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Descripción breve

Palabras amorosas con motivo del despertar de conciencia al realizar la lectura de


Reyita

Yudelkis Margarita Rengifo Blanco


rengifoyudelkis@gmail.com
PROGRAMA NACIONAL DE FORMACIÓN EN ARTES Y CULTURAS DEL SUR

ESCRITURA CRÍTICA Y CREACIÓN

A REYITA
A todas nosotras
Escribirle algo a Reyita, de esto se trata; ¿pero qué le digo a Reyita que no me
haya dicho antes ella?

Ha sido un inefable placer escucharla contar sus recuerdos, su historia de vida


con una conciencia de clase impactante, pude apreciar el valor que en primer
lugar le da a sus raíces, a sus ancestras y ese mismo valor lo transmite a su
descencia.

Una mujer en toda la extensión de la palabra, con una dirección clara porque
entendió el mundo de la discriminación racial, de género, política y económica.

Reyita es mi abuela Petra y también un poco a Margarita, son mis tías, mi mamá,
mis sobrinas, mis primas, soy yo misma.

Soy feliz de haber honrado a mi abuela Petra, la verdad se llamaba Petrona


Agustina pero se hacía llamar Petra. Una india hermosa, de la costa del Pacífico
Colombiano, melómana, cocinaba riquísimo.

Que tanto hizo para levantar a sus hijos: lo decible y lo indecible, por esto
acusada por sus hijos; pero a mí me encantaba mi abuela y solía decirle a mi
mamá y a mis tías que si la honraran. Ella era genial: leía las cartas, ayudaba a
la gente a sanar cosas, cuando éramos chiquitos nos sentaba en el hueco que se
hacía en su vestido y ahí nos mecíamos y nos ocultábamos a veces de las mamás
regañonas.

El gusto por la música, la comida y el placer de amar estoy segura que lo heredé
de mi abuela.

Ella tenía conciencia del tema discriminatorio, por mujer, por india y acá en
Venezuela por Colombiana. Enseñó a sus hijos a amar profundamente a esta
patria; aunque nunca quiso cambiar de nacionalidad porque decía que las raíces
no se niegan. El amor al Libertador Simón Bolívar, a nuestra bandera y a
nuestro himno nos lo enseñó la abuela.

Le encantaba ponernos a bailar y a hacer actos culturales delante de familiares y


amigos; entonces con esto nos quitaba la pena hacia la gente, ¿chica será que por
eso me encanta un show?
Escuchar a Reyita es escuchar también a mi abuela Margarita, otra india del
llano guariqueño; era quizá más como la mamá de Reyita: racista (no le gustaban
los negros) y resulta que nuestro apellido Rengifo, viene precisamente de un
negro cimarrón que según ella misma se vino “descolgando de hacienda en
hacienda desde Miranda y se juntó con la tátara abuela que era una blanquita de
hacienda llanera” Tuvieron unas morochas: una negra y una blanca. La blanca
murió y la tátara abuela no quiso a la muchachita negra y dijo a alguna de las
criadas: ahí tiene esa vaca para que crie a eso (refiriéndose a su hija).

Luego la bisabuela Carmen (que le decían Chepa), tuvo a mi abuela Margarita y


ellas estuvieron juntas hasta que la abuela Chepa falleció. Me contaba mi papá
que su abuela estaba con ellos y los consentía y ayudaba con la crianza de los
siete muchachos de Margara…

Y puedo irme por este camino de recuerdos y vivencia y contar cositas de cada
mujer de esta mi familia. Sus luchas, sus alegrías, todo lo decible e indecible que
puede hacer una madre para levantar a sus hijos.

Gracias Reyita y gracias a su hija que levantó ese testimonio. Es vernos a todas
en distintos momentos; negras, indias, blancas, mestizas, mulatas, catiras. Es
honrar a mis ancestras, a mi madre, a mis hermanas y a mis primas, es
honrarlas para que nuestra descendencia sea honrada.

Gracias Reyita porque escuchándote he resuelto un tema pendiente desde hace


mucho tiempo: querer sanar mi línea materna. La verdad es que lo que se quiere
hacer con el razonamiento puro, el juicio y la lógica es muy cuesta arriba. Es
dejar que el amor se manifieste, y las razones son justificaciones y no jucios.

Soy feliz de ser parte de estas mujeres, de venir de estas dos abuelas fabulosas:
gracias mami por mi abuela Petra, gracias papi por mi abuela Margarita. Amo a
mis mujeres desde la primera hasta las que vienen.

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