lector
hasta el límite del absurdo en el dis-
curso de todo un antihéroe mo-
derno.
Desde aquí queremos aprovechar la
ocasión para hacerles llegar nuestra
más sincera enhorabuena a los dos
autores premiados.
La velada continuó con la actuación
musical a cargo de la Chozas Band,
que interpretó varias piezas con
mucho swing y desató los aplausos
del público.
La comisión de actividades litera-
rias de la A. C. Chozas de la Sierra
quiere agradecer una vez más la co-
laboración y el entusiasmo de todos
aquellos que han hecho posible este
certamen: el Hotel Prado Real, la
Fundación Lumière y las librerías
Érase y Copial, de Soto del Real. Y
por supuesto, a todos aquellos par-
ticipantes que se han animado a en-
viarnos sus trabajos y sin los cuales,
evidentemente, nada de esto sería
posible. Desde aquí prometemos
que ya estamos trabajando para po-
ner en marcha el certamen del año
próximo, que esperamos sea del in-
terés de todos y atraiga la participa-
ción de todo el talento literario de la
sierra de Madrid.
Comisión actividades literarias

18
Al final del túnel
Relato ganador del VIII Certamen de Narrativa
Chozas de la Sierra

B
uenas tardes, señoras y señores congresistas, la
conferencia magistral de clausura correrá a
cargo del profesor Mateos Martínez Mora, cate-
drático de Psicología del comportamiento en la Univer-
sidad de Toronto. Ha sido invitado a este congreso mé-
dico sobre enfermedades del aparato digestivo por su
doble condición de investigador prestigioso en el
campo de las diarreas y de estreñido declarado. Profe-
sor Martínez, es una suerte para nosotros tenerle aquí.
Cuando quiera.

Señoras, señores, doctor Barrigón, agradezco que usted

y el comité organizador hayan pensado en mí para
clausurar este congreso. Estoy convencido de que la
amistad que me une a alguno de los presentes ha tenido
más peso en la invitación que el conocimiento de mis
modestas investigaciones, todavía en fase embrionaria.

A lo largo de esta conferencia me propongo mostrarles

que la mente posee mayor influjo del que pudiera cre-
erse sobre las funciones fisiológicas ligadas a la defeca- presas de algodón al principio y rodeado de paquetes
ción. Quiero también hacerles partícipes de los resulta- de absorbentes de fibra cuando la tecnología y el poder
dos preliminares de mi investigación. adquisitivo de mis progenitores lo permitieron.

Estreñimiento, diarrea, diarrea, estreñimiento. ¿Para-
doja, contradicción, capricho de la fisiología? ¿Son las
dos caras de una misma moneda?
Empezaré por contarles cómo me convertí en el gran es-
treñido que he llegado a ser y cómo estoy dedicado en
cuerpo y alma a un trabajo que confío pueda aportar
las claves para solucionar un gran problema.
Desde mi nacimiento fui un niño suelto de vientre. Fui,
por qué no decirlo, perdónenme la palabra, un cagón
excepcional. En los albores del pañal de celulosa, mis
despeños inoportunos marcaron las relaciones de mis
padres con la familia, sus amigos y conocidos. Durante
muchos años se vieron obligados a limitar sus contactos
sociales hasta extremos preocupantes.
“Aguanta, Mateíto, aguanta”, fueron las tres palabras
que, pronunciadas por mi madre cientos, miles de ve-
ces, marcaron la infancia y la preadolescencia del estre-
ñido que les habla. Mis efluvios anales dieron más tra-
bajo a la lavadora que la ropa de toda la familia junta.
Crecí, siento pudor al contarlo, entre montones de com-
Especialistas cualificados y de renombre, como muchos
de ustedes, estudiaron mi caso y me sometieron a todo
tipo de análisis, radiografías y a un montón de pruebas
para diagnosticar la causa de mi indiscreto mal. Siem-
pre con el mismo resultado: “Señora, lo de su hijo es
funcional, está en su cabeza”, le decían a mi madre. La
diarrea, según los médicos, estaba en mi mente. Quizá
aquello definió mi vocación académica y mi futuro pro-
fesional. Esas tres palabras, “aguanta, Mateíto,
aguanta”, junto a la naturaleza inmaterial del padeci-
miento con que me etiquetaron los sabios, pudieron ser
el germen de mi predilección investigadora por el
mundo de las diarreas y, con posterioridad, del estre-
ñimiento, a cuyo estudio me entregué en cuerpo y alma
para tratar de entender sus causas.
Es momento ya de considerar un factor, a mi juicio básico,
para intentar comprender una dolencia que ha marcado mi
vida, la de muchos de los pacientes que ustedes tratan y
quizá la de alguno de ustedes. Me refiero a la lectura, com-
pañera fiel de millones de personas en los momentos ínti-
mos de la evacuación. Para este modesto científico ha cons-
tituido además un elemento nuclear de las investigaciones.

19
Años y años en el cuarto de baño, rodeado de tebeos y
cuentos al principio, de novelas de aventuras después
y de periódicos y revistas en los tiempos que precedie-
ron al sorprendente desarrollo de mi enfermedad ac-
tual: un estreñimiento invencible refractario a los cere-
ales, los laxantes, los enemas y a cualquier otro remedio
casero: kiwis, agua templada en ayunas, zumo de na-
ranja a media mañana, una cucharadita de aceite a me-
dia tarde. Periódicos, revistas, incluso los libros de psi-
cología, singulares testigos de mis pujos interiores en
las horas, días, meses y años en los que el intestino re-
clamaba mi presencia constante en el cuarto de baño.
Muchas veces me he preguntado cómo pude hacer una
carrera universitaria en esas condiciones. Creo que sus
características algo peculiares, propicias para el absen-
tismo, el hecho de estudiar muchas horas en el cuarto
de baño y la suerte de que, sentado en el aula, el colon
me respetara —nunca he sabido el porqué—, dieron
paso a trancas y barrancas al licenciado en psicología
en el que me convertí a los veinticuatro años. Pero dis-
culpen tanta digresión.
Voy al momento cumbre de esta penosa historia: un día
del mes de abril del año en que terminé mi carrera, lo
recuerdo con nitidez, fui a buscar el periódico para ir
al cuarto de baño a realizar mis necesidades y no lo en-
contré. Mi padre, mis hermanos, mi madre, no sé, de-
bieron de llevárselo. Quizá estaba en el otro servicio de
la casa. Ellos, aunque por motivos opuestos a los míos,
no eran capaces de cumplir con los rigores de la fisio-
logía intestinal si no iban armados de un periódico o
una revista. El caso es que, al no encontrarlos, acuciado
por la necesidad, no tuve más remedio que abordar el
primer despeño del día huérfano de lectura, confuso y
angustiado. Bajé mis pantalones y la ropa interior, me
senté en la taza desamparado y se obró el milagro —o
eso creí al principio. Nada de nada. Apreté y apreté,
pero no pude.
20
—Mamá, papá, no he podido hacer caca —dije a mis
padres al salir del cuarto de baño. Imaginen la escena,
con 24 años cumplidos.
—Hijo, no es posible —dijo mi madre.
—¿Estás seguro? —dijo mi padre.
—Completamente, y además se me han quitado las ga-
nas.
Observé sus caras, mitad perplejas, mitad ilusionadas.
Mateos, su Mateíto, tras casi cinco lustros de existencia,
no podía hacer de vientre.
Un día, dos, tres, cuatro. Nada. Mi felicidad era in-
mensa. Seis, siete, ocho días. Nada de nada. Quietud in-
testinal absoluta. Pero, ay, al amanecer del noveno día
mi vientre empezó a ponerse duro como una tabla, el
abdomen comenzó a hincharse y un dolor insoportable
de barriga se apoderó de mí. Como después supe, me
desmayé. Recuerdo que, en mi inconsciencia, vi una ca-
tarata que, de repente, caía sobre una llanura. El agua
empapaba la tierra quebrada por la sequía. Perdó-
nenme de nuevo, se me representaron unas heces cada
vez más blandas, en su punto justo para formar barro,
un barro moldeable. Y pude observar una gran tubería
que las recogía, las transportaba y las dejaba caer man-
samente al final de la llanura. Fue una breve excursión
por arroyos intestinales confluyentes y por diques le-
vantados al final del tubo digestivo. Cuando recuperé
la consciencia pude notar junto a mí la deposición más
grande que el mundo haya conocido. El poder de la
mente se había hecho realidad. De forma inmediata for-
mulé la Teoría General de la Diarrea Mental y comencé
la búsqueda febril de una solución para los grandes es-
treñidos. Dispongo ya del instrumento, la fuerza del
pensamiento. Ahora el problema, el reto, es conseguir
la herramienta que permita a cualquier ser humano con
dificultades evacuatorias obtener una representación
nítida de una catarata en un paraje desértico.
Con este objetivo y la colaboración del profesor Cillo y
otros miembros de mi cátedra, se está desarrollando un
experimento en cuyos resultados hay depositadas gran-
des esperanzas. Se han formado dos grupos de estu-
diantes voluntarios, uno de estreñidos y otro de diarrei-
cos de larga evolución. A los estreñidos les mostramos
un video —que ustedes pueden ver en la pantalla— con
una recreación de las imágenes que pasaron por mi ce-
rebro el día feliz en que me desmayé, como antes les he
comentado. Al grupo de los diarreicos —como también
podrán ver— se les ofrecen imágenes de concepción an-
tagónica: una tormenta de arena en un desierto que se
desplaza hasta un pantano próximo y lo seca. Un pre-
cioso lago queda convertido en un páramo. El contra-
punto de los sueltos de vientre puede suponer un con-
traste de gran valor en el diseño de la herramienta
terapéutica. Con posterioridad trataremos de ver con
cada voluntario qué técnica psicológica es la más ade-
cuada para obtener la representación mental que más
convenga según el perfil evacuatorio del sujeto. Este es
el gran reto del que antes les hablé.
Hasta que lo consigamos, en beneficio de los millones
de seres humanos estreñidos, recomiendo que en todos
los cuartos de baño del mundo, en todos los servicios
públicos, junto al papel higiénico y la escobilla, se dis-
ponga de periódicos y revistas que presten apoyo a la
función intestinal deteriorada.
Muchas gracias por su atención.
Alejandro E. García Sanz

El jurado valoró muy especialmente la originalidad del texto

y su sentido del humor, así como el inteligente uso de un
lenguaje y un tono que cargados de ironía transportan al
lector hasta el límite del absurdo en el discurso de todo un
antihéroe moderno.

• Revelado fotográfico
• Alquiler y venta
de películas y juegos
• Merchandising
variado
• Fotos de carné
en el acto

Evil Games & DVD

Avda. Calvo Sotelo, 8
28791 Soto del Real
www.evilgames.es

21
Entre pucheros
Rabo de toro estofado al vino tinto y pasta fresca

E
n este número del mes de di-
ciembre, el Restaurante La Ca-
baña nos regala una de sus ex-
quisitas recetas. Es fácil. Currándoselo
un poquito, podéis quedar ante vuestros
invitados como unos cocineros de pri-
mera. Suerte y al toro.

Ingredientes para cuatro personas:

1,5 kg de rabo de toro, troceado.
1 cebolla grande.
3 zanahorias.
4 dientes de ajo.
2 cucharadas de pimentón dulce.
0,5 l de vino tinto.
10 granos de pimienta negra.
Aceite y sal.
200 g de pasta fresca (guarnición).
Elaboración:
En una olla con un fondo de aceite, re-
hogamos las verduras hasta que estén
bien pochadas y, a continuación, incor-
poramos el rabo con la pimienta negra
y la sal. Cuando la carne esté dorada,
añadimos el pimentón, removiendo
bien para que tome color, se echa el vino
y lo dejamos reducir, a fuego medio, du-
rante diez minutos. Se cubre con agua,
dejándolo cocer, también a fuego medio,
hasta que esté tierno (hora y media, más
o menos).
Sacamos la carne y trituramos las ver-
duras pasándolas por un chino. Se in-
corpora de nuevo la carne y cocinamos
otros cinco minutos.
Mientras, hemos puesto a hervir agua
con un chorro de aceite y sal. Cuando
llegue a punto de ebullición, le añadi-
mos la pasta fresca; cocemos durante un
minuto; la escurrimos y se saltea con
una nuez de mantequilla.
Emplatamos el rabo de toro con la guar-
nición de pasta fresca y se espolvorea
con cebollino recién picado.
¡Ya está! ¿No os decía que era una receta
muy sencilla? ¡Y riquísima!
Restaurante La Cabaña

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 PRÓXIMAS ACTIVIDADES

• Tradicionales celebraciones navideñas. Organizadas como siempre por la Comi-

sión de Festejos para deleitarnos el paladar en estas fechas tan señaladas: merienda
navideña “a la alemana” con vino caliente, roscón de Reyes...

• Próxima publicación del libro “La vida te da sorpresas y otros cuentos”, obra re-
copilatoria de los certámenes literarios de la Asociación: relatos del VII Certamen
de Narrativa (2010), poemas del II y IV Certamen de Poesía (2009 y 2011) y cuentos
infantiles (2011). Permaneced atentos a nuestra lista de correo y a la página de Fa-
cebook, donde publicaremos el enlace para poder comprar el libro, autoeditado
por la Asociación a través de la plataforma digital www.bubok.es

• Senderismo y rutas de montaña. La Comisión de Senderismo y Excursiones sigue

preparando las rutas más interesantes de nuestra zona, tanto para principiantes
como para iniciados, siempre teniendo en cuenta las condiciones climatológicas y
la participación.

• Y por supuesto, nuestras acogedoras y entretenidas tertulias quincenales de los

viernes, ¡no os las perdáis! Cada 15 días los organizadores nos pueden sorprender
con interesantes temas de debate y, en todo caso, con buenos vinos y grata com-
pañía.

• Además, continúan viento en popa nuestros talleres literarios y ya estamos pre-

parando para la próxima primavera las nuevas ediciones del Certamen de Cuento
infantil y Poesía.

Para estar al tanto de todas estas actividades y muchas más, solo tienes
que seguirnos a través de nuestra página en facebook o enviarnos un
correo electrónico para que te incluyamos en nuestra lista de distribu-
ción de correo. Además, estaremos encantados de recibir vuestras pro-
puestas para organizar nuevas actividades que puedan fomentar la
participación de todos los vecinos de Soto...

¡Te esperamos!

e-mail: culturalchozas@orangecorreo.es

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