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Lucas: El arte de lo
público
Hablar, décima edición
comunicación no
verbal
Comunicación basada en el uso
de la voz y el cuerpo de una
persona, más que en el uso
de las palabras.
¿Qué es una buena entrega?
244 CAPÍTULO 12 ENTREGA
12. Entrega Text © The McGraw-H ii
o Compañeros, 2009
Si grabaras una de las rutinas cómicas de Conan O'Brien, la memorizaras palabra
por palabra y te pusieras delante de tus amigos para recitarla, ¿obtendrías la
l misma respuesta que obtiene O'Brien? No es muy probable. ¿Y por qué no?
Porque no
entregar los chistes como lo hace O'Brien. Por supuesto, los chistes son
básicamente divertidos. Pero Conan O'Brien aporta algo más a los chistes: su
forma de presentarlos, sus inflexiones vocales, sus pausas perfectamente
sincronizadas, sus expresiones faciales, sus gestos. Todo esto forma parte de
una presentación experta. Te llevaría años de práctica, como a O'Brien, duplicar
sus resultados.
Nadie espera que tu clase de oratoria te transforme en un multimillonario
presentador de programas de entrevistas. Sin embargo, este ejemplo demuestra
lo importante que puede ser la presentación en cualquier situación de oratoria.
Incluso un discurso mediocre será más eficaz si se presenta bien, mientras que
un discurso maravillosamente escrito puede arruinarse por una mala
presentación.
Esto no significa que una entrega deslumbrante convierta una cadena de
sinsentidos en una oratoria triunfal. No se puede hacer un buen discurso sin
tener algo que decir. Pero no basta con tener algo que decir. También hay que
saber cómo decirlo.
La comunicación verbal es una cuestión de comunicación no verbal. Se
basa en la forma de utilizar la voz y el cuerpo para transmitir el mensaje
expresado por las palabras. Hay muchas investigaciones que demuestran que el
impacto de las palabras de un orador está fuertemente influenciado por su
comunicación no verbal. En este capítulo, explicaremos cómo puede utilizar la
comunicación no verbal para pronunciar sus discursos con eficacia y aumentar
el impacto de su mensaje verbal.
Wendell Phillips fue un líder del movimiento para abolir la esclavitud en
Estados Unidos durante el siglo XIX. Algunos lo consideraban el mejor orador
de su tiempo. La siguiente historia sugiere una de las razones:
Poco antes de la Guerra Civil, un estudiante de Andover, al enterarse de que
Phillips iba a dar una conferencia en Boston, hizo una peregrinación de 22 millas a pie
para escucharlo. Al principio, el viaje parecía no merecer la pena, porque el estudiante
descubrió que Phillips no era un orador a la gran usanza, sino que hablaba con un
estilo casi conversacional. Se puso de pie en la plataforma, con una mano apoyada
ligeramente en una mesa, habló durante lo que parecían ser unos 20 minutos,
concluyó y se sentó. Cuando el estudiante miró su reloj, descubrió con asombro que
había estado escuchando durante una hora y media.1
Un buen discurso no llama la atención. Transmite las ideas del orador
de forma clara, interesante y sin distraer al público. La mayoría de las
audiencias prefieren una presentación que combine un cierto grado de
formalidad con los mejores atributos de una buena conversación -dirección,
espontaneidad, animación, expresividad vocal y facial, y un sentido vivo de
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la comunicación.
Dar un discurso es un arte, no una ciencia. Lo que funciona para un orador
puede fallar para otro. Y lo que tiene éxito con el público de hoy puede no
tenerlo con el de mañana. No se puede llegar a ser un orador hábil simplemente
siguiendo una serie de reglas en un libro de texto. A la larga, no hay nada que
sustituya a la experiencia. Pero, ¡ánimo! Un libro de texto puede darte
indicaciones básicas para que empieces en la dirección correcta.

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Cuando planifiques tu primer discurso (o el segundo o el tercero), debes

concentrarte en aspectos básicos como hablar de forma inteligible, evitar gestos
que distraigan y establecer contacto visual con tus oyentes. Una vez que tengas
estos elementos bajo control y empieces a sentirte bastante cómodo frente a un
público, puedes trabajar en pulir tu discurso para mejorar el impacto de tus
ideas. Con el tiempo, podrá controlar el tiempo, el ritmo y el impulso de un
discurso con la misma habilidad que un director de orquesta.

Métodos de entrega
Existen cuatro métodos básicos para pronunciar un discurso: (1) leer textualmente
de un manuscrito; (2) recitar un texto memorizado; (3) hablar improvisadamente; y
(4) hablar extemporáneamente. Veamos cada una de ellas.

LECTURA DE UN MANUSCRITO
Algunos discursos deben pronunciarse palabra por palabra, según un discurso manuscrito
manuscrito meticulosamente preparado. Por ejemplo, la proclamación religiosa Un discurso que se escribe
de un Papa, el informe de un ingeniero en una reunión profesional o el mensaje palabra por palabra y se lee al
de un Presidente al Congreso. En estas situaciones, la precisión absoluta es público.
esencial. Cada palabra del discurso será analizada por la prensa, por los
colegas, quizás por los enemigos. En el caso del Presidente, una frase errónea
podría provocar un incidente internacional.
Aunque parezca fácil, pronunciar un discurso a partir de un manuscrito
requiere una gran habilidad. Algunas personas lo hacen bien. Sus palabras
"cobran vida como si estuvieran acuñadas en el momento". 2 Otros lo estropean
siempre. En lugar de sonar vibrantes y con versátiles, parecen de madera y
artificiales. Se entrecorta con las palabras, hace pausas en los lugares
equivocados, lee demasiado rápido o demasiado lento, habla en un tono
monótono y avanza por el discurso sin ni siquiera mirar a su público. En
resumen, parece que leen a sus oyentes, en lugar de hablar con ellos.
Si se encuentra en una situación en la que debe hablar a partir de un
manuscrito, practique en voz alta para asegurarse de que el discurso suena
natural. Trabaje para establecer un contacto visual con sus oyentes. Asegúrese
de que el manuscrito final es legible a simple vista. Sobre todo, diríjase a su
público con la misma franqueza y sinceridad que lo haría si hablara
extemporáneamente.

RECITAR DE MEMORIA
Entre las hazañas de los oradores legendarios, ninguna nos deja más
asombrados que su práctica de presentar incluso los discursos más largos y
complejos completamente de memoria. Hoy en día ya no se acostumbra a
memorizar más que los discursos más breves: brindis, felicitaciones, discursos
de aceptación, introducciones y similares.
Si vas a dar un discurso de este tipo y quieres memorizarlo, hazlo. Sin
embargo, asegúrate de memorizarlo tan a fondo que puedas concentrarte en
la comunicación con el público, no en tratar de recordar las palabras.
Oradores que miran al techo o a la ventana

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tratando de recordar lo que han memorizado no son mejores que los que leen con
dificultad de un manuscrito.

Discurso
improvisado Discurso
pronunciado con poca o HABLAR DE FORMA IMPROVISADA
ninguna inmediatez Un discurso improvisado se pronuncia con poca o ninguna preparación
preparación. inmediata. Pocas personas eligen hablar de forma improvisada, pero a veces no
se puede evitar. De hecho, muchos de los discursos que pronuncies en la vida
serán improvisados. Puede que te llamen de repente para "decir unas
palabras" o que, en el transcurso de una discusión en clase, una reunión de
trabajo o un informe de un comité, quieras responder a un orador anterior.
Cuando surjan estas situaciones, no te asustes. Nadie espera que
pronuncies un discurso perfecto en un momento dado. Si estás en una reunión
o debate, presta mucha atención a lo que dicen los demás oradores. Toma nota
de los puntos más importantes con los que estés de acuerdo o en desacuerdo.
De este modo, empezarás a formular automáticamente lo que dirás cuando te
toque hablar.
Siempre que respondas a un orador anterior, intenta presentar tu discurso
en cuatro sencillos pasos: En primer lugar, exponga el punto al que está
respondiendo. En segundo lugar, exponga la cuestión que desea plantear.
Tercero, apoye su punto con estadísticas, ejemplos o testimonios apropiados.
En cuarto lugar, resuma su punto de vista. Este método de cuatro pasos te
ayudará a organizar tus pensamientos de forma rápida y clara.
Si el tiempo lo permite, haz un rápido esbozo de tus observaciones en un
papel antes de levantarte a hablar. Utiliza el mismo método de anotar las
palabras y frases clave que se sigue en un esquema de discurso más formal
(véase el capítulo 10). Esto te ayudará a recordar lo que quieres decir y evitará
que divagues.
En muchos casos, podrá hablar de manera informal sin levantarse de la
silla. Pero si la situación requiere que hables desde un atril, camina hacia él con
calma, respira profundamente una o dos veces (sin jadear), establece contacto
visual con tu público y empieza a hablar. No importa lo nervioso que estés por
dentro, haz lo posible por parecer tranquilo y seguro por fuera.
Una vez que empiece a hablar, mantenga un fuerte contacto visual con
el público. Si tiene tendencia a hablar rápidamente cuando está nervioso,
concéntrese en hablar a un ritmo más lento. Ayude al público a seguir sus
ideas con señales como "Mi primer punto es...; segundo, podemos ver
que...; en conclusión, me gustaría decir".
lo que has escrito. Al exponer sus puntos de forma clara y concisa, dará la
impresión de ser organizado y seguro.
Te des cuenta o no, has pronunciado miles de "discursos" improvisados en
tus conversaciones cotidianas, como cuando informas a un nuevo estudiante de
cómo matricularse en las clases, explicas a tu jefe por qué llegas tarde al trabajo o
respondes a preguntas en una entrevista de trabajo. No hay razón para
derrumbarse cuando se le pide que hable de forma improvisada en una
situación más formal. Si mantienes la calma, organizas tus pensamientos y te
limitas a unos pocos comentarios, lo harás bien.
Al igual que ocurre con otros tipos de oratoria, la mejor manera de
convertirse en un mejor orador improvisado es practicar. Si te asignan un
discurso improvisado en clase, haz todo lo posible por seguir las pautas que

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a rovisada por tu cuenta. Simplemente elige un tema sobre el que ya estés bien
q informado y da una charla improvisada de uno o dos minutos sobre algún
u aspecto de ese tema.
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C ecesita un público: puede hablar ante una sala vacía. Mejor aún, puede hablar con
u una grabadora digital y reproducir el discurso para escuchar cómo suena. El
a objetivo es adquirir experiencia en la elaboración de ideas de forma rápida y
l enunciarlas de forma concisa.
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Los discursos extemporáneos

se preparan con antelación,
pero las palabras exactas se
eligen en el momento de la
presentación. Esto permite
para una entrega más directa
que la lectura de un
manuscrito.

HABLAR EXTEMPORÁNEAMENTE
En el uso popular, "extemporáneo" significa lo mismo que "improvisado". discurso extemporáneo
Pero, técnicamente, ambos son diferentes. A diferencia de un discurso Un discurso
improvisado, que se pronuncia de improviso, un discurso extemporáneo se cuidadosamente
prepara cuidadosamente y se practica de antemano. Al presentar el discurso, el preparado y ensayado que
orador extemporáneo sólo utiliza un conjunto de notas breves o un esquema de se presenta a partir de un
discurso para refrescar la memoria (véase el capítulo 10). La redacción exacta breve
se elige en el momento de la presentación. conjunto de notas.
Esto no es tan difícil como parece. Una vez que tengas tu esquema (o
notas) y sepas qué temas vas a tratar y en qué orden, puedes empezar a
practicar el discurso. Cada vez que lo repases, la redacción será ligeramente
diferente. A medida que practiques el discurso una y otra vez, surgirá la mejor
manera de presentar cada parte y se te quedará grabada.
El método extemporáneo tiene varias ventajas. Proporciona un control más
preciso sobre el pensamiento y el lenguaje que el discurso improvisado; ofrece
mayor espontaneidad y franqueza que hablar de memoria o a partir de un
manuscrito completo; y se adapta a una amplia gama de situaciones. Además,
fomenta la calidad conversacional que el público busca en sus discursos. La
"calidad conversacional" significa que no importa cuántas veces se haya
ensayado un discurso, sigue sonando espontáneo. Cuando se habla
extemporáneamente -y se ha preparado adecuadamente- se tiene pleno control de las connectlucas.com Ver
ideas, pero no se está atado a un manuscrito. Puedes establecer un fuerte un extracto de "Yoga:
contacto visual, gesticular con naturalidad y concentrarte en hablar con el uniendo mente, cuerpo y
público en lugar de declamarle. espíritu" en el Media
0iFrary online de este
Para ver un ejemplo de presentación extemporánea, vea el videoclip 12.1
capítulo
en la mediateca de este capítulo. La estudiante está demostrando cómo respirar (Videoclip 12.1).
al practicar yoga. Está claro que ha practicado mucho y sabe lo que quiere
decir, pero no ha memorizado el discurso. Tiene un breve conjunto de notas
para hablar en caso de que las necesite, pero no está atada al
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Calidad conversacional
Presentar un discurso de manera que
suene espontáneo, sin importar
muchas veces se ha
ensayado.
notas. Más bien, selecciona sus palabras sobre la marcha, mantiene un fuerte
contacto visual con el público y tiene una excelente calidad de conversación.
Al igual que miles de estudiantes anteriores, al final del curso puede
convertirse en un experto en hablar extemporáneamente. Como comentó un
estudiante al recordar su clase: "Al principio, nunca pensé que sería capaz de
dar mis discursos sin una tonelada de notas, pero estoy sorprendido de los
progresos que he hecho. Es una de las cosas más valiosas que he aprendido en
toda la clase".
La mayoría de los oradores experimentados prefieren el método
extemporáneo y la mayoría de los profesores hacen hincapié en él. Más
adelante, en este mismo capítulo (páginas 258-259), veremos un programa
paso a paso para practicar la expresión extemporánea.

La voz del orador

¿Qué tipo de voz tienes? ¿Es rica y resonante como la de James Earl Jones?
¿Fina y nasal como la de Willie Nelson? ¿Profunda y áspera como la de Al
Sharp-ton? ¿Suave y seductor como el de Catherine Zeta Jones? ¿Grande e
irritante como el de Dick Vitale?
Sean cuales sean las características de tu voz, puedes estar seguro de que es
única. Como no hay dos personas exactamente iguales físicamente, no hay dos
personas que tengan voces idénticas. La voz humana se produce mediante una
compleja serie de pasos que comienza con la exhalación de aire de los
pulmones. (Pruebe a hablar de forma inteligible mientras inhala y vea lo que
ocurre). A medida que el aire se exhala, pasa por la laringe (o caja de voz),
donde vibra para generar el sonido. A continuación, este sonido se amplifica y
modifica al resonar a través de la garganta, la boca y las fosas nasales. Por
último, el sonido resonante se transforma en sonidos vocálicos y consonánticos
específicos mediante el movimiento de la lengua, los labios, los dientes y el
paladar.
La voz producida por este proceso físico afectará en gran medida al éxito de
sus discursos. Una voz de oro es sin duda una ventaja, pero algunos de los
oradores más famosos de la historia tenían voces poco distinguidas. Abraham
Lincoln tenía una voz áspera y penetrante; Winston Churchill sufría un ligero
ceceo y un tartamudeo incómodo. Al igual que ellos, tú puedes superar las
desventajas naturales y utilizar tu voz de la mejor manera posible. Lincoln y
Churchill aprendieron a controlar sus voces. Tú puedes hacer lo mismo.
Los aspectos de la voz que debes trabajar para controlar son el volumen, el
tono, el ritmo, las pausas, la variedad, la pronunciación, la articulación y el
dialecto.

VOLUMEN
volumen En una época, una voz potente era esencial para un orador. Hoy en día, la
El volumen o la suavidad de amplificación electrónica permite que incluso una persona de voz suave sea
la voz del orador. escuchada en cualquier entorno. Pero en el aula hablarás sin micrófono.
Cuando lo haga, asegúrese de ajustar su voz a la acústica de la sala, al tamaño
del público y al nivel de ruido de fondo. Si hablas demasiado alto, tus oyentes
te considerarán grosero. Si habla demasiado bajo, no le entenderán. Recuerda
que tu propia voz siempre suena más fuerte para ti que para un oyente. Al poco
de empezar tu discurso, mira a las personas más alejadas de ti. Si parecen
desconcertadas, se inclinan hacia delante en sus asientos o se esfuerzan por
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o tienes que hablar más alto.

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