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C a p í t u l o II

EL ENTE, PUNTO DE PARTIDA DE LA


METAFISICA

A ntes de abordar otros tem as, es necesario ofrecer u n a p ri­


m era visión de las nociones metafísicas fundam entales: la de ente,
y las m ás cercanas a ella, com o ser, esencia y existencia. C om o el
ente es el objeto de la m etafísica, todas las dem ás cuestiones hay
que resolverlas bajo la luz que nos proporciona esta noción; por
eso, es conveniente en los com ienzos dar u n a prim era descripción
del significado de ente, sin perjuicio de que a lo largo de la asigna­
tu ra se vayan tratando con m ás detenim iento los tem as que aquí
se apuntan.

1. N o c ió n d e e n t e

E n te es «lo que es» (id quod est). N o es posible dar u n a defi­


nición estricta de ente, porque definir es situar una realidad
dentro de u n concepto m ás am plio (su género); com o decim os,
p o r ejem plo, que autom óvil es u n tipo de vehículo con m otor,
p ara pocas personas, etc. Ente, en cam bio, es el concepto que
abarca todo género de realidades, de m anera que ya no cabe
encuadrarlo en u n a noción más universal. A título de descripción,
se puede indicar el significado de ente com o «lo que es», «lo que
existe», «lo que es real», y así son entes u n hom bre, un pájaro, un
avión. Este térm ino, sin embargo, no expresa exactam ente lo
m ism o que «cosa», ya que procede del verbo ser y designa a las
cosas en cu an to so n; así com o viviente es el que vive, cantante el
que canta, o corredor el que corre.

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M ETAFISICA

En el lenguaje ordinario, ente se utiliza raras veces y con


un significado impreciso, para aludir a algo que no conocemos
bien, o que conocemos de un modo muy indeterminado. En
cambio este vocablo es más corriente en la terminología jurídi­
ca, que habla de «entes morales» y de «entidades» para referirse
a las instituciones o sociedades jurídicamente reconocidas.
Es necesario eliminar del término ente todo matiz de
vaguedad. En metafísica ente tiene un significado concreto y
real: entes son las cosas que existen en el mundo. Aunque en el
habla común las llamamos seres, en el estudio de la filosofía es
mejor conservar el uso técnico de ente, para que así se pueda
distinguir adecuadamente del ser, que designa el acto del ente.
Se salva así la posible ambigüedad de la palabra ser, que puede
utilizarse como nombre y como verbo; además, ente acentúa el
carácter concreto e individual de las cosas existentes, mientras
ser, como todo infinitivo (leer, ver, etc.), tiene una significación
todavía indefinida.

L a noción de ente no es simple, sino que aparece com puesta


por un sujeto (id quod) y un acto (est). En esta noción intervienen
dos elem entos, a saber, algo que es, y el m ism o es de esa cosa. El
«algo» (una persona, un barco, etc.) ejerce la función de sujeto, es
decir, de realidad a la que corresponde ser (así com o el sujeto de
la risa es el que se ríe); el es señala el acto, la perfección propia de
ese sujeto (el reír es el acto de la persona que ríe).
Estos dos elem entos constituyen u n a unidad: al decir
«ente» hacem os u na referencia im plícita al ser, aunque todavía no
form ulem os el juicio «esto es» o «algo es»; a su vez, cuando oímos
sólo el verbo «es», echam os en falta, o se supone, el sujeto de ese
acto. Ser y ente se im plican de m anera recíproca.
En resum en podem os afirmar:
1) E n te significa de m odo principal la cosa que es, y la
designa precisam ente en cuanto tiene el ser.
2) P or eso, ente significa de m odo concom itante tam bién
el ser de esa cosa, el ejercicio del acto de ser.
3) E nte indica, en consecuencia, algo que existe en la rea­
lidad.

De manera derivada se habla también de «ente de razón»,


que significa algo a modo de ente que es sólo en la inteligencia
humana; como por ejemplo, los personajes ficticios de una
novela, los seres que son producto de la fantasía, etc. Estos
conceptos tienen un cierto ser, que consiste en ser pensados por
nuestra potencia intelectual. Se trata simplemente de conceptos.

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IN T R O D U C C IO N

o realidades m entales, sin existencia fuera del entendim iento


hum ano. C uando d ecim os que algo es real, querem os indicar su
contraposición al ente de razón: un personaje real es un hom bre
no m eram ente pensado o soñado, sino existente, de carne y
hueso.

2. La e s e n c ia , m o d o d e SER d e l o s e n t e s

Las cosas son, y al m ism o tiem po son algo, poseen una


determ inada naturaleza. A la pregunta sobre qué es esa cosa,
respondem os diciendo: es un libro, u n a mesa, u n perro. Esos
nom bres expresan lo que las cosas son, es decir, su esencia, lo que
los define, al m argen de otras determ inaciones accidentales y
m udables. Por ejem plo, no cabe duda de que un águila no es una
sum a de cualidades, sino que tiene u n a consistencia interna, un
núcleo central del que b ro tan sus m últiples características, que
nosotros captam os gracias a nuestra inteligencia, y expresam os en
su definición y en el nom bre águila que le im ponem os.
E sencia es, pues, aquello que hace que una cosa sea lo que
es. T odas las cosas tienen, p o r una parte, ser, y en este sentido las
llam am os entes; pero al m ism o tiem po, todas ellas poseen una
esencia, p o r la que reciben nom bres distintos. En virtud de su
esencia el hom bre es hom bre, el vino es vino y el agua es agua, y
no o tra cosa cualquiera de las que com ponen el universo.
A parece así, en todas las cosas, u n a dualidad de principios
constitutivos, el ser y la esencia; son dos aspectos indisociables y
necesarios en cualquier realidad existente en el m undo. M ás ade­
lante se estudiará con detenim iento la relación entre estos dos
principios y su función pro p ia en la constitución de las cosas. Por
ahora, basta observar que u n pino, un asno, un m etal, es decir, la
esencia de los entes, im plica un m odo de ser, u n a determ inada
m odalidad del ser de las cosas: el universo se nos presenta com o
un conjunto arm onioso de realidades que, teniendo el ser com o
propiedad com ún, se diversifican específicam ente según u n a
variedad de esencias o naturalezas.

3. E l ser, acto del en te

A h o ra vamos a considerar el elem ento principal del ente,


que es su ser. El significado de ser es evidente p ara todos, sin que
sea necesaria - n i p o sib le- u n a privilegiada intuición del ser;

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M E T A F ISIC A

pero eso no im pide un m ayor esclarecim iento de su sentido por


parte de la m etafísica.
Se trata de u n a prim era aproxim ación, pues este tem a podrá
considerarse con m ayor profundidad m ás adelante. La peculiari­
dad de la cuestión del ser radica en que todo es, es decir, no luiy
ninguna realidad que no sea; sin em bargo, ninguna de las cosas
creadas es ser puro, sino que consisten en m odos determ inados de
ser, en realidades que son, pero no son el ser. D e esta m anera, el
ser se m anifiesta com o u n a propiedad o acto del ente: el ente no
es ser solam ente, sino que tiene ser. A quí se intenta determ inar
algunos rasgos del ser com o acto del ente.

a) E l ser es un acto, una perfección de las cosas. A unque


en la vida corriente llam am os «actos» a las acciones u operacio­
nes (acto de ver, leer, cam inar), en m etafísica se designa con el
nom bre de acto a cualquier perfección o propiedad de las cosas1.
En este sentido, p o r ejem plo, u n a rosa blanca es una flor que tiene
la b lan cu ra com o u n acto que le otorga u n a determ inada perfec­
ción. D e m odo sem ejante, el «es» de las cosas indica una perfec­
ción tan verdadera com o el «vivir» para los vivientes. Sin em bar­
go, se trata evidentem ente de un acto peculiar, com o verem os
enseguida.

b) E l ser es un acto universal. N o es algo exclusivo de un


tipo de realidades, com o lo son el acto de correr o de entender,
sino que todas las cosas son: sin ser no habría nada. D e cualquier
objeto del universo, sea el que sea, siem pre habrá que decir que
es: este pájaro es, las nubes son, el oro es...

c) E l ser es un acto total: abarca todo lo que las cosas son.


M ientras las dem ás perfecciones son parciales, porque indican
diversos aspectos o partes del ente, ser contiene todo lo que una
cosa posee, sin excluir absolutam ente nada. Leer no expresa la
integridad de perfección del lector; ser, en cam bio, es acto de
todas y cada una de las partes de la cosa: si u n árbol es, todo él es,
con todos sus aspectos y elem entos, pues su color es, su form a es,
su vida y su crecim iento son\ todo en él participa del ser. En este
sentido, el ser com prende la totalidad del ente.

1. Desde A r i s t ó t e l e s , el acto cobra un sentido de perfección. Para el


Estagirita, el acto -energeia, cnlclequia- se contrapone a la potencia -d y n a m is-
com o lo perfecto y acabado, la realización de la forma, a la capacidad real no reali­
zada (Cfr. M et. IX, 6, 1048 b I ss.).

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d) E l ser es el acto constitutivo y m ás radical: aquello por


lo que las cosas son. Así com o la esencia es lo que hace que una
cosa sea de un m odo u otro (león, hom bre, silla), el ser es lo que
hace que las cosas sean. Esto puede m ostrarse con diversas ra­
zones:
- p o r la com unidad del ser: siendo distintas unas cosas de
otras, aquello que hace que todas ellas sean, no puede radicar en
sus principios de diversidad -s u esencia, sus accidentes variados,
e t c - , sino precisam ente en aquel acto en el que convienen: el ser;
- p o r la prioridad de naturaleza del ser: cualquier acción o
propiedad de las cosas presupone un sujeto ya constituido, que es
previam ente; en cam bio, el ser es el presupuesto de toda acción y
de todo sujeto, ya que sin ser, n ad a sería; el ser no es u n acto deri­
vado de lo que son las cosas, sino precisam ente lo que hace que
sean;
- p o r exclusión: ninguna propiedad física, biológica, etc.,
de las cosas (su energía, su estructura m olecular o atóm ica) puede
hacer que éstas sean, pues todas esas características, para producir
sus efectos, antes tienen que ser.

En definitiva, el ser constituye el acto prim ero y m ás íntim o


del ente, que desde dentro confiere al sujeto toda su perfección.
Así com o el alm a inform a al cuerpo y le da vida, de m odo análo­
go el ser actualiza intrínsecam ente a cada cosa, haciendo que sea;
el alm a es principio vital, y el ser es principio de entidad o de
realidad de las cosas.

Transcribimos a continuación algunas formulaciones de


Santo Tomás sobre el acto de ser:
«El ser es lo más perfecto de todo (...), es la actualidad de
todos los actos (...) y la perfección de todas las perfecciones»
(De potentia, q.7, a.2, ad 9). Pues cualquier acto o perfección
antes debe ser, es decir, ha de tener previamente el acto de ser;
de lo contrario, nada sería.
«El mismo ser es lo más perfecto de todas las cosas, pues
se relaciona con todas como su acto. Nada posee actualidad
sino en cuanto es; por eso, el ser mismo es la actualidad de
todas las cosas, incluso de las mismas formas (substanciales o
accidentales)» (Summa Theologiae, I, q.4, a.l, ad 3).
«El ser es lo más intimo de cualquier cosa, y lo que más
profundamente está en todas, ya que es formal (acto, algo que
informa o actúa) con respecto a todo lo que hay en una cosa»
(Summa Theologiae, I, q.8, a.l).

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