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EL MANIFIESTO COMUNISTA

El manifiesto comunista es el documento base del pensamiento


comunista, conformado por los pensamientos de Marx y Engels en
materia política, económica y sociológica. Originado a mediados del siglo
XIX de la mano de la liga Comunista o partido comunista, En él se plasman
los pilares tanto del socialismo originario como del marxismo.
A través del planteamiento del manifiesto comunista, se dio salida al
desarrollo de ideas como el comunismo, el socialismo o el marxismo.
Tanto Marx como Engels perseguían el objetivo de dar formalidad
científica y por escrito a sus teorías más destacadas: la lucha de clases y su
desaparición hacia la dictadura del proletariado, los efectos nocivos del
capitalismo y la industrialización masiva y la necesidad de una mayor
igualdad social.
Se divide en un preámbulo y cuatro capítulos: «I. Burgueses y
proletarios», «II. Proletarios y comunistas», «III. Literatura socialista y
comunista» y «IV. Actitud de los comunistas ante los otros partidos de la
oposición»

EL CAPITAL
Cuando en septiembre de 1867, se publicó el primer volumen de "El
Capital – Crítica de la economía política", poco indicaba lo que este libro
iba a significar para el curso de la humanidad. Es un texto incómodo y
difícil de leer, tanto en cuanto a contenido como a estilo. La primera
edición de 1000 copias tardó años en venderse.
Sin embargo, 150 años más tarde, "El Capital", cuyos segundo y tercer
tomos se publicaron solo después de la muerte del autor, se considera
uno de los libros más influyentes de la historia moderna, a pesar de que
muchos de los que se remiten al libro seguramente nunca lo leyeron. En el
apogeo de los movimientos socialistas y comunistas en los años setenta.
los gobiernos de 60 estados de todo el mundo se basaron en las
enseñanzas de Karl Marx. Para aproximadamente dos tercios de la
población mundial, "El Capital'" fue casi un libro sagrado.
Marx intenta analizar el mecanismo de una economía capitalista con los
conceptos de la economía política. El trabajador vende su trabajo al
capitalista y recibe un salario. La diferencia entre el valor de lo que ha
creado y su recompensa es la plusvalía o beneficio. El capitalista trata de
mantener los salarios lo más bajo posible para maximizar los beneficios.
La constante e incontrolada generación de ese beneficio y, por tanto, la
explotación de los trabajadores es, según Marx, el principio central del
capitalismo. Esta explotación, según su conclusión, será tan intolerable
que los trabajadores se rebelarán y derrocarán al capitalismo.
Pero esta conclusión se basa sobre un error, Marx consideraba que el
trabajo era la única fuente de valor y pasaba por alto el hecho de que el
capitalismo no solo funciona por la explotación de los trabajadores sino
por el constante progreso tecnológico. Marx subestimó las otras fuentes
de riqueza, es decir, la innovación, el espíritu empresarial y el progreso
tecnológico

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