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Un Sistema Educativo para Formar Ciudadanos
Un Sistema Educativo para Formar Ciudadanos
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Un sistema educativo para formar ciudadanos.
Guanajuato 1821–1835
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Coordinador general de la Comisión Estatal para la Organización de la Conmemoración
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del Bicentenario del inicio del movimiento de Independencia Nacional y del Centenario
del inicio de la Revolución Mexicana del Gobierno del Estado de Guanajuato
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José Gerardo Mosqueda Martínez
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Secretario técnico
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Coordinadora de publicaciones
Margarita Díaz Abrego
Comité Editorial
Luis Miguel Rionda Ramírez
Armando Sandoval Pierres
Benjamín Valdivia Magdaleno
José Eduardo Vidaurri Aréchiga
Un sistema educativo para formar ciudadanos.
Guanajuato 1821–1835
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Colección Diversidad
Guanajuato
2009
Un sistema educativo para formar ciudadanos.
Guanajuato 1821–1835
Primera edición, 2009
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D.R. © Gobierno del Estado de Guanajuato
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Paseo de la Presa núm. 103, zona centro, CP 36000
Guanajuato, Guanajuato, México.
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D.R. © Universidad de Guanajuato
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Fotografía de portada: Imagen Tomada del libro The British System of education: Being acomplete
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epitome of the improvements and inventions practised by Joseph Lancaster: to which is added,
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a report of the trustees of the Lancaster school at Georgetown, Col. Georgetown. Published by
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ISBN: 978-607-7789-02-4
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Introducción 9
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Capítulo I
El imaginario político: el marco legislativo 15
1. Los antecedentes op d 16
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Capítulo II
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Capítulo III
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Capítulo IV
A manera de conclusión 123
Fuentes 127
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Introducción
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E n los albores de su desarrollo independiente la nación mexicana experimentó una
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diversidad de proyectos tendentes a organizar política, económica y socialmente
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el nuevo país. El primero de ellos que logró una cierta concreción fue el de la llamada
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primera república federal, que se caracterizó por ser un periodo coyuntural en el que
confluyeron, por un lado, el optimismo y los deseos de estructurar y desarrollar ese
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nuevo proyecto político y, por el otro, la realidad de los hechos ante el panorama
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desalentador producto de la lucha por la independencia. En lo ideológico es también
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bien puede considerarse la adopción del sistema lancasteriano como un aporte de los
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Un sistema educativo para formar ciudadanos. Guanajuato 1821–1835
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en nuestro estado; así como de su inserción dentro de la problemática política,
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económica y social que le dio contexto, y que determinó sus logros y fracasos.
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El proceso a lo largo del cual se ha obtenido este producto no ha sido fácil, se
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ha requerido de una constante redefinición de la problemática y objeto de estudio.
El interés inicial por estudiar las formas y procesos de formación de los profesores
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guanajuatenses a principios del siglo XIX, contrastando lo enunciado en la legislación
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con los hechos concretos, se redefinió en un contexto mucho más amplio al descubrir
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hechos), a fin de contar con elementos necesarios que nos permitieran explicar la
participación de los mismos en la conformación del proyecto político estatal y el
desarrollo de la educación en nuestro estado. Para ello el trabajo se estructuró en
cuatro capítulos que van desde la descripción de las orientaciones ideológicas de la
legislación educativa antecedente hasta el análisis de la problemática que obstaculizó
el logro de los objetivos educativos planeados por el gobierno guanajuatense
posindependiente.
10
Temporalmente el trabajo se delimitó obedeciendo a los criterios de que
en 1824 inicia Guanajuato su desarrollo como Estado Libre y Soberano y empieza
a organizarse hacia su interior, atendiendo todos los aspectos inherentes a dicha
organización, y culmina con la promulgación del Decreto 118 de fecha 9 de abril de
1831, misma que marcó la consolidación de la organización educativa a nivel estatal,
por lo menos en el ámbito jurídico, ya que dicha ley tuvo vigencia hasta el año de 1867,
año en que fue derogada por el entonces Gobernador del Estado Florencio Antillón.
Por tanto el periodo comprende únicamente las primeras manifestaciones realizadas
por los gobiernos estatales con el fin de satisfacer la formación de docentes como
fundamento de su proyecto educativo, en un periodo que se considera caótico.
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El primer capítulo tiene el propósito de analizar la ideología que permeó la
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legislación educativa de la primera enseñanza en el estado de Guanajuato durante el
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de
periodo en estudio, a fin de caracterizarla. Para ello se hizo, en un primer momento,
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un análisis de la legislación educativa antecedente que influyó o pudo haber influido
en las decisiones de los legisladores estatales para la elaboración de los decretos que
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rigieron el actuar de los administradores y los profesores guanajuatenses durante el
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desarrollo de la educación en el Guanajuato de la primera república federal. Es decir,
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de nuestro país. Posteriormente, con base a los elementos identificados en los códigos
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independiente, tanto la que tuvo influencia a nivel nacional como aquélla que fue
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elaborada para fijar las directrices del naciente distrito y territorios federales, a fin de
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Un sistema educativo para formar ciudadanos. Guanajuato 1821–1835
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fueron: sobre el marco legislativo, para el periodo de la ilustración, fue fundamental
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la obra de Antonio Xavier Pérez y López, que es una excelente recopilación de la
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legislación española que reproduce los documentos originales y nos permite conocer
de
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a cabalidad las disposiciones educativas del periodo, asimismo la consulta en la
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internet de los archivos digitalizados del Ministerio de Cultura Español, en su página
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sobre la Legislación Histórica de España. Para el periodo de la legislación liberal
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las obras consultadas fueron las de Julio Ruiz Berrio y la de Alfredo Tena Ramírez,
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de los decretos emitidos por el Congreso local, localizadas en los diferentes archivos
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primera mano localizadas en: del Archivo General del Gobierno del Estado (AGGE), se
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(AHG), se consultó el ramo sobre Educación Pública y los libros de Actas del Cabildo
Municipal; de la Biblioteca del Congreso se consultaron los Libros de Decretos y los
libros de Actas del Congreso. Todas ellas nos permitieron ir trazando el desarrollo de
los procesos que dieron como resultado la implementación del proyecto educativo
estatal.
Cabe señalar la importancia de los trabajos de carácter general que nos
remiten a la información sobre el desarrollo de la educación lancasteriana a nivel
nacional, con fuerte contenido sobre la Ciudad de México, principalmente de las
12
autoras Dorothy Tanck de Estrada, Josefina Zoraida Vázquez y Anne Staples, gracias
a los cuales pudimos contextualizar nuestro trabajo con la producción historiográfica
de carácter nacional, y contrastar nuestra información de los procesos locales con los
procesos a nivel macro, principal aunque no únicamente, en el último capítulo.
Asimismo cabe reconocer la importancia de la consulta de los trabajos de
producción local, como los de Julieta Contreras, Alfredo Pérez Bolde, Jesús Rodríguez
Frausto, Eduardo Vidaurri, Rosa Irene Sepúlveda y Elva de la Parra; mismos que nos
permitieron delinear, en un primer momento, la estructura de los procesos legislativos
y sobre la implementación de la escuela normal lancasteriana, en términos generales,
además de orientarnos en la búsqueda de las fuentes de consulta de primera mano,
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sobre la información contenida principalmente en el capítulo tres.
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Cabe señalar que en el tratamiento que se le dio a la información de los
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documentos manuscritos, en los casos en los que se consideró importante su
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trascripción textual, se procuró respetar la gramática y ortografía originales en el
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proceso de paleografiado; ello con la intención de que su interpretación fuera lo más
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objetiva posible. Pr es
Este trabajo está basado en mi tesis de maestría y se espera con él contribuir a
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Reconozco mi deuda para con las personas e instituciones que de una u otra
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forma contribuyeron a que este trabajo vea la luz, en primer término a la Dra. Silvia
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Dra. Cirila Cervera Delgado, por sus observaciones siempre puntuales; al Mtro. José
Eduardo Vidaurri Aréchiga, por su gestión ante las autoridades competentes para su
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Capítulo I
El imaginario político: el marco legislativo
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E n este capítulo intentaremos hacer una caracterización de la ideología que permeó
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la legislación educativa sobre la primera enseñanza en el estado de Guanajuato
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durante el periodo en estudio. Para ello se hará, en un primer momento, un análisis
de
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de la legislación educativa antecedente -las leyes emitidas antes de decretarse la
independencia de nuestro país-, que influyó o pudo haber influido en las decisiones de
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los legisladores estatales para la elaboración de los decretos que rigieron el actuar de los
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administradores y los profesores guanajuatenses durante el desarrollo de la educación
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legislación mexicana, tanto la que tuvo influencia a nivel nacional como aquella que fue
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elaborada para fijar las directrices del naciente distrito y territorios federales, a fin de
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para identificar posibles influencias recíprocas entre los proyectos educativos: estatal
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y nacional.
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1
Cfr. Almada R., Francisco. “La reforma educativa a partir de 1812”, en Historia Mexicana. México,
Vol. XVII, jul–sept de 1967, Núm. 1, pp. 103–125. Tanck de Estrada, Dorothy. “Las cortes de Cádiz y
el desarrollo de la educación en México”, en Historia Mexicana. México, Vol. XXIX, jul–sept de 1979,
Núm.1, pp. 3-34. Tanck de Estrada, Dorothy. “Ilustración y liberalismo en el programa de educación de
Valentín Gómez Farías”, México, Vol. XXIII, abril–junio de 1984, Núm. 4/132, pp. 463-508.
15
Un sistema educativo para formar ciudadanos. Guanajuato 1821–1835
entre 1758 y 1791. La segunda vertiente incluye los documentos decretados por los
gobiernos liberales españoles entre 1812 y 1821, que aunque tuvieron una actuación
intermitente, su influencia fue decisiva en la conformación de la legislación educativa
mexicana del periodo independiente.
1. Los antecedentes
a. La legislación educativa de la España ilustrada
Si bien es cierto que el establecimiento de los sistemas educativos públicos es
considerado un aporte del pensamiento liberal2 y que en España y sus territorios
no existió uno con tal característica antes de la Constitución de Cádiz, también es
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cierto que éste fue producto del desarrollo de las ideas antecedentes que quedaron
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plasmadas en la legislación educativa de finales del siglo XVIII y principios del XIX,
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durante el llamado periodo ilustrado, en el que la Corona Española mostró un gran
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interés por tomar bajo su control la educación de sus súbditos. Por ello la importancia
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de su análisis para explicar la influencia de estas leyes en el desarrollo de la educación
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en nuestro estado.
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Para analizar la legislación emitida por el Gobierno español durante el
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que expresan la política implementada por los gobernantes de la Casa Borbón y cuyas
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de los dominios españoles. Cabe señalar que aunque de algunos de los documentos
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la monarquía, fueron medidas que denotan las perspectivas de la corona para con la
problemática educativa de sus territorios, y sus posibles deseos de establecerlas en
todos ellos.
2
Puelles Benítez, Manuel de. “Estado y Educación en las Sociedades Europeas”, en Revista
Iberoamericana de Educación, Número 1 - Estado y Educación, Enero-Abril 1993.
16
El imaginario político: el marco legislativo
Los autores consultados3 coinciden en señalar que es a partir del año de 1771,
con la expedición de la Real Provisión de julio de ese año, cuando el Estado toma las
riendas y establece las condiciones que deben de cumplir los maestros de las escuelas
públicas; sin embargo, para nuestros objetivos hemos incluido en el análisis la Real
Cédula expedida en 1758, considerando que ella nos permite precisar algunos de los
elementos incluidos en este estudio, y que se irán señalando con puntualidad en su
momento.
Los principios fundamentales que caracterizaron a la ideología ilustrada
respecto de la educación, fueron la popularización, la civilidad y la formación técnica
o artesanal. Los gobiernos ilustrados concebían a las primeras letras como “el mas
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principal ramo de la policia, y buen gobierno del Estado”,4 razón por la cual era
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necesario impartirla a la juventud desde su más “tierna edad”, ya que “las primeras
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de
impresiones que se reciben ... duran por lo regular toda la vida, y la mayor parte de
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ellos no adquieren otra instrucción cristiana y política que la que recibieron en las
escuelas”.5 Por ello la necesidad de que se popularizara la educación, que todos los
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niños del reino recibieran los primeros rudimentos de la educación, lo que redundaría
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en el beneficio de la causa pública.
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en frases como “mejorar las costumbres”,6 “para formar en aquella edad dócil
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3
Cfr. Ruiz Berrio, Julio. “Maestros y escuelas de Madrid en el Antiguo régimen”, en Cuadernos
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de Historia Moderna. Anejos. Madrid, Universidad Complutense de Madrid, Vol. III, 2004, pp. 113–135;
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Lorenzo Vicente, Juan Antonio (1995). “Perspectiva histórica de la formación de los maestros en España
(1370–1990), en Revista Complutense de Educación, Madrid, Vol. 6, Núm. 2. Universidad Complutense de
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17
Un sistema educativo para formar ciudadanos. Guanajuato 1821–1835
(…) las reglas del bien obrar”,8 “para que sean unos buenos ciudadanos”,9 “buenas
costumbres y civilidad o urbanidad”.10 Se consideraba que la formación que
adquirían los individuos a través de las primeras letras era la cimiente para el
logro de una ciudadanía ilustrada y el fundamento de la felicidad de los pueblos.
Aunado a los dos principios anteriores estaba el desarrollo de un espíritu de
progreso, concebido como uno de los baluartes de la educación el “progreso en las
ciencias y las artes”, “el ejercicio de las virtudes”, “la instrucción en las destrezas de sus
labores”, con lo cual se complementaba el ideario de los ilustrados de llegar al desarrollo
de la sociedad a través del desarrollo de toda la niñez en los principios ciudadanos
básicos y los fundamentos para el desarrollo de los oficios que contribuyeran en su
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conjunto al progreso social.
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A finales del siglo XVIII se hace mención en las leyes monárquicas de otros
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dos principios que no llegaron a generalizarse, es decir, solamente aparecen de
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manera esporádica en la misma, y que tendrían suma importancia en el desarrollo de
la educación durante todo el siglo XIX. El primero de ellos es el de la gratuidad, a la
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cual se alude cuando se les ordena a las maestras11 y maestros,12 que deberían enseñar
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gratuitamente a los niños pobres. Es solamente un favor de la Corona hacia las clases
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señala al decretar que las maestras, que quisieran abrir una escuela ya fuera de escuela
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pública o privada, tendrían que ser examinadas y aprobadas por los Comisarios de las
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Corte”.13
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8
Real Cédula de 11 de Mayo de 1783, en Pérez y López, Antonio Xavier, Op. Cit., t. 12, pp. 344
y 345.
9
Circular de 6 de Mayo de 1790, en Pérez y López, Antonio Xavier, Op. Cit., t. 11, p. 323.
10
Real decreto de 25 de Diciembre de 1791, en Pérez y López, Antonio Xavier, Op. Cit., t. 12, p.
340.
11
Real Cédula de 11 de Mayo de 1783, en Pérez y López, Antonio Xavier, Op. Cit., t. 12, pp. 344
y 345.
12
Real decreto de 25 de Diciembre de 1791, en Pérez y López, Antonio Xavier, Op. Cit., t. 12, p.
340.
13
Real Cédula de 11 de Mayo de 1783, en Pérez y López, Antonio Xavier, Op. Cit., t. 12, p. 349.
18
El imaginario político: el marco legislativo
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a través de un programa que incluía, en el caso de los niños, las materias de doctrina
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cristiana, buenas costumbres y civilidad o urbanidad, leer y escribir, aritmética, y
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de
gramática y ortografía castellanas.16 Y para el caso de las niñas su objetivo principal
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era el de la labor de manos;17 aunque si alguna de las muchachas quisiera aprender
a leer, la maestra tendría la obligación de enseñarlas, y por consiguiente debería ser
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examinada en este ramo de la enseñanza. Aunque también se hacía mención de que
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lo primero que deberían enseñar las maestras a las niñas serían las oraciones de la
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14
Real provisión de 11 de Julio de 1771, que incluye la Real Cédula de 15 de Julio de 1758; en
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15
Real Cédula de 11 de Mayo de 1783, en Pérez y López, Antonio Xavier, Op. Cit., t. 12, p. 345.
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16
Real decreto de 25 de Diciembre de 1791, en Pérez y López, Antonio Xavier, Op. Cit., t. 11, p.
Ej
340.
17
Por la labor de manos se entendía las actividades de costura que el Reglamento contempla-
ba como obligatorias, a saber: “Las labores que las han de enseñar han de ser las que acostumbran, em-
pezando por las mas fáciles como faxa, calceta, punto de red, dechado, dobladillo, costura, siguiendo
después a coser mas fino, bordar, hacer encages, y en otros ratos que acomodará la Maestra según su
inteligencia, hacer cofias o redecillas, sus borlas, bolsillos, sus diferentes puntos, cintas caseras de hilo,
de hilaza de seda, galón, cinta de cofias y todo género de listonería, o aquella parte de estas labores que
sea posible, o a que se inclinen respectivamente las discípulas, cuidando la ayudanta de una porción de
ellas, que puedan ser lo menos aprovechadas”. Real Cédula de 11 de Mayo de 1783, en Pérez y López,
Antonio Xavier, Op. Cit., t. 12, p. 348.
18
Ibidem.
19
Un sistema educativo para formar ciudadanos. Guanajuato 1821–1835
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letras cumplieran cabalmente con su ministerio, no solo en cuanto al cuidado en
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su enseñanza de las primeras letras a los niños, sino también el formarles en las
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de
costumbres, inspirándoles con su doctrina y ejemplo buenas máximas morales y
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políticas. También tenían el encargo de vigilar el que los Justicias de cada pueblo
realizaran con rectitud e imparcialidad los informes que deberían rendir acerca de
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la vida y costumbre de los maestros, antes de ser examinados. Asuntos que deberían
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atender también en el caso de las escuelas de niñas y las maestras respectivas.19
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directo de la vigilancia y ejecución de las leyes y de que éstas se llevaran a buen término.
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En la Real Cédula del año de 1771, cuando se manifestó abiertamente el interés del
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lugar, los aspirantes debían de presentar ante el Corregidor o Alcalde Mayor, cabeza
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de haber sido examinados y aprobados en doctrina cristiana, por parte del Ordinario
Eclesiástico; presentar o llevar el informe de tres testigos, sobre su vida, costumbres y
Ej
limpieza de sangre ante el Síndico Personero o ante el Justicia del Lugar de su domicilio.
Posteriormente uno o dos comisarios del ayuntamiento, conjuntamente con dos
Examinadores o Veedores, los examinarían ante escribano, sobre sus conocimientos
y habilidades en lectura, escritura y cuentas. Y finalmente, en caso de haber sido
aprobado y haber cumplido los requisitos anteriores, se llevarían las pruebas ante
19
Instrucción de Corregidores y Alcaldes mayores, inserta en la real Cédula de 15 de Mayo de
1788, en Pérez y López, Antonio Xavier, Op. Cit., t. 10, pp. 307–337.
20
El imaginario político: el marco legislativo
or
Gobernadores ó Corregidores respectivos, como presidentes; dos o tres maestros de
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primeras letras “de los mas recomendables por su instrucción y buenas circunstancias”;
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y de un secretario, “que podrá serlo el Escribano del Ayuntamiento que nombre el
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Presidente”.22 Este organismo debía tener independencia de todo el aparato político
administrativo perteneciente a los ayuntamientos, ya que su establecimiento y arreglo
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20
La Hermandad o Congregación de San Casiano fue creada en el año de 1642, por autorización
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del Rey Felipe IV, a consecuencia de la intención que tenían los maestros de la ciudad de Madrid,
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de protegerse y mejorar la enseñanza, ante lo cual el Consejo de Castilla les concedió el privilegio
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de examinar a los demás maestros del reyno. Posteriormente en el año de 1743, por Real Cédula de
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Felipe V, se les concedió a los maestros de primeras letras las preeminencias y prerrogativas de que
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gozaban los profesores de las artes liberales; a la Hermandad se le confirmó el derecho a examinar
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a los aspirantes y se le facultó para nombrar veedores que vigilasen las escuelas. A mediados del
siglo XVIII existían hermandades en muchas ciudades de España como Toledo, Valencia, Zaragoza,
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Sevilla, Granada, Barcelona, entre otras. Cada una de estas hermandades se regían por Ordenanzas
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y estatutos aprobados por el Consejo de Castilla o por el Obispo de la Diócesis. Dentro de las
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control e imposición de los libros de uso escolar y regular todo lo relativo a la enseñanza (calendario,
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horarios, métodos, tipos de exámenes, etc.); a través de sus propios inspectores. Cfr. Lorenzo Vicente,
Juan Antonio “Perspectiva histórica de la formación de Maestros en España, 1370–1990”, en Revista
Complutense de Educación, 1995. Madrid, Universidad Complutense, Vol. 6, No. 2. Delgado Criado,
Buenaventura (Coord.) (1993). Historia de la Educación en España y América. La educación en la España
Moderna (s. XVI–XVIII), t. 2, Madrid. Ed. S.M./ Morata. Ruiz Berrio, Julio. “Maestros y escuelas
de Madrid en el Antiguo régimen”, en Cuadernos de Historia Moderna. Anejos. Madrid, Universidad
Complutense de Madrid, Vol. III, 2004, pp. 113–135.
21
Real Provisión de 11 de Julio de 1771, que incluye la Real Cédula de 15 de Julio de 1758, en
Pérez y López, Antonio Xavier (1797), t. 19, p. 285 y ss.
22
Real Ordenanza de 4 de Julio de 1806, en Ministerio de Cultura. Legislación Histórica de España.
España. http://www.mcu.es/archivos/lhe/
21
Un sistema educativo para formar ciudadanos. Guanajuato 1821–1835
or
en ellos.
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Y lo mismo respectivamente deberá entenderse de las Juntas Provinciales, las quales
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no tendrán mas dependencia que la del Consejo, quedando derogadas quantas
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órdenes, privilegios ó gracias se hayan expedido en la materia a favor de otros
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Cuerpos ó particulares”.23
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que tuvieran bajo su cuidado la educación pública, fue ya hasta la última década del
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siglo XVIII que ante la solicitud de varios pueblos del reino, pidiendo se les enviaran
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salgan tales maestros” en cada uno de los cuarteles en los que se hallaba dividida
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23
Ibidem.
24
Real decreto de 25 de Diciembre de 1791.
22
El imaginario político: el marco legislativo
or
refiere a las ordenanzas y acuerdos de la Hermandad de San Casiano, la cual debería
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–según el mismo documento– vigilar “que todos los que entraren en ella sean habidos,
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y tenidos por honrados, de buena vida, y costumbres, Cristianos viejos, sin mezcla
de
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de mala sangre; ú otra secta”. Además los aspirantes deberían de ser examinados
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en “la Doctrina Cristiana, conforme lo dispone el Santo Concilio”; con la consigna
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de que todo aquel maestro que faltara o contraviniere a lo dispuesto sería castigado
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severamente. En este sentido, el organismo responsable de examinar a los aspirantes
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a maestros era la Hermandad de San Casiano. Fue hasta el año de 1771 cuando se
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anteriores.
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de Mayo de 1783, es muy explícito en este sentido. En él señalaba que las maestras
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las diputaciones de barrio; ello además de solicitar informes sobre su buena vida
y costumbres a las diputaciones antes mencionadas. Se señala también que nadie
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podría tener escuela pública ni “secreta” sin ser aprobada y que deberían de guardar
las ordenanzas a fin de que la educación de las niñas fuera uniforme en toda la Corte.
También se hacía la aclaración de que “Ni los Maestros, ni las Maestras podrán
enseñar niños de ambos sexos; de modo que las Maestras admitan solo niñas, y los
Maestros varones en sus Escuelas Públicas”. 26
25
Real Cédula expedida en 1º de Septiembre de 1743.
26
Real Cédula de 11 de Mayo de 1783, en Pérez y López, Antonio Xavier, Op. Cit., t. 12, p. 345.
23
Un sistema educativo para formar ciudadanos. Guanajuato 1821–1835
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conjuntamente con dos comisionados del Ayuntamiento: Sólo de esta manera se le
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podía expedir un título interno y esperar dos años a que dicho título fuera confirmado
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de
por el Rey. Los maestros que ya tuvieran una escuela en funcionamiento solamente
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deberían presentar el examen de competencia de conocimientos, pero este deberían
presentarlo en un tiempo determinado que tenía para ello, pasado el cual se expondría
a que le fuera cerrada su escuela.
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Así las cosas, la legislación educativa de la España ilustrada nos permite
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de un Estado que tendía cada vez más a tomar la educación en sus manos y evitar la
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de los nuevos súbditos que requería el Estado moderno. Un Estado centralizador que
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lograr sus propósitos de formar a una sociedad civilizada y útil -capacitada-, a los
fines del Estado mismo.
Ej
27
Sobre calificaciones y privilegios de los Maestros de Escuelas de Primeras Letras. 29 de
Diciembre de 1805, en Ministerio de Cultura. Legislación Histórica de España. España.
http://www.mcu.es/archivos/lhe/
24
El imaginario político: el marco legislativo
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que nos ocupa, durante el periodo que comprende los años de 1812 a 1821, de manera
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intermitente en España, y consecuentemente en la Nueva España, estuvo bajo las leyes
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de
dictadas por las Cortes de Cádiz, organismo en su mayoría de tendencias liberales,
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en el cual participaron representantes de los territorios españoles de América y que
expidió una serie de leyes que marcaron de manera definitiva cambios importantes en
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todos los campos de gobierno, incluyendo por supuesto la educación.
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Cuatro son los documentos de mayor importancia que en materia educativa
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28
Artículos 2º, 3º y 4º del Prólogo del Dictamen y Proyecto de 1814. Tomado de Ruiz Berrio,
Julio, Política escolar de España en el siglo XIX. 1808-1833, CSIC, Madrid 1970, pp. 361-393, quien a su vez
lo tomó de la reimpresión hecha por la Imprenta Nacional, Madrid, 1820.
29
Artículo 5º del Prólogo del Dictamen y Proyecto de Ley de 1814. Tomado de Ruiz Berrio,
Julio, Op. Cit.
25
Un sistema educativo para formar ciudadanos. Guanajuato 1821–1835
ella que la de “observar las reglas de buena policía, establecidas en otras profesiones
igualmente libres, y para impedir que se enseñen máximas o doctrinas contrarias
a la Religión divina que profesa la Nación, y a los principios sancionados en la
Constitución política de la Monarquía”.30 Ello a fin de que en este tipo de enseñanza
no se contravinieran los principios que fundamentaban la educación por ellos
concebida.
De acuerdo a estos principios, los objetivos de la primera enseñanza eran:
“grabar en el corazón de los niños los principales dogmas de nuestra divina religión,
las máximas mas sencillas de moral y buena crianza, y una idea acomodada a su
alcance de los principales deberes y derechos del ciudadano”.31 Con ellos se pretendía
or
contribuir al bienestar de los particulares, sentar los fundamentos para el desarrollo
ut
lA
de cualquier profesión y así, llegar a la felicidad de la nación. Este nivel educativo se
d ro
de
concebía como general e indispensable para la infancia, ya que de acuerdo al artículo
da c
ie e lu
25 de la Constitución, a partir del año de 1830 sería una condición indispensable para
ejercer sus derechos de ciudadano el saber leer y escribir.32 Razón por la cual el Estado
op d
debería de costear y ofrecer la primera enseñanza a todos los niños, sin excepción.
Pr es
n
El plan de estudios, propuesto para lograr los objetivos y fines establecidos,
on fi
especificaba que los niños deberían “aprender a leer con sentido, y a escribir con
s s sin
que se expongan del mismo modo los derechos y obligaciones civiles”.33 Estos eran
D RA
los contenidos básicos del plan de estudio general, ya que se podía ampliar, previa
os G
30
Artículo 6º del Prólogo del Dictamen y Proyecto de Ley de 1814. Tomado de Ruiz Berrio,
Julio, Op. Cit.
31
Prólogo del Dictamen y Proyecto de Ley de 1814. Tomado de Ruiz Berrio, Julio, Op. Cit.
32
Proyecto de ley, art. 8º, en Ruiz Berrio, Julio, Op. Cit.
33
Artículo 10º del Proyecto de Ley de 1814, en Ruiz Berrio, Julio, Op. Cit.
34
Artículo 11º del Proyecto de Ley de 1814, en Ruiz Berrio, Julio, Op. Cit.
26
El imaginario político: el marco legislativo
or
Para llevar a la práctica dicho proyecto se planeo una estructura en donde las
ut
lA
Cortes tenían la facultad para “Establecer el plan general de enseñanza pública en toda
d ro
de
la Monarquía”;35 las Diputaciones Provinciales tenían la obligación de “Promover la
da c
ie e lu
educación de la juventud conforme a los planes aprobados”;36 y se proponía la creación
de una Dirección General de Estudios;37 a cuyo cargo estaría la inspección y arreglo de
op d
toda la enseñanza pública,38 y cuyas facultades serían: cuidar de la enseñanza pública
Pr es
n
y de la observancia de los reglamentos establecidos, recibir las solicitudes, propuestas
on fi
35
Constitución Política de la Monarquía Española. Artículo 131, en Tena Ramírez, Felipe, Op.
Cit., p. 76.
36
Constitución Política de la Monarquía Española. Artículo 335, en Tena Ramírez, Felipe, Op.
Cit., p. 99.
37
Constitución Política de la Monarquía Española. Artículo 369, en Tena Ramírez, Felipe, Op.
Cit., p.102.
38
Artículo 90 del Proyecto de Ley de 1814, en Ruiz Berrio, Julio, Op. Cit.
39
Artículo 97 del Proyecto de Ley de 1814, en Ruiz Berrio, Julio, Op. Cit.
27
Un sistema educativo para formar ciudadanos. Guanajuato 1821–1835
or
Para asegurar el éxito de dicha empresa se proponía el establecimiento de
ut
lA
dos cuerpos intermedios y auxiliares situados en México y en Lima, con el título
d ro
de
de Subdirecciones de estudios, que desempeñarían las funciones que les encomendara
da c
ie e lu
la Dirección general, respecto al arreglo y uniformidad de los establecimientos de
enseñanza, en tierras americanas.40
op d
Al final de la pirámide administrativa se encontraban como últimos
Pr es
n
responsables de la ejecución de los planes educativos a los ayuntamiento de los
on fi
los demás establecimientos de educación pagados por los fondos públicos,41 y se les
ho O,
facultaba para elegir a los maestros para las escuelas públicas, vigilar su conducta y
ec IT
40
Artículo 99 del Proyecto de Ley de 1814, en Ruiz Berrio, Julio, Op. Cit.
41
Constitución Política de la Monarquía Española. Artículo 321, en Tena Ramírez, Felipe, Op.
Cit., p. 96.
42
Artículo 15 del Proyecto de Ley de 1814, en Ruiz Berrio, Julio, Op. Cit.
28
El imaginario político: el marco legislativo
su provincia o cuando esto no fuera posible, en las cabeceras de su partido. Pero este
examen no comprendía a los maestros de escuelas particulares.43 Señalaba además
el sueldo mínimo de 150 pesos anuales que deberían recibir los maestros de los
territorios de Ultramar, dejando para cada una de las Diputaciones provinciales su
fijación exacta para cada uno de los lugares correspondientes.44
Ante la ausencia de la Dirección General de Estudios, las Diputaciones
provinciales serían las responsables de examinar a los aspirantes a ser “maestros
públicos de leer, escribir y contar”, y de observar que los mismos cumplieran con una
competente instrucción y la moralidad más acreditada. La Diputación, después de su
aprobación también sería la responsable de expedirles el título correspondiente. Este
or
documento debería ser firmado por el Jefe Político o por un individuo de la Diputación
ut
lA
y refrendado por el secretario de la misma, el título no tendría costo alguno y con él
d ro
de
se podría ejercer en todos los pueblos de la provincia.45 Aunque en este sentido la
da c
ie e lu
legislación gaditana no sea tan explícita como su antecedente, se puede apreciar que
los requisitos para el ejercicio del magisterio no tuvieron una variante sustantiva:
op d
competencia en los ramos de enseñanza y moralidad acreditada; en esencia son los
Pr es
n
mismos aunque con conceptos diferentes.
on fi
sin exclusión, para lo cual era indispensable que el Estado garantizara la gratuidad
ec IT
ley, para lograr los fines perseguidos en la primera enseñanza. Y para ser congruente
con este principio era necesario “sacrificar” la formación de los futuros maestros,
restringiendo su injerencia únicamente a la creación de un organismo responsable
43
Artículo 13 y 14 del Proyecto de Ley de 1814, en Ruiz Berrio, Julio, Op. Cit.
44
Artículo 16 y 17 del Proyecto de Ley de 1814, en Ruiz Berrio, Julio, Op. Cit.
45
AGGE. “Instrucción para el gobierno económico–político de las provincias”, Capítulo II,
Art. XII, en Colección de Leyes, Reglamentos y Circulares sobre Municipios. Guanajuato. Imprenta del Estado
a cargo de Justo Palencia, 2ª de Alonso, 1878, p. 8 y ss.
29
Un sistema educativo para formar ciudadanos. Guanajuato 1821–1835
de la educación en todo el reino que vigilara que las leyes y principios no fueran
violentados en aras del bien personal o grupal.
or
habido proyectos que se presentaran en las diferentes diputaciones, aunque a veces
ut
lA
no llegaron siquiera a discutirse. Los proyectos de los que se tiene conocimiento nos
d ro
de
permiten analizar la influencia de la ideología de las leyes del periodo anterior y
da c
ie e lu
sirven de parámetro comparativo respecto al contexto en el que se gestó su similar
en el territorio guanajuatense y encontrar sus posibles influencias recíprocas. Los
op d
mencionados documentos son: El Proyecto de Reglamento general de instrucción
Pr es
n
pública, diciembre de 1823, el Proyecto sobre el plan de Instrucción Pública, octubre
on fi
sobre arreglo de la instrucción pública, febrero de 1832, y las Leyes y reglamento para
ho O,
la primera enseñanza el que ésta fuera pública, gratuita y uniforme; de una u otra forma
D RA
son enunciados en cada uno de ellos, aunque más explícitamente en los proyectos de
os G
1823 y 1832, en los que aparecen enunciados en su primer artículo como la parte
s l lar
46
Cfr. Meneses Morales, Ernesto (1983). Tendencias educativas oficiales en México 1821-1911, t.
II, México, Universidad Iberoamericana / Ed. Porrúa. Tanck de Estrada, Dorothy. “Las cortes de Cádiz
y el desarrollo de la educación en México”, en Historia Mexicana. México, Vol. XXIX, jul–sept de 1979,
Núm. 1, pp. 3-34. Tanck de Estrada, Dorothy. “Ilustración y liberalismo en el programa de educación
de Valentín Gómez Farías”, México, Vol. XXIII, abril–junio de 1984, Núm. 4/132. pp. 463-508. Talavera,
Abraham (1973). Liberalismo y educación I. Surgimiento de la conciencia colectiva. México, SEP-SETENTAS,
231 pp.
30
El imaginario político: el marco legislativo
pedagógico al señalar que la enseñanza sería libre pudiendo utilizar cualquier método
en las escuelas privadas (Proyecto de 1832), o a la libertad de ampliar el programa
de estudios, pudiendo los estados agregar las materias que consideraran necesarias
(Proyecto de 1826). Por otro lado, se le refiere desde el ámbito de lo administrativo, en
el sentido de la vigilancia y dependencia que debería tener la educación respecto del
Estado, siendo esta indicación la más frecuente.
Los objetivos que debería de cumplir la primera enseñanza son también muy
similares en todos ellos, ya que de alguna u otra forma se enfatizaba la formación de
ciudadanos conscientes de sus derechos y obligaciones en beneficio del desarrollo de
la nación. Aunque el documento que más explícitamente los plasma es el de 1827, que
or
a la letra dice: “Así se dispone a tomar la ilustración necesaria para gobernarse a sí
ut
lA
mismo, dirigir a su familia y sostener los derechos de la nación con lo que consigue
d ro
de
ser hombre bueno, excelente padre de familia y ciudadano exactísimo”.47
da c
ie e lu
Respecto de los planes de estudio se observa cierta uniformidad en cuáles
deberían ser las materias que éste debería incluir. En primer lugar parecía existir
op d
un consenso respecto de las materias consideradas fundamentales, pues aparecen
Pr es
n
en todos los proyectos, a saber: Lectura, escritura, aritmética, doctrina cristiana a
on fi
través del catecismo religioso y civismo a través de un catecismo político; las cuales,
s s sin
es importante señalar, eran las únicas que contemplaba el proyecto de 1834. De allí en
ho O,
más, cada uno de los otros proyectos incluye otras materias como Gramática Castellana,
ec IT
1832). Al parecer en cada uno de los programas propuestos se fueron definiendo las
do p
To em
47
Meneses Morales, Ernesto, Op. Cit., p. 88.
31
Un sistema educativo para formar ciudadanos. Guanajuato 1821–1835
or
de autorizar la apertura de escuelas privadas e inspeccionar a los conventos y colegios
ut
lA
que ofrecían educación gratuita. En el proyecto de 1832 se propuso establecer una
d ro
de
“Dirección General de Instrucción Pública”, con las facultades de velar el desarrollo
da c
ie e lu
de la enseñanza pública, cuidar la observación de la ley y reglamentos establecidos,
informar a las cámaras sobre el estado de la enseñanza pública, proponer las mejoras
op d
oportunas, cuidar del nombramiento de los rectores y directores y supervisar los
Pr es
n
fondos para su mejor administración e inversión. En este proyecto aparecen otros
on fi
Dirección General, y de las cuales la principal estaría conformada por tres párrocos
ho O,
por el gobierno; también tenía la facultad de nombrar a los maestros de escuela y sus
auxiliares, proponer al gobierno la terna correspondiente para ocupar las plazas de
Ej
48
Talavera Abraham, Op. Cit., p. 179 y ss.
32
El imaginario político: el marco legislativo
or
El único proyecto que no incluyó dentro de sus propuestas la creación de un
ut
lA
organismo similar fue el de 1826. En este caso, la vigilancia de la educación, así como
d ro
de
el examen y elección de los maestros; recaía directamente sobre los ayuntamientos,
da c
ie e lu
como en el periodo ilustrado. Ello no quiere decir que en los otros proyectos el
ayuntamiento no hubiera sido considerado al interior de la organización política
op d
administrativa, solamente que se pretendía establecer un organismo específico para
Pr es
n
vigilar la educación, por encima de las atribuciones de los ayuntamientos, como fue
on fi
33
Un sistema educativo para formar ciudadanos. Guanajuato 1821–1835
or
de 1826 no hace propuesta sobre un establecimiento de tales características.
ut
lA
Es innegable que para los diferentes cuerpos legislativos era de suma
d ro
de
importancia la formación de los maestros que atendieran las escuelas, razón por la
da c
ie e lu
cual el que ésta estuviera en manos del Estado se consideraba necesario, o en caso
de que no fuera posible, por lo menos mantener el control de examinar a quienes
op d
pretendían serlo. Por ello en los proyectos se incluyeron los requisitos que se pedían
Pr es
n
para su ejercicio, en los que se puede ver cierta continuidad respecto a los consignados
on fi
proyecto de 1823 sólo se estableció que deberían ser de buena vida y costumbres,
ho O,
instrucción y método”. En el proyecto de 1826 se señala que para obtener una plaza,
er TU
los aspirantes deberían presentar un examen público ante un comité elegido por
D RA
maestros tendrían la obligación de examinarse cada dos años ante una junta donde
s l lar
progresar”. En 1827 se señala que deberían someterse a una prueba de aptitud ante
el Cuerpo Inspector, el cual informaría sobre su conducta moral y política y adhesión
Ej
al sistema federal. En 1832, se propuso que se les debería exigir una buena conducta
y mínimo veinticinco años de edad, serían examinados por cuatro profesores en los
ramos de enseñanza primaria, y por el párroco sobre su capacidad para impartir los
principios de la religión católica. Y finalmente en el proyecto de 1834 se estableció
que, en principio, ninguno podría ser nombrado sin rendir información sobre buenas
costumbres ante el inspector y haber realizado un examen donde resultara aprobado.
Los responsables de examinarlos serían los preceptores de las escuelas normales
y hasta otros dos profesores nombrados por el inspector de entre los maestros
34
El imaginario político: el marco legislativo
or
primera república, a nivel del gobierno central, fue de orden liberal. Lo anterior lo
ut
lA
demuestran los principios que se incluyen en dichos proyectos: una educación pública,
d ro
de
gratuita y uniforme; principios que fueron embrionarios durante el periodo de la
da c
ie e lu
ilustración, pero que fue hasta el periodo de la legislación gaditana cuando lograron su
consolidación en la legislación educativa correspondiente. Por otro lado, los objetivos
op d
educativos siguen también una clara tendencia hacia la formación de ciudadanos
Pr es
n
conscientes de sus derechos y deberes, que serán la base para el desarrollo de la
on fi
una institución formadora de maestros, en este caso una escuela normal, como ya se
os G
enunciaba en las últimas leyes emanadas bajo esta orientación y que no se incluyó en
s l lar
para los aspirantes a ser maestros de las escuelas de primera enseñanza, tienen
una cierta continuidad durante todo el periodo estudiado, desde 1750 hasta 1834;
Ej
la única diferencia notable pudiera ser la disminución del papel de la iglesia en los
exámenes practicados a los aspirantes a ser maestros y el desplazamiento del papel
del ayuntamiento como centro organizador de la educación.
35
Un sistema educativo para formar ciudadanos. Guanajuato 1821–1835
or
que estableciese. Originalmente la propuesta presentada para su discusión al pleno
ut
del congreso estatal estaba redactada de la siguiente forma: “Se constituye V. Sob.
lA
d ro
Protector y patrono inmediato de todos los establecimientos de educación y literatura
de
da c
del Estado”.50 Lo cual suscitó una ligera discusión respecto de los alcances que podría
ie e lu
tener el congreso sobre los establecimientos públicos. El Diputado Presidente hizo
op d
la observación de que éste no podía declararse patrono de los establecimientos
Pr es
eclesiásticos, únicamente de aquellos que se formaran de orden del legislativo estatal,
n
y aunque el Diputado Guerra expuso que el Colegio de Celaya tenía el título de Real,
on fi
s s sin
los maestros a instruirse en el método lancasteriano a la capital del estado –dado que
s l lar
primera escuela de niños de esta ciudad– aun cuando no había fondos para establecer
To em
nuevas escuelas. En palabras del Diputado Palacios, “no todos los Ayuntamientos
pueden remitir a instruirse los sujetos que previene el artículo”.52 A lo cual respondió
Ej
49
Artículos aprobados por el Dictamen de la Comisión de Instrucción Pública. AHG. Ramo
Educ. Púb./66/1/1825-04-02.
50
Sesión del día 13 de Diciembre de 1824. AHG. Actas del Congreso Constituyente del Estado
Libre de Guanajuato. Impresas de su orden. T. I. Imprenta a cargo del C. J. M. Carranco. Dirigida por
Agustín Chaves. Año de 1824, p. 687 y ss.
51
Ibidem.
52
Sesión del día 13 de Diciembre de 1824. AHGTO. Actas del Congreso Constituyente del
Estado Libre de Guanajuato, Op. Cit., p. 690.
36
El imaginario político: el marco legislativo
el Diputado Leal que siempre sería conveniente que hubiera escuelas en los pueblos,
aunque de momento no fuera posible erigirlas por la falta de fondos públicos, pero
que aun en tales circunstancias era conveniente que se instruyeran los maestros
que las atenderían cuando estuvieran establecidas y que se podía dispensar a los
ayuntamientos que no pudieran enviar a sus maestros en ese momento. Concluyó su
intervención proponiendo que se declarara Normal la primera escuela de la Capital,53
lo cual fue aceptado, quedando así decretada oficialmente la creación de la Escuela
Normal Lancasteriana de Guanajuato.
Los dos artículos incluidos en el dictamen, aunque muy escuetos en cuanto a su
contenido, son bastante explícitos respecto a los propósitos que perseguía el Gobierno
or
estatal en materia de política educativa. En primer lugar tomar bajo su protección la
ut
primera enseñanza –para el caso que nos ocupa–, y en segundo lugar, implantar un
lA
d ro
sistema educativo definido con un método específico, en este caso el lancasteriano o
de
da c
de enseñanza mutua, y establecer una institución formadora de maestros para todo
ie e lu
el estado. Estos indicadores nos permiten visualizar este primer proyecto legislativo
op d
bajo una orientación más de corte ilustrado, pues si bien en el proyecto gaditano
Pr es
la educación está en manos del Estado, se respeta la libertad de formación de los
n
asume el control y difusión del proyecto de manera centralizada, sin hacer mención
siquiera de las posibilidades de una educación en manos de los particulares.
ho O,
Dicha orientación parece coincidir en sus propósitos con los del proyecto
ec IT
er TU
maestros a la educación privada, en este caso la escuela “Filantropía”, tal vez por la
os G
las noticias suficientes sobre los fondos destinados para la educación pública, de
momento se habían abstenido de incluirlas dentro del dictamen de la comisión.54
53
Ibidem.
54
Sesión del día 13 de Diciembre de 1824. AHGTO. Actas del Congreso Constituyente del
Estado Libre de Guanajuato, Op. Cit., p. 691.
37
Un sistema educativo para formar ciudadanos. Guanajuato 1821–1835
or
Estos nuevos elementos que se añaden en la legislación educativa estatal,
ut
confirmaban la orientación ilustrada del documento anterior, pues expuesto de esta
lA
d ro
manera son explícitos los principios y objetivos de la educación desde esta perspectiva,
de
da c
ya que aunque se mencionaba la formación de los ciudadanos, ésta se encamina
ie e lu
en función del servicio que deberían prestarle al Estado y no en beneficio de sus
op d
derechos individuales, privilegiando el carácter de su formación religiosa y su amor a
Pr es
la nación.
n
cierta influencia de la ideología liberal. El párrafo sexto, del artículo 20 señalaba que
una de las causas por las que se podía perder el ejercicio de los derechos de ciudadano
ho O,
era “Por no saber leer ni escribir, debiendo tener efecto esta disposición desde el año
ec IT
er TU
25 de la Constitución gaditana.58
os G
Bases para cimentar las Escuelas del Estado, fechado el 8 de Marzo de 1827.59 A través
do p
la creación de las escuelas de primeras letras y las necesidades que se debían cubrir
respecto de la formación de los maestros que deberían atenderlas. Puede considerarse
Ej
55
Constitución Política del Estado libre de Guanajuato. Sancionada por su Congreso Constituyen-
te en 14 de Abril de 1826. México. Imprenta y Librería a cargo de Martín Rivera 1826, p. 98.
56
Constitución de 1826, Introducción, pp. 16–17.
57
Op. Cit., p. 34.
58
Ver infra, 105.
59
Decreto Número 21. Bases para cimentar las Escuelas del Estado. 8 de Marzo de 1827 en
Decretos del Primer Congreso Constitucional, expedidos desde 1º de Octubre de 1826, hasta 15 de
Diciembre de 1829.
38
El imaginario político: el marco legislativo
or
su conocimiento del mismo, a fin de que les fuera extendido un certificado que los
ut
declaraba capacitados en el sistema y facultados para obtener una preceptoría de las
lA
d ro
que se pretendía ofrecer.
de
da c
En síntesis mediante este decreto se describió de manera más o menos
ie e lu
detallada el proceso mediante el cual se llevaría a la práctica lo enunciado en los
op d
documentos anteriores: establecer una escuela normal donde se instruyeran los
Pr es
maestros que deberían ocupar las nuevas escuelas de primeras letras de los pueblos,
n
on fi
en ejercicio como a los que aspiraran a serlo, que de no estar capacitado en el nuevo
sistema no podrían cubrir las nuevas plazas.
ho O,
de la Capital para que este fuera el responsable de vigilar la observancia del reglamento
s l lar
de la Escuela Normal, así como a los ayuntamientos de las otras municipalidades para
do p
Definió los requisitos necesarios para ser maestro de las escuelas públicas, los cuales
serían, además de su conocimiento del método de enseñanza mutua y de cumplir las
obligaciones que señalaba la cartilla de la compañía lancasteriana de la capital de la
República, la disponibilidad para la enseñanza de la gramática castellana y de los
principios de álgebra y geometría, vigilar las costumbres de los niños y cuidar del
aseo de sus personas, trajes y muebles; enseñarles urbanidad y buenos modales; e
influirles las más sanas ideas políticas y morales.
39
Un sistema educativo para formar ciudadanos. Guanajuato 1821–1835
or
sistema educativo del estado. El decreto número 36, de 29 de agosto de 182761 puede
ut
lA
considerarse la primera ley de educación en sentido estricto, ya que por primera
d ro
de
vez contemplaba de manera global las determinaciones del gobierno guanajuatense
da c
ie e lu
en materia educativa. Estructuralmente está integrado por las bases generales de la
enseñanza, y la descripción de las prescripciones para cada uno de los niveles educativos
op d
en los que se dividía la enseñanza: primera, segunda y tercera; así como lo relativo a
Pr es
n
los exámenes de los estudiantes, los catedráticos, fondos y dotaciones, edificios y la
on fi
60
Ver infra número 52.
61
Decreto número 36, de fecha 29 de Agosto de 1827, en Decretos del Primer Congreso Constitu-
cional, espedidos desde 1º de Octubre de 1826, hasta 15 de Diciembre de 1828.
62
Op. Cit., pp. 125–144.
40
El imaginario político: el marco legislativo
or
la primera. Sus objetivos no se describían, razón por la cual no podemos realizar un
ut
lA
análisis comparativo del mismo con la legislación antecedente. Sin embargo, el plan
d ro
de
de estudios es muy claro en cuanto a las materias que deberían integrarlo: lectura,
da c
ie e lu
escritura, gramática castellana, principios de aritmética, catecismo civil y religioso y
máximas de educación; además de que pudieran agregarse al mencionado plan las
op d
materias de principios de álgebra, geometría y los dibujos necesarios para el ejercicio
Pr es
n
de las artes y oficios. En este sentido es muy similar al contemplado en la legislación
on fi
castellana, aunque tal vez ésta fue considerada en el proyecto liberal bajo el nombre de
ho O,
“escritura con claridad y buena ortografía”. Incluso las materias que podían agregarse
ec IT
al plan de estudios base eran las mismas, a excepción de los principios de álgebra, no
er TU
del método lancasteriano como el método oficial para las escuelas públicas, mientras
s l lar
63
Op. Cit., Artículos 86 a 97.
41
Un sistema educativo para formar ciudadanos. Guanajuato 1821–1835
Era necesario reunir ciertos requisitos para poder ser Inspector, entre otros,
radicar en la capital del estado, ser honrado, de conocida adhesión al sistema de
gobierno, ser sujetos de notoria carrera, y se buscaría que fueran de diferentes
profesiones para poder opinar sobre las diferentes ciencias sobre las que habrían de
opinar y vigilar. Por tanto esto los convertía en un grupo restringido y privilegiado.
Esta Junta tenía las atribuciones de formar los reglamentos generales
de educación y los particulares de los colegios del estado, los cuales deberían ser
aprobados por el Congreso; presenciar los exámenes públicos que se realizaran en el
lugar de su residencia y dar el visto bueno a los certificados expedidos por la escuela
normal. En este sentido la Junta se instituía como una instancia superior al Director de
or
la Escuela Normal, que en el decreto anterior era el responsable único de la expedición
ut
lA
de los certificados de los profesores. El objetivo de presenciar los exámenes públicos
d ro
de
era conocer el estado de la educación en el estado. En los lugares en que nos les fuera
da c
ie e lu
posible asistir a los exámenes, nombrarían, entre las personas del lugar a la o las que
consideraran dignas de confianza para que les informaran sobre dichos exámenes
op d
y el estado de la educación en el lugar respectivo. Otras atribuciones eran las de
Pr es
n
recoger los informes relativos a la educación pública y pasarlos con observaciones al
on fi
pública e informarlo a la Junta para que ésta determinara lo conducente; la visita a los
s l lar
establecimientos públicos con el objetivo de dar cuenta del avance de los alumnos e
do p
To em
42
El imaginario político: el marco legislativo
cada una de las leyes, en cuanto a las funciones y responsabilidades que deberían
ejercer. Y en los proyectos de ley que se propusieron a nivel nacional, la inclusión
de un organismo similar aparece desde el primer proyecto de 1826, con el nombre
de Dirección Nacional de Instrucción Pública, formada por cinco profesores cuyas
tareas eran muy semejantes a las de la Junta de Inspectores que se creó en la ciudad
de Guanajuato.
Si bien el establecimiento de la Junta de Inspectores conformaba una estructura
superior a los ayuntamientos en cuanto a la administración de los procesos educativos,
éstos seguían conservando un papel importante como la última instancia de la
pirámide administrativa, de acuerdo a los artículos correspondientes en el decreto.64
or
En cada uno de los ayuntamientos debía existir una comisión de escuelas, las cuales
ut
lA
funcionaban desde finales del periodo colonial y eran las que tradicionalmente habían
d ro
de
sido las responsables directas de la vigilancia de la educación en los pueblos, hasta
da c
ie e lu
la creación de la Junta de Inspectores, aunque seguían siendo un lazo importante
entre la administración local y la estatal. Como parte de las responsabilidades que
op d
conservaron de acuerdo a la ley en comento estaba la elaboración de informes para
Pr es
n
el establecimiento de nuevas escuelas, tanto de niños como de niñas. En el caso de
on fi
estas últimas se hacía un énfasis especial en el artículo 29, donde se les concede a los
s s sin
64
Op. Cit., Artículos 22 al 30.
43
Un sistema educativo para formar ciudadanos. Guanajuato 1821–1835
proyecto educativo estatal con base en la formación de los profesores, dejó en manos
de los ayuntamientos atribuciones importantes respecto de la vigilancia e inspección
que éstos deberían tener en el desempeño de los mismos como responsables de las
escuelas públicas.
Tal vez por el énfasis puesto en los decretos anteriores, en éste no se hablaba
ya del establecimiento de la escuela normal de la capital, aunque se hacía alusión a
ella de manera indirecta cuando se describían los requisitos que deberían cumplir
aquellos que se quisieran dedicar a la profesión de profesor en la primera enseñanza.
Dichos requisitos, si bien se habían descrito en el decreto número 21, en el presente
documento se detallaban y se aumentaban otros no contemplados con anterioridad.65
or
Se conservaban aquellos presentes desde la legislación ilustrada: buena conducta
ut
lA
e idoneidad suficiente. De manera resumida se hacía referencia a los requisitos de
d ro
de
presentar documentos probatorios sobre su honradez y buena moral, consignados
da c
ie e lu
en el artículo 5º del decreto número 21 y a la aptitud en el conocimiento y manejo
del sistema oficial, en este caso el lancasteriano. Aptitud que debería ser demostrada
op d
mediante un examen público presentado en la escuela normal lancasteriana, como
Pr es
n
se consignaba en el artículo 4º del decreto número 21, agregándose en la nueva
on fi
legislación que en dicho examen deberían estar presentes los inspectores de la Junta
s s sin
que el certificado era indispensable para tales fines. Otro requisito que se agrega
s l lar
en el nuevo ordenamiento era que los profesores deberían ser examinados cada dos
do p
To em
años bajo las mismas exigencias y presentar el nuevo certificado al ayuntamiento para
conservar su trabajo.
Ej
65
Op. Cit., Artículos 18 a 33.
44
El imaginario político: el marco legislativo
Oca, que lo había sido de manera interina desde el establecimiento del federalismo y
posteriormente electo por un periodo de cuatro años; y ante las solicitudes de algunas
corporaciones de hacer una revisión al plan de estudios del Colegio de la capital, así
como del Ayuntamiento del pueblo de Apaseo de reformar el sistema lancasteriano;66
el tercer congreso constitucional decidió modificar la ley anterior dando por resultado
la expedición del decreto 118, publicada el 9 de abril de 1831 con el nombre de Ley que
reglamenta la enseñanza pública en el Estado.67 Esta contempla importantes cambios
respecto de las anteriores y es la última considerada en nuestro trabajo, debido a que
su vigencia se extiende hasta el año de 1867, cuando fue derogada por el Gobernador
Florencio Antillón.
or
Los cambios más importantes incluidos en esta ley sobre los principios que
ut
lA
fundamentaban la educación fueron la supresión de la gratuidad y la inclusión de
d ro
de
la explicitación de que la enseñanza no costeada por los fondos públicos quedaría
da c
ie e lu
“enteramente libre”, lo que liberaba a las escuelas privadas de mantener el sistema de
enseñanza mutua y de uniformar su plan de estudios con el de las escuelas públicas;
op d
aunque deberían respetar la moral y las leyes. Se conservaba la uniformidad para las
Pr es
n
escuelas públicas, constituyéndose como el principio rector de la misma; y la división
on fi
que pudieran agregarse otras materias y de señalar que las mujeres llevarían además
D RA
de las materias establecidas para los hombres las “labores propias de su sexo”.69
os G
66
Dictamen con que la Comision de instrucción pública presentó el proyecto para la Ley 118, en cuyas
principales bases no hubo alteración alguna sustancial al tiempo de la discusión. Guanajuato 14 de Febrero de
1831. Imprenta del S. G. administrada por el C. Ruperto Rocha.
67
Decreto número 118, 9 de Abril de 1831. “Ley que reglamenta la enseñanza pública en el
Estado”, en Decretos del Tercer Congreso Constitucional, expedidos desde 31 de Diciembre de 1830, hasta
28 de Diciembre de 1832.
68
Op. Cit., Artículos 1 a 3.
69
Op. Cit., Artículos 12 a 22.
70
Op. Cit., Artículos 4 al 10.
45
Un sistema educativo para formar ciudadanos. Guanajuato 1821–1835
or
Sus atribuciones serían: vigilar el manejo y aplicación de los fondos públicos
ut
lA
destinados a la instrucción pública, amonestar a los profesores de las escuelas de
d ro
de
primera enseñanza que no cumplieran con sus obligaciones, dictar órdenes para el
da c
ie e lu
cumplimiento de la ley, pedir la suspensión o remoción del director de la escuela
normal y de los preceptores cuando así lo juzgara conveniente, pedir al gobierno la
op d
reforma de los reglamentos respectivos, pudiendo proponer los cambios necesarios;
Pr es
n
presenciar el examen del director de la escuela normal y de los profesores de la
on fi
Al parecer las facultades con las que fue investido el Inspector de Instrucción
ho O,
incluso por encima de la autoridad del Director de la escuela normal. Sin embargo,
D RA
71
Dictamen con que la Comision de instrucción pública… Op. Cit.
46
El imaginario político: el marco legislativo
or
a las leyes respectivas. Los requisitos agregados en el presente documento hacían más
ut
lA
exigente el proceso de ingreso de quienes quisieran dedicarse a la primera enseñanza
d ro
de
en las escuelas públicas.73 Cabe señalar que no se hace referencia explícita a los
da c
ie e lu
requisitos que deberían cubrir los profesores de las escuelas privadas, aunque se debe
entender que al enunciar de manera generalizada los requisitos para los profesores de
op d
las escuelas públicas se incluyó también a éstos.
Pr es
n
Un elemento importante que se incluye en la presente ley, la posibilidad
on fi
que tenían los profesores de las escuelas públicas de presentar las observaciones al
s s sin
convenientes a dicho reglamento, por conducto del inspector. Sobre este derecho
ec IT
novedad integrada por el gobierno del estado de Guanajuato, por demás digno de
os G
72
Decreto número 118, 9 de Abril de 1831, Op. Cit., Artículos 15 y 16.
73
Decreto número 118, 9 de Abril de 1831, Op. Cit., Artículos 17 a 20.
74
Bustamante, Benigno. Memoria instructiva, que en cumplimiento de la parte 4ª del artículo 109, de
la Constitución del Estado de Guanajuato, presenta al superior Gobierno del mismo, su primer Vice-gobernador
Constitucional. Año de 1830. 10 de Agosto de 1830. Imprenta del Supremo Gobierno administrada por
el C. Ruperto Rocha.
47
Un sistema educativo para formar ciudadanos. Guanajuato 1821–1835
or
procesos educativos de sus respectivas municipalidades.
ut
El mes de agosto de ese mismo año, se publicó el Reglamento General para Las
lA
d ro
Escuelas del Estado de Guanajuato,76 elaborado por los profesores Doroteo Romero,
de
da c
José María Montero de Espinosa y José María Trasgallo; el cual incluía, de manera
ie e lu
detallada las características y condiciones en que deberían de funcionar las escuelas
op d
de primeras letras del estado, desde los edificios y su aparato, hasta las vacaciones y
Pr es
gratificaciones; pasando por las atribuciones y responsabilidades de los preceptores y
n
empleados de las escuelas, los diferentes ramos de enseñanza, los premios y castigos,
on fi
s s sin
por primera ocasión, se daba a conocer el gobierno interno de la escuela normal, que
ec IT
er TU
nos permite conocer con mayor detalle las exigencias del gobierno estatal en torno a
D RA
ante el director para probar su capacidad en las materias que se llevaban en el plan
do p
enseñanza, denota un proceso jerárquico por el cual debería pasar desempeñando los
75
A.G.G.E. Orden de 21 de Mayo de 1831. Número 131, en Decretos del Segundo Congreso
Constitucional, expedidos desde 1º de Enero de 1829, hasta 22 de Diciembre de 1830.
76
Reglamento General para las Escuelas del Estado de Guanajuato, en AHG. Imprenta. /
Caja 1/1821–1856.
77
Ver apartado sobre los problemas de la implementación del nuevo proyecto educativo.
78
Reglamento General para las Escuelas del Estado de Guanajuato, en AHG. Imprenta. /
Caja 1/1821–1856.
48
El imaginario político: el marco legislativo
or
la época impedían consolidar los objetivos educativos propuestos en la ley. Un caso
ut
concreto es el requisito de la edad, tener un mínimo de 25 años de edad para acceder
lA
d ro
al magisterio, que marcaba la ley 118, fue una característica que venía a aumentar los
de
da c
obstáculos, ya de por sí complicados, de acceso a la profesión; y así lo entendieron las
ie e lu
autoridades. Por ello, en el año de 1833 el Congreso decidió hacer una reforma a la ley
op d
mediante el decreto número 204,79 en el que se derogaba tal disposición.
Pr es
Sin embargo, al parecer no era esa la única traba para que el proyecto se
n
79
Decreto Número 204 (12 de Abril de 1833). Deroga el artículo 18 de la ley número 118, en la
Ej
parte que asigna veinticinco años de edad a las personas que se examinen de directores o directoras de
las escuelas públicas de primeras letras del Estado, en A.G.G.E., Decretos expedidos por los Congresos
Cuarto y Quinto Constitucionales del Estado de Guanajuato, en los años de 1833 a 1835. Ordenanzas
municipales, reglamentos generales de policía, y arancel judicial del Departamento del mismo nombre.
Guanajuato 1851. Impreso por Félix Conejo; calle del Ensaye viejo, número 3.
80
Decreto Número 253 (24 de Enero de 1834). Dice que el gobierno active sus providencias
para conseguir profesores lancasterianos que sirvan las escuelas de primeras letras que tiene desig-
nada la ley, en A.G.G.E., Decretos expedidos por los Congresos Cuarto y Quinto Constitucionales del
Estado de Guanajuato, en los años de 1833 a 1835. Ordenanzas municipales, reglamentos generales de
policía, y arancel judicial del Departamento del mismo nombre. Guanajuato 1851. Impreso por Félix
Conejo; calle del Ensaye viejo, número 3.
49
Un sistema educativo para formar ciudadanos. Guanajuato 1821–1835
Ante los resultados obtenidos, al año siguiente, fue emitido otro decreto, esta
vez con el número 275,81 que denota la desesperación del gobierno guanajuatense. En
dicho decreto, además de las medidas remediales que implementaba el gobierno, en
cuanto a la contratación de profesores para cubrir las plazas vacantes y establecer las
escuelas de primeras letras como lo ordenaba la ley número 118, se hace evidente que
la tarea asignada a los ayuntamientos no estaba funcionando en su cabalidad, pues se
facultaba a los jefes de policía a realizar una visita a las escuelas públicas de primeras
letras de cada uno de sus departamentos e informar al inspector de instrucción sobre
el desarrollo de las mismas.
El análisis realizado en el presente capítulo, desde la descripción y
or
caracterización de la ideología de la legislación antecedente de los últimos años del
ut
régimen colonial y de la legislación federal en el periodo independiente, nos obliga
lA
d ro
a un primer momento de cierre y al planteamiento de las siguientes conclusiones
de
da c
preliminares.
ie e lu
La legislación que orientó y determinó los procesos de estructuración e
op d
implementación de los proyectos educativos del Guanajuato posindependiente tuvo
Pr es
una influencia ideológica híbrida entre las ideas del pensamiento ilustrado y las
n
on fi
ideas del pensamiento liberal. Por un lado, esta conclusión puede no parecernos tan
s s sin
emanada durante los primeros años de vida independiente tuvieron como principales
ec IT
er TU
referentes las leyes antecedentes del periodo colonial. Por otro lado, es innegable la
D RA
liberal, como se ha hecho mención al inicio del presente capítulo. Sin embargo, su
s l lar
81
Decreto Número 275 (9 de Mayo de 1834). “Hace extensivo el artículo 2º de la ley número
253, a los pueblos designados en el artículo 14 de la ley número 118, para que el gobierno admita provi-
sionalmente los profesores que pretendan, previo informe de su moralidad e instrucción; conteniendo
otras prevenciones relativas”, en A.G.G.E., Decretos expedidos por los Congresos Cuarto y Quinto
Constitucionales del Estado de Guanajuato, en los años de 1833 a 1835. Ordenanzas municipales, regla-
mentos generales de policía, y arancel judicial del Departamento del mismo nombre. Guanajuato 1851.
Impreso por Félix Conejo; calle del Ensaye viejo, número 3.
50
El imaginario político: el marco legislativo
or
prescritos por el gobierno. A ello nosotros agregaríamos, a partir de nuestro propio
ut
análisis que dicha ideología se caracteriza por concebir una educación cuyo propósito
lA
d ro
era la masificación de los principios más importantes e indispensables para pensar
de
da c
en el progreso social. La educación de la sociedad en el civismo y la preparación para
ie e lu
incorporarse en el mercado productivo serían el objetivo principal que preocupara a los
op d
monarcas españoles de este periodo; teniendo como meta final una sociedad educada
Pr es
y capacitada que lograra el desarrollo y el bien común. Un estado que tendiera cada
n
on fi
del periodo. Con ello el maestro pasó de tener un control corporativo por parte de la
do p
82
Cfr. Tanck de Estrada, Dorothy (1977). La educación ilustrada 1786–1836. México. El Cole-
gio de México. Tanck de Estrada, Dorothy. “Ilustración y liberalismo en el programa de educación
primaria de Valentín Gómez Farías en Historia Mexicana. México. Vol. XXXIII, abril–junio de 1984.
núm. 4/132.
51
Un sistema educativo para formar ciudadanos. Guanajuato 1821–1835
or
no se enseñara en ella cosa que contradijera a las leyes. Pero en artículos posteriores
ut
del mismo documento se señalan algunos requisitos que deberían de observarse en
lA
d ro
dichas escuelas, como la enseñanza mediante el método lancasteriano y la obligación
de
da c
ie e lu
de los profesores de ser examinados por la Junta de Inspectores; lo cual hace alusión
a ese control estatal sobre la educación privada que nos comenta Tanck de Estrada.
op d
No es sino hasta la ley 118 de 1831 en que se decreta la entera libertad de enseñanza
Pr es
para las escuelas privadas, con lo cual se le da un giro al enfoque ilustrado.
n
on fi
parece apuntar a un control del gobierno del estado por sobre la determinación de
s l lar
52
El imaginario político: el marco legislativo
or
para los maestros privados, quienes no necesitaban permiso para abrir escuelas (no
ut
estaban sujetos a ninguna prueba de competencia y estaban exentos de cualquier
lA
d ro
revisión, por parte del gobierno), de cualquier requisito de seguir un cierto plan
de
da c
ie e lu
de estudios o libros de texto propuestos por el Estado. Además de considerar a la
enseñanza pública como un medio para formar buenos ciudadanos y de otorgar al
op d
ayuntamiento una importancia primordial en el desarrollo, fomento e inspección de la
Pr es
educación primaria, a través de una comisión especial al interior de los mismos. A ello
n
on fi
exclusión; objetivo para lo cual era indispensable pensar en que el Estado garantizaría
ec IT
el ofrecer de manera gratuita la educación costeada por los fondos públicos. Su objetivo
er TU
tarea de educar, dentro de los principios y objetivos marcados por él, para lograr los
fines perseguidos en la primera enseñanza.
En este tenor, la forma en que se manifiesta la influencia de la ideología
gaditana en la legislación guanajuatense fue: En un primer momento, se hizo presente
en los principios orientadores de la primera enseñanza consignados en la ley de 1827,
al declararse ésta como pública, gratuita y uniforme; aunque desgraciadamente la
gratuidad desaparece en el documento de 1831, por razones que desconocemos,
83
Cfr. Tanck de Estrada, Dorothy (1977), Op. Cit.
53
Un sistema educativo para formar ciudadanos. Guanajuato 1821–1835
pero dichos principios coinciden en su totalidad con los que fueron señalados en los
documentos de corte liberal. Por otro lado, en la misma ley de 1827 se hace una especial
mención al papel que deberían desempeñar los municipios en la implementación
del proyecto educativo estatal, resaltando la posibilidad de los mismos de reformar
las escuelas mientras las circunstancias permitieran la implementación de escuelas
lancasterianas, aun cuando dichas reformas deberían ser aprobadas por el Gobierno.
Recordemos que la creación de la Junta de Inspectores y la escuela normal habían
absorbido muchas de las atribuciones de los municipios en materia educativa y es
por ello que resaltamos el hecho de que tuvieran una cierta injerencia en la toma de
decisiones, aun cuando éstas fueran solamente en aquellas escuelas existentes y no
or
las de “nueva creación”. Esta característica de descentralización se va a profundizar
ut
lA
en la ley de 1831, cuando la reforma mediante la cual se decidió cambiar la Junta
d ro
de
de Inspectores por el nombramiento de un sólo Inspector de Instrucción Pública
da c
ie e lu
“restableció” gran parte de las atribuciones educativas que se había asignado a los
ayuntamientos mediante la constitución de 1812. Y tal vez la característica que más
op d
denota esta influencia fue la inclusión del respeto a la libertad individual por sobre el
Pr es
n
control del Estado. Esta se hace evidente al decretar, el carácter “enteramente libre”
on fi
reglamentos educativos.
ec IT
54
Capítulo II
La realidad social: los hechos
or
ut
E n la legislación guanajuatense se evidencia que el nuevo proyecto pretendía
lA
d ro
fundamentalmente renovar la estructura educativa a partir de la implementación
de
da c
ie e lu
del sistema de enseñanza mutua o método lancasteriano,84 a partir del establecimiento
de una escuela normal para capacitar a los profesores en dicho sistema y avanzar
op d
gradualmente en la apertura de las escuelas públicas de primeras enseñanza en todo el
Pr es
n
estado. Este proceso no fue sencillo, el llevar a la operación el nuevo proyecto educativo
on fi
que se definió en las leyes como el imaginario deseable, tropezó con la realidad
s s sin
problemática que enfrentó el gobierno del estado para desarrollar el nuevo proyecto,
ec IT
er TU
a fin de contrastar hasta dónde pudo realizarse lo establecido en las leyes y cuáles
D RA
fueron los principales obstáculos que impidieron que sucediera. Para ello se seguirá el
os G
s l lar
84
Este método debe su nombre al inglés Joshep Lancaster, quien lo popularizó en su país a
do p
To em
principios del siglo XIX y rápidamente se difundió en varios países como Francia, España, Estados
Unidos, entre otros; gracias a su reputación de ser un método económico y eficaz, ya que bajo este
Ej
sistema un solo maestro podía enseñar de 200 hasta 1000 niños. Su característica principal, como su
nombre lo indica, consistía en que los alumnos más avanzados enseñaban a sus compañeros, los cuales
eran divididos en grupos de diez para recibir las instrucciones del monitor o instructor, previamente
preparado por el director de la escuela. Quienes fueron partidarios de este sistema insistían en que este
método de monitores, junto con un buen sistema de premios y castigos, aunado a su maquinaria (útiles,
cartilla, salón, etc.), reducía a la mitad del tiempo el aprendizaje de la lectura y escritura practicada con
el antiguo método. Para una descripción más completa del método lancasteriano consultar, entre otros:
Tanck de Estrada, Dorothy. “La educación en la nueva nación”, en Enciclopedia de Historia de México,
(1989), t. 9. México, Salvat, pp. 1988 y 1989. Tanck de Estrada, Dorothy. “Las escuelas lancasterianas en
la ciudad de México: 1822-1842”, en Vázquez, Josefina Zoraida, et. al (1999). La educación en la Historia
de México. México. El Colegio de México. Lecturas de Historia Mexicana, Núm. 7, pp. 49-68.
55
Un sistema educativo para formar ciudadanos. Guanajuato 1821–1835
or
confusos. Rodríguez Frausto afirma que dicha escuela funcionaba desde el año de
ut
1785 anexa al Real Colegio Seminario de la Purísima Concepción, bajo la rectoría de
lA
d ro
los padres del Oratorio de San Felipe Neri, siendo el maestro responsable de la misma
de
da c
ie e lu
Gregorio Rodríguez, en el año de 1791.85 Se sabe que el maestro Gregorio renunció
a dicho puesto en el año de 1802 para establecer una escuela particular en la misma
op d
ciudad, quedando en su lugar, a propuesta del Ayuntamiento, Juan Rodríguez, maestro
Pr es
de la segunda escuela de niños del mismo lugar.86 Desconocemos si la escuela para ese
n
on fi
maestro la había hecho el municipio como parte de sus atribuciones de examinar a los
ho O,
Mayor precisión nos sugiere la información localizada a partir del año de 1811,
er TU
junto con la aprobación de las maestras Doña Luisa Gadea y Doña Guadalupe Moscoso
do p
85
Rodríguez Frausto, Jesús. “Maestros Virreinales de Primeras Letras”, en Estado de
Guanajuato, Guanajuato, Año XXV, sábado 23 de Marzo de 1968, Núm. 1252, pp. 2 y 3.
86
Rodríguez Frausto, Jesús. “La docencia en el ocaso de la Colonia”, en Estado de Guanajuato,
Guanajuato, Año XXV, sábado 20 de Abril de 1968, Núm. 1255, p. 2.
87
Recordemos que las escuelas públicas en este periodo también comprendían las escuelas
en manos de las órdenes religiosas. Ver. Tanck de Estrada, Dorothy. “Ilustración y liberalismo en el
programa de educación primaria de Valentín Gómez Farías, en Historia Mexicana. México. Vol. XXXIII,
abril–junio de 1984, Núm. 4/132.
88
AHUG. Ramo Educación Pública, t. 1791-1850. Caja 1, Docto. 8.
56
La realidad social: los hechos
or
tuvo incidentes en cuanto al pago de su sueldo, así lo demuestran los documentos en
ut
donde consta haber recibido su sueldo de 33 pesos 2 ½ reales mensuales, de manera
lA
d ro
puntual, el día 27 de cada mes.89 Sin embargo, en un informe del Sr. Ruperto Rocha,
de
da c
Comisionado de Escuelas del Ayuntamiento de la ciudad, hacia el mes de enero de
ie e lu
1817, consta que se debía al susodicho maestro la cantidad de 365 pesos 2 ½ reales;
op d
el equivalente a 11 meses de sueldo, aproximadamente. Romero tenía asignado un
Pr es
sueldo de 500 pesos, de los cuales se le rebajaban 100 por la renta del espacio donde
n
José Ignacio Luna. Y una escuela de niñas, ubicada en el barrio de San Roque, a cargo
D RA
que trabajaba la maestra Luisa Gadea, aprobada para hacerse cargo de la primera
s l lar
escuela de niñas, aunque es posible que dicha escuela fuera la de San Pedro, pero el
do p
documento no lo menciona.
To em
89
AHUG. Ramo Educación Pública, t. 1791-1850. Caja 1, Doctos. 20, 22, 24, 27.
57
Un sistema educativo para formar ciudadanos. Guanajuato 1821–1835
promete su talento y aplicación. ¿Pero que? ¿si aun la escuela no les dá asiento cómodo,
cuando las bancas y mesas estan tan rotas, por el maltrato del servicio de veinte y un
años? ¿Si no hay tinteros, ni tablas para las muestras?90
or
Meses después, en agosto de ese mismo año, Romero vuelve a escribir al
ut
Comisionado de Escuelas manifestándole que las medidas que le propusieron que
lA
d ro
siguiera para conseguir aumentar su sueldo, contrariamente a su beneficio habían
de
da c
sido perjudiciales; pues el pedir un real a los niños que asistían a las clases de escritura
ie e lu
y medio real a los de la clase de lectura, había tenido como consecuencia que el día
op d
en que correspondía hacer el pago de los servicios prestados “... mas de la mitad de
Pr es
los niños no vinieron á la escuela; y los que si asistieron, muy pocos cumplieron con
n
reales y medio; razón por la cual pedía al mencionado comisionado que informara al
Ayuntamiento de la deuda de 442 pesos, 2 ½ reales que se le debían hasta el día 27 de
ho O,
julio y por tanto suplicaba al Comisionado que “... dispongan aquellos Señores (por
ec IT
er TU
la humillante suplica que haga U. a mi favor) se me paguen, como los Señores tengan
D RA
a bien, y a lo que dispusieren á todo me ciño, y soy contento aun estando mi familia y
os G
yo sin comer”.93
s l lar
Según los datos localizados las súplicas de Romero no fueron atendidas, pues
al año siguiente envía otro documento, ahora al Ayuntamiento, en el que expresa
do p
To em
que “desde 27 de junio del año de 815, hasta 27 de agosto del presente de 818, tengo
caídos seiscientos treinta y dos pesos cinco y medio reales, faltante de mi sueldo de
Ej
tres años dos meses corridos de la dotación de cuatrocientos pesos que no he recibido
completos”.94 Y “ruega” se le pague la cantidad de cien pesos a fin de saldar deudas y
90
AHUG. Ramo Educación Pública, t. 1791-1850. Caja 1, Docto. 36.
91
Ibidem.
92
AHUG. Ramo Educación Pública, t. 1791-1850. Caja 1, Docto. 37
93
Ibidem.
94
AHUG. Ramo Educación Pública, t. 1791-1850. Caja 1, Docto. 39.
58
La realidad social: los hechos
Muy señor mío de toda estimación. Desde una semana antes de la santa, recibí de Don
or
José Ma. Loreto cuarenta pesos, y desde entonces ahora me habrá ministrado como
ut
otros doce pesos en chocolate aguardiente, bino y azeyte, no siendo posible a este señor
lA
d ro
cumplir en darme mas en reales, ¿pues, qué en el término de casi doce meses no habrá
de
da c
entrado ni cincuenta pesos a la mayordomía para que Loreto cumpla con el libramiento
ie e lu
del respetable cuerpo, y así prestarse con brevedad a despachar cumplidamente ya los
op d
300, 200 los 30 pesos?
Pr es
n
Esta indiferencia del mayordomo no puedo soportar, y por tanto, no me queda otro
on fi
arbitrio que dirigir mis quexumbrosas voces a mi Comisionado para que como dicen
s s sin
me sostenga y haga que Loreto suelte toda la cantidad que me resta por ser muy justo
ho O,
Este documento hace más que evidente la lamentable situación por la que
do p
atravesó Romero en sus años al frente de la primera escuela de niños, y qué decir del
To em
más que elocuente de acuerdo a lo que nos pueden referir los documentos enviados
por el maestro responsable de la misma.
Se puede afirmar que el ayuntamiento no contaba con los fondos necesarios
para la compra de los útiles que satisficieran las necesidades de aprendizaje de los
niños, ya que ni siquiera le era posible pagar al maestro responsable; situación hasta
cierto punto entendible si consideramos que los años a que hacemos referencia son
95
Ibidem.
96
AHUG. Ramo Educación Pública, t. 1791-1850. Caja 1, Docto. 43.
59
Un sistema educativo para formar ciudadanos. Guanajuato 1821–1835
or
Comisionado de Escuelas de Primeras Letras, informaba que “estando las escuelas
ut
lA
tan asquerosas como incómodas, es de necesidad irlas mudando y aun poniendo.
d ro
de
Que en la alhóndiga de la calle de Alonso hay una sala que quedará con bastante
da c
ie e lu
capacidad si se quita el tabique que la divide; pero que a su juicio debe hacerse antes
un escrupuloso reconocimiento por el maestro de obras para remover todo temor”.97
op d
Dichas propuestas fueron aprobadas por el pleno del cabildo y poco tiempo después,
Pr es
n
en la sesión del día 30 de octubre, el mismo Juan Valle informa que la habilitación de
on fi
la alhóndiga estaba terminada, que sería trasladada para allá la segunda escuela de
s s sin
niñas y que el espacio que ésta dejaba sería para la primera escuela de niños.98
ho O,
la casa que tiene destinada para escuela en la calle de Alonso las dos de Pocitos y
er TU
Puente Nuevo, poniendo en ellas a los mismos maestros de los cuales el uno haga de
D RA
principal y el otro de segundo, que de este modo estaría mejor atendida la escuela y
os G
se ahorraría la renta de dos casas”.99 Suponemos que las escuelas de que se habla son
s l lar
e Ignacio Luna, respectivamente. La propuesta fue bien recibida por los señores
capitulares y determinaron proceder con los trámites para que se llevara a efecto. Sin
Ej
97
Rodríguez Frausto, Jesús. “Lo Lancasteriano en Guanajuato”, en Estado de Guanajuato,
Guanajuato, Año XXV, sábado 1º de Junio de 1968, Núm. 1261, p. 2.
98
Ibidem.
99
Ibidem.
60
La realidad social: los hechos
or
Pedro Otero- quien se encontraba en la ciudad de México, la cantidad de $250.00;
ut
lA
$100.00 para el viaje del maestro lancasteriano y el resto para la compra de libros y
d ro
de
pizarras. De acuerdo al informe de Juan del Valle, en la sesión del día 1º de julio, a la
da c
ie e lu
llegada del nuevo maestro, José Ortega, se despidió a los profesores Romero y Luna,
antiguos Directores de la primera y segunda escuela de niños, respectivamente.101
op d
El maestro Ortega era un emigrado español que había servido a las tropas liberales
Pr es
n
del general Rafael del Riego en su tierra natal. Llegó con el puesto de Director de la
on fi
una casa habitación. Más del doble del sueldo que “percibía” Doroteo Romero.
ho O,
En la misma sesión del cabildo, se acordó que se avisara a los educandos, por
ec IT
en realidad todavía pasarían algunos meses para que ésta se abriera, lo cual sucedería
D RA
la enseñanza mutua, en una sesión del cabildo en el mes de noviembre de 1824, Juan
do p
To em
reconocida por las naciones más cultas”.102 Temerosos de que la recién fundada
escuela decayera por la “preocupación e ignorancia de algunos padres de familia”.
100
Ibidem.
101
Rodríguez Frausto, Jesús. “Primera Escuela Lancasteriana”, en Estado de Guanajuato,
Guanajuato, Año XXV, sábado 8 de Junio de 1968, Núm. 1262, p. 2.
102
Rodríguez Frausto, Jesús. “Preliminares para fundar la Normal”, en Estado de Guanajuato,
Guanajuato, Año XXV, sábado 15 de Junio de 1968, Núm. 1263, p. 2.
61
Un sistema educativo para formar ciudadanos. Guanajuato 1821–1835
2.- A espensas de los fondos municipales de los pueblos remitirán los Ayuntamientos
a la Escuela Lancasteriana de esta Capital, un individuo de su aprobación, y confianza,
or
para que se imponga del sistema de enseñanza mutua, que se establecerá en sus lugares
ut
respectivos, cuando sea conveniente y practicable...104
lA
d ro
de
da c
ie e lu
El Diputado José Aniceto Palacios expresó que si no se podían establecer
escuelas nuevas, no había motivo por el cual solicitar personas que fueran a la capital
op d
a aprender el método Lancasteriano; y que no todos los Ayuntamientos podían remitir
Pr es
a instruirse a los sujetos que prevenía el artículo. A lo cual el Diputado Mariano Leal y
n
on fi
Araujo contestó que siempre sería conveniente que hubiera escuelas en los pueblos, y
s s sin
que aunque no fuera conveniente establecerlas en ese momento por falta de fondos, sí
ho O,
era conveniente que se instruyera a los maestros que habían de hacerse cargo de ellas,
ec IT
para mandar a las personas respectivas, se les dispensaría hasta que pudieran hacerlo.
D RA
deberían pasar tres años para que en la práctica el proyecto pudiera llevarse a cabo,
To em
debido a los problemas que enfrentaron, tanto el gobierno estatal como el gobierno
Ej
103
Se desconoce si la mencionada sociedad logró formarse pues no se ha encontrado más
información al respecto.
104
BCE. Actas del Congreso Constituyente del Estado Libre de Guanajuato. Sesión del 13 de
Diciembre de 1824.
105
Ibidem.
62
La realidad social: los hechos
or
cuantos se presenten, y lo hacen de dentro y fuera de la Ciudad continuamente”;
ut
lA
además de que muchos de ellos eran de pueblos vecinos como Mellado, Valenciana,
d ro
de
Silao, Irapuato y León “con quienes yo no tengo deber alguno contraído”.108
da c
ie e lu
Ortega justificaba su petición señalando que si él estableciera una escuela
particular, en la que enseñara a cien niños los ramos elementales de aritmética,
op d
escritura, lectura, gramática, ortografía y religión; lo menos que pudiera recibir de
Pr es
n
pago por cada uno de ellos eran tres pesos mensuales, los cuales sumarían $3,600.00
on fi
anuales. En resumen $2, 600.00 más de sueldo y 400 alumnos menos que atender. Pedía
s s sin
lo que se le pagaba no correspondía ni al 1%; ya que $ 1,000. 00 anuales entre 500 niños
er TU
correspondían a 2 pesos anuales por niño, “cantidad con que no hay ni para pagar un
D RA
106
Expediente instruido con motivo de haber procurado el Ilustre Ayuntamiento de esta Capi-
To em
tal, que el Maestro de Primeras Letras de la Escuela Lancasteriana, ciudadano José Ortega, se sujetase
Ej
a los artículos reglamentarios que le previno para las horas de asistencia y otros objetos importantes
o igualmente por no haber accedido a la solicitud que hizo de aumento de sueldo. Guanajuato, año
de 1825. Impreso en la Oficina del Gobierno a cargo del Ciudadano José María Carranco. Biblioteca
Central del Instituto Nacional de Antropología e Historia. Ciudad de México.
107
En su opinión, en sólo cincuenta días algunos niños habían logrado adelantos admirables
en conocimientos Aritméticos, de Lectura, Caligrafía y Religión; “... niños que antes solo sabian correr
por las calles”. Otros, en sólo seis días habían aprendido a formar exactamente los abecedarios, cifras
numéricas y escribir sílabas de dos cifras. Había logrado que en veintiocho días, de las primeras clases
de los ramos de Aritmética, escritura y lectura, pasaran 135 niños a las segundas clases, más de 80 a las
terceras, 58 a las cuartas, a las quintas y sextas 32 y a las séptimas y octavas 16, Op. Cit.
108
Ibidem.
63
Un sistema educativo para formar ciudadanos. Guanajuato 1821–1835
Con todas estas reflecciones que no pueden ocultarse á la penetración del Ayuntamiento,
y por si mismas resaltan como justas; no dudo que llevando adelante el laudable
principio de buena fé que conmigo se ha usado, y yo he correspondido, y tomando en
consideracion este negocio, se servirá acordar tan Ilustre Corporación el numero de
niños de la Ciudad y no fuera de ella con que yo debo trabajar en la enseñanza tomando
por bases fundamentales, la cantidad con que estoy pensionado, y la cantidad de la
educación. Esto reclaman la buena moral, y los principios de justicia y equidad que
tanto distinguen Corporación tan escojida. Y finalmente, si se quiere que esta Escuela
sea tan numerosa, no dudo de la justificación del Ayuntamiento decrete mi pension en
consonancia con el grave trabajo que estoy prestando.109
or
ut
El Ayuntamiento solicitó un informe a los comisionados de escuelas, Juan Valle
lA
y Antonio Camacho, mismo que presentaron al Ayuntamiento el día 9 de febrero. En el
d ro
de
da c
informe se asentó que los fundamentos en los que se apoyaba Ortega eran equívocos e
ie e lu
infundados, pues respecto al acondicionamiento del local, éste se había encargado de
op d
ello para que quedara a su comodidad; que los rápidos progresos que habían logrado
Pr es
los niños deberían entenderse en razón de los antecedentes con los que contaban y
n
se les habían proporcionado en las antiguas escuelas a las que asistían; que el tiempo
on fi
s s sin
que dedicaba a la enseñanza era el que tenía destinado para tal efecto y no hacía otra
cosa que cumplir con sus deberes, ya que para eso se le pagaba la correspondiente
ho O,
pensión. En cuanto al número de niños que atendía se había observado que la mayoría
ec IT
er TU
de los días faltaban más de 100 de los que se encontraban en las listas, y que aun
D RA
escuela, el propio profesor consideró que en él se podían enseñar hasta 1000 niños
y los que atendía no llegaban ni a la mitad. Agregan que Ortega había mencionado
do p
To em
que por ser mutua la enseñanza resultaría que los niños se enseñarían los unos con
Ej
109
Op. Cit., p. 8.
110
Op. Cit., pp. 9 y 10.
64
La realidad social: los hechos
labores a las 9, 10 u 11 de la mañana y a las 4:00 por la tarde, y que algunos días no
había asistido a sus labores; que pretendía dar “azoetos” y vacaciones a su antojo,
que había pegado papeles en los que avisaba al público que ya no se admitirían más
niños, además de que los que él consideraba foráneos no eran tales, ya que en el caso
de los provenientes de Valenciana y Mellado, eran suburbios de la ciudad, y en el caso
de los de León, Irapuato y Silao, los comisionados consideraban conveniente que se
les siguiera admitiendo, pues ello hacía que se propagaran las bondades del sistema
lancasteriano. Por todo ello se decidió enviarle a Ortega un reglamento en el que
se le señalaban sus horas de entrada, por la mañana y por la tarde, la obligación de
avisar a los comisionados de escuelas del Ayuntamiento en caso de ausencia forzosa
or
y la prohibición de estrujar y maltratar a los alumnos, debiendo usar únicamente los
ut
lA
castigos establecidos en el sistema lancasteriano para sancionar las faltas cometidas
d ro
de
por los niños.111
da c
ie e lu
Cuando dicho reglamento fue entregado a Ortega al día siguiente, éste
–según palabras del Comisionado de Escuelas– “desplegando su carácter orgulloso
op d
é incivil, prorrumpió en un torrente de desvergüenzas y sarcasmos allá en presencia
Pr es
n
de los niños...Agitado su espíritu por todas las furias, agotó cuantos dicterios son
on fi
imaginables: y no satisfecho con esto, y con estender la renuncia que aun sin cubierta
s s sin
pasó al Ayuntamiento, salió como un Energúmeno por las calles, publicando las mas
ho O,
Ante tal actitud, el Ayuntamiento, en su sesión del día 11, decidió admitir la
s l lar
renuncia de Ortega y sustituirlo por los Maestros Ignacio Luna y Doroteo Romero,
do p
To em
con un sueldo de $550 cada uno, para evitar que se interrumpieran las labores en
la escuela, ya que según el Ayuntamiento estos profesores “... ya tenian noticias
Ej
111
Op. Cit., p. 11.
112
Ibidem.
113
Op. Cit., p. 13.
65
Un sistema educativo para formar ciudadanos. Guanajuato 1821–1835
Sin embargo, la resolución del Ayuntamiento no pudo ejecutarse debido a que al día
siguiente Ortega envió otro documento al Ayuntamiento en los siguientes términos:
M.I.S. En un violento ataque vilioso pude haber faltado al decoro debido a V.S. en la
renuncia que le dirigí ayer de la dirección de ésta Escuela Lancasteriana que desde
luego reformo protestando a V.S. mi respeto y consideracion, obligándome a continuar
en el desempeño de mi cargo hasta tanto V.S. encuentra individuo que me suceda si es
que se juzga conveniente llevar adelante mi indicada renuncia, sobre lo que espero la
resolución de V.S. para mi gobierno.114
or
Dicho oficio fue analizado en la sesión del cabildo del día 12, en la cual el
ut
Ayuntamiento no logró un consenso respecto a la decisión que se debería tomar,
lA
d ro
pues aunado al oficio enviado por Ortega, se sumaba la petición del Gobernador
de
da c
-quien ya a estas alturas estaba enterado de la situación-, de que se tomasen medidas
ie e lu
prudentes y evitar que se interrumpiera la enseñanza de los niños. La postura de los
op d
representantes del Ayuntamiento estaban divididas, pues mientras había algunos que
Pr es
opinaban no estar satisfechos de los “ultrajes del Director”, y pedían su castigo y su
n
on fi
separación del cargo; otros opinaban que era necesario que continuara en calidad de
s s sin
decidió encargar a una comisión el estudio del caso para tratarlo en la sesión del día 17.
ec IT
Para el día 14, el Ayuntamiento recibió dos comunicados más, uno por parte
er TU
informe de lo acontecido, y otro por parte del Gobernador Carlos Montes de Oca en
os G
el que, a solicitud del Congreso, pedía le fuera prestado el reglamento que regía a la
s l lar
contestó que no pudo enviar el reglamento debido a que fue encargada su elaboración
To em
a Ortega, y cuando le fue solicitado respondió que “lo está poniendo en limpio”.116
Ej
El Congreso decidió que lo mejor sería que se olvidaran los motivos que
habían ocasionado el problema entre Ortega y el Ayuntamiento. Así quedó expuesto
en un documento enviado al Gobernador con fecha de 16 de abril, en el cual además
dejaba en manos del ejecutivo la modificación o aprobación del reglamento formado
114
Op. Cit., p. 14.
115
Op. Cit., pp. 14 y 15.
116
Op. Cit., p. 19.
66
La realidad social: los hechos
or
establecimientos.120 La resolución de las autoridades estatales provocó el disgusto del
ut
lA
Ayuntamiento –momento tal vez en el cual el conflicto alcanzó su punto más álgido–,
d ro
de
su respuesta fue una mezcla de incertidumbre y enojo, cuestionando el proceder de las
da c
ie e lu
autoridades al apoyar a Ortega, y aunque aceptaban la decisión tomada, no dejaban
de manifestar su inconformidad en que éste siguiera al frente de la escuela.
op d
En una serie de oficios enviados al Gobernador en los meses siguientes, el
Pr es
n
Ayuntamiento manifestaba la situación de la escuela y la falta de credibilidad de la
on fi
de que se aclarara de una vez por todas las atribuciones que tenía el Ayuntamiento
ec IT
escuela en compañía de una comisión del Ayuntamiento. Para ello éste nombró al
D RA
Antonio Arizmendi y Ginory, para que ésta se llevara a cabo el día 8 de junio.
s l lar
do p
To em
Ej
117
Sobre dicho reglamento no sabemos si se refiera al que el Gobernador solicitó al Ayunta-
miento y que éste contestó que Ortega –a quien se le había solicitado su elaboración– aún no lo había
entregado al Ayuntamiento; o bien al reglamento que el Ayuntamiento hizo llegar a Ortega y que oca-
sionó su enojo.
118
AHUG. Ramo Educación Pública. Documento 67, Caja 1, 19 de Abril de 1825.
119
Ibidem.
120
Ver capítulo correspondiente a los problemas de la implementación del proyecto
educativo.
121
AGGE. Fondo: Secretaría de Gobierno Siglos XIX y XX / Sección: Secretaría de Gobierno /
Serie: Municipios.
67
Un sistema educativo para formar ciudadanos. Guanajuato 1821–1835
or
dirigido al Gobernador, fechado el 23 de julio de ese año, éste manifestaba su
ut
preocupación por el estado de la escuela, ya que el número de niños que asistían a
lA
d ro
la misma había bajado hasta 30, muchos a causa de enfermedades y otros porque sus
de
da c
padres los habían llevado a otros establecimientos particulares. Para ellos la escuela
ie e lu
había caído en un completo descrédito, en parte debido a la actitud y comportamiento
op d
del Director Ortega, razón por la cual solicitaban nuevamente su destitución,
Pr es
supliéndolo con otro u otros dos a los cuales se les repartiera el sueldo que disfrutaba
n
on fi
dicho maestro, o incluso aumentarlo un poco más, ya que ni siquiera podían pagar
s s sin
el ayudante que había solicitado el Congreso, por lo que solicitaban se anulara dicha
disposición.122
ho O,
tal situación habían decidido contactar al maestro Pedro Hernández de San Luis Potosí
do p
para suplirlo, y que el motivo del documento era avisarle de sus determinaciones.123 El
To em
gobernador contestó dos días después de recibida la noticia, solicitándole que antes de
que se procediera a la contratación de Pedro Hernández, se le informara si había causa
Ej
justificada para destituir a Ortega, ya que el gobierno estatal no tenía informes de ello
y no contaba con elementos para determinar lo procedente, además de desconocer si
Hernández vendría como Director de enseñanza mutua o solamente como Maestro de
primeras letras y preguntaba si éste estaba examinado en el Sistema de Lancaster.124
122
Ibidem.
123
Ibidem.
124
AHG. Ramo Educación Pública. Documento 78, Caja 1, 13 de Agosto de 1825.
68
La realidad social: los hechos
¿Ha de reproducir los amargos acaecimientos de los ultimos meses de febrero, marzo,
abril y mayo? ¿No tiene pues justificados plenamente sus procedimientos? Antes pues
de volver a un pormenor tan desagradable, cree que con poner en las superiores manos
de V.E. como lo hace respetuosamente un exemplar del resumen de estos queda bien
satisfecho ...125
or
Pedro Hernández, que éste era un profesor que había sido examinado en el nuevo
ut
sistema en la Escuela Normal de la ciudad de México, por lo cual confiaban plenamente
lA
d ro
en que sabría levantar el estado decadente de la escuela de la capital.126
de
da c
Desconocemos la fecha exacta en que el Director José Ortega fue depuesto,
ie e lu
aunque creemos que fue en el mes de octubre, aun sin contar el ayuntamiento con
op d
un sustituto, ya que aunque las primeras evidencias que tenemos del contacto del
Pr es
Ayuntamiento con el maestro Pedro Hernández son del día 10 de agosto, en el cual
n
través del Alcalde 1º Juan Valle; no fue sino hasta el día 14 de octubre que el cabildo
informó al Gobernador que se le había pedido a Hernández que viniera a la brevedad
ho O,
puesto que se le ofrecía eran las siguientes: 1. Sueldo de $100.00 mensuales y casa,
s l lar
2. El pago del traslado de San Luis a Guanajuato con todo y familia, 3. Que el sueldo
do p
que percibiría empezara desde el momento en que saliera de San Luis, 4. El adelanto
To em
de $500.00 pesos para pagar deudas que tenía en aquel lugar, mismos que le serían
descontados mensualmente de su sueldo, 5. Que le respetaran los horarios de clase y
Ej
125
AGGE. Fondo: Secretaría de Gobierno Siglos XIX y XX / Sección: Secretaría de Gobierno /
Serie: Municipios.
126
Ibidem.
69
Un sistema educativo para formar ciudadanos. Guanajuato 1821–1835
or
de $400.00 anuales y $100.00 más por la enseñanza de las niñas, actividad que ya
ut
lA
realizaba con anterioridad.128
d ro
de
Sin embargo, la venida de Hernández no se pudo concretar. En un documento
da c
ie e lu
fechado el día 26 de noviembre, enviado a Juan Valle por Pedro Hernández, éste le
informaba que el Ayuntamiento de San Luis Potosí había ofrecido aumentarle el sueldo
op d
con $300.00 más de lo que ganaba si aceptaba quedarse y él había aceptado.129 Ante lo
Pr es
n
cual se buscó otro candidato en la ciudad de México, valiéndose de Valentín Torres y
on fi
Francisco Robles, éste último antiguo regidor del ayuntamiento y entonces Diputado
s s sin
Federal por Guanajuato. Robles informó a Juan Valle de las dificultades con las que
ho O,
Comentaba haber platicado con Vicente Martínez y Tomás Herrera, este último
er TU
aceptado. Por lo tanto, sugería que un candidato pudiera ser un amigo suyo, el Br.
os G
Joaquín Gómez Maya, “hombre de mucha aptitud, aunque corto de genio”; o bien que
s l lar
días antes con dicho maestro. También proponía como un posible candidato a “un
joven de muchas luces que ha estado en Francia”, Ignacio Rivol, de quien elogiaba el
Ej
127
AHG. Ramo Educación Pública.
128
Ibidem.
129
AHG. Ramo Educación Pública. Documento 89, Caja 1, 26 de Noviembre de 1825.
130
AHG. Ramo Educación Pública. Documento 90, Caja 1, 9 de Diciembre de 1825.
70
La realidad social: los hechos
Tal vez por la experiencia que se había tenido con José Ortega, el Ayuntamiento
prefirió que a quien se contratara fuera al Br. Joaquín Gómez Maya y no a Ignacio
Rivol, a pesar de que el prestigio de que gozaba éste último era mucho mayor que el
del bachiller, además de que las referencias de Robles no le favorecían del todo. Pero
al parecer el Ayuntamiento decidió no aventurarse conociendo los antecedentes de
Rivol.
Joaquín Gómez Maya aceptó trasladarse a Guanajuato después de platicar
con Valentín Torres el día 12 de diciembre de 1825, así lo informa Maya al Diputado
Robles en un documento donde expone las condiciones para poder aceptar: $300.00
pesos de adelanto que se le descontarían de su sueldo en razón de $25 por mes, pago
or
del transporte de ida y vuelta, en caso de contratar a otro maestro, y contar con su
ut
lA
sueldo desde el día de su salida de la ciudad de México.131 Maya era un maestro que
d ro
de
había sido examinado en el anterior sistema de enseñanza, sabía el lancasteriano, era
da c
ie e lu
preceptor de latinidad, bachiller en artes, sabía matemáticas y traducía el francés.132
El ayuntamiento informó al Gobernador de la venida de Gómez Maya, con fecha 3
op d
de enero de 1826, quien percibiría el mismo sueldo que tenía José Ortega, es decir,
Pr es
n
$1000.00 y casa. Pero no fue sino hasta el día 12 de febrero cuando Gómez Maya tomó
on fi
al conocer el trabajo del nuevo Director. Tres meses después de haberse hecho
er TU
cabildo del día 5 de mayo, “el triste y decadente estado de la Escuela Lancasteriana”,
os G
observando que los niños que asistían no llegaban a cincuenta, acusando de ello
s l lar
las circunstancias de la ciudad y que lo mejor era regresar al método antiguo.133 Así
decidieron manifestarlo al Gobernador en los siguientes términos.
Ej
Bien penetrado se halla este Ayuntamiento de la utilidad y provecho que sin la menor
duda, proporciona a la juventud el Sistema de Lancaster. Solo su nombre de enseñanza
mutua da una idea del pronto adelanto que con él debe observarse. Mas el mismo
131
AHG. Ramo Educación Pública. Documento 91, Caja 1, 13 de Diciembre de 1825.
132
AHG. Ramo Educación Pública. Documento 92, Caja 1, 15 de Diciembre de 1825.
133
AHG. Libro de Actas de Cabildo. Sesión Ordinaria. 5 de Mayo de 1826.
71
Un sistema educativo para formar ciudadanos. Guanajuato 1821–1835
principio que lo hace recomendable lo hace al mismo tiempo dificil, pues necesita
manos mas diestras, dedicación constante y empeño que no se consigue.
La Escuela Lancasteriana de esta Capital, desconceptuada desgraciadamente, se halla
a la fecha en el estado mas decadente y triste. El actual Director que tiene aunque
instruido en el Sistema, su genio no le permite llevarlo a efecto en todos los términos
y circunstancias que deben hacerlo florecer. Los costos de tal establecimiento son
crecidos, su provecho ninguno, la juventud quando no permanezca en la ignorancia
en que se halla, nada ciertamente puede adelantar. En fin Excelentísimo Señor el
justamente recomendado Sistema de Lancaster no prueba en esta Capital, pues se vé
con el mayor desprecio, sin bastar para lo contrario quantos esfuersos ha podido hacer
or
esta Municipalidad para darle explendor y credito.
ut
Por otra parte no puede ver con indiferencia que la niñez de un pueblo que la ha
lA
puesto a su cuidado, se conserve en la ignorancia sin aprehender no ya a conocer sus
d ro
de
mas caros y forzosos derechos para hacerse útil á sí y a sus semejantes, pero ni aun los
da c
ie e lu
principios de la Sagrada Religión que profesamos.
Para salvar de algun modo la desgracia que amenaza a la juventud de esta Capital, no
op d
encuentra este Ayuntamiento otro arbitrio que el de poner en planta el antiguo metodo
Pr es
de enseñar, seguido por tantos años con gusto de los que no conocen la utilidad del de
n
on fi
Lancaster, interin se consiguen manos habiles que por ellas se penetre el público del
s s sin
de este año nos impide conocer la resolución del Gobernador ante la solicitud del
ayuntamiento, aunque al parecer se llegó a un acuerdo de continuar con el sistema y
Ej
134
AGGE. Fondo: Secretaría de Gobierno Siglos XIX y XX / Sección: Secretaría de Gobierno /
Serie: Municipios. Oficio 7 de Mayo de 1826.
72
La realidad social: los hechos
visita y presentar un informe de ello al Ayuntamiento, anotando los vicios que notaran
en tal establecimiento; con el objetivo de contando con la información necesaria y
determinar la remoción del Director Gómez Maya, si la comisión así lo consideraba,
y solicitar otro de la Ciudad de México.135
De esta manera, en la sesión del día 15 de diciembre, en el pleno del cabildo se
acordó que por las faltas cometidas por el Mtro. Joaquín Gómez, se le removiera de su
puesto. Acuerdo que fue reiterado en la sesión siguiente del día 22 del mismo mes.136
Así se le hizo saber al Gobernador del Estado en un oficio fechado el día 3 de enero
de 1827 en los siguientes términos:
or
Las repetidas quejas así de varios miembros de este Ayuntamiento como de la Comision
ut
de Escuelas, con respecto a la ineptitud y faltas del Ciudadano Br. Juaquin Maya, venido
lA
d ro
de México para la Dirección del Establecimiento Lancasteriano, lo han puesto en el
de
da c
ie e lu
duro caso de removerlo de su destino poniendo interinamente al Ciudadano Ignacio
Luna para que se encargue de dicho Establecimiento, mientras se proporciona un habil
op d
Director, Sin embargo de que Luna ya tiene en el dia bastantes conocimientos en el
Pr es
sistema de Lancaster.
n
Ponelo debidamente esta municipalidad en noticia de V. E. esperando su aprobación.137
on fi
s s sin
la sesión del día 11 del mismo mes, acordando proceder a darle aviso al depuesto
ec IT
er TU
maestro mediante un oficio que sería enviado por el secretario “sin necesidad de
D RA
hacerle presente los fundados motivos que este Y. C. ha tenido para ellas”.138 Maya, al
os G
de $225.00 pesos, ya que así se había acordado cuando éste fue contratado.139
Ej
135
AHG. Libro de Actas de Cabildo. Sesión Ordinaria. 23 de Noviembre de 1826.
136
AHG. Libro de Actas de Cabildo. Sesiones Ordinarias. 15 y 22 de Diciembre 1826.
137
AGGE. Fondo: Secretaría de Gobierno Siglos XIX y XX / Sección: Secretaría de Gobierno /
Serie: Municipios. Oficio 3 de Enero de 1827.
138
AHG. Libro de Actas de Cabildo. Sesión Ordinaria. 11 de Enero de 1827. Dichos motivos no
nos ha sido posible esclarecerlos, ya que las faltas que se han mencionado de manera reiterada en los
párrafos anteriores no se describen en ninguno de los documentos localizados.
139
AHG. Libro de Actas de Cabildo. Sesión Ordinaria. 22 y 23 de Enero de 1827.
73
Un sistema educativo para formar ciudadanos. Guanajuato 1821–1835
or
para que vinieran a hacerse cargo de las escuelas de la capital.140 Las autoridades
ut
guanajuatenses consideraban que se podría conseguir un buen maestro lancasteriano
lA
d ro
aumentando el sueldo de director de la escuela, pero esto no fue así.
de
da c
ie e lu
c. Finalmente, la Escuela Normal Lancasteriana
op d
Las presiones del Congreso del Estado al Ayuntamiento de la capital sobre el
Pr es
cumplimiento de las disposiciones decretadas para el arreglo de la instrucción pública
n
y que la escuela normal de esa ciudad aún no estaba en funcionamiento, pero que
os G
que esperaría a que estuviera en funcionamiento la escuela normal para enviar a sus
profesores a capacitarse.142
Ej
140
AHG. Libro de Actas de Cabildo. Sesión Ordinaria. 15 de Marzo de 1827.
141
AHG. Libro de Actas de Cabildo. Sesión Ordinaria. 19 de Abril de 1827.
142
AHG. Libro de Actas de Cabildo. Sesión Ordinaria. 23 de Mayo de 1827.
74
La realidad social: los hechos
pagándoseles los gastos de ida y vuelta y una dotación prudente por el tiempo en que
permanecieran en aquella ciudad.143 Proponía para tal efecto a los maestros Doroteo
Romero y Luis Rodríguez, este último preceptor de primeras letras de la villa de León,
quienes a su regreso ocuparían los cargos respectivos de acuerdo a la acreditación que
presentaran, siendo preferido el de mayor instrucción para la primera escuela.
En sesión del día 16 de junio, el cabildo analizó la propuesta del Gobernador,
determinando una variación respecto de los individuos que deberían ir a la ciudad de
México. El regidor Matías Santoyo, propuso que en lugar del preceptor de León, fuera
considerado Ignacio Luna, director interino de la primera escuela de hombres, quien
además de reunir las condiciones necesarias para tal efecto, ellos habían contraído
or
un compromiso con él cuando lo llamaron para ocupar el puesto, separándolo de
ut
la Secretaría del Supremo Tribunal de Justicia, donde se encontraba trabajando,
lA
d ro
prometiéndole ubicarlo en cualquier otra escuela una vez solucionada la falta de
de
da c
Director. Razones que fueron aceptadas por el Ayuntamiento, asignándoles una
ie e lu
“mesada” de 50 pesos a cada uno, durante los cuatro meses que permanecerían en la
op d
Capital de la República, tiempo que consideraban suficiente para aprender el nuevo
Pr es
sistema, ya que ambos profesores contaban con algunos conocimientos del mismo.144
n
Dichos profesores partieron a la Ciudad de México a finales del mes de julio, donde
on fi
s s sin
presentó los dos diplomas, expedidos por la “Asociación Lancasteriana de Méjico”, con
ec IT
er TU
mutua. “Llenos de satisfacción quedaron los C. Capitulares al ver que Romero y Luna
os G
reunen los conocimientos que son de desearse”.145 En esa misma sesión se determinó
To em
su casa; y a José Ignacio Luna como Director de la segunda escuela de niños; más
como no estaba todavía en funcionamiento, se le dio el nombramiento de ayudante
de la primera con un sueldo de $600.00 pesos anuales, cuatrocientos por el cargo
de ayudante de la normal lancasteriana y doscientos más por enseñar a los niños a
143
AHG. Ramo Educación Pública. Documento 112, Caja 1, 9 de Junio de 1827.
144
AHG. Libro de Actas de Cabildo. Sesión Ordinaria. Sábado 16 y domingo 17 de Junio de 1827.
145
AHG. Libro de Actas de Cabildo. Sesión del día 6 de Diciembre de 1827.
75
Un sistema educativo para formar ciudadanos. Guanajuato 1821–1835
escribir “trabajo que proporcionara en aquellas horas que menos haga falta en su
destino principal”. Las razones que fundamentaron dicha decisión fueron que, en
razón de que ambos presentaban la misma aptitud, se recurrieron al mérito, siendo
indiscutible el de Romero; ya que al hecho de haber servido durante muchos años
como director de la primera escuela de niños en circunstancias adversas –por la falta
de pago–, se sumaba la gracia de haber cedido al fondo de escuelas $600.00 pesos que
se le debían y que nunca le fueron pagados por el Ayuntamiento.146 Asimismo se les
recomendó a dichos profesores que pusieran todo de su parte para que “floresca un
sistema justamente recomendable particularmente en la primera escuela normal que
ha de ser la fuente de donde han de vever las demas escuelas del estado”. Y finalmente
or
el Regidor Matías Montoya propuso que el secretario del ayuntamiento diera aviso
ut
a la sociedad de la llegada de los directores y de la apertura de la primera escuela.
lA
d ro
Propuesta que fue aceptada y ejecutada al día siguiente por medio de “rotulones” en
de
da c
donde se leía lo siguiente:
ie e lu
op d
Pr es Aviso
La municipalidad de esta Capital, cumpliendo con lo prevenido en el Plan para
n
el Establecimiento y govierno de las Escuelas, sancionado por el H. Congreso
on fi
s s sin
a México a los Ciudadanos Doroteo Romero e Ignacio Luna, para que imponiéndose
ec IT
en tan útil método, lo plantearan en esta Capital. Estos individuos han merecido á
er TU
logra la suerte este Ayuntamiento, de presentar al publico dos haviles directores, que
os G
146
Ibidem.
147
AHUG. Ramo Educación Pública. Documento 122, Caja 1, 7 de Diciembre de 1827.
76
La realidad social: los hechos
Así, la primera Escuela Normal Lancasteriana del estado inició sus actividades
el día 10 de diciembre de 1827.148 Aunque tal acontecimiento no fue informado al
gobernador Carlos Montes de Oca, quien envió un oficio al Ayuntamiento el día
17 del mismo mes en el que mencionaba que ya sabía que la nueva escuela estaba
en funcionamiento, pero solicitaba que el ayuntamiento se lo confirmara para dar
cumplimiento con lo estipulado en el artículo 7, de la ley número 21.149 El Ayuntamiento
contestó al Gobernador el día 28 siguiente, dándole los informes sobre la llegada de
los profesores de la ciudad de México y los nombramientos respectivos, además de
manifestarle que “Esta municipalidad no advirtió participacion a Nuestra Excelencia
que el dia 10 del corriente fue la apertura de nuestra escuela y solo se conformo con
or
anunciarlo al publico por medio de rotulones. Ahora lo verifica protestando a nuestra
ut
lA
excelencia su mas alta consideracion y respeto y bien persuadida de los deseos que lo
d ro
de
han animado por la buena disciplina y adelantos de la juventud”.150
da c
ie e lu
Desconocemos las razones que tuvo el Ayuntamiento para no informar al
Gobernador sobre un acontecimiento tan trascendente para el desarrollo del proyecto
op d
educativo estatal, ya que como hemos comentado anteriormente, cuando la escuela
Pr es
n
fue reinaugurada a la llegada de Gómez Maya, se hizo una ceremonia en presencia del
on fi
A los pocos meses de haber iniciado sus actividades, el día 10 de agosto de 1828,
er TU
Dada la importancia que tuvo el evento para las autoridades estatales y municipales
os G
presenta íntegro el informe que fue enviado por el Secretario del Ayuntamiento, Luis
do p
To em
Palacios, al Gobernador del estado, Carlos Montes de Oca, en donde se detallan los
pormenores del evento.
Ej
148
AHUG. Libro de Actas de Cabildo. Sesión del día 22 de Diciembre de 1827, p. 91.
149
Ibidem.
150
Ibidem.
77
Un sistema educativo para formar ciudadanos. Guanajuato 1821–1835
Artículo 23 del Plan que para establecimiento y gobierno de las Escuelas sancionó la H.
Asamblea Legislativa del Estado.
El Ciudadano Director principal del Establecimiento, ordenó al Instructor general
hiciera entrar a los de Escritura en sus respectivas clases, en las que esperaron á sus
dicipulos para comenzar el examen. El instructor por una ebolución lijera y graciosa
hizo sentar á todas las clases que guardaban una completa atencion, y pronuncio un
discurso en que admirando y encareciendo las ventajas del metodo de enseñanza
mutua, animó á sus Colegas para que con el mayor empeño se aprovecharan de su
utilidad. A esto se siguió otro discurso del Director principal análogo á un acto en que
presentaba las primicias de sus desvelos y afanes en obsequio de una Juventud tierna
puesta bajo su disciplina. Luego el Instructor general entregó al de Escritura el mando
or
ut
de todas las clases, y este en el ramo indicado las hizo trabajar con arreglo á lo que
lA
previene el Sistema. Concluido esto: presentó al M. Y. Ayuntamiento y Ciudadanos
d ro
concurrentes quadernos con planas de sus condicípulos; biendose en muchos de ellos
de
da c
ie e lu
una forma de letra gallardísima. Despues el General de Escritura entregó al de Lectura
las clases y este lo mismo que los anteriores arengó antes de mandarles. La 1ª satisfizo
op d
el conocimiento del Alfabeto: la 2ª Silavas de dos letras: la tercera de tres: la quarta de
Pr es
quatro: la 5ª palabras de dos silavas: la 6ª frazes y sentencias extractadas: la 7ª periodos
n
enteros; y la 8ª leyó cada niño en su libro, advirtiendo que todas las clases hicieron los
on fi
s s sin
su Instructor. Este hizo que los niños explicaran el Compendio de la Fé. Siendo ya
s l lar
pasara a otra cosa; y en consequencia el Instructor del Catecismo Civil, presentó doce
To em
151
AGGE. Fondo: Secretaría de Gobierno Siglos XIX y XX / Sección: Secretaría de Gobierno /
Serie: Municipios.
78
La realidad social: los hechos
Este informe hace evidente que para el ayuntamiento, así como para el gobierno
del estado se había logrado el primer objetivo del plan educativo estatal: la creación
de una escuela normal lancasteriana, con el propósito de capacitar a los profesores
del estado en el método de enseñanza mutua y así proseguir con el proyecto hacia la
expansión de la primera enseñanza a través de la creación de este tipo de escuelas en
todo el estado. Sin embargo, su desarrollo en los primeros años de funcionamiento no
fue en las mejores condiciones, pues a pesar de ser objeto del mayor de los cuidados
por parte de las autoridades municipales y estatales, el presupuesto destinado a la
educación a veces no era suficiente para el mantenimiento de una escuela de tales
dimensiones y los requerimientos del moderno sistema. Así lo demuestran algunos
or
informes relativos al funcionamiento de dicha escuelas, en los años posteriores a su
ut
lA
fundación.
d ro
de
En cuanto al objetivo de la capacitación de los profesores de las escuelas
da c
ie e lu
de primeras letras en el estado, al parecer la Escuela Normal inició de manera
satisfactoria con dicha tarea, así lo demuestran algunos de los documentos localizados
op d
correspondientes al año de 1828. Tal es el caso del expediente formado entre los
Pr es
n
meses de junio a noviembre, en razón de la solicitud que el profesor Miguel Saldívar
on fi
hizo para ocupar la preceptoría de Salamanca. En uno de los documentos que allí se
s s sin
por Doroteo Romero al Secretario de Gobierno, entre los meses de marzo a agosto, en
er TU
los que expresa haber recibido en la Escuela Normal a los profesores Mariano Carrión
D RA
enviado al Gobernador del Estado, en el mes de mayo del mismo año, por parte de la
Junta de Inspectores de la Instrucción Pública del Estado, en el que manifiesta haber
Ej
152
AGGE. Fondo: Secretaría. Sección: Secretaría de Gobierno. Serie: Municipios. 1828.
153
Ibidem.
154
Ibidem.
79
Un sistema educativo para formar ciudadanos. Guanajuato 1821–1835
or
solicitando que se aceptara como preceptor de aquel lugar a Antonio Acevedo, quien
ut
lA
contaba con el certificado correspondiente de haber sido aprobado en el sistema. Y
d ro
del año de 1830 un documento enviado por el Ayuntamiento de Celaya al Gobernador,
de
da c
ie e lu
solicitando sea examinado nuevamente, como lo marcaba la ley, al profesor Rafael
Silva, preceptor de primeras letras de aquella ciudad. Un certificado expedido por
op d
Doroteo Romero en el año de 1832 a favor del Profesor José Antonio Rodríguez, en
Pr es
el cual hace constar que el mencionado profesor fue examinado en el sistema de
n
on fi
él no tan solo los conocimientos del mismo sistema, sino los demas ramos elementales
ho O,
documentos que sería ocioso detallar, creyendo suficiente con los enunciados para
er TU
presente estudio.
os G
del municipio, o bien del gobierno del estado. En un oficio dirigido al Vicegobernador
Ej
155
Ibidem.
156
AGGE. Fondo: Secretaría. Sección: Secretaría de Gobierno. Serie: Municipios.
80
La realidad social: los hechos
corriente y con la perfección que conviene a lo que ha de ser el modelo de los demas
establecimientos de la misma clase que deben plantearse”,157 ante lo cual solicitaban
la intervención del Gobernador para que informara al Ayuntamiento de la ciudad
para que proporcionara los útiles necesarios “pues cualquier dilacion en este punto
acarrea el atraso de los que vengan a á cursar para ecsaminarse de profesores; y
por consiguiente el establecimiento de las demas escuelas del Estado”.158 Haciendo
hincapié en que lo más urgente de la lista de los útiles necesarios eran los juegos
de cartillas, pizarras, lápices, papel, plumas, pautas y las planchas de arena para las
mesas; ofreciéndose la Junta a conseguir de la ciudad de México los juegos de cartillas
en caso de que el Ayuntamiento no dispusiera de alguien que se las pudiera enviar por
or
correo.
ut
lA
Así lo hizo saber el vicegobernador al Ayuntamiento de la capital y el asunto fue
d ro
tratado en la sesión de cabildo del día 11, a través del regidor Jacinto Rodríguez, quien
de
da c
ie e lu
propuso que si así lo disponían los señores capitulares se encargaran las cartillas a la
ciudad de México. Aunque fue hasta el día 21 cuando se acordó que aprovechando la
op d
buena disposición de la Junta de Inspectores, ellos encargaran las cartillas, no siendo
Pr es
posible de momento el comprar los libros que se enunciaban en la lista de útiles “por
n
on fi
la suma escases de los fondos de escuelas”, debiéndose esperar hasta el mes de abril
s s sin
para poder realizar dicho gasto, y que la habilitación de plumas, lápices, pizarras
ho O,
de escuelas y los demás que faltaran los comprarían en el transcurso de ese mismo
er TU
mes.
D RA
normal. Las razones que argumentaba la comisión de escuelas eran que “en su concepto
To em
la junta de Inspectores lo exijen”, además de que los 400 pesos designados por el
Congreso en el plan para cubrir las necesidades de las escuelas no eran suficientes;
y se solicitaba que consultara al Gobierno de donde se cubrirían la cantidad de 400
pesos a la que ascendía el presupuesto de útiles que presentaba el Director.159
157
AHG. Ramo Educación Pública. Documento 132, Caja 1, 4 de Febrero de 1828.
158
Ibidem.
159
AHUG. Libro de Actas de Cabildo. Sesión del día 6 de Septiembre de 1828, p. 424.
81
Un sistema educativo para formar ciudadanos. Guanajuato 1821–1835
or
Normal Lancasteriana, y pasa exponer su dictamen sobre el particular. Desde junio
ut
del año actual pidio la Comision de Escuelas al C. Director de la Normal una nomina
lA
d ro
de los utensilios que le faltaban, y efectivamente se presentó una lista cuyo importe
de
da c
sumaba 476 pesos. La Comision al presentar a V. S. la referida lista, observó que el
ie e lu
Decreto numero 36 solo permite un gasto anual de 100 pesos para la Escuela, y aunque
está persuadida de que esta asignacion debe estenderse despues de que en la Escuela
op d
Pr es
nada falte, debió hacerlo presente a V. S. para que se no crellese exagerada la lista
n
suponiendo en la Escuela un abio correspondiente. Cuando el presupuesto de que
on fi
hablo se presento a V. S. estaban los fondos escasos, y aunque este gasto era de toda
s s sin
los Catecismos de Geografía, y otros libros a la berdad inútiles en el estado actual del
ec IT
lista y en este estado uso de una licencia que se concedió, y estubo ausente por un mes,
D RA
quedando entre tanto la Comision en otro C. Capitular que supone la Comision actual
os G
dio cuenta puesto que se mando suspender este gasto, hasta que publicado el Decreto
s l lar
51 que entonces se discutía pudiere resolver con bases seguras. Publicado este es de
do p
utiles que se crean precisos para la enseñanza, y por lo mismo pide que se aprueve
el adjunto presupuesto, y se eleve original al Superior Gobierno del Estado para su
Ej
160
AHUG. Libro de Actas de Cabildo. Sesión del día 13 de Noviembre de 1828, p. 107 y ss.
82
La realidad social: los hechos
posteriores. De cualquier manera, esto nos permite apreciar un poco las dificultades
económicas presupuestarias que tuvieron que enfrentar tanto el Gobierno estatal
como el municipal para el sostenimiento de la escuela normal lancasteriana a los
pocos meses del inicio de su funcionamiento.
Por otro lado, la actuación de Doroteo Romero como director no estuvo exenta
de problemas. Según la información localizada en el libro de actas de cabildo en el mes
de octubre de 1828, se decidió en el pleno enviarle un oficio en el que se le exhortaba a
cambiar de actitud, pues la Comisión de Escuelas había informado sobre varias faltas
cometidas por él en contra de los alumnos. El oficio es más que elocuente acerca de
las mencionadas faltas cometidas por Romero, según el parecer de la Comisión de
or
Escuelas.
ut
lA
d ro
La Comisión de Escuelas y aun los Alcaldes Ordinarios han tenido quejas del mal trato
de
da c
ie e lu
que sufren los educandos de la escuela que V. dirije. El Y. Ayuntamiento de esta capital,
no pudiendo desentenderse de un comportamiento que cede en descrédito del Sistema
op d
de Lancaster, y muy ageno de lo que sus doctrinas previenen, y que lo hará odioso
Pr es
privándolo de la florescencia que le debe procurar, ha visto con sumo desagrado la
n
on fi
inmoderación con que V. aplica el castigo a unos jóvenes tiernos y nunca podrá permitir
s s sin
excede como hasta aquí en aplicarles castigos a su arbitrio a los que solo lo faculta el
D RA
los castigos, fue motivo de serios problemas para el Gobierno del Estado, a tal grado
que llegó a proponerse su suspensión por parte de algunos municipios.162 En esta
Ej
ocasión Romero fue el blanco del reclamo del Ayuntamiento, aunque desconocemos
su respuesta ante tales acusaciones. Pero sabemos que Romero continuó al frente de
la Escuela Normal hasta el año de 1839, año en el que murió; lo que parece indicar
que el oficio enviado no tuvo consecuencias que lamentar. Romero fue, junto con
161
AHUG. Libro de Actas de Cabildo. Sesión del día 9 de Octubre de 1828, p. 82.
162
Ver el capítulo correspondiente a los problemas en la implementación del proyecto
educativo.
83
Un sistema educativo para formar ciudadanos. Guanajuato 1821–1835
José María Montero de Espinosa y José María Trasgallo; los autores del Reglamento
General para las Escuelas de Primera Enseñanza y del Reglamento para la Enseñanza
de Preceptores de Primeras Letras del Estado, publicado por el Gobierno del estado
en el año de 1831 y reimpreso en el año de 1840.
A la muerte de Romero, ocupó su lugar como Director de la Escuela Normal
Lancasteriana el profesor Antonio Acevedo, quien fungía como su auxiliar desde el
mes de octubre de 1830, año en que pasó a ocupar el cargo ante la renuncia de Ignacio
Luna, quien aceptó el ofrecimiento del Ayuntamiento de San Luis Potosí como Director
de la primera escuela de Hombres de aquella ciudad.
En conclusión, el proceso mediante el cual se llevó a cabo el establecimiento
or
de la escuela normal lancasteriana denota varios aspectos que es necesario considerar
ut
al tenor del contexto en cual emerge. Como primer punto es importante señalar que
lA
d ro
la planeación de su establecimiento surge en medio de un periodo de optimismo en
de
da c
el que se pensaba que la economía del naciente estado pronto iba a despegar hasta
ie e lu
alcanzar el desarrollo de los años anteriores a la colonia o incluso hasta a superarlos.
op d
En el plano municipal la estabilidad económica de las finanzas públicas hace pensar
Pr es
a los integrantes del Ayuntamiento en la posibilidad de mejorar el estado de las
n
on fi
modernizarlo y con el fin de que fuera el motor y el garante del desarrollo social. Y
en el plano estatal, el Congreso consciente de la necesidad de atender la educación
ho O,
Por otro lado, los objetivos del gobierno estatal eran mucho más ambiciosos
do p
bases legislativas para lograrlo tuvo que enfrentar conflictos de traslape de facultades
con los gobiernos municipales, en este caso con el ayuntamiento de Guanajuato,
quien pretendía conservar las atribuciones que en materia educativa le asignaba la
legislación antecedente.
Finalmente, aunque el gobierno del estado mostró todo el interés posible en
la implantación de la escuela normal lancasteriana, apoyando con contactos en la
capital de la república o bien decretando sueldos atractivos para la contratación de
profesores capacitados en el sistema que se hicieran cargo de la escuela; una vez
84
La realidad social: los hechos
or
primera enseñanza mediante la apertura de escuelas públicas de primera enseñanza
ut
bajo el sistema lancasteriano. Para ello se requiere realizar un análisis comparativo
lA
d ro
de las escuelas de este tipo antes y después de la creación de la escuela normal para
de
da c
conocer su impacto social, describir el proceso realizado por el gobierno estatal para
ie e lu
la apertura de dichas escuelas, así como su contrastación con la legislación emitida al
op d
respecto para confrontar las metas y los resultados.
Pr es
En tal tenor, la información sobre la cantidad de escuelas de primeras letras
n
datos son proporcionados por Tanck de Estrada,163 quien presenta el siguiente cuadro
que incluye el número de escuelas de primeras letras existentes en los pueblos de
ho O,
año de 1798.
D RA
os G
León 5 5 100
Celaya 29 9 32
San Miguel el Grande s.p.
Guanajuato s.p.
Total 39 19 50
163
Ver. Tanck de Estrada, Dorothy (1999). Pueblos de indios y educación en el México Colonial,
1750–1821. México. El Colegio de México, p. 250. Tanck de Estrada, Dorothy. “El gobierno munici-
pal y las escuelas de primeras letras en el siglo XVIII mexicano”, en Revista Mexicana de Investigación
Educativa. México. COMIE. Mayo–agosto de 2002, Vol. 7, Núm. 15, pp. 257–278.
85
Un sistema educativo para formar ciudadanos. Guanajuato 1821–1835
or
entre otros.
ut
lA
Además de la información de Staples, podemos complementar este panorama
d ro
de
con los documentos localizados en los archivos locales que nos refieren la existencia
da c
ie e lu
en el año de 1817, de por lo menos 2 escuelas públicas de primeras letras para niños
y 2 para niñas en la capital de la Intendencia;165 en el año de 1823 una escuela pública
op d
de primera letras en Silao;166 en el año de 1824 una escuela pública de hombres y otra
Pr es
n
de mujeres en Celaya,167 y otra en San Miguel el Grande.168
on fi
letras en diferentes pueblos del estado, en los inicios del periodo independiente,
ho O,
aunque sin precisar cuáles eran consideradas escuelas públicas. Esta situación
ec IT
información referida al año de 1825, como resultado del censo realizado en ese año,
D RA
ésta sugiere una lectura confusa. En el cuadro que se incluye en la memoria de ese
os G
año, con el nombre Plan que Manifiesta el Censo General del Estado de Guanajuato,
s l lar
164
Staples, Anne. “Panorama educativo al comienzo de la vida independiente”, en Vázquez,
Josefina Zoraida, Dorothy Tanck de Estrada, Anne Staples y Francisco Arce Gurza (1999). Ensayos sobre
la historia de la educación. México. El Colegio de México, pp. 101–144.
165
AHG. Ramo Educación Pública. Docto. 34. Caja 1. 1817–01–30.
166
AGGE. Fondo: Secretaría. Sección: Secretaría de Gobierno. Serie: Municipios. Caja 2,
Expediente 25.
167
AGGE. Fondo: Secretaría. Sección: Secretaría de Gobierno. Serie: Municipios. Caja 6,
Expediente 8.
168
AGGE. Fondo: Secretaría. Sección: Secretaría de Gobierno. Serie: Municipios. Caja 5,
Expediente 4.
86
La realidad social: los hechos
or
Coesillo, pueblo 0
ut
Piedragorda, cong. 6
lA
Pénjamo, pueblo 0
d ro
de
1
da c
Valle de Stgo., pueblo
ie e lu
Salamanca, villa 2
Celaya, ciudad 3
op d
Apaseo, pueblo
Pr es 0
Chamacuero, pueblo 1
n
on fi
Jerécuaro, pueblo 7
s s sin
Neutla, pueblo 0
ec IT
Amoles, pueblo 0
D RA
S. J. de la Vega, pueblo 1
os G
Huage, pueblo 1
1
do p
Acámbaro, pueblo
To em
Salvatierra, ciudad 5
Yuririapúndaro, pueblo 2
Ej
169
Montes de Oca, Carlos. Memoria de Gobierno, 1826, Anexo 1.
87
Un sistema educativo para formar ciudadanos. Guanajuato 1821–1835
or
el antiguo sistema; y solo en esta capital existe la lancasteriana, cuyo poco o ningún
ut
lA
progreso le ha sido demasiado sensible al Gobierno”.172
d ro
de
La percepción de Montes de Oca sobre la educación pública es pesimista en esta
da c
ie e lu
primera memoria de gobierno, pues aunado a lo anterior, añade sobre la problemática
que afectaba el desarrollo educativo:
op d
Pr es
Los adelantos que hace la civilización por esta parte no son como el propio Gobierno
n
on fi
desea: conoce en que consiste, y ve que no es fácil remediar el mal. Interin que el
s s sin
método de enseñar a los niños, no sea igual en todas partes, y que no se siga otro que el
ho O,
de Bell y Lancaster, siempre que subsistan los maestros actuales, en que exceptuando
ec IT
unos pocos, los demás ignoran hasta los principios más sencillos de lo que enseñan; y
er TU
mientras que los fondos del Estado no permitan hacer un desembolso suficiente, para
D RA
plantear las escuelas y pagar bastantemente a profesores hábiles en este ramo, nada
os G
debe conseguirse.173
s l lar
do p
en manos del Estado, pues en su opinión “La experiencia nos enseña que este es el
Ej
único medio de que progresen tales establecimientos, y que donde el Gobierno los
170
Plan que manifiesta el Censo General del Estado de Guanajuato, con respecto a su pobla-
ción, industria agrícola, fabril, número de haciendas de campo, ranchos anexos e independientes de
ellas, curas, vicarios, clérigos, regulares, casas de beneficencia, límites de cada pueblo y clases de sus
habitantes, en Montes de Oca, Carlos. Memoria de Gobierno, 1826, Anexo 1.
171
Ibidem.
172
Ibidem.
173
Ibidem.
88
La realidad social: los hechos
protege, y los tiene por su cuenta, se les ve llegar al más alto grado de perfección,
mientras que en los otros solo subsiste una rutina cansada y dañosa, que enerva las
facultades intelectuales de los jóvenes, e impide el desarrollo de sus ideas.” Justificando
de esa manera la necesidad del control del Estado sobre la educación.
Mayor precisión proporciona la información contenida en la memoria de
gobierno correspondiente al año de 1826, en donde se señalaba que gracias a los jefes
de policía, recién instaurados en cada uno de los departamentos del estado, se había
podido reunir la información sobre “las fundaciones que ya en calidad de piadosas,
o ya bajo el conocimiento de los ayuntamientos, hay en varios lugares para escuelas,
con expresión de las que estén en corriente y las que no, y por que motivos; y reunidos
or
que fuesen, se formase por el mismo gobierno expediente general”.174 Quedando el
ut
lA
resultado de dichos trabajos con la información siguiente:
d ro
de
da c
ie e lu
Pueblos y sus clases Escuelas
de niños de niñas
op d
Guanajuato 1 1
Acámbaro
Pr es
n
Allende 2
on fi
Amoles
s s sin
Apaseo
ho O,
Casas Viejas 1 1
Celaya con Huage, Octopan, Rincón de Tamayo y S. J. de la Vega 3 1
ec IT
er TU
Hidalgo
Jerécuaro
os G
Pénjamo 2 1
3
do p
Piedra Gorda
To em
174
Montes de Oca, Carlos. Memoria de Gobierno, 1827, p. 16.
89
Un sistema educativo para formar ciudadanos. Guanajuato 1821–1835
Aunque parece más acertada y creíble, deja ciertas inquietudes que es necesario
comentar. En orden de aparición en el cuadro, nos resulta poco comprensible que se
haya reportado en el año anterior la existencia de un sólo maestro entre Chamacuero
y Neutla, y en la información del año siguiente aparezcan 3 escuelas públicas
(entiéndase por estas tanto las piadosas como las manejadas por los ayuntamientos);
o bien en el caso de Jerécuaro, que para el año de 1825 se menciona la existencia
de 7 maestros de escuela y al año siguiente no se consigne ninguna en este lugar.
Y en situaciones parecidas encontramos la información sobre los pueblos de León,
Pénjamo, Piedragorda, Salvatierra, Silao e Irapuato. Sin embargo, a pesar de las
dudas que nos sugiere la información, se consideran los datos del año de 1826 como
or
las cifras oficiales manejadas por el gobierno del estado, en cuanto al número de
ut
lA
escuelas públicas existentes en el territorio. En este sentido, el hecho de que haya
d ro
de
una gran variación en el número de escuelas públicas reportadas de un año al otro,
da c
ie e lu
no es atribuible al aumento de escuelas públicas establecidas por el gobierno, sino a
la recopilación de la información estadística requerida por el mismo, lograda gracias
op d
a una mayor eficiencia de la estructura burocrática, es decir, a la intervención de los
Pr es
n
jefes de policía de cada uno de los departamentos.
on fi
Ni podrá ser otra cosa mientras las supremas autoridades del estado no tomen una
er TU
parte activa en el establecimiento de las escuelas; pues aunque las hay especialmente
D RA
de hombres, en casi todos los lugares del estado, algunas con fundaciones y otras bajo
os G
la enseñanza que se necesita, cuando vemos que aun la dela capital planteada bajo el
do p
ha surtido hasta hoy los efectos que se deseaban a pesar de que está suficientemente
Ej
dotada.175
175
Op. Cit., p. 17.
90
La realidad social: los hechos
or
de primeras letras en la mayor parte de los pueblos del estado, consideraba que la
ut
lA
educación que se impartía no era la adecuada.178
d ro
de
La situación no podría ser de otra forma, ya que cuando se decretó en 1825
da c
ie e lu
por parte del gobierno del estado, que “A espensas de los fondos municipales de los
Pueblos remitirán los ayuntamientos a la Escuela Lancasteriana de esta Capital, que
op d
se declara Normal del Estado, un individuo de su aprobación, y confianza, para que
Pr es
n
se imponga del sistema de enseñanza mutua, que se establecerá en sus respectivos
on fi
éste se disculpó por no poder enviar a un profesor a expensas de los fondos públicos,
ec IT
debido a lo “exausto” de los mismos “que no tendran incremento hasta que sean
er TU
aprobados los arvitrios que a fines del año inmediato pasado propuso el Ylustre
D RA
se deberían sacar los fondos para financiar el viaje del profesor Manuel Juncal para
do p
To em
176
Montes de Oca, Carlos. Memoria de..., 1827, p. 16.
177
Ibidem.
178
Ibidem.
179
AHUG. Ramo Educ. Púb./66/1/1825-04-02.
180
AGGE. Fondo: Secretaría. Sección: Secretaría de Gobierno. Serie: Municipios. C. 20, Exp. 9.
181
AGGE. Fondo: Secretaría. Sección: Secretaría de Gobierno. Serie: Municipios. C. 12, Exp. 13.
91
Un sistema educativo para formar ciudadanos. Guanajuato 1821–1835
or
Silao 1 1
ut
lA
Celaya con Huage, Octopan, Rincón de Tamayo y S. J. de la Vega
d ro
Salvatierra
de
da c
ie e lu
Acámbaro
Yuriria con Uriangato
op d
Apaseo Pr es
Chamacuero con Neutla
n
Santa Cruz
on fi
s s sin
Allende 1
ec IT
Hidalgo
er TU
Casa Viejas
s l lar
Xichú
do p
To em
Piedra Gorda 1
Total 14 5
182
Montes de Oca, Carlos. Memoria de Gobierno, 1828, Anexo 3.
92
La realidad social: los hechos
or
públicas en la ya referida memoria correspondiente.
ut
lA
En el año de 1827, se expidió el decreto número 36,183 en el cual se incluye el plan
d ro
de
definido por el gobierno del estado para el establecimiento de las escuelas de primeras
da c
ie e lu
letras. El compromiso del Estado, para esos momentos, abarcaba el establecimiento
de dos escuelas en la capital del estado, una para hombres y otra para mujeres; y
op d
una por lo menos en cada uno de los pueblos que tuvieran ayuntamiento. Lo cual
Pr es
n
dependería de la formación de profesores capacitados en el sistema lancasteriano.
on fi
Asimismo se preveía el establecimiento de una escuela en cada uno de los pueblos que
s s sin
tanto deberían seguir con las existentes hasta entonces. También se señalaba que
ec IT
pasaran de mil almas, señalando el número necesario de ellas y los arbitrios con que
os G
habrían de mantenerse.
s l lar
Guanajuato, y una en cada uno de los pueblos siguientes: Silao, Irapuato, Salamanca,
Valle de Santiago, Celaya, Salvatierra, Yuririapúndaro, Acámbaro, Apaseo, Jerécuaro,
Chamacuero, Santa Cruz, Allende, Hidalgo, San Felipe, San Luis de la Paz, Casas Viejas,
Xichú, León, Pénjamo y Piedragorda; que eran los que tenían ayuntamiento hasta ese
entonces. Es decir, un total de 23 escuelas públicas de primeras letras, costeadas por
los fondos públicos.
183
Decreto número 36 de 29 de Agosto de 1827, en Decretos del Primer Congreso Constitucional,
espedidos desde 1º de Octubre de 1826, hasta 15 de Diciembre de 1828, p. 126.
93
Un sistema educativo para formar ciudadanos. Guanajuato 1821–1835
... penetrado dela efusión del gozo más puro, me congratulo con los guanajuatenses,
y uniendo mis votos con los suyos, no puedo menos de tributar las más expresivas
gracias al honorable congreso del estado, a cuya munificencia se debe la plantación muy
próxima de escuelas de primeras letras en todas las municipalidades, ... a expensas del
erario; formando el más completo y mejor elogio de los dignos padres de la patria, el
decreto que bajo el número 21 expidieron para que la primera escuela de niños de esta
or
capital sea la normal; a fin de que los demás preceptores se instruyan y examinen en
ut
el sistema de Lancaster; el plan que formaron para las de ambos sexos en esta misma
lA
d ro
capital y el decreto número 36 en que se sisteman los ramos de primera, segunda y
de
da c
tercera enseñanza que se ha de dar en los expresados establecimientos.184
ie e lu
op d
Pr es
n
on fi
s s sin
ho O,
ec IT
er TU
D RA
os G
s l lar
do p
To em
Ej
184
Montes de Oca, Carlos. Memoria que el Gobernador del Estado de Guanajuato formó para
dar cumplimiento a la parte 8ª del Artículo 161 de la Constitución Federal, ampliándola en otros ramos para
conocimiento del Congreso del mismo Estado, todo por lo respectivo al año de 1827. 16 de Febrero de 1828,
Imprenta del Supremo Gobierno a cargo del C. José María Carranco.
94
La realidad social: los hechos
or
Silao 0 0 2 1
ut
Celaya 1 0 4 5
lA
d ro
Salvatierra 1 0 4 3
de
da c
Acámbaro 1 0 0 0
ie e lu
Yuriria 0 0 2 0
op d
Apaseo Pr es1 0 0 0
Chamacuero 1 0 0 0
n
Santa Cruz 3 0
on fi
0 0
s s sin
Jerécuaro 0 0 0 0
1 0 6 0
ho O,
Allende
Hidalgo 0 0 10 1
ec IT
er TU
San Felipe 1 0 0 0
D RA
S. Luis de la Paz 1 0 1 3
1
os G
Casa Viejas 1 0 2
0 0 0 0
s l lar
Xichú
León 1 0 12 14
do p
To em
Pénjamo 1 0 0 1
Piedra Gorda 1 0 0 1
Ej
Totales 13 2 64 36
185
Montes de Oca, Carlos. Memoria de Gobierno, 1830. Anexo 4.
95
Un sistema educativo para formar ciudadanos. Guanajuato 1821–1835
or
“dotadas por el Estado” y las “costeadas por particulares”, ello nos lleva a entender
ut
lA
algunas diferencias con relación a la que contienen los cuadros anteriores para
d ro
de
algunos pueblos, aunque para otros no. Por ejemplo, en el caso de Irapuato, que en
da c
ie e lu
el cuadro correspondiente a 1827 consignaba 6 escuelas de niños y 1 de niñas, en
el cuadro correspondiente a 1829 dichas escuelas están enlistadas como costeadas
op d
por particulares y no consigna ninguna dotada por el Estado. También es importante
Pr es
n
señalar que ninguno de los pueblos cuenta con más de una escuela pública, a
on fi
excepción de Guanajuato, que reportó 2 escuelas para niñas, lo cual parece describir
s s sin
una situación más cercana al estado en el que se encontraban las escuelas públicas en
ho O,
este periodo.
ec IT
Al comparar las cifras que presenta el cuadro de 1829, en lo que a las escuelas
er TU
públicas –o dotadas por el estado se refiere– notamos que el número de las mismas
D RA
debe tenerse por errónea, pues si bien el número de las de niños que aparece en el
s l lar
análisis anterior de que las 6 escuelas reportadas por la villa de Irapuato en el año de
1827 parecen corresponder a escuelas costeadas por particulares, entonces el número
Ej
186
AGGE. Fondo: Secretaría. Sección: Secretaría de Gobierno. Serie: Municipios.
96
La realidad social: los hechos
letras dotada por los fondos estatales en el año de 1828 y en el cuadro de 1829 no
aparece esta información ¿Será esta situación consecuencia del establecimiento de
la escuela normal y del decreto número 36 expedido en 1827? Para dar respuesta
a dichas interrogantes contamos con los siguientes datos. Posterior a la apertura
de la escuela normal, como ya se comentó en el apartado correspondiente, se tiene
información sobre la aceptación a la misma de profesores de distintos pueblos del
estado entre los meses de marzo a agosto de 1828, entre los que se encontraban los
profesores Mariano Carrión, de Acámbaro; Rafael Silva, de Apaseo; Ignacio Morelos,
de Casas Viejas y Mariano Orozco, de Salvatierra; todos ellos recomendados por
sus respectivos ayuntamientos, para que se capacitaran en el sistema de enseñanza
or
mutua. Y del año de 1829 la información de haber aceptado para su capacitación y
ut
lA
acreditación al profesor Ángel Ramírez enviado por el Ayuntamiento de San Luis de
d ro
de
la Paz.187 Al observar el cuadro anterior se puede constatar que los pueblos antes
da c
ie e lu
mencionados remiten la información de contar con una escuela dotada por el estado;
información que no aparece en el cuadro correspondiente al año de 1827.
op d
Sin embargo, en el caso del maestro Antonio Acevedo enviado por el municipio
Pr es
n
de Silao, la información consignada en los cuadros no parece respaldar nuestras
on fi
afirmaciones; pues mientras Silao reporta para el año de año de 1827 una escuela de
s s sin
mujeres, pero costeadas por particulares. Lo que nos hace pensar que las reportadas
ec IT
Sin embargo, para Montes de Oca los resultados no eran los esperados y
os G
parece desilusionado de los avances logrados hasta el momento “Ni las continuas
s l lar
de los pueblos, han podido proporcionar que en todos ellos se establezcan las
escuelas de primeras letras, que deben tener costeadas por fondos del Estado, y
Ej
187
AGGE. Fondo: Secretaría. Sección: Secretaría de Gobierno. Serie: Municipios.
188
Montes de Oca, Carlos. Memoria de..., 1830, Op. Cit., p. 12.
97
Un sistema educativo para formar ciudadanos. Guanajuato 1821–1835
... si hasta la presente no se perciben todos los adelantos que sería de desear, es sin
duda por las dificultades que presenta la variación absoluta en el sistema de enseñanza,
así como la ha habido en la forma de gobierno: de aquí es que solo el tiempo y la
experiencia podrán ir manifestando las reformas y mejoras necesarias para llevar a su
perfección los establecimientos de esta clase.190
or
Señalando que de las veintidós escuelas lancasterianas que debería de haber en
ut
el estado, de acuerdo a la legislación y el proyecto educativo implementando, solamente
lA
d ro
se había logrado establecer trece. Aduciendo como causa de ello la dificultad para
de
da c
encontrar profesores capacitados, tal como lo había manifestado Montes de Oca; pero
ie e lu
además agregaba otras dos causas para que los resultados no se hubieran logrado y que
op d
nos parecen de suma importancia; la primera de ellas era “la oposición que en algunos
Pr es
lugares ha habido respecto de este sistema”.191 Y la segunda, “... el demasiado rigor
n
on fi
con que algunos directores han querido llevar ciertas exterioridades anexas al sistema,
s s sin
tales, como los movimientos compasados, el uso de la caja para pasar a las clases, y
ho O,
la exactitud en que los niños marquen el paso; pero sobre todo, el código penal que
ec IT
rige en estas escuelas, lo que ha dado motivo, a que vulgarmente se diga, que los niños
er TU
solo van a aprender allí a ser soldados”. Proponiendo como solución a esta última el
D RA
que los directores de las escuelas de primeras letras, que eran quienes contaban con
os G
que habría que hacerle a los planes y reglamentos respectivos. Estas causas nos
do p
estatal, pero serán tratadas en su momento.192 Y destaca los adelantos mostrados por
Ej
los alumnos de las escuelas de San Pedro Piedragorda, San Felipe, Celaya, Casas Viejas
y Allende; principalmente hace énfasis en esta última donde atribuye a la experiencia
y conocimiento del profesor Gregorio Rodríguez los conocimientos adquiridos por
sus alumnos en los ramos de Caligrafía, Aritmética y Álgebra.
189
Bustamante Benigno. Memoria instructiva, 1830, Op. Cit.
190
Op. Cit., p. 12.
191
Ibidem.
192
Ver apartado sobre “Los problemas de la implementación del nuevo proyecto educativo”.
98
La realidad social: los hechos
or
Municipalidades Escuelas dotadas por los fondos del estado
ut
De Hombres Dotaciones De Mujeres Dotaciones
lA
d ro
Guanajuato Primera Primera
de
1,600 600
da c
Doroteo Josefa Mazo
ie e lu
Romero
Segunda Segunda
op d
1,600 Guadalupe 400
Pr es Moscoso
n
Salamanca Miguel Olivares 600 300
on fi
600 300
Acámbaro Mariano Orozco 600 300
D RA
Chamacuero
Mariano Pérez
do p
193
Gómez de Linares, Manuel. Memoria de Gobierno, 1832, pp. 13-15.
99
Un sistema educativo para formar ciudadanos. Guanajuato 1821–1835
or
reglamento general de enseñanza y el reglamento para los preceptores del estado; los
ut
lA
cuales significaban la nueva base de la cual partir para lograr el proyecto educativo
d ro
de
planteado con anterioridad. Siendo una prueba de ello la expedición de la convocatoria
da c
ie e lu
para “proveer en propiedad” las preceptorías de las escuelas de hombres y mujeres en
el estado, por lo menos en aquellos lugares en donde la ley lo prevenía, los pueblos
con ayuntamiento.
op d
Pr es
n
De acuerdo al cuadro cabe señalar que existen diferencias importantes
on fi
anterior, el de 1829. Considerando que si tienen un maestros que las está atendiendo,
ho O,
de 1829, son los siguientes: se cerraron las escuelas de Celaya, Chamacuero, León y
os G
Piedragorda; pero se abrieron las de Salamanca, Santa Cruz y Silao. Así encontramos
s l lar
que existía una escuela menos respecto de las existentes en 1829, a las cuales se le
do p
To em
agregaba ahora la necesidad de abrir las escuelas de primera enseñanza para niñas.
Las razones del cierre o apertura de las escuelas de primera enseñanza son
Ej
194
Número 118 (Decreto de 9 de Abril de 1831). Ley que reglamenta la enseñanza pública en
el Estado, en Op. Cit.
195
Gómez de Linares, Manuel. Memoria de 1832, Op. Cit.
100
La realidad social: los hechos
or
de enero de 1832, con la intención de “proceder a la provisión en propiedad de los
ut
lA
Preceptores de las Escuelas de primeras letras así de hombres como de mujeres”,196 se
d ro
de
puede pensar que fue una medida acertada ante la falta de profesores capacitados en
da c
ie e lu
el sistema lancasteriano, y ante la falta del cumplimiento de la ley y de los objetivos
de su programa educativo.
op d
Desafortunadamente no contamos con más información estadística para los
Pr es
n
años de 1832 a 1835, para conocer los resultados de la convocatoria, aunque podemos
on fi
inferir, por los decretos expedidos en estos años, que en el periodo que abarca esta
s s sin
lancasteriano en todos los pueblos con ayuntamiento; considerando que la razón para
ec IT
ello fue la falta de profesores capacitados en el sistema de Lancaster, lo que evitó que
er TU
también los objetivos de la escuela normal. Los decretos que nos permiten inferir lo
os G
contar por lo menos con 25 años de edad; supliendo dicho requisito con el hecho de
que el gobierno se aseguraría a través de los medios que considerara convenientes
Ej
“de la moralidad, juicio e instrucción de las personas” que habrían de cubrir las
preceptorías.
Otro decreto, el número 253, de 24 de enero de 1834,198 menciona que el gobierno,
ante la falta de profesores lancasterianos que se hicieran cargo de las escuelas de
196
AHUG. Ramo Educación Pública/214/1/1832-01-27.
197
Decreto Número 204 (12 de Abril de 1833), en Op. Cit.
198
Decreto Número 253 (24 de Enero de 1834), en Op. Cit.
101
Un sistema educativo para formar ciudadanos. Guanajuato 1821–1835
primeras letras que faltaban, de acuerdo a la ley “se establecerán y costearán por los
fondos de instrucción pública, las enunciadas escuelas, con los profesores y métodos
que se pueda en calidad de provisionales, dotándolas en este caso con las cantidades
que el gobierno crea justas y equitativas”.
Y finalmente, en la ley número 275, de 9 de mayo de 1834,199 se decretó que
la misma medida establecida en el decreto anterior, sería aplicable a las escuelas de
primera enseñanza que deberían instaurarse en los pueblos que pasaran de mil almas,
como lo establecía el artículo 14 de la ley 118, tanto de hombres como de mujeres.
Señalando además un plazo de noventa días después de publicada esta ley, para que
se establecieran dichas escuelas.
or
En conclusión, podemos considerar que, al no lograr el gobierno del estado sus
ut
lA
objetivos previstos en el sentido de la expansión de la primera enseñanza, se considere
d ro
de
un “fracaso” para su proyecto educativo. Sin embargo, si hacemos una comparación
da c
ie e lu
de la situación de la educación pública antes y después de la independencia los
logros alcanzados son muchos y muy importantes, considerando no únicamente la
op d
estructuración de una legislación que organizaba este ramo, sino también los hechos
Pr es
n
que se concretaron en la implementación de una escuela normal, la capacitación de
on fi
199
Decreto Número 275 (9 de Mayo de 1834), en Op. Cit.
102
Capítulo iii
Problemas en la implementación del sistema educativo
or
ut
E l análisis de cómo se llevó a cabo la implementación del proyecto educativo del
lA
d ro
gobierno del estado ha evidenciado que logró cumplir sus objetivos de manera
de
da c
ie e lu
parcial, por lo menos durante el periodo en estudio. Si bien se estableció la escuela
normal lancasteriana como primer paso del mencionado proyecto y detonante del
op d
mismo, con base en la legislación correspondiente; no se logró crear las escuelas de
Pr es
n
primeras letras en cada uno de los municipios con ayuntamiento, como lo prevenía
on fi
la ley, lo cual evidenciaba que tampoco la escuela normal cumplió con los objetivos
s s sin
para los que fue creada, capacitar a los profesores en el nuevo sistema a fin de que
ho O,
dichos objetivos se han hecho evidentes a lo largo de los capítulos anteriores, tales
D RA
fondos públicos en los pueblos para abrir las escuelas. Sin embargo, se considera que
s l lar
no fueron los únicos. Hace falta indagar también acerca de los problemas sociales y
do p
analizar con mayor detalle dichos problemas a fin de identificar hasta dónde pudieron
Ej
103
Un sistema educativo para formar ciudadanos. Guanajuato 1821–1835
or
escuelas públicas que contemplaba la legislación?
ut
lA
Una de las respuestas más obvias parecería ser el sueldo que percibían
d ro
de
los profesores. Intentando dar una respuesta fundamentada a esta interrogante,
da c
ie e lu
partiremos de una de las razones en las que basó su solicitud de aumento de sueldo
el primer maestro lancasteriano contratado para establecer la primera escuela de la
op d
ciudad capital bajo el mencionado sistema, José Ortega, quien afirmó en el año de
Pr es
n
1825 que si él se dedicara a la enseñanza particular tendría un sueldo muy superior
on fi
la renta de una casa en donde vivir. Ortega afirmaba “Supongamos que yo por mí
ho O,
pusiese un aula de solo cien discipulos (…) por muy bajo que cada uno me pensionase
ec IT
lo haria con tres pesos mensuales, que me sumarian al año tresmil seiscientos pesos,
er TU
fue un motivo para que no se decidieran los profesores de las escuelas particulares
do p
To em
a concursar por optar por una de las plazas que ofrecía el gobierno del estado. Si
bien se ha evidenciado a lo largo del trabajo que una de las medidas tomadas por el
Ej
congreso estatal en este sentido fue proporcionar un sueldo atractivo a los profesores
para incentivarlos a capacitarse y cubrir las preceptorías de los diferentes municipios
del estado. Así lo demuestra, por una parte, el contenido existente en las diferentes
200
Expediente instruido con motivo de haber procurado el Ilustre Ayuntamiento de esta capi-
tal, que el maestro de primeras letras de la escuela lancasteriana Ciudadano José Ortega, se sujetase a
los articulos reglamentarios que le previno para las horas de asistencia y otros objetos importantes ó
igualmente por no haber accedido á la solicitud que hizo de aumento de sueldo. Guanajuato. Año de
1825. Impreso en la Oficina del Gobierno á cargo del Ciudadano José María Carranco.
104
Problemas en la implementación del sistema educativo
leyes decretadas, en las que se incluyó este apartado; y por el otro las manifestaciones
repetidas que hicieron los representantes gubernamentales tanto estatales como
municipales, por ejemplo cuando se trató de conseguir un maestro capacitado para la
escuela lancasteriana y se asignó un sueldo “atractivo” para que se animaran a aceptar
los profesores de la ciudad de México. ¿Pero qué tan atractivos pudieron ser dichos
sueldos que no causaron el efecto deseado? ¿Puede considerarse un sueldo decoroso en
comparación a otros sueldos del periodo en estudio? En tal sentido se hace necesario
realizar un análisis de la evolución de los sueldos de los profesores antes y después de
las medidas tomadas por el gobierno estatal, a fin de determinar si su situación, tuvo
una variación significativa; y posteriormente hacer una comparación con los sueldos
or
que se pagaban a otras profesiones u oficios para comprender su estatus económico y
ut
lA
las posibilidades de llevar una vida decorosa.
d ro
de
Tanck de Estrada201 señala que para el periodo que va entre 1750 y 1810, el
da c
ie e lu
sueldo promedio anual que percibía un profesor de primeras letras de un pueblo
de españoles era de 353 pesos aproximadamente; por su parte los profesores de los
op d
pueblos de indios tenían un salario promedio de 250 pesos. Los lugares en los que
Pr es
n
se reportaron salarios más altos, en el caso de los pueblos de españoles, fueron:
on fi
Chihuahua, con 600, Querétaro y Veracruz con 500 y Zacatecas con 456 pesos. Todos
s s sin
ellos reportados en el año de 1803. En el caso de los pueblos de indios, los sueldos
ho O,
más altos fueron en: Tenancingo con 500, en el año de 1805; Tepotzotlán y Pátzcuaro,
ec IT
con 300, pero que no se consigna fecha de reporte; los cuales debieron ser casos
er TU
excepcionales ya que el resto de los pueblos de indios no pasaba de los 200 pesos. Y
D RA
los más bajos se reportaron en San Luis Potosí y Mérida, con 150, sin fecha, para el
os G
caso de los pueblos de españoles; y en el caso de los pueblos de indios los sueldos más
s l lar
bajos fueron en Tepic, Nayarit; en San Juan de Llanos, en Puebla; en Santiago Tuxtla,
do p
To em
en Veracruz; o en Charo, en Michoacán; entre otros; con un sueldo de 150 pesos, pero
no se señala el año en que se reportó la información.
Ej
201
Tanck de Estrada, Dorothy. “El gobierno municipal y las escuelas de primeras letras en el
siglo XVIII mexicano”, Op. Cit.
105
Un sistema educativo para formar ciudadanos. Guanajuato 1821–1835
or
ante la necesidad de encontrar un maestro capacitado en el sistema lancasteriano, el
ut
lA
gobierno del estado decidió aumentar el sueldo que percibían los maestros “antiguos”
d ro
de
de manera considerable, por lo menos en el caso de la primera escuela de la capital.
da c
ie e lu
En la primera ley en que se decreta la cantidad que deberían ganar los maestros
que ocuparían las preceptorías de las nuevas escuelas dotadas por el Estado, se señala
op d
que “el máximun (…) para los profesores (…) será el de mil pesos, y el mínimun el
Pr es
n
de seiscientos, exceptuándose el de la escuela normal”.202 Habrá que recordar que el
on fi
decretar estos sueldos fue visto como un aliciente, por parte del gobierno estatal y el
s s sin
Posteriormente, la ley número 118 detallada aún más dichos sueldos al señalar
ec IT
que: “Los del Director y preceptores de las escuelas, serán asignados por el Gobierno,
er TU
á los profesores actuales que tienen ya sueldo señalado, no se les podrá disminuir el
s l lar
sueldo señalado que disfrutan”.203 Existe una disminución en el mínimo que deberían
do p
To em
disfrutar los profesores de las escuelas; sin embargo, habrá de recordar que la
mencionada ley contemplaba la apertura de escuelas no solamente en los municipios
Ej
con ayuntamiento, sino la posibilidad de hacerlo en cada uno de los pueblos que
tuvieran más de “mil almas”; además de pretender establecer una escuela de niñas
en cada uno de los municipios con ayuntamiento, lo cual significaba una diferencia
importante en el sueldo designado, como podrá observarse a continuación.
202
Decreto número 36, de fecha 29 de Agosto de 1827, en Op. Cit., p. 130.
203
Decreto número 118, 9 de Abril de 1831. “Ley que reglamenta la enseñanza pública en el
Estado”, en Op. Cit., p. 14.
106
Problemas en la implementación del sistema educativo
Cuando el gobierno del estado convocó a los profesores para cubrir las
preceptorías en calidad de propiedad, en el mes de enero de 1832, señaló detalladamente
los lugares, los tipos de escuela y los sueldos que recibirían los profesores, a partir
de las dos características anteriores.204 En dicha convocatoria son observables tres
diferencias muy marcadas en cuanto a la designación de los mismos: la primera de
ellas era una diferencia geográfica-administrativa, es decir, existía una variación del
sueldo dependiendo del municipio en el cual se ubicaran las mencionadas escuelas;
la segunda obedecía a una consideración de género, en el sentido de que existía una
diferencia importante en cuanto al sueldo de las maestras y el de los maestros; y
finalmente la percepción del sueldo del director de la escuela normal, el cual era el
or
más alto de todos.
ut
lA
La última diferencia es demasiado explícita como para no entenderla, el
d ro
de
director de la escuela normal lancasteriana percibía un sueldo mayor debido a la
da c
ie e lu
responsabilidad de atender, además de la enseñanza de las primeras letras, la
capacitación de los profesores en el sistema de Lancaster. Sobre la diferencia de
op d
género no se han encontrado evidencias que hagan explícitas las razones ya que la
Pr es
n
labor desempeñada era la misma. Aunque se sabe que era prioritario para el gobierno
on fi
a la clasificación de los pueblos del estado que hizo el Gobierno estatal en el año
ec IT
como de primera, segunda y tercera clase; siendo los primeros las cabeceras
D RA
Apaseo, Jerécuaro, Chamacuero, Santa Cruz, Hidalgo, San Felipe, San Luis de la Paz,
do p
To em
Casas Viejas, Xichú, Pénjamo y Piedragorda; que eran pueblos anexos que contaban
con ayuntamiento. Y finalmente los de tercera clase que eran: Pueblo Nuevo,
Ej
204
AHUG. Ramo Educ. Púb./214/1/1832-01-27.
205
Dictamen de la Comisión de Hacienda presentado al H. Congreso sobre el arreglo de los
ayuntamientos. Guanajuato. Imprenta del Supremo Gobierno, a cargo del C. J. M. Carranco. 1828.
15 pp.
107
Un sistema educativo para formar ciudadanos. Guanajuato 1821–1835
ambas informaciones y comprender las relaciones entre esta clasificación y los sueldos
asignados a los profesores en la convocatoria.
or
ut
lA
d ro
de
da c
ie e lu
op d
Pr es
n
on fi
s s sin
ho O,
ec IT
er TU
D RA
os G
s l lar
do p
To em
108
Problemas en la implementación del sistema educativo
or
promedio para el año de 1810, tuvo un aumento de 50% aproximadamente; aunque en
ut
lA
algunos pueblos de españoles ya reportaban un sueldo mayor o igual al que aquí se
d ro
de
enuncia como promedio, aunque inferior si se considera a los sueldos percibidos por los
da c
ie e lu
profesores en los municipios de primera clase. Ahora, comparado el sueldo promedio
en 1832 con el que percibía Doroteo Romero en 1811 que era aproximadamente de
op d
400 pesos, hubo un aumento del 25% aproximadamente. Pero si se compara el sueldo
Pr es
n
en relación a que Doroteo Romero era profesor de la primera escuela de niños de
on fi
109
Un sistema educativo para formar ciudadanos. Guanajuato 1821–1835
or
Lógica, metafísica y moral 600
Elementos de retórica y nociones de religión por principios 600
ut
Economía política y estadística, y derecho natural y de gentes 1,200
lA
Derecho civil y canónico 800
d ro
Derecho civil y público 1,000
de
da c
Derecho criminal 1,000
ie e lu
Sagradas escrituras y lugares teológicos 800
Teología moral y liturgia 600
op d
Segundo curso de matemáticas 1,000
Física Pr es 1,200
Química 1,200
n
Mineralogía 1,000
on fi
Sueldo percibido por los profesores del Colegio de la Capital del estado en el año de 1832.206
ho O,
ec IT
el sueldo de los hombres, pues éstos, principalmente en las escuelas de las cabeceras
s l lar
tercera enseñanza; y la mayoría de ellos por lo menos ganaba lo mismo que la cátedra
con una asignación de salario menor. Como caso especial se debe de tomar en cuenta
Ej
el estipendio del director de la escuela normal, que era superior al del rector del
colegio y al de cualquier cátedra de segunda o tercera enseñanza.
Desgraciadamente no podemos opinar lo mismo de los haberes de las mujeres,
que apenas el de la directora de la primera escuela de niñas de la capital era igual al
de las cátedras con menor honorario de los niveles superiores.
206
Gómez de Linares, Manuel. Memoria de Gobierno, 1832, Anexo 12.
110
Problemas en la implementación del sistema educativo
or
ut
lA
d ro
de
da c
ie e lu
op d
Pr es
n
on fi
s s sin
ho O,
ec IT
er TU
D RA
os G
s l lar
do p
To em
Ej
207
Tomado del Decreto 157, de 27 de Abril de 1832. “Presupuesto de gastos para el año eco-
nómico de 10 de Mayo de 1832 a 30 de Abril de 1833”, en Decretos del tercer Congreso Constitucional.
Espedidos desde 31 de Diciembre de 1830, hasta 28 de Diciembre de 1832, p. 96 y ss.
111
Un sistema educativo para formar ciudadanos. Guanajuato 1821–1835
or
Los funcionarios públicos con funciones directivas que tenían un sueldo
ut
lA
superior al que percibía el director de la escuela normal eran: Los diputados, el
d ro
de
gobernador, el vicegobernador, el secretario de gobierno, los ministros, los fiscales,
da c
ie e lu
los consejeros, el director, el contador, y el tesorero de hacienda; los ensayadores y el
administrador de rentas de Guanajuato.
op d
Los funcionarios públicos, con funciones directivas que percibían un sueldo
Pr es
n
menor al director de la escuela normal era: los asesores del estado, los defensores, los
on fi
Yuriria.
ec IT
un funcionario de categoría media, cuyo puesto estaba muy bien remunerado, ya que
D RA
habrá de considerarse que a los 1,600 pesos anuales que percibía se debe agregar la
os G
cantidad de la renta de la casa en donde vivía, misma que era pagada con los fondos
s l lar
municipales.
do p
To em
también como suficiente y satisfactorio, pues éste es igual al de los defensores, los
tenientes visitadores y a los administradores de rentas de Irapuato y Silao; y superior
al de los guardas, al interventor de la fábrica de tabacos, al sobrestante mayor fiel de
la fábrica de tabacos o a los receptores de rentas de Salvatierra y Pénjamo.
c) Referente a los sueldos de los profesores de primeras enseñanza de los
pueblos con ayuntamiento, el cual en promedio era de 550 anuales; se puede observar
que éste solamente era superior al de trabajadores de “segundo orden”, si es que se
les puede llamar así, tales como el portero de la sala del Supremo Tribunal de Justicia,
112
Problemas en la implementación del sistema educativo
or
En conclusión, el sueldo de los profesores de las escuelas públicas de primera
ut
lA
enseñanza era redituable y atractivo únicamente para los profesores de las escuelas de
d ro
de
las cabeceras departamentales, en los demás pueblos del estado en los que se pretendía
da c
ie e lu
o se estableció una escuela pública, pueden considerarse salarios, si bien mejores a los
que recibían a finales del periodo colonial, con poco atractivo y relativamente escasos
op d
para vivir decentemente, siempre y cuando éste se recibiera puntualmente, lo cual
Pr es
n
no era muy frecuente como ya se pudo ver en páginas anteriores. Y en cuanto a las
on fi
mujeres, ni qué decir, era un sueldo ínfimo que no tenía mayor atractivo, comparable
s s sin
escuela particular?¿Sus percepciones eran mejor que las de los profesores de las
er TU
Sobre el sueldo que percibían los maestros que tenían una escuela particular,
os G
sobre el asunto que nos compete la siguiente información: “Era costumbre cobrar
cuotas diferenciales. Aprender a leer costaba entre 1 y 3 pesos por mes, de acuerdo
Ej
208
Tanck de Estrada, Dorothy (2000). La educación Ilustrada, 1786–1836. México. El Colegio de
México, pp. 155-156.
113
Un sistema educativo para formar ciudadanos. Guanajuato 1821–1835
Chousal y José María Chavira, profesores que ejercían en la capital desde 1814 por
lo menos, ganaron 227 y 230 pesos al mes (…) Los otros cinco maestros informaron
recibir entre 22 y 50 pesos mensualmente, ingreso que probablemente era normal
para la mayor parte de los preceptores de primeras letras”.
Haciendo un cálculo de la percepción salarial anual de los dos primeros
maestros, si los sueldos fueron ininterrumpidos y constantes, tenemos que José
Ignacio Paz ganaría aproximadamente la cantidad de 6,072 pesos; y Andrés González
Millán la cantidad de 2,472. En el caso de los maestros Luis Octavio Chousal y José
María Chavira, sus percepciones anuales ascenderían a 2,724 y 2,760, respectivamente.
Y en el caso de los cinco restantes, sacando un promedio entre las dos cantidades, lo
or
que resultaría un sueldo de 36 pesos mensuales, nos daría la cantidad anual de 432
ut
lA
pesos. Discurriendo que los primeros cuatro profesores fueron reconocidos y con
d ro
de
un muy buen prestigio dentro de la sociedad capitalina, además de la cantidad de
da c
ie e lu
la población de dicha ciudad, que les permitía tener un mayor número de alumnos;
solamente el caso de José Ignacio Paz, es superior a los cálculos que hizo Ortega,
op d
ningún otro ganaba en términos reales lo que Ortega había calculado para presionar
Pr es
n
al ayuntamiento guanajuatense. Aunque también habrá que mencionar que en el caso
on fi
de Millán, Chousal y Chavira; los tres percibían un sueldo superior al que se pagaba a
s s sin
Ortega en el año de 1825, con diferencias significativas a este respecto. Y en el caso del
ho O,
resto de los profesores que dio informes de sus percepciones, que como lo menciona
ec IT
Tanck, era el “ingreso que probablemente era normal para la mayor parte de los
er TU
preceptores de primeras letras”, éste era inferior a cualquiera de los sueldos asignados
D RA
respecto de los sueldos que percibían los profesores de escuelas particulares, ahora
do p
To em
recibían 100 pesos cada mes, un sueldo bastante respetable. Pero en otras escuelas
establecidas por la Compañía posteriormente, debido a dificultades financieras, se
pagaba a los maestros un sueldo más reducido”.209 Es decir, que los sueldos de los
profesores de las primeras escuelas lancasterianas del país era de 1,200 pesos anuales;
igual al sueldo que se le pagaba a Ortega, aunque superior al de cualquiera de las
209
Tanck de Estrada, Dorothy. “Las escuelas lancasterianas en la ciudad de México: 1822-
1842”, en La educación en la Historia de México. Lecturas de Historia Mexicana. No. 7. El Colegio de
México, pp. 66–67.
114
Problemas en la implementación del sistema educativo
or
asignado al preceptor de la escuela de primera enseñanza de la misma Congregación,
ut
lA
que era de 600 pesos. Y por abajo también de los salarios más bajos asignados por el
d ro
de
gobierno del estado a las preceptorías asignadas con la menor percepción que era de
da c
ie e lu
500 pesos.
Podemos también aproximarnos al sueldo de otros profesores particulares,
op d
incluidos en algunos de los varios informes enviados al gobierno del estado por los
Pr es
n
pueblos, cuando así les eran solicitados. Informes que si bien no consignan la paga
on fi
percibida por ellos, sí incluyen el número de alumnos que atendían. Por lo tanto, a
s s sin
partir del cálculo del profesor de Silao, se puede obtener una aproximación del salario
ho O,
tendría por lo tanto una percepción anual aproximada de 370 pesos. En el mismo
os G
año, Irapuato reporta también la existencia de una escuela particular, a cargo del
s l lar
profesor Gregorio Contreras, que atendía a 47 alumnos;213 por tanto la percepción del
do p
To em
210
AGGE. Fondo: Secretaría. Sección Secretaría de Gobierno; Serie Municipios; Caja. 2, Exp. 2.
211
Como referencia, un peso equivalía a 8 reales de plata y 1 real era equivalente a 12 granos.
Ver Brading, D. A. (1975). Mineros y comerciantes en el México Borbónico (1763–1810). México. Fondo de
Cultura Económica, p. 11.
212
AGGE. Fondo: Secretaría. Sección: Secretaría de Gobierno; Serie: Municipios; Caja. 53,
Exp. 1.
213
AGGE. Fondo: Secretaría. Sección Secretaría de Gobierno. Serie: Municipios; Caja. 53,
Exp. 1.
115
Un sistema educativo para formar ciudadanos. Guanajuato 1821–1835
la única en tomarse en cuenta, según el Ayuntamiento, tal vez por ser la única que
enseñaba con el sistema de Lancaster, era la del Profesor Antonio Cruz, ubicada en
la calle de Cantarranas, “que bien puede decirse la mejor de todas”, ya que “las otras
son de infelices que ni puede decirse escuelas propiamente, pues apenas los que las
dirijen saben lo que es ser Director de la Juventud”.214 Dicho profesor atendía a 31
alumnos, y en este tenor su sueldo anual aproximado sería de 604 pesos.
Dejando fuera de nuestros cálculos, lo que nos refiere la literatura que
aborda la temática sobre las quejas más frecuentes de los profesores, como sería la
inasistencia de los alumnos y por ende la falta de pago de los mismos, los sueldos que
percibían el profesor Gregorio Contreras de Irapuato y el profesor Antonio Cruz de
or
Guanajuato, eran bastante aceptables, aunque no en los términos que refería Ortega
ut
ante el Ayuntamiento de la capital. Además habría que considerar que en la villa de
lA
d ro
Irapuato, todavía para el año de 1831 no contaba con una escuela pública, razón que
de
da c
explicaría la cantidad considerable de alumnos que atendía.
ie e lu
En conclusión, de acuerdo a nuestro análisis, parece ser que los sueldos de
op d
los profesores que tenían una escuela particular no fueron el motivo por el cual éstos
Pr es
decidieron no concursar por obtener una preceptoría de las que el gobierno del estado
n
puso en concurso en el año de 1832, habría que buscar otras vías de indagación que
on fi
s s sin
en nuestro país, principalmente durante la primera mitad del siglo diecinueve, gracias
os G
método los gobernantes en turno, tanto del nivel nacional, como del estatal. En el caso
To em
Sin embargo, todo cambio trae con él sus pros y contras, y en ese sentido,
poco se sabe sobre la recepción que la sociedad le dio al nuevo método educativo.
Tanck de Estrada al respecto comenta que “Al comienzo la compañía era identificada
con la masonería y el anticatolicismo porque algunos de sus primeros miembros eran
del rito escocés, y porque el método lancasteriano se había originado en Inglaterra
al principio del siglo, es decir, entre protestantes. Pronto resultó muy claro que las
214
Ibidem.
116
Problemas en la implementación del sistema educativo
or
Estas afirmaciones nos sugieren una resistencia de la sociedad mexicana ante
ut
los cambios educativos que proponía el nuevo gobierno. Pero ¿esta oposición fue
lA
d ro
realmente tal o sólo fueron manifestaciones aisladas y tan simples como lo sugiere
de
da c
Tanck de Estrada?, y ¿en Guanajuato, existen evidencias de dicha resistencia, a tal grado
ie e lu
de considerarse un obstáculo para el logro de los objetivos educativos contemplados
op d
en el proyecto estatal? Para intentar responder dichas interrogantes, se consideraran
Pr es
los pocos documentos localizados que han proporcionado información al respecto.
n
meses descendió hasta treinta. Las razones de tales circunstancias se debían, según el
D RA
que varios padres enviaran a sus hijos a escuelas particulares. Pero la información
s l lar
posterior nos hace pensar en otras causas alternas no explícitas, como podría ser el
do p
rechazo al sistema lancasteriano por parte de la población, ya que con la llegada del
To em
215
Tanck de Estrada, Dorothy. “La educación en la nueva nación”; en Enciclopedia de Historia
de México (1989). T. 9. México, Salvat, pp. 1988 y 1989.
216
Tanck de Estrada, Dorothy (2000). La educación Ilustrada, 1786–1836. México. El Colegio de
México, p. 185.
217
Ver Capítulo II. La realidad social: Los hechos. La Escuela Normal Lancasteriana del
Estado, p. 53 y ss.
117
Un sistema educativo para formar ciudadanos. Guanajuato 1821–1835
Doroteo Romero.218 Sin embargo, estos primeros datos no dejan de ser reflexiones
intuitivas que solamente nos permiten la posibilidad de la duda. Afortunadamente se
cuenta con información más precisa que refiere el rechazo de la sociedad civil y de la
sociedad política hacia el nuevo sistema de enseñanza.
En un oficio enviado al Gobernador, con fecha 3 de junio de 1829, por parte del
C. Mariano Orozco, preceptor de primeras letras, capacitado en el sistema de Lancaster
y director de la escuela pública de Salvatierra, acusa al Ayuntamiento de esa ciudad de
la “indiferencia y abandono” con el que se había procedido al establecimiento del local
en donde se ubicaría el nuevo establecimiento, pretextando –según el mencionado
preceptor–, de carencia de recursos para tales fines. A juicio de Orozco:
or
ut
lo cierto del caso es y más probable, que el sistema de mutua enseñanza pugna con el
lA
d ro
modo de opinar de algunos señores capitulares, como son el Presidente, su hermano el
de
da c
Regidos 5º, el Regidor Decano y el Síndico Procurador; y siendo este último comisionado
ie e lu
de escuelas ha tenido la audacia de producirse en público y aún en los Cabildos, que con
op d
el actual método de enseñanza lo único que sabrán los muchachos será hacer caravanas
Pr es
y ceremonias de soldado, cuya opinión han seguido no sólo los tres primeros sino
n
también otros Regidores de la misma corporación; de aquí es que, habiendo llamado
on fi
la orden de V. E., por lo que nunca se conseguirán los adelantos de esta juventud, ni
ec IT
educación con el método antiguo mientras estuviera listo el local para la escuela.
To em
118
Problemas en la implementación del sistema educativo
or
Además de los útiles necesarios para lograr los objetivos educativos, que
ut
aprovechando la ocasión solicitaba al gobierno del Estado para que girara instrucciones
lA
d ro
al ayuntamiento para que se los proporcionara, le preocupaba la inasistencia de los
de
da c
niños a las clases. Argumentando que tales problemas –el descrédito de la escuela y
ie e lu
del nuevo método y la inasistencia de los niños–; se debían en gran parte a que:
op d
Pr es
Desde la apertura de esta escuela, aún antes, desde que se trató de su erección,
n
aparecieron genios díscolos y maliciosos que sin el menor conocimiento del mismo,
on fi
propagaron ideas que debían haber dado a conocer su poca premeditación, delicadeza
s s sin
respeto a la Ley. Sin sumisión a la primer autoridad que la dictó y sin temor del castigo
ec IT
y sostenido por el Gobierno, hubo quien para apoyar sus siniestras miras tomara a
D RA
nuestra Santa Religión por resorte. Las voces aisladas de que esta Escuela era de herejía,
os G
que sus máximas eran contra la Iglesia, que no se leía la doctrina, que sólo se trataba de
s l lar
enseñar a marchar a los alumnos; todo difundió en el pueblo poco ilustrado una aversión
do p
220
AGGE. Fondo: Secretaría de Gobierno. Sección: Secretaría de Gobierno. Serie: Instrucción
Pública. Caja 66, Expediente 9.
119
Un sistema educativo para formar ciudadanos. Guanajuato 1821–1835
enseñanza pública. Sea el amor de la juventud quien guíe sus disposiciones, y el mismo
el que haga disculpar las faltas en que se incurra actualmente.221
Estos ejemplos son muy claros sobre las grandes dificultades que tuvieron
que afrontar, por una parte el gobierno del estado y por otro lado los profesores,
en el establecimiento de las nuevas escuelas públicas lancasterianas. Aunque se
distingue más o menos con claridad que el principal rechazo no venía directamente
de la sociedad, sino de las autoridades locales de los pueblos del estado, quienes
propagaban entre la población el rechazo del sistema. A tal grado que el Ayuntamiento
del pueblo Apaseo, que yendo en contra de la política estatal, solicitó a las autoridades
or
estatales, específicamente al Gobernador del Estado, la reforma o modificación del
ut
sistema lancasteriano.
lA
d ro
Las razones que motivaron al Ayuntamiento de Apaseo a solicitar dichas
de
da c
modificaciones no son muy claras, dada la poca información con que contamos para
ie e lu
ello. Pero conocemos algunos datos que refieren varios problemas en este pueblo
op d
para implementar dicho método. En primer lugar, el primer profesor que atendió la
Pr es
escuela que allí se estableció, Rafael Silva, fue enviado a Guanajuato a capacitarse a
n
on fi
expensas del erario municipal y pocos meses después le ofrecieron empleo en Celaya
s s sin
el nuevo preceptor, José María Rodríguez, presentó un cuaderno firmado por muchos
ec IT
er TU
individuos, vecinos del lugar, exponiendo los motivos por los cuales sus hijos no podían
D RA
asistir a las clases. De “ochenta y tantos que tiene ayuntados apenas concurren veinte
os G
y cinco”.223 Lo que provocó que se formara una comisión integrada por el Alcalde 2º
s l lar
Miguel Coronado y el Síndico Procurador Juan de León; para hacer una visita para
do p
221
Ibidem.
222
Informe que el Ayuntamiento del Pueblo de San Juan Bautista de Apaseo, dio al Señor Vice
Gobernador del Estado en la visita que hiso S. S. el día 3 de Junio de 1830, en AGGE. Fondo: Secretaría
de Gobierno. Sección: Secretaría de Gobierno. Serie: Municipios. Caja 101, Expediente 2.
223
Apaseo. Año de 1829. Noticia de los acuerdos que este Ayuntamiento ha tenido en sus
sesiones en todo el mes de Mayo del corriente año, en AGGE. Fondo: Secretaría de Gobierno. Sección:
Secretaría de Gobierno. Serie: Municipios. Caja 78, Expediente 3.
224
AGGE. Fondo: Secretaría de Gobierno. Sección: Secretaría de Gobierno. Serie: Municipios.
Caja 73, Expediente 1.
120
Problemas en la implementación del sistema educativo
or
en nada se había logrado mejorar el estado de la escuela, en cuanto a la asistencia
ut
lA
de los alumnos, debido a “ya sea por la aberración de sus Padres al sistema, o ya
d ro
de
porque siendo agrícolas los mas se ocupan en servir á sus Padres”.225 Información
da c
ie e lu
que hace suponer que el ayuntamiento de Apaseo actuó con base en la inconformidad
manifestada por los padres de familia, aunque se ve implícito un cierto rechazo por
op d
parte de las autoridades locales al tomar dicha determinación, quizás comprensible
Pr es
n
ante los problemas para implementar el multicitado método. Recordemos que lo
on fi
niños de la capital.226
ec IT
Si bien existen elementos que nos permiten afirmar que algunas autoridades
er TU
locales no estaban muy convencidas de las bondades del nuevo sistema de enseñanza
D RA
directa; los padres de familia también evidenciaron cierto rechazo. Principalmente las
s l lar
de los profesores. Una de las evidencias al respecto es el caso de José Ortega, profesor
contratado para atender la primera escuela de niños de la capital, que fue acusado por
Ej
el Ayuntamiento de abusar de los castigos que les aplicaba a sus alumnos, razón por
la cual se le impuso un reglamento que “no tiene otro objeto que el de reglar las horas
de enseñanza, ocurrir á las faltas del Director cuando se halle justamente impedido
y evitar castigos contrarios al sistema de Lancaster. Como los individuos de este
225
Informe que el Ayuntamiento del Pueblo de San Juan Bautista de Apaseo, dio al Señor Vice
Gobernador del Estado en la visita que hiso S. S. el día 3 de Junio de 1830, en AGGE. Fondo: Secretaría
de Gobierno. Sección: Secretaría de Gobierno. Serie: Municipios. Caja 101, Expediente 2.
226
Ver Capítulo II. La realidad social: Los hechos. La Escuela Normal Lancasteriana del Estado.
121
Un sistema educativo para formar ciudadanos. Guanajuato 1821–1835
or
ut
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La Comisión de Escuelas y aun los Alcaldes Ordinarios han tenido quejas del mal trato
d ro
que sufren los educandos de la escuela que V. dirije. El Y. Ayuntamiento de esta capital,
de
da c
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no pudiendo desentenderse de un comportamiento que cede en descrédito del Sistema
de Lancaster, y muy ageno de lo que sus doctrinas previenen, y que lo hará odioso
op d
privándolo de la florescencia que le debe procurar, ha visto con sumo desagrado la
Pr es
inmoderación con que V. aplica el castigo a unos jóvenes tiernos y nunca podrá permitir
n
que se observe con ellos tan dura disciplina.
on fi
s s sin
después de exponer que Romero no había atendido las “insinuaciones” hechas por la
s l lar
mencionada comisión ni por los Alcaldes Ordinarios, para que se enmendara en las
do p
To em
227
Expediente instruido con motivo de haber procurado el Ilustre Ayuntamiento de esta Capi-
tal, que el Maestro de Primeras Letras de la Escuela Lancasteriana, ciudadano José Ortega, se sujetase
a los artículos reglamentarios que le previno para las horas de asistencia y otros objetos importantes
o igualmente por no haber accedido a la solicitud que hizo de aumento de sueldo. Guanajuato, año
de 1825. Impreso en la Oficina del Gobierno a cargo del Ciudadano José María Carranco. Biblioteca
Central del Instituto Nacional de Antropología e Historia. Ciudad de México, p. 17.
228
Op. Cit., p. 13.
229
AHG. Libro de Actas de Cabildo. Sesión del día 9 de Octubre de 1828, p. 82.
122
Problemas en la implementación del sistema educativo
Sin duda, en otros pueblos del estado se presentaron casos similares, aunque
de momento no tengamos la información para confirmarlo, pero los castigos en aquel
tiempo se habían convertido en un asunto relevante desde que fueron suprimidos por
la legislación gaditana a principios de ese siglo.
En este tenor, existen evidencias de peso como para convertir la situación en
un círculo vicioso: el profesor se queja de que el Ayuntamiento no apoya la apertura
de las escuelas, a su vez el Ayuntamiento se apoya en las quejas que tienen lo padres
de familia sobre el trato que reciben sus hijos por parte del preceptor y el preceptor
se queja de la poca importancia que los padres de familia le dan a la educación de sus
hijos. Para poder concluir de manera definitiva y sacar afirmaciones generales, sería
or
necesario indagar la situación específica de cada uno de los pueblos y cómo se fueron
ut
lA
dando las condiciones para el establecimiento o no de la escuela pública del lugar.
d ro
de
De cualquier manera es innegable que la problemática no es unidireccional sino que
da c
ie e lu
es un proceso que implica el análisis de todos los actores inmiscuidos en el mismo,
así como de las circunstancias políticas, económicas y sociales que permitieron u
op d
obstaculizaron la creación y establecimiento de las escuelas de primera enseñanza y,
Pr es
n
por tanto, del proyecto educativo estatal.
on fi
s s sin
ho O,
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os G
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123
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or
Capítulo IV
or
A manera de conclusión
ut
lA
d ro
de
da c
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A lo largo de la presente investigación se ha recuperado información que nos
op d
permite hacer algunas afirmaciones fundamentadas sobre la política educativa
Pr es
n
del Estado de Guanajuato en los primeros años de vida independiente. Con relación
on fi
afirmar que:
ho O,
independiente fue un proceso marcado por una influencia híbrida entre las
D RA
proceso centralizador de la vida económica política y social de los pueblos del estado,
pero que, sin embargo, conforme se fueron dando las condiciones lograron éstos,
en la medida de lo posible, ganar espacios y proponer algunas medidas necesarias
respecto de la administración y desarrollo de la educación en cada uno de sus ámbitos
locales.
Sin embargo, el proyecto educativo estatal estaba basado en la formación
y capacitación de los profesores de las escuelas de primera enseñanza en el nuevo
método educativo el de la enseñanza mutua; objetivo que decidió el Estado tomar
125
Un sistema educativo para formar ciudadanos. Guanajuato 1821–1835
or
Guanajuato a hacerse cargo de la tarea que el gobierno se había echado a cuestas.
ut
lA
Este primer paso, con su problemática inherente, enfrentó a los diferentes
d ro
de
órganos y niveles de gobierno, entiéndase al gobernador, congreso y ayuntamiento
da c
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municipal. Pues si bien de una u otra forma pudieron resolver la falta de profesores
capacitados gracias a la decisión de enviar a la ciudad de México a dos preceptores
op d
locales para aprender el sistema lancasteriano, la falta de fondos municipales
Pr es
n
necesarios para la habilitación y mantenimiento de la escuela, fue otro serio problema
on fi
fondos designados por el gobierno estatal en los presupuestos anuales, para tales
ho O,
fines.
ec IT
Sin embargo, la escuela normal logró los propósitos para los que fue creada,
er TU
tales como el envío, por parte de los ayuntamientos, de los profesores que debían
os G
capacitarse en el sistema.
s l lar
que pasaran de mil almas. En esta segunda etapa es cuando se puede advertir el
incumplimiento de los objetivos del proyecto educativo que pretendía desarrollarse,
pues de las 22 municipios que contaban con ayuntamiento, solamente se pudieron
establecer escuelas de primera enseñanza en 13 de ellos; sin contar, por supuesto
el número de municipios que pasaban de mil almas; a los cuales ya no se pudieron
atender, por lo menos durante el periodo que abarca esta investigación.
4. Las grandes dificultades que enfrentó el gobierno del estado al implementar
su proyecto educativo, por lo que corresponde al periodo en estudio, que le impidieron
126
A manera de conclusión
cumplir con sus objetivos, son más o menos claras y explicables atendiendo a dos
factores fundamentales que nos llevan a su comprensión: la falta de recursos en cada
uno de los municipios del estado y la falta de profesores capacitados en el sistema
que se hicieran cargo de las nuevas escuelas creadas por el estado. Sin embargo,
esta afirmación resulta hasta cierto punto simplista si se dejan de lado algunos
factores sociales y pedagógicos que pudieron haber influido en su incumplimiento.
Es por ello que realizando una aproximación mayor se intento una explicación más
satisfactoria.
El primero de ellos, la falta de profesores, fue un elemento importante para
que no se lograran los objetivos propuestos en el proyecto educativo estatal. Pero esta
or
falta de profesores no es tal si consideramos que las memorias reportan, hacia los
ut
lA
primeros años de la década de los treinta, un buen número de profesores existentes
d ro
de
en varios de pueblos guanajuatenses, cuya decisión de no incorporarse a la enseñanza
da c
ie e lu
pública es desconocida, pues el elemento que se considera el principal: el sueldo
percibido, era lo suficientemente decoroso para vivir decentemente y muy difícil de
op d
igualar, en el caso de dedicarse a la profesión de manera particular. Pero aun los
Pr es
n
elementos para determinar sus causas deben ser trabajadas más a profundidad y con
on fi
mayor detalle.
s s sin
aproximaciones que nos llevan a afirmar que hubo un rechazo por parte de la sociedad
er TU
incluían como parte de la educación de los jóvenes; lo cual llevó a las autoridades
os G
para poder hacerlas con mayor certeza deberán ser investigadas con mayor detalle y
a mayor profundidad en trabajos posteriores y que en el presente trabajo se quedan
como posibles hipótesis o futuros campos de investigación que lleven a completar lo
hasta aquí expuesto.
127
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Enrique (1998). La moneda en México 1750-1920. México, D.F., Instituto Mora/
on fi
(1988). Guanajuato. La Cultura en el tiempo. México, Colegio del Bajío, pp. 125-
er TU
139.
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os G
Serrano Ortega, José Antonio. “Tensiones entre potestades fiscales: las élites de
Guanajuato y el gobierno nacional, 1824–1835”, en Sánchez Santiró Ernest,
Luis Jáuregui y Antonio Ibarra (coords.) (2001). Finanzas y Política en el mundo
Iberoamericano. Del antiguo régimen a las naciones independientes. México.
UNAM / INST. MORA / UAEM, pp. 351–379.
133
Un sistema educativo para formar ciudadanos. Guanajuato 1821–1835
Serrano Ortega, José Antonio (2001). Jerarquía Territorial y Transición Política. México.
Zamora, Mich., Colegio de Michoacán / Instituto Mora.
or
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lA
Tanck deEstrada, Dorothy (1999). Pueblos de indios y Educación en el México Colonial,
d ro
de
1750–1821. México. El Colegio de México, p. 250.
da c
ie e lu
Tanck de Estrada, Dorothy (1977). La educación ilustrada 1786–1836. México. El
Colegio de México.
op d
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7, pp. 49-68;
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134
Impresos y colecciones documentales:
Actas del Congreso Constituyente del Estado Libre de Guanajuato. Impresas de su orden, t. I,
imprenta a cargo del C. José María Carranco. Dirigida por Agustín Chaves.
Año de 1824.
Actas del Congreso Constituyente del Estado Libre de Guanajuato. Impresas de su orden, t. 2,
imprenta a cargo del C. José María Carranco. Dirigida por Agustín Chaves.
Año de 1825.
or
Actas del Primer Congreso Constitucional del Estado Libre de Guanajuato; impresas de su
ut
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orden. Tomo II. Guanajuato. 1827. Imprenta del Supremo Gobierno a cargo de
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de
José María Carranco.
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Actas del Primer Congreso Constitucional del Estado Libre de Guanajuato; impresas de su
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orden. Tomo III. Guanajuato. 1827. Imprenta del Supremo Gobierno a cargo de
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José María Carranco.
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Actas del Primer Congreso Constitucional del Estado Libre de Guanajuato; impresas de su
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orden. Tomo IV. Guanajuato. 1827. Imprenta del Supremo Gobierno a cargo de
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Actas del Primer Congreso Constitucional del Estado Libre de Guanajuato; impresas de su
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135
Un sistema educativo para formar ciudadanos. Guanajuato 1821–1835
Decretos del Congreso Constituyente del Estado Libre de Guanajuato, espedidos desde 25 de
Marzo de 1824, hasta 24 de Mayo de 1826, Guanajuato, s/f, s/ed.
or
Decretos del Primer Congreso Constitucional expedidos desde 1º deOctubre de 1826, hasta 15
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de Diciembre de 1828, Guanajuato, s/f, s/ed.
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Decretos del Segundo Congreso Constitucional, espedidos desde 1º de Enero de 1829, hasta 22
de Diciembre de 1830, Guanajuato, s/f, s/ed.
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Decretos del Tercer Congreso Constitucional, espedidos desde el 31 de Diciembre de 1830 hasta
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Decretos expedidos por los Congresos Cuarto y Quinto Constitucionales del Estado de
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Guanajuato 1851. Impreso por Félix Conejo; calle del Ensaye viejo, número 3.
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Dictamen con que la Comisión de instrucción pública presentó el proyecto para la Ley 118, en
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Ruperto Rocha.
Expediente instruido con motivo de haber procurado el Ilustre Ayuntamiento de esta Capital,
que el Maestro de Primeras Letras de la Escuela Lancasteriana, ciudadano José Ortega,
136
se sujetase a los artículos reglamentarios que le previno para las horas de asistencia y
otros objetos importantes o igualmente por no haber accedido a la solicitud que hizo de
aumento de sueldo. Guanajuato, año de 1825. Impreso en la Oficina del Gobierno
a cargo del Ciudadano José María Carranco.
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correspondiente al año de 1831, que el Vicegobernador Constitucional en ejercicio
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del Poder Ejecutivo, presenta en cumplimiento del Artículo 82 de la Constitución del
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mismo Estado. México, Imprenta del Águila, dirigida por José Ximeno, calle de
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Medinas núm. 6, 8 de marzo de 1832.
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Informe que el Ayuntamiento del Pueblo de San Juan Bautista de Apaseo, dio al Señor Vice
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Gobernador del Estado en la visita que hiso S. S. el día 3 de junio de 1830.
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Montes de Oca, Carlos. Memoria que el Gobernador del estado Libre y Soberano de Guanajuato
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formo para dar cumplimiento a la parte 8ª del artículo 161 de la Constitución Federal,
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ampliándola en otros ramos para conocimiento del Congreso del mismo estado, todo
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Montes de Oca, Carlos. Memoria que el Gobernador del Estado de Guanajuato formó para dar
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137
Un sistema educativo para formar ciudadanos. Guanajuato 1821–1835
Montes de Oca, Carlos. Memoria que presenta el Gobernador del Estado de Guanajuato,
de su administración pública correspondiente al año de 1829, para cumplir con lo
dispuesto en el artículo 161, fraccion 8ª de la Constitución Federal, y en el 82 de la
particular del mismo Estado. Guanajuato año de 1830. Imprenta del Supremo
Gobierno, a cargo del C. José María Carranco.
Noticia de los acuerdos que este Ayuntamiento ha tenido en sus sesiones en todo el mes de Mayo
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del corriente año. Apaseo. Año de 1829.
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Plan general para la Administración y Recaudación de las Rentas que forman la Hacienda
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Pública del Estado Libre de Guanajuato. Agosto 14 de 1828.
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Reglamento General para Las Escuelas del Estado de Guanajuato.
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Un sistema educativo para formar ciudadanos. Guanajuato 1821-1835,
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se imprimió en Linotipográfica Dávalos Hermanos, S.A de C.V.,
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de
Paseo del Moral 117, Col. Jardines del Moral,
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León, Gto., México, en diciembre de 2009.
Para su composición se utilizó
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la fuente Andralis ND OsF.
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Tiraje: 1,000 ejemplares.
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