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TEMA

A la derecha, a la víspera de la inauguración de una


‘Cruz negra’, exposición colectiva; Tátlin aceptó no re-
c. 1923. tirar sus cuadros sólo después de que se
Abajo, ‘Aviador’, habilitaran dos salas, una de los pinto-
1914 res profesionales y otra con las obras de
© MUSEO ESTATAL RUSO, Malevich. No obstante, ya entonces éste
SAN PETERSBURGO último empezó a despertar gran fascina-
ción entre el público, en un momento en
que en Rusia se intentaba construir un
hombre nuevo, al que Malevich quería
glorificar en su primer periodo. En los
cuadros suprematistas, sin embargo, se
interesa más por el espacio, confesando
que quiere retratar “un rincón del Uni-
verso en su paso por el tiempo”.
Parece que Malevich nunca exhibía
enseguida sus pinturas más revolucio-
narias. Así es posible encontrar unas
mismas obras datadas en fechas diferen-
tes. En 1927 exhibe una gran muestra de
su obra en Berlín y clausurada la exposi-
ción decide dejar todas sus piezas allá.
Posiblemente esta decisión generosa le
obligó luego, al proponérsele una retros-
pectiva de su arte en la Galería Tret-
Miércoles, 7 junio 2006

yakov de Moscú en 1928, a pintar obras


nuevas falsificando las fechas, antici-
pándolas hasta veinte años.

Del icono al suprematismo


La tradición del icono marca todo el arte
de las vanguardias rusas, sobre todo por
su principal regla estética, de entender-
lo como una meditación que trasciende
los límites del mundo visible. En Male-
Culturas La Vanguardia

vich la ausencia de la perspectiva, el hie-


ratismo de las figuras, su rigidez y so-
lemnidad, concentración en los ojos –si
los hay (en la fase postsuprematista pin-
ta caras sin rostros)–, todo ello represen-
ta la continuidad con el más emblemáti-
co arte ruso, que es el arte de los iconos.
No obstante, lo que se da en sus más
conocidas pinturas iconográficas es una
fusión de la tradición del icono bizanti-
no con la del Renacimiento italiano.
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Así, su autorretrato de 1933, que es la


alusión directa al famoso autorretrato
Un vanguardismo radical de Durero, reúne la transcedencia del
icono con el individualismo y el ligero

Abstraccionismo místico
movimiento del estilo renacentista.
La última fase de Malevich, deno-
minada postsuprematista, representa
regreso al mundo (semi)figurativo y a la
vez su desengaño existencial. Robóticas
figuras anónimas o casas deshabitadas
sin puertas ni ventanas dan testimonio
Tamara TAMARA DJERMANOVICH en el (cubo)futurismo, para llegar al fi- tos también en Barcelona, forman parte de su decepción con lo que fue la política
Djermanovich Crear un mundo sin objeto y, a la vez nal al objetivo de crear un mundo sin ob- de semejante forma de pensar. comunista en la práctica a partir de los
(Belgrado, 1965) es místico y lleno de luz que brota de unico- jeto, bautizado como el suprematismo Las primeras obras suprematistas de tiempos de Stalin. Las figuras repre-
profesora en la lores círculos o cuadrados en el fondo artístico. Su revolución suprematista tu- Malevich se exhiben en 1913, provocan- sentadas ya no son los hombres del por-
Facultad de blanco es el experimento espiritual úni- vo tres períodos cromáticos: del negro, do, como él mismo testimonia “la indig- venir, sino víctimas de un sistema que
Humanidades de la co con el que Kasimir Malevich asentó del color y del blanco. Cuando alcanzó la nación de la prensa y entre los críticos, ha mutilado sus vidas, como por ejem-
Universitat Pompeu el camino del más radical vanguardis- fase de la abstracción absoluta, Male- así como en los medios profesionales”. plo los campesinos que ya no tienen no
Fabra. Dirige el mo artístico, trascendiendo notablemen- vich todavía compartía los ideales de la Con Vladimir Tátlin, otro exponente del sólo sus barbas tradicionales, sino ni si-
seminario de te las fronteras de Rusia. Su universo, revolución social en Rusia. Así, cuando vanguardismo ruso de índole menos re- quiera brazos, manos ni rostros, simbo-
Estudios Eslavos en excelentemente recreado en la exposi- habla del simbolismo de sus tres colores volucionaria, surgieron varias discusio- lizando la dramática situación del cam-
el Institut ción de La Pedrera en Barcelona invita suprematistas en la existencia cotidia- nes de las que una acabó en pelea física, pesinado ruso a raíz de la colectiviza-
Universitari de a reflexionar que el mundo del más allá na, ve “el negro como el signo de econo- ción forzosa. Cuando compone el blanco
Cultura no necesariamente es imaginable sólo mía, el rojo como señal de la revolución sobre el blanco, el pintor ruso-polaco es-
con figuras y escenarios bíblicos, y que, y el blanco como la acción pura”. El pin- tá lejos de la energía y excitación que re-
incluso siendo cristianos, podamos re- tor pertenecía a toda una generación de clamaba como principios de la inspira-
crear un espacio sagrado desnudo de artistas rusos que propagaban sacar el ción artística y da por concluida su pin-
cualquier forma o figura, sin dejar de ha- arte a la calle, difundirlo entre la masa tura. La tragedia del arte y de la cultura
llar allá energías imperecederas. El cír- popular. que tuvo lugar en la Rusia estalinista
culo, la cruz y el cuadrado negros sobre queda resumida en el manuscrito del
el fondo blanco, los símbolos fundamen- El infinito ante vosotros testamento de Malevich: “Solicito al go-
tales del suprematismo artístico ema- Malevich, próximo al mismo tiempo a lo bierno soviético que se haga cargo del
nan esta energía propia a la pintura de que en la teología mística cristiana se co- mantenimiento de mi familia (...) Un
los iconos. “Los colores juegan un papel noce como el apofatismo, la incognisci- apretón de mano a todos, con un saludo
muy importante, como señales que indi- bilidad de Dios o de lo trascendente, con- de camarada”.
can el camino”, apunta Malevich en sus cibe que la economía de la forma y del Su cuerpo fue trasladado de Peters-
escritos sobre el suprematismo, concebi- color en el arte abre posibilidades a re- burgo a Moscú en un féretro suprematis-
do como un “pensamiento filosófico a crearlo como un mundo místico, lleno ta del que las autoridades soviéticas eli-
través del color”. Construir un mundo de potencia invisible. “¡Seguidme y na- minaron el símbolo de la cruz, por su po-
alternativo a través del arte era la obse- vegad! El blanco y libre abismo, el infini- sible interpretación religiosa. Hasta la
sión del pintor, que ya desde los inicios to está ante vosotros”, leemos en otro de caída del muro de Berlín, la revolución
de su trayectoria se dedica a experimen- sus textos. Asimismo los arquitectotes del vanguardismo artístico de Malevich
tar, primero en el impresionismo y en el de Malevich –maquetas tridimensiona- se pudo conocer en el mundo fundamen-
simbolismo pictórico, luego en el fauvis- les para una arquitectura utópica, próxi- talmente gracias a las obras que el pin-
mo, en el primitivismo, en el alogismo y mas a un futurismo visionario– expues- tor dejó fuera de Rusia. |

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