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CORTE A:
ADOLFO
¡Gloria!
(Grita de repente)
CORTE B:
CORTE C:
MUJER
¿Cuánto es?
PROP. TIENDA
Siete pesos.
La mujer suelta la mano de su hijo para sacar un monedero de
su bolsa, la cual coloca inmediatamente después, en su
hombro. Intenta sacar una moneda del monedero, pero
interrumpe su movimiento y voltea a ver al propietario de la
tienda. ADOLFO espera junto al aparador, y el niño dirige su
vista hacia él.
MUJER
De casualidad, ¿no le quedaron
de esas velas largas curveaditas
de colores como la que le
compraba mi mamá?
PROP. TIENDA
(Se queda pensando).
A ver, déjeme checar.
(Y se retira hacia la
parte trasera de la tienda).
MUJER
(Voltea hacia él)
¿Qué quieres niño?
NIÑO
(En voz alta)
Mamá, ¿Por qué se ve tan mal ese
viejo?
MUJER
(Alterada)
¡Mocoso grosero! ¡Pídele
disculpas al señor!
NIÑO
(Sollozando y cabizbajo)
Perdón...
MUJER
Bueno, paso la próxima semana.
Gracias, buenas tardes.
PROP. TIENDA
¡Días!
(Corrige sonriendo)
Hasta luego.
PROP. TIENDA
Joven, ¿Qué va a llevar?
ADOLFO
Deme un litro de leche, de la
baratita, y una botellita de
alcohol.
PROP. TIENDA
¿De curación?
ADOLFO
(Distraído)
Sí, sí.
PROP. TIENDA
¿Es todo?
(Su cliente asiente con la
cabeza)
Dieciocho pesos, por favor.
ADOLFO
(Sonriendo forzosamente)
Gracias.
PROP. TIENDA
A usted...
CORTE D:
CORTE E:
CORTE F:
“DOMINGO
20
ABRIL”
CORTE G:
CORTE H:
CORTE J:
ADOLFO
Hola, amor. Aquí estoy de
nuevo... ¿Y cómo no iba a
estarlo? ¡Hoy mi mujer cumple
setenta y cuatro años!
(Sonríe muy forzadamente,
tratando de contener las
lágrimas)
¡Tenemos que celebrar! ¡No todos
los días cumples setenta y cuatro
años! Además, ¡qué precioso día!
Hace tiempo que no veía más que
nubes grises, y la lluvia.
Mira...
(Toca sus vestimentas)
El saco que siempre te ha
gustado, y ¡Mira! ¡La corbata!
¿Te acuerdas? Me la regalaste en
uno de nuestros aniversarios. Y
siempre me la ponía cuando
cumplíamos años juntos. ¿Te
acuerdas de Xochimilco? ¿Te
acuerdas de las lilis? ¿El
vestidito azul? ¿El gorrión?
ADOLFO
Una basurita, mujer, no es nada.
Tus hijos. Nuestros hijos no
pudieron venir, tienen demasiado
trabajo, pero te mandan muchos
saludos, muchos besos y abrazos.
Todos los días van a verme, no me
falta nada... La casa está muy
limpia, todo está en orden, todo
en su lugar, justo como cuando la
dejaste.
(Solloza)
He comido muy bien. Hace dos años
que dejé el cigarro. Todo está
muy bien amor, tú no tienes nada
de qué preocuparte, todo está
como a ti te gusta. Y yo... yo
estoy mejor que nunca. Mírame.
(Se señala con las manos)
Me veo muy bien, ¿Verdad?...
Pelusa... Tu gatita me hace
compañía. Come muy bien la
canija... Y ¡ah! ¡Qué lata da!
(Sonríe de momento, y
detiene su hablar por unos
segundos)
Tengo que irme, viejita, tengo
que cuidar la cena que nos
preparé. Vendré pronto a verte.
Estaré muy bien, lo prometo.
ADOLFO
Te amo.
Trata de levantarse, pero vuelve a su lugar. En un segundo
intento lo logra, pero con mucha dificultad. Sus piernas le
tiemblan, pero continúan su andar.
CORTE K:
“PELUSA
R. I. P.”
CORTE L:
VUELVE A NEGRO.