Está en la página 1de 85

Sotelo, gracias K.

Cross & Botton


NOBLE LOVE

ELLA GOODE

Sotelo, gracias K. Cross & Botton


Noble

Sé que mi fraternidad es cuestionable, incluso en sus mejores


días, así que cuando Autumn entra para limpiar las habitaciones
para pagar su matrícula, sé que debo cuidarla.
¿Primer paso? Alejarla de los hermanos y llevarla a un lugar
seguro.
Pero esta chica es demasiado amable, demasiado hermosa y
demasiado inteligente para ignorarla, y ahora me pregunto quién
salvará a Autumn de mí.

Autumn

No pertenezco a esta costosa universidad, pero un título de aquí


me preparará para la vida. Si tengo que limpiar algunos baños
para graduarme, no hay problema. Lidiar con un grupo de chicos
de fraternidad ruidosos no está en mi lista de deseos de
actividades universitarias, pero hay cosas peores.
Puedo mantener a raya a los chicos de la fraternidad teniendo
cuidado y manteniendo la cabeza baja. Es fácil, excepto en lo que
se refiere a Noble White. Él es el único en quien confío, tanto para
salvarme como para corromperme, ambos en perfecta medida.

Sotelo, gracias K. Cross & Botton


Capítulo 1
NOBLE

Oigo la conversación al pasar por la habitación de Rob Track.


—No te importa que me cambie, ¿verdad?
—Esperaré afuera. — dice una suave voz femenina.
—No. Eso tomará tiempo extra y solo voy a tardar un minuto.
—Te prometo que soy rápida.
Rob se ríe entre dientes. Por alguna razón, me detengo. No sé por
qué. No me gusta Rob y no entraría en su habitación ni aunque me
pagaran.
—Sí, apuesto a que sí pero no te vas.
Oigo un pequeño aullido seguido de un: —Hey, ¿qué haces?— de
la chica.
— ¿Por qué no metes la mano dentro de mis pantalones y lo
averiguas?
Miro fijamente al techo y suelto un pequeño suspiro. Por
supuesto, el imbécil está acosando a una pobre chica. No llevamos ni
una semana de clases y ya es un problema.
Abro la puerta de un empujón. Adentro, Rob tiene su mano
alrededor del brazo de la chica. Sus manos están en posición
defensiva. A sus pies hay un balde. Es una escena fea, pero cinco
minutos después, podría haber sido mucho peor.
Con un movimiento de cabeza, le hago señas a la chica para que
se pierda. Se suelta del agarre de Rob, se deja caer para agarrar sus
provisiones y pasa a mi lado, dejando tras de sí un rastro de olor a
lejía y nerviosismo o tal vez miedo.
Rob se pone las manos en las caderas. — ¿Qué demonios, Noble?
Aquí hay reglas. Regla número uno: Respeta el espacio de tu hermano.

Sotelo, gracias K. Cross & Botton


—No eres mi hermano, y si me entero de que acosas a otras
mujeres, te cortaré las pelotas y te las daré de comer en la próxima
reunión del capítulo. — Cierro la puerta de un portazo y salgo por el
pasillo.
La chica está pegada a la pared, con el balde en una mano y el
lampazo en la otra. Miro el reloj. Mi viejo tocará la puerta en cualquier
momento y quiero adelantarme a él. Lo último que quiero es ver a mis
hermanos de fraternidad cayendo sobre sus pollas para conseguir su
autógrafo. Es un imbécil y solo está aquí para hacerse la foto porque
su plan de relaciones públicas para que mi madre parezca el demonio
está fracasando. Sin embargo, no puedo dejar sola a esta chica,
porque en cuanto me vaya, Rob va a estar en su cara.
Había oído que era un problema, pero Somerset es un gran
campus. Antes de este año, no había tenido ninguna interacción con
Rob, ni siquiera dentro de la fraternidad. Con más de trescientos
miembros, es imposible conocer a cada persona, aunque eso es lo que
intentan venderte. Ni siquiera estaría en esta fraternidad si mi abuelo
Noble Patton III no hubiera asistido. Es el papá de mi mamá y un tipo
honrado. Prácticamente nos levantó después de que mi viejo saliera
de la escena para perseguir a las prostitutas y mamar.
—Vamos. — le dije. —Ahora estás conmigo.
No se mueve, no dice una palabra. En lugar de eso, se queda
mirando las puntas de goma de sus zapatillas Converse gastadas.
Quizá no me ha oído.
—Vámonos. Abajo. — Señalo hacia el rellano.
Todavía nada.
—Si no vienes conmigo, Rob vendrá aquí y te molestará de
nuevo. No podré salvarte, así que o vienes conmigo ahora o te quedas
aquí como presa. Tú eliges.
—Eso no es una jodida elección. — espeta. Levanta la cabeza y
sus ojos azules me clavan en la pared.
Se me corta la respiración al ver su cara. Es preciosa. Cayendo
muerto, como una estrella de cine. Siento la necesidad de arrodillarme
y pedir perdón por pecados que ni siquiera he cometido. Me paso una
mano por el pelo. Esta casa de animales no es lugar para una chica

Sotelo, gracias K. Cross & Botton


que se parece a ella. Incluso los chicos que mejor se portan van a
perder la cabeza a su alrededor.
—Vas a ser un verdadero problema, ¿verdad? ¿Quién te
contrató?
— ¿Por qué importa? Conseguí este trabajo limpiamente.
—Estarías mejor limpiando en un hotel que en esta pocilga.
Mira, arreglaremos esto más tarde, pero por ahora yo...
—Sr. White. Amigo, no puedo creer que estés aquí. — grita
alguien abajo.
—Ah, diablos. Demasiado tarde. — El viejo apareció, y ahora va
a ser imposible deshacerse de él. Mis hermanos de la casa van a
adularlo como si fuera la segunda venida de Cristo, y él se lo va a
tragar porque es un megalómano que vive de la adoración de los
demás.
Miro a la chica con pesar. —Ten cuidado por aquí, ¿de acuerdo?
No estoy mucho por aquí, pero si necesitas un sitio donde esconderte,
soy la última habitación al final del pasillo. Mi código es 1759.
Me obligo a no mirarla fijamente porque probablemente ya tiene
bastante. Estoy en la escalera de arriba cuando oigo una voz suave
que dice: —Gracias.
Abajo, oigo a más gente corriendo hacia el frente. Más gente
pidiendo el autógrafo de mi padre. Más gente hablando de lo gran actor
que es, de lo mucho que les ha gustado su última película, lo cual
tiene que ser mentira porque no ha tenido ningún éxito en al menos
una década, y la última película era un bodrio en el que interpretaba
a un viejo al que todas las adolescentes del barrio querían follarse
desesperadamente.
Me doy la vuelta bruscamente, tomo a la chica de la mano y me
dirijo a mi habitación. No hay motivo para que vea a mi viejo. Quiere
que me una a la multitud de admiradoras, y lo odio a muerte. También
podría relajarme en mi habitación con esta hermosa chica.
— ¿Qué haces? — dice, sin protestar.
—Como dije, ahora estás conmigo.

Sotelo, gracias K. Cross & Botton


Capítulo 2
AUTUMN

¿Estoy con él? ¿Qué significa eso? Aun así, la curiosidad ha


despertado mi interés mientras introduce el código de su habitación.
Es la única habitación que no limpio porque está cerrada con llave.
Me empuja adentro con él, cerrando la puerta detrás de nosotros.
Trago saliva al darme cuenta de que he dejado que un hombre
me lleve a su habitación después de haber escapado por los pelos de
la de otro. ¿Te salvaría alguien solo para hacerte daño? Seguramente.
Debería saberlo. Escapé de un horrible hogar de acogida mientras
crecía, pensando que iría a un lugar mejor. Pero estaba muy
equivocada y me metieron en otro igual de malo, si no peor. Respiro
hondo y aparto esos terribles recuerdos de mi mente.
—Probablemente debería...
— ¿Quieres algo de beber?— El apuesto desconocido me
interrumpe tirando de mí hacia el interior de su habitación.
Es más grande que las otras de la fraternidad. Diría que es al
menos el doble de grande que las que limpio. Una puerta abierta da
incluso a un cuarto de baño privado. Echo un vistazo a la habitación.
A un lado hay una cama con mesitas de noche a cada lado. Incluso
tiene un sofá y un escritorio.
—No tengo sed. — miento. Me lleva al sofá y me suelta la mano
para ir a la nevera y coger un par de botellas de agua y una lata de
refresco. Las trae y las deja sobre la mesita antes de dejarse caer en el
sofá.
—Puedes sentarte.
—Tengo que terminar de limpiar. — Casi había terminado antes
de que el imbécil de Rob me agarrara. Algunos de los hombres ya me
habían hecho comentarios groseros, que yo ignoraba. Esta es la
primera vez que uno realmente me ha agarrado. Estoy empezando a
ver por qué este trabajo estaba abierto. Estaba en la lista de espera de

Sotelo, gracias K. Cross & Botton


la universidad para una vacante. Es más fácil trabajar en el campus
cuando no tienes coche. La paga no es la mejor, pero es mejor que
nada.
—No vas a limpiar la habitación de Rob nunca más. — Agarra
mi mano y tira de mí hacia abajo en el sofá. — ¿Quieres la Coca-Cola
o el agua?
—Agua. — Coge la botella y le quita la tapa antes de dármela.
—Gracias. —Se la cojo de la mano y me bebo la mitad.
— ¿Cuánto tiempo llevas limpiando aquí?
—Solo he limpiado unas pocas veces. — Por lo que he visto, su
habitación está impecable. — ¿Quién limpia tu habitación?
—Yo.
— ¿En serio?— Le echo un vistazo. Las zapatillas que lleva en
los pies son de diseño y cuestan más de lo que yo podría ganar en una
semana si limpiara a tiempo completo. De hecho, toda su habitación
apesta a que viene de dinero. No de mala manera ni nada por el estilo.
—No quiero gente en mi espacio.
—Estoy aquí. — Señalo lo obvio.
—Tú no eres gente. — Frunzo el ceño, sin saber qué diablos
quiere decir con eso. Debería preguntárselo, pero no le veo sentido.
—Tengo que volver al trabajo. — vuelvo a decir.
— ¿Qué te queda por hacer?
— ¿Por qué, vas a ayudarme? — me río. — ¿O venir a ser mi
guardaespaldas?
—Si hace falta.
— ¿Por qué eres tan amable?— me remuevo en el asiento. No
estoy acostumbrada a que la gente se desvíe de su camino por mí.
Siempre hay algún motivo oculto.
— ¿Cómo te llamas?
—Autumn.

Sotelo, gracias K. Cross & Botton


—Te queda bien. — Sonríe.
—Y tú eres Noble. — He oído a Rob llamarlo así. Es un nombre
interesante y estoy bastante segura de haberlo oído antes.
—Sí, Noble Patton White. — Algunas cosas encajan en mi mente.
Conozco a los Patton. Estoy aquí en virtud de uno de sus programas
de becas para niños que salen del sistema de hogares de grupo.
Seleccionan a cien cada año del estado para recibir ayuda financiera.
De repente me siento muy incómoda. Los Patton no son ricos. Son
ricos.
—Eres un Patton. — confirmo. Lo dijo como su segundo nombre,
pero con Noble adelante, estoy bastante segura de que es uno.
—Sí, White es el apellido de mi padre.
—Bueno, Noble, ha sido un placer conocerte. Gracias por
ayudarme con lo de Rob. — empiezo a levantarme. Me agarra de la
muñeca para detenerme.
—No puedes entrar y salir de los baños de hombres. Quienquiera
que haya aprobado que tengas ese trabajo debería ser despedido en la
Oficina de Personal Estudiantil.
—Necesito este trabajo, y es todo lo que hay disponible ahora
mismo. — ¿Va a denunciar esto? ¿Me despedirán? Porque,
sinceramente, no creo que esté del todo equivocado. Tuve un breve
momento de pánico cuando Rob me agarró del brazo.
— ¿Cuánto pagan?— Su pulgar envuelto alrededor de mi
muñeca comienza a acariciar hacia adelante y hacia atrás contra el
interior de la misma. Es difícil pensar cuando hace eso. Sus ojos se
clavan en los míos. Es demasiado guapo. ¿Por qué está tan interesado
en mí?
—Como unos cientos a la semana.
—Bien. Te pagaré unos cientos a la semana por limpiar mi lugar.
En efectivo. — Le quito la mano de encima. Estoy esperando a que
caiga el otro zapato porque su oferta es demasiado buena para ser
verdad.

Sotelo, gracias K. Cross & Botton


—Me pagarás unos cientos a la semana por limpiar tu
habitación. ¿En serio?— Me levanto del sofá de un salto. —Supongo
que querrás otros servicios además de eso.
—Hey, yo no... — Suena un golpe en su puerta.
— ¿Noble? ¿Estás ahí?
—Joder. — murmura Noble, levantándose del sofá y mirando a
la puerta. Está claro que no le importa quien esté llamando. —No me
refería a eso. — vuelven a llamar a la puerta. — ¡Espera! — grita. —
Tengo que tratar con mi padre, pero esto no ha terminado. — Antes
de que me dé cuenta, ha sacado mi teléfono del bolsillo trasero de mis
pantalones vaqueros. Me lo acerca a la cara y se desbloquea.
— ¿Qué haces?
— ¿Cómo rompiste tu teléfono? — me pregunta, haciendo clic en
la pantalla.
—Lo tengo roto. — El teléfono empieza a sonar, pero se detiene
al cabo de un timbrazo. Me lo devuelve y me doy cuenta de que acaba
de llamar a su teléfono con el mío.
— ¡Noble!— Su padre llama de nuevo, sonando agitado ahora.
—Deberías cogerlo y yo me voy.
—No a la habitación de Rob. — me recuerda.
—No a la habitación de Rob. — estoy de acuerdo. Voy a volver a
mi dormitorio, a ducharme y a rezar para que mi compañera de piso y
su novio no estén ahí. Si están, acabaré pasando la tarde en la
biblioteca para escapar de ellos.
—Puedes empezar mañana.
—No he aceptado tu trato.
—Empezarás mañana. — vuelve a decir.
— ¿Es seguro para mí limpiar tu habitación pero no los de los
otros hombres que viven aquí?
—Sí, es más seguro para ellos. — Se acerca a la puerta y la abre
mientras su padre empieza a aporrearla con más fuerza.

Sotelo, gracias K. Cross & Botton


— ¿Qué diablos tomó…? —Su padre deja de hablar cuando me
ve ahí de pie. Me mira y sus ojos recorren mi cuerpo de arriba abajo.
Lucho por no moverme. Me doy cuenta de que me está juzgando. Su
padre lleva un traje elegante y me resulta extrañamente familiar. Pero
no lo reconozco. Seguro que se pregunta por qué estoy en la habitación
de su hijo tanto como yo.
—Tengo que irme.
El hombre se aparta de mi camino para que pueda pasar. No
llego más que a unos metros de la habitación de Noble y oigo a su
padre preguntarle por qué está en los barrios bajos. Sinceramente, yo
también tengo un poco de curiosidad.
Es probable que sea por lástima, y eso es lo último que necesito.

Sotelo, gracias K. Cross & Botton


Capítulo 3
NOBLE

—Cristo. Esto me pasa por dejarte vivir con tu madre tanto


tiempo. — Earnest David Winne, alias Nick White, alias mi padre, se
pasa una mano por el pelo peinado. — ¿Por qué no estás abajo? ¿No
me has oído? Fue vergonzoso tener que vadear entre esos perdedores
buscándote. — Me empuja y se acerca a la nevera. — ¿Agua?
¿Gaseosa? ¿Tienes diez años? ¿Dónde está la bebida?
—No tengo. — Suelo tener unas cervezas aquí, pero las tiré por
el fregadero cuando me mandó un mensaje diciendo que estaba en la
ciudad. Papá es un imbécil cuando está sobrio. Un Nick White
borracho es una pesadilla.
Golpea la puerta de la nevera tan fuerte que hace que todo
suene. Cuando era niño, me asustaba con su boca ruidosa y su
comportamiento violento. Mamá me sacaba corriendo de la habitación
o intentaba protegerme con su cuerpo, pero yo seguía oyendo sus
gritos, sus puñetazos contra la mesa. Supongo que he visto y oído
tanto que ya no tiene la capacidad de conmoverme. Lo veo como lo que
es: inseguro y patético.
Se tira en mi sofá, pone sus zapatos sucios sobre la mesita de
madera y se mete la mano en el bolsillo del abrigo para sacar una
petaca.
Me froto el entrecejo y suspiro. — ¿Por qué me pediste algo de
beber si ya tenías un suministro?
—Puede que lo necesite más tarde. — Agita el recipiente plateado
en el aire. —Tengo una función en la facultad que acepté hacer.
— ¿Por qué?
— ¿Sabes cuánta mierda he recibido los últimos dos años por no
aparecer por aquí? Tu mamá está en todas las redes sociales
recibiendo elogios por ser la mejor mamá, porque te dejó mientras yo
ni siquiera puedo buscar mi nombre sin ver a alguien maldecirme.

Sotelo, gracias K. Cross & Botton


—Así que, ¿tu equipo cree que haciendo una visita sorpresa y
unas cuantas fotos conseguirá, qué, mágicamente un papel especial
en una película de Spielberg?
—No, ya es viejo. Quiero participar en esto... — Se detiene al
darse cuenta, tardíamente, de que acaba de revelar la verdadera razón
por la que está en el campus. —De todos modos, he venido a verte y a
donar algo de dinero.
Sacudo la cabeza. —Haz lo que quieras, pero no voy a participar.
—La chica con la que estabas, ¿dónde la recogiste? — Continúa
como si no hubiera hablado. — ¿En la sección de becas? ¿Es algún
tipo de acto humanitario?— Lanza una carcajada. —Debes estar
metido en algún tipo de mierda sucia para estar rascando el fondo del
barril de esa manera. Esas chicas hacen cualquier cosa por un dólar.
Espera una señal de aprobación por mi parte, porque vive para
eso. Cruzo los brazos contra el pecho y contemplo si arrojarlo por la
ventana causaría demasiado drama.
Cuando no obtiene respuesta, lanza un gran suspiro y se pone
en pie. —Bien. Estoy aquí porque quiero hacer unas fotos bonitas para
que una guerrera de la justicia social me incluya en su próxima
película. Tiene una obra de época con una gran financiación que la
Academia ya está diciendo que va a arrasar en la entrega de premios,
y yo sería perfecto para el papel protagonista.
—Tienes cuarenta y cinco.
—La edad perfecta. — Se sube los pantalones y noto una ligera
barriga que antes no tenía. Se da cuenta de dónde se han posado mis
ojos y se tapa el estómago con la mano. —Ahora que el gato está fuera
de la bolsa, hablemos como hombres de verdad. Tenemos que
conseguirte una chica. Llévame a una de las hermandades y
elegiremos una.
—No puedes comprar una mujer como compras un par de
zapatos.
—Claro que puedes. Solo tienes que ir ahí y decir que eres mi
hijo, y tendrás la elección de la hermandad.

Sotelo, gracias K. Cross & Botton


—En primer lugar, no te necesito para recoger mujeres.
Segundo, no voy a hacer eso. No voy a hacer nada contigo. Solo tienes
que ir a casa.
—Cristo, eres tan difícil. — Lanza las manos al aire. —No sé qué
hacías con esa basura que tenías en tu habitación, pero no vale la
pena pasar el tiempo con chicas como ella. Parecía vestida de una
bolsa de basura de ropa que dejaron afuera de una iglesia y que ni los
vagabundos querían.
—Realmente no me importa lo que pienses. — Abro la puerta
para echarlo y me encuentro con la mirada sorprendida y dolida de
Autumn.
—Supongo que por esto la gente dice que los fisgones nunca oyen
nada bueno de sí mismos. — Se aparta de la pared contra la que
estaba apoyada y se agacha para recoger su balde.
—Hmmmph. — oigo resoplar a mi padre por encima del hombro.
—Nunca deberías escuchar nada de lo que diga Nick White
porque nunca ha tenido un pensamiento original. Estoy bastante
seguro de que era una línea de una película en la que estaba, pero no
lo sabría con seguridad ya que no las veo.
— ¿Qué demonios estás diciendo, hijo?
Le quito el balde de las manos. —Voy a limpiar la última
habitación. Vete ahora y no vuelvas hasta que te lo diga. — Intento
decirlo con suavidad para no aumentar su dolor, pero necesito sacarla
de aquí antes de que mi padre piense que es un blanco conveniente.
Supongo que ha entendido el mensaje, porque se da la vuelta y
sale corriendo por el pasillo.
—Inútil sin...
Me giro hacia mi viejo. — Ni siquiera lo digas. — le advierto. —O
te arrepentirás.
— ¿Qué te pasa?— Frunce el ceño. —Todo esto por un pedazo
de culo que puedes reemplazar en un segundo. — Chasquea los dedos.
—La única persona que estoy reemplazando en mi vida eres tú.
Vete de aquí. No quiero volver a verte.

Sotelo, gracias K. Cross & Botton


Capítulo 4
AUTUMN

Miro mi teléfono mientras la pantalla se ilumina con un mensaje


de Noble. Han pasado dos días desde que lo vi, pero me ha estado
enviando mensajes desde entonces. No he respondido a ninguno. No
se enoja por ello. Sigue enviándome mensajes al azar, desde darme los
buenos días y las buenas noches hasta darme detalles sobre su día.
Es persistente. Se lo reconozco.

Noble: ¿Crees que cambiaron el café en el puesto de la biblioteca? Hoy está


horrible.

Noble: Todo lo que tenían esta mañana era bacon de pavo, huevo y sandwiches
de queso. El bacon de pavo debería ser ilegal.
Me muerdo el interior de la mejilla para no reírme. El profesor
Quinn está leyendo palabra por palabra su PowerPoint. Un PowerPoint
que nos dio hace unos días y que yo ya repasé para estar preparada.
La única ventaja de tener una compañera de piso que siempre trae a
su espeluznante novio a nuestra habitación es que me veo obligada a
ir mucho a la biblioteca para evadirme. Me mantiene por delante en
mis estudios.

Noble: Tomaré tu falta de respuesta como una confirmación de que,


efectivamente, debería ser ilegal.
Después de oír lo que el padre de Noble, Nick White, dijo de mí,
me dolió. Noble se desentendió del asunto y se burló de que su padre
solo recitara una frase de una de sus películas. Cuando Noble dijo el
nombre de su padre, me di cuenta de quién era y por qué creía haber
visto su cara antes.
Por un segundo pensé que Noble me estaba defendiendo hasta
que me dijo que no volviera hasta que me lo dijera. ¿Qué demonios fue
todo eso? Estaba claro que no me quería cerca de su padre. ¿Era
porque su padre es un imbécil o porque se avergonzaba de mí o de su

Sotelo, gracias K. Cross & Botton


padre? No estoy segura. De cualquier manera, no me ha dicho que
vuelva. No es que importe, porque hoy me toca limpiar la casa Sigma
Theta. Me pregunto si lo veré ahí.
Dijo que quería que limpiara exclusivamente su habitación, pero
¿cómo se supone que va a funcionar eso si me dijo que me mantuviera
alejada? Mi padre no es Nick White, y mi madre no viene de una familia
muy rica. Cada vez noto más el nombre Patton en cosas de esta
universidad. También podría haber hecho una búsqueda en Google y
leer sus páginas de Wikipedia. Sí, todos tienen una. Por desgracia, no
vengo de dinero, y tengo que ganarme la vida. Así que no puedo
esperar a que Noble se decida.
La beca Patton cubría mucho. No solo mis clases, dormitorio, y
un plan de comidas con la cafetería, pero ayudaron con algunos de los
libros también. Incluso con todas esas cosas cubiertas, todavía
necesito algo de dinero para artículos esenciales de la vida. Además,
¿qué pasará cuando me gradúe? Necesitaré algo de dinero para
sobrevivir. Entonces no tendré residencia. Si me sobra un céntimo, lo
ahorro. No volveré a acabar en la calle o en el sistema. He visto cómo
les ha ido a muchos otros.
Estoy segura de que mi padre está en la cárcel y no quiero ni
pensar dónde podría estar mi madre. Estoy casi segura de que no está
en ningún sitio bueno. Puede que haya tenido unos cuantos hogares
de acogida de mierda, pero agradecí que el Estado me separara de mis
padres. No eran aptos para tener una hija, y no quiero ni imaginarme
cómo habría sido mi vida si me hubieran dejado a su cuidado.
Aparto los pensamientos de mi infancia de mi mente e intento
actuar como si estuviera prestando atención mientras el profesor
Quinn termina su presentación. Cuando termina la clase, recojo mis
cosas. Miro el móvil para ver si tengo otro mensaje de Noble, pero
nada.
— ¿Vas a ir a la fiesta de Sigma Theta esta noche? — Oigo que
una chica le pregunta a otra. Este instituto es tan grande que en la
sala de conferencias había más de cien estudiantes, lo que hace difícil
recordar el nombre de alguien.

Sotelo, gracias K. Cross & Botton


—No lo sé. Noble nunca está. ¿Qué sentido tiene? — responde la
chica. Rebusco en mi mochila como si intentara ordenar mis cosas y
no escuchar a escondidas su conversación.
—Creo que tenemos que llegar pronto. Supongo que coge a una
chica rápidamente y se la lleva a su habitación. ¿Dónde diablos más
podría estar?— Una extraña sensación de celos me invade. La alejo,
me pongo la mochila al hombro y salgo del aula en dirección a mi
dormitorio para dejar mis cosas y cambiarme.
Cuando meto la llave en la puerta de mi habitación, me doy
cuenta de que no está cerrada. Renee debe de estar aquí. Creía que
tenía clase a esta hora. Abro la puerta de un empujón y me detengo al
ver a Nathan, su novio, sentado en la cama. Lleva vaqueros y un polo.
Es lo que lleva siempre.
—Autumn. — La puerta se cierra tras de mí. La habitación no es
tan grande y está claro que mi compañera de piso no está aquí.
—Nathan. —Dejo caer la mochila sobre la cama. Una sensación
de inquietud me invade. Hay algo en él que me molesta. — ¿Estás
esperando a Renee o algo?
—O algo. — responde.
—Tengo que cambiarme y ponerme a trabajar. — le digo. No se
mueve.
—Hazlo. — Me guiña un ojo. Me quedo con la boca abierta. Lo
digo en serio. No soy fan de mi compañera de piso, pero nunca me
desnudaría delante del novio de nadie. Lo ignoro, me acerco y cojo mi
ropa antes de tirar algunos libros de mi mochila para meterlos. — ¡No
seas mojigata! — Nathan se ríe como si fuera una broma mientras me
voy sin decir nada más.
—Mierda. — murmuro cuando veo que hay cola para los baños.
Como no quiero llegar tarde, corro hacia la casa Sigma Theta. Sé que
a esta hora del día es menos probable encontrarme con gente. Agacho
la cabeza y hago mi trabajo. La última vez que estuve aquí fue solo la
segunda vez que limpié la casa de la fraternidad. Puede que haya
tenido suerte la primera vez.
Todavía tengo una sensación inquietante de mi encuentro con
Rob la última vez que estuve aquí. No estoy tan segura de que Noble

Sotelo, gracias K. Cross & Botton


no se equivoque cuando entro y salgo sola de las habitaciones. Dejo
las puertas abiertas cuando limpio una habitación, pero eso no había
impedido que Rob entrara de la nada.
La puerta nunca está cerrada cuando voy a la fraternidad. Me
dirijo al baño de la planta principal.
— ¡Aquí adentro! — grita alguien cuando muevo el picaporte.
Noble me dijo que no volviera hasta que él me lo permitiera.
Pongo los ojos en blanco solo de pensarlo. Subo las escaleras. También
me dijo que podía usar su habitación si alguna vez lo necesitaba. El
pasillo está vacío y me dirijo a su habitación. Llamo a la puerta, pero
nadie responde. Introduzco el código y me cuelo en su habitación.
Seré rápida. Me cambio y me pongo a trabajar. Noble nunca
sabrá que he estado aquí.

Sotelo, gracias K. Cross & Botton


Capítulo 5
NOBLE

— ¿Por qué estás tanto al teléfono estos días? Si fuera cualquier


otra persona, pensaría que estás esperando a que una chica te
devuelva el mensaje, pero como no sales con chicas del campus, debe
ser otra cosa. — Fleming me mira mientras introduzco mi código.
— ¿No puede un hombre comprobar sus mensajes? — La luz
verde parpadea para indicar que la cerradura se ha desactivado.
—Claro. Tipos normales pero no...
Cierro la puerta de un portazo.
—…tú. — termina Fleming. — ¿Problemas?
—Sí. — Lo tomo por los hombros y lo giro para mirar hacia el
pasillo. —Tienes que irte.
— ¿Qué? Creía que íbamos a pasar el rato antes de que empiece
la fiesta.
—Haz tu pre-juego abajo. El bar está lleno. — Le doy un
empujón.
—Íbamos a tocar unos temas.
Lo alejo de mi puerta. —Mañana. Tocaremos mañana como cura
para nuestras resacas.
—Pero...
—Adiós, Flem. — lo dejo en medio del pasillo y corro de regreso
a mi habitación. Doy un golpe de aviso antes de volver a introducir el
código y abrir la puerta. Adentro, Autumn está sentada en mi sofá,
completamente vestida, con las manos apretando las rodillas, las
mejillas manchadas de rosa.
Parece comestible. Me muerdo el labio y cierro la puerta detrás
de mí.

Sotelo, gracias K. Cross & Botton


—Lo siento. No te esperaba aquí.
—Podría decir lo mismo. — Me acerco a la nevera y saco dos
bebidas de café frías. Los abro y pongo uno frente a ella. —Bebe. — le
digo.
Duda y da un sorbo tímido. — ¿Tienes café en tu habitación
porque el de la biblioteca es malo?
—Así que leíste mis mensajes. Me lo preguntaba, y no. Siempre
tengo café por aquí. Soy un adicto. Es mi único vicio. — Me apoyo en
mi escritorio y la miro por encima de mi lata.
—Te habría contestado, pero no sabía qué decir. — responde.
—Hola, trabaja. También habría aceptado cosas como ‘eres
gracioso’ o ‘me gustaría volver a verte’.
—Hola. — me da un pequeño saludo.
Resoplo. —Eres del tipo de chica que va en persona. Eso me
gusta. Supongo que pasaremos mucho tiempo juntos cara a cara, ya
que no te gustan los mensajes de texto y a mí no me gusta no saber lo
que te pasa. Ya que hemos aclarado eso, ¿te importaría decirme por
qué estabas desnuda en mi habitación?
—El novio de mi compañera estaba en mi dormitorio y no se iba.
Tenía que cambiarme. — tira de la parte delantera de su camiseta
desgastada. —Tengo que limpiar. — Se levanta, pero le pido que se
siente.
—Creía que habíamos quedado en que a partir de ahora solo
limpiarías mi habitación.
Toma otro trago y se queda mirando la lata un momento antes
de contestar. —Eso sonó bastante tonto, si lo piensas. ¿Un tipo
cualquiera ofreciéndose a pagarme un par de cientos de dólares por
limpiar dos habitaciones? Cuando un trato parece demasiado bueno
para ser verdad, probablemente sea una estafa. — Deja la lata en el
suelo y se levanta. —Gracias por el café. Perdona por usar tu espacio
sin preguntar. Ahora voy a trabajar.
—El lugar fue limpiado hoy temprano por personal nuevo.
Vamos a tener una fiesta esta noche.

Sotelo, gracias K. Cross & Botton


Se detiene en el balde de artículos de limpieza que dejó caer cerca
de la puerta. — ¿Nuevo personal? ¿Nuevo personal solo para hoy o
para siempre?
—Para siempre, pero no en este lugar. — Tiro el mando a
distancia de la mesita. —Esto es un desastre a todas horas, así que
necesitaré que lo limpies probablemente todos los días.
Arquea una ceja. —Podría comer en el suelo, está tan limpio.
El suelo empieza a vibrar bajo nuestros pies. Los chicos de abajo
han encendido el equipo de sonido en previsión de la fiesta. Pronto
habrá media docena de chicos en mi puerta para arrastrarme
escaleras abajo.
—La fiesta está comenzando. — le digo. —Puedes quedarte aquí
o bajar conmigo.
—He oído que nunca asistías a estas fiestas.
Mis labios se crispan al saber que me ha estado controlando. —
Nunca había tenido un motivo para hacerlo.
—También he oído que eliges a alguna chica y te pasas todo el
tiempo en tu habitación con ella durante la fiesta. ¿Es mi turno esta
noche?— Levanta la barbilla. No quiere ser una más del montón, y no
la culpo.
—La gente dice un montón de mierda de la que no sabe nada.
Puedes preguntar a cualquiera de mis hermanos qué hago durante las
fiestas y oirás la misma respuesta. No me interesan porque es la
misma escena cada fin de semana, cada año. Unos cuantos chicos se
emborracharán haciendo beer bongs y vomitarán en los arbustos. Un
par de chicas se emborracharán y tendrán que ser llevadas en brazos
a los dormitorios. Probablemente habrá al menos una pelea por una
chica y al menos una pareja romperá porque uno o los dos son
atrapados besándose con alguien con quien no están saliendo.
Llamarán a la policía hacia medianoche, y tendré que bajar a pagarles
porque yo y quizá otros dos chicos somos los únicos lo suficientemente
sobrios como para hacerlo. Si eso te parece divertido, entonces, por
supuesto, vamos. — Me acerco a la puerta y la abro. Afuera, veo a
Fleming y a otros tres chicos a punto de llamar. Sus ojos pasan de
Autumn a mí y luego vuelven a mirarme.

Sotelo, gracias K. Cross & Botton


— ¿Hay una chica en tu habitación, Noble? — dice Fleming
sorprendido.
Me giro hacia Autumn y extiendo las manos. — ¿Ves? No soy el
demonio que crees que soy. ¿Qué va a ser? ¿Aquí o abajo?

Sotelo, gracias K. Cross & Botton


Capítulo 6
AUTUMN

Me doy la vuelta y vuelvo a la habitación de Noble. Todos los


chicos en el pasillo me miran con sorpresa. Supongo que Noble no
estaba mintiendo.
—Aquí está. — Noble cierra la puerta tras nosotros. La cerradura
encaja. Todavía no puedo creer que me atrapó casi desnuda. Juro que
tengo la peor sincronización. Tampoco es que sea un pervertido.
Muchos chicos habrían hecho algún comentario.
—No puedo ir a una fiesta vestida así. — Hago un gesto hacia
mis desgastados jeans cortos y rasgados.
—Puedes volver a ponerte lo que llevabas antes. — Me muerdo
el labio inferior. Mi otra ropa no es mucho mejor.
No sé si me apetece una fiesta, pero estar a solas con Noble me
da miedo. El hombre causa estragos en todas mis partes. Aún no sé
qué pensar de él. Es simpático, demasiado simpático, y eso me pone
los pelos de punta.
Siempre hay una trampa. Aún no sé cuál es la suya. No puede
ser puramente sexual porque no creo que le cueste echar un polvo. No
con lo que oí hablar a las chicas en clase antes. Por otra parte, podría
ser la emoción de la persecución para él.
—No lo sé. —Me muerdo el labio inferior entre los dientes.
— ¿No sabes si quieres cambiarte o no sabes qué quieres hacer?
— ¿Todo eso?
—De acuerdo. — Me dedica una sonrisa fácil. —Entonces
pasaremos el rato aquí. — Se acerca a mí. Extiende la mano para
enredar los dedos en un mechón de mi pelo. —No tienes que hacer
nada que no quieras. Siempre que lo que elijas nos incluya a los dos
pasando el rato. — Me suelta el pelo y sus ojos se posan en mi boca,

Sotelo, gracias K. Cross & Botton


pero se aparta rápidamente. Suelto una bocanada de aire que no sabía
que estaba conteniendo.
Lo veo acercarse y encender la televisión. Pasa los canales y se
detiene cuando aparece The Office. Luego vuelve al sofá y se sienta. Me
quedo de pie como una tonta.
—Mierda, ¿tienes hambre? Debería haberte ofrecido algo ya.
Puedo pedir que me traigan algo.
—Estoy bien. — Me encojo de hombros. El café me sostendrá por
un rato.
— ¿Cuándo comiste por última vez?— Pienso un segundo. —No
deberías tardar tanto en contestar. — Saca el móvil y empieza a
teclear.
—Creo que voy a cambiarme. — Cojo mi bolso del suelo y me
dirijo al baño, necesito un segundo para pensar.
Me vuelvo a poner los pantalones cortos vaqueros y la sudadera
con capucha. Me paro frente al espejo y me pregunto por qué Noble
siente algún tipo de fascinación por mí. Es dulce e increíblemente
guapo. Y yo soy la misma de siempre. No lo entiendo.
Me hizo perder mi trabajo. Uno que todavía está tratando de
pagarme. ¿Ahora me trae comida e intenta llevarme a la fiesta?
Destacaría como un pulgar dolorido. La gente me miraría y se
preguntaría por qué Noble estaba aquí conmigo. Ya he visto las caras
de desconcierto de sus amigos en el pasillo.
Abro la puerta de un tirón. Noble levanta la vista del teléfono. —
La comida llegará pronto. No estaba seguro de lo que te gustaba, así
que pedí un montón de cosas.
—No soy un caso de caridad. — suelto. —No necesito tus
limosnas. Puedo cuidarme sola.
— ¿Limosnas?
— ¿Cómo lo llamarías si no? Te portas muy bien conmigo y me
das comida. Y luego lo del trabajo. Entiendo que eres súper rico, pero
no necesito tu simpatía. — La necesidad de salir de aquí me golpea
como una tonelada de ladrillos. Corro hacia la puerta, solo

Sotelo, gracias K. Cross & Botton


consiguiendo abrirla unos centímetros antes de que la mano de Noble
baje sobre mi cabeza, cerrándola.
—No siento simpatía. — Me encuentro apoyándome en él. Quería
que me persiguiera, y lo hizo.
Se encuentra conmigo a medio camino, apretando su cuerpo
contra mi espalda. La dura silueta de su polla me aprieta. Se me corta
la respiración y el deseo se enciende en mi interior. Su otra mano se
dirige a mi cadera. No quita la otra de la puerta.
—Estás duro. — Es una estupidez, pero mi cuerpo se vuelve loco.
No me gusta que me toquen. Nunca. Aun así, empujo más mi culo
hacia él. Su mano en mi cadera se flexiona. ¿Por qué se siente tan bien
contra mí? Quiero darme la vuelta y hundir la cara en su pecho, pero
no puedo. No me permito ni soñar que esto pueda llegar a ser algo.
—Sí, estoy duro. Me encontré a mi chica casi desnuda. Claro que
estoy duro. Me pongo duro cuando te envío un mensaje de texto.
—Noble. — Susurro su nombre. ¿Me ha llamado su chica? Se me
revuelve el estómago. Nunca he sido nada de nadie. Sí, Noble me
asusta, pero de una manera diferente.
—Sí.
—No me gusta que me toquen.
—Dime que me detenga. — Relaja su agarre en mi cadera. Echo
de menos el apretón al instante, pero no digo nada. —Todo lo que
tienes que decir es detente o no, y retrocederé. Aunque me mate. —
Me doy la vuelta para mirarlo. Se eleva sobre mí. Debería estar
enloqueciendo. Estoy casi clavada contra la puerta, sola en una
habitación con él, pero no lo estoy.
— ¿Qué haces? —Busco en su cara, tratando de encontrar algo.
— ¿La verdad?
—Siempre, por favor.
—Intento no asustarte. Eres una corredora, Gatita.
— ¿Gatita?— Arrugo la nariz.

Sotelo, gracias K. Cross & Botton


—Tengo que ganarme poco a poco tu confianza. — Suelta la
mano de la puerta. —Vamos. —Me toma de la mano y me lleva de
regreso al sofá. — ¿Te gusta The Office?
—Nunca la había visto. — Me tira para que me siente a su lado.
— ¿Estás bromeando, verdad?
Sacudo la cabeza. —Quiero decir, he visto algunos aquí y allá,
pero no realmente. — Solo si ha salido en una tele cualquiera o algo así.
—Creo que me encanta la idea de verte verla por primera vez. —
Agarra el control remoto y sube el volumen.
Supongo que podría quedarme. ¿Qué otra cosa iba a hacer?
¿Volver a mi dormitorio, donde todavía está el novio de mi compañera?
Intento relajarme. Poco a poco, me inclino hacia él hasta que me pasa
el brazo por encima del hombro y me arropa.
Me derrito sobre él. Es aterrador y estimulante a la vez.

Sotelo, gracias K. Cross & Botton


Capítulo 7
NOBLE

La fila de estudiantes que salen del aula se ralentiza hasta


convertirse en un goteo y luego se seca. Espero otros cinco minutos
antes de entrar en el aula y buscar a Autumn. Está adelante con el
profesor, hablando de algo serio. Me siento detrás y la observo. Juro
que podría mirarla todo el día sin aburrirme. No es solo porque sea
hermosa, sino porque hay mucha vida en su expresión. Incluso desde
la última fila, puedo ver el brillo de sus ojos. Sus manos se mueven
mientras explica su punto de vista al profesor. Hay algo en ella que te
atrae y te hace inclinarte hacia ella.
Se ríe con facilidad. Cuando veíamos The Office, señalaba al
televisor durante una parte especialmente divertida y se reía a
carcajadas. No se preocupaba por su aspecto, sino que disfrutaba
completamente del momento.
La otra noche quise comérmela, pero estaba tan relajada y feliz
que no quise borrar eso con un ataque fuerte. Dijo que no le gustaba
que la tocaran. Me pregunto de dónde vino eso y a quién iba a tener
que eliminar por eso.
Decidí que no había razón para precipitarse. Es mejor que se
acostumbre a mí, por eso estoy aquí esperando a que termine la clase.
Los cinco minutos se convierten en diez. Apoyo la cabeza en el
borde del delgado asiento de madera y contemplo las opciones para la
cena. Los tazones mexicanos, los sandwiches bahn-mi o el pollo frito
suenan atractivos. No sé si es alérgica a algún alimento. Tendré que
averiguarlo.
— ¿Noble Patton White?
Con pereza, giro la cabeza hacia un lado para ver un par de
piernas y pantalones cortos. No tengo ni idea de a quién pertenecen.
— ¿Sí?

Sotelo, gracias K. Cross & Botton


—Soy Lia. Lia Melbourne, de tu clase de marketing. No sabía que
estuvieras en inglés.
Me incorporo. — ¿Es esa la clase en la que estoy?
—Es dentro de treinta minutos. Me sentaré a tu lado, ya que
parece que estás solo. — Se coloca entre mis piernas. No sé si me
muevo o ella se mueve o ambos lo hacemos al mismo tiempo, pero al
momento siguiente, sus manos están sobre mis hombros y sus senos
están a una pulgada de mi cara. Subo las manos a su cintura para
evitar que me dé un golpe involuntario.
— ¿Noble?
Vuelvo a oír mi nombre, pero esta vez reconozco la voz.
Apresuradamente, empujo a Lia fuera de mí y me levanto del asiento,
el pupitre me atrapa la espinilla y casi me hace caer de bruces. —
Autumn. Te estaba esperando.
—Eso parece. — Sus ojos miran a Lia por encima de mi hombro.
—No me hagas caso. Vuelve a lo que estabas haciendo.
Una mano pasa por encima de mi hombro, y siento a Lia
apretándose contra mi espalda. — ¿Quién es, Noble?
—Mi novia. — suelto, y me aparto del contacto de Lia.
Autumn suelta una carcajada. —No, no lo soy. Es todo tuyo, pero
deberías tener cuidado. Creo que miente mucho.
—A mí no me miente. — dice Lia.
La miro incrédulo. No conozco a Lia de nada, y nunca hemos
hablado más de media docena de veces y todas en el contexto de los
trabajos de clase.
Autumn hace un gesto despectivo con la mano y se marcha.
Hago algo que nunca había hecho en mis veintidós años de vida. La
persigo. —Espera un momento.
No va más despacio, pero yo mido 1,80 y ella 1,70, así que no
tardo nada en alcanzarla.
—No vuelvas a ponerme en esa posición. — espeta.

Sotelo, gracias K. Cross & Botton


— ¿Qué posición? ¿En la que le digo a todo el mundo que estás
conmigo? Creía que lo habíamos decidido la primera vez que nos
vimos.
—Nunca decidimos nada. Dijiste cosas porque... no sé por qué
las dijiste. Tal vez te sentías amable en ese momento, pero no soy
alguien a quien puedas usar como excusa o tapadera para un
comportamiento de mierda. — Abre de golpe la puerta de su residencia
y entra furiosa.
— ¿Qué comportamiento de mierda?
—Obviamente engañaste a esa chica y ahora te arrepientes. —
Se detiene frente a los ascensores y presiona el botón. — ¿Puedes irte?
Este es un dormitorio de chicas y lo último que supe es que no eras
una chica.
—Seguro que pueden hacer excepciones.
—No me hagas llamar a seguridad. — Autumn presiona el botón
una vez más y, como el ascensor no llega, gira sobre sus talones y
pasa rozándome hasta una puerta que dice Escaleras. La sigo.
—Te equivocas. Te estaba esperando. Lia apareció y estaba
tomando asiento. Tropezó y se cayó. La atrapé porque no quería que
terminara en mi regazo. La próxima vez te prometo que la empujaré
escaleras abajo.
Autumn se detiene y se gira a medias hacia mí. —No quiero
volver a verte. No quiero que me esperes después de clase. No quiero
tu dinero ni tu trabajo de lástima. Déjame en paz o te denunciaré por
acosador. Sé que no irá a ninguna parte porque te apellidas Patton,
pero quizá alguien con principios acepte mi caso, y así sabrás lo que
es vivir como una persona normal.
Y se va corriendo escaleras arriba. Empiezo a perseguirla y me
detengo porque siento que la estoy asustando. Me arrastro las manos
por la cara y me froto el cuero cabelludo. No pensaba que la tarde
fuera así. Mis planes eran esperar a que terminara la clase, llevarla a
cenar y luego atraerla a mi habitación, donde veríamos más The Office
y la acostumbraría a mi presencia. Si una cosa llevaba a la otra y
nuestra ropa acababa en el suelo, mejor.

Sotelo, gracias K. Cross & Botton


Pero de alguna manera, una cosa salió mal, y ahora me trata
como a un leproso. Quiero asaltar las puertas de su castillo e insistir
en que me deje entrar, pero tengo la sensación de que llamaría a la
policía. Se me dibuja una sonrisa de pesar en la comisura de los
labios. Eso me gusta, la verdad. Me gusta que sea fuerte y tenga
principios y que no le importe el tamaño de mi cuenta bancaria. Eso
solo hace que la desee más.

Sotelo, gracias K. Cross & Botton


Capítulo 8
AUTUMN

Hay algo muy malo en mí. Una estúpida tristeza se ha cernido


sobre mí durante los últimos cinco días. Desde que dejé a Noble
plantado en la escalera de mí residencia. Lo echo de menos. Es una
locura, y sé que no debería, pero eso no impide que me sienta así. No
sé cómo puedo echarlo de menos si me sigue mandando mensajes al
azar. Parece que siempre me lo cruzo en el campus cuando voy de una
clase a otra.
¿Nos hemos cruzado siempre y nunca me he dado cuenta, o se
está desviando de su camino para verme? Supongo que es esto último.
Seguro que me acordaría si hubiera visto a Noble antes. No solo porque
es ridículamente guapo, sino porque sobresale por encima de todos.
Es imposible no verlo. Tampoco se pierde cómo las chicas siempre se
giran para mirarlo cuando pasa. Solo me trae de regreso toda esa
rabia, y recuerdo por qué no le hablo más.
— ¿Cuánto tiempo llevas esperando?— Levanto la vista y veo a
un chico moreno. Grita novato. Yo lo sabría porque lo soy.
—Veinte minutos.
—De acuerdo. — Mira su reloj.
—Si tienes clase o algo puedes entrar antes que yo. — le ofrezco.
He estado esperando para hablar con uno de los asesores de prácticas.
No tengo clase a la que ir, y él puede que sí.
—No, está bien. Pero gracias. Esperaré. — Se deja caer en el
asiento contiguo al mío. —Soy Dax. — Me hace un gesto con la
barbilla.
—Autumn. — Le devuelvo la sonrisa.
— ¿También eres de primer año?
—Sí.

Sotelo, gracias K. Cross & Botton


— ¿Principal?
—Aún no estoy segura, para ser sincera. — De momento estoy
estudiando lo básico. Me encantaría especializarme en trabajo social,
pero el sueldo es una mierda, y odio tener que tener eso en cuenta. No
puedo romperme el culo estudiando y seguir luchando por llegar a fin
de mes. ¿Y si me especializara en algo que pagara bien y luego pudiera
ser voluntaria o incluso tutora?
— ¿Tienes una?
—Pre-derecho.
Mi teléfono vibra en mi mano. Le doy la vuelta y veo un mensaje
de Noble. ¿Quién más podría ser? Supongo que podría ser mi
compañera de piso diciéndome que necesita la habitación para ella
sola.

Noble: ¿Crees que Jim debería haber ido por Pam aunque estuviera con Roy?
No sé por qué de todos los mensajes que me ha enviado me pican
los dedos por responder a este.

Yo: Probablemente no sería bueno para la televisión. Tienen que hacer la burla
terrible. ¿Supongo que son los nuevos Ross y Rachel?

Noble: Más o menos.

Yo: Menos mal que solo es ficción. En la vida real no me gustaría ver a la
persona con la que termino salir con otras personas. No, gracias. Paso de eso.
Sí, es un pinchazo pero no puedo evitarlo.
—Autumn. — Me levanto cuando Amy me llama por mi nombre
para que vaya a su pequeño despacho. — ¿Qué está pasando?
—Creo que hay un problema técnico o algo así. No he estado
limpiando la casa Sigma Theta, pero todavía me pagando. — Odio
decirle eso, pero tengo que hacerlo si quiero que me coloque en un
nuevo trabajo.
—Correcto, ya no vas a limpiar la casa Sigma Theta. — Hace clic
en su ordenador. —Eres responsable de las habitaciones de Noble
Patton-White. Es por eso que todavía te pagan.

Sotelo, gracias K. Cross & Botton


— ¿Realmente dice eso?
—Sí.
—Nunca he limpiado sus habitaciones.
— ¿En serio?— Sus cejas se juntan. —Debes estar haciendo algo
porque un aumento entró en vigor a partir de ayer. — Se inclina hacia
adelante y susurra: —Noble debe haberlo pedido. — Claro, porque
puede hacer lo que quiera. Eso es lo que pasa cuando tienes dinero.
Quiero enojarme, pero sinceramente no sé lo que siento ahora
mismo. — ¿Conoces a Noble?— Si no recuerdo mal, la última vez que
estuve aquí, durante nuestra pequeña charla, mencionó haber
trabajado aquí durante más de diez años.
—Conozco a su madre, y me he reunido con él algunas veces.
Son buena gente. — Quiero acribillarla con más preguntas, pero no
quiero parecer demasiado interesada. O incomodarla con las
preguntas que realmente quiero que me responda.
No puedo preguntarle a un miembro del personal de la
universidad si Noble es conocido como un fuckboy. Estaba segura de
que no lo era después de que sus amigos se sorprendieran tanto de
que tuviera una chica en su habitación, pero luego recordé que había
dicho que no le gustaba que la gente se metiera en su espacio. Eso
debe significar que va al suyo. Tiene que significar eso después de lo
que había visto. Tendría sentido entonces por qué sus amigos
reaccionaron como lo hicieron cuando me vieron en su lugar.
— ¿Hay otras ofertas de trabajo?— Pregunto en su lugar.
Necesito asegurarme de tener algo sólido. No quiero una limosna de
Noble.
—Solo podemos dar un trabajo por estudiante.
—No, me refiero a uno diferente.
— ¿Uno diferente? Este es ahora el mejor pagado del campus, y
supongo que Noble debe pensar que eres excelente en tu trabajo ya
que su habitación estaba fuera de la lista de limpieza hasta que te la
asignaron personalmente.
—De acuerdo. — Me pongo de pie y empiezo a recoger mis cosas,
viendo que esto no va a ir a ninguna parte. —Gracias.

Sotelo, gracias K. Cross & Botton


—En realidad no hice nada, pero de nada. — Se ríe, poniéndose
de pie conmigo. Salimos del despacho. Me detengo cuando veo a Noble
sentado donde había estado Dax.
—Hola, Noble. Estábamos hablando de ti.
— ¿En serio?— Le dedica una sonrisa a Amy. Ella se ruboriza.
Lucho por no poner los ojos en blanco. —Cosas buenas, espero.
—La verdad es que no. — digo secamente. Los ojos de Amy se
abren de par en par, rebotando entre los dos. Un momento de silencio
nos rodea a todos.
— ¿Se ha ido Dax?— pregunta Amy, rompiendo por fin la tensión
de la habitación.
—Sí. Ha encontrado trabajo. — responde Noble.
—Gracias de nuevo, Amy. — digo antes de salir del edificio.
Me muerdo el interior de la mejilla para no sonreír cuando oigo
el ruido sordo de unos pasos que se acercan detrás de mí.
— ¿Le has hecho algo a Dax? — Sigo caminando mientras Noble
se acerca a mi lado.
—Le di un trabajo.
— ¿Ese trabajo es mantenerse alejado de mí?
—Un poco. — Dejo de caminar y me giro para mirarlo fijamente.
Es muy difícil mirar fijamente a alguien que te domina. —Tú me dijiste
que lo hiciera.
— ¡¿Te dije que lo hicieras?!
—Tu mensaje. Dijiste que nadie quiere ver a su persona salir con
otra persona. — Me quedo boquiabierta. —Antes de que digas que no
soy tu persona, lo soy.
—Estás loco. Ya lo sabes.
—Sí, Gatita. Fui golpeado con un caso de eso hace una semana.
— Cuando nos conocimos. Dejo caer mi cabeza, una pequeña sonrisa
se me escapa. Es persistente. Se lo reconozco.
—Noble, no puedo hacer esto.

Sotelo, gracias K. Cross & Botton


— ¿Porque no te gusta que te toquen? — niego.
Me doy cuenta de que disfruto con sus caricias. Al crecer en el
sistema, siempre había gente amontonada. Ahora, desde que me alejé
de eso, disfruto de mi espacio. De hecho, a veces, si hay demasiada
gente apretujada, me entra el pánico. Ese miedo a volver a sentirme
como si no tuviera voz ni voto en mi vida aflora a la superficie. Es
irracional, pero no puedo evitarlo.
—Entonces, ¿por qué no puedes hacer esto? Te juro que esa
chica no era nada. — Tengo tantas ganas de creerle.
—Tengo problemas de confianza, Noble. Demonios, tengo todo
tipo de problemas. ¿Por qué querrías tener algo que ver con este
desastre?
Se acerca más. —No creo que seas un desastre, pero si así es
como quieres llamarlo, entonces bien. Pero quiero tener todo que ver
con tu desastre. — Trago un nudo que se forma en mi garganta.
—Noble. — Susurro su nombre. Su mano se levanta, su pulgar
e índice agarran mi barbilla suavemente.
—Voy a besarte, gatita. — Me lamo los labios mientras él
continúa: — ¿Te ha besado alguien alguna vez?
—No. —Está dejando muy claras sus intenciones.
—Bien, porque nunca he besado a nadie. — dice antes de que su
boca reclame la mía justo en el centro del campus.

Sotelo, gracias K. Cross & Botton


Capítulo 9
NOBLE

— ¡Consigan una habitación!


— ¡Que alguien grabe un vídeo!
— ¿Es ese Noble Patton-White?
— ¿Es una broma?
— ¡Ahora me toca a mí!
Es la última frase que grita lo que hace que Autumn se escape
de mi alcance. Miro con el ceño fruncido a la chica que está justo
detrás de ella. Hace una mueca y se escabulle entre la multitud que
parece haberse reunido mientras besaba a Autumn.
Los borro de mi mente y vuelvo a centrarme en la chica que tengo
delante. Tiene los labios húmedos y las mejillas sonrojadas. Si no
hubiera gente, me la comería, la lamería desde la punta de la frente
hasta la planta de los pies. Intenta moverse, pero la sujeto.
—Necesito tu protección. — le digo.
— ¿De qué?
Dirijo su mirada hacia abajo, donde mi grueso eje sobresale
contra la mezclilla.
—Oh. —Dice con los ojos muy abiertos al darse cuenta de a qué
me refiero.
Suelto una pequeña carcajada. —Es un verdadero dilema. Si te
mueves, todo el mundo va a ver mi erección, y si no te mueves, mi
erección no va a desaparecer. ¿Qué te parece?
—Podría darte un puñetazo en las nueces.
—Drástico pero probablemente efectivo. Probemos con un poco
de espacio. — La hago retroceder dos pasos y muevo el brazo hacia la

Sotelo, gracias K. Cross & Botton


multitud. —Se acabó el espectáculo. Vuelvan a su programación
habitual.
Hay algunos gruñidos, pero la multitud se dispersa lo suficiente
como para que todo el campus no esté hablando de mi erección para
la cena.
Doy un pequeño respingo y me reajusto lo más subrepticiamente
posible. Después de unos diez segundos de pensar en las cosas más
horripilantes posibles, digo: —Creo que ya puedo andar. — Las
mejillas de Autumn siguen rojas. Supongo que saber que me excita es
embarazoso para la pequeña virgen. Pongo su mano en la mía. —
¿Hacia dónde? ¿Tienes otra clase? ¿A cenar? ¿A hacer ejercicio?
—Odio hacer ejercicio.
—Odias... de acuerdo, yo también. — En realidad me encanta
hacer ejercicio, pero si mi chica dice que apesta, apesta.
—No te creo, y también tengo mis dudas sobre lo de no haber
besado a nadie antes. — Algo del brillo se ha desvanecido de sus ojos.
—Estuvo bien, ¿verdad?— Sé que podría jurar que es la verdad,
pero algunas cosas son difíciles de aceptar solo con palabras. —Hay
más de donde viene eso. No te preocupes. — Agarro su mano con más
fuerza, tirando de ella hacia delante. Voy a tener que quedarme a su
lado, porque es obvio que cuando estamos separados tiene dudas
sobre si soy un jugador. No estoy seguro de por qué doy esa impresión.
Otras chicas han asumido que me acuesto con cualquier cosa que
mueva el culo en mi dirección, como si no tuviera control o fuera un
perro sin adiestrar que se pone rabioso con solo oler una teta. No he
tocado a una mujer desde que pisé este campus, salvo Autumn. Así
que no tengo ni idea de dónde viene esta idea. Nunca seré mi padre.
—No dije que estuviera preocupada. — responde. —Ni siquiera
sé si tengo tiempo para esto, sea lo que sea.
—Gatita, soy la persona más fácil de tener cerca en todo el
mundo. No tienes que dedicarme tiempo. Estaré donde tú estés.
—Necesito estudiar, y tengo trabajo. No estoy aquí para
coquetear con chicos al azar.

Sotelo, gracias K. Cross & Botton


Pensar en ella coqueteando con chicos al azar me da ganas de
vomitar. —Sí, yo tampoco voy a estar contento si eso pasa. Tendré que
darle una paliza a ese hombre, y entonces alguien me denunciará al
consejo de honor y entonces mi madre aparecerá y pagará a la escuela.
Después de eso, me mirará con tristeza y me dirá que la he
decepcionado, cosa que no quiero hacer, así que, por mi propia
armonía familiar, por favor, no andes detrás de otros hombres.
Se queda con la boca abierta y parece quedarse sin palabras. —
Bien, veo que estás de acuerdo conmigo. Me alegro de que estemos de
acuerdo. — Miro la hora. —Parece que es hora de cenar. Vamos a
comer. No tengo plan de comidas del campus, así que iremos al
restaurante de comida caliente que hay calle abajo.
—No puedo. — dice, pero su estómago ruge.
—Tu cuerpo no está de acuerdo.
—Tengo que estudiar.
—Menos mal que este restaurante te permite entrar con los
libros. He oído que algunos restaurantes del campus tienen prohibidos
los libros.
— ¿En serio? ¿En cuáles?
Me detengo y le pellizco la mejilla. —Gatita, eres adorable.
Estaba siendo sarcástico. Incluso los artilleros como tú tienen que
comer. Pediré y cocinaré la carne y las verduras mientras tú te ocupas
de tus tareas. Después de llenarnos de caldo, fideos y albóndigas,
pediremos donut para llevar y volveremos a mi habitación, donde yo
veré The Office en silencio y tú estudiarás. Cuando termines de
estudiar, te daré un masaje. Nos besaremos un poco y luego nos
iremos a la cama.
—Crees que lo tienes todo resuelto, ¿verdad? Pero ponte en mi
lugar. Soy una estudiante becada. Apenas puedo permitirme los libros
usados. Digamos que estás siendo totalmente sincero y estás
cautivado conmigo, lo cual no entiendo completamente, no puedo
permitirme ser arrastrada por ti. En esta vida no hay garantías, y no
puedes hacerme una promesa ahora mismo, una semana después de
conocernos. Si las cosas fueran diferentes, tal vez podría arriesgarme
contigo, pero tengo demasiado en juego. — El arrepentimiento brota a

Sotelo, gracias K. Cross & Botton


borbotones y la tristeza de sus ojos pone de manifiesto la realidad de
sus palabras. No lo dice para desanimarme, sino porque cree que no
puede arriesgarse conmigo.
—Entonces, ¿comida caliente?
Suelta una pequeña carcajada de incredulidad. — ¿No has oído
lo que he dicho?
—Autumn, he oído cada palabra, pero aun así tienes que comer.
— Voy a tener que demostrarle lo que valgo, con acciones y hechos, ya
que las palabras no la conmueven. —Vámonos. Me muero de hambre.

Sotelo, gracias K. Cross & Botton


Capítulo 10
AUTUMN

—No siempre tienes que acompañarme a mi dormitorio. — le digo


a Noble. Me pasa el brazo por encima del hombro. Siempre me está
tocando de alguna manera, pero nunca va muy lejos. Un par de roces
de su mano aquí o allá.
De hecho, no me ha besado desde nuestro único beso hace más
de una semana. Me irrita, lo cual sé que es irracional teniendo en
cuenta que soy la que se empeñó en decirle que no me gusta que me
toque. Con la única que debería estar enojada es conmigo misma.
—Sí, lo tengo que hacer. Es de noche.
— ¿Cuándo ha cambiado eso las cosas? — Me río. Podría ser
pleno día y él insistiría en acompañarme a mi dormitorio. —Además
este lugar está iluminado. — Mantienen el campus bien iluminado.
Además, siempre hay seguridad dando vueltas.
—Te acompaño a casa. — Esta vez su voz es más dura. Me
muerdo el interior de la mejilla para no sonreír.
Noble siempre es tan dulce y considerado que cuando tiene estos
momentos asertivos, me iluminan por dentro. Probablemente deberían
tener el efecto contrario en mí, pero no puedo evitar que mi cuerpo
reaccione ante él.
De nuevo, es irracional. No quiero que nadie me mande, pero
creo que con Noble viene de un lugar de cuidado y preocupación. A
veces me gustaría que viniera de un lugar de sucia dominación, pero
es probable que eso se deba a que he leído demasiados libros
románticos exagerados. Siempre me he sentido atraída por eso, pero
lo he reprimido muy dentro de mí, sin pensar nunca que habría un
lugar seguro para ello. Noble está intentando demostrar lo contrario.
Me está haciendo confiar en él de una forma en la que nunca he
confiado en nadie.

Sotelo, gracias K. Cross & Botton


—Bien, acompáñame a casa. — Le doy porque me decepcionaría
si no lo hiciera. En la última semana, cada vez que Noble y yo no
estamos en clase, estamos juntos hasta que vuelvo a mi dormitorio.
Con todos sus pequeños detalles y estando siempre cerca, tiene
que haber algún tipo de sentimiento romántico por su parte. Desde el
principio dejó claro que los había, pero me preocupa que hayamos
entrado en una zona de amistad. Lo cual es parte de mi irritación
irracional.
Le dije a Noble que no tenía tiempo para relaciones ni aventuras,
¿y ahora me ofrece amistad? Sí, tampoco quiero eso. Ahora me estoy
cuestionando. No tengo ni idea de lo que quiero, pero cuanto más
tiempo paso con Noble, más odio tener que irme de su lado.
— ¿Quieres un muffin de chocolate o un croissant mañana? —
Tengo en la punta de la lengua decirle que no hace falta que me traiga
comida, pero es inútil.
—Sorpréndeme. — Me suelta el brazo del hombro cuando
entramos en mi residencia. Insiste en acompañarme a mi piso.
—Nos vemos por la mañana, gatita. — Me coloca un mechón de
pelo detrás de la oreja. Lo miro fijamente y mis ojos se posan en su
boca. Se inclina y cierro los ojos. Entonces siento que sus labios rozan
mi frente. —Buenas noches.
—Buenas noches. — murmuro, abriendo la puerta de mi piso.
Frustrada, meto la llave en la puerta y la abro de golpe. Me quedo
helada cuando veo a mi compañera de piso, Renee, a horcajadas sobre
su novio. Los dos se están besando. Por suerte, aún llevan la ropa
puesta. Los dos me miran. Renee se baja del regazo de Nathan.
—Tengo que ducharme. — dice Renee, agarrando su bolsa de
baño. Es bonita, con el pelo negro y brillante y piernas para días. Si
no fuera una gran perra, diría que está fuera del alcance de Nathan.
—Nathan se queda a dormir. — dice mientras se acerca a mí.
—Eso va contra las normas.
—Solo si eres una soplona. No seas mojigata. Se va a mudar y
su nueva casa no estará lista hasta dentro de unos días. — Me da un

Sotelo, gracias K. Cross & Botton


golpe en el hombro, pasa junto a mí y sale por la puerta, dejándome a
solas con su novio.
— ¿Por qué te vistes así? — me pregunta al azar. Miro mi
sudadera con capucha y mis pantalones cortos vaqueros.
— ¿Es cómodo? —También asequible. Omito esa parte. No
necesito darle explicaciones.
— ¿Vas a ponerte el pijama? —Se apoya en la cama contra la
pared, poniendo las manos detrás de la cabeza como si estuviera
esperando un espectáculo. ¿Qué demonios le pasa a este asqueroso?
Miro hacia mi cama y luego hacia la de Renee. Mi ansiedad empieza a
crecer pensando en él aquí mientras duermo.
Lo ignoro y busco unos pantalones cortos y una camiseta. — ¿De
verdad estás follando a Noble?
—No. — Miro por encima del hombro a Nathan, que ahora me
está mirando abiertamente el culo mientras estoy agachada
revolviendo el cajón para encontrar mis bragas, pero no encuentro
ninguna. ¿Qué demonios? Me levanto, me doy la vuelta y me
encuentro directamente con Nathan.
—No es lo que se dice en el campus.
—No me importa lo que se diga en el campus. — miento.
No me molesta la idea de que la gente piense que Noble es mío.
No pierdo la forma en que otras chicas lo miran. Tampoco me pierdo
que él no le preste atención. De hecho, a veces, estoy segura de que le
molesta. El hombre no tiene ego que acariciar, lo que solo lo hace más
sexy.
— ¿Sabes quién es su padre? Se folla a chicas de tu edad. Tiene
una nueva cada semana. — Eso sí lo sé. En la última semana, he
llegado a conocer a Noble, y su padre no es su persona favorita. Ahora,
a su mamá, la adora. Otra cosa que lo hace más atractivo.
— ¿Por qué te importa, Nathan?
—Solo me preguntaba qué clase de chica eres. — Se lame los
labios. —A Renee no le importa un tercero.

Sotelo, gracias K. Cross & Botton


— ¡¿Qué?!— Intento dar un paso atrás, pero me tropiezo con la
cómoda. El pánico empieza a subirme al pecho. Esta habitación es
demasiado pequeña. La puerta se abre de golpe.
—Olvidé mí... — Renee se detiene. Nos mira a Nathan y a mí. No
parece una chica que comparte. — ¿Qué pasa? —Pone las manos en
las caderas.
—Yo, ah. Me voy. — Cojo mi mochila y meto mi ropa adentro.
—Sí, probablemente sea una buena idea. — Me fulmina con la
mirada. Por supuesto, cree que soy la que está haciendo algo mal.
Debería estar mirando a su novio; él es el raro. Se aparta para dejarme
pasar. Prácticamente corro hacia la casa Sigma Theta. La ansiedad me
oprime el pecho.
Hay una fiesta, pero parece pequeña. Algunas personas se
quedan afuera, en el porche. Ninguno de los chicos me molesta
mientras me apresuro a subir las escaleras de la casa. Subo
directamente a la habitación de Noble. Voy a introducir el código de
su puerta, pero me detengo al oír un gemido procedente del interior.
¿Qué demonios?
Me da un vuelco el corazón. Hasta que oigo mi nombre. Aparto
la mano del teclado y llamo a la puerta.
—Déjame jodidamente en paz. — grita.
—Si tú lo dices. — le respondo, pero no me muevo. Dos segundos
después, la puerta se abre y aparece Noble, con el torso desnudo y un
pantalón de chándal. No me pierdo el contorno de su erección.
— ¿Qué pasa? —Me mete en su habitación y cierra la puerta
detrás de mí.
—No pasa nada. El novio de mi compañera de piso se va a quedar
esta noche y no me sentía cómoda quedándome ahí también.
—No te vas a quedar ahí.
—Eso es lo que acabo de decir. — Me río, la ansiedad en mi pecho
se desvanece. Noble es mi cura. También podría ser mi perdición.

Sotelo, gracias K. Cross & Botton


Capítulo 11
NOBLE

Le señalo el sofá. —Ahora vuelvo. — digo y escapo al baño. Ahora


mismo es un mal momento para que Autumn aparezca en mi puerta.
Estoy tratando de hacer frente a mi lujuria, que se está construyendo
como una montaña inestable de bloques apilados unos sobre otros,
listos para derrumbarse en cualquier momento. Me he pasado una
semana siendo un perfecto caballero, y no estoy hecho para ello. Cada
momento que estoy con ella me hace desearla más.
Me he masturbado más esta semana que en toda mi
adolescencia. Hasta el punto de que ni siquiera disfruto
masturbándome porque el placer no está ahí. Si no puedo tener lo
real, no lo quiero. La auténtica está al otro lado de esta puerta, sentada
en mi sofá con las rodillas juntas y los ojos cautelosos escrutando mi
espacio. Exhalo un largo suspiro y abro la puerta de golpe.
Gira la cabeza, sorprendida.
Frunzo el ceño porque tiene la mano en el pomo y parece a punto
de huir.
—Pensé que viniste aquí porque el novio de tu compañera de
cuarto estaba siendo un imbécil.
—Así es, pero pensé que tal vez te pasaba algo.
—No, así que mueve el culo hasta el sofá antes de que te ponga
ahí. — Mi paciencia está por los suelos, así que las palabras salen
cortas y afiladas.
Se mueve deprisa, como si estuviera esperando mi orden.
Me apoyo en el escritorio porque no me atrevo a acercarme más
a ella. — ¿Qué pasa con el novio, de todos modos?
—Es que me hace sentir incómoda.
— ¿Por el PDA o qué?

Sotelo, gracias K. Cross & Botton


Arruga la nariz. —La verdad es que no. Quiero decir, no me
encanta, pero podría lidiar con ello. Es solo que a veces hace
comentarios sugerentes o me mira demasiado tiempo. Probablemente
me estoy imaginando cosas.
Me enderezo. —Y un infierno que lo haces.
— ¿Adónde vas? — pregunta, poniéndose en pie de un salto.
Miro por encima del hombro. —A darle una paliza a este chico.
—No. Por favor, no lo hagas. Primero, podrían echarte, y
segundo, como dije, estoy interpretando demasiado las cosas.
—Lo dudo, pero puedo darle una paliza más tarde, supongo. —
Suelto el pomo de la puerta. Mis ojos se posan en la bolsa que trajo
con ella. — ¿Querías cambiarte?— Toco el bolso.
—Iba a prepararme para ir a la cama, pero no puedo hacerlo
aquí. No quiero volver a cruzar el campus en pantalón corto y camiseta
de dormir.
—Dormirás aquí. — Recojo la bolsa y la tiro al baño. —Ve a
cambiarte.
Autumn se mueve inmediatamente hacia mí y luego se detiene,
casi como si estuviera sorprendida por sus propias acciones. Probando
una teoría que me viene a la cabeza, digo: —Al baño. Ahora mismo.
Entra corriendo y cierra la puerta tras de sí. Contemplo la puerta
cerrada y repaso mis hechos. Cuando vamos a comer, le gusta que
pida por ella. Cuando le digo que se siente o se ponga de pie, obedece
sin dudar. Durante la última semana, no la he presionado para que
hiciera nada porque quería que se sintiera cómoda, pero quizá dio la
impresión de que no me interesaba del todo. Al menos, cuando se trata
de nosotros, parece que le gusta que le den órdenes y no tener que
tomar decisiones. Rápidamente, acerco una silla. Después de apagar
las luces, me siento en el sofá, cruzo los brazos sobre el respaldo y
espero a que salga.
En cuanto se abre la puerta, le doy una orden. —Pon el culo en
la silla.
— ¿Qué pasa?

Sotelo, gracias K. Cross & Botton


—Nada de preguntas, Autumn. A menos que yo diga que puedes
hacerlas. Ve y siéntate.
Hace lo que le digo. La necesidad se apodera de mí. La sangre
late en mi polla. Puede que no lo consiga.
—Bájate los pantalones cortos.
— ¿Mis pantalones cortos? — chilla.
—Sí, y no me hagas repetirlo.
—No sé si estoy lista.
—Estás lista o no estarías aquí. Viste que estaba duro cuando
llegaste y no te fuiste. Bájate los pantalones cortos. — Enuncio cada
sílaba.
Autumn se chupa el labio inferior, pero se lleva las manos a la
cintura del pijama. Tantea. Se me aprieta el pecho y empiezo a respirar
con dificultad. La lentitud con la que sus pantalones cortos se
desplazan desde los muslos hasta el suelo es un tormento que no
sabía que existía en este mundo.
Tuerzo el cuello hacia un lado y luego hacia el otro. —Acerca las
piernas al pecho.
De nuevo, se mueve tan despacio, tan deliberadamente que
tengo que morderme la lengua hasta saborear la sangre. Mantiene los
muslos juntos y los pies colgando delante de ella, ocultando su sexo a
la vista.
—Coloca las piernas sobre los brazos de la silla.
— ¿Vas a quitarte la ropa? — pregunta.
—No. Lo único que me impide martillear tu inocente coño son
mis pantalones de chándal. Piernas separadas. No me hagas repetirlo.
No me gusta.
Respira entrecortadamente y hace lo que le pido. Casi me
desmayo al verla. Está mojada entre las piernas. La humedad cubre
el interior de sus muslos. Su coño brilla como si estuviera decorado
con joyas de valor incalculable. Todas las dudas sobre si este era el
movimiento correcto se evaporan. Autumn está excitadísima. Me palpo
a través del pantalón de chándal y le doy un fuerte tirón a la polla.

Sotelo, gracias K. Cross & Botton


—Mete el dedo índice en tu coño, gatita. Oigamos tus
resbaladizos sonidos de deseo. Mójate bien porque pronto voy a
penetrarte y tienes que estar preparada. — Me saco la polla y aprieto
la punta hasta que el semen cubre la cabeza.
Jadea al ver mi monstruo y su dedo se desliza hasta los nudillos.
Su siguiente gemido proviene de su propio tacto. —Métete dos dedos
más, hasta la palma de la mano. Tienes que prepararte. Necesito saber
que lo deseas. — Me acaricio la polla bruscamente. —Puedes ver
cuánto te deseo, pero no lo conseguirás hasta que demuestres que
estás preparada. ¿Puedes hacerlo, gatita? Asiente si estás conmigo.

Sotelo, gracias K. Cross & Botton


Capítulo 12
AUTUMN

Mi corazón se acelera. Otra faceta de Noble ha salido a la luz. Me


pregunto si siempre ha estado ahí o si yo lo he provocado del mismo
modo que él lo ha hecho conmigo. Esos oscuros pensamientos que
tengo sobre él cuando estoy sola salen a la superficie.
—Gatita. — Su tono es severo. Me muerdo el labio inferior
mientras deslizo otro dedo dentro de mí. Me estira. Si esto ya me está
llenando, ¿cómo va a caber Noble dentro de mí?
Se acaricia mientras me mira meter y sacar lentamente los
dedos. Tengo las piernas abiertas, lo que me hace sentir vulnerable.
Puede ver cada parte de mí. Nunca había sido así con nadie. No sabía
que era capaz de mostrar tanta vulnerabilidad, teniendo en cuenta
cómo crecí.
No creía que pudiera ser más guapo, pero verlo así es otro nivel
de sensualidad. No puedo evitar que me encante haberlo hecho así.
Parece que su autocontrol pende de un hilo muy fino. Sé que está
esperando a que le dé el visto bueno para tocarme. Ha estado
conteniéndose desde el principio, tratando de ganarse mi confianza.
Lo dijo al principio. Que iba a atraerme hacia él. Lo ha hecho porque
ahora quiero abalanzarme. Mejor aún, quiero que él se abalance sobre
mí.
—Noble. — Me relamo los labios, armándome de valor para decir
algo que nunca le he dicho a nadie en mi vida. —Te necesito. Por favor.
Antes de que me dé cuenta, Noble está de rodillas con la cara
entre mis muslos. Aparta mi mano y la sustituye por la suya. Sus
dedos se deslizan dentro de mí mientras su lengua lame mi clítoris.
Me arqueo contra él, el placer me abruma. Me devora. El primer
orgasmo me golpea con fuerza. Me agarro a los brazos de la silla y
levanto el culo.

Sotelo, gracias K. Cross & Botton


El antebrazo de Noble me cubre las caderas, me inmoviliza y su
boca no se separa de mí. Se bebe hasta la última gota de mi orgasmo
y pide más. Me mete otro dedo.
—Voy a tener que trabajar contigo. Estás muy apretada. Te
romperé con mis dedos.
—Sí. — gimo. Creo que ahora mismo aceptaría cualquier cosa.
Ver a Noble de rodillas delante de mí, metiéndose entre mis muslos es
lo más excitante que he visto en mi vida. No es solo el acto, sino la
intensidad que desprende.
Me acaricia el clítoris más deprisa con la lengua mientras me
mete los dedos, tocando algo profundo que no sabía que estaba ahí.
Este orgasmo es diferente del anterior. Explota por todas partes, todo
mi cuerpo zumba de placer. Siento un dolor agudo durante un
segundo, pero desaparece tan rápido como antes. Noble sigue
lamiendo mi sexo, bebiéndose mi orgasmo, antes de sacar lentamente
los dedos de mi interior.
—No te muevas. — me ordena cuando empiezo a cerrar las
piernas. Luego me levanta la camiseta, dejando al descubierto mis
pechos, mientras se levanta y se cierne sobre mí. Observo cómo se
acaricia. —Gatita. — gime cuando empieza a correrse. Ráfagas de
semen me salpican los muslos y el sexo. Sigue acariciándose y sigue
eyaculando, esta vez sobre mi vientre y mis pechos.
Me mira fijamente, sus ojos asimilan lo que me ha hecho. Me ha
marcado. Es una locura, casi una barbaridad, pero me encanta. En
cierto modo, me siento reclamada. Nadie me ha reclamado nunca.
Probablemente debería sentirme de otra manera, pero no puedo evitar
que me encante que él quiera estar encima de mí.
—Estás impresionante, Gatita. Pero más conmigo encima. — Se
inclina, dejando que mis piernas caigan juntas, y me besa larga y
duramente. —Vamos. No quiero quitarte esto, pero quiero que te mojes
en la bañera para que no estés dolorida mañana.
— ¿Dolorida? —Desliza la mano entre mis muslos y me toca el
sexo. Me tenso cuando empieza a meterme un dedo. Se detiene.
—Dolorida. — repite. —Deja que prepare la bañera. —Lo veo
entrar en el cuarto de baño y, unos segundos después, el sonido del

Sotelo, gracias K. Cross & Botton


agua llena la habitación. Cuando vuelve, tiene una toalla blanca y se
ha vuelto a poner el chándal. Todavía puedo ver el contorno duro de
su polla. —Abre para mí. — Lo hago sin rechistar.
¿Cómo es que de repente tiene tanto control sobre mi cuerpo?
Debo de confiar en él inconscientemente. Ha sido tan paciente
conmigo. Vuelvo a ponerme tensa cuando me limpia entre los muslos.
Cuando retira la toalla, veo la sangre. Me doy cuenta de lo que era ese
pinchazo de dolor que había sentido.
— ¿Noble?
—La primera vez que deslice mi polla dentro de ti no va a ser
dolorosa. — Las emociones me llenan la garganta, pero solo asiento
en señal de comprensión. Me había quitado el himen de la forma
menos dolorosa posible. Estaba tan perdida en mi orgasmo que
apenas lo sentí.
Tira la toalla y me levanta, me lleva al baño y me sienta en la
bañera. Suelto un suave gemido. No recuerdo la última vez que me
bañé. Solo he tenido duchas. Es un lujo que mucha gente no se da
cuenta de que tiene.
Noble se arrodilla junto a la bañera. — ¿Qué haces?— le
pregunto cuándo empieza a poner jabón en una bola de estropajo.
—Cuidando de ti. — Cierro los ojos, pero no puedo detener las
pocas lágrimas que se escapan. Hasta este preciso momento, no me
había dado cuenta de lo mucho que he anhelado que alguien me dijera
esas palabras. —Autumn, nena. — Agarra mi barbilla para girar mi
cabeza para mirarlo. Abro mis ojos. —Me estás matando. ¿Te he hecho
daño? Gatita, lo siento si me he pasado...
—No. — lo detengo. —No me has hecho daño.
Deja escapar un suspiro. — ¿Por qué lloras?
—No puedo explicarlo. No es malo, es solo que no estoy
acostumbrada a que alguien cuide de mí.
A Noble le tiembla la mandíbula, pero fuerza una sonrisa en los
labios. —Te acostumbrarás, o moriré en el intento.
Me inclino y aprieto mi boca contra la suya.

Sotelo, gracias K. Cross & Botton


No, Noble no me ha hecho daño, pero podría hacerlo. Está
tomando algo a lo que nadie más se ha acercado jamás. Mi corazón.

Sotelo, gracias K. Cross & Botton


Capítulo 13
NOBLE

Compruebo la hora y paso la página del poemario que estoy


leyendo.

¿Se me escapa?

Nunca…

¡Querida!

Mientras yo sea yo, y tú seas tú,

Mientras el mundo nos contenga a ambos

Asi dice el Sr. Browning. Autumn lo aprobaría. Marco un pasaje.


La próxima vez que la tenga en mi habitación, la ataré de pies y manos,
la lameré hasta el orgasmo y luego me sentaré a leerle algo de
Browning mientras lucha contra las ganas de correrse. Si lo hacemos
lo suficiente, la simple lectura de una línea de esta colección podría
llevarla al límite. Paso a la siguiente entrada.
—Ahí estás, mi muchacho.
Oigo la voz de mi padre, pero como no lo soporto, sigo leyendo.
O hago como que leo.
No capta la indirecta. En lugar de eso, acomoda su culo adicto a
la coca en el banco de al lado. —Tu chica debería salir pronto.
Mi libro se cierra casi solo. — ¿Qué has dicho?
Sonríe como sonreiría una serpiente a punto de morder y me
agita un trozo de papel en la cara. —La clase de tu chica casi ha
terminado. Aquí tengo su horario.

Sotelo, gracias K. Cross & Botton


Le arrebato el papel de la mano y lo escaneo. Mi sangre se enfría
mientras escaneo el texto. Arrugo la copia impresa y me la meto en el
bolsillo de los vaqueros. — ¿De dónde demonios has sacado eso?
—El registro o algo así. —Sonríe. —Las señoras fueron muy
serviciales. Solo querían una foto y un autógrafo.
—Es el registro, y esto es información privada. No deberían
dártela por ningún motivo.
—La señora de ahí, la del pelo castaño y gafas demasiado
pequeñas para su cara redonda, me dijo que no veía ningún problema,
ya que te la imprimió.
Aprieto la mandíbula.
Papá se ríe y me da una palmada en la espalda. —No te culpo,
hijo. Estoy orgulloso de que tomes la iniciativa. A decir verdad, tuve
una experiencia sabrosa la última vez que te visité, ya me entiendes.
Estas universitarias no tienen inhibiciones. Si supiera cómo son, yo
mismo habría ido a la universidad. ¿Qué le gusta hacer a tu chica?
—Si no fueras mi viejo, ya te habría golpeado. — digo fríamente.
—Por respeto a tu avanzada edad —odia que le recuerden que ya es
mayor— y a que probablemente tus huesos sean frágiles y carezcas de
seguro médico porque has inhalado tanta coca que tienes más
enfermedades preexistentes que un acuerdo prenupcial de Hollywood,
no voy a tocarte esta vez. Pero si vuelves a hablar así de ella, el hecho
de que seas mi donante de esperma no va a impedir que te meta en el
hospital.
La puerta del edificio Franklin, donde Autumn recibe sus clases
de sociología, se abre y los estudiantes empiezan a salir a borbotones.
Antes de que pueda separarme de mi viejo, Autumn me ve y me saluda
emocionada. Corre hacia delante, con los ojos brillantes y las mejillas
sonrojadas. Quiero comérmela y también llevármela de aquí. Cruzo
hacia ella, intentando interceptarla antes de que sus ojos se posen en
mi padre, pero llego demasiado tarde. Su mirada se desvía por encima
de mi hombro y, por el ligero ensanchamiento de sus ojos, me doy
cuenta de que lo ve.
—No tienes que decirle ni una palabra. — le digo en voz baja
cuando llego hasta ella. —Haz como si no estuviera.

Sotelo, gracias K. Cross & Botton


—Pero...
—Autumn, ¿no?— Papá retumba.
— ¡Es Nick White! — grita alguien. Varias personas se acercan
corriendo. —Sr. White, ¿me firma un autógrafo?, ¿Qué tal una selfie?
—El siguiente soy yo.
Agarro a Autumn de la mano e intento usar la conmoción como
tapadera para escabullirme, pero papá tiene una misión.
—Lo siento, amigos. En otra ocasión, pero por ahora, voy a pasar
la tarde con mi hijo. — Su pesada mano cae sobre mi hombro.
— ¿Noble Patton es hijo de Nick White? — murmura alguien.
Agarro el codo de mi padre y lo arrastro lejos de la multitud. —
No quiero que vuelvas al campus. Si quieres hablar conmigo, llámame.
—Lo haría, pero no contestas a mis llamadas. — Se inclina y
sonríe a Autumn. — ¿Responde a las tuyas? No te lo tomes como algo
personal si te ignora. Probablemente no lo hace intencionadamente.
—No. Te ignoro a propósito. — Me detengo al llegar a las afueras
del campus, justo antes de la zona de restaurantes, donde las tiendas
de sandwiches, tacos y pizzas se alinean en los escaparates debajo de
los apartamentos fuera del campus. —Lo siento. — le digo a Autumn.
—Tengo que ocuparme de esto. — Saco algo de dinero. — ¿Por qué no
nos traes algo de cenar? Esto no llevará mucho tiempo.
—Tomaré un club de pavo, sin bacon ni mayonesa. — Papá se
levanta la camisa, lo que hace que Autumn desvíe la mirada.
—Ve. Ahora. — le ordeno porque no se mueve lo suficientemente
rápido. Un destello de dolor atraviesa sus ojos. Supongo que exigirle
cosas fuera del dormitorio no es la forma correcta de hacerlo, pero
estoy desesperado por separarla de esta escena de mierda.
—Si te cansas de mi hijo...
—Una puta palabra más y te dejo sin sentido. — digo apretando
los dientes. Por el rabillo del ojo, veo que Autumn se queda con la boca
abierta. Si no se mueve, tengo que salir de aquí. Vuelvo a sujetar el
codo de mi padre con la mano y lo conduzco hacia el estacionamiento

Sotelo, gracias K. Cross & Botton


que hay más allá de la zona de restaurantes. Hace señas con la cabeza
hacia Autumn.
—No creo que duren mucho. — dice.
Nunca le he pegado a mi papá, y él nunca me ha pegado a mí,
pero me siento a dos segundos de algo de violencia real. — ¿Cuánto
dinero necesitas?— le pregunto. Estoy furioso con él por ponerme en
esta situación, y furioso conmigo mismo por no haber sido capaz de
predecir qué ocurriría y evitarlo de alguna manera.
Una sonrisa maliciosa se dibuja en su rostro. — ¿Por ahora?
Cincuenta de los grandes. Tengo algunas deudas que pagar.
—Cincuenta... ¿estás bromeando?
—Sé que los tienes. Tu abuelo tiene un buen fondo fiduciario
para ti, al que tuviste acceso cuando cumpliste veintiún años.
Recibirás otras siete cifras cuando te gradúes, y la mayor parte llegará
cuando tengas treinta años. Te lo devolveré cuando consiga mi
próxima actuación. Si no, supongo que me verás más. ¿Qué te
apetece? —asiente hacia la fila del restaurante. —Porque puedo vernos
a Autumn y a mí muy cerca. Muy, muy cerca.

Sotelo, gracias K. Cross & Botton


Capítulo 14
AUTUMN

Me muerdo el labio inferior entre los labios mientras espero a


Noble en la tienda de sandwiches. Me he saltado el sandwich que me
pidió su padre. Estoy casi segura de que no nos acompañará. Estaba
claro que Noble se había propuesto alejarlo de mí. No sé qué pensar
de todo esto, la verdad.
Aún recuerdo el primer día que conocí a su padre. Bueno, no lo
conocí exactamente. Yo huía de la habitación de Noble cuando su
padre entraba. Recuerdo que le dijo algo a Noble sobre vivir en los
barrios bajos conmigo. ¿Y ahora intenta ser amable?
En realidad, amable no es la palabra adecuada para lo que
estaba siendo con ese comentario sobre que lo llamara si me cansaba
de Noble. Todo fue extraño, especialmente el comportamiento de
Noble. Nunca lo había visto tan irritable.
— ¿Entonces, Noble? ¿Ese es tu tipo?— Miro hacia arriba para
ver a Nathan de pie junto a la mesa que agarré para mí y para Noble.
Nuestros sandwiches permanecen intactos.
Pedí comida aunque se me había quitado el apetito. La
conversación con su padre me ha hecho un nudo en el estómago. Hay
algo en ese hombre que no me sienta bien. Lo mismo me pasa con el
chico que tengo delante. ¿Podría empeorar este día?
— ¿Quieres algo, Nathan?— Odio cómo se cierne sobre la mesa.
Intento no moverme, no quiero que sepa que estoy incómoda. Creo que
le gustaría. Es el tipo de persona que es.
— ¿Es por el dinero? Debería haber sabido que abrirías esas
bonitas piernas por algo de dinero. — Nathan niega. —También tengo
dinero, así que cuando acabe contigo, ven a buscarme. — lo miro
atónita. Sus palabras son como una bofetada en mi cara. — ¿Por qué
esa cara de asombro? ¿De verdad crees que se va a quedar contigo?
— Se ríe a carcajadas. — ¿Llevarte al club de campo?

Sotelo, gracias K. Cross & Botton


— ¿Por qué no...?
— ¿Hay algún problema? —La mano de Noble cae sobre el
hombro de Nathan.
Nathan da un respingo. —Solo saludaba. — miente.
—Es hora de despedirse. —Noble no le da a Nathan la
oportunidad de decir nada. Lo empuja cuando le suelta el hombro.
Nathan tropieza con sus propios pies. Casi cae al suelo, pero se detiene
en el último segundo.
Noble se inclina y me da un suave beso en los labios antes de
sentarse a la mesa. — ¿Qué tal la clase? — pregunta, dejando de lado
cualquier conversación sobre su padre o lo que acaba de pasar con
Nathan.
— ¿Qué tal la clase? —Me sorprende que me esté preguntando
eso ahora.
—Sí, tu examen. ¿Cómo te fue?
Me ablando. Me ayudó a estudiar durante horas para prepararlo.
—Creo que lo pasé.
—Sabía que lo harías, gatita. — Me empuja el sandwich. —Tienes
que comer. Un muffin de chocolate para desayunar no te va a durar
mucho.
—Hoy estás mandón. — Cojo el sandwich y le doy un mordisco.
—Solo cuando se trata de cuidarte o cuando estamos solos en
mi casa. — Me sube el calor a la cara. Aún no me hago a la idea de
que estemos jugando en el dormitorio. ¿Es eso? ¿Un juego? Las
palabras de Nathan permanecen en mi mente. No se equivoca. No soy
el tipo de chica que llevas al club de campo. Noble y yo no tenemos
sentido.
Doy unos bocados más a mi sándwich. El silencio crece entre
nosotros. — ¿Noble?
—Es un imbécil y no lo quiero cerca de ti. — dice por fin.
— ¿Esa es la única razón?
Noble deja su sandwich. — ¿Qué otra razón crees que habría?

Sotelo, gracias K. Cross & Botton


Me encojo de hombros. Algo brilla en sus ojos. Me relamo los
labios, sabiendo qué es ese algo. Es la misma mirada que pone cuando
las cosas se ponen del lado sexual. Cuando estamos solos, y eso es a
menudo. Aún no hemos llegado hasta el final, pero nos corremos
mutuamente con frecuencia.
—Si no quieres decírmelo ahora, seguro que te lo sacaré de una
forma u otra más tarde.
Lo fulmino con la mirada, pero mi cuerpo traidor se retuerce en
el asiento. Sabe que me tiene. ¿O no? —Quizás me quede en mi
habitación esta noche. — A ver qué le parece. Doy otro mordisco a mi
sandwich.
—Buena suerte con eso, Gatita. — He estado en su cama todas
las noches. Hemos desarrollado una rutina. Ha sido agradable.
Demasiado agradable, lo que me asusta. Las cosas siempre van mal.
Nada bueno me dura. Así que siempre estoy esperando que caiga el
otro zapato.
—Haré lo que me dé la gana. — resoplo.
Noble sonríe. — ¿Qué es lo que quieres hacer, Gatita? — Su
mano pasa por debajo de la mesa y se apoya en mi muslo. Separa mis
piernas mientras su mano sube por el interior hasta que llega al borde
de mis pantalones cortos de mezclilla.
— ¿Cómo lo haces? —Dejo que mis piernas se abran aún más,
sabiendo lo que Noble puede hacerle a mi cuerpo. Me está volviendo
adicta a él, pero ¿qué pasará cuando esto termine? Todo termina. No
encajo en su mundo. No tengo ni idea de a qué mundo pertenezco,
pero sé a ciencia cierta que no es el suyo. — ¿Ser mandón y dulce al
mismo tiempo?
—Hago lo que creo que mi chica necesita. — Se inclina y me da
otro beso en la boca. —Aún no me he ocupado del novio de tu
compañera de piso. Hasta entonces, quédate conmigo. — No tiene ni
idea de que se ha ocupado de él hace un momento.
— ¿Cómo vas a tratar con él?
—No es para que te preocupes.

Sotelo, gracias K. Cross & Botton


— ¿Quieres saber lo que pienso? Que no vas a tratar con él, y
así no puedo dejar tu cama.
—Eso me parece muy bien.
Pongo los ojos en blanco. —No merece tu tiempo.
—Tienes razón. Hay otras formas en las que preferiría pasar mi
tiempo. — Me sube los pantalones cortos y, al encontrar la costura de
mis bragas, mete los dedos. Cierro los ojos y respiro hondo cuando
encuentra mi clítoris.
—Noble.
—Lo sé, gatita. —Saca su mano y arregla mis pantalones cortos.
—Nadie te ve ni te oye correrte excepto yo. — Se lleva los dedos a la
boca y los lame. —Solo estoy probando mi postre.
—Eres terrible. — Me resisto a sonreír.
—Te encanta. — Me guiña un ojo.
Me encanta. Ése es el problema.

Sotelo, gracias K. Cross & Botton


Capítulo 15
NOBLE

Nathan sale de su clase nocturna con la mano en el culo de una


chica que no es su novia. La charla durante un minuto antes de
despedirse de ella. Una vez que está solo, me despego del árbol que
estaba usando como apoyo y me acerco a él.
—Bonita noche, ¿verdad?— Le digo. Autumn y yo fuimos a dar
un paseo antes de que se fuera a mi habitación a estudiar. Le dije que
iba a hacer ejercicio.
Levanta la vista de su teléfono y hace una doble toma cuando
me reconoce. — ¿Noble? ¿Qué haces aquí? Creía que estudiabas
empresariales. Este es el departamento de Artes y Ciencias.
—Vamos a dar un paseo. —Hago un gesto hacia un sendero bajo
una cala de árboles que conduce al centro deportivo. Las hojas
colgantes proporcionan un bonito dosel durante el día y un oscuro
paraguas por la noche.
— ¿Se trata de la fiesta Sigma Theta este fin de semana porque
quería ir a uno de sus eventos? Mis invitaciones anteriores deben
haberse perdido en el correo del campus.
—Algo así. — Me detengo a mitad de camino, donde las sombras
son más oscuras. Apenas puedo distinguir los rasgos de la cara de
Nathan. Cuando la invitación no llega, percibo su inquietud.
Se ríe nerviosamente. — ¿Qué? ¿Me vas a pegar?
Parece un tipo duro, pero me doy cuenta de que está a una
palabra de orinarse en los pantalones.
—La violencia física es un camino fácil, pero realmente no tiene
un efecto duradero. Que yo te rompa la nariz no va a cambiar tu
comportamiento.
Hay un audible suspiro de alivio que llena el espacio entre
nosotros. —Entonces, ¿por qué estamos aquí?

Sotelo, gracias K. Cross & Botton


—Porque creo en dar las malas noticias cara a cara. — Voy
directo al grano. —Esta es tu última semana de clases. No sé qué
piensas decirles a tus padres, pero yo pasaría los próximos días
pensando en alguna buena excusa.
Esta vez su risita es aún más forzada. —Sí, claro. He pagado la
matrícula y no he hecho nada malo.
—Solía pensar que podía hacer la vista gorda con gente como tú,
pero me equivocaba. Tú y Rob Track, no son solo unos idiotas, son
unos idiotas peligrosos. Hacen que las mujeres se sientan inseguras,
y eso no me gusta.
— ¿Qué te dijo esa perra? Porque es todo mentira. Tengo novia.
Me meto las manos en los bolsillos para no partirle la cara a este
chico. —No me dijo nada, pero el hecho de que la saques a relucir
significa que sabes que hiciste mal. No eres lo bastante hombre para
cambiar, así que voy a eliminarte de la ecuación. — Le hago un gesto
con la barbilla y me voy.
No llego muy lejos cuando me pone la mano en el hombro.
—No puedes hacer que me echen. — Es casi una pregunta más
que una afirmación.
—Los dos sabemos que puedo. Mi apellido no es Patton por nada.
Mi abuelo prácticamente financió la dotación aquí él mismo. No hay
nada que la administración no haga si se lo pido. — Me encojo de
hombros y sigo caminando.
Me persigue. — ¿Qué demonios, Patton? Le estaba haciendo un
cumplido. ¿Lo entiendes? Las chicas quieren sentirse deseadas. La
estaba haciendo sentir bien.
Me detengo y encaro al imbécil. —No. La estabas asustando, y lo
hiciste repetidamente. No me interesan tus excusas. Haz las maletas
y lárgate, o vendrá seguridad y lo hará por ti.
—Voy a demandar a esta puta universidad y a ti personalmente.
— Incluso en la penumbra, puedo ver que su cara se pone roja.
—Hazlo.

Sotelo, gracias K. Cross & Botton


—Que te jodan, Patton. ¡Qué te jodan a ti, a tu dinero y a tu
abuelo!— grita Nathan. Los pocos estudiantes que nos rodean se
detienen para ver cómo Nathan se desmorona. Ignorarlo parece el
mejor plan, pero él tiene una idea diferente. Esta vez me agarra del
hombro e intenta tirar de mí. Su puño se levanta, pero Nathan no es
un luchador. Me agacho y lo hago perder el equilibrio. Tropieza y se
apoya en el suelo. Cuando se endereza, tiene una piedra en la mano.
—Oh, joder, Nathan. No te avergüences así. Ve a terapia o córtate
la polla. No sé cuál de las dos cosas tienes que hacer, pero endereza
tu vida y deja de comportarte como un idiota.
Murmura algo ininteligible y se abalanza sobre mí, como un niño
que ruge y balbucea. Casi me arrepiento de haberle clavado el puño
en la mandíbula. Se tambalea, pero sorprendentemente consigue
mantenerse en pie.
—No hagamos más de esto. — digo. Quiero volver con Autumn.
Se estará preguntando dónde estoy. Lo empujo.
Alguien jadea y grita: — ¡Cuidado!
Me inclino hacia un lado y oigo el silbido del viento cuando la
piedra lanzada por Nathan pasa zumbando junto a mi oreja. Cierro los
ojos y vuelvo sobre mis pasos. Nathan se apresura a buscar otra arma.
Lo agarro del cuello y lo arrastro hacia mí. Intenta zafarse, pero es
débil y estoy furioso. Le doy tres puñetazos seguidos y su cabeza
rebota contra mi puño. De un corte en la mejilla brota sangre. Lo tiro
al suelo y me limpio los nudillos magullados contra los vaqueros. —
Puedo convertir tu cara en pudin de carne o puedes volver a tu
dormitorio y hacer las maletas. Te vas esta noche. Alguien te
acompañará a un hotel. Incluso lo pagaré, pero no pasarás otra noche
en el campus.
El ojo derecho de Nathan está hinchado y creo que le he roto la
mandíbula. —Asiente si lo entiendes.
Me hace un pequeño y miserable gesto con la cabeza. Espero a
que llegue la seguridad del campus y vigilo hasta que se lo llevan. Los
estudiantes testigos hacen declaraciones. Mientras tanto, le envío un
mensaje a Autumn.

Sotelo, gracias K. Cross & Botton


Siento el retraso. He tenido un encontronazo con un saco de boxeo y he tenido
que arreglar algo. Estaré en casa pronto.

¿Un saco de boxeo?

Sí, esas cosas ya no se hacen como antes. Débiles, se rompen fácilmente.

De acuerdo. Ven pronto

Guardo mi teléfono. Un imbécil menos. Uno más para ir.

Sotelo, gracias K. Cross & Botton


Capítulo 16
AUTUMN

—Nena. — La mano de Noble se acerca a mi barbilla para girar


mi cara hacia él. Mi atención se detenía en otras personas mientras
nos dirigíamos al otro lado del campus.
— ¿Eh?— Cuando lo miro fijamente a los ojos, me olvido de todos
los demás. No sé cómo lo hace Noble, pero cuando me mira, siento que
soy la única chica del mundo.
—Dije buena suerte en el examen.
—Ah, claro. Gracias. — Me deja caer un beso en la boca. Noble
es muy inteligente. Siempre está dispuesto a ayudarme a estudiar,
habiendo hecho todas sus clases principales hace años. —Diviértete
en tu clase de Sistemas Económicos Comparados. — He mirado
algunas de sus asignaturas y me han entrado ganas de tirarme por
un barranco.
—Lo intentaré. —Me besa la punta de la nariz antes de darme
un golpecito en el culo para que entre en mi clase.
Me dirijo al interior, casi chocando con alguien. El chico salta
hacia atrás y levanta la mano. —Mierda, perdona. No te había visto,
lo juro. — Tiene los ojos muy abiertos y parece un poco nervioso.
—No pasa nada. Es culpa mía, no estaba prestando atención. —
Asiente y se va rápidamente al otro lado del aula para buscar un
asiento lo más lejos posible de mí. Lo cual es raro, porque aunque no
tengamos asientos asignados, la gente tiende a sentarse en el mismo
sitio, y creo que él había estado dos asientos delante de mí en esta
clase hasta ahora.
Me dejo caer en mi propia silla para esperar a que empiece la
clase. Juego con mi teléfono mientras espero al profesor. En lo que
debería estar pensando es en el examen, pero lo único en lo que puedo
pensar es en Noble exigiéndome que me siente en su cara anoche. No

Sotelo, gracias K. Cross & Botton


tengo ni idea de cómo se las arregló para tener el control total conmigo
en esa posición, pero lo tenía.
Su habitación es un espacio seguro para mí. En cuanto entro en
su lugar, todo mi cuerpo se relaja y mis preocupaciones desaparecen.
El hombre está haciendo que me enamore de él. Me da miedo, pero no
puedo huir a estas alturas. Ya estoy demasiado lejos para él.
—Estás saliendo con Noble, ¿verdad?— Una chica de pelo largo,
rubio y rizado se deja caer en el asiento de al lado. No la reconozco del
campus. Pero es gigante, así que no es raro no reconocer a algunas
personas. Pero sí lo es cuando llevas unos meses en una clase. Puede
que no sepa los nombres de todos, pero conozco las caras.
—Supongo que podrías llamarlo así.
— ¿Por casualidad saliste con Rob Track o Nathan Long?
— ¿Rob qué?— pregunto confusa. Creo que el apellido de Nathan
es Long, si no recuerdo mal.
—Rob Track. Solía ser parte de Sigma Theta pero se ha
transferido recientemente. — Quizá se refiere al Rob que me asustó el
día que conocí a Noble.
—No, nunca he salido con ningún Rob ni Nathan, pero el novio
de mi compañera de cuarto se llama Nathan. — Debe habernos
confundido a mí y a Renee o algo así.
— ¿Renee cuenta como tu compañera de cuarto si nunca te
quedas en el dormitorio?— Bueno, definitivamente no cree que yo sea
Renee basándose en esa afirmación. La miro fijamente,
preguntándome adónde va esto. Se me eriza el vello de los brazos. Esto
empieza a parecer un interrogatorio. Yo estuve al final de unos cuantos
cuando estaba en el sistema.
—No creo que eso sea asunto tuyo.
—Todo lo que pasa en esta universidad es asunto mío. — Vuelvo
a jugar con mi teléfono, decidiendo que lo mejor es ignorarla. Juro que
noto que la gente me mira de reojo. También lo había sentido cuando
Noble me acompañó a clase. —Soy de The Campus Recorder.
— ¿El periódico escolar?

Sotelo, gracias K. Cross & Botton


—Ese mismo. — me dice. —Ahora, sobre Noble Patton-White
haciendo que Rob y Nathan sean expulsados de la universidad. ¿Qué
me puedes decir al respecto?
—Espera, ¿qué?— Me giro para mirarla.
— ¿No sabes que Noble y Nathan tuvieron un altercado anoche?
— Tengo en la punta de la lengua decirle que Noble estuvo conmigo
anoche y que solo se fue al gimnasio, pero me muerdo la mejilla para
no decir nada. —Tomaré tu silencio como un no. — Realmente no me
gusta esta chica.
—No tengo nada de qué hablar contigo. — le digo con desdén.
— ¿No te importa el abuso de dinero y poder de tu novio? — Me
invade la ira por sus palabras negativas hacia Noble. Antes de que
pueda arremeter contra ella, el profesor entra en la sala y les dice a
todos que guarden todo menos el lápiz.
—Terminaremos esto más tarde. — La rubia se levanta de su
asiento y se apresura a salir del aula.
Solo puedo suponer que Nathan era el entrenamiento de Noble.
¿Hizo que lo echaran de la escuela? Y supongo que lo mismo pasó con
Rob. Supongo que por eso no me lo había vuelto a encontrar en la
fraternidad. Mis pensamientos se interrumpen cuando el profesor deja
caer el examen sobre mi mesa.
¿Por qué no me lo ha dicho Noble? Ahora entiendo por qué la
gente me mira. Mierda. Esto explica por qué el tipo con el que me
tropecé se alejó de mí tan rápidamente.
Una mezcla de emociones me invade. Durante mucho tiempo, he
intentado pasar desapercibida para no llamar la atención. Solo quería
obtener una educación. Era mejor no hacer un escándalo. Al menos
eso es lo que me habían inculcado. Tanto Rob como Nathan son
imbéciles que se excitan incomodando a las mujeres. Es agradable
saber que esta vez probaron de su propia medicina.
— Comiencen. — anuncia el profesor. Respiro y me concentro en
la tarea. Cuando termino, dejo el examen en la mesa del profesor antes
de salir. He terminado pronto, así que Noble no estará aquí. Salgo del
edificio y atravieso el campus, sin saber adónde voy.

Sotelo, gracias K. Cross & Botton


Esa abrumadora emoción de huir me invade. Nadie me ha
defendido nunca. ¿Por qué me da tanto miedo? Las emociones se
agolpan en mi pecho, la presión me consume. Ahora Noble se va a
meter en problemas por mi culpa. No entiendo por qué quiere estar
conmigo. ¿Qué aporto realmente a esta relación? No tenemos sentido.
Esto no puede funcionar. No funcionará.
—Gatita. — Me doy la vuelta y veo a Noble de pie. —Si corres, te
perseguiré. — dice suavemente. Rompo a llorar y se me abren las
compuertas. — Nena. — Noble me rodea con sus brazos, atrayéndome
hacia él. —Te tengo. — susurra. Palabras que nadie me había dicho
antes.

Sotelo, gracias K. Cross & Botton


Capítulo 17
NOBLE

Autumn sigue echándome miraditas sobre su libro, y aunque me


gustaría pensar que es por mi carisma y magnetismo sexual, tengo la
sospecha de que tiene algo que ver con la reportera de The Campus
Recorder. No hemos hablado de sus lágrimas anteriores. Su excusa
inicial de que eran por el estrés parecía mentira. Dejo el bolígrafo a un
lado.
— ¿Quieres hablar de ello?
— ¿De qué?
—De lo que te preguntó la periodista. ¿Por qué lloraste?
Se encoge de hombros y pasa el rotulador por una página. —Te
dije antes que me sentía abrumada con todas mis tareas escolares.
—Aquí hay tutores, si los necesitas.
— ¿Te parecería bien?
—Si fueran mujeres, claro. Si fuera un chico, me pondría muy
celoso y querría estar presente en todas las sesiones para poder
mirarlo y asegurarme de que no se te va a insinuar.
Sus labios se crispan. —Eres un poco tonto si crees que soy tan
atractiva para otras personas. Apenas sé por qué estás conmigo, Noble
Patton White.
—Te equivocas. Los chicos siempre te están mirando. Casi me
dan ataques de nervios cada vez que salimos de mi lugar. — bromeo.
No levanta la vista de su papel cuando responde: —Si siento la
necesidad, buscaré un tutor, y si es un chico, lo tendremos aquí para
que no tengas que ir muy lejos para mirar amenazadoramente a la
cabeza del tutor. En cuanto a lo de hoy, si quieres decirme algo, me lo
dirás.

Sotelo, gracias K. Cross & Botton


No creo que lo dijera como una crítica, así que no sé por qué me
siento culpable de repente. —En este mundo pasan cosas de mierda
porque existe gente de mierda. No puedo evitar que todo lo malo de
este mundo te afecte a ti o a nosotros, pero de las cosas de las que
puedo ocuparme, me ocuparé, porque ese es el privilegio que tengo
como tu hombre.
— ¿Estás admitiendo que sacaste a dos estudiantes del campus?
—Sí. ¿Es eso un problema?
Deja su resaltador sobre la mesa y me contempla durante un
largo e incómodo momento. — Creo que me gustaría que me dijeras
algo primero.
—No quería imponerte esa carga. El objetivo de que te diga lo
que tienes que hacer cuando estamos aquí —hago un gesto hacia la
cama— es que no tengas que pensar. Solo tienes que disfrutar del
momento, experimentar el placer. A mí también me excita, así que no
creas que es algo unilateral. Es algo que ambos queremos.
—No digo que me vaya a oponer o que no quiera que tomes
medidas, sino que prefiero saber lo que pasa a enterarme por una
reportera entrometida del campus. No tendría esa vergonzosa mirada
de ciervo ante los focos y estaría preparada. — Su sonrisa es dulce y
sus palabras no son mordaces. Me siento como una mierda.
—Me equivoqué. Lo siento. — Me levanto y me acerco a ella. A
su lado, me arrodillo y aprieto su mano contra mi boca. —Perdóname.
Toma mi barbilla y luego mueve su mano para acariciar mi
cabello. —No estoy enojada contigo. Solo mantenme informada.
Asiento. —Lo haré. Logré que la escuela expulsara tanto a Rob
Track como a Nathan quien sea, y no fue solo porque no fuera justo
para ninguno de los otros estudiantes estar en riesgo. Esta
universidad se financia con el dinero de mi abuelo, y no necesito que
Track o el otro chico ensucien su nombre.
—Entonces, ¿no lo habrías hecho solo por mí?
Dudo porque no estoy seguro de si debo mentir. —Lo habría
hecho solo por ti.

Sotelo, gracias K. Cross & Botton


Su mano se tensa y suelta un largo chorro de aire, casi como si
estuviera controlando las ganas de volver a llorar.
— ¿Estás enojada?— Ojalá hubiera mantenido la boca cerrada.
—No. Es que nunca he sido tan importante para alguien, y me
está afectando mucho. Me estás destrozando, Noble. ¿Qué pasará
cuando termines conmigo? ¿Cómo sigo adelante?
Levanto la cabeza y la miro fijamente. — ¿Cuándo sigues
adelante? Nunca vas a seguir adelante, y nunca voy a terminar
contigo. Esto es para siempre, chica.
— ¿Cómo puedes decir eso? Solo llevamos juntos unas semanas,
y somos jóvenes. Podrías encontrar a alguien más después de la
universidad. Te vas a graduar, y a mí me quedan tres años más.
—En primer lugar, voy a entrar en el programa de MBA.
Segundo, la sede de la empresa de mi familia está aquí. Tercero,
aunque las dos primeras no fueran ciertas, seguiría pisándote los
talones. Voy a estar tan cerca que vas a desear que tuviera aficiones
que no fueran amarte, follarte, alimentarte y comprarte mierda.
Sus cejas se disparan. — ¿Amarme?
—Sí, amarte. ¿No es eso lo que hay entre nosotros? Nunca te
dejaré ir. ¿O es que vas a deshacerte de mí cuando por fin consigas mi
virginidad?
Vuelve a romper en llanto, pero esta vez sus llantos se mezclan
con risas. —Tonto. Claro que no me voy a deshacer de ti. Pero será
mejor que hables en serio, porque no voy a dejarte. Me quedo a tu lado
como una sanguijuela.
La estrecho entre mis brazos, sintiendo el corazón más ligero que
en horas. — ¿Podemos pensar en algo menos baboso con lo que
compararte? ¿Quizá un pájaro o un gato?
—Los pájaros no se quedan, y los gatos odian a sus dueños.
— ¿Cachorro entonces?
— ¿Parezco un cachorro?— Me pestañea.
—Eres tan linda como una pero menos babosa. No me importaría
atarte.

Sotelo, gracias K. Cross & Botton


—No quiero que me paseen como a un perro. — advierte.
—Sanguijuela entonces. — La levanto y la llevo a la cama. —Te
amo. No voy a dejarte nunca. Voy a quitar todas las piedras de tu
camino para que ni siquiera te tropieces. Todo lo que quiero es que me
ames por toda la eternidad.

Sotelo, gracias K. Cross & Botton


Capítulo 18
AUTUMN

—Te amo. — Levanto la mano, necesitando tocar su cara. —Eso


es lo que tiene que ser esto. Nunca había sentido algo así. Creo que
por eso me asusta. Lo consume todo.
—Bien. Quiero consumirte.
—Entonces hazlo ya. Técnicamente me quitaste la virginidad
hace siglos. — me burlo de él. —Hace mucho que me curé. — Había
dicho que la primera vez que tuviéramos sexo no quería que fuera
doloroso, lo que me pareció súper dulce. Han pasado varios días y,
aunque seguimos haciendo todo tipo de sexo seco y oral, todavía no
ha habido sexo completo.
—Eso no era lo único que estaba esperando. — Roza su boca con
la mía.
— ¿Qué más estabas esperando?
—Que te dieras cuenta de que soy seguro. Que te amo. Que no
voy a ir a ninguna parte.
—Noble. — Las lágrimas empiezan a escocerme los ojos de
nuevo. No tenía ni idea de que existieran hombres como él. Empiezo a
preguntarme si Noble es mi recompensa. Por toda la mierda y la falta
de amor que tuve que soportar creciendo en el sistema, fui
recompensada y encontré a Noble. O tal vez fue él quien me encontró
a mí. Una y otra vez.
—No llores. Odio cuando estás molesta. —presiona besos en mi
mejilla.
—Realmente haces honor a tu nombre.
—Sí, creo que mi mamá quería asegurarse de que no me parecía
en nada a mi padre.

Sotelo, gracias K. Cross & Botton


—No te pareces en nada a tu padre. Claramente hizo un buen
trabajo criándote.
—Le vas a encantar. Ya me ha hablado de conocerte.
— ¡¿Qué?!— Jadeo.
—Cálmate, gatita. Hoy no va a pasar nada. Te prometo que no
tienes nada de qué preocuparte. Estará encantada contigo.
—De acuerdo. — Me relajo, confiando en Noble. Honestamente,
se siente bien poder dejarse llevar y confiar en alguien. Nunca pensé
que eso sería posible para mí. — ¿Puedo preguntarte algo?
—Puedes preguntarme cualquier cosa. — Me sonríe y me coloca
el pelo detrás de la oreja. Me encanta cuando está encima de mí, el
peso de su cuerpo apretándose contra el mío.
— ¿Cómo es que sigues siendo virgen? —Una pequeña parte de
mí pensó que podría serlo con su comentario del ‘primer beso’. A veces
me cuesta creerlo, pero otras no.
— ¿Por qué crees que lo soy? — me responde.
—Por mucho que tu madre no quisiera que fueras tu padre, tú
tampoco querías ser él. —asiente. —Pero eres bueno en, ah... cosas
sucias. — Me apresuro a soltar las palabras, sintiendo que se me
calienta la cara.
—No sé qué es, Gatita. Es natural contigo. No puedo evitarlo.
—Pues no lo hagas. — Tiro de su camisa, deseando estar piel
con piel con él. Nunca he estado tan cerca de otra persona en mi vida,
y quiero estar más cerca. Estar conectada a él de una forma en la que
nadie más lo ha estado para ninguno de los dos.
—Gatita. — Su tono se vuelve firme. Me paralizo. La excitación
me recorre todo el cuerpo. —Buena chica. — Me da un beso en la nariz
antes de empezar a quitarme la ropa hasta dejarme completamente
desnuda en la cama.
Me relamo los labios y me apoyo en un codo para ver cómo Noble
se quita la ropa. Se rodea la polla con la mano y se acaricia. Sus ojos
se comen cada centímetro de mí. Una gota de semen gotea de la punta.
—Haz una foto, durará más. — le digo.

Sotelo, gracias K. Cross & Botton


—De ninguna manera. — gruñe. —Esa mierda puede ser
pirateada o lo que sea. — Quiero señalar que si alguien piratea algo
de Noble será por dinero o algo así. No fotos obscenas mías, pero sé
que discutiría el punto, así que me muerdo el interior de la mejilla.
— ¿Noble?— Pregunto cuando no se mueve durante un largo
momento.
—Solo estoy grabando esto en mi mente.
—Ven a hacerme el amor.
—Yo doy las órdenes.
—Solo era una sugerencia. — Me resisto a reír. Me doy cuenta
de que no tengo ni un ápice de duda o preocupación por lo que está a
punto de ocurrir.
—Separa esos muslos, Gatita. Para que quede claro, no es una
sugerencia. Es una orden. — Subo los pies hacia el culo antes de
separar los muslos como a él le gusta. —Tan condenadamente
hermosa, Gatita. — Pone una rodilla en la cama. —Y toda mía. — Me
acaricia lentamente con los dedos por el muslo hasta llegar a mi sexo.
Quiero decirle que se dé prisa y ponga su boca sobre mí, pero
me callo, sabiendo que solo me meteré en problemas. Lo alargará más.
Así que lo hago como es debido. —Por favor.
Niega, pero sonríe. —Y yo que creo que mando yo. No puedo
negar tus súplicas, gatita. — Su boca desciende sobre mí. Gimo
cuando su lengua se arremolina alrededor de mi clítoris. Me mete un
dedo. Gimo e intento levantar el culo, pero él me inmoviliza, poniendo
su antebrazo sobre mis caderas.
—Noble. — gimo mientras me mete dos dedos más. Cada vez que
me metía los dedos, me decía que me estaba preparando para su polla.
No sé por qué, pero eso siempre me ha excitado mucho. El hombre
puede hacerme llegar al orgasmo solo con palabras si quiere.
—Dámelo, gatita. — dice contra mi sexo mientras engancha sus
dedos dentro de mí. Grito su nombre cuando el orgasmo me golpea.
Me recorre todo el cuerpo. Estoy tan perdida en el placer que hasta
que Noble no empuja dentro de mí no me doy cuenta de que me ha

Sotelo, gracias K. Cross & Botton


superado. Suelta un gemido y explota dentro de mí. Jadeo, sintiendo
su calor inundarme.
— ¿Te has corrido?
— ¿Puedes culparme, nena? Estoy dentro de ti. No solo la mujer
más sexy e increíble que he conocido, sino la mujer que amo. — Su
polla se sacude dentro de mí. No puedo creer que siga dura.
—Yo también te amo. —Le rodeo el cuello con los brazos y lo
atraigo hacia mí para besarlo.
Reclama mi boca mientras lentamente comienza a empujar
dentro y fuera de mí. Me hace el amor, adorando cada centímetro de
mí.
Yo también lo adoro. Él lo vale. Lo vale todo para mí.

Sotelo, gracias K. Cross & Botton


Capítulo 19
NOBLE

Autumn está prácticamente temblando mientras nos acercamos


al restaurante. Mamá quería que llevara a Autumn a casa, pero me
pareció que un territorio neutral sería más reconfortante. Ahora no
estoy tan seguro.
—Le vas a encantar. — Me acerco y aprieto sus manos
entrelazadas.
—Para ti es fácil decirlo. No soy de las que gustan a las madres...
ni a los padres. — Sonríe como si fuera una broma, pero los dos
sabemos la verdad.
—Algunas personas no están hechas para ser padres, pero eso
no significa que sus hijos no sean geniales. Sé que no piensas que soy
imbécil porque mi padre lo sea, ¿verdad?
Se endereza. —No. Nunca diría eso.
—Exacto.
Autumn me pellizca ligeramente la mano. —Te estás volviendo
engreído otra vez.
— ¿Otra vez?— Me balanceo frente al restaurante. El valet se
acerca para abrir la puerta de Autumn.
—Es la mirada que pones cuando terminamos. Muy satisfecho
contigo mismo.
—Creo que eres tú quien me satisface a mí más que yo quien
hace algo. — Le tiro las llaves al valet. —Gracias, hombre.
—De nada.
—Nunca me voy a acostumbrar a esto. — dice Autumn mientras
me uno a ella en la acera.

Sotelo, gracias K. Cross & Botton


— ¿A los restaurantes, estar con el chico más guapo del planeta
o al servicio de valet?
—Te agradezco que metas algo de amor propio en la lista —se
ríe—. Pero me refería específicamente al estacionamiento. Eso es cosa
de ricos. — Se pasa las manos por los vaqueros. —Creo que debería
haberme puesto un vestido.
—No. Totino's es un restaurante familiar. Aquí todo el mundo
usa el servicio de valet porque el estacionamiento más cercano está a
unos buenos quince minutos. — La detengo en la puerta del
restaurante. —El valet, las cosas bonitas que van a empezar a colgar
en tu armario, la casa en la que vamos a vivir cuando acabes los
estudios, te mereces todas esas cosas. Te mereces todas las cosas
buenas de este mundo, y mi propósito en esta tierra es
proporcionártelas. — Le doy un beso rápido pero firme en la frente y
abro la puerta.
Pone una brillante sonrisa en su rostro y camina valientemente
hacia el ruidoso restaurante con sus meseros vestidos con camisas
rojas a cuadros y delantales blancos, llevando bandejas de pasta a las
familias felices. Mi mamá nos ve de inmediato y se pone de pie para
saludar con entusiasmo en nuestra dirección.
— ¿Eso se parece a una mujer con un palo en el culo?
—Um, no, pero por favor no hables así de tu madre. — Autumn
se apresura hacia delante. —Sra. Patton. Soy...
— ¡Autumn, lo sé!— Mamá agarra la mano de Autumn y tira de
ella para abrazarla y ser engullida por una nube de Chanel Nº 5. —
Noble me contó todo sobre ti. Este de aquí es el abuelo de Noble, mi
padre, Noble Patton III, pero lo llamamos Paddy.
El abuelo asiente y palmea el asiento de al lado. —Deja que la
niña se siente, Erin. Seguro que tiene hambre. — Le acerca la cesta
de pan. —Las mujeres no comen lo suficiente hoy en día.
Le acerco la silla a Autumn y espero a que se siente antes de ir
a ayudar a mi madre. Cuando estamos todos sentados, el abuelo
levanta su vaso de agua. —Por Autumn. Gracias por encargarte de
Noble. Sabemos que es difícil.

Sotelo, gracias K. Cross & Botton


—Eso, eso. — Mamá levanta su vaso y lo choca contra el de mi
abuelo. —Nunca había tenido novia, así que estuvimos en silencio...
— Toso con fuerza, recordando todas las veces que volvía a casa solo
de la universidad o incluso del instituto y me hacían preguntas como
‘¿Por qué estás soltero?’ —… o quizá no tan en silencio —revisa—
Desesperada porque nadie se arriesgaría con él.
—Es muy popular. Soy la afortunada. — dice Autumn.
—Las dos tienen suerte. — anuncia mamá. Le da un golpecito al
vaso de Autumn. —Veo que encajan perfectamente. Nos alegramos
mucho por ustedes. ¿Qué van a hacer el próximo fin de semana? —
Dirige la pregunta a Autumn.
—Estoy limpiando y estudiando.
— ¿Limpiando?
—Sí, mi programa de trabajo y estudio es limpiar la casa Sigma
Theta.
— ¿Toda la casa?— Mamá se queda boquiabierta. —Imposible.
Deberías sacarla de ahí. — ordena mamá.
—La tengo abajo para limpiar mi habitación. — ofrezco.
Mi abuelo gime. La boca de mamá se adelgaza. —Noble Patton,
¿por favor dime que tu futura esposa no va a limpiar tu habitación?
No debería trabajar en absoluto. Es su primer año. Debería estar
estudiando y disfrutando. Espero que te ocupes de eso mañana a
primera hora.
Escondo una sonrisa tras la servilleta. —Sí, señora.
—Pero Sra. Patton, quiero trabajar.
—Sé que quieres, querida, pero tendrás mucho tiempo para
hacerlo después de la universidad. Si no dejas que Noble se ocupe de
ti, ¿qué se supone que hará? Se sentirá inútil, y no quieres eso,
¿verdad?
Autumn sacude la cabeza aturdida mientras mi madre le pasa
por encima. —Bien, me alegro de que lo hayamos solucionado. El
próximo fin de semana iremos juntas de compras. Van a exponer una
nueva colección en el salón y necesitaré a alguien que me ayude a

Sotelo, gracias K. Cross & Botton


gastar el dinero de Paddy. Trabajó demasiado para que se quede en el
banco acumulando polvo e intereses para los malditos banqueros. Oh,
aquí viene el camarero. Pidamos el especial de hoy. ¿Quién es ese que
camina hacia nosotros? ¿Lo conoces?
Me giro en mi asiento y veo al padre de Rob Track irrumpiendo
entre la multitud. —Sí, por desgracia. Creo que está a punto de montar
una escena. — Acabo de manejar a mi padre la semana pasada,
amenazándolo con una orden de restricción que sería muy pública
junto con la amenaza de filtrar algunas cosas a la prensa que se
aseguraría de que nunca consiguiera otro trabajo como actor si no se
mantenía alejado tanto de Autumn como de mí. Ella no necesita lidiar
con su mierda. Vi a mi madre hacerlo durante demasiado tiempo. No
dejaré que le pase a otra mujer en mi vida si tengo el poder de
detenerlo.
Autumn parece querer deslizarse por debajo de la mesa. Me
pongo en pie, pero llego demasiado tarde. El sr. Track nos alcanza
antes de que pueda cortarle el paso. Ni siquiera mira en mi dirección,
sino que señala a mi mamá con el dedo. —Su hijo ha estado haciendo
de las suyas en el campus como si fuera el dueño del maldito lugar.
He pagado la matrícula de Rob como todo el mundo y él va a conseguir
su título. No sé a quién tienes que llamar, pero tiene que estar de
regreso en la escuela mañana por la mañana.
—Sr. Track, hablemos afuera. — sugiero. Le tiendo la mano, pero
me rechaza con un brazo levantado.
—Sé que tu hijo tiene un adicto al crack por padre, pero esperaba
algo mejor de ti, Erin.
—Ni siquiera sé quién eres. — responde mamá sin mirar siquiera
en dirección a Track, ocupada en recolocarse la servilleta en el regazo.
—Lárgate. — dice el abuelo con un gesto de la mano. —Estás
interrumpiendo una cena familiar.
Track aprieta la mandíbula. — Sabes que esta chica en tu mesa
no es más que ayuda contratada. Mi hijo quería probar un poco, nada
más, pero tu precioso nieto ha tenido que ir a los barrios bajos.
Ni siquiera me doy cuenta de que mi puño está en el aire, pero
lo está, y luego en la cara de Track. La mitad de los clientes gritan.

Sotelo, gracias K. Cross & Botton


Mamá, sin embargo, hace un gesto al camarero. —Tienes que
sacar la basura de aquí. — Señala a Track, que está apoyado en una
silla vacía, respirando con dificultad, con un reguero de sangre que le
sale por un lado de la boca. —Ven a sentarte, querido. No hace falta
que te esfuerces con ese hombre. — Cruza la mesa para tomar la mano
de Autumn. —A veces te encontrarás con gente terrible, pero recuerda
que no estás sola. La familia está aquí para protegerte.
A Autumn le tiembla el labio inferior, pero se las arregla para no
llorar. —Gracias.
—No, gracias por hacer feliz a Noble. Nos hace felices. — Mamá
palmea de nuevo la silla. —Siéntate, Noble. Los camareros se
encargarán del desorden. — Me da una servilleta para la mano. —
Ponte esto en los nudillos. Se te van a hinchar. Autumn, por favor,
cuida de él.
—Lo haré.
—No puedo esperar. — murmuro.
Ese comentario me vale una leve patada en la espinilla. Le guiño
un ojo y se sonroja. Al otro lado de la mesa, el abuelo me da un gruñido
de aprobación mientras mamá suspira satisfecha. Levanto la copa y
propongo un brindis. —Por Autumn, por aceptarme, y por mi familia,
que me quiere y también querrá a Autumn.
—Por Autumn. — aplaude mamá.
—Por todos nosotros. — Dice Autumn.
Debajo de la mesa, me toma de la mano y no me la suelta en
toda la comida, ni cuando nos vamos al coche, ni siquiera cuando
volvemos a casa, donde le hago el amor a la luz del sol de la tarde.
Estamos unidos, ella y yo, para siempre.

Sotelo, gracias K. Cross & Botton


Epílogo
AUTUMN

Diez años después…


—Nada me queda bien. — resoplo, mirando toda la ropa de mi
enorme armario. ¿Cómo puedo tener tanta mierda y que nada me
quede bien? Bueno, todo lo que uno no se pondría para ir a la cama.
—Me gusta verte desnuda. — Me doy la vuelta y veo a mi esposo
en la puerta del armario. Lleva pantalones y una camisa abotonada.
Los pocos botones superiores están desabrochados y las mangas
arremangadas. Trabaja desde casa tres días a la semana y hoy era día
de casa. Me encantaba poder pasar por su despacho cuando quería.
Pero hoy no he podido. Tenía las manos ocupadas.
—De acuerdo, iré desnuda. — Entorna los ojos hacia mí, no le
gusta mi sugerencia.
—No creas que porque estás embarazada no voy a azotar tu
pequeño trasero.
—Ya no es tan pequeño.
—Estás siendo... — hace una pausa.
— ¿Qué? ¡¿Qué estoy siendo?!— Doy un pisotón. De acuerdo,
puede que las hormonas me estén afectando. Pensé que todo eso se
calmaría después del primer trimestre. Estoy a mitad del segundo y
parece que están empeorando. Me moría de ganas de que saliera mi
barriguita. Bueno, ya está aquí, ¡y no me queda nada bien!
— ¿Sexy? ¿Adorable? ¿Increíble?— Sonríe.
—Estás lleno de mierda. Eso es lo que eres. — Me río.
—Estás a punto de estar llena de mí. — Camina hacia mí. Le
tiendo las manos. —Ni hablar. No tenemos tiempo. Tengo que
encontrar algo que ponerme y preparar a los chicos. Sin mencionar
que los calentadores no funcionan para el exterior. No podemos

Sotelo, gracias K. Cross & Botton


mantener a todos encerrados dentro de la casa. La gente disfruta estar
afuera. El patio trasero es una de las mejores partes de nuestra casa.
—Gatita. — Noble pone sus manos en mis caderas.
—No me digas 'Gatita'. Además...
Me interrumpe, su boca tomando la mía. Me derrito en Noble. Su
mano se desliza dentro de mis pantalones negros elásticos. —Sin
bragas. — gruñe contra mi boca.
—Se verían las líneas de las bragas. — Muevo las caderas,
necesitando que sus dedos hagan magia.
—Hoy hay gente por toda la casa. No puedes ir sin bragas. Ni
siquiera viniste a darme de comer el almuerzo. — ahueca mi sexo. Por
darle de comer, se refiere a tumbarme en su escritorio para que haga
lo que quiera conmigo.
—Lo siento. —Hincho el labio inferior.
—Mentirosa. —Me vuelve a reclamar la boca, pero me da lo que
necesito. Sus dedos van a mi clítoris. Mientras me acaricia el clítoris,
me dice cosas sucias sobre lo que me va a hacer esta noche. Mi esposo
sabe exactamente qué hacer y decir para correrme rápidamente. Grito
su nombre, que amortigua con la boca.
— ¡Mamá!— Oigo llamar a uno de mis hijos.
—Pequeños bloqueadores de pollas. — Noble saca sus dedos de
mis pantalones, lamiéndolos un segundo antes de que los dos chicos
irrumpan en mi armario. Jeremiah y Connor llegaron a nuestras vidas
cuando Connor solo tenía dos años y su hermano tres.
Conocí a ambos cuando fui a uno de los refugios de la ciudad.
En cuanto vi a los hermanos, supe que serían nuestros. Miré a Noble,
que había estado conmigo aquel día, y me hizo un gesto de
comprensión con la cabeza. No habían hecho falta palabras. Los
llevamos a casa tres días después. Ahora ni siquiera son adolescentes
y son casi más altos que yo.
— ¡Odio estas cosas!— Jeremiah sacude la corbata que tiene en
la mano. No le gusta arreglarse.
—Iré a ayudarte en un segundo. Déjame terminar de vestirme.

Sotelo, gracias K. Cross & Botton


—Tengo a los chicos. — me dice Noble. —Además, mi madre te
ha comprado un vestido. Lo puse sobre la cama.
— ¿En serio? Dios, amo a esa mujer. — Siempre va un millón de
pasos por delante de todo el mundo. Puede que no haya crecido con
mis padres, pero Erin ha llenado esos zapatos por mí.
—Hey. — dicen todos.
—También los amo, chicos. — Me río, mientras todos mis chicos
siguen mirándome. No sabía que podía amar tanto. Mi vida está llena
de ello. La persistencia de Noble hizo que todo esto fuera posible.
Noble había hablado de construirnos una casa, pero Erin quería
que volviéramos a vivir en la finca familiar con ella y el abuelo. Este
lugar es gigante, y yo quería estar cerca de todos en nuestra familia.
Eso es algo que nunca tuve. También quería eso para nuestros hijos.
Además, nos casamos aquí.
—Muy bien, dejemos a mamá sola para que pueda prepararse.
Iré en un segundo. — Cada uno me da un beso en la mejilla antes de
irse.
—Están creciendo tanto. — Se me humedecen los ojos. No sé a
dónde ha ido el tiempo. Parece que fue ayer cuando Noble y yo nos
conocimos.
—Nada de eso. — Noble me frota la barriguita. —Dentro de poco
tendremos una niña aquí. — Coloco mi mano sobre la suya. Este
hombre me lo ha dado todo y más.
Después de licenciarme en trabajo social, la madre de Noble, a
la que ahora llamo mamá, me preguntó si me interesaría colaborar
con la Fundación Patton. Al principio, dudé, no quería que me dieran
algo. No creía que estuviera de acuerdo, pero Erin puede ser tan
persistente como su hijo.
Al principio pensé que tal vez echaría una mano, pero enseguida
me vi absorbida por la fundación, ayudando no solo a distribuir
fondos, sino que también he creado una nueva organización, que se
pone en marcha esta noche. Su objetivo es ayudar a otras mujeres que
entran en la universidad a prepararse para otras cosas que puedan
necesitar más allá del alojamiento y la comida.

Sotelo, gracias K. Cross & Botton


Hay muchas cosas esenciales que se nos escapan; no solo eso,
algunas pueden sentirse abrumadas. Sé que a mí me pasó cuando
empecé la universidad. Realmente no tenía mucha orientación, pero
por suerte, Noble me encontró. Sé que no todo el mundo tiene un
Noble, pero quizá yo pueda ayudar de alguna manera. Por eso llamé a
la nueva rama de la fundación Noble Needs.
—Te amo tanto. — le digo. Amor ni siquiera es una palabra lo
suficientemente fuerte para lo que siento por él.
—Realmente me vas a amar porque hice funcionar los
calentadores. — Claro que sí. No sé por qué me dejo llevar por
cualquier cosa. Noble siempre encuentra una manera de hacer que
todo funcione.
— ¿Hay algo que no puedas hacer?— Me burlo de él.
Baja la cabeza y apoya la frente en la mía. —Dejarte ir.
—Nunca te lo pediría.
¿Cómo podría? Durante tanto tiempo nunca sentí que
perteneciera a ningún sitio, hasta que llegó él. Lo cambió todo para
mí. Noble es y siempre será mi hogar.

Fin…

Sotelo, gracias K. Cross & Botton


Sotelo, gracias K. Cross & Botton

También podría gustarte