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Como parte de los movimientos sociales y políticos que nacimos de las resistencias al
neoliberalismo de la década de 1990 y que pusimos en pie diferentes trincheras donde pre-
figuramos ese mundo por el que luchamos día a día, venimos viendo en los últimos años la
necesidad de fortalecer nuestras construcciones y la forma en la que luchamos mediante
diferentes instancias de formación que nos permitan profundizar la perspectiva anticapita-
lista, ecosocialista, feminista, antiburocrática, antiimperialista y antiracista.
Lo recorrido hasta ahora y lo que necesitamos para sostener y profundizar nuestro rumbo
de cambio social de raíz requiere de dar un salto en calidad en nuestros procesos de for-
mación y autoformación. Para ello necesitamos una UPCS-EFP. Que nos ayude a que cada
vez más compas nos formemos en función de este arduo camino revolucionario y no nos
perdamos por los caminos de la burocratización del sistema capitalista y patriarcal.
Hemos recorrido un camino donde los propios procesos de lucha, sus dinámicas, las es-
tructuras organizativas que fuimos ensayando con aciertos y fracasos junto a los procesos
represivos, son base de nuestras enseñanzas y aprendizajes.
Los cutralcazos y mosconi en 96-97, las rutas del conurbano y el país desde el 99, el pro-
ceso de coordinadoras y ANT, el 19 y 20 de diciembre de 2001, las luchas multisectoriales
del 2002 del piquete y cacerola, las fábricas recuperadas, las luchas contra el macrismo en
el 2017, las luchas ambientales en Mendoza y Chubut, el movimiento de mujeres y diversi-
dades, la recuperación de tierras y represión en Guernica, nuestros comedores populares
abasteciendo a millones de laburantes entre muchos acontecimientos. Todo esto nos han
dotado de un aprendizaje significativo en torno a cómo enfrentar un sistema capitalista
patriarcal desde una praxis política colectiva-popular. Esto no significa que estemos a la
ofensiva ni mucho menos, pero sí que tenemos un acumulado de fuerza histórico de por lo
menos 30 años.
Es importante recordar que el 2001 fue el resultado de la primera alza significativa de las
luchas populares post dictadura. Y que, como parte de la derrota que significó la dictadura
(1976), hemos perdido gran parte de las experiencias desarrolladas por lxs trabajadorxs
previas a ésta.
Durante estos años, parte del movimiento piquetero ha sido integrado a las esferas esta-
tales, condicionando su capacidad de lucha con independencia de los gobiernos de turno.
Ello no nos desliga de contar con una enorme experiencia, al enfrentar a cada uno de los
gobiernos, logrando aprender cómo se gestionan recursos vitales para nuestres compas,
elaborando proyectos que se enfrentan a lógicas de control social y siempre sosteniendo
la lucha en las calles como forma de acción directa. Todo ello quedó demostrado en el rol
que jugamos en la pandemia, sosteniendo la vida de miles de compañeres y sus familias.
Con buenas y malas la experiencia de estos casi 30 años del movimiento piquetero nos
permitió acumular fuerzas, pero también sufrimos una presión permanente a la integración
en el estado. El riesgo que tenemos es perdernos en lo burocrático, en la gestión de los
recursos económicos, sin poder profundizar la intervención política de intención revolucio-
naria. La capacidad de gestionar recursos sin ser absorbidos por el estado es una lucha
cotidiana.
No podemos desconocer que parte de la avanzada del capital implicó que nuestra clase
se vaya fragmentando cada vez más, siendo cada vez más precarizada, más empobrecida
y con una diferenciación enorme en su interior. Reconocemos en nuestra clase grandes
diferencias entre quienes tienen empleos en las ramas más productivas, quienes solo ac-
ceden a trabajos inestables y quienes están desocupades. La unidad de la clase es parte
de las tareas que tenemos como norte.
Tenemos por delante también el importante desafío de lograr construir una fuerza social
revolucionaria que dispute la hegemonía; es decir una perspectiva contrahegemónica con
nuevos valores y formas de organización. Para esto es central recuperar las experiencias
históricas de organización de la clase trabajadora desde las primeras organizaciones sindi-
cales y revolucionarias del siglo XIX. Asimismo, la gran referencia social del movimiento pi-
quetero, ganada en casi 30 años de lucha, representa un potencial para esta construcción.
Respecto a quienes encarnamos las luchas y sufrimos en nuestros cuerpos las crisis
profundas de la región, para el 2021 más de la mitad de la población está por debajo de la
línea de la pobreza e indigencia, sumado a que hay un 10% de lxs trabajadorxs que están
desocupades; somos generaciones que no encontramos trabajo formal, vivimos de chan-
gas o subsidios del estado.
Y somos las niñeces, juventudes, mujeres y disidencias quienes sufrimos las peores
consecuencias de la crisis. Sabemos que la educación que el estado propone para nues-
tres compañeres es paupérrima, apunta a la reproducción acrítica y debido a la creciente
brecha educativa que ha ido consolidando una “educación pobre para pobres”. Nuestras
propuestas educativas no pueden pensarse como un parche para los espacios a los que el
estado no llega.
Por todo esto es momento de que “paremos la pelota” y repensemos qué tareas nos
damos para el desarrollo subjetivo de cada compañere y de nuestra organización. Cómo
volvemos a pensar sobre nuevas y actuales coordenadas los pasos que vamos dando no
solo para la consolidación de lo construido sino para elevar nuestros horizontes y objetivos.
Ante esto pensar una estructura de formación debe ser un desafío prioritario y necesario
para construir ese cambio social radical por el que luchamos todos los días.
Necesitamos una educación política socialista y feminista, que nos ayude a superar el cor-
porativismo sectorial y a construir la socialización del poder y del conocimiento.
Hemos construido, con la perspectiva del trabajo territorial complejo (TTC), estos proce-
sos sin abandonar las tareas de contención urgentes que desarrollamos para enfrentar el
hambre y las violencias que sufrimos cotidianamente. Cuando desarrollamos trabajo terri-
torial complejo, articulamos con diferentes actores/actrices desde una orientación multisec-
torial. Nos ocupamos de diferentes aspectos vitales para mejorar nuestra calidad de vida:
lo habitacional, la salud, la educación, lo socioambiental, las violencias, etc; pero no nos
quedamos en el aquí y ahora, proyectamos a mediano y a largo plazo. El TTC implica pen-
sar también en el largo plazo de nuestro trabajo en los barrios con un objetivo prefigurativo,
de base en disputa a lo público y hegemónico.
“Nadie educa a nadie, nadie se educa solo, las personas se educan entre sí a través
de la organización colectiva” (MST, 1991), por eso nuestra propuesta es entre compañe-
res.
- PROCESOS DIALÓGICOS entre todes quienes participan del proceso, partiendo de los
saberes previos de cada une, de las experiencias de nuestro trabajo en los barrios. Se trata
de un proceso donde nos vayamos construyendo como militantes colectivamente y cada
une con sus propios tiempos. Partir del análisis de la propia realidad, de los propios pro-
cesos de lucha, tomar los aportes de las teorías críticas, para comprendernos. La tarea es
desnaturalizar lo existente, abrir el debate, entender las causas de lo que vivimos, discutir
cómo podemos transformar la realidad. Es una tarea emancipatoria.
• Socializar saberes construidos colectiamente que permitan una lectura propia y crítica
de la historia y el presente, así como el debate y la producción de nuevos saberes.
En primera instancia debe estar orientado a fortalecer la construcción que venimos de-
sarrollando pero también a futuro podemos abrir las instancias para la militancia de otros
frentes y organizaciones.
Calculamos que esta primera etapa debe involucrar a 600 compañeres de todo el país.
Para que esto sea factible tenemos que lograr que ese momento de formación las compas
responsables puedan priorizarlo. Debemos considerar a la niñez para que pueda tener
contención mientras sus madres y padres se sumergen en el estudio. Además esxs com-
pas deben poder abandonar sus responsabilidades ese tiempo incluyendo las HORAS DE
TRABAJO QUE SE DEBEN CONVERTIR EN HORAS DE ESTUDIO.
Así como la SUSPENSIÓN DE TODA MOVILIZACIÓN esa semana para esos compas
y si se complican mucho cuestiones operativas esa semana la regional no debe movilizar.
5 - PASOS A SEGUIR:
• Conformar en todas las regionales una coordinación político-pedagógica con militantes
orgánicos y colaboradores con recorrido en experiencias formativas.
Tareas de la coordinacion de la upcs-efp.
• diseñar un plan formativo.
• elaborar y recopilar materiales.
• sistematizar nuestra historia.
• sistematizar nuestra experiencia y practica.
• resolver los lugares físicos donde funcionar.
• conseguir nuevos financiamientos.
• elaborar una propuesta de criterios de participación en consonancia con nuestros crite-
rios generales, que debe pasar por nuestras instancias deliberativas y resolutivas.
• Destinar recursos materiales y tiempo militante que estén a plena disposición de este
proyecto.
• Reactivar los contactos con otras experiencias de formación de Argentina de nuestra
Coordinadora por el cambio social y América Latina que se mantienen en la actualidad:
Florestán Fernandes, experiencias CONAIE Ecuador, COPINH Honduras, experiencias li-
gadas a Congreso de los Pueblos, etc. Balancear la participación de compañeres del FOL
y cercanes al FOL en las escuelas de formación realizadas.
Se propone a todos las regionales del FOL donde se avance con la UPCS-EFP arrancar
con la estructuración de los siguientes contenidos.
Unidad 2: Historia del FOL, debates, núcleos políticos y movimientos que lo constituyen.
(Si se hace como coordinadora o con algunos grupos de la coordinadora esto hay que
adaptarlo)
Nuestros principios y definiciones. Vinculación de estos con las tradiciones políticas del
movimiento obrero.
La construcción de nuestra organización, reglamentos, criterios de trabajo, organización de
la administración y las finanzas.
Cooptacion e intitucionalizacion del movimiento piquetero.
Unidad 7: Las experiencias de dos levantamientos populares (una latinoamericana y otra
de otro lugar del mundo).Experiencias de intervención del Fol en momentos de crisis. El
- En noviembre del 2021 definimos destinar los recursos que logramos en la lucha para ad-
ministrar un ente ejecutor de formación retomando la experiencias educativa de las UCAPS
del 2018 y nuestros bachilleratos populares a partir de los cuales hemos recibido recursos
para destinar a lo educativo.
- En marzo del 2022 nos depositan los fondos a cargo de cooperativa hormiguero que
administra Fol Tucumán. Mientras tanto un equipo de compañeros armamos la propuesta
base de universidad piquetera que fue discutida y aprobada en la mesa nacional del Fol en
Formosa de abril del 2022.
Allí también resolvimos la organización de zonas a nivel nacional, buscando dar un paso
para mayor federalización de la organización, combatiendo la idea que todo quede centra-
lizado en Buenos Aires.
La formación política así como otras tareas del Fol tendrán un espacio de coordinación en 3
zonas a nivel nacional: Norte, Centro y Patagonia-Cuyo, para que ser resuelvan cosas ahi
y no que quede en las llamadas a BuenosAires.
En la Zona Norte, que abarca Salta, Jujuy, Catamarca, Tucumán, Formosa y Santiago del
Estero, ya se ha hecho una formación con 5 encuentros en Tucumán y el encuentro inten-
sivo en un fin de semana con presencia de todas las provincias de la zona norte. En estas
distintas instancias han participado 120 delegades, responsables y coordinadorxs. Se han
editado 4 cuadernillos de formación donde se desarrollan los contenidos.
En Zona Centro, que abarca Córdoba, Misiones, Entre Rios, Buenos Aires, Olavarria, Mar
del Plata y Necochea, se ha iniciado la formación de nivel 3 centralizado con 16 encuentros
para las 6 regionales de AMBA donde están participando alrededor de 60 responsables de
lxs más antiguxs de la organizacion. Se han producido dos cuadernillos con los contenidos,
En Cordoba y Olavarria se han iniciado formaciones tambien. Para el 8-9 diciembre ya
estamos convocando a un encuentro intensivo de la Zona Centro y estamos preparando el
nivel 2 de formación que se realizara en cada una de las regionales del AMBA.