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Monika Jakubicka *
Janusz Z. Wołoszyn *
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Monika Jakubicka, Janusz Z. Wołoszyn
con una sección principal de 25 m de abertura (Figura 1). Las pinturas están agrupadas
sobre todo en el techo plano de forma triangular en el compartimento más grande.
Otras pequeñas representaciones se ubican en las paredes de varias partes de la gruta.
En un lugar aparte de las pinturas se encuentran los petroglifos (Figuras 2 y 3).
Las pinturas están en parte muy destruidas. Ya en las fotos de los años 1996 y
1997 no se pueden ver algunas de las representaciones que se pueden apreciar en
el dibujo hecho a partir de fotografías tomadas 20 años antes por el Dr. Máximo
Neira (Cardona Rosas 2002:143). Las pinturas fueron destruidas por factores natura-
les y también dañadas por niños de los alrededores que dibujan en las paredes de
la cueva. Según las informaciones más recientes, el proceso de destrucción sigue.
Parece que, hoy ya no se puede ver las pinturas prehistóricas, ya que hubieran sido
completamente destruidas.
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Pinturas rupestres de Pintasayoc
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Pinturas rupestres de Pintasayoc
En las siluetas de las pinturas del segundo estilo (“calado”) se han dejado unas
partes, de diferentes tamaños, sin rellenar de tinta (Figura 4b). De este modo están
pintadas dos figuras de color rojo claro: una antropomorfa y otra zoomorfa3.
Figura 4
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Este “estrato” está en muchas partes destruido o cubierto por las representaciones
posteriores. Representa sobre todo grandes figuras antropomorfas y zoomorfas. Sus si-
luetas son parecidas a las siluetas de los animales de otros sitios con pinturas rupestres
en Perú, que en la literatura son definidos como camélidos. La mayoría de las figuras
humanas no tienen rasgos sobrenaturales - algunas de ellas quizá lleven armas en sus
manos. Parece que la representación es una escena de caza5. Da una impresión de caos,
efecto no necesariamente premeditado por sus autores, sino que pudo ser causado por
el sucesivo añadido de nuevas figuras sin tener un plan general para la composición.
Esta impresión se ve aumentada por la diferente escala de cada figura, y también por el
hecho de que los diferentes personajes están dibujados en diferentes estilos, el “lleno” y
el “calado”, lo que indica que quizá no fueron creados simultáneamente.
Figura 7
Las figuras pintadas en color sangre seca son sobre todo las antropomorfas. La mayo-
ría de ellas está agrupada en el ángulo inferior derecho de la representación principal, al-
rededor de un animal de color sangre fresca. Las representaciones antropomorfas tienen
más o menos el mismo tamaño, y generalmente son más pequeñas que las del primer
“estrato”. Probablemente muestran un grupo de hombres que participan en una danza
alrededor del animal. Puede ser una representación de un ritual, especialmente porque
algunas de las figuras tienen rasgos sobrenaturales o elementos de disfraz6.
La tinta de color rojo sangre seca está puesta también en la parte izquierda de la repre-
sentación principal, donde se añade o superpone a la supuesta cabeza de un animal pinta-
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Figura 5. Composición de varias fotografías de las pinturas del compartimiento más grande de Pintasayoc (fotos M. S. Ziółkowski y J. Z. Wołoszyn, elaboración de la composición P. Buda)
Figura 6. Calco de las pinturas del compartimiento más grande de Pintasayoc (Archivo del CEP UV)
Pinturas rupestres de Pintasayoc
do en color sangre fresca. Este fragmento de la pintura está muy destruido y es difícil definir
si verdaderamente aquí debe ubicarse la cabeza del animal, cuyas piernas se pueden ver
más a la derecha. Al lado de la cabeza se ha pintado en el mismo color una figura humana
que lleva un nudo corredizo que rodea el cuello del animal. Si esta interpretación es justa,
representaría el momento de sujetar al animal vivo con una especie de lazo7.
Otros elementos de color sangre seca son: una línea quebrada que sale de la figura
antropomorfa recién descrita y que forma probablemente un nudo corredizo, y otras
líneas, situadas más en el centro de la representación principal, en zonas cubiertas por
las figuras geométricas de otros colores.
Figura 8
Los elementos de otros colores fueron añadidos supuestamente más tarde. Son
unas “manchas” irregulares, amarillas y verdes, elementos geométricos, y una figura
antropomorfa de color verde.
Figura 9. Representa un auquénido que esta atropellando a una figura humana de tama-
ño mucho menor y parece morder a otro hombre, más grande. Es posible que se trate de un
momento dramático de caza, cuando un cazador fue herido. Hay que notar que en Pintasayoc
no hay representaciones de animales muertos, ya cazados (tales representaciones aparecen
en otros sitios peruanos con pinturas rupestres). La espalda del cuadrúpedo está en contacto
con una línea undosa parecida a una serpiente (lo indica la terminación de la línea, parecida a
una cabeza con cuernos). Esta figura puede ser interpretada también de otra manera: como
un proyectil que ha alcanzado al animal. El zigzag podría simbolizar la huella de la piedra.
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Figura 9
Figura 10. El animal de color rojo sangre fresca. Su silueta es muy parecida a dos
animales de tamaño casi igual situados debajo del representado. Esta figura fue pin-
tada con un estilo distinto, “calado”. Quizá se usó un modo diferente de pintar para
sugerir distinto color de pelo, aunque esto es poco probable, ya que los auquénidos
salvajes no se diferencian en el color del pelo. Juzgando por el diferente estilo de
pintar se puede suponer que esta imagen posiblemente fue creada después que
otras figuras zoomorfas. No obstante, su tonalidad es muy parecida a la de otras
figuras.
Figura 11. Alrededor de la figura del animal pintada de color rojo sangre fresca
hay figuras antropomorfas de color rojo sangre seca. Estas figuras rodean al animal,
probablemente están danzando. Al lado del cuello del cuadrúpedo se ven dos líneas
verticales parecidas a palos que dificultan sus movimientos. Hay que notar que mu-
chas de las figuras antropomorfas de este fragmento de la representación tienen ras-
gos sobrenaturales o elementos de disfraz: la figura de la izquierda tiene postura de
cuadrúpedo, la figura situada debajo de la cabeza del animal tiene rasgos humanos
muy dudables, las figuras de la derecha (sin la menor duda humanas) tienen más de
cuatro extremidades. Posiblemente esta escena represente algún ritual hecho por la
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Pinturas rupestres de Pintasayoc
Figura 10
Figura 11
Figura 12
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Figura 12. Los elementos de color rojo sangre fresca probablemente representan
una escena de caza. Las dos figuras de animales están muy deformadas y no se pue-
de determinar la especie. La figura antropomorfa de color rojo sangre fresca de la
izquierda parece como si quisiera tirar algo. Al lado de su mano izquierda aparecen
unos óvalos pequeños que pueden representar proyectiles. La figura de color rojo
sangre fresca de la derecha lleva una lanza larga, pero está dirigida hacia el animal
grande de la derecha (el de la Figura 11). Hay que notar que la cabeza de esta figura
no tiene rasgos humanos, sino de ave o de reptil. Puede entonces representar a un
hombre con máscara o a una deidad9. La figura pequeña situada debajo de ésta últi-
ma es posiblemente la imagen de un lagarto (o algún animal parecido) o un hombre
con un disfraz con cola. Una figura parecida se encuentra al lado izquierdo, un poco
debajo del hombre tirando. La figura de color rojo sangre seca en el centro es cierta-
mente antropomorfa, pero tiene demasiadas extremidades. Todo esto indica que esta
escena tiene carácter ritual. Es posible que sobre una escena más antigua, que repre-
sentaba la caza con la participación de una persona disfrazada (o una deidad), fueran
pintados otros elementos, que dieron a la escena un significado más simbólico10.
Figura 13
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Pinturas rupestres de Pintasayoc
Figura 14. “El tablero de ajedrez” esta situado en las cercanías de la representa-
ción principal, ya no sobre el techo sino en la pared de la cueva. El color verde indica
que es una pintura tardía13.
Figura 14
De las piernas del hombre sale una línea que probablemente formaba un círculo.
Alrededor del hombre y de la parte delantera del animal, los pintores antiguos pu-
sieron tinta verde y amarilla como si formaran un fragmento de fondo. Se ve también
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un animal mucho menor, cuya especie es imposible definir, ni siquiera puede decirse
que sea ungulado; puede ser p. ej. un perro.
Figura 15
Figura 16. Este fragmento de las pinturas está muy deteriorado. Se ven los colores:
rojo, blanco, verde y beige. Las cuatro bandas paralelas de la parte superior, coloca-
das de manera un poco curvada, se parecen a los tocados de plumas conocidos por
otras representaciones del arte rupestre peruano14. En la parte inferior se ven tres
figuras de color rojo: una humana y dos de animales cuadrúpedos. El hombre tiene
la mano levantada. La escena puede ser una imagen de caza o de pastoreo.
Figura 16
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Pinturas rupestres de Pintasayoc
Figura 17. Esta representación es difícil de interpretar, sobre todo porque gran parte
está destruida. En el enredo de líneas se puede distinguir una figura humana con los
brazos abiertos y con las manos y los dedos muy visibles. No está claro que este conjunto
sea parte del “estrato” de color rojo sangre fresca o de las pinturas posteriores.
Figura 17
Figura 18
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Figura 18. Animal de color rojo sangre fresca, pintado de modo diferente que la
mayoría de las figuras de este color, en un estilo distinto, “contorneado”.
Figura 19. Figura humana representada con las piernas levantadas, lo cual sugiere
que puede tratarse de la imagen de un hombre muerto15.
Figura 20. Es difícil decir qué representa esta figura, parecida un poco a un esca-
rabajo. Fue pintada con color rojo, los colores amarillo y negro fueron añadidos en
años recientes, dibujados con lápices.
Figura 19
Figura 20
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Pinturas rupestres de Pintasayoc
Otras representaciones
Figura 21. Esta imagen es de color sangre seca, pero el animal de la izquierda
quizá fue dibujado sobre un fondo de color sangre fresca. Hay que subrayar que
no está claro que las tonalidades usadas en esta pintura sean las mismas que en la
representación principal. Los animales no tienen rasgos que posibiliten identificar
con precisión su especie. El elemento grabado de la parte derecha superior puede
representar p. ej. una serpiente.
Figura 21
Figura 22
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Figura 22. Esta imagen de un cuadrúpedo, de color sangre seca, tiene unas di-
mensiones aprox. de 33×30 cm, y pertenece evidentemente al estilo “contorneado”.
La figura está mucho más esquematizada que otras figuras zoomorfas de la gruta.
Ciertamente, no se puede identificar la especie del animal representado, aunque se
trata posiblemente de un auquénido.
Figura 23
Figura 24. Estas figuras zoomorfas fueron pintadas también en estilo contorneado,
de color rojo. Debajo de ellas hay una representación de color rojo en la que se puede
ver un negativo de la figura antropomorfa.
Figura 25. Este conjunto de representaciones geométricas está formado por cuatro
figuras. La izquierda, de color rojo, se compone de dos rectángulos, el mayor dividido
en tres bandas por unas líneas horizontales y por tres líneas sesgadas formando nueve
partes. Tres de las partes (la del ángulo superior derecho, la de ángulo inferior derecho y
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Pinturas rupestres de Pintasayoc
Figura 24
Figura 25
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la del centro izquierda) fueron rellenadas con tinta roja. La figura de la derecha es un rec-
tángulo de color beige. Está dividido en figuras de cruces griegas y otras figuras geomé-
tricas, algunas de ellas rellenadas con tinta roja o verde. Dos rectángulos pequeños que
están encima de los descritos son de color rojo. Las líneas de color amarillo fueron dibu-
jadas con lápices por los niños. Al lado y debajo de este conjunto de representaciones
hay restos de otras figuras, no conservadas. Lo que es interesante es que en Pintasayoc
todas las representaciones geométricas se basan en el rectángulo: las figuras redondas
(siempre interpretadas como símbolo solar) son muy raras.
Figura 26. Aparte de las pinturas, en Pintasayoc hay también petroglifos. Por este he-
cho Pintasayoc es una cueva excepcional, ya que los sitios con ambos elementos – picto-
grafías (pinturas) y petroglifos (ritos) – son muy escasos. Los petroglifos se ubican cerca
de las representaciones geométricas recién descritas. Uno de ellos es una forma óvala
formada por cinco líneas paralelas unidas en sus cabos. Alrededor se ve unos ritos más,
pero es difícil determinar cuántos son en total. Un poco más arriba hay un petroglifo en
forma de cabeza de animal, probablemente un auquénido.
Figura 26
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Pinturas rupestres de Pintasayoc
Datación
El Periodo Arcaico en estos territorios está relacionado con las sociedades de cazado-
res-recolectores, que cazaban cérvidos, guanacos y vicuñas. A principios del Periodo Ar-
caico los hombres preferían cazar cérvidos, después poco a poco con mayor frecuencia
fueron cazando camélidos, y por fin, alrededor del año 4000 a.C., se especializaron en la
caza de guanacos y vicuñas. Si aceptamos (como otros autores) la identificación de los ani-
males representados en Pintasayoc con camélidos, podemos situar las pinturas más cerca
del año 4000 a.C. La escena con lazo puede representar la captura de animales vivos. La
domesticación de los camélidos en los Andes tiene una antigüedad de aprox. 4000-3800
a.C. (Guffroy 1999:49). Antes del establecimiento definitivo de la economía pastoril, hubo
sin duda un periodo transicional, durante el que se desarrollaron y perfeccionaron las téc-
nicas de amansanamiento de los animales silvestres. Al principio de la domesticación, los
hombres capturaban muy a menudo animales vivos y los unían a rebaños de animales ya
domesticados. Esto indica nuevamente que las pinturas del techo de Pintasayoc posible-
mente fueron creadas aprox. hacia el 4000 a.C. Sin embargo, la interpretación del fragmen-
to de la escena como representación de la caza con lazo es dudosa.
Las analogías con las pinturas de color rojo (sangre fresca y sangre seca) de la re-
presentación principal de Pintasayoc, mencionadas anteriormente, vienen sobre todo
de los sitios con pictografías en estilo naturalista relacionados con la tradición andina.
Las pinturas rupestres de los sitios Sumbay, Macusani, Quelcatani, Querullpa Chico y
Cullaca-Pisacoma están fechadas aprox. en 6000-3000 a.C. (Guffroy 1999:45-46). Las
pinturas de la representación principal de Pintasayoc, estilística y temáticamente pare-
cidas a las de dichos sitios, pueden estar relacionadas con esta tradición y con mucha
probabilidad fechadas en este periodo de tiempo.
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Hay que notar que en el arte rupestre del Perú, en la mayoría de los casos la tinta
de color rojo sangre seca es más antigua que la tinta de color rojo sangre fresca. En el
caso de Pintasayoc es al contrario, lo cual puede sugerir que no hay mucha distancia de
tiempo entre las representaciones de estas dos tonalidades. No obstante, no todos los
elementos de color rojo sangre fresca hubieron de ser creados en el mismo momento.
Hay que tener en cuenta tres elementos: la mayor figura antropomorfa y las dos figuras
zoomorfas. Estas representaciones no son del mismo estilo que el resto (“lleno”). Se dife-
rencian porque tienen unas partes dentro de la silueta que no están pintadas. Este estilo,
“calado” o “contorneado”, aparece en el arte rupestre peruano más tarde que el estilo
“lleno”. Todos los elementos de color rojo sangre seca, que se superponen al estrato de
color rojo sangre fresca, son de estilo “lleno”. Sin embargo, ninguno de ellos se superpo-
ne en ninguna de las tres figuras mencionadas. Es posible que las tres representaciones
diferentes sean posteriores. En contra de esta hipótesis está el hecho de que la tonalidad
de estas tres figuras es muy parecida a la de otros elementos de color rojo sangre fresca.
Se conocen sitios con pinturas rupestres de diferentes estilos (p. ej. Chuquichaca) que no
necesariamente fueron creadas en diferentes tiempos.
Es difícil decir cuándo fueron creadas las demás pinturas, en relación de la represen-
tación principal. La mayoría de estas pictografías son de color rojo sangre seca, pero no
es fácil diferenciar las tonalidades. La mayoría de las representaciones son tan realistas
como las de la escena principal. Este hecho sugiere que pueden tener la misma tempora-
lidad. No obstante, hay tres figuras de animales que fueron pintadas de manera distinta
a las demás: en estilo “contorneado”. En la representación principal solamente una figura
zoomorfa está pintada de este estilo. Además, uno de estos tres animales está muy es-
quematizado. Es probable que estas pictografías no fueran creadas en el mismo periodo
que las figuras del techo.
En el arte rupestre andino la utilización del color verde aparece aprox. en el 3000 a.C.
(Cardona Rosas 2002:136; Guffroy 1999:17). Entonces, los elementos verdes de Pintasayoc
fueron ciertamente creados después de esta fecha.
Los petroglifos de Pintasayoc aparecen en mucho menor número que las pictogra-
fías. Si admitimos que hay que fechar las pinturas más antiguas en el Periodo Arcaico,
entonces los petroglifos probablemente son más recientes.
El arte rupestre de la cueva Pintasayoc pudo haber sido creado durante siglos o aún
milenios. Los grupos de gente venían a la gruta para crear nuevas imágenes y celebrar sus
rituales misteriosos. La tradición continúa. En las paredes de la cueva aparecen también
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Pinturas rupestres de Pintasayoc
dibujos muy posteriores. Su datación no es ningún problema, ya que están creados con
lápices. Los niños de los alrededores empezaron a entrar en la gruta, seguramente desde
los años setenta del s. XX, y al crear sus propias “obras” contribuyeron, desgraciadamente,
al deterioro del arte antiguo.
En Pintasayoc se hallan algunas de las expresiones más eminentes del arte rupestre
del sur de Perú. No obstante, no es la única gruta examinada por el Proyecto Arqueoló-
gico “CONDESUYOS”. En 2003 los investigadores del Proyecto descubrieron otra cueva con
pictografías en el sitio de Alhuiri, en el departamento de Arequipa. Las primeras investiga-
ciones en dicho sitio fueron realizadas en 2005. Sus resultados estarán publicados dentro
de poco tiempo. Las investigaciones del arte rupestre prehistórico atraen cada vez a más
científicos, a pesar de lo cual esta esfera aún no es lo suficientemente conocida. Sin embar-
go, el conocimiento y entendimiento del arte parietal cada año va desarrollándose, gracias
a las investigaciones de nuevos sitios y a la aplicación de varios métodos de investigación.
Podemos esperar que dentro de algún tiempo sabremos más sobre la naturaleza de las
pinturas de Pintasayoc y de otros sitios de la región.
Agradecimientos
notas de pie
1
Las fotografías que aparecen en el presente artículo fueron sacadas por Mariusz Ziółkowski y Janusz
Wołoszyn, y los calcos de las pinturas fueron efectuados por Renata Faron y Janusz Wołoszyn. Ambos tipos
de documentación gráfica fueron ordenados, tratados y retocados por ordenador por Paweł Buda, y pre-
sentados por primera vez en la página web de la Sociedad Polaca de Estudios Latinoamericanos (www.ptsl.pl).
2
Hasta hoy día las publicaciones que se ocupan de las pinturas rupestres de Pintasayoc son las siguientes:
una descripción breve del descubridor de la gruta en el libro Historia general de Arequipa (Neira Avendaño
et al. 1990/1991:16–18) y otra, basada en la mencionada, en el libro de Augusto Cardona Rosas Arqueología de
Arequipa (Cardona Rosas 2002:42–143). Además salieron dos artículos: Pintasayoj. Una Sixtina del Arte Paleolíti-
co en Arequipa (Belan Franco 1998:13–15) y Significación artística de las pinturas rupestres de Pintasayoc (Calde-
rón 2003:27–44). El sito de Pintasayoc es mencionado por Rainer Hostnig en su inventario de todos los sitios
con arte rupestre conocidos en el territorio peruano (Hostnig 2003:55), en el catálogo de los sitios arqueológi-
cos en la región del Nevado Coropuna investigados por el Proyecto Arqueológico “CONDESUYOS” (Ziółkowski
y Belan Franco 2000/2001:17), y en el libro Arte Rupestre en Arequipa y el Sur del Perú (Linares Málaga 2004:19,
21). En la literatura existen diferentes formas de escribir el nombre del sitio; aparte de Pintasayoc también se
encuentran: Pintacsayoc, Pintasayoj, Pintasayoq.
3
Como analogías de este estilo de pintar podemos citar entre otros las figuras de auquénidos de los siguien-
tes sitios peruanos: Utcomachay en el dpto. de Apurímac (Hostnig 2003:35), Cuchimachay en el dpto. de Lima
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Como analogías de este estilo de pintar podemos citar entre otros las figuras de auquénidos de los siguien-
tes sitios peruanos: Utcomachay en el dpto. de Apurímac (Hostnig 2003:35), Cuchimachay en el dpto. de Lima
(Linares Málaga 1999:94, Hostnig 2003:234), y en Q’ollpa-Sumbay en el dpto. de Arequipa (Linares Málaga
1989:283, 284, Linares Málaga 1999:94).
4
Figuras “contorneadas” de auquénidos se encuentran también entre otros en el sitio arqueológico de Cuchi-
machay en el dpto. de Lima (Linares Málaga 1999:94), en Chuquichaca en el dpto. de Junín (Guffroy 1999:48),
y en Huaylashuanca (Cuchipinta) en el dpto. de Pasco (Guffroy 1999:48).
5
Entre las muchas representaciones naturalistas de la caza de auquénidos y cérvidos presentes en el arte
rupestre del sur del Perú, podemos citar como analogías iconográficas de la escena principal de Pintasayoc
las siguientes: Macusani, dpto. de Puno (Guffroy 1999:44), Llamachaqui, dpto. de Puno (Hostnig 2003:306),
Toquepala, dpto. de Tacna (Linares Málaga 1999:92, Hostnig 2003:348), Oqhoruni, dpto. Puno (Hostnig
2003:309, 310), Punkini, dpto. Puno (Hostnig 2003:313, 314). Hay que advertir que en muchas pinturas están
representados hombres persiguiendo animales hacia trampas (p. ej. Oqhoruni, Punkini), lo que no aparece
en la representación de Pintasayoc. Las figuras humanas en las escenas de caza llevan en sus manos di-
ferentes tipos de armas. En la pintura de Macusani la figura de la parte superior derecha tiene una honda
parecida a la de la figura humana mayor de Pintasayoc. La línea larga en el centro de la escena puede
representar una lanza. Una de las figuras de Toquepala lleva una maza y otras dos (de la representación
de la misma cueva) tienen probablemente arcos; muchas de las figuras antropomorfas de otras pinturas
llevan objetos parecidos. Además, en Toquepala y Macusani hay representaciones de animales en posición
diferente a otros: con las extremidades arriba o con la cabeza abajo. Estos cuadrúpedos pueden ser repre-
sentaciones de animales muertos, ya cazados.
6
Cf. las supuestas escenas de danza ritual de los sitios Querullpa Chico en el dpto. de Arequipa (Linares Má-
laga 1989:160) y Gramalote en el dpto. de Cajamarca (Hostnig 2003:83). Las figuras de Querullpa Chico y Gra-
malote llevan armas (probablemente de caza) en sus manos. No obstante, no están relacionadas con ningún
animal, al contrario de lo que sucede en Pintasayoc.
7
Cf. las escenas de caza con lazo del sitio Toq’o Toq’oyoc (Machu Machuyocc) en el dpto. de Cusco (Hostnig
2003:124) o de Cullaca-Pisacoma en el dpto. de Puno (Hostnig 2003:299).
8
Cf. otra representación de un hombre pintada en estilo “calado” del sitio de Llacuy en el dpto. de Huánuco
(Hostnig 2003:155). Las dos figuras llevan en sus manos supuestas armas y el modo de dibujar sus caras es
bastante similar en ambos casos.
9
La pintura de Toquepala en el dpto. de Tacna (Guffroy 1999:39) que representa a un cazador con máscara
puede servir de analogía para este personaje. Todas las figuras humanas de Toquepala tienen hocicos de ani-
males – en el caso de Pintasayoc solamente la figura descrita tiene hocico, y además cola. El personaje citado
de Toquepala y el de Pintasayoc están representados en posiciones parecidas, llevando en sus manos (de la
misma manera) un palo o una lanza para cazar.
10
Cf. otras figuras antropomorfas “lagartiformes”: Retama, dpto. de Lima (Núñez Jiménez 1986, t. 3:36), San
Miguel de Yangastambo, dpto. de Lima (Núñez Jiménez 1986, t. 3:88). Estas figuras pueden representar
tanto animales como hombres con rasgos sobrenaturales o con disfraces.
11
Cf. una pintura del sitio de Matipata, dpto. Puno (Hostnig 2003: 308) donde una figura geométrica tipo
98
Pinturas rupestres de Pintasayoc
“tejido” se encuentra también asociada a la escena figurativa con animales. Ni en el caso de Pintasayoc ni
en el de Matipata los motivos geométricos parecen representar trampas-redes como p. ej. en Oqhoruni,
dpto. de Puno (Hostnig 2003:309, 310).
12
“Tejidos” divididos en partes triangulares se encuentran también en Achaypiña Kuyu Moqo, dpto. de Puno
(Hostnig 2003:297), Iglesia de Yauri, dpto. de Cusco (Hostnig 2003:112), Qaqallocani, dpto. de Puno (Hostnig
2003:314). Las figuras de Pintasayoc, Achaypiña Kuyu Moqo y Qaqallocani son muy parecidas. Alguna pista
para interpretarlas llega del departamento de Cusco, p. ej. de Iglesia de Yauri. En las piedras de la iglesia hay
grabados indígenas que representan tableros de juego del alquerque. Este tablero es un rectángulo dividido
en partes triangulares, que se parece un poco a las pinturas de los sitios mencionados. No se puede rechazar
la teoría de que algunas representaciones tipo “tejido” pudieran ser tableros de un juego. En dos represen-
taciones geométricas de Pintasayoc aparecen también cruces griegas. Este motivo es conocido por muchos
sitios con petroglifos tales como Cumbemayo, dpto. de Cajamarca (Núñez Jiménez 1986, t. 1:302), Cerro de las
Murallas, dpto. de La Libertad (Núñez Jiménez 1986, t. 2:468) o Alto de la Guitarra, dpto. de La Libertad (Núñez
Jiménez 1986, t. 2:378, 411), entre otros.
13
Otros “tejidos” divididos en partes rectangulares se conocen por sitios tales como Quebrada de los Boli-
ches (petroglifos), dpto. de Lambayeque (Núñez Jiménez 1986, t. 1:88) o Virginniyoq, dpto. de Cusco (Hostnig
2003:125). El primero es un poco parecido al diseño geométrico de Pintasayoc. Las representaciones de este
tipo pueden ser interpretadas como imágenes de edificios, igual que la pictografía de Virginniyoq, que posi-
blemente representa una iglesia cristiana.
14
Cf. las figuras humanas con tocados de plumas conocidas por las pinturas de Quelcatani, dpto. de Puno
(Hostnig 2003:316) o de La Petaca-Diablohuasi, dpto. de Amazonas (Hostnig 2003:5). Hay que subrayar que
formas similares no siempre representan tocados. En la pintura de Samilía, dpto. de Puno (Hostnig 2003:319),
líneas muy parecidas forman los pies de las supuestas figuras antropomorfas.
15
Cf. otras representaciones similares de los sitios de: Toro Muerto, dpto. de Arequipa (Núñez Jiménez 1986, t.
4:417), Asiag Machay, dpto. de Huánuco (Hostnig 2003:147), Diezmo Viejo, dpto. de Junín (Hostnig 2003:186) y
Milpo, dpto. de Pasco (Hostnig 2003:277); todas son petroglifos.
16
Se conocen representaciones de auquénidos en el arte rupestre del sur del Perú entre otros por los sitios
arqueológicos: Macusani, en el dpto. de Puno (Guffroy 1999:44-45; Hostnig 2003:307), Chaku, en el dpto. de Puno
(Hostnig 2003:300), Micayo, en el dpto. de Puno (Hostnig 2003:309), Oqhoruni, en el dpto. de Puno (Hostnig
2003:310), Punkini, en el dpto. de Puno (Hostnig 2003:314), Uñera Pujio, en el dpto. de Puno (Hostnig 2003:323),
Toquepala, en el dpto. de Tacna (Linares Málaga 1999:92; Guffroy 1999:36), Q’ollpa-Sumbay, en el dpto. de Are-
quipa (Linares Málaga 1989:283; Linares Málaga 1999:94). Conocemos representaciones de cérvidos por: Llama-
chaqui, en el dpto. de Puno (Hostnig 2003:306), Oqhoruni, en el dpto. de Puno (Hostnig 2003: 309) y Alhuiri, en el
dpto. de Puno (documentación del Proyecto Arqueológico “CONDESUYOS”).
17
El arte rupestre más antiguo conocido en el territorio peruano pertenece a la tradición andina. Este período
corresponde a los grupos de cazadores-recolectores y su datación es aproximadamente 6000-3000 años a.C.,
aunque en algunos sitios la cronología puede ser unos miles de años más antigua. Las pinturas de ese tiempo
son representaciones figurativas. Predominan las representaciones de animales ungulados (los auquénidos
andinos y/o cérvidos), a menudo en asociación con figuras humanas. Las figuras humanas están represen-
tadas en actitud de caza o danza. Además de los ungulados, aparecen también – con menor frecuencia
– ñandúes, felinos, aves y serpientes. Las figuras están dibujadas en un estilo naturalista, detalladas, frecuen-
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Monika Jakubicka, Janusz Z. Wołoszyn
temente en movimiento (Guffroy 1999:23–45). A menudo las figuras antropomorfas están más esquematiza-
das o dibujadas con menor capacidad que las de animales. Además de representaciones figurativas a veces
aparecen figuras geométricas. Los colores utilizados son ante todo muchas tonalidades de rojo. Otros colores
son: blanco, amarillo, marrón y negro. El azul y el verde aparecieron con posterioridad, probablemente cerca
del año 3000 a.C. (Cardona Rosas 2002:136; Guffroy 1999:17). Las grutas con pinturas de tradición andina están
agrupadas en el sur del Perú, en los departamentos de Moquegua, Tacna, Puno y Arequipa. Las más impor-
tantes son: Sumbay, Cueva Pirita, Huancarama, Quebrada Puntillo, Querullpa Chico y Arcata (departamento
de Arequipa); Pizacoma y Chillicua (departamento de Puno); y Toquepala (departamento de Tacna; Guffroy
1999:45–46). La mayoría de los sitios están ubicados en zonas de acceso difícil, en las zonas medias y altas de
la cordillera (p. ej. 2.700 m snm en el caso de Toquepala, 3800 m snm en el de Pizacoma, o los 4.213 m snm de
Chillicua; Guffroy 1999:23). En muchas de las grutas se pueden observar también pinturas más tardías, lo cual
indica que estos sitios fueron utilizados durante mucho tiempo como centros para crear arte rupestre. El arte
rupestre más antiguo del sur de Perú pertenece a una tradición más amplia, relacionada también con los te-
rritorios andinos de Bolivia, Chile y Argentina (Guffroy 1999:46). Hay que notar que en ningún sitio peruano se
han descubierto representaciones de manos en negativo, presentes en Bolivia y Patagonia (Guffroy 1999:42).
En períodos más tardíos (después del 3000 a.C.) las pinturas rupestres se hacen más esquematizadas. Las
figuras de animales y de hombres aparecen sobre todo estáticas. Surgen muchas pinturas geométricas y no-
figurativas. Las pinturas rupestres fueron creadas hasta el final del período prehispánico, y también en épocas
posteriores (Guffroy 1999:59). Los petroglifos aparecen, como se sugiere, más tarde que las pinturas. Los sitios
con ambos tipos de expresión no son frecuentes. Las pinturas están ubicadas sobre todo en grutas y abrigos
rocosos, y los petroglifos se hallan especialmente en rocas al aire libre. Muy a menudo estos sitios están en la
cercanía de ríos o antiguas vías de comunicación (Guffroy 1999:65–70). El desarrollo del arte petroglífico está
conectado ya con las sociedades de agricultores y criadores. Los sitios del sur de Perú tienen a menudo gran
cantidad de petroglifos. Los motivos predominantes son: figuras antropomorfas, felinos, aves rapaces, ser-
pientes y camélidos (Guffroy 1999:77). Es un repertorio limitado, no existe tanta variedad de especies como en
el norte del país: las representaciones de sapos, lagartos y peces son muy escasas, y no hay representaciones
de osos y monos, al contrario que en el resto del territorio peruano (Guffroy 1999:117–118). Entre las represen-
taciones de animales predominan los auquénidos. Las figuras humanas están representadas en actitud de
bailar, tocar instrumentos musicales o en escenas pastoriles. En el sur de Perú son muy escasas las represen-
taciones de figuras humanas con rasgos sobrenaturales, algo común en otras regiones del país. Los sitios más
importantes con petroglifos en el sur de Perú son: Pitis, Sarcas y Toro Muerto (departamento Arequipa). La
datación del arte rupestre del Perú meridional es muy problemática. Solamente existen dataciones C14 para
algunos pocos sitios. En muchos sitios no hay contexto arqueológico. Los sitios más antiguos están fechados
aproximadamente en el 9500 a.C. (Cardona Rosas 2002:137), y las representaciones más recientes fueron
creadas en el período colonial o aún en los años contemporáneos (Guffroy 1999:59).
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