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ÁMBITO FARMACÉUTICO

Etnofarmacia

Venenos tribales
Armas emponzoñadas, ictiotóxicos y ordalías

l uso del veneno para emponzoñar flechas, lanzas, dar-

E
Desde las épocas más remotas, desde que
dos y arpones se remonta a épocas muy antiguas, como
supieron distinguir y caracterizar la toxicidad
parecen atestiguar las ranuras y surcos encontrados en
de las plantas y los animales de su entorno, armas de estos tipos procedentes de numerosos yaci-
los humanos han empleado los venenos mientos arqueológicos. De acuerdo con estos testimonios, no
naturales para los más distintos fines. sólo los pueblos «bárbaros», como celtas, dálmatas, dacios y esci-
tas, hicieron amplio uso de flechas y lanzas envenenadas, sino
Varias culturas antiguas los usaron, y todavía también los más civilizados, como persas, griegos y romanos.
los usan numerosas tribus actuales, Los celtas emponzoñaban con un brebaje de semillas de tejo
para emponzoñar sus dardos y flechas de las flechas que usaban contra las legiones romanas del empera-
dor Augusto. Más premeditados, los escitas mataban víboras y
caza, para matar a sus enemigos, para pescar las dejaban descomponer en una vasija que luego llenaban con
y para realizar sus ordalías o juicios de Dios. sangre humana, sellaban y enterraban dentro de estiércol. Al

MANUEL PIJOAN
QUÍMICO Y BIÓLOGO.

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cabo de un tiempo, cuando la sangre podrida estaba


llena de bacterias, usaban esta desagradable pócima pa- El curare,
ra untar sus flechas de guerra. Aunque la mayoría de las
víctimas de estas flechas morían en unos pocos minu- un secreto bien guardado
tos, probablemente porque el veneno conservaba gran
parte de su potencia pese a los efectos de la descompo- El término curare, que en el pasado se aplicaba en un sentido
sición, algunas lograban sobrevivir unos días más, hasta muy amplio para designar cualquier tipo de veneno para flechas
que los gérmenes de la gangrena o del tétano conteni- utilizado en Sudamérica, se aplica hoy más estrictamente a las
dos en el estiércol acababan con su vida. sustancias paralizantes que causan la muerte por asfixia. Pese a su
Los griegos, por su parte, debieron de ser unos con- gran toxicidad, estas sustancias sólo actúan si entran en el torren-
sumados maestros en el uso de armas envenenadas, co- te sanguíneo, de ahí su utilidad para la caza, ya que los animales
mo lo atestigua el hecho de que Heracles, el más po- flechados no tienen efectos nocivos para los humanos.
pular de sus héroes mitológicos, las utilizase en varias La primera noticia sobre estas sustancias aparece en el libro De
ocasiones memorables. Tras realizar su segundo trabajo Orbo Novo de Pedro Mártir de Anglería (1516). Tres siglos des-
y matar a la Hidra de Lerna, el hijo de Zeus y Alcmena pués, en 1805, Alexander von Humboldt tuvo la oportunidad de
no dudó en hacer amplio acopio de la sangre ponzo- presenciar su preparación en Esmeralda, a orillas del alto Orino-
ñosa de la serpiente policéfala para envenenar sus fle- co. Poco después, en 1811, Benjamin Brodie observó que duran-
chas. Más tarde, cuando se disponía a cazar el jabalí de te el envenenamiento por curare el corazón continuaba batien-
Erimanto, y tuvo que hacer frente a los centauros atraí- do, incluso cuando cesaba la respiración, lo que significaba que
dos por el vino de Folo, usó varias de estas saetas em- la función cardíaca no se bloqueaba con estas sustancias1. Sin
ponzoñadas. Por desgracia, una de estas flechas hirió embargo, y pese a que a mediados del siglo XIX, Claude Bernard
accidentalmente a su aliado Quirón, causándole unos ya observó la doble naturaleza del curare como veneno y como
dolores tan intensos como incurables. Aunque Heracles agente terapéutico en su trabajo sobre la transmisión neuromus-
intentó curarle la herida, el buen centauro continuó cular mediada por ACh, hubo que esperar a 1943 para que esta
sufriendo hasta el punto de desear la muerte, algo que sustancia comenzara a usarse a gran escala como relajante mus-
por supuesto no podía conseguir por sí solo, ya que era cular en anestesia.
inmortal. Finalmente, Prometeo, que había nacido Esta demora, que se explica porque hasta 1935 —fecha en que
mortal, se avino a cargar con el peso de la muerte de se empezó a obtener en forma cristalina— el curare no se pudo ob-
Quirón y éste pudo librarse de sus sufrimientos. tener clínicamente puro, también se debe en gran parte al secreto
En otra ocasión, cuando el centauro Neso intentó inviolable que envolvió durante mucho tiempo a sus ingredientes y
violar a su esposa Deyanira, Heracles volvió a usar una a los métodos tradicionales de preparación2. Hoy se sabe que estos
saeta envenenada con la sangre de la hidra para vengar la métodos consistían habitualmente en combinar hojas jóvenes de
afrenta. Sin embargo, en otra ilustración mitológica de Strychnos y de menispermáceas con fragmentos de otras hojas y, a
los peligros que entraña el uso de estas armas para el veces, con venenos de serpientes o de hormigas. Después de hervir-
propio usuario o para sus aliados —ya que Folo, el otro la durante 2 días, la mezcla se evaporaba hasta obtener una pasta
centauro aliado de Heracles, también murió accidental- oscura y amarga cuya toxicidad podía probarse contando el núme-
mente por el veneno de la hidra cuando enterraba a sus ro de saltos que daba una rana después inyectarle el veneno. ■
congéneres—, Heracles fue envenenado a su vez por la
túnica empapada en su sangre que Neso entregó al mo-
rir a Deyanira para que ésta la usara como filtro de amor.
Otro indicio del amplio uso de las flechas envenena-
das que hacían los antiguos griegos es la estrecha rela-
ción etimológica entre toxon, que en griego clásico sig-
nificaba arco, y toxicon, que significaba veneno. Aunque
Homero no lo mencione expresamente, parece eviden-
te que durante la guerra de Troya el legendario y astu-
to Ulises untó sus flechas en veneno de serpiente, co-
mo atestigua la sangre negra que manaba de las heridas
de sus víctimas. Por lo demás, no sólo Ulises se valió
de estas censurables tácticas, ya que, como es bien sabi-
do, el no menos legendario Aquiles murió por la flecha Chondrodendron
envenenada con que Paris le alcanzó en su talón. tomentosum, planta
En un plano más histórico, es innegable que los anti- menispermácea que
es uno de los compo-
guos griegos envenenaron a menudo el agua de sus nentes básicos de los
enemigos, ya que después de concluir de este modo tan curares amazónicos.
letal el asedio de la ciudad de Kirra, en el siglo VI a.C.,

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Chamán barasana de la zona del río Piriparaná,


selvas colombianas del Vaupés.

Hércules y la Hidra (1475), de Antonio


Pollaiuolo. Galleria degli Uffizi. Florencia.

las ciudades-estado griegas firmaron una alianza por ga mágica o abortiva. Y lo que es más curioso, el vene-
la que se comprometían a no envenenar el agua de la ficus romano, que era el envenenador o brujo elabora-
ciudad oponente en sus futuras guerras. Este prece- dor de hechizos, se convertía en un personaje benéfi-
dente clásico no hizo mella en los romanos, quienes co —beneficus veneficus— cuando se dedicaba a elabo-
siguieron envenenando los pozos de sus enemigos rar fármacos.
—especialmente si éstos eran considerados bárbaros— Después de los romanos, el uso de flechas envenena-
y de las ciudades colonizadas que se rebelaban contra das apenas se menciona en el occidente cristiano hasta
su dominio. Claro está que los romanos no tardaron la conquista de América. Los primeros exploradores
en encontrarse con quien les pagara con la misma del Nuevo Mundo fueron atacados en numerosas oca-
moneda cuando, en el siglo II d.C., las legiones de siones por los indios que les lanzaban sus flechas mortí-
Septimio Severo fueron diezmadas por las vasijas feras. Juan de la Cosa, que acompañó a Colón en sus
llenas de escorpiones que les arrojaron los defensores dos primeros viajes y adquirió gran fama por la elabo-
de la ciudad fortificada de Hatra, cerca de la actual ración del primer mapamundi, intentó establecerse en
Mosul (Irak)3. la costa caribeña de Colombia, donde fue nombrado
Por lo demás, los griegos no sólo usaban los venenos primer alguacil para las provincias de Urabá. Tras un
para luchar contra sus enemigos; también los emplea- vano intento de colonización, el marino y cartógrafo
ban con fines terapéuticos. Conscientes de que la dife- español murió en una refriega contra los aborígenes.
rencia entre curar y envenenar sólo depende de la do- Más tarde, cuando otros expedicionarios encontraron
sis, usaban el término pharmakon para designar a la vez su cadáver, comprobaron la hinchazón y deformación
veneno y medicamento, es decir, el mal y su remedio. provocada por el veneno de las flechas. No mejor suer-
Más tarde, los romanos usaron un término de signifi- te corrieron los aventureros que recorrieron el curso
cado similar, aunque todavía más polisémico, la voz del Amazonas, primero bajo el mando de Pedro de
venenum, para designar a la vez remedio, tóxico y dro- Ursúa y luego del sanguinario Lope de Aguirre. Mu-

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Penan de Borneo cazando con su larga cerbatana. En el carcaj


lleva varios dardos envenenados con extractos de plantas.

Pigmeos mbuti de la cultura efe.

chos de los que escaparon a la ambición o la sed de chamán tiene una fórmula especial y a menudo se-
venganza de este último sucumbieron, según parece, creta de venenos para la caza». Y si bien la mayoría
a la acción de las flechas ponzoñosas de los indios de estas fórmulas contienen unos pocos ingredientes
amazónicos. vegetales, algunas de ellas tienen más de quince. Así
las cosas, no es de extrañar que el conocimiento de
Flechas y dardos las fórmulas de estos venenos sea todavía incipiente,
sobre todo por lo que respecta al desconocimiento
Todavía hoy, la cuenca amazónica es el centro mundial de los numerosos aditivos que se incorporan a las
de los venenos para dardos y flechas. Richard Evans mezclas de plantas tóxicas. En particular, se desco-
Schultes, el prestigioso botánico, etnobotánico y con- noce todavía por completo cuáles de estos aditivos
servacionista, con 50 años de experiencia en los trópi- incrementan la toxicidad de las mezclas, cuáles re-
cos americanos, describe 44 especies utilizadas como fuerzan la capacidad de éstas para adherirse a los
venenos para dardos y flechas por los pobladores aborí- dardos, cuáles propician la difusión de los venenos
genes del noroeste de Amazonia. en la circulación sanguínea de la presa, cuáles actúan
Aunque este número es ciertamente modesto en en sinergia con los componentes tóxicos de la mez-
comparación con las más de 1.500 especies vegeta- cla y cuáles sólo se agregan por razones meramente
les estimadas por los aborígenes por su acción bio- supersticiosas o mágicas.
lógica —como medicinas curativas, narcóticos o ve- Casi toda la investigación realizada hasta la fecha se
nenos— y estudiadas por Schultes en esta región, ha centrado en algunos géneros de menispermáceas
cabe tener en cuenta que muchos de estos venenos —Abuta, Chondrodendron (en particular, C. tomentosum),
vegetales no suelen utilizarse aislados, sino en com- Curarea, Sciadotecnia y Telitoxicum— y en las loganiáceas
binaciones a veces muy complejas. Según palabras del género Strychnos, plantas todas ellas que constituyen
del propio Schultes, «casi cada tribu y a veces casi los componentes básicos de los curares amazónicos. Las

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Tabla 1. Algunas plantas que se utilizan para emponzoñar dardos y flechas en el norte de Amazonia*

FAMILIA ESPECIE ETNIA QUE LA UTILIZA Y PROPIEDADES DEL VENENO

Anonáceas Unonopsis veneficorum • Barasanas del Vaupés y kofanes de Colombia y Ecuador


• Curarizante
Loganiáceas Strychnos toxifera • Gran parte de etnias de la Amazonia
• Curarizante
Loganiáceas Strychnos guianensis • Gran parte de etnias de la Amazonia
• Curarizante
Menispermáceas Chondrodendron tomentosum • Gran parte de etnias de la Amazonia
• Curarizante
Menispermáceas Sciadotecnia toxifera • Gran parte de etnias de la Amazonia
• Curarizante
Menispermáceas Telitoxicum sp. • Gran parte de etnias de la Amazonia
• Curarizante
Menispermáceas Curarea sp. • Gran parte de etnias de la Amazonia
• Curarizana
Leguminosas Ormosia macrophyla
Miristicáceas Virola theiodora • Waika del norte de Brasil
• Alucinógeno
Timeláceas Schoenobiblus peruvianus • Kofanes de Colombia y Ecuador
• Curarizante
Vochysiáceas Vochysia columbiensis • Makús del Piriparaná
• Curarizante
*Lista basada en: Schultes RE. Selvas húmedas de Colombia. Bogotá: Villegas Editores; 1990, y en otras fuentes bibliográficas.

menispermáceas estudiadas poseen una elevada con- Guerra de Vietnam. Los orang asli, en concreto, enve-
centración del alcaloide tubocurarina, un potente rela- nenan sus dardos con extractos del árbol ipoh (Antiaris
jante muscular que tiene una gran importancia médica. toxicaria)4, una morácea que al igual que el manzanillo
Incluso hoy día, el alcaloide que se extrae de la corteza caribeño «emponzoña» el aire con sus emanaciones
de las menispermáceas continúa teniendo gran impor- pretendidamente mortales. Los krem, por su parte, un-
tancia comercial, ya que la tubocurarina sintética es in- tan sus flechas con veneno de cobra mezclado con resi-
ferior a la natural para su uso en medicina. na; en tanto que los lisu prefieren los tubérculos de
Pero no sólo las plantas del género Strychnos y las me- acónito5 para este menester.
nispermáceas citadas son fuentes de curare. Los kofanes Mucho más al SO, en Sudáfrica, los bosquimanos
de Colombia y Ecuador, que figuran según Schultes, untan sus flechas con venenos extraídos del árbol vio-
entre quienes utilizan una mayor variedad de plantas en leta (Securidaca longipedunculata) y de otras plantas, así
sus mezclas de venenos para la caza, preparan un efecti- como de serpientes, arañas, escorpiones y larvas de
vo curare con el fruto y las raíces de una timelácea. Los escarabajos tóxicos. Algo más al Norte, en el Ituri, los
barasanas del Vaupés, por su parte, preparan uno de sus pigmeos mbuti cazan grandes herbívoros con redes
mejores curares con la corteza de una anonácea, en tan- hechas con lianas y, una vez capturado el animal, lo
to que los makús del Piriparaná usan para ello la corteza rematan con una flecha embebida en una planta del
de una vochysiácea. En la tabla 1 se detallan éstas y otras género Strophantus. Este último género es bien cono-
plantas venenosas mencionadas por Schultes. cido por el kombé (S. kombe) o veneno para flechas
El uso de flechas y dardos envenenados no se limita de Komb, cuya actividad cardíaca ya fue observada
obviamente a Sudamérica. Muy extendido antaño por por David Livingstone. Además del kombé, cuyo
el sur de Asia, todavía perdura en numerosas comuni- principio activo, la estrofantina, se utiliza ampliamen-
dades aisladas como los penangs y dayaks de Borneo, te en cardiología, en África occidental se utilizan
los orang asli de la península de Malaca, los krem de otras especies de Strophantus para untar dardos y fle-
Laos y los lisu de Tailandia. Incluso los muy civilizados chas, entre ellas S. gratus, de la que se extrae el car-
vietnamitas usaron dardos envenenados durante la diotónico ouabaína.

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Tabla 2. Algunas plantas ictiotóxicas utilizadas en la parte noroccidental de Amazonia*

FAMILIA ESPECIE ETNIA QUE LA UTILIZA

Aráceas Philodendron crasspedodromum Varias tribus del Vaupés


Bombáceas Patinoa ichtyotoxica Tikunas del río Loretoyacú
Bignoniáceas Minquartia guianensis Waorani de la Amazonia ecuatoriana
Cariocariáceas Caryiocar sp. Varias tribus del Vaupés
Cariocariáceas Anthodiscus obovatus, A. peruviensis Varias etnias de Amazonia colombiana y peruana
Connaráceas Connarus opacus, C. sprucei Varias etnias de Amazonia colombiana
Connaráceas Rourea glabra Witotos de la Amazonia colombiana
Euforbiáceas Phyllantus sp. Kofanes de Colombia(las mezclan con Phytolacca rivinoides)
Fitolacáceas Phytolacca rivinoides Kofanes de Colombia
Mirsináceas Connomorpha lythophyta Varias tribus del río Kuduyarí
Timeláceas Schoenobiblus peruvianus Kofanes de Colombia y Ecuador
*Lista basada en Richard E. Schultes, 1990 (in Selvas húmedas de Colombia, Villegas Editores, Bogotá).

Venenos para la pesca las plantas; posteriormente, los peces entumecidos o


paralizados se recogen con canastos. En la Amazonia
Muchas plantas cuya toxicidad es relativamente leve se venezolana, los indios piaroas llenan dos sacos de ho-
emplean como venenos para la pesca. En el noroeste jas de Lonchocarpus nicou y de otras plantas, los macha-
de Amazonia, por ejemplo, de las más de 1.500 espe- can en un pilón, mezclan el barbasco así obtenido
cies vegetales de importancia etnobotánica estudiadas con 3 kg de ceniza de leña, y a continuación lo asolean
por R. E. Schultes, 40 se usan como venenos para pe- y lo esparcen en el agua; al cabo de unos 5 min, los
ces; en la tabla 2 se recogen algunas de estas especies peces paralizados por el veneno comienzan a flotar.
(aunque no las más comunes, que pertenecen a los gé- Los indios del Vaupés colombiano, por su parte, dejan
neros Lonchocarpus, Phyllanthus y Tephrosia). Más al este, fermentar durante varios días las hojas de Philodendron
en Venezuela, donde el barbasco o veneno vegetal para crasspedodromum, las maceran y las arrojan a las aguas
la pesca era una práctica muy común entre muchas et- en remanso. Más al sur, los tikunas del río Loretoyacú
nias indígenas —y continúa siéndolo entre algunas co- dejan secar la pulpa del voluminoso fruto de Patinoa
mo los yanomamis y los piaroas, aunque hoy está es- ichtyotoxica y la utilizan como veneno portátil para la
trictamente regulado por la ley—, también se usa una pesca en sus excursiones en canoa. Por lo demás, el
larga serie de plantas para este propósito. uso de venenos para la pesca está muy extendido
Algunas de las plantas que se utilizan en Venezuela por el mundo, desde Australia hasta Sudáfrica y Cali-
para embarbascar, como Lonchocarpus nicou, Piscidia fornia.
guaricensis y Thephrosia adunca, son muy eficaces para El uso quizá más curioso del barbasco es el que ha-
entumecer peces por el elevado contenido en roteno- cen los zoques en la ceremonia de la pesca de la sardi-
na de sus tallos y raíces. En concreto, Lonchocarpus ni- na ciega (Poecilia mexicana), en la cueva homónima
cou puede contener hasta un 12% de esta sustancia. cercana a Tapijulapa, en Tabasco (México). Cada año,
Además de las rotenonas y de varios alcaloides y glu- en un domingo cuya fecha varía entre abril y mayo, la
cósidos tóxicos —a menudo útiles como insectici- comunidad se reúne muy de mañana para organizar
das—, otras sustancias comunes en las plantas ictiotó- esta festividad de origen prehispánico. Después de pre-
xicas son las saponinas, alcaloides que alteran la per- parar un barbasco con camote de bambú amasado con
meabilidad de las membranas celulares y son muy cal y envuelto en hojas de platanillo (Paullinia mexica-
eficaces como venenos para peces por su elevada capa- na), los zoques bailan la danza de la sardina al son de
cidad hemolítica. pitos y tambores para pedir una buena pesca a los dio-
La forma de aplicación de los barbascos varía según ses. A continuación, las personas designadas tiran el
los países y regiones. En los llanos de Venezuela se barbasco al río, que fluye por la cueva y tras atrapar en
acostumbra a represar los ríos con troncos y ramas y cestos de mimbre las sardinas adormecidas, forman
luego se machacan directamente sobre el agua arre- una romería, guisan la pesca obtenida y conviven hasta
mansada, con un palo o con una piedra, las raíces de el atardecer.

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Raíces venenosas utilizadas por los indios shuar de Ecuador para


emponzoñar las aguas estancadas y pescar los peces que habitan
en ellas.

Indio urueu-wau-wau de la Amazonia brasileña


cazando con sus flechas envenenadas.

extinción. Otra leguminosa, Jubernardia sp., era utiliza-


da por una tribu del norte de la actual Zambia. Mucho
menos peligrosa que el haba de Calabar, esta planta só-
lo causaba arcadas y algunos dolores más simulados que
reales.
Ordalías de veneno Un rito similar al de los uwet es el que practicaron
durante muchos años los balantes de Guinea Bissau.
Otro de los usos del veneno es el que se hace en las or- Para demostrar que no habían practicado magia negra
dalías, esas pruebas periciales, médicas o más a menudo o causado enfermedad en alguna persona, ingerían una
judiciales en las que se deja al destino, al azar o a las pócima preparada con la corteza del árbol muavi (Ery-
fuerzas sobrenaturales la decisión de establecer la certe- trophleum guineensis). En este caso, no obstante, sólo
za. Poco utilizadas en la antigua Europa debido a la re- moría cada año, envenenada por las saponinas y cardio-
lativa escasez de sustancias ponzoñosas —y a partir del toxinas que contenía la corteza, una cuarta parte de la
Concilio de Letrán (1216), por la prohibición formal población. Por lo demás, muchos de los que se salva-
de la iglesia—, las ordalías basadas en la ingestión de ban no lo debían tanto a su mayor fortaleza física como
venenos se usaron en algunas regiones tropicales y muy a su capacidad económica de pagar la multa por bruje-
especialmente en África, donde todavía se practican en ría y librarse de la prueba o, en el peor de los casos, in-
la actualidad. gerir una dosis no letal y vomitar el tóxico. En 1827, el
En África occidental es particularmente notoria la explorador Richard Landner fue obligado en Badagri
ordalía a la que se sometió hace más de un siglo la tri- (Nigeria) a tomar corteza de muavi para demostrar su
bu uwet, asentada en la orilla izquierda del río Calabar. inocencia, pero pudo salvar su vida porque, avisado de
Para demostrar su inocencia por un delito cometido en antemano, tomó la precaución de tener a mano un
la zona, todos los miembros de la tribu tomaron una efectivo emético.
bebida hecha con jugo de haba del Calabar (Physostig- En algunos casos, a la ordalía por veneno no se so-
ma venenosum), una leguminosa que contiene eserina, meten las personas sino algún animal doméstico. Da-
eseridina, calabarina y otros alcaloides venenosos. A re- vid Livingstone ya había observado esta práctica entre
sultas de esta ingesta pereció más de la mitad de la tri- los barotse de la actual Zambia e incluso hoy día con-
bu, pero ello no impidió que el resto, según relatara tinúan practicándola los azande del suroeste de Sudán.
J.G. Frazer6, continuara esta práctica hasta su probable Con una pasta preparada con la corteza de una Strych-

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El jugo de haba de Calabar se ha utilizado profusamente en ordalías


de veneno llevadas a cabo en rituales africanos.

Los yali de Nueva Guinea untan sus flechas con el extracto de


una planta venenosa para cazar jabalíes y otras grandes presas.

nos que sólo crece en el Congo, esta etnia somete ga- Bibliografía y notas
llinas y otras aves a la ordalía del veneno, si bien en
algunos casos graves, como el adulterio, tanto al va- 1. Lo terrible del envenenamiento por curare es que la víctima sigue
estando consciente de lo que ocurre y puede sentir su parálisis
rón como a la mujer se les obligaba antaño a pasar la
progresiva hasta la muerte por asfixia, sin poder hacer nada al
prueba. respecto. Sin embargo, si a la víctima se la reanima con respiración
Otra ordalía en la que se utilizaba una planta del gé- artificial, se recupera sin lesiones.
nero Strychnos era la denominada mboundou que adqui- 2. No sólo los chamanes se ocupaban de mantener este secreto frente a
rió cierta notoriedad en el Congo a mediados del siglo los componentes de su tribu, sino que en muchas regiones unas pocas
XIX. A diferencia de otras pruebas, la poción era inge- tribus mantenían un verdadero monopolio sobre la producción de
rida en este caso por el curandero y no por el acusado. curare. Esta sustancia, que era demasiado onerosa para utilizarse en la
guerra, representaba para ellas una gran fuente de riqueza.
Pese a ello, si bien era probablemente bastante menos
3. Párrafo basado en una conferencia de Adrienne Mayor, la autora de
peligrosa que la ordalía con el árbol muavi —entre Greek Fire, Poison Arrows & Scorpion Bombs: Biological and
otras razones, porque el brujo ya se encargaba de no Chemical Warfare in the Ancient World (Overlook Duckworth,
pasarse con la dosis—, la mboundou era una prueba 2005).
ordálica muy temida. 4. En algunas islas situadas al este de Nueva Guinea, los jóvenes
Fuera del África negra, las tribus que practican o preparan un filtro de amor con la corteza del ipoh. Machacan la
practicaban la ordalía del veneno pueden contarse con corteza de este árbol, mezclan el polvo obtenido con nuez de coco,
envuelven la mezcla en una hoja y la cuecen. A continuación, vierten
los dedos de la mano. Los indios cuna de Panamá pare-
esta pócima sobre la mujer que no les corresponde y cuando ella se
cen practicarla, aunque en realidad se trata de una for- despierta se siente, según pretenden, infaliblemente presa de amor.
ma disimulada de eutanasia. Cuando alguna persona de 5. El acónito también fue utilizado por los antiguos griegos y romanos
la tribu se vuelve loca o ya no puede valerse por sí mis- para untar sus flechas, para envenenar las reservas de agua del
ma, se le administra una infusión concentrada de una enemigo y para asesinar tiranos y oponentes políticos. El emperador
loganiácea sumamente tóxica, la ina nusu o hierba lom- Claudio I fue asesinado con esta planta por su propio médico. Más
bricera (Spiegelia anthelmia). Aunque antes de adminis- tarde, en la Alta Edad Media, los cazadores sajones impregnaban con
ella sus flechas para matar lobos. El uso del acónito como «matalobos»
trarle la ina nusu a la víctima se espera a que surja algún
también estuvo muy generalizado en España y en otros países
problema que afecte a la tribu para poder atribuírselo europeos, donde partes de esta planta se mezclaba con carne que se
—lo que parece disfrazar la eutanasia como una prueba depositaba en lugares estratégicos.
ordálica—, el pretendido acusado perece sin remedio 6. Frazer JG. The Golden Bough. Basingstoke (R.U.): The Macmillan
en todos los casos. ■ Company; 1928.

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