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Universidad Autónoma de la Ciudad de México

ASPECTOS FUNDAMENTALES DE LA
MECÁNICA DE LOS MEDIOS CONTINUOS

Eduardo A. Rincón Mejía

Enero 15 de 2015
CONTENIDO

Prefacio
Agradecimientos

PRIMERA PARTE CONCEPTOS BÁSICOS


Capítulo 1 INTRODUCCIÓN
1.1 Presentación
1.2 La hipótesis del Medio Continuo

Capítulo 2 FUNDAMENTOS MATEMÁTICOS


2.1 La notación indicial de Einstein
2.2 Ecuaciones de transformación de los componentes de un tensor
2.3 El campo de los números reales
2.4 Suma y productos de vectores y tensores
2.4.1 Producto punto, o “escalar” de dos vectores
2.4.2 Producto cruz, o “vectorial” de dos vectores
2.4.3 Producto externo, o “diádico” de dos vectores
2.5 Generalización de la suma y los productos a tensores de órdenes mayores
2.5.1 Suma de tensores
2.5.2 Producto de un escalar por un tensor
2.5.3 Producto externo de tensores
2.5.4 Producto punto de dos tensores
2.5.5 Producto cruz de dos tensores
2.6 Productos múltiples entre tensores
2.6.1 Doble producto punto de dos tensores
2.6.2 Doble producto cruz de dos tensores
2.6.3 Producto cruz-punto y producto punto-cruz
2.7 Operaciones diferenciales sobre tensores
2.7.1 El operador nabla
2.7.2 Gradiente de una función tensorial
2.7.3 Divergencia de una función tensorial
2.7.4 Rotacional de una función tensorial
2.7.5 Laplaciano de una función tensorial
2.7.6 El operador biarmónico
2.8 Algunas identidades útiles en productos tensoriales
2.9 Simetría y antisimetría de tensores
2.9.1 Descomposición de un tensor en sus partes simétrica y antisimétrica
2.10 Valores, vectores y direcciones principales de un tensor de orden dos
2.10.1 Determinación de los valores y direcciones principales de un tensor de orden dos
2.11 Tensores isótropos
2.11.1 Descomposición de un tensor de orden dos en su parte isótropa y su parte “extra”
2.12 Teoremas integrales
2.12.1 El teorema de la divergencia de Gauss
2.12.2 El teorema de Stokes
Capítulo 3 CINEMÁTICA DE MEDIOS CONTINUOS
3.1 Conceptos generales de la cinemática del medio continuo
3.2 Descripciones euleriana y lagrangiana de las variables físicas
3.3 Derivadas materiales y espaciales con respecto al tiempo
3.4 El campo de desplazamientos
3.5 Velocidad y aceleración de una partícula
3.6 Regímenes permanentes y estacionarios
3.7 Líneas de flujo
3.8 El Teorema del Transporte de Reynolds

Capítulo 4 ECUACIONES DE BALANCE INSTANTÁNEO


4.1 Balance instantáneo de la masa sobre volúmenes finitos e infinitesimales
4.2 Balance instantáneo del momentum sobre volúmenes de control
4.3 Balance instantáneo de momentum angular sobre volúmenes de control
4.4 Balance instantáneo de la energía sobre volúmenes de control
4.5 Balance instantáneo de la entropía sobre volúmenes de control
4.6 Balance instantáneo de la exergía sobre volúmenes de control
4.7 A manera de resumen

SEGUNDA PARTE ANÁLISIS DE ESFUERZOS Y DEFORMACIONES

Capítulo 5 ANÁLISIS DE ESFUERZOS


5.1 El vector de tracción y el tensor de esfuerzos
5.2 Los esfuerzos principales
5.3 Determinación de los esfuerzos máximos y las superficies donde actúan
5.4 Los círculos de Mohr
5.5 La cuádrica de esfuerzos de Cauchy
5.6 Descomposición del tensor de esfuerzos en su parte isótropa y su parte extra

Capítulo 6 ANÁLISIS DE DEFORMACIONES


6.1 Criterios de deformación
6.2 Los tensores euleriano y lagrangiano de deformaciones finitas
6.3 Los tensores euleriano y lagrangiano de deformaciones infinitesimales
6.4 Interpretación física de los tensores euleriano y lagrangiano de deformaciones
infinitesimales
6.5 Interpretación física de los tensores de deformaciones finitas
6.6 Valores principales de los tensores de deformación
6.7 Círculos de Mohr para deformaciones
6.8 El tensor de rapidez de deformación 𝑫 y el vector vorticidad 𝝎
= −
6.9 Ecuaciones de compatibilidad
Capítulo 7 ECUACIONES CONSTITUTIVAS PARA EL ESFUERZO
7.1 Principios generales para las ecuaciones constitutivas
7.2 Las ecuaciones constitutivas clásicas
7.2.1 La ecuación constitutiva de un fluido newtoniano
7.2.2 La ecuación de Navier-Stokes
7.2.3 La ecuación de energía interna para un fluido newtoniano
7.3 La ecuación constitutiva de un sólido linealmente elástico
7.4 Termoelasticidad lineal
7.5 Energía de deformación
7.6 Descripción del comportamiento no newtoniano en fluidos
7.6.1 Fluidos no newtonianos independientes del tiempo
7.6.2 Fluidos no newtonianos dependientes del tiempo
7.7 Materiales viscoelásticos
7.8 Modelos mecánicos del comportamiento reológico de materiales

TERCERA PARTE APLICACIONES BÁSICAS


Capítulo 8 APLICACIONES EN FLUJOS Y DEFORMACIONES
8.1 Soluciones exactas de la ecuación de Navier-Stokes
8.1.1 El flujo de Couette
8.1.2 El flujo de Poiseuille
Ejemplo 1. Flujo permanente con propiedades constantes a través de un cilindro circular
recto.
Ejemplo 2. Flujo permanente axial con propiedades constantes entre dos cilindros
concéntricos.
Ejemplo 3. Flujo entre dos cilindros concéntricos rotatorios.
Ejemplo 4. Flujo permanente a través de un conducto de sección triangular.
Ejemplo 5. Flujo a través de un conducto de sección transversal elíptica.
8.2 Flujos no newtonianos
Ejemplo 6. Flujo de un plástico de Bingham a través de un cilindro circular.
8.3 Sólidos hookeanos
Ejemplo 7. Deformación de un cubo de acero.
Ejemplo 8. Determinación de un campo de desplazamientos a partir de un campo de
deformaciones.

BIBLIOGRAFÍA
Libros y artículos referenciados
Bibliografía sobre la Mecánica de Medios Continuos
APÉNDICES
Apéndice 1 Sistemas de coordenadas curvilíneas ortogonales
Apéndice 2 Identidades vectoriales
Apéndice 3 Componentes del tensor extra de esfuerzos para un fluido newtoniano,
Ecuaciones de Navier-Stokes para fluidos con propiedades constantes,
Ecuaciones de balance instantáneo sobre volúmenes infinitesimales,
Componentes del tensor de rapidez de deformación
Apéndice 4 Elementos de Termodinámica Clásica
PREFACIO

El presente libro ha sido escrito durante el goce del primer año sabático del autor como
docente durante más de una década en la Universidad Autónoma de la Ciudad de México, que es
una Universidad Pública verdaderamente autónoma, completamente gratuita, con un buen nivel
académico y planes de estudio pertinentes orientados a mejorar de la calidad de vida de los
habitantes de la ciudad de México y de todo el país, y bien ocupada en elaborar sus propios
materiales didácticos.

En éste se plasma lo que el autor ha tratado de compartir con estudiantes de diversas


universidades de México y otros países, en particular la Universidad Nacional Autónoma de
México, la Universidad Autónoma del Estado de México, la misma UACM, la Universidad
Pedagógica Nacional Francisco Morazán de Honduras, entre otras, en la Mecánica de los Medios
Continuos sin mayor pretensión que sus lectores comprendan los aspectos fundamentales de esta
materia que puedan ser de utilidad en sus estudios o simplemente en el entendimiento de los
muchos fenómenos observables en la vida cotidiana y la profesional.

La principal motivación para escribir el presente libro fue poner al alcance de los lectores,
muchos de ellos quizá estudiantes de ciencias e ingenierías, los conceptos y desarrollos básicos
para la modelación del movimiento de los cuerpos supuestamente continuos, sus deformaciones o
flujos, y las relaciones entre éstos y los esfuerzos generados dentro de ellos. Lo anterior se hace
aquí empleando la herramienta matemática más simple con la que sí cuentan nuestros
estudiantes, como son el cálculo diferencial e integral para funciones reales de variable real, el
álgebra lineal, la geometría analítica y la trigonometría básicas, prescindiendo de conocimientos
avanzados sobre álgebra tensorial, análisis funcional, geometría algebraica, y otras tantas ramas
de la matemática que normalmente nuestros estudiantes no tienen la oportunidad de cursar.

El material presentado es muy básico y puede ser asimilado en un curso semestral a nivel
de Licenciatura, recomendando complementar este contenido, si fuese necesario, con los temas
específicos en que se desee profundizar recurriendo a otros textos que se listan en la bibliografía.
Los temas tratados son los imprescindibles, aunque a un nivel más bien básico y sin enredos
innecesarios.

La posibilidad de que existan errores en las ecuaciones, tablas y el texto no se descarta, y


serían todos ellos responsabilidad del autor. Se ruega al lector hacer notar cualquier detalle que
juzgue no acertado para subsanarlo en una posible versión más afinada de esta obra.
AGRADECIMIENTOS

Al Gran Dador de Vida, por darme la oportunidad para escribir este modesto libro.

A la Universidad Autónoma de la Ciudad de México, por permitirme el honor de impartir


clases en sus aulas y concederme el goce de todo un año sabático para escribirlo.

A mis estudiantes en la UACM, la UAEMex, la UNAM y otras instituciones educativas, en


donde durante más de 40 años me han forzado a siempre aprender un poco más para tener algo
que compartir con ellos.

A mis Maestros en la Licenciatura, el Posgrado y la Vida. En especial al físico José Caballero


Arroyo (QEPD), de quien hace casi 45 años recibí las primeras lecciones en la materia de este libro,
allá en la Facultad de Ingeniería de la UAEMex. Al Dr. Enzo Levi Lattes (QEPD) y al Dr. David
Binding, quienes fueron mis maestros de esta asignatura en la División de Estudios de Posgrado de
la Facultad de Ingeniería de la UNAM, al Dr. Luis Ferrer Argote (QEPD), quien me enseñó acerca de
la elasticidad y la medición experimental de los esfuerzos. Asimismo, agradezco al Dr. Mihir Sen,
director de mis tesis de Maestría y Doctorado, quien además me motivó a escribir sobre estos
temas. Todos ellos me compartieron mucho de sus conocimientos y experiencias que tanto me
formaron.

A mis compañeros en la DEPFI UNAM de aquellos años de la segunda mitad de la década


de los setenta, en especial los Dres. Francisco Javier Solorio Ordaz, Jorge Rojas Menéndez y
Francisco Ávila Segura (QEPD), con quienes discutimos muchos de los fascinantes temas aquí
tratados.

Al ahora estudiante Eduardo González Mora por apoyarme con las atractivas figuras y las
ecuaciones de los apéndices, al Ing. Jesús Zepeda Castillo y a la Ing. Sandra Lujano Vilchis, quien
hace algunos años tomó los primeros apuntes de mis dizque clases con el fin de convertirlos en
libro algún día.

A los tíos Ariel, Maru, Eren y Gilda, por hospedarme en Chiapas para terminar la escritura
del mismo.

A mis familiares y amigos, en especial mis tres hijas -y su mamá también- quienes siempre
me han motivado a seguir adelante.

A los que de una u otra forma me alentaron en esta tarea.

A todos, ¡ muchas gracias !


PRIMERA PARTE

CONCEPTOS BÁSICOS
1. INTRODUCCIÓN

1.1 PRESENTACIÓN

El presente es un libro sobre el movimiento de cuerpos que se deforman o fluyen, tratado


desde el punto de vista de la Mecánica Clásica. La mecánica es la rama de la física que
precisamente estudia el movimiento de partículas y conjuntos -continuos o discretos- de ellas.
Ahora bien, hay esencialmente tres grandes aproximaciones bien diferenciadas para modelar el
movimiento: la llamada Mecánica Clásica o newtoniana, así llamada por tener como máximo
exponente a Isaac Newton, pero con muy importantes aportaciones de otros filósofos y científicos;
la Mecánica Relativista, cuyo revolucionario innovador fue Albert Einstein, y la Mecánica Cuántica,
surgida del genio de Max Planck y otros grandes pensadores. Con la mecánica clásica –con mucho
la más antigua de las tres- es posible modelar y predecir el movimiento de los planetas alrededor
del Sol, y efectuar los cálculos para lanzar desde la Tierra para luego hacer posar sobre un cometa
una sonda espacial.

Asimismo, con ella se puede describir matemáticamente el movimiento de las corrientes


atmosféricas y marinas, la dispersión de contaminantes, o diseñar una turbina eólica eficiente. La
mecánica clásica sigue vigente en nuestros días, y es obligatoriamente enseñada en las escuelas de
ciencias e ingenierías, a pesar de los siglos que han transcurrido desde la publicación en el año
1687 de la obra Philosophiae Naturalis Principia Mathematica escrita por Newton. Sin perder de
vista que la mecánica newtoniana es muy limitada cuando se trata de modelar el movimiento de
partículas subatómicas, explicar el fenómeno fotovoltaico (logro que le valió a Einstein el Premio
Nobel de Física en 1921), o modelar las relaciones espacio-tiempo y fenómenos que ocurren
cuando el movimiento se da a velocidades comparables con la de la luz -fenómenos que son
estudiados, los primeros por la mecánica cuántica y los últimos por la mecánica relativista-, para
los propósitos de la modelación básica de flujos y deformaciones de cuerpos materiales, son más
que suficientes los desarrollos y aportaciones de Robert Hooke, Isaac Newton, Leonhard Euler,
Claude Louis Marie Henry Navier, Agustin Louis Cauchy, Siméon Denis Poisson, Robert Stokes y
muchos otros genios de los tres siglos anteriores a la revolución relativista y cuántica. Justo a
mediados del siglo XIX, Lord Kelvin y Rudolf Clausius, entre otros, desarrollan la termodinámica
clásica (o termostática, como debiera mejor llamársele) inspirados en el ensayo de Nicolás
Léonard Sadi Carnot Reflexiones sobre la potencia motriz del fuego publicada en 1824.

Así las cosas, la materia del presente libro –la mecánica de cuerpos que idealmente son
conjuntos continuos de partículas que se deforman o fluyen- es bien añeja, con desarrollos básicos
que datan de hace dos, tres y más siglos, pero que son fundamentales para el estudio de las
Ciencias de la Tierra, la Biofísica, las Ciencias Ambientales y todas las ramas del conocimiento que
involucran el escurrimiento de fluidos, la deformación de sólidos y en general el comportamiento
de los materiales sometidos a esfuerzos. Asimismo, su estudio es imprescindible en las Ingenierías
Mecánica, Civil, Aeronáutica, Naval, Química, y muy especialmente, en la Ingeniería de Sistemas
Energéticos Sustentables, que en la Universidad Autónoma de la Ciudad de México se estudia
tanto en el nivel de Licenciatura en el programa de Ingeniería en Sistemas Energéticos, como en el
posgrado, en la Maestría en Fuentes Renovables de Energía y Eficiencia Energética, ambos a cargo
de su Programa de Energía. Asimismo, en la Facultad de Ingeniería de la Universidad Autónoma
del Estado de México se ofrece una Licenciatura en Ingeniería en Sistemas Energéticos
Sustentables y la UNAM recientemente ha iniciado un programa similar. En estos estudios, la
mecánica de medios continuos es insoslayable porque en todo sistema para el aprovechamiento
de las fuentes renovables de energía, por ejemplo un sistema de calentamiento solar de agua,
existen fenómenos de flujos de fluidos, de transferencia de calor y otros efectos térmicos, de
concentración de esfuerzos, de elasticidad y de plasticidad, que pueden tratarse con esta teoría.

Como se mencionó en el prefacio, la principal motivación para escribir el presente libro fue
la de poner al alcance de los lectores, muchos de ellos quizá estudiantes de ciencias e ingenierías
en la UACM y otras universidades públicas o privadas, los conceptos y desarrollos básicos para la
modelación del movimiento de los medios supuestamente continuos, sus cambios de
configuración y deformaciones o flujos, y las relaciones entre los esfuerzos y las deformaciones o
rapideces de deformación. Lo anterior se hace aquí empleando la herramienta matemática más
simple con la que sí cuentan nuestros estudiantes, como son el Cálculo Diferencial e Integral para
funciones reales de variable real (herramienta también debida en gran parte a Isaac Newton),
álgebra lineal, geometría analítica y trigonometría básicas, prescindiendo de los cursos sobre
álgebra tensorial, análisis funcional, geometría algebraica, y otras tantas ramas avanzadas de la
matemática, que normalmente nuestros estudiantes no tienen la oportunidad de cursar. Para un
buen entendimiento del desarrollo histórico de los conceptos del cálculo se recomienda el libro de
Ismael Arcos y Armando Sepúlveda sobre este tema, listado en la bibliografía.

Por regla general, los libros clásicos sobre Mecánica del Medio Continuo hacen un
tratamiento tan matemático y complejo de los temas, que los estudiantes por varias décadas han
denominado chuscamente a la materia como la “Mecánica del Miedo Continuo”, cuando en
realidad lo que está detrás de sus modelos matemáticos son ideas y conceptos esencialmente
simples y fáciles de comprender. En el presente libro, los conceptos básicos del álgebra de
funciones reales se generalizan a funciones tensoriales de variable tensorial, de modo que aun
cuando en general sólo se emplean en este libro tensores cartesianos, la presentación de los
temas tratados no tiene mayores limitaciones matemáticas, al tiempo que se espera que sea
completamente clara y útil para el estudiante sin grandes conocimientos y habilidades
matemáticos, salvo los verdaderamente imprescindibles (como los conceptos de límite, derivada,
integral, derivada de un producto de funciones, etcétera).

Al final del libro se presenta una lista de obras referenciadas a lo largo del texto que
pueden ser motivantes para los lectores interesados en la materia. Para quienes deseen hacer un
estudio con mayores alcances, se presenta también una bibliografía de textos muy bien logrados
sobre la Mecánica de los Medios Continuos, escritos en varios idiomas, ya que en todos los planes
de estudio de las Ingenierías y las Ciencias, salvo penosas excepciones, la Mecánica de los Medios
Continuos es una asignatura básica obligatoria. En los países desarrollados como Alemania,
Estados Unidos, Japón, Rusia, Francia, China, esta materia recibe primordial atención, y hay
diversos textos en sus correspondientes lenguas por su indudable importancia. Sin embargo, en
México es una disciplina que es vista como “muy difícil de estudiar y de comprender”, y ha sido
suprimida en algunos planes de estudio de las ingenierías. Los libros que aún pueden llegarse a
encontrar, escritos y editados en México, corresponden a inicios de la década de los años setenta,
con un enfoque obviamente desactualizado de sus modernas aplicaciones y tratamiento
matemático. Este modesto libro de texto pretende hacer una pequeña contribución para subsanar
este problema.
El libro está dividido en tres partes: Conceptos Básicos, Análisis de Esfuerzos y
Deformaciones, y Aplicaciones Básicas, cada uno con los capítulos mencionados en seguida. La
primera parte consta de cuatro capítulos: Introducción, Fundamentos Matemáticos, Cinémática de
Medios Continuos, y Ecuaciones de Balance Instantáneo -de masa, momentum lineal y momentum
angular, energía, entropía y exergía- sobre volúmenes de control finitos e infinitesimales. La
segunda parte consta de los capítulos: Análisis de Esfuerzos, Análisis de Deformaciones, y
Ecuaciones Constitutivas para el Esfuerzo. La tercera parte, que consta sólo de un capítulo, está
dedicada esencialmente a aplicaciones sencillas en flujos laminares en Mecánica de Fluidos y
problemas básicos de Elasticidad.

1.2 LA HIPÓTESIS DEL MEDIO CONTINUO

La aplicación de las leyes de la Mecánica y la Termodinámica sobre cuerpos que, a escala


macroscópica aparentan ser continuos, y se deforman o fluyen, puede ser hecha empleando la
herramienta matemática que nos proporciona el Cálculo Diferencial e Integral, aplicando sus
conceptos básicos como derivadas parciales e integrales múltiples a las diversas propiedades
físicas. En estos desarrollos no se requiere postular modelos moleculares o “microscópicos” de la
materia, puesto que parte de suponer que la materia puede ser tratada como una función
continua en el espacio (ésta es la hipótesis del medio continuo). Este estudio, conocido como
“Mecánica del Medio Continuo” fue desarrollado en sus inicios en el siglo XVII, por el mismo Issac
Newton, Robert Hooke, y Jacobo Bernoulli. Entrando al siglo XVIII y luego al Siglo XIX hubo grandes
aportaciones de Leonhard Euler, Joseph-Louis de Lagrange, Agustin Louis Cauchy, Jean-Baptiste
Joseph Fourier, Pierre-Simon Laplace, Père de Gabriel León Jean Baptiste Lamé, entre muchos
otros, cerrando el siglo XIX e iniciando el siglo XX con Karl Friedrich Gauss (este último quizás el
matemático más reconocido del Siglo XIX) y Christian Otto Mohr.

Con mucha anterioridad, Galileo Galilei en su libro publicado en 1638 Discursi e dimostrazioni
matematiche intorno a due nuove scienze, plantea y resuelve los primeros problemas de cuerpos
deformables. Puede decirse que con esta obra se origina formalmente esta disciplina. Luego en
1676 las ideas de Robert Hooke y la observación de que los metales apenas y se deformaban
elásticamente antes de deformarse de manera no recuperable dan inicio a la teoría de la
elasticidad lineal. Hubo de transcurrir cerca de un siglo antes de que los problemas de elasticidad
no lineal fueran abordados exitosamente. En la mecánica de fluidos, las ecuaciones de Navier y
Stokes, al ser no lineales, no permitieron hallar un avance significativo sino hasta que Ludwig
Prandtl desarrolla en 1908 la teoría de las capas límite (viscosas y térmicas).

En las últimas décadas se ha incluido en el tratamiento de la Mecánica de Medios Continuos


la notación indicial de Albert Einstein para su mejor descripción y manejo general. La Mecánica de
los Medios Continuos proporciona las bases para comprender y predecir el movimiento, por lo
general muy complejo, de cuerpos que se deforman o fluyen. Aún para materiales
multicompuestos, como el concreto armado o una aleación metálica con muchas fases, puede ser
aplicada esta teoría, con la consideración de la continuidad en las propiedades de sus
componentes. La Mecánica del Medio Continuo , que permite considerar simultáneamente no sólo
propiedades mecánicas, sino también térmicas y electromagnéticas, desempeña un papel muy
importante en la ingeniería y tecnología modernas ya que sus conceptos y desarrollos básicos
tienen un amplio campo de aplicación en materias como Mecánica de Fluidos, Mecánica de
Sólidos, Fenómenos de Transporte, entre otras.

En estas materias, los fenómenos del escurrimiento de fluidos, de flexiones, torsiones,


contracciones o elongaciones de piezas de máquinas, la transferencia de energía y momentum,
entre muchos otros, se presentan en medios caracterizados por el hecho de que sus moléculas (u
otras partículas) están tan próximas entre ellas, que el material puede considerarse, a escala
macroscópica, como un medio cuyo comportamiento mecánico o térmico puede ser predicho sin
la necesidad de considerar el espacio y huecos que en realidad existen entre estas partículas, es
decir, como si la materia del cuerpo estuviese distribuida en forma continua. Por ejemplo, en cada
milímetro cúbico de aire atmosférico a nivel del mar y a una temperatura de 20°C, existen
alrededor de treinta mil millones de millones de moléculas. A nivel observable a simple vista, este
aire puede ser tratado como un medio continuo. Esta condición se presenta en la mayoría de las
situaciones de la experiencia diaria con sólidos, líquidos y gases. Sin embargo, esta teoría tiene
limitaciones, y hay que recurrir a otros modelos, generalmente estadísticos, para el estudio del
movimiento de gases enrarecidos, o de medios claramente particulados, como la arena.

Si en vez de tomar aire atmosférico a nivel del mar se toma aire a unos 150 km de altitud, las
moléculas del oxígeno, nitrógeno, argón, y los otros gases que constituyen el aire se encuentran
mucho más separadas unas de otras, y la hipótesis del medio continuo deja de ser válida. Los
modernos aviones comerciales para el transporte de personas tienen alturas de crucero de apenas
11 km (o menos, dependiendo del tipo de avión), donde la hipótesis del medio continuo es
completamente válida.

Un criterio formal para considerar la validez de la hipótesis de medio continuo, al menos en


gases (en líquidos y sólidos las moléculas se encuentran mucho más próximas entre sí, de modo
que es aún más válida la hipótesis en ellos), se tiene al comparar el valor del grupo adimensional
llamado “número de Knudsen” 𝑲𝒏 con la unidad. El número de Knudsen -así llamado en honor al
físico danés Martin Christian Knudsen- se define como el cociente entre la trayectoria libre media
λ entre dos partículas, y una longitud característica 𝐿 en donde se presenta el movimiento. Así:

𝐾𝑛 = 𝜆⁄𝐿 = 𝜅𝐵 𝑇⁄√2 𝜋 𝜎 2 𝑝 𝐿 (1.1)

en donde λ es simplemente la distancia que en promedio viajan las partículas entre dos
colisiones consecutivas al moverse libremente en fase gaseosa. El valor de 𝜆 es del orden
de 10-7 m en el aire al nivel del mar, pero crece en un factor 10 3 por cada 50 km de altura.
La temperatura termodinámica es representada por 𝑇, 𝜅𝐵 es la llamada “constante de
Boltzmann”, 𝜎 es el diámetro efectivo de la partícula, 𝑝 es la presión absoluta, y 𝐿 es una
longitud característica en la que se presenta el movimiento. Si el valor del número de
Knudsen es inferior a uno, puede considerarse válida la hipótesis del medio continuo; si es
mayor que uno, se hablará de un “régimen molecular” y se usarán otras teorías para
describir el movimiento, por ejemplo la mecánica estadística o la teoría del flujo de gases
enrarecidos. El lado extremo derecho de la ecuación 1.1 es precisamente un resultado de
la mecánica o termodinámica estadística. Una buena introducción a ésta se presenta en la
obra de Lee, Sears y Turcotte: Statistical Thermodymanics, listada en los libros
referenciados que aparecen al final del presente libro, junto con otras obras sobre
métodos estadísticos en la mecánica y la termodinámica. Una curiosa aproximación de la
teoría estadística a medios continuos puede hallarse en la obra de M. J. Beran intitulada
Statistical Continuum Theories.

Retomando el ejemplo de los aviones, su velocidad de vuelo durante el siglo XX fue


creciendo hasta cubrir un rango amplio que va desde el vuelo subsónico lento, típico del
aterrizaje, hasta el vuelo hipersónico (a varias veces la velocidad del sonido). Los
desarrollos de la aeronáutica hicieron posible la exploración espacial, y para ello las
aeronaves y vehículos espaciales han de moverse en un rango aún más amplio de alturas y
por ello de densidades, que implica regímenes de movimiento desde el medio continuo, a
bajas alturas, cuando el número de Knudsen es pequeño frente a la unidad, hasta el
régimen molecular libre, que encontramos a grandes alturas, donde el número de
Knudsen es mayor que uno.

Además de la continuidad de la materia y sus propiedades en los medios continuos, con


mucha frecuencia se supone además que éstos son isótropos. La isotropía supone que no
existen direcciones preferenciales para sus propiedades mecánicas, térmicas y de otra
naturaleza. Cuando en verdad existen direcciones preferenciales, se hablará de un
“material anisótropo”. Así, en un medio isótropo el flujo de calor por conducción sería el
mismo en cualquier dirección, suponiendo el mismo gradiente de temperatura, y su
conductividad térmica será una simple propiedad termodinámica escalar. El flujo de calor
estará modelado por la siguiente ecuación, llamada “Ley de Fourier” para medios
isótropos:
.
𝑞 = 𝜅 ∇𝑇 (1.2)

.
en donde 𝑞 es el vector flujo de calor por unidad de tiempo por unidad de área

transversal, 𝜅 es el coeficiente de conductividad térmica del material a una cierta
temperatura, y ∇ 𝑇 es el gradiente de la temperatura. En el sistema internacional de
unidades, abreviado SI, que es el que. se utiliza en este libro y se supone que el lector está
plenamente familiarizado con éste, 𝑞 se mide en W/m2, 𝜅 en W/m K, y ∇ 𝑇 en K/m. En el

Apéndice 3 se presenta los componentes de la Ley de Fourier en diversos sistemas
coordenados ortogonales para su más fácil manejo en la resolución de problemas. Si el
material es anisótropo, la misma ley de Fourier se reescribe como:

.
𝑞 = 𝜅 ∙ ∇𝑇 (1.3)
− =

en donde ahora 𝜅 es el tensor de conductividades térmicas, con tres valores principales a


=
ser determinados experimentalmente. Nótese que en el lado derecho de la ecuación 1.3
aparece el producto punto entre un tensor de orden dos (el tensor de conductividades
térmicas), y un vector (el gradiente de la temperatura). La consideración de isotropía
simplifica en gran medida la modelación matemática con base en tensores, que son
tratados en el siguiente capítulo. Como ejemplo de un medio isótropo podríamos pensar
en un líquido simple, digamos una gota de alcohol etílico; como ejemplo de uno
anisótropo podemos considerar a las maderas, en donde hay fibras en direcciones
claramente apreciables. La resistencia a la fractura de una pieza de madera es mucho
mayor en una dirección transversal a estas fibras, que en la dirección de éstas. Otro
ejemplo común de un medio anisótropo lo constituye el bobinado de una máquina
eléctrica, en donde se desea que los electrones se muevan a lo largo del alambre
bobinado, pero no en sentido transversal a éste, por lo que el alambre se aísla con algún
barniz dieléctrico. Tanto la conductividad eléctrica como la térmica son mucho mayores
en la dirección del alambre que en la dirección transversal a éste.

Por último, no hay que perder de vista que finalmente se trabaja con modelos
matemáticos, que como cualquier modelo son tan sólo aproximaciones a la realidad (que
es infinitamente compleja), en el que se consideran únicamente los detalles que se
supone son importantes, dejando de lado muchos otros que quizás también lo sean, pero
que en una primera aproximación aparentan no serlo. Se recomienda la lectura del
Capítulo 6, La formulación de modelos, de la obra de Horace Freeland Hudson La
búsqueda de respuestas para un tratamiento fresco y lúdico acerca de los modelos en
diversos ámbitos.

En resumen, en la Mecánica del Medio Continuo se idealizan la materia y sus


propiedades por medio de modelos matemáticos que, sin tener en cuenta de manera
explícita la estructura microscópica de la materia, permiten predecir su comportamiento
con exactitud suficiente para muchas aplicaciones prácticas. Estos modelos se construyen
por lo general con ecuaciones diferenciales parciales (no lineales en general), cuya
solución simultánea tendrá que obtenerse por medios analíticos, computacionales o
empíricos, una vez especificadas las condiciones iniciales y de frontera para el sistema de
ecuaciones diferenciales. Esencialmente se trata de modelar las relaciones entre el
esfuerzo (que es una cantidad tensorial de orden dos), y la deformación o la rapidez de
deformación, que también son cantidades tensoriales de orden dos. A este tipo de
relaciones se les llama “ecuaciones constitutivas para el esfuerzo” y son tratadas en el
Capítulo 7. Conocida la ecuación constitutiva para un determinado material, éstas
simplemente se aplican en las ecuaciones instantáneas de balance, válidas para todos los
medios continuos, se incluyen una o más ecuaciones termodinámicas de estado, y en
consecuencia se obtiene el sistema de ecuaciones diferenciales parciales a resolver.

En la modelación las variables involucradas son cantidades tensoriales de diversos


órdenes, y por conveniencia se usarán las notaciones clásica y la indicial en su desarrollo.
En el siguiente capítulo se sientan las bases para operar con tensores cartesianos y el
operador diferencial nabla, pudiéndose extender a tensores generales lo allí presentado,
en un estudio que queda fuera del alcance del presente libro.

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Ejercicios

1.1 Estimar el número de moléculas que hay en un milímetro cúbico de oxígeno a 20°C y 1 bar de
presión. Sugerencia: Considerar al oxígeno como un gas ideal y emplear el número de Avogadro.

1.2 Estimar el valor del número de Knudsen para el ejercicio anterior.


2 FUNDAMENTOS MATEMÁTICOS

INTRODUCCIÓN

En ciencias e ingenierías, las propiedades 1 (mecánicas, termodinámicas, químicas, etcétera) de


la materia y los cuerpos en general, como son su momentum, masa, energía, conductividad
térmica, entre una infinidad de ellas, así como las condiciones de deformación, flujo o esfuerzos a
que se hallen sometidos, son representadas en su modelación matemática mediante cantidades
tensoriales de diversos órdenes2. Con respecto a un marco de referencia determinado, por
ejemplo un marco cartesiano ortogonal “de mano derecha”, donde los ejes coordenados apuntan
en direcciones claramente especificadas, el tensor quedará determinado por un conjunto de
números, por lo general números reales, y las unidades del sistema de medición que se haya
elegido (de preferencia, el Sistema Internacional de Unidades, abreviado SI), que llamaremos
“componentes escalares”, o más brevemente “componentes”, del tensor. El número de
componentes que se requiere para expresar un tensor de orden 𝑛, donde 𝑛 es un número natural
N = {0, 1, 2, 3, … }, es 3𝑛 , suponiendo, al igual que hacían los muy antiguos filósofos y matemáticos,
que vivimos en un mundo con tres dimensiones espaciales y una dimensión temporal 3. De aquí en
adelante, cuando se trate de operadores diferenciales que involucran al operador nabla ∇, se
entenderá que éste involucra únicamente derivadas parciales con respecto a coordenadas o
variables espaciales (o alternativamente coordenadas materiales, como se verá en el Capítulo 3,
en las llamadas descripción “lagrangiana” o “material”). La variable temporal t se manejará
separadamente, en ocasiones como un parámetro más que como una variable.

1
Una “propiedad” es cualquier atributo de la materia o el espacio, susceptible de ser medido mediante una
escala apropiada. Por ejemplo, la temperatura es una propiedad termodinámica que en el SI se mide en
grados kelvin, o más correctamente, en kelvins; el momentum es una propiedad mecánica que se mide en
kg-m/s, etcétera. La temperatura, al igual que la mayoría de las propiedades termodinámicas son “tensores
de orden cero”, o “escalares”, en tanto que el momentum es un “tensor de orden uno”, o simplemente, un
“vector”, y el esfuerzo es un “tensor de orden dos” o “diada”.
2
Para un explicación más clara y formal, pero sin enredos ni complicaciones, del concepto de tensor, ver
por ejemplo el libro del Dr. Sergio Trapote, “El razonamiento plausible y demostrativo en las matemáticas y
en la mecánica”, UACM, 2007, pp. 294. Asimismo, puede consultarse el libro intitulado “Análisis Vectorial y
Tensores Cartesianos”, de Bourne y Kendall, LIMUSA, 1980, México, y otros más listados en la bibliografía
general al final del libro.
3
De hecho, de acuerdo con el notable astrónomo de la Corona Británica, Sir Martin Rees, en su libro “Just
six numbers”, Basic Books, Chapter 10 Three dimensions (and more), enfatiza en el número de dimensiones
espaciales -justamente 3- para que el universo pueda existir como lo conocemos. Por supuesto que es
posible hacer un tratamiento desde la física relativista y emplear por ejemplo la transformación de Lorentz
para tratar combinadamente las tres dimensiones espaciales con la temporal, pero eso acarrearía
complicaciones innecesarias al lector.
Como el tratamiento formal del cálculo tensorial por lo general no es una materia que se
imparta obligadamente a los estudiantes de ciencias e ingenierías, en este libro, si bien en las
ecuaciones y en general los modelos matemáticos desarrollados aparecen las variables y funciones
como cantidades tensoriales, el tratamiento se limitará al empleo de tensores cartesianos,
tratando de hacer más simple su manejo al lector no especializado. Con esto se evita toda
complicación al no distinguir entre “tensores covariantes” y “tensores contravariantes”, y se
permite emplear únicamente subíndices y no superíndices ni comas (éstas empleadas para indicar
derivación parcial), como se haría en un texto más avanzado. A pesar de toda esta simplificación
no se abandona, sino por el contario se refuerza, el tratamiento tensorial de las variables, ya que
esto permite en verdad un mucho mejor manejo y comprensión de la materia. En la tabla 2.1 se
ejemplifica el número de componentes, el nombre comúnmente empleado, y la manera en que se
denotarán en en este libro en forma “clásica” e “indicial” los tensores cartesianos de diversos
órdenes. No se incluye en esta tabla la “notación matricial”.

Tabla 2.1 NÚMERO DE COMPONENTES Y REPRESENTACIÓN CLÁSICA


E INDICIAL DE TENSORES DE DIVERSOS ÓRDENES

ORDEN NÚMERO DE
EJEMPLO EN EJEMPLO EN
DEL COMPONENTES
NOMBRE COMÚN NOTACIÓN NOTACIÓN
TENSOR ESCALARES
CLÁSICA INDICIAL
(n) INDEPENDIENTES

“escalares”, o “tensores
n=0
de orden cero” 30  1 c c

“vectores”, o “tensores
n=1
de orden uno” 31  3 v vi

“diadas”, o
n=2 32  9  𝜎𝑖𝑗
“tensores de orden 2”

“triadas”, o “tensores
n=3
de orden 3” 33  27 T 𝑇𝑖𝑗𝑘

. . . . .

n “tensores de orden n” 𝑆 𝑆⏟
𝑖 𝑗 𝑘 ,…
3n 𝑛 𝑟𝑎𝑦𝑖𝑡𝑎𝑠 {≡ 𝑛 í𝑛𝑑𝑖𝑐𝑒𝑠
:

En la notación clásica -que tiene la gran ventaja de ser independiente de cualquiera que sea el
marco de referencia: cartesiano, curvilíneo, ortogonal o no ortogonal, etcétera- se colocarán
debajo del símbolo que represente al tensor un número de rayitas horizontales igual al orden que
tenga. Así, el escalar 𝑐 (que es un tensor de orden cero), no llevará ninguna rayita, en tanto que el
vector 4 𝑣 (que es un tensor de orden uno) lleva una rayita; el tensor  , que es un tensor de

orden dos, se representa con dos rayitas debajo de la sigma, etcétera. En la notación indicial, el
orden del tensor es igual al número de índices que aparecen una sola vez en cada término,
llamados “índices libres” o “legítimos”, como se describe más adelante. Los componentes de un
tensor –que son números reales, con unidades apropiadas- dependerán del marco de referencia
elegido. Si cambia el marco de referencia, en general todos los componentes empleados para
describir al tensor cambiarán, obedeciendo rigurosamente unas ecuaciones de transformación.
Obviamente, los tensores como entes matemáticos, tienen una existencia independiente de
cualquier sistema de coordenadas, es decir, los tensores son invariante ante los cambios de marco
de referencia, no así los componentes empleados para representarlos. Al especificar los
componentes de un tensor en un determinado sistema, sus componentes quedan determinados
en cualquier otro sistema, de acuerdo con las reglas de transformación de componentes que se
presentan más adelante en este capítulo.

Una tercera opción para denotar un tensor consiste en emplear matrices o “hipermatrices”, lo
que permite escribir explícitamente todos sus componentes. En el álgebra de matrices, que
obligatoriamente se enseña en la Secundaria y en la Escuela Preparatoria, una matriz no es más
que un arreglo de números en renglones y columnas. Una “hipermatriz” llevaría además “capas” e
“hipercapas”, según su orden sea más y más grande. Como ejemplo, un vector se representa con
las notaciones clásica, indicial y matricial de las siguientes maneras:

v = 𝑣𝑖 = ( 𝑣1 𝑣2 𝑣3 ) (2.1)

Notación clásica Notación indicial Notación matricial

en tanto que el tensor  se representaría, con las mismas notaciones, como sigue:

σ11 σ12 σ13


 = 𝜎𝑖𝑗 = σ
( 21 σ22 σ23 ) (2.2)
σ31 σ32 σ33

Obsérvese que en la notación clásica aparecen dos rayitas debajo de la sigma, en tanto que en
la notación indicial hay dos índices “legítimos” (ambos aparecen una sola vez) en sigma. En la
notación matricial el primer subíndice indica el número de renglón -de manera puramente
convencional, pero que se respetará en todo el libro para evitar confusiones al interpretar los
componentes del tensor al resolver un problema o al describir una estado de esfuerzos, por
ejemplo-, en tanto que el segundo subíndice corresponde al número de columna en que aparece
el componente de marras. Muchos tensores, como los que describen al esfuerzo, la inercia, las
deformaciones, las rapideces de deformación, etcétera, son tensores de segundo orden y sus
nueve componentes -por lo general independientes- se arreglan perfectamente en una matriz
cuadrada de tres renglones y tres columnas. Sin embargo, para tensores de orden tres y mayores,

4
En una connotación más amplia, un “vector” es cualquier elemento de un “campo vectorial”, que pueden
ser de muy variada naturaleza. En este libro se restringe el significado de vector a su acepción más básica,
como una cantidad que tiene magnitud, dirección y sentido. Un desplazamiento, una fuerza, el momentum
angular, son ejemplos emblemáticos de vectores.
no serían suficientes renglones y columnas, y tendría que recurrirse a capas e hipercapas para
formar “hipermatrices”. Esto no presenta mayor problema, puesto que se pueden representar
estas hipermatrices como matrices de matrices, como se ejemplifica en seguida con un hipotético
tensor de orden tres, cuyos 33 = 27 componentes aparecen explícitamente.

𝑇111 𝑇121 𝑇131 𝑇112 𝑇122 𝑇132 𝑇113 𝑻𝟏𝟐𝟑 𝑇133


T = 𝑇𝑖𝑗𝑘 = {(𝑇211 𝑇221 𝑇231 ) (𝑇212 𝑇222 𝑇232 ) (𝑇213 𝑇223 𝑇233 )} (2.3)
𝑇311 𝑇321 𝑇331 𝑇312 𝑇322 𝑇332 𝑇313 𝑇323 𝑇333

Aquí por ejemplo, el componente 𝑇123 – remarcado en la tercera matriz en color rojo, que es
tan sólo uno de los 27 componentes independientes del tensor T - está colocado en el primer
renglón, segunda columna y tercer “capa” de la “hipermatriz”. Los 27 componentes pueden ser
capturados para emplearse en un programa de cómputo en el que el tensor T aparezca como
factor en un término de una ecuación, por ejemplo. Se deja como ejercicio al lector, para algún
momento libre que tuviese, la representación matricial de los 81 componentes de un tensor de
cuarto orden, o los 243 componentes de un tensor de orden cinco.
Ahora bien, para propósitos de modelación teórica o representación simbólica simple, mientras
menos tinta se gaste en escribir las ecuaciones, mejor. Así, la notación indicial debida al genio de
Albert Einstein es excelente, pues permite con unos cuantos símbolos escribir lo que de otra
manera (con la notación matricial, por ejemplo) podría llenar varias páginas. El empleo de
tensores y la notación indicial en este texto se hace para facilitar las operaciones, simplificar y
clarificar los términos de toda expresión en los modelos matemáticos. Si nos restringiésemos al
cálculo vectorial, sería muy difícil y complicado hacer el tratamiento a fondo de la mecánica de los
medios continuos. Sería como tratar de soslayar el uso de vectores en el estudio de la mecánica
clásica elemental, empleando únicamente escalares.

2.1 La notación indicial de Einstein

La notación indicial, como toda invención genial, es extremadamente simple; consta tan sólo
de las siguientes tres reglas:
1. Si un índice aparece una sola vez en un término, se le llama “índice legítimo” o “libre”, e
implica la existencia de tres términos independientes, uno para cada valor del índice (de
uno a tres en nuestro espacio tridimensional). El número de índices legítimos en un término
es igual al orden del tensor, y en todos los términos de una ecuación los índices legítimos
deben ser los mismos. Así, cuando se escribe 𝑣𝑖 se implica la existencia de los tres escalares
independientes 𝑣1 , 𝑣2 y 𝑣3 , que son precisamente los componentes del vector 𝑣 , referidos
a un sistema cartesiano determinado.

2. Un índice que aparezca dos veces en el mismo término, implica una suma sobre este
índice (de 1 a 3), y se le llama “índice espurio” o “falso”. Los índices espurios no
contribuyen al orden tensorial del término en que aparezcan, y pueden ser sustituidos por
otros índices en cualquier momento. Por ejemplo, el producto punto entre dos vectores
puede expresarse, cuando se emplea un marco de referencia ortogonal, de la siguiente
manera:
a  b  ai bi  ak bk  a1b1  a2b2  a3b3 (2.4)

Como el producto punto de dos vectores es una cantidad escalar, y en el lado extremo
izquierdo de la ecuación hay dos rayitas, una debajo del factor a y otra debajo del factor b ,
cada una contribuyendo en + 1 al orden tensorial del producto, el punto empleado en la
notación clásica cuenta por - 2 al orden tensorial del producto, que por ser un escalar es
cero. Nótese también que el emplear i o k como subíndices espurios produce exactamente
el mismo resultado, que es la suma de los productos de los componentes correspondientes
de ambos vectores que aparece en el miembro extremo derecho de la ecuación.

3. Ningún índice puede aparecer más de dos veces en un mismo término. Así , puesto que en
cada una de ellas aparece algún índice más de dos veces, ninguna de las siguientes
expresiones es válida en este ámbito:

𝑇𝑖𝑖𝑖 ; 𝜎𝑖𝑗 𝑣𝑗 𝛿𝑗𝑖 ; {(𝑎𝑘 𝑏𝑘 )(𝑐𝑘 𝑑𝑘 )} (2.5)

Ejemplos de tensores de diversos órdenes escritos de acuerdo con las reglas de la


notación indicial, seguidos de sus representaciones matricial y clásica.

Son tensores de primer orden (vectores) los siguientes:

𝑎𝑖 = (𝑎1 , 𝑎2 , 𝑎3 ) = 𝑎 (2.6)

𝜎𝑖𝑗 𝑣𝑗 = (𝜎11 𝑣1 + 𝜎12 𝑣2 + 𝜎13 𝑣3 , 𝜎21 𝑣1 + 𝜎22 𝑣2 + 𝜎23 𝑣3 , 𝜎31 𝑣1 + 𝜎32 𝑣2 + 𝜎33 𝑣3 )
=  ∙ v (2.7)

que es el “producto punto” entre el tensor  y el vector v . El producto punto de tensores por lo
general no es conmutativo.

𝑣𝑖 𝜎𝑖𝑗 = (𝑣1 𝜎11 + 𝑣2 𝜎21 + 𝑣3 𝜎31 , 𝑣1 𝜎12 + 𝑣2 𝜎22 + 𝑣3 𝜎32 , 𝑣1 𝜎13 + 𝑣2 𝜎23 + 𝑣3 𝜎33 )
= v ∙  (2.8)

que es el producto punto entre el vector v y el tensor  .

𝜕𝑓 𝜕𝑓 𝜕𝑓 𝜕𝑓
𝜕𝑥𝑖
= (𝜕𝑥 , 𝜕𝑥2
, 𝜕𝑥3
) = ∇𝑓 (2.9)
1

es el “gradiente espacial” o “euleriano” de la función escalar de variable vectorial


𝑓 = 𝑓 (𝑥1 , 𝑥2 , 𝑥3 ; 𝑡) (2.10)
en donde (𝑥1 , 𝑥2 , 𝑥3 ) = 𝑥𝑖 = 𝑥 (2.11)

𝜕𝜎𝑖𝑗 𝜕𝜎 𝜕𝜎21 𝜕𝜎31 𝜕𝜎12 𝜕𝜎22 𝜕𝜎32 𝜕𝜎13 𝜕𝜎23 𝜕𝜎32 𝜕𝜎13 𝜕𝜎23 𝜕𝜎33
𝜕𝑥𝑖
= ( 𝜕𝑥11 + 𝜕𝑥2
+ 𝜕𝑥3
, 𝜕𝑥1
+ 𝜕𝑥1
+ 𝜕𝑥3
, 𝜕𝑥1
+ 𝜕𝑥2
+ 𝜕𝑥3
, 𝜕𝑥1
+ 𝜕𝑥2
+ 𝜕𝑥3
)
1

= ∇∙  (2.12)

es la “divergencia” de la función tensorial de variable vectorial


 =  (𝑥1 , 𝑥2 , 𝑥3 ; 𝑡) (2.13)

Son tensores de segundo orden los siguientes:

𝜏11 𝜏12 𝜏13


𝜏
𝜏𝑖𝑗 = ( 21 𝜏22 𝜏23 ) = 𝜏 (2.14)
=
𝜏31 𝜏32 𝜏33

𝜎11 𝜏11 + 𝜎12 𝜏21 + 𝜎13 𝜏31 𝜎11 𝜏12 + 𝜎12 𝜏22 + 𝜎13 𝜏32 𝜎11 𝜏13 + 𝜎12 𝜏23 + 𝜎13 𝜏33
𝜎𝑖𝑗 𝜏𝑗𝑘 = (𝜎21 𝜏11 + 𝜎22 𝜏21 + 𝜎23 𝜏31 𝜎21 𝜏12 + 𝜎22 𝜏22 + 𝜎23 𝜏32 𝜎21 𝜏13 + 𝜎22 𝜏23 + 𝜎23 𝜏33 )
𝜎31 𝜏11 + 𝜎32 𝜏21 + 𝜎33 𝜏31 𝜎31 𝜏12 + 𝜎32 𝜏22 + 𝜎33 𝜏32 𝜎31 𝜏13 + 𝜎32 𝜏23 + 𝜎33 𝜏33
= 𝜎 ∙ 𝜏 (2.15)
= =

Note que el producto punto entre dos tensores de orden dos es isomorfo con el producto de
matrices cuadradas de 3 renglones y 3 columnas.

Son tensores de orden tres los siguientes:

𝜎11 𝑣1 𝜎12 𝑣1 𝜎13 𝑣1 𝜎11 𝑣2 𝜎12 𝑣2 𝜎13 𝑣2 𝜎11 𝑣3 𝜎12 𝑣3 𝜎13 𝑣3


𝜎𝑖𝑗 𝑣𝑘 = {( 21 𝑣1
𝜎 𝜎22 𝑣1 𝜎23 𝑣1 ) (𝜎21 𝑣2 𝜎22 𝑣2 𝜎23 𝑣2 ) (𝜎21 𝑣3 𝜎22 𝑣3 𝜎23 𝑣3 )}
𝜎31 𝑣1 𝜎32 𝑣1 𝜎33 𝑣1 𝜎31 𝑣2 𝜎32 𝑣2 𝜎33 𝑣2 𝜎31 𝑣3 𝜎32 𝑣3 𝜎33 𝑣3

=  v (2.16)

que es el producto “externo” o “triádico” entre el tensor de segundo orden 𝜎𝑖𝑗 y el vector 𝑣𝑘 . El
resultado es una triada o tensor de tercer orden. Note que no aparece ningún signo de
multiplicación entre los factores.
𝜕𝜎11 𝜕𝜎21 𝜕𝜎31 𝜕𝜎12 𝜕𝜎22 𝜕𝜎32 𝜕𝜎13 𝜕𝜎23 𝜕𝜎33
𝜕𝑥1 𝜕𝑥1 𝜕𝑥1 𝜕𝑥1 𝜕𝑥1 𝜕𝑥1 𝜕𝑥1 𝜕𝑥1 𝜕𝑥1
𝜕𝜎𝑗𝑘 𝜕𝜎11 𝜕𝜎21 𝜕𝜎31 𝜕𝜎12 𝜕𝜎22 𝜕𝜎32 𝜕𝜎13 𝜕𝜎23 𝜕𝜎33
=
𝜕𝑥𝑖 𝜕𝑥2 𝜕𝑥2 𝜕𝑥2 𝜕𝑥2 𝜕𝑥2 𝜕𝑥2 𝜕𝑥2 𝜕𝑥2 𝜕𝑥2
𝜕𝜎11 𝜕𝜎21 𝜕𝜎31 𝜕𝜎12 𝜕𝜎22 𝜕𝜎32 𝜕𝜎13 𝜕𝜎23 𝜕𝜎33
{( 𝜕𝑥3 𝜕𝑥3 𝜕𝑥3 ) ( 𝜕𝑥3 𝜕𝑥3 𝜕𝑥3 ) ( 𝜕𝑥3 𝜕𝑥3 𝜕𝑥3 )}

= ∇  (2.17)

que es el gradiente espacial de la función tensorial de variable vectorial  =  ( x ; t )

En la expresión indicial de este gradiente, 𝑖 es el primer índice, 𝑗 es el segundo, y 𝑘 es el


tercero de ellos. Los componentes están colocados de acuerdo con la convención anteriormente
mencionada.

2.2 Ecuaciones de transformación de los componentes de un tensor

Los tensores de orden uno, mejor conocidos como vectores, son cantidades que además de
una magnitud (escalar), apuntan en una dirección y en un cierto sentido. Por ejemplo, el
desplazamiento de una partícula en un intervalo de tiempo dado puede representarse
gráficamente como una flecha cuyo origen está en el punto inicial del desplazamiento y cuyo
extremo queda en el punto final del mismo. Esta flecha es independiente del marco de referencia,
cartesiano o curvilíneo, que se emplee. La longitud de la flecha corresponde a su magnitud, y la
flecha apunta en una determinada dirección con uno u otro sentido. Este sentido se invierte si se
intercambian el origen y el extremo del vector, pero su magnitud y su dirección permanecerían sin
cambios. Cuando se establece un marco de referencia, por ejemplo un marco cartesiano
ortogonal, el vector puede ser representado con tres números reales, que son llamados los
“componentes” del vector con respecto a este marco de referencia arbitrario. Si se cambia el
marco de referencia, en general los tres componentes del vector cambian (¡pero el vector, como
ente matemático, no cambia!). Para el caso de dos marcos cartesianos ortogonales, llámense por
ejemplo el marco 𝑋1 𝑋2 𝑋3 con respecto al cual los componentes de un determinado vector 𝑣 son
𝑣1 , 𝑣2 , 𝑣3 y el marco 𝑋1′ 𝑋2′ 𝑋3′ , respecto al cual los componentes del mismo vector son
𝑣1′ , 𝑣2′ , 𝑣3′ , las ecuaciones de transformación de los componentes pueden escribirse en notación
indicial con una sola ecuación (tensorial de orden uno) como sigue:

𝑣𝑖′ = 𝑎𝑖𝑗 𝑣𝑗 (2.18)

En esta ecuación, 𝑎𝑖𝑗 es el coseno del ángulo 𝜃𝑖𝑗 que forman el eje 𝑋𝑖′ y el eje 𝑋𝑗 . En realidad
𝑎𝑖𝑗 es un tensor de segundo orden, cuyos nueve componentes son los cosenos de los nueve
ángulos (menores o iguales a 180°) que se forman entre los ejes coordenados de ambos marcos de
referencia, como se muestra en la figura 2.1.
Figura 2.1 Ángulos que forman los ejes de dos marcos cartesianos ortogonales.

La ecuación 2.18 es equivalente al siguiente sistema de tres ecuaciones escalares, muy


estudiado en la Geometría Analítica, en donde todos los factores y términos aparecen
explícitamente:

𝑣1′ = 𝑎11 𝑣1 + 𝑎12 𝑣2 + 𝑎13 𝑣3


{𝑣2′ = 𝑎21 𝑣1 + 𝑎22 𝑣2 + 𝑎23 𝑣3 (2.19)
𝑣3′ = 𝑎31 𝑣1 + 𝑎32 𝑣2 + 𝑎33 𝑣3

Asimismo, la ecuación 2.18 se puede expresar en forma matricial:

𝑣1′ 𝑎11 𝑎12 𝑎13 𝑣1


(𝑣2 ) = (𝑎21
′ 𝑎22 𝑎23 ) (𝑣2 ) (2.20)
𝑣3′ 𝑎31 𝑎32 𝑎33 𝑣3

Los componentes de vector 𝑉 en dos marcos cartesianos ortogonales de mano derecha son las

aristas de los paralelepípedos mostrados en la figura 2.2. Estos componentes en ambos marcos
están relacionados por las ecuaciones 2.18, 2.19 y 2.20.
Escrito como matriz de transformación de coordenadas ortogonales, el tensor 𝑎𝑖𝑗 es una matriz
ortogonal; su inversa es su transpuesta y todos sus renglones y columnas tienen magnitud
unitaria.
Figura 2.2 Componentes del vector 𝑉 en dos marcos cartesianos rectangulares.

Es evidente que, con mucho, las ecuaciones de transformación quedan representadas en una
forma más compacta en la ecuación 2.18. Ésta puede generalizarse para transformar los
componentes de tensores de mayor orden.

Por ejemplo, para tensores de segundo orden, las nueve ecuaciones de transformación pueden
escribirse con la notación indicial con una sola ecuación tensorial de segundo orden como sigue:

𝜎𝑖𝑗′ = 𝑎𝑖𝑙 𝑎𝑗𝑚 𝜎𝑙𝑚 (2.21)

que es equivalente al sistema de nueve ecuaciones escalares de transformación siguiente:



𝜎11 = 𝑎11 𝑎11 𝜎11 + 𝑎11 𝑎12 𝜎12 + 𝑎11 𝑎13 𝜎13 + 𝑎12 𝑎11 𝜎21 + 𝑎12 𝑎12 𝜎22 + 𝑎12 𝑎13 𝜎23 +

+ 𝑎13 𝑎11 𝜎31 + 𝑎13 𝑎12 𝜎32 + 𝑎13 𝑎13 𝜎33



𝜎12 = 𝑎11 𝑎21 𝜎11 + 𝑎11 𝑎22 𝜎12 + 𝑎11 𝑎23 𝜎13 + 𝑎12 𝑎21 𝜎21 + 𝑎12 𝑎22 𝜎22 + 𝑎12 𝑎23 𝜎23 +

+ 𝑎13 𝑎21 𝜎31 + 𝑎13 𝑎22 𝜎32 + 𝑎13 𝑎23 𝜎33



𝜎13 = 𝑎11 𝑎31 𝜎11 + 𝑎11 𝑎32 𝜎12 + 𝑎11 𝑎33 𝜎13 + 𝑎12 𝑎31 𝜎21 + 𝑎12 𝑎32 𝜎22 + 𝑎12 𝑎33 𝜎23 +

+ 𝑎13 𝑎31 𝜎31 + 𝑎13 𝑎32 𝜎32 + 𝑎13 𝑎33 𝜎33



𝜎21 = 𝑎21 𝑎11 𝜎11 + 𝑎21 𝑎12 𝜎12 + 𝑎21 𝑎13 𝜎13 + 𝑎22 𝑎11 𝜎21 + 𝑎22 𝑎12 𝜎22 + 𝑎22 𝑎13 𝜎23
+ 𝑎23 𝑎11 𝜎31 + 𝑎23 𝑎12 𝜎32 + 𝑎23 𝑎13 𝜎33

𝜎22 = 𝑎21 𝑎21 𝜎11 + 𝑎21 𝑎22 𝜎12 + 𝑎21 𝑎23 𝜎13 + 𝑎22 𝑎21 𝜎21 + 𝑎22 𝑎22 𝜎22 + 𝑎22 𝑎23 𝜎23 +

+ 𝑎23 𝑎21 𝜎31 + 𝑎23 𝑎22 𝜎32 + 𝑎23 𝑎23 𝜎33



𝜎23 = 𝑎21 𝑎31 𝜎11 + 𝑎21 𝑎32 𝜎12 + 𝑎21 𝑎33 𝜎13 + 𝑎22 𝑎31 𝜎21 + 𝑎22 𝑎32 𝜎22 + 𝑎22 𝑎33 𝜎23 +

+ 𝑎23 𝑎31 𝜎31 + 𝑎23 𝑎32 𝜎32 + 𝑎23 𝑎33 𝜎33



𝜎31 = 𝑎31 𝑎11 𝜎11 + 𝑎31 𝑎12 𝜎12 + 𝑎31 𝑎13 𝜎13 + 𝑎32 𝑎11 𝜎21 + 𝑎32 𝑎12 𝜎22 + 𝑎32 𝑎13 𝜎23 +

+ 𝑎33 𝑎11 𝜎31 + 𝑎33 𝑎12 𝜎32 + 𝑎33 𝑎13 𝜎33



𝜎32 = 𝑎31 𝑎21 𝜎11 + 𝑎31 𝑎22 𝜎12 + 𝑎31 𝑎23 𝜎13 + 𝑎32 𝑎21 𝜎21 + 𝑎32 𝑎22 𝜎22 + 𝑎32 𝑎23 𝜎23 +

+ 𝑎33 𝑎21 𝜎31 + 𝑎33 𝑎22 𝜎32 + 𝑎33 𝑎23 𝜎33



𝜎33 = 𝑎31 𝑎31 𝜎11 + 𝑎31 𝑎32 𝜎12 + 𝑎31 𝑎33 𝜎13 + 𝑎32 𝑎31 𝜎21 + 𝑎32 𝑎32 𝜎22 + 𝑎32 𝑎33 𝜎23 +

+ 𝑎33 𝑎31 𝜎31 + 𝑎33 𝑎32 𝜎32 + 𝑎33 𝑎33 𝜎33 (2.22)

Aquí es más que evidente la compacidad de las ecuaciones de transformación en la versión


indicial 2.21.

Ahora bien, las 27 ecuaciones escalares de transformación de los componentes de un tensor de


tercer orden quedan escritas de manera compacta como sigue:


𝑇𝑖𝑗𝑘 = 𝑎𝑖𝑙 𝑎𝑗𝑚 𝑎𝑘𝑛 𝑇𝑙𝑚𝑛 (2.23)

Las 81 ecuaciones de transformación para los componentes de un tensor de cuarto orden son:


𝑆𝑖𝑗𝑘𝑙 = 𝑎𝑖𝑟 𝑎𝑗𝑠 𝑎𝑘𝑡 𝑎𝑙𝑢 𝑆𝑟𝑠𝑡𝑢 (2.24)

etcétera.

2.3 El campo de los números reales

Antes de proceder a desarrollar un álgebra de tensores cartesianos, conviene recordar el


concepto de “campo numérico”, como el que forman los números reales y los números complejos.
Por pura comodidad para el lector, en este libro se supondrá que todos los componentes de los
tensores son números reales (con unidades del SI, a menos que sean adimensionales, como
sucede con los tensores de deformación). Si hubiese componentes complejos no reales, no habría
ningún problema con el tratamiento que se les daría, pues los números complejos también forman
un “campo numérico”. Un conjunto de números forma un campo, si una vez definida una suma y
un producto entre éstos, cumple con ciertas condiciones. La primera es que tanto la suma como el
producto también pertenecen al conjunto numérico; esta es la llamada “propiedad de cerradura”.
Además de lo anterior, ambas operaciones binarias son conmutativas, y la suma es distributiva
sobre el producto. Existen también, para ambas operaciones, elementos neutros e inversos. Todas
estas propiedades, listadas en la Tabla 2.2, hacen que los números reales (que son un subconjunto
de los números complejos), formen un “campo numérico”. Esta tabla sintetiza las reglas del
álgebra de tensores de orden cero (escalares, números reales acompañados de unidades) que
serán básicas para el álgebra de tensores de órdenes más altos.

Tabla 2.2 PROPIEDADES DE LA SUMA Y EL PRODUCTO DE LOS NÚMEROS REALES Re

Propiedad de cerradura: 𝑎 + 𝑏 ∈ 𝑅𝑒 𝑎 𝑏 ∈ 𝑅𝑒

Propiedad conmutativa: 𝑎+𝑏 = 𝑏+𝑎 𝑎𝑏=𝑏𝑎

Propiedad de asociatividad: 𝑎+(𝑏+𝑐)= (𝑎+𝑏)+𝑐 𝑎(𝑏𝑐)=(𝑎𝑏)𝑐

Propiedad distributiva: 𝑎(𝑏+𝑐) =(𝑎𝑏)+(𝑎𝑐)

Elemento neutro: 𝑎+𝟎=𝑎 𝑎 (𝟏) =𝑎

𝟏
Elemento inverso: 𝑎 + ( −𝒂 ) = 𝟎 𝑎 (𝒂) = 𝟏

Como los componentes de los tensores son números reales (o complejos, si se da el caso), estas
propiedades son la base para demostrar las propiedades de la suma y el producto de tensores
cartesianos. Por ejemplo, si se define la suma de tensores cartesianos como un nuevo tensor
cuyos componentes son la suma de los componentes correspondientes de los sumandos, es claro
que la suma de tensores es conmutativa y asociativa, que exististe un elemento neutro aditivo (el
tensor cuyos componentes son todos cero); además, para cada tensor hay un inverso aditivo, que
es el tensor cuyos componentes son los inversos aditivos del tensor dado.

2.4 Suma y productos de vectores y tensores

Al introducirnos en el álgebra de tensores de orden uno (vectores), es preciso recordar la suma


y los tres productos más usuales entre vectores: el producto punto, el producto cruz, y el producto
externo o diádico. El producto de un vector por un escalar da como resultado un nuevo vector que
tiene la misma dirección que el vector original, pero una magnitud igual al producto de su
magnitud por el valor absoluto del escalar.
Ahora bien, la suma vectores, que pueden representarse gráficamente como segmentos
dirigidos, obedece la “regla del paralelogramo” como se muestra en la figura 2.3. La suma de los
vectores a y b es un nuevo vector c cuyo origen es el origen (punto en donde inicia la flechita)
de a , y cuyo extremo (la punta de la flechita) es el extremo de b , cuando el origen de b se hace
coincidir con el extremo de a . Dos vectores son iguales si tienen la misma magnitud, dirección y
sentido. Claramente la suma de vectores es conmutativa, asociativa, existe un elemento neutro (el
vector cuyos 3 componentes son ceros), y para cada vector v = ( v1 , v2 , v3 ) su inverso aditivo es - v
= ( -v1 , -v2 , -v3 ). La magnitud del vector v suele representarse como |v|.

a+b = b+a = c a - b = a + (- b) = d f=(a+b)+ e = a+(b+e)

Figura 2.3 Suma y resta de vectores en forma gráfica. La suma de vectores es conmutativa y
asociativa, y existe un elemento neutro (el vector nulo), e inversos para cada vector.

2.4.1 Producto punto, o “escalar” de dos vectores

El producto punto de dos vectores 𝑎 y 𝑏 se define, independientemente del marco de


− −
referencia como:

𝑎 ∙ 𝑏 = | 𝑎 | | 𝑏 | cos 𝜃 (2.25)
− − − −

en donde 𝜃 es cualesquiera de los ángulos positivos que se forman entre los vectores, aunque por
costumbre se toma el menor de ellos. Como el producto punto entre dos vectores es un escalar
(tensor de orden cero), en la notación clásica el punto entre los vectores debe contar por -2 en el
orden tensorial, ya que cada vector contribuye en +1 a este orden.
Nótese que si los vectores 𝑎 y 𝑏 son perpendiculares, el producto punto entre ellos resultará
− −
nulo (se usará esto como condición de perpendicularidad entre vectores); si el resultado es
positivo, 𝜃 es un ángulo agudo, y si el resultado es negativo, 𝜃 es un ángulo obtuso.

Si se emplea una notación “campechana”, utilizando los vectores unitarios (a los que por ser
vectores se les pone una rayita debajo, y por el hecho de que ser de magnitud unitaria se les pone
∧ ∧ ∧ ∧ ∧ ∧
el gorrito ∧ encima) en las direcciones de los ejes coordenados 𝑖 = 𝑒1 ; 𝑗 = 𝑒2 y 𝑘 = 𝑒3 de la
− − − − − −
notación clásica, pero aprovechando la convención de sumatoria de la notación indicial, los
vectores 𝑎 y 𝑏 pueden expresarse como:
− −

∧ ∧ ∧ ∧
𝑎 = 𝑎𝑖 𝑒𝑖 = 𝑎1 𝑒1 + 𝑎2 𝑒2 + 𝑎3 𝑒3 = 𝑎𝑖 (2.26)
− − − − −


Nótese que al suprimir 𝑒𝑖 en la notación campechana, queda vector 𝑎 muy convenientemente en
− −
la forma puramente indicial.
∧ ∧ ∧ ∧
𝑏 = 𝑏𝑗 𝑒𝑗 = 𝑏1 𝑒1 + 𝑏2 𝑒2 + 𝑏3 𝑒3 = 𝑏𝑗 (2.27)
− − − − −

∧ ∧ ∧ ∧
Así: 𝑎 ∙ 𝑏 = (𝑎𝑖 𝑒𝑖 ) ∙ ( 𝑏𝑗 𝑒𝑗 ) = (𝑎𝑖 𝑏𝑗 ) ( 𝑒𝑖 ∙ 𝑒𝑗 ) (2.28)
− − − − − −

∧ ∧
El producto 𝑒𝑖 ∙ 𝑒𝑗 es un tensor de orden dos, como se explica en seguida:
− −

En la notación campechana aparecen dos rayitas debajo de los factores, cada rayita cuenta por
+1 en el orden tensorial del producto. Asimismo, hay los dos índices libres 𝑖 y 𝑗 , cada uno
también cuenta en +1 en el orden tensorial, y el punto entre los factores cuenta por -2 en el orden
tensorial, de modo que el orden del tensor es 2 + 2 – 2 = 2 . Para un marco de referencia
ortogonal, este tensor, que tiene componentes que valen 1 cuando 𝑖 = 𝑗 y y cero cuando 𝑖 ≠ 𝑗 ,
recibe el nombre de “delta de Kronecker” (en honor al matemático prusiano Leopold Kronecker) y
se denota en notación indicial como 𝛿𝑖𝑗 . De esta forma:

∧ ∧ 1 𝑠𝑖 𝑖 = 𝑗
𝑒𝑖 ∙ 𝑒𝑗 = 𝛿𝑖𝑗 = { (2.29)
− −
0 𝑠𝑖 𝑖 ≠ 𝑗

Sustituyendo en el lado derecho de la ecuación 2.28, se tiene que:

∧ ∧
𝑎 ∙ 𝑏 = (𝑎𝑖 𝑏𝑗 ) ( 𝑒𝑖 ∙ 𝑒𝑗 ) = (𝑎𝑖 𝑏𝑗 ) 𝛿𝑖𝑗 = 𝑎𝑖 𝑏𝑖 (2.30)
− − − −

El resultado es un tensor de orden cero, o escalar (no aparece ningún índice libre) por lo que a
este producto punto también se le conoce como el “producto escalar de dos vectores”. Nótese
que cuando aparece una delta de Kronecker en un término, ésta puede ser eliminada con sólo
igualar sus índices en el resto del término, lográndose así una gran simplificación. En la expresión
(𝑎𝑖 𝑏𝑗 ) 𝛿𝑖𝑗 se implican dos sumatorias (de uno a tres) sobre los índices espurios 𝑖 y 𝑗 (ambos
aparecen dos veces en el mismo término), de modo que se tienen nueve sumandos en su
desarrollo, pero seis de ellos son nulos (cuando los subíndices son diferentes). Al suprimir la delta
de Kronecker e igualar sus índices en el resto del término, se tiene que sólo sobreviven los tres
términos no necesariamente nulos del extremo derecho de la siguiente ecuación:

(𝑎𝑖 𝑏𝑗 ) 𝛿𝑖𝑗 = 𝑎𝑖 𝑏𝑖 = 𝑎𝑗 𝑏𝑗 = 𝑎1 𝑏1 + 𝑎2 𝑏2 + 𝑎3 𝑏3 (2.31)

El producto punto entre dos vectores es obviamente conmutativo, ya que el producto de los
correspondientes componentes de los vectores que se multiplican es conmutativo.

2.4.2 Producto cruz, o “vectorial” de dos vectores

El producto cruz de dos vectores 𝑎 y 𝑏 se define, independientemente del marco de


− −
referencia como:

𝑎 × 𝑏 = | 𝑎 | | 𝑏 | sen 𝜃 𝒆 (2.32)
− − − − −

en donde 𝜃 es cualesquiera de los ángulos positivos que se forman entre los vectores, aunque por

costumbre se toma el menor de ellos, y 𝒆 es un vector unitario perpendicular tanto a 𝑎 como a
− −
𝑏 (esto implica que es perpendicular al plano en que se encuentren los factores 𝑎 y 𝑏 , si se
− − −
hacen coincidir sus orígenes), cuyo sentido queda definido por la bien conocida “regla de la mano
derecha”. Si se invierte el orden de los factores, el signo del producto cambiará, por lo que el
producto cruz no es conmutativo. Como el producto cruz entre dos vectores (tensores de orden
uno) produce otro vector, el símbolo x en la notación clásica debe valer por -1 en el orden
tensorial del producto.

Si se vuelve a emplear la notación “campechana”:

∧ ∧ ∧ ∧
𝑎 × 𝑏 = (𝑎𝑖 𝑒𝑖 ) × ( 𝑏𝑗 𝑒𝑗 ) = (𝑎𝑖 𝑏𝑗 ) ( 𝑒𝑖 × 𝑒𝑗 ) (2.33)
− − − − − −

∧ ∧
El producto 𝑒𝑖 × 𝑒𝑗 es un tensor de orden tres. En la notación campechana aparecen dos
− −
rayitas debajo de los factores, cada rayita cuenta por +1 en el orden tensorial del producto.
Asimismo, están los dos índices libres 𝑖 y 𝑗, cada uno cuenta en +1 en el orden tensorial, y la cruz
entre los factores cuenta por - 1 , de modo que el orden del tensor es 2 + 2 – 1 = 3 . Para un marco
de referencia ortogonal de mano derecha, este tensor tiene componentes que valen 1 cuando los
subíndices 𝑖, 𝑗 𝑦 𝑘 forman parte de la cadena cíclica 123123…; -1 cuando los subíndices 𝑖, 𝑗 𝑦 𝑘
forman parte de la cadena cíclica 132132…, y cero cuando dos subíndices tomen el mismo valor. Al
efectuar los nueve productos posibles con los vectores unitarios ortogonales (y de mano derecha)
∧ ∧ ∧
𝑒1 , 𝑒2 y 𝑒3 se encuentra que:
− − −

eˆ1  eˆ 2  eˆ 3 ; eˆ 2  eˆ 3  eˆ1 ; eˆ 3  eˆ1  eˆ 2 ; eˆ 2  eˆ1  eˆ 3 ; eˆ 3  eˆ 2  eˆ1 ; eˆ1  eˆ3  eˆ 2

Como además el producto cruz de un vector con él mismo es el vector nulo, los nueve
resultados del producto cruz entre los tres vectores unitarios ortogonales pueden sintetizarse en
la siguiente expresión:
∧ ∧ ∧
𝑒𝑖 × 𝑒𝑗 = 𝜀𝑖𝑗𝑘 𝑒𝑘 = 𝜀𝑖𝑗𝑘 (2.34)
− − −

Este tensor recibe el nombre de “tensor de Levi-Civita” (en honor al matemático italiano Tullio
Levi-Civita, coinventor del cálculo tensorial, y quien enseñó al mismísimo Einstein esta
herramienta matemática). También se le conoce como “símbolo de permutación”, y se representa
en la notación indicial como 𝜀𝑖𝑗𝑘 . De esta forma:

1 𝑠𝑖 𝑖𝑗𝑘 𝑠𝑜𝑛 𝑝𝑎𝑟𝑡𝑒 𝑑𝑒 𝑙𝑎 𝑐𝑎𝑑𝑒𝑛𝑎 𝑐í𝑐𝑙𝑖𝑐𝑎 123123 …


∧ ∧
𝑒𝑖 × 𝑒𝑗 = 𝜀𝑖𝑗 𝑘 = { −1 𝑠𝑖 𝑖𝑗𝑘 𝑠𝑜𝑛 𝑝𝑎𝑟𝑡𝑒 𝑑𝑒 𝑙𝑎 𝑐𝑎𝑑𝑒𝑛𝑎 𝑐í𝑐𝑙𝑖𝑐𝑎 132132 … (2.35)
− − 0 𝑠𝑖 𝑠𝑒 𝑟𝑒𝑝𝑖𝑡𝑒 𝑎𝑙𝑔ú𝑛 𝑠𝑢𝑏í𝑛𝑑𝑖𝑐𝑒

Nótese que 𝜀𝑖𝑗𝑘 ≡ 𝜀𝑗𝑘𝑖 ≡ 𝜀𝑘𝑖𝑗 (2.36)

En notación matricial, los 27 componentes del tensor de Levi-Civita se muestran explícitamente


en 2.37. Tres componentes valen 1, otros tres valen -1, y los 21 componentes restantes son ceros:

0 0 0 0 0 −1 0 1 0
𝜀𝑖𝑗𝑘 = {(0 0 1) (0 0 0 ) (−1 0 0)} (2.37)
0 −1 0 1 0 0 0 0 0

Sustituyendo el producto cruz en el lado derecho de la ecuación 2.33, por el tensor de Levi-
Civita, se tiene que:
∧ ∧
𝑎 × 𝑏 = (𝑎𝑖 𝑏𝑗 ) ( 𝑒𝑖 × 𝑒𝑗 ) = (𝑎𝑖 𝑏𝑗 ) 𝜀𝑖𝑗𝑘 = 𝜀𝑖𝑗𝑘 𝑎𝑖 𝑏𝑗 (2.38)
− − − −

Nótese que en esta expresión, el primer subíndice del tensor de Levi-Civita corresponde al primer
factor (en este caso el vector 𝑎 ), el segundo subíndice corresponde al segundo factor, y el tercer

subíndice es el índice libre que le da la naturaleza vectorial al producto. Convendrá recordar esto
cuando se defina el producto cruz de tensores de órdenes más altos. Al desarrollar el extremo
derecho de la anterior ecuación 2.38, se obtiene que:
1 1 1 1 1 1
a  b  ( 231a 2 b3   321a3b2 ,  312 a3b1   132 a1b3 ,  123 a1b2   213 a 2 b1 ) (2.39)
                    
para k 1 para k  2 para k 3
Así, finalmente se tiene que:

a  b  (a2 b3  a3b2 , a3b1  a1b3 , a1b2  a2 b1 ) (2.40)

2.4.3 Producto externo, o “diádico” de dos vectores

Este producto se define escribiendo los vectores en simple yuxtaposición, sin ningún símbolo
de operación entre ellos. Así, el producto externo de dos vectores 𝑎 y 𝑏 se escribe en notación
− −
clásica, campechana, indicial y matricial como:
𝑎1 𝑏1 𝑎1 𝑏2 𝑎1 𝑏3
∧ ∧
𝑎 𝑏 = (𝑎𝑖 𝑏𝑗 ) ( 𝑒𝑖 𝑒𝑗 ) = 𝑎𝑖 𝑏𝑗 = (𝑎2 𝑏1 𝑎2 𝑏2 𝑎2 𝑏3 ) (2.41)
−− − −
𝑎3 𝑏1 𝑎3 𝑏2 𝑎3 𝑏3

Este es un tensor de orden dos, llamado diada, cuyos nueve componentes son los productos
entre los tres componentes de cada vector que se multiplica. Los nueve productos diádicos entre
∧ ∧
los vectores unitarios 𝑒𝑖 𝑒𝑗 serían una especie de “diadas unitarias”, en analogía con los vectores
− −
∧ ∧ ∧
unitarios 𝑒1 , 𝑒2 y 𝑒3 . Así, por ejemplo:
− − −

∧ ∧
1 0 0 ∧ ∧
0 1 0 ∧ ∧
0 0 0
𝑒1 𝑒1 = (0 0 0) ; 𝑒1 𝑒2 = (0 0 0) ; 𝑒2 𝑒3 = (0 0 1) , etcétera (2.42)
− − − − − −
0 0 0 0 0 0 0 0 0

Con éstos, un tensor de orden dos se puede expresar como la suma de sus componentes
diádicos:
∧ ∧ ∧ ∧ ∧ ∧ ∧ ∧ ∧ ∧ ∧ ∧
𝜎 = 𝜎𝑖𝑗 𝑒𝑖 𝑒𝑗 = 𝜎11 𝑒1 𝑒1 + 𝜎12 𝑒1 𝑒2 + 𝜎13 𝑒1 𝑒3 + 𝜎21 𝑒2 𝑒1 + … + 𝜎33 𝑒3 𝑒3 = 𝜎𝑖𝑗 (2.43)
= −− − − − − − − − − − −

En resumen, la adición o suma, y los tres más usuales productos entre dos vectores se escriben
en notaciones clásica, indicial y matricial abajo. Estas operaciones se pueden generalizar para tres
o más vectores.

Suma de dos vectores:


𝑎 + 𝑏 = 𝑎𝑖 + 𝑏𝑖 = (𝑎1 + 𝑏1 𝑎2 + 𝑏2 𝑎3 + 𝑏3 ) (2.44)
− −

Nótese que se acostumbra poner comas entre los componentes, cosa que no se hizo aquí.

Producto punto de dos vectores:

𝑎 ∙ 𝑏 = 𝑎𝑖 𝑏𝑖 = 𝑎1 𝑏1 + 𝑎2 𝑏2 + 𝑎3 𝑏3 (2.45)
− −

Nótese que no se acostumbra poner el paréntesis matricial. El resultado del producto punto de
dos vectores es una matriz de un renglón y una columna.
Producto cruz de dos vectores:

𝑎 × 𝑏 = 𝜀𝑖𝑗𝑘 𝑎𝑖 𝑏𝑗 = (𝑎2 𝑏3 − 𝑎3 𝑏2 𝑎3 𝑏1 − 𝑎1 𝑏3 𝑎1 𝑏2 − 𝑎2 𝑏1 ) (2.46)


− −

Nuevamente, las usuales comas entre los componentes del vector se han omitido aquí.

Producto diádico de dos vectores:

𝑎1 𝑏1 𝑎1 𝑏2 𝑎1 𝑏3
𝑎 𝑏 = 𝑎𝑖 𝑏𝑗 = (𝑎2 𝑏1 𝑎2 𝑏2 𝑎2 𝑏3 ) (2.47)
−−
𝑎3 𝑏1 𝑎3 𝑏2 𝑎3 𝑏3

2. 5 Generalización de la suma y los productos a tensores de órdenes mayores


2.5.1 Suma de tensores La suma de dos tensores del mismo orden (necesariamente con las
mismas dimensiones, de acuerdo con el Principio de homogeneidad tensorial y dimensional) 5 se
efectúa analíticamente sumando sus correspondientes componentes. El resultado es un tercer
tensor, del mismo orden y con las mismas dimensiones. Así:
𝑇 + 𝑆 = 𝑇𝑖𝑗𝑘…𝑙𝑚 + 𝑆𝑖𝑗𝑘…𝑙𝑚 (2.48)
≡ ≡
: :
= =

Esta suma es conmutativa, asociativa, y existen elemento neutro e inversos aditivos, que son las
propiedades de campo de la suma de escalares (reales o complejos).

2.5.2 Producto de un escalar por un tensor


El producto de un escalar por un tensor produce un nuevo tensor, del mismo orden tensorial que
el tensor de marras, cuyas dimensiones son el producto de multiplicar las dimensiones del escalar
por las del tensor, y cuyos componentes se obtienen al multiplicar todos los componentes del
tensor por el escalar. Así:

𝑐 𝑇 = 𝑐 𝑇𝑖𝑗𝑘…𝑙𝑚 = 𝑇𝑖𝑗𝑘…𝑙𝑚 𝑐 (2.49)



:
=

Este producto obviamente es conmutativo.

5 PRINCIPIO DE HOMOGENEIDAD TENSORIAL Y DIMENSIONAL.- En todo modelo matemático de la realidad,


todos los términos (grupos de factores separados entre sí por un signo – o un signo +), deben ser del mismo
orden tensorial (no se pueden sumar escalares con vectores, por ejemplo), y deben tener las mismas
dimensiones, es decir, no se pueden sumar peras con manzanas (¡pero sí se pueden multiplicar los tensores
de diversos órdenes y dimensiones!). Si alguna ecuación resulta no ser dimensionalmente homogénea,
definitivamente es errónea y debe ser corregida.
2.5.3 Producto externo de tensores

El producto externo de dos tensores de cualesquier órdenes es un nuevo tensor cuyo orden es la
suma de los órdenes de los factores, y cuyos componentes se obtienen multiplicando cada
componente de un factor por todos los componentes del otro factor. Como ejemplos están los
siguientes productos:

𝜎 𝑒 = 𝜎𝑖𝑗 𝑒𝑘𝑙 (Este producto es un tensor de cuarto orden) (2.50)


==

𝑣 𝜎 𝑤 = 𝑣𝑖 𝜎𝑖𝑗 𝑤𝑘 (Este producto también es de orden cuatro) (2.51)


−= −

El producto externo de tensores en general no es conmutativo, pero sí es asociativo.

2.5.4 Producto punto de dos tensores

El producto punto entre dos tensores cartesianos de órdenes mayor o igual a uno se efectúa
operacionalmente igualando los subíndices de los factores que se encuentren más próximos entre
sí. Como ejemplos:

𝜎 ∙ 𝑣 = 𝜎𝑖𝑗 𝑣𝑗 (2.52)
= −

𝜎 ∙ 𝑆 = 𝜎𝑖𝑗 𝑆𝑗𝑘 (2.53)


= =

𝑣 ∙ 𝑇 ∙ 𝜎 = 𝑣𝑖 𝑇𝑖𝑗𝑘 𝜎𝑘𝑛 (2.54)


− ≡ =

Esto puede verse más claro empleando la “notación campechana” en los tres ejemplos
anteriores:
∧ ∧ ∧ ∧ ∧ ∧ ∧ ∧
𝜎 ∙ 𝑣 = (𝜎𝑖𝑗 𝑒𝑖 𝑒𝑗 ) ∙ (𝑣𝑘 𝑒𝑘 ) = 𝜎𝑖𝑗 𝑣𝑘 𝑒𝑖 (𝑒𝑗 ∙ 𝑒𝑘 ) = 𝜎𝑖𝑗 𝑣𝑘 𝑒𝑖 𝛿𝑗𝑘 = 𝜎𝑖𝑗 𝑣𝑗 𝑒𝑖 = 𝜎𝑖𝑗 𝑣𝑗 (2.55)
= − − − − − − − − −

El desarrollo anterior se basó en lo siguiente: los componentes de los tensores son escalares
cuyo producto es asociativo y conmutativo, el producto de un escalar por un tensor es
∧ ∧
conmutativo, el producto externo de tensores es asociativo, el hecho de que (𝑒𝑗 ∙ 𝑒𝑘 ) = 𝛿𝑗𝑘 , y que
− −

el suprimir a 𝑒𝑖 de la notación campechana conduce a la notación puramente indicial.

∧ ∧ ∧ ∧ ∧ ∧ ∧ ∧ ∧ ∧ ∧ ∧
𝜎 ∙ 𝑆 = (𝜎𝑖𝑗 𝑒𝑖 𝑒𝑗 ) ∙ (𝑆𝑙𝑘 𝑒𝑙 𝑒𝑘 ) = 𝜎𝑖𝑗 𝑆𝑙𝑘 𝑒𝑖 (𝑒𝑗 ∙ 𝑒𝑙 ) 𝑒𝑘 = 𝜎𝑖𝑗 𝑆𝑙𝑘 𝑒𝑖 𝛿𝑗𝑙 𝑒𝑘 = 𝜎𝑖𝑗 𝑆𝑗𝑘 𝑒𝑖 𝑒𝑘 = 𝜎𝑖𝑗 𝑆𝑗𝑘
= = − − − − − − − − − − − −

(2.56)
Se deja al lector justificar los pasos efectuados en el anterior desarrollo, y en el siguiente también.
∧ ∧ ∧ ∧ ∧ ∧ ∧ ∧ ∧ ∧ ∧ ∧
𝑣 ∙ 𝑇 ∙ 𝜎 = (𝑣𝑙 𝑒𝑙 ) ∙ (𝑇𝑖𝑗𝑘 𝑒𝑖 𝑒𝑗 𝑒𝑘 ) ∙ (𝜎𝑚𝑛 𝑒𝑚 𝑒𝑛 ) = 𝑣𝑙 𝑇𝑖𝑗𝑘 𝜎𝑚𝑛 (𝑒𝑙 ∙ 𝑒𝑖 ) 𝑒𝑗 (𝑒𝑘 ∙ 𝑒𝑚 ) 𝑒𝑛 =
− ≡ = − −− − − − − − − − − −
∧ ∧ ∧ ∧
= 𝑣𝑙 𝑇𝑖𝑗𝑘 𝜎𝑚𝑛 𝛿𝑙𝑖 𝑒𝑗 𝛿𝑘𝑚 𝑒𝑛 = 𝑣𝑖 𝑇𝑖𝑗𝑘 𝜎𝑘𝑛 𝑒𝑗 𝑒𝑛 = 𝑣𝑖 𝑇𝑖𝑗𝑘 𝜎𝑘𝑛 (2.57)
− − − −

2.5.5 Producto cruz de dos tensores

Se define un producto cruz entre dos tensores de órdenes iguales o mayores a uno
introduciendo el tensor de Levi-Civita en lugar de la cruz, y tomando como primer índice de éste al
subíndice libre del primer factor que se encuentre más próximo al segundo factor; el segundo
subíndice del tensor de Levi-Civita corresponderá al subíndice del segundo factor más próximo al
primer factor, dejando como al tercer subíndice de tensor como subíndice libre. Como ejemplos:

∧ ∧ ∧ ∧ ∧ ∧ ∧
𝜎 × 𝑣 = (𝜎𝑖𝑗 𝑒𝑖 𝑒𝑗 ) × (𝑣𝑘 𝑒𝑘 ) = 𝜎𝑖𝑗 𝑣𝑘 𝑒𝑖 (𝑒𝑗 × 𝑒𝑘 ) = 𝜎𝑖𝑗 𝑣𝑘 𝑒𝑖 ℰ𝑗𝑘𝑙 = 𝜎𝑖𝑗 𝜀𝑗𝑘𝑙 𝑣𝑘 (2.58)
= − − − − − − − −

El resultado es un tensor de orden dos; en la notación indicial el primer índice (libre) es 𝑖, el


segundo es 𝑙 . Los otros dos subíndices son espurios y sólo implican sumatorias sobre ellos.

∧ ∧ ∧ ∧ ∧ ∧ ∧ ∧ ∧ ∧
𝜎 × 𝑆 = (𝜎𝑖𝑗 𝑒𝑖 𝑒𝑗 ) × (𝑆𝑘𝑙 𝑒𝑘 𝑒𝑙 ) = 𝜎𝑖𝑗 𝑆𝑘𝑙 𝑒𝑖 (𝑒𝑗 × 𝑒𝑘 ) 𝑒𝑙 = 𝜎𝑖𝑗 𝑆𝑘𝑙 𝑒𝑖 𝜀𝑗𝑘𝑙 𝑒𝑙 = 𝜎𝑖𝑗 𝜀𝑗𝑘𝑙 𝑆𝑘𝑙 (2.59)
= = − − − − − − − − − −

2.6 Productos múltiples entre tensores

En México, como en todo el mundo “occidental”, se acostumbra leer de izquierda a derecha y


de arriba hacia abajo. Esta misma costumbre se mantiene para operar cuando aparecen varios
signos de multiplicación entre dos tensores. Se pueden definir estos productos generalizando las
definiciones de los productos punto y cruz, como a continuación se describe.

2.6.1 Doble producto punto de dos tensores

El producto entre dos tensores cartesianos de órdenes mayor o igual a dos se efectúa igualando
los subíndices de los factores que se encuentren más próximos entre sí, y en seguida se repite la
operación. Como ejemplos los siguientes:

𝜎 ∶ 𝑒 = 𝜎𝑖𝑗 𝑒𝑗𝑖 (Este es un producto escalar entre dos tensores de orden dos) (2.60)
= =

𝜎 ∶ 𝑇 = 𝜎𝑖𝑗 𝑇𝑗𝑖𝑘 (Este resultado es un vector) (2.61)


= ≡
2.6.2 Doble producto cruz de dos tensores

El producto doble cruz entre dos tensores de órdenes igual o mayor que dos puede definirse
efectuando el producto cruz en dos ocasiones sucesivas. Así:
×
𝜎 𝑆 = 𝜎𝑖𝑗 𝜀𝑗𝑘𝑚 𝜀𝑖𝑙𝑛 𝑆𝑘𝑙 (2.62)
= ×=
El resultado es un tensor de orden dos, cuyo primer subíndice es 𝑚 , y el segundo es 𝑛 . Todos
los demás subíndices son espurios en el lado derecho de la ecuación 2.62.

2.6.3 Producto cruz-punto y producto punto-cruz

Se considera primero la operación indicada por el símbolo superior, y en seguida la indicada por
el símbolo inferior. Así:

×
𝜎 𝑆 = 𝜎𝑖𝑗 𝜀𝑗𝑘𝑚 𝛿𝑖𝑙 𝑆𝑘𝑙 = 𝜎𝑖𝑗 𝜀𝑗𝑘𝑚 𝑆𝑘𝑖 (2.63)
= ∙ =
este resultado es un vector. El único subíndice libre es 𝑚, que es el tercer índice del tensor de Levi-
Civita.


𝜎 × 𝑆 = 𝜎𝑖𝑗 𝛿𝑗𝑘 𝜀𝑖𝑙𝑚 𝑆𝑘𝑙 = 𝜎𝑖𝑗 𝜀𝑖𝑙𝑚 𝑆𝑗𝑙 (2.64)
= =

este es otro vector, en general distinto al obtenido en 2.63. Nuevamente, en 2.64 el único
subíndice libre es 𝑚.
No hay ninguna limitación para definir más productos triples, cuádruples, etcétera. El objeto de
haber hecho las definiciones de productos anteriores (que pueden ser diferentes a como han sido
definidas por otros autores) es poder operar cómodamente con estas cantidades al tratar de
resolver algún problema de la ingeniería o la técnica modernas.
Ahora bien, es muy común que en un mismo término haya varios productos cruz, punto,
externos, etcétera, de modo que el resultado puede resultar a primera vista tan complicado, que
al final de muchos libros de texto sobre mecánica, cálculo, física básica, se da una lista de
identidades que pueden ser útiles en la resolución de algún ejercicio. Por lo general esas
identidades son imposibles de recordar, pero por fortuna pueden derivarse muy fácilmente y no
es preciso recordarlas de memoria. En muchas de ellas aparecen varios productos cruz; cuando
esto ocurre, se implica el producto del tensor de Levi-Civita por sí mismo. Como todos los
componentes de este tensor son 1, -1 y 0, es plausible pensar que el producto del tensor de Levi-
Civita por sí mismo pueda expresarse en términos de productos de deltas de Kronecker. El
siguiente teorema indica cómo puede hacerse esto. La demostración puede hallarse en los textos
sobre tensores cartesianos, o puede hacerse por fuerza bruta, comprobando que ambos lados de
la ecuación (en realidad es una identidad) 2.65 son iguales para las 36 = 729 combinaciones de
valores de los seis índices, cada uno tomando valores de uno a tres.
TEOREMA:
 ijk  lmn   il  jm kn   im jn kl   in jl  km   il  jn km   in jm kl   im jl  kn (2.65)

Corolario 1:

𝜀𝑖𝑗𝑘 𝜀𝑙𝑚𝑘 = 𝛿𝑖𝑙 𝛿𝑗𝑚 − 𝛿𝑖𝑚 𝛿𝑗𝑙 (2.66)

Corolario 2:

𝜀𝑖𝑗𝑘 𝜀𝑙𝑗𝑘 = 2𝛿𝑖𝑙 (2.67)

El corolario 1 es particularmente útil en la determinación, o bien en la comprobación, de dichas


identidades. Por ejemplo, para el producto 𝑎 × (𝑏 × 𝑐 ) se procede como sigue. Primero se
− − −
reescribe el término en notación indicial, aparecerá el tensor de Levi-Civita por sí mismo; al aplicar
el corolario 1 del teorema anterior, se sustituirán dichos tensores por productos de deltas de
Kronecker, las cuales a su vez son eliminadas igualando subíndices en los términos. Finalmente el
resultado puede escribirse en notación clásica. Se habrá obtenido una de las identidades más
conocidas del álgebra vectorial.

𝑎 × (𝑏 × 𝑐 ) ≡ 𝑎 × (𝜀𝑖𝑗𝑘 𝑏𝑖 𝑐𝑗 ) ≡ 𝜀𝑙𝑘𝑚 𝑎𝑙 (𝜀𝑖𝑗𝑘 𝑏𝑖 𝑐𝑗 ) ≡ 𝜀𝑚𝑙𝑘 𝜀𝑖𝑗𝑘 𝑎𝑙 𝑏𝑖 𝑐𝑗


− − − −

≡ (𝛿𝑚𝑖 𝛿𝑙𝑗 − 𝛿𝑚𝑗 𝛿𝑙𝑖 ) (𝑎𝑙 𝑏𝑖 𝑐𝑗 ) ≡ 𝑎𝑗 𝑏𝑚 𝑐𝑗 − 𝑎𝑖 𝑏𝑖 𝑐𝑚

≡ (𝑎𝑗 𝑐𝑗 ) 𝑏𝑚 − (𝑎𝑖 𝑏𝑖 ) 𝑐𝑚 ≡ (𝑎 ∙ 𝑐 ) 𝑏 − (𝑎 ∙ 𝑏) 𝑐 (2.68)


− − − − − −

Así, se llega a que:

𝑎 × (𝑏 × 𝑐 ) ≡ (𝑎 ∙ 𝑐) 𝑏 − (𝑎 ∙ 𝑏) 𝑐 (2.69)
− − − − − − − − −

En el lado derecho de 2.69, aunque aparecen más productos (dos productos punto, y dos
productos de escalares por vectores), éstos son mucho más simples que los dos productos cruz del
lado izquierdo de la identidad.

Otro ejemplo es el siguiente producto múltiple cuyo resultado es un escalar. El lector debe
poder seguir el desarrollo con facilidad.

a  b  c  d    ijk aib j lmk cl dm


 ( il jm   im jl )aib j cl d m
 al b j cl d j  ambl cl d m (2.70)
 a  c b  d   a  d b  c 

Más adelante se derivarán más identidades, involucrado a tensores de órdenes superiores, que
por lo general no aparecen en los apéndices de los libros de texto. Este libro no es la excepción, y
en el Apéndice 2 pueden encontrarse algunas identidades vectoriales.
2.7 Operaciones diferenciales sobre tensores

En este libro las propiedades mecánicas, termodinámicas y de otra naturaleza se suponen


funciones tensoriales continuas en el espacio, en la materia, y en el tiempo; es decir, como
funciones tensoriales continuas de variable vectorial. Como se verá en el siguiente capítulo,
pueden elegirse coordenadas espaciales (𝑥1 , 𝑥2 , 𝑥3 ) como variables independientes, pero
igualmente pueden elegirse coordenadas materiales (𝜁1 , 𝜁2 , 𝜁3 ). Matemáticamente no hay
ninguna diferencia, aunque físicamente las coordenadas espaciales 𝑥𝑖 identifican puntos en el
espacio tridimensional, en tanto que las coordenadas materiales 𝜁𝑖 identifican partículas de un
cuerpo. El tiempo 𝑡 es una variable adicional a las tres dimensiones espaciales (o materiales), y las
derivadas parciales respecto a éste son de interés primordial.

En ciertas situaciones ideales, puede ignorarse el tiempo como variable; dicho de otra manera,
ninguna de las propiedades cambian con el tiempo (aunque sí cambien con respecto al espacio o
la posición material). En este caso de habla de un “régimen permanente”, caracterizado porque las
derivadas parciales con respecto al tiempo de todas las propiedades (dejando fija la posición en
que se miden), son nulas. Por supuesto, ningún régimen puede ser permanente por siempre, pero
en períodos relativamente breves, esta suposición es bien aplicable y sumamente útil en la
resolución de algunos problemas. Así, en un “régimen permanente”, para toda propiedad 𝜓 :

𝜕𝜓
( 𝜕𝑡 ) = 0 (2.71)
𝑥

Las derivadas con respecto a las coordenadas espaciales (o materiales) de las componentes de
un tensor muy frecuentemente se expresan con el llamado “operador nabla” que es un operador
diferencial de primer orden tensorial, se define a continuación y se representa en notación clásica
por ∇ , contribuyendo con un valor de +1 al orden tensorial del término en donde el operador
aparezca. Con el operador nabla se expresan el gradiente, la divergencia, el rotacional, el
lapalaciano, el operador biarmónico, entre otros, que son básicos en la modelación matemática de
la mecánica de medios continuos.

2.7.1 El operador “nabla”

Para un marco cartesiano, el operador nabla (espacial, u euleriano), representado


universalmente por el símbolo ∇ , se define como:

𝜕
∇= 𝜕𝑥𝑖
(2.72)

en tanto que el operador nabla material (o “lagrangiano”) se define análogamente como:

𝜕
∇𝜁 = 𝜕𝜁𝑖
(2.73)
2.7.2 Gradiente de una función tensorial

Al resultado de aplicar directamente el operador nabla a una función tensorial de orden 𝑛,


produce una nueva función tensorial, un orden mayor ( 𝑛 + 1 ) llamada “gradiente de la función”.

Para una función escalar de variable vectorial, por ejemplo 𝑓 = 𝑓 (𝑥1 , 𝑥2 , 𝑥3 ; 𝑡)

𝜕𝑓 𝜕𝑓 𝜕𝑓
∇ 𝑓 = ( 𝜕𝑥 , 𝜕𝑥2
, 𝜕𝑥3
) (2.74)
1

es el “gradiente espacial” de la función escalar 𝑓 y es una función vectorial. Nótese que el


operador ∇ sólo involucra derivadas parciales con respecto a las coordenadas (o variables)
espaciales, pero no involucra derivadas parciales con respecto al tiempo.

Ahora bien, f tiene una interpretación geométrica interesante:

1. Es un vector normal (en cada punto) a la superficie 𝑓 (𝑥1 , 𝑥2 , 𝑥3 ; 𝑡) = 𝑐


2. Apunta en la dirección de máximo crecimiento de la función 𝑓 .
3. Su magnitud depende de cuán rápidamente crezca en esa dirección.

Obsérvese además que, como por hipótesis 𝑓 = 𝑓 (𝑥1 , 𝑥2 , 𝑥3 ; 𝑡) es una función continua:

f f f
f  d x  dx1  dx2  dx3  df (2.75)
x1 x2 x3

es una forma diferencial exacta, que indica el cambio infinitesimal en el valor de la función que se
presenta cuando hay un cambio infinitesimal en la variable espacial. La ecuación 2.75 puede
generalizarse para funciones tensoriales de orden superior.
Propiedades:

a) f  f ; la operación no es conmutativa.
b) f g   fg  ; la operación no es asociativa.
c)  f  g   f  g ; la operación sí es distributiva con respecto a la suma de
funciones.

Para una función vectorial 𝑣 = 𝑣 (𝑥1 , 𝑥2 , 𝑥3 ; 𝑡) , su gradiente será la función tensorial de


− −
segundo orden siguiente:

𝜕 𝜕𝑣𝑗
∇𝑣 = 𝜕𝑥𝑖
(𝑣𝑗 ) = 𝜕𝑥𝑖
(2.76)

Si por ejemplo 𝑣 = 𝑣 (𝑥1 , 𝑥2 , 𝑥3 ; 𝑡) representase el campo euleriano de la velocidad en un


− −
flujo, el gradiente de la velocidad será el tensor expresado en 2.76, que en notación matricial se
escribe correctamente como:
𝜕𝑣1 𝜕𝑣2 𝜕𝑣3
𝜕𝑥1 𝜕𝑥1 𝜕𝑥1
𝜕𝑣𝑗 𝜕𝑣1 𝜕𝑣2 𝜕𝑣3
∇𝑣 = 𝜕𝑥𝑖
= 𝜕𝑥2 𝜕𝑥2 𝜕𝑥2
(2.77)

𝜕𝑣1 𝜕𝑣2 𝜕𝑣3
(𝜕𝑥3 𝜕𝑥3 𝜕𝑣3 )

No hay que perder de vista que en 2.76 y en 2.77 el primer índice es 𝑖 , que indica el número
del renglón, y el segundo es 𝑗, que indica el número de columna en que debe colocarse el
componente dentro de la matriz, de acuerdo con una convención universalmente empleada. En
varios textos se ha escrito erróneamente en lugar del gradiente de velocidad su transpuesta, por
no cuidar dicha convención. La transpuesta de una matriz es la nueva matriz que se obtiene al
intercambiar sus renglones por sus columnas.

El gradiente del esfuerzo 𝜎 , que es una función tensorial de orden dos, es la función tensorial
=
de orden tres siguiente:
𝜕𝜎𝑗𝑘
∇𝜎 = (2.78)
= 𝜕𝑥𝑖

En 2.78, el primer índice es 𝑖 , el segundo es 𝑗, y el tercero es 𝑘. Esto debe cuidarse si se quiere


escribir correctamente el gradiente del esfuerzo en forma matricial.

2.7.3 Divergencia de una función tensorial

La divergencia de una función de orden tensorial igual o mayor que uno se define como el
operador nabla operando con un punto. El resultado es una nueva función tensorial un orden
menor.

La divergencia de la función vectorial 𝑣 = 𝑣 (𝑥1 , 𝑥2 , 𝑥3 ; 𝑡) es entonces:


− −

𝜕𝑣𝑖 𝜕𝑣1 𝜕𝑣2 𝜕𝑣3


∇ ∙ 𝑣 = 𝜕𝑥𝑖
= 𝜕𝑥1
+ 𝜕𝑥2
+ 𝜕𝑥3
(2.79)

que es una función escalar.

La divergencia de la función tensorial 𝜎 = 𝜎 (𝑥1 , 𝑥2 , 𝑥3 ; 𝑡) es :


= =
𝜕𝜎𝑖𝑗
∇ ∙ 𝜎 = 𝜕𝑥𝑖
(2.80)
=

que es una función vectorial.

Propiedades:
a)   v  v   la operación no es conmutativa
b)   f v  f  v  ; la operación no es asociativa

c)   v  w    v     w la operación sí es distributiva para la suma de funciones

2.7.4 Rotacional de una función tensorial

El rotacional de una función tensorial de orden igual o mayor que uno se define aplicando el
operador nabla seguido de un producto cruz. El resultado es una nueva función del mismo orden
tensorial. Por ejemplo, el rotacional de la función vectorial 𝑣 = 𝑣 (𝑥1 , 𝑥2 , 𝑥3 ; 𝑡) es:
− −
𝜕 𝜕𝑣𝑗
∇ × 𝑣 = 𝜕𝑥𝑖
𝜀𝑖𝑗𝑘 𝑣𝑗 = 𝜀𝑖𝑗𝑘 𝜕𝑥𝑖
(2.81)

Propiedades:
a)   v  v  
b)   f v  f  v 
c)   v  w    v     w

El rotacional de la función tensorial 𝜎 = 𝜎 (𝑥1 , 𝑥2 , 𝑥3 ; 𝑡) es:


= =
𝜕 𝜕𝜎𝑗𝑙
∇ × 𝜎 = 𝜕𝑥𝑖
𝜀𝑖𝑗𝑘 𝜎𝑗𝑙 = 𝜀𝑖𝑗𝑘 𝜕𝑥𝑖
(2.82)
=

que es un tensor de orden dos, al igual que 𝜎 .


=

2.7.5 Laplaciano de una función tensorial

El operador laplaciano, denotado por ∇2 , de una función tensorial de cualquier orden, es la


divergencia del gradiente de esa función. El resultado es una nueva función del mismo orden
tensorial. Así, el laplaciano de una función escalar 𝑓 es:

𝜕 𝜕𝑓 𝜕2 𝑓 𝜕2 𝑓 𝜕2 𝑓 𝜕2 𝑓
∇2 𝑓 = ∇ ∙ (∇ 𝑓) = 𝜕𝑥𝑖
(𝜕𝑥 ) = 𝜕𝑥𝑖 𝜕𝑥𝑖
= 𝜕𝑥12
+ 𝜕𝑥22
+ 𝜕𝑥 2 (2.83)
𝑖 3

El laplaciano de una función vectorial 𝑣 es la nueva función vectorial dada por:


𝜕 2 𝑣𝑗
∇2 𝑣 = 𝜕𝑥𝑖 𝜕 𝑥𝑖
(2.84)

etcétera.
2.7.6 El operador biarmónico.- El operador biarmónico es representado en notación clásica
por 𝛻 4 , y es el laplaciano del laplaciano. Al operar sobre una función tensorial de orden 𝑛, produce
una nueva función del mismo orden tensorial. Así, para una función escalar 𝑓 :

𝜕2 𝜕2 𝜕4 𝑓
∇4 𝑓 = 𝜕𝑥𝑖 𝜕 𝑥𝑖
( 𝜕𝑥 𝑓) = (2.85)
𝑗 𝜕 𝑥𝑗 𝜕𝑥𝑖 𝜕𝑥𝑖 𝜕𝑥𝑗 𝜕𝑥𝑗

En tanto que, para una función vectorial :

𝜕 4 𝑣𝑘
∇4 𝑣 = 𝜕𝑥𝑖 𝜕𝑥𝑖 𝜕𝑥𝑗 𝜕𝑥𝑗
(2.86)

etcétera.

2. 8 Algunas identidades útiles en productos tensoriales

En la modelación de los fenómenos de la mecánica surgen algunas expresiones que involucran


productos de vectores y de tensores que pueden ser reescritos de una manera alternativa,
generalmente empleando identidades, para su mejor manejo. La derivación de esas relaciones o
identidades se puede encontrar en la mayoría de los libros sobre el análisis vectorial o tensorial
que se pistan en la bibliografía general de este libro, pero también pueden ser obtenidas
fácilmente a partir de las definiciones de los productos, y del corolario 1 del teorema enunciado en
2.65.

Ejemplo 1.- Derivar una expresión alternativa para el rotacional del rotacional de una función
vectorial, en donde no aparezca el producto cruz.

Solución: Escribiendo en notación indicial al rotacional del rotacional de la función vectorial 𝑣 ,



aparece el tensor de Levi-Civita en dos ocasiones como factor, con el índice 𝑘 en común en ambos:

   
  (  v)   lkm   ijk v j 
xl  xi 

  v j
   v j 
  lkm  ijk     mlk  ijk  
xl  xi
 xl  xi 
  2v j 
 ( mi lj   mj  li )  (2.87)
 xl xi 
 
 2v j  2 vm   v j   2 vm
      (  v)   2 v
x j xm xi xi xm  x  x x
 j  i i

Así: ∇ × (∇ × 𝑣 ) ≡ ∇ (∇ ∙ 𝑣 ) − ∇2 𝑣 (2.88)
− − −
De acuerdo con 2.88, el rotacional del rotacional es idéntico al gradiente de la divergencia,
menos el laplaciano de la función. Esta identidad casi siempre aparece en los apéndices de los
libros de texto sobre mecánica.

Ejemplo 2.- El “doble producto cruz entre tres vectores”, ya escrito anteriormente, puede
desarrollarse como sigue:

v  vk 
(a  b)  c  ( ijk ai b j )  ch

  khm ( ijk ai b j )ch


 ( khm ijk )ai b j ch
 ( hmk ijk )ai b j ch (2.89)
 ( hi mj   hj mi )ai b j ch
 ai bm ci  am b j c j

quitan do  hi si h i
 mj si m  j

 (a  b)  c  (a  c)b  (b  c)a (2.90)

Ejemplo 3.- Probar la siguiente identidad:

∇ × (𝑎 × 𝑏) ≡ (∇ ∙ 𝑏) 𝑎 + 𝑏 ∙ (∇ 𝑎) − 𝑎 ∙ (∇𝑏) − (∇ ∙ 𝑎) 𝑏 (2.91)
− − − − − − − − − −

Prueba: Basta con reescribir el término del miembro izquierdo de 2.91 en notación indicial y
proceder hacia adelante:


  a  b    mkn  ijk aib j 
xm
 b j ai 
  nmk ijk  ai  bj 
 x  x 
 m j 
 b j ai 
  ni mj   nj mi  ai  b j 
 xm xm  (2.92)

b a b a
 an m  n b j  ai n  m bn
xm x j xi xm
   b a  b   a   a  b     a b
Nótese que en el desarrollo, en el segundo paso se tomó que:
𝜕 𝜕 𝜕𝑏𝑗 𝜕𝑎𝑖
𝜕𝑥𝑚
(𝜀𝑖𝑗𝑘 𝑎𝑖 𝑏𝑗 ) ≡ 𝜀𝑖𝑗𝑘 𝜕𝑥𝑚
(𝑎𝑖 𝑏𝑗 ) ≡ 𝜀𝑖𝑗𝑘 (𝑎𝑖 𝜕𝑥𝑚
+ 𝜕𝑥𝑚
𝑏𝑗 ) (2.93)
Esto se justifica en primer lugar porque el tensor 𝜀𝑖𝑗𝑘 no depende de 𝑥𝑚 (de hecho, es un
tensor isótropo, es decir, sus componentes son invariantes ante cambios en el marco de
referencia, como se verá más adelante), y en segundo lugar, por la bien conocida propiedad de
diferenciación del producto de dos funciones escalares. Tan pronto los subíndices 𝑖 y 𝑗 toman un
valor entre uno y tres, las funciones 𝑎𝑖 y 𝑏𝑗 pueden tratarse como funciones escalares. Esto se
puede aplicar en el siguiente ejemplo.

Ejemplo 4.- Desarrollar una expresión alternativa para el término ∇ ∙ (𝑓 𝜎 ∙ 𝑣 )


= −

Solución: Primeramente nótese que el término es una función escalar (en el paréntesis aparece el
producto externo de la función escalar 𝑓 , que multiplica al producto punto de la función tensorial
𝜎 por la función vectorial 𝑣 ). El símbolo ∇ vale por +1 en el orden tensorial del término, aparecen
= −
tres rayitas debajo de los factores, cada rayita contribuye con +1 al orden tensorial. Asimismo,
aparecen dos puntos entre los factores, cada punto contribuye con -2 al orden tensorial, de modo
que el término es un tensor de orden 1 + 3 - 4 = 0 , es decir, es un escalar. Por lo tanto, en la
notación indicial del término no debe aparecer ningún subíndice libre. Reescribiendo el término
en notación indicial y desarrollando, se tiene que:

𝜕 𝜕𝑣𝑗 𝜕𝜎𝑖𝑗 𝜕𝑓
∇ ∙ (𝑓 𝜎 ∙ 𝑣 ) ≡ (𝑓 𝜎𝑖𝑗 𝑣𝑗 ) ≡ 𝑓 𝜎𝑖𝑗 +𝑓 𝑣𝑗 + 𝜎𝑖𝑗 𝑣𝑗
= − 𝜕𝑥𝑖 𝜕𝑥𝑖 𝜕𝑥𝑖 𝜕𝑥𝑖

≡ 𝑓 𝜎 𝑇 : (∇ 𝑣 ) + 𝑓 [(∇ ∙ 𝜎) ∙ 𝑣 ] + (∇𝑓) ∙ (𝜎 ∙ 𝑣 ) (2.94)


= − = − = −

Nótese en el primer término del miembro derecho de la identidad el doble producto punto
(producto escalar) entre los tensores 𝜎 𝑇 (el tensor transpuesto de 𝜎 , que se obtiene al
= =
𝑇 𝜕
intercambiar sus índices, es decir 𝜎 𝑖𝑗 = 𝜎𝑗𝑖 ) y ∇𝑣 = 𝜕𝑥𝑖
𝑣𝑗 . El segundo término del lado

derecho es el producto de la función escalar 𝑓 por el producto punto entre la divergencia de 𝜎 y el
=
vector 𝑣 . El tercer término del lado derecho es el producto punto entre dos vectores: el gradiente

de la función escalar 𝑓 por el producto punto entre el tensor 𝜎 y el vector 𝑣 . Todos los términos
= −
en 2.94 son escalares, como se había anticipado.

Ejemplo 5.- Desarrollar una expresión alternativa para la divergencia del rotacional del producto
cruz de dos vectores.
Solución: La divergencia del rotacional del producto cruz de dos vectores puede escribirse en
notación indicial y desarrollarse como sigue:

 
    a  b    mkn  ijk aib j 
xn xm
  b a 
  nmk ijk  ai j  i b j 
xn  xm xm 
  b j ai 
  ni mj   nj mi   ai  bj 
xn  xm xm 
  2b j a b j  2 ai b a 
  ni mj   nj mi ai  i  bj  j i
 xn xm xn xm xn xm xn xm 
 2bm a b  2 an b a  2bm a b  2 am b a
 an  n m  bm  m n  am  m n  bn  n m
xn xm xn xm xn xm xn xm xn xm xn xm xn xm xn xm
 a    b     a   b   b    a   b  :  a 

 a    b  a  : b  b    a     b  a  (2.95)

≡ 0

Así: ∇ ∙ [∇ × (𝑎 × 𝑏)] ≡ 0
− −

En general, la divergencia del rotacional de una función tensorial de orden igual o superior a
uno es siempre nulo. Esta es una identidad que también aparece con frecuencia en los apéndices
de los libros de texto.

Es un buen ejercicio para el lector el probar las identidades que encuentre en un apéndice de
algún buen libro sobre mecánica de fluidos, resistencia de materiales, o de cálculo vectorial. Para
comenzar, puede probar las identidades del Apéndice 2 de este libro. Pero es mejor aún mejor el
inventarse productos múltiples entre tensores de diversos órdenes, y encontrar expresiones
alternativas para éstos.

2.9 Simetría y antisimetría de tensores

Definición 1.- Se dice que un tensor es “simétrico” (con respecto a dos de sus índices libres), si al
intercambiarlos dos de sus índices, el tensor no se altera.
Por ejemplo, para un tensor de segundo orden, si 𝜎𝑖𝑗 = 𝜎𝑗𝑖 , o en notación clásica 𝜎 = 𝜎 𝑇 ,
= =
entonces  es “simétrico”. Sólo tendrá seis componentes independientes, en lugar de los nueve
componentes independientes que normalmente tiene un tensor de segundo orden.

Si 𝑇𝑖𝑗𝑘 = 𝑇𝑖𝑘𝑗 , entonces el tensor de orden tres T es simétrico con respecto a su segundo y
tercer subíndices. Solamente tendrá 18 componentes independientes, en lugar de los 27
componentes independientes de los tensores de tercer orden no simétricos. Obviamente,
mientras mayor sea el orden del tensor, más posibilidades de simetría puede tener.
Definición 2.- Se dice que un tensor es “antisimétrico” (con respecto a dos de sus índices libres), si
al intercambiarlos dos de sus índices, el tensor cambia de signo.

Por ejemplo, para un tensor de orden dos, si 𝐴𝑖𝑗 = −𝐴𝑗𝑖 , entonces A es “antisimétrico”

A   A  y tendrá sólo 3 componentes independientes.


T

Si 𝑇𝑖𝑗𝑘 = − 𝑇𝑖𝑘𝑗 , entonces el tensor de orden tres T es antisimétrico con respecto a su


segundo y tercer subíndices, y sólo tendrá 9 componentes independientes.

2.9.1 Descomposición de un tensor en sus partes simétrica y antisimétrica

Todo tensor de orden mayor o igual a dos puede escribirse como la suma de un tensor
simétrico más uno antisimétrico. Por ejemplo, para un tensor de segundo orden:

Tij 
1
Tij  Tji   1 Tij  T ji  (2.96)
2    2   
SIMÉTRICA ANTISIMÉTRICA

Claramente el primer término del miembro derecho de 2.96 es un tensor simétrico, en tanto
que el segundo término es antisimétrico. Análogamente se puede proceder para descomponer
tensores de órdenes más altos en sus partes simétrica y antisimétrica.

1 2 3
Ejemplo: Descomponer el tensor 𝑇 = (4 5 6) 𝑀𝑃𝑎 en sus partes simétrica y antisimétrica.
=
7 8 9

Solución:

1 2 3 1 1 2 3 1 4 7 1 1 2 3 1 4 7
𝑇 = (4 5 6) 𝑀𝑃𝑎 = ((4 5 6) + ( 2 5 8)) 𝑀𝑃𝑎 + ((4 5 6) − ( 2 5 8)) 𝑀𝑃𝑎
= 2 2
7 8 9 7 8 9 3 6 9 7 8 9 3 6 9

1 3 5 0 −1 −2
= (3 5 7) 𝑀𝑃𝑎 + (1 0 −1) 𝑀𝑃𝑎 (2.97)
5 7 9 2 1 0
2. 10 Valores, vectores y direcciones principales de un tensor de orden dos.

Definición:

Si T  v   v , v  0 (2.98)

se dice que  es un “valor característico” ( o “propio”, “principal”, o “eingenvalor”) de T y que


v es un “vector característico” de T .

TEOREMA: Si v es un vector característico, entonces c v , también lo es.

Demostración: Sea v un vector característico,  T  v   v , donde  es el valor


característico asociado a la dirección de v . Ahora, desarrollando el producto punto entre 𝑇 y
=
(𝑐𝑣 ) se tiene que:

T  cv   Tij cv j 


 cTij v j 
 cvi  (2.99)
  cvi    cv 
 (c v̂ ) también satisface la definición de vector característico.

Así pues, todos los vectores paralelos a un vector principal también los son, y se dice que
apuntan en una “dirección principal”, que queda bien definida cuando se conozca cualquiera de
esos vectores. Por comodidad por lo general se elige un vector principal unitario. Para cada valor
principal hay asociada una dirección principal; para dos valores principales diferentes, las
direcciones principales correspondientes resultan ser perpendiculares, como se verá adelante.
Queda ahora el problema de, conocidos los componentes de un tensor en un determinado marco
de referencia, determinar sus valores y sus direcciones principales relativas a dicho marco. Por su
utilidad en el análisis de esfuerzos y deformaciones, que se modelan con tensores de orden dos,
este problema se trata a continuación.

2.10.1 Determinación de los valores y direcciones principales de un tensor de orden dos

Se supone que se conocen los nueve componentes de un tensor de orden dos 𝑇. Por la
=
definición de valores y vectores principales se tiene que:

T  v  v , o en notación indicial: 𝑇𝑖𝑗 𝑣𝑗 = 𝜆 𝑣𝑖 (2.100)

en donde 𝑣 ≠ 0.

La ecuación 2.100 se puede escribir como:

𝑇𝑖𝑗 𝑣𝑗 − 𝜆 𝑣𝑖 = 0 , o mejor como: (𝑇𝑖𝑗 − 𝜆 𝛿𝑖𝑗 ) 𝑣𝑗 = 0 (2.101)

Esta ecuación tensorial de orden uno es equivalente al sistema de tres ecuaciones escalares con
tres incógnitas ( 𝑣1 , 𝑣2 y 𝑣3 ) y el parámetro 𝜆 , que se obtiene cuando los subíndices toman
valores de uno a tres:

(𝑇11 − 𝜆)𝑣1 + 𝑇12 𝑣2 + 𝑇13 𝑣3 = 0


{ 𝑇21 𝑣1 + (𝑇22 − 𝜆)𝑣2 + 𝑇23 𝑣3 = 0 (2.102)
𝑇31 𝑣1 + 𝑇32 𝑣2 + (𝑇33 − 𝜆) 𝑣3 = 0

Si por ejemplo se aplica la conocida “regla de Kramer” para tratar de resolver para la variable
𝑣1 se obtiene que:

0 T12 T13
0 T22   T23
0 T32 T33   0 (2.103)
v1  
T11   T12 T13 D
T21 T22   T23
T31 T32 T33  

en donde 𝐷 es el determinante de la matriz de coeficientes del sistema de ecuaciones lineales


2.102. Del mismo modo, al resolver para 𝑣2 y 𝑣3 se obtiene que:
0 0
𝑣2 = y 𝑣3 = (2.104)
𝐷 𝐷

Como por hipótesis 𝑣 ≠ 0 , la única posibilidad para esto es que el determinante de la matriz

de coeficientes sea nulo, es decir que:

𝑇11 − 𝜆 𝑇12 𝑇13


𝐷 = | 𝑇21 𝑇22 − 𝜆 𝑇23 | = 0 (2.105)
𝑇31 𝑇32 𝑇33

La ecuación 2.105, que es una ecuación escalar de tercer grado con la incógnita 𝜆 , es llamada la
“ecuación característica” del tensor 𝑇 . De acuerdo con el teorema fundamental del álgebra, la
=
ecuación 2.105 tiene tres raíces, que son los valores principales del tensor. Una vez conocidos
estos valores principales, los vectores principales asociados a cada uno de estos valores pueden
ser determinados al sustituir en el sistema de ecuaciones 2.102. En la ecuación 2.100 se observa
que los valores principales deben tener las mismas dimensiones que el tensor. Por conveniencia se
acostumbra ordenar (cuando sean todos reales) los valores principales de mayor a menor, de
modo que 𝜆1 ≥ 𝜆2 ≥ 𝜆3 .
Si el tensor 𝑇 es simétrico con componentes reales, puede demostrarse que sus tres valores
=
principales serán reales. Si 𝑇 no es simétrico, dos valores principales serán complejos conjugados
=
y sólo habrá un valor principal real. El siguiente teorema permite escribir la ecuación característica
sin necesidad de desarrollar el determinante 𝐷 .

TEOREMA:
La ecuación característica del tensor 𝑇 puede expresarse como:
=

3  I2  II  III  0 (2.106)

en donde 𝐼 , 𝐼𝐼 𝑦 𝐼𝐼𝐼 son los “invariantes fundamentales” del tensor. Se les llama así porque son
invariantes a los cambios de marco de referencia, y se describen en seguida. Obsérvese la
alternancia en signos en los términos de la ecuación 2.106.

𝐼 = 𝑇𝑖𝑖
1
{ 𝐼𝐼 = 2 (𝑇𝑖𝑖 𝑇𝑗𝑗 − 𝑇𝑖𝑗 𝑇𝑖𝑗 ) (2.107)
𝐼𝐼𝐼 = 𝜀𝑖𝑗𝑘 𝑇𝑖1 𝑇𝑗2 𝑇𝑘3

El primer invariante fundamental, 𝐼 = 𝑇𝑖𝑖 = 𝑇11 + 𝑇22 + 𝑇33 es llamado la “traza” del tensor
𝑇 y tiene sus mismas dimensiones. Si 𝑇 se representa en notación matricial, su traza es la suma de
= =
los componentes de la diagonal principal. El segundo invariante es la mitad de la suma del
cuadrado de la traza, menos la suma de los cuadrados de sus nueve componentes, y sus
dimensiones son las del tensor elevadas al cuadrado. El tercer invariante es el determinante del
tensor. Sus dimensiones son las mismas del tensor, pero elevadas al cubo.

Ejercicio de ejemplo.- Hallar los valores y vectores principales unitarios del tensor:
1 2 0
𝑇 = (2 1 0) MPa (2.108)
=
0 0 1

Solución: Los invariantes fundamentales tienen los siguientes valores:

𝐼 = 𝑇𝑖𝑖 = 𝑇11 + 𝑇22 + 𝑇33 = (1 + 1 + 1)𝑀𝑃𝑎 = 3 𝑀𝑃𝑎


1 1
𝐼𝐼 = (𝑇𝑖𝑖 𝑇𝑗𝑗 − 𝑇𝑖𝑗 𝑇𝑖𝑗 ) = [(3 𝑀𝑃𝑎)2 − (1 + 4 + 4 + 1 + 1)𝑀𝑃𝑎2 ] = − 1 (𝑀𝑃𝑎)2
2 2
𝐼𝐼𝐼 = 𝜀𝑖𝑗𝑘 𝑇𝑖1 𝑇𝑗2 𝑇𝑘3 = [1(1 − 0) − 2(2 − 0)]𝑀𝑃𝑎3 = −3 (𝑀𝑃𝑎)3

Sustituyendo en la ecuación 2.106 se obtiene la ecuación característica 𝜆3 − 3 𝜆2 − 𝜆 + 3 = 0


cuyas raíces son 𝜆1 = 3 𝑀𝑃𝑎 , 𝜆2 = 1 𝑀𝑃𝑎 , y 𝜆3 = −1 𝑀𝑃𝑎 , que son los tres valores
principales del tensor. Note que la traza del tensor es igual a la suma de los valores principales.
Esto es así porque al cambiar a un marco principal, los valores principales aparecen en la diagonal
principal, y los demás componentes (los que quedan fuera de esta diagonal) son nulos. La suma de
los valores principales de un tensor es siempre el valor de su primer invariante principal.
Para obtener los vectores principales se sustituye cada valor principal en el sistema 2.102, que
se vuelve a escribir en seguida. En este sistema sólo dos ecuaciones son independientes, una de
ellas es una combinación lineal de estas dos, por lo que existe una infinidad de soluciones, cada
una corresponde a un vector en la misma dirección principal.

T11   v1  T12v2  T13v3  0


T21v1  T22   v2  T23v3  0 (2.102)
T31v1  T22v2  T33   v3  0

Para   3 MPa:
 1v1  2v2  0v3  0
2v1   2v2  0v3  0  v2  v1 , v3  0 (2.109)
0v1  0v2   2v3  0

Así, cualquier vector cuyos primeros dos componentes sean iguales, y el tercero sea nulo, será un
vector principal. Por ejemplo, el vector (10, 10, 0) satisface la definición de vector principal
(asociado al valor principal   3 MPa), como se comprueba abajo:
T  v   v , con 𝜆 = 3 𝑀𝑃𝑎 :

1 2 0 10 10 30
(2 1 0) MPa (10) = 3 𝑀𝑃𝑎 (10) = (30) 𝑀𝑃𝑎 (2.110)
0 0 1 0 0 0

El vector unitario en la dirección principal correspondiente a   3 MPa es cualesquiera de:


∧ ′ √2
𝑒1 = ± 2
( 1 , 1 , 0) (2.111)

Para   1 MPa:
0v1  2v2  0v3  0
2v1  0v2  0v3  0  v2  v1  0 ; 𝑣3 = ± 1
0v1  0v2  0v3  0

Un vector unitario en la dirección correspondiente a   1 MPa es cualesquiera de los dos


vectores siguientes:
∧ ′
𝑒2 = ± ( 0 , 0 , 1) (2.112)

Nótese que estos dos vectores unitarios son perpendiculares entre sí. Un tercer vector unitario,
ortogonal a los dos anteriores, puede obtenerse del producto cruz entre ellos, así, tomando los
vectores unitarios con signo positivo:
∧ ′ ∧ ′ ∧ ′ √2
𝑒3 = 𝑒1 × 𝑒2 = 2
( 1 , −1, 0) (2.113)
− − −
Por supuesto que este sería uno de los dos vectores unitarios que se obtendrían al sustituir el
tercer valor principal, 𝜆 = −1 𝑀𝑃𝑎, en el sistema de ecuaciones 2.102. Se deja al lector
comprobar lo anterior.

∧ ′ ∧ ′ ∧ ′
Los vectores 𝑒1 , 𝑒2 y 𝑒3 forman una base de vectores unitarios para un marco de referencia
− − −
principal, con respecto al cual el tensor 𝑇 tiene los siguientes componentes, lo cual puede ser
=
fácilmente comprobado empleando las ecuaciones de transformación dadas en 2.21 y en 2.22:

3 0 0
𝑇 = (0 1 0 ) 𝑀𝑃𝑎 (2.114)
=
0 0 −1

que es mucho más cómodo para manejar que con los componentes referidos al marco original, no
principal, dados en 2.108. Puede comprobarse que los invariantes fundamentales siguen teniendo
los mismos valores obtenidos para sustituir en la ecuación característica:

𝐼 = 𝑇𝑖𝑖 = 𝑇11 + 𝑇22 + 𝑇33 = (3 + 0 + 0)𝑀𝑃𝑎 = 3 𝑀𝑃𝑎


1 1
𝐼𝐼 = (𝑇𝑖𝑖 𝑇𝑗𝑗 − 𝑇𝑖𝑗 𝑇𝑖𝑗 ) = [(3 𝑀𝑃𝑎)2 − (9 + 1 + 1)𝑀𝑃𝑎2 ] = − 1 (𝑀𝑃𝑎)2 y
2 2
𝐼𝐼𝐼 = 𝜀𝑖𝑗𝑘 𝑇𝑖1 𝑇𝑗2 𝑇𝑘3 = [3(−1 − 0)]𝑀𝑃𝑎3 = −3 (𝑀𝑃𝑎)3

El siguiente ejercicio ayuda a entender mejor la transformación de componentes de un tensor.

Ejercicio.- Comprobar que los componentes del tensor del ejercicio anterior con respecto a un
marco de referencia principal son los mostrados en 2.114.

Solución: Simplemente hay que aplicar las ecuaciones de transformación para componentes de
tensores de orden dos, dadas en 2.21 y 2.22. Recuérdese que en las ecuaciones de transformación
de los componentes de tensores cartesianos, 𝑎𝑖𝑗 es el coseno del ángulo 𝜃𝑖𝑗 que forman el eje 𝑋𝑖′
y el eje 𝑋𝑗 ; así 𝑎𝑖𝑗 es un tensor de segundo orden, cuyos nueve componentes son los cosenos de
los nueve ángulos (menores o iguales a 180°) que se forman entre los ejes coordenados de ambos
marcos de referencia. De la definición del producto punto entre dos vectores es fácil ver que: que
∧ ′ ∧
𝑎𝑖𝑗 = cos(𝜃𝑖𝑗 ) = 𝑒𝑖 ∙ 𝑒𝑗 (2.115)
− −

∧ ∧ ∧
en donde 𝑒1 = ( 1 , 0 , 0 ) ; 𝑒2 = ( 0 , 1 , 0 ) ; 𝑒3 = ( 0 , 0 , 1 ) son los vectores unitarios en
− − −
∧ ′ √2 ∧ ′
las direcciones del marco original, y 𝑒1 = 2 ( 1 , 1 , 0) ; 𝑒2 ( 0 , 0 , 1) y
− −
∧ ′ √2
𝑒3 = 2
( 1 , −1 , 0) son los vectores unitarios en las direcciones y sentidos positivo de los

ejes principales.
De este modo:

∧ ′ ∧ √2 ∧ ′ ∧ √2 ∧ ′ ∧ ∧ ′ ∧
𝑎11 = 𝑒1 ∙ 𝑒1 = 2
; 𝑎12 = 𝑒1 ∙ 𝑒2 = 2
; 𝑎13 = 𝑒1 ∙ 𝑒3 = 0 ; 𝑎21 = 𝑒2 ∙ 𝑒1 = 0 ;
− − − − − − − −
∧ ′ ∧ ∧ ′ ∧ ∧ ′ ∧ √2 ∧ ′ ∧ √2
𝑎22 = 𝑒2 ∙ 𝑒2 = 0 ; 𝑎23 = 𝑒2 ∙ 𝑒3 = 1 ; 𝑎31 = 𝑒3 ∙ 𝑒1 = 2
; 𝑎32 = 𝑒3 ∙ 𝑒2 = − 2
;
− − − − − − − −
∧ ′ ∧
𝑎33 = 𝑒3 ∙ 𝑒3 = 0
− −

Sustituyendo en la primera ecuación de transformación de 2.22 se tiene que:


𝑇11 = 𝑎11 𝑎11 𝑇11 + 𝑎11 𝑎12 𝑇12 + 𝑎11 𝑎13 𝑇13 + 𝑎12 𝑎11 𝑇21 + 𝑎12 𝑎12 𝑇22 + 𝑎12 𝑎13 𝑇23 +
+ 𝑎13 𝑎11 𝑇31 + 𝑎13 𝑎12 𝑇32 + 𝑎13 𝑎13 𝑇33
√2 √2 √2 √2 √2 √2 √2 √2 √2
= (1𝑀𝑃𝑎) + (2𝑀𝑃𝑎) + (0)(0𝑀𝑃𝑎) + (2𝑀𝑃𝑎) + (1𝑀𝑃𝑎) +
2 2 2 2 2 2 2 2 2
√2 √2 √2
+ (0)(0𝑀𝑃𝑎) + (0) (0𝑀𝑃𝑎) + (0) (0𝑀𝑃𝑎) + (0)(0)(1𝑀𝑃𝑎) (2.116)
2 2 2
1 1 1 1
= (1 𝑀𝑃𝑎) + (2 𝑀𝑃𝑎) + 0 + (2 𝑀𝑃𝑎) + (1 𝑀𝑃𝑎) + 0 + 0 + 0 + 0 = 3 𝑀𝑃𝑎
2 2 2 2

Este es justo el primer valor principal del tensor 𝑇 . Sustituyendo valores en las siguientes ocho
=
ecuaciones de 2.22 se encuentra que:

′ ′ ′ ′ ′ ′ ′ ′
𝑇12 = 0 ; 𝑇13 = 0 ; 𝑇21 = 0 ; 𝑇22 = 1 𝑀𝑃𝑎 ; 𝑇23 = 0 ; 𝑇31 = 0 ; 𝑇32 = 0 ; 𝑇33 = −1 𝑀𝑃𝑎

2.11 Tensores isótropos

Un tensor es isótropo si todos sus componentes son invariantes ante todo cambio en el marco
de referencia. Al cambiar las direcciones del marco, los componentes del tensor siguen siendo los
mismos, es decir, no existen direcciones preferenciales. Todas las propiedades escalares, por
ejemplo la temperatura y las demás propiedades termodinámicas, tienen un solo componente,
que no cambia cualquiera que sea el marco de referencia. Por principio, todos los escalares son
isótropos.
En contraste, ningún vector -excepto el neutro aditivo cuyos componentes son todos nulos- es
isótropo, ya que al menos uno de sus componentes no nulo cambiará al rotar el marco de
referencia que se utilice. Es una condición necesaria y suficiente para que un tensor de segundo
orden sea isótropo el que éste sea un múltiplo de la delta de Kronecker. Análogamente, es una
condición necesaria y suficiente para que un tensor de tercer orden sea isótropo el ser un múltiplo
del tensor de Levi-Civita. Hasta el tercer orden, los tensores isótropos sólo tienen un componente
independiente. Sin embargo, para tensores de cuarto orden y mayores se implican más
posibilidades en sus componentes.
Por ejemplo, la forma más general de un tensor isótropo de cuarto orden es la siguiente:

𝑇𝑖𝑗𝑘𝑙 = 𝜆 𝛿𝑖𝑗 𝛿𝑘𝑙 + 𝜇 (𝛿𝑖𝑘 𝛿𝑗𝑙 + 𝛿𝑖𝑙 𝛿𝑗𝑘 ) + 𝜈 (𝛿𝑖𝑘 𝛿𝑗𝑙 − 𝛿𝑖𝑙 𝛿𝑗𝑘 ) (2.117)

en donde 𝜆 , 𝜇, 𝑦 𝜈 son escalares arbitrarios.

Los tensores isótropos de órdenes más altos no serán empleados en este libro, por lo que aquí
no son discutidos. En resumen, los tensores isótropos tienen las formas siguientes dadas en la
tabla 2.3.

Tabla 2.3 Tensores cartesiandos isótropos de órdenes uno, dos, tres y cuatro

ORDEN DE LOS TENSORES TENSORES ISÓTROPOS

Orden cero o escalares Todos los escalares son isótropos


Orden uno o vectores Ninguno es isótropo, excepto el vector 0 =(0,0,0)
Orden dos o diadas Son de la forma 𝑐 𝛿𝑖𝑗 , en donde c es un escalar

Orden tres o triadas Son de la forma 𝑐 𝜀𝑖𝑗𝑘 , en donde c es un escalar

Orden cuatro Son de la forma 𝜆 𝛿𝑖𝑗 𝛿𝑘𝑙 + 𝜇 (𝛿𝑖𝑘 𝛿𝑗𝑙 + 𝛿𝑖𝑙 𝛿𝑗𝑘 ) + 𝜈 (𝛿𝑖𝑘 𝛿𝑗𝑙 − 𝛿𝑖𝑙 𝛿𝑗𝑘 )

2.11.1 Descomposición de un tensor de orden dos en su parte isótropa y su parte “extra”


Como la traza es un invariante de un tensor de orden dos, y un tensor isótropo de este orden
debe ser un múltiplo de la delta de Kronecker, se puede descomponer cualesquier tensor de
segundo orden en una parte isótropa y un resto al que se le llama “parte extra” de la siguiente
manera:
1 1
𝑇𝑖𝑗 = 3
𝑇𝑙𝑙 𝛿𝑖𝑗 + [𝑇𝑖𝑗 − 3
𝑇𝑙𝑙 𝛿𝑖𝑗 ] (2.118)

2.12 Teoremas integrales

Los siguientes teoremas integrales serán muy utilizados en este libro, sobre todo el
primero de ellos, debido al genio de Gauss.
2.12.1 El Teorema de la Divergencia, o Teorema de Gauss

Sea 𝑇𝑖𝑗𝑘…𝑟𝑠 = 𝑇𝑖𝑗𝑘…𝑟𝑠 (𝑥𝑖 ; 𝑡) una función continua de cualesquier orden tensorial de
variable vectorial. Entonces:
𝜕𝑇𝑖𝑗𝑘…𝑙𝑚𝑛
∬𝑆𝐶 𝑇𝑖𝑗𝑘…𝑙𝑚𝑛 𝑛𝑙 𝑑𝐴 = ∭𝑉𝐶 𝜕𝑥𝑙
𝑑𝑉 (2.119)

En 2.119 la integral del lado izquierdo de la ecuación se efectúa sobre una superficie de
control SC que encierra completamente al volumen de control (arbitrario) VC . Nótese que
el subíndice del vector 𝑛𝑙 debe ser el mismo subíndice de la variable espacial 𝑥𝑙 . En cada

elemento dS de la superficie de control, 𝑛 = 𝑛𝑙 es un vector normal a éste, dirigido hacia

afuera de la superficie. En notación clásica, 2.119 se escribe como:


∬𝑆𝐶 𝑛 ∙ 𝑇 𝑑𝑆 = ∭𝑉𝐶 ∇ ∙ 𝑇 𝑑𝑉 (2.120)
− ≡ ≡
⋮ ⋮

Este teorema es aplicable a funciones tensoriales continuas de cualquier orden. Para el


caso de una función escalar 𝑓 = 𝑓 (𝑥𝑖 ; 𝑡) , 2.119 se reduce a:


∬𝑆𝐶 𝑛 𝑓 𝑑𝑆 = ∭𝑉𝐶 ∇ 𝑓 𝑑𝑉 (2.121)

y para una función vectorial



∬𝑠𝑐 𝑛 ∙ 𝑣 𝑑𝑆 = ∭𝑉𝐶 ∇ ∙ 𝑣 𝑑𝑉 (2.122)
− − −

2.12.2 El Teorema de Stokes

Este teorema relaciona una integral sobre una línea cerrada con una integral sobre un
área arbitraria pero limitada por esta curva.
𝜕𝑣𝑗
∮ 𝑣𝑖 𝑑𝑙𝑖 = ∬𝐴 𝜀𝑖𝑗𝑘 𝜕𝑥𝑖
𝑛𝑘 𝑑𝐴 (2.123)

----
Ejercicios

2.1 Mostrar que:

a) [(𝑆 ∙ 𝑎) × (𝑇 ∙ 𝑏)] × 𝑐 ≡ (𝑐 ∙ 𝑆 ∙ 𝑎) (𝑇 ∙ 𝑏) − (𝑐 ∙ 𝑇 ∙ 𝑏) (𝑆 ∙ 𝑎)
= − = − − − = − = − − = − = −

b) ∇ ∙ (𝛾 ∇𝜑) ≡ 𝛾 (∇2 𝜑) + (∇𝛾) ∙ (∇𝜑)

c) ∇ ∙ (𝜎 ∙ 𝑣 ) ≡ (∇ ∙ 𝜎) ∙ 𝑣 + 𝜎 𝑇 : (∇𝑣 )
= − = − = −

d) Si 𝜎 es simétrico y Ω es antisimétrico, es decir , 𝜎𝑗𝑖 = 𝜎𝑖𝑗 y Ω𝑗𝑖 = −Ω𝑖𝑗 , entonces:


= =

𝜎∶ Ω ≡0
= =

×
e) 𝜎 × 𝑒 ≡ 𝑡𝑟 (𝜎) 𝑡𝑟 (𝑒) − 𝜎 𝑇 : 𝑒
= . = = = = =

× 𝑇
f) (𝜎 ×̇ 𝑒) ∙ (𝜎 ∙ 𝑒) ≡ (𝜎 ∙ 𝜎) : (𝑒 ∙ 𝑒) − (𝜎 ∙ 𝑒): (𝑒 ∙ 𝜎)
= = = = = = = = = = = =

2.2 Hallar los valores principales de la parte simétrica del siguiente tensor:

7 4 2
𝑇= (2 7 1) 𝐺𝑃𝑎
=
−2 −27 7

2.3 Un campo de temperaturas está dado, en coordenadas esféricas, por:

𝑇(𝜌, 𝜃, 𝜙) = 𝑇0 (𝑒 𝑐𝑇0/𝑇1 + 𝜃𝑠𝑒𝑛 𝜙 + cos 𝜙)

Escribir el gradiente de 𝑇 en el origen del sistema coordenado.


3. CINEMÁTICA DE MEDIOS CONTINUOS

INTRODUCCIÓN

La cinemática es la parte de la mecánica que estudia la geometría del movimiento. Aquí se


tratan trayectorias, campos de velocidad, aceleraciones, líneas de flujos, pero no los esfuerzos ni
las diversas fuerzas que los ocasionan. Ahora bien, se ha mencionado que un medio continuo es
un objeto físico hipotético en el cual se desestima su estructura a nivel atómico o molecular y en el
cual se considera que la materia está continuamente distribuida sobre la totalidad del objeto. Por
lo tanto, un medio continuo puede ser descrito como un conjunto de partículas interconectadas
de forma tal, que cada una de éstas es descrita por su posición espacial.

En este punto hay que hacer notar que existe una función biunívoca entre las partículas del
medio continuo con la posición que éstas ocupan en el espacio en un instante determinado y que,
tan pronto como se define un marco de referencia, la función relaciona las partículas del cuerpo
con los vectores de posición que éstas ocupan. Es razonable suponer que es imposible que más de
una partícula ocupe el mismo lugar en el espacio al mismo tiempo, o que una partícula esté en dos
posiciones diferentes en el mismo instante. Es entonces que para cualquier instante 𝑡, la posición
de cualquier partícula de un medio continuo y la configuración de éste son biunívocamente
determinadas. Una partícula de un medio continuo cuya posición es referida a un punto
geométrico se describe también como un “punto material”; una “curva material” será un
conjunto continuo de partículas que forman esa línea. Asimismo, una superficie material estará
constituida siempre por las mismas partículas, y se moverá en el espacio con éstas. Un segmento
material de longitud infinitesimal se denomina “segmento material elemental”. Un cuerpo
material ocupa una posición en el espacio tridimensional y será parte total o parcial de un medio
continuo.

Es conveniente mencionar ahora que cuando la descripción de las propiedades (mecánicas,


termodinámicas, etc.) de un cuerpo se realiza con base en las partículas, ésta se conoce como
descripción material o “lagrangiana”, mientras que cuando la descripción se basa en puntos en el
espacio, se refiere entonces a una descripción espacial u “euleriana”. Por regla general, en la
mecánica de sólidos es más conveniente la descripción material, puesto que las partículas están
bien localizadas, mientras que en la mecánica de fluidos es más adecuada la descripción espacial,
por la inconveniencia de seguir a las partículas en un flujo continuo. En este caso, en la descripción
se acostumbra emplear las “líneas de flujo”, a saber: las trayectorias de las partículas (en general
cada partícula tiene su propia trayectoria), las líneas de corriente (que son líneas instantáneas que
involucran a una infinidad de partículas, siendo la velocidad tangente a estas líneas en cada uno de
sus puntos), y las líneas de emisión, que son líneas materiales de partículas que han pasado por un
mismo punto en su movimiento, como se trata más adelante.
Este capítulo se cierra con el enunciado del Teorema del Transporte de Reynolds, que permite
relacionar la derivada lagrangiana con respecto al tiempo -es decir, siguiendo a las partículas de un
cuerpo- de cualquier propiedad extensiva contenida en éste, con integrales sobre el volumen que
dicho cuerpo ocupa en el espacio, en cuyos integrandos aparecen sólo términos eulerianos, es
decir, funciones evaluadas en puntos del espacio. Su aplicación directa permite transformar
ecuaciones de balance instantáneo sobre masas de control (los cuerpos), con las correspondientes
ecuaciones de balance instantáneo sobre volúmenes de control.

3.1 Conceptos generales de la cinemática del medio continuo

La descripción del movimiento de un medio continuo es mucho más compleja que lo que
corresponde a una partícula o a un conjunto discreto de ellas. En la cinemática de partículas, la
trayectoria es descrita por una función vectorial 6 dependiente del tiempo:

𝑟𝑖 = 𝑓𝑖 (𝑡)𝑒̂𝑖 = 𝑓𝑖 (𝑡) (3.1)

sin embargo, un medio continuo está formado por un número infinito de partículas, cada una con
su propia trayectoria, velocidad, aceleración, etcétera. Esto evidentemente complica el estudio de
su movimiento.

Ahora bien, se acostumbra definir a un “cuerpo” como un conjunto (continuo o discreto) de


partículas. Es este libro sólo se considerarán cuerpos continuos, es decir, constituidos por un
medio continuo, sin importar si éste es gaseoso, líquido, sólido, plástico, viscoelástico, etcétera.
Tan pronto como se establece un marco de referencia, queda determinada una función 𝑓 biyectiva
-es decir que a cada elemento de su dominio le corresponde un único elemento de su
contradominio y viceversa- cuya inversa es la función 𝑓 −1. Cualquiera de estas dos funciones (que
obviamente contienen la misma información) es llamada la “configuración del cuerpo” porque
definen la posición de todas y cada una de sus partículas en el instante considerado. Éstas son:

𝑓 = {(𝑃, 𝑟 ) , 𝑡𝑎𝑙 𝑞𝑢𝑒 𝑟 𝑒𝑠 𝑙𝑎 𝑝𝑜𝑠𝑖𝑐𝑖ó𝑛 𝑞𝑢𝑒 𝑜𝑐𝑢𝑝𝑎 𝑐𝑎𝑑𝑎 𝑝𝑎𝑟𝑡í𝑐𝑢𝑙𝑎 𝑃 𝑑𝑒𝑙 𝑐𝑢𝑒𝑟𝑝𝑜} (3.2)
− −

𝑓 −1 = {(𝑟 , 𝑃 ) , 𝑡𝑎𝑙 𝑞𝑢𝑒 𝑃 𝑒𝑠 𝑙𝑎 𝑝𝑎𝑟𝑡í𝑐𝑢𝑙𝑎 𝑞𝑢𝑒 𝑜𝑐𝑢𝑝𝑎 𝑒𝑙 𝑝𝑢𝑛𝑡𝑜 𝑟 𝑑𝑒𝑛𝑡𝑟𝑜 𝑑𝑒𝑙 𝑐𝑢𝑒𝑟𝑝𝑜} (3.3)
− −

6
No perder de vista que toda función es esencialmente un conjunto de pares ordenados en los que a cada
primer elemento le corresponde un único segundo elemento, es decir, no puede contener a dos pares
distintos con el mismo primer elemento. La naturaleza de estos elementos puede ser absolutamente
diversa: personas, números reales, partículas de un cuerpo, etcétera. La ecuación 3.1 define una regla de
correspondencia para determinar la posición de una determinada partícula como función del tiempo. En
este caso se tiene una función vectorial (el vector de posición de la partícula) de variable escalar (el tiempo
𝑡). La “inversa” de una función es el conjunto de sus pares ordenados en los que se invierte el orden de
éstos. Para que una función tenga una función inversa, se requiere que ésta sea biunívoca, es decir, no debe
tener dos pares distintos con el mismo segundo elemento.
Estas funciones se pueden representar de forma más concisa por sus reglas de correspondencia:

𝑟 = 𝑓 (𝑃) , y 𝑃 = 𝑓 −1 ( 𝑟 ) (3.4)
− −

Al considerar que la configuración del cuerpo cambia con el tiempo, se define la familia de
configuraciones -con el parámetro 𝑡 , que distingue a cada miembro de la familia de sus demás
parientes- llamada “movimiento del cuerpo”. Se le llama así porque permite conocer, en cada
instante 𝑡 , la posición (y la velocidad, aceleración, etcétera) de cada partícula del cuerpo.

De este modo, el movimiento del cuerpo queda definido por cualquiera de las funciones:

𝑟 = 𝑓 (𝑃 ; 𝑡) = 𝑟 (𝑃 ; 𝑡) (3.5)
− −

𝑃 = 𝑓 −1 ( 𝑟 ; 𝑡 ) = 𝑃(𝑟 ; 𝑡) (3.6)
− −

Cuando 𝑡 = 𝑡0 (frecuentemente 𝑡0 = 0 ), se tiene una “configuración de referencia” en donde


cada partícula tiene un vector de posición al que se le llama “vector material de posición”, cuyos
componentes son las llamadas “coordenadas materiales” de la partícula. Así, las coordenadas
materiales de una partícula son las coordenadas espaciales de su posición en la configuración de
referencia, y la identifican en cualquier instante posterior. Se representarán por 𝜁1 , 𝜁2 y 𝜁3 . Así:

𝑟 = 𝑥 = ( 𝑥1 , 𝑥2 , 𝑥3 ) es un “vector espacial” que identifica a un punto en el espacio;


− −
𝑥1 , 𝑥2 , 𝑥3 son “coordenadas espaciales”. (3.7)

𝜁 = ( 𝜁1 , 𝜁2 , 𝜁3 ) es un “vector material” que identifica a una partícula de un cuerpo;



𝜁1 , 𝜁2 , 𝜁3 son “coordenadas materiales.” (3.8)

Lo anterior porque, como ya se mencionó anteriormente, existe una relación biunívoca entre
cada una de las partículas que constituye el medio continuo y la posición que éstas ocupan en un
instante determinado. Como resultado, es factible identificar a cualquier partícula del cuerpo en
cualquier instante por la posición que ocupaba en un tiempo de referencia 𝑡𝑜 , es decir que:

𝑥𝑖 (𝑡𝑜 ) = 𝜁𝑖 (3.9)

En la figura 3.1 se representan dos configuraciones, una es la configuración de referencia, en el


instante 𝑡𝑜 , cuando 𝑥𝑖 (𝑡𝑜 ) = 𝜁𝑖 . La otra es una configuración arbitraria, que corresponde a un
instante 𝑡 posterior. Así, el movimiento de un cuerpo, determinado por las ecuaciones 3.5 y 3.6,
es finalmente descrito por:

𝑥 = 𝑥 ( 𝜁 ; 𝑡) (3.10)
− − −
𝜁 = 𝜁 ( 𝑥 ; 𝑡) (3.11)
− − −

Estas son funciones inversas entre sí. Esta condición se satisface si el determinante del tensor
𝜕𝑥𝑗
Jacobiano no se anula en todo el espacio ocupado por el cuerpo, es decir, si:
𝜕𝜁𝑖

𝜕𝑥𝑗
| 𝜕𝜁 | ≠ 0 (3.12)
𝑖

En 3.10 las variables independientes son las coordenadas materiales (con el tiempo como
parámetro), en tanto que en 3.11 las variables independientes son las coordenadas espaciales. Así,
como se abundará en seguida, 3.10 es la “descripción lagrangiana” del movimiento del cuerpo, en
tanto que 3.11 es la “descripción euleriana” del mismo movimiento.

Figura 3.1. Dos configuraciones de un cuerpo: en azul la configuración de referencia, correspondiente a


𝑡 = 𝑡0 , y una configuración arbitraria correspondiente a un instante 𝑡 > 𝑡0 .

3.2 Descripciones euleriana y lagrangiana de las variables físicas

Si el movimiento o cualquier propiedad física 𝜓 son expresados en la forma:

𝜓 = 𝜓 ( 𝜁𝑖 ; 𝑡 ) (3.13)

en donde las variables independientes son las coordenadas materiales, se dice que su formulación
está descrita en forma material o “lagrangiana”.
Por otra parte, si la propiedad física se expresa en la forma:

𝜓 = 𝜓(𝑥𝑖 ; 𝑡) (3.14)

en donde las variables independientes son las coordenadas espaciales 𝑥𝑖 , se dice que dicha
propiedad está descrita en forma espacial u “euleriana”. Al igual que en la descripción lagrangiana,
se supone que la descripción euleriana involucra una función continua; 3.13 y 3.14 deben ser
funciones continuas.

En resumen de lo anterior, se pueden describir las propiedades de un medio continuo como la


temperatura 𝑇, el esfuerzo 𝜎, la velocidad 𝑣 , por citar sólo algunas, como se muestran en la tabla
= −
3.1 siguiente.

Tabla 1.1 Descripciones lagrangiana y euleriana de algunas variables físicas

Descripción lagrangiana Descripción euleriana

𝑇 = 𝑇(𝜁𝑖 , 𝑡) 𝑇 = 𝑇(𝑥𝑖 , 𝑡)

𝜎𝑖𝑗 = 𝜎𝑖𝑗 (𝜁𝑖 , 𝑡) 𝜎𝑖𝑗 = 𝜎𝑖𝑗 (𝑥𝑖 , 𝑡)

𝑣𝑖 = 𝑣𝑖 (𝜁𝑖 , 𝑡) 𝑣𝑖 = 𝑣𝑖 (𝑥𝑖 , 𝑡)

Cualquier propiedad tensorial, sin importar su orden, puede ser expresada en forma euleriana o
lagrangiana. Para ambas descripciones de ha definido anteriormente el operador diferencial nabla,
con el que se expresan el gradiente, divergencia, rotacional, laplaciano, tanto espaciales como
materiales.

Ejemplo 3.1.- El hipotético movimiento de un cuerpo está descrito (lagrangianamente) por las
siguientes ecuaciones:
𝑥1 = (1 − 𝑡) 𝜁1 + 𝑡 𝜁2
{ 𝑥2 = −𝑡 𝜁1 + (1 − 𝑡) 𝜁2 (3.15)
𝑥3 = 𝜁3

a) Determinar a qué instante 𝑡 corresponde la configuración de referencia.


b) Calcular el determinante del tensor Jacobiano de la transformación.
c) Escribir las ecuaciones de la descripción euleriana del mismo movimiento.
d) Determinar la trayectoria de la partícula que en el instante 𝑡 = 0 ocupa el punto (2 , 1 , 0),
y determinar la posición de ésta en el instante (adimensional 7) 𝑡 = 10.

7
Como buena práctica en Ciencias e Ingenierías, las ecuaciones que modelan los fenómenos estudiados se
adimensionalizan y, si es posible, se normalizan. Así, los términos de las ecuaciones quedan como números
reales (sin requerir de unidades), que toman valores, en el caso de haberse normalizado, entre 0 y 1. De esta
forma, hablando por ejemplo del tiempo 𝑡, tiene sentido hablar del logaritmo del tiempo adimensionalizado,
con un valor de por ejemplo 10, pero no tiene ningún sentido el logaritmo de 10 segundos.
Solución:
a) Nótese que para 𝑡 = 0, 𝑥𝑖 = 𝜁𝑖 , por lo que, de acuerdo con la definición de las
“coordenadas materiales”, éste es el instante en el que la configuración del cuerpo se
toma como referencia.
b) El determinante del tensor Jacobiano es:

𝜕𝑥
1−𝑡 −𝑡 0
𝐽 = | 𝜕𝜁𝑗 | = | 𝑡 1−𝑡 0| = (1 − 𝑡)2 + 𝑡 2 > 0 ∀ 𝑡 (3.16)
𝑖
0 0 1

Así, las ecuaciones son invertibles, y en términos eulerianos éstas son las siguientes:

(1−𝑡) 𝑥1 − 𝑡 𝑥2
𝜁1 = 2𝑡 2 −2𝑡 + 1
c) 𝑡 𝑥1 + (1−𝑡) 𝑥2 (3.17)
𝜁2 = 2𝑡 2 −2𝑡 + 1
{ 𝜁3 = 𝑥3

d) Como la configuración de referencia corresponde a 𝑡 = 0, las coordenadas materiales de la


partícula de marras son 𝜁1 = 2 , 𝜁2 = 1 𝑦 𝜁3 = 0. Sustituyendo en 3.15 se obtienen las
ecuaciones paramétricas de su trayectoria:

𝑥1 = (1 − 𝑡) (2) + 𝑡 (1) = 2 − 𝑡
{ 𝑥2 = −𝑡 (2) + (1 − 𝑡) (1) = 1 − 3𝑡 (3.18)
𝑥3 = 0

Eliminando el parámetro 𝑡 se obtiene la ecuación cartesiana 𝑥2 = 3 𝑥1 − 5 , que claramente


corresponde a una recta en el plano 𝑋1 𝑋2 (cuya ecuación cartesiana es 𝑥3 = 0). Para cuando t =
10, la partícula ocupa el punto localizado en ( -8 , -29 , 0 ); si inicialmente (cuando t = 0) se
encontraba en el punto ( 2 , 1 , 0 ), su desplazamiento en el intervalo de tiempo ∆ 𝑡 = 10 − 0 =
10 es 𝑢 = ( −10 , −30 , 0 ).

3.3 Derivadas materiales y espaciales con respecto al tiempo

Muchas de las leyes de la física se acostumbran enunciar con base en rapideces de cambio con
respecto al tiempo. Así, las leyes de la mecánica y de la termodinámica se enuncian en términos de
derivadas lagrangianas con respecto al tiempo, aún sin precisar el carácter material de éstas, pero
en muchas aplicaciones ingenieriles lo que se requiere es su versión en términos espaciales. Para
esto, en este libro se recurrirá al Teorema del Transporte de Reynolds, tratado al final del presente
capítulo.
Por ejemplo, la segunda ley de Newton, que es el núcleo de toda la mecánica clásica, puede
enunciarse como: “la fuerza neta que actúa sobre una partícula es igual a la rapidez de cambio de
su momentum, medido desde un marco inercial”.

En el enunciado anterior hay que resaltar que la rapidez de cambio del momentum es en verdad
la derivada lagrangiana (con respecto al tiempo) de este momentum, puesto que hay que seguir a
la partícula en su movimiento. Así, esta segunda ley de Newton formalmente se modelaría con la
siguiente ecuación vectorial (lagrangiana):

𝑝 = Σ𝐹 (3.19)
− −

en donde 𝑝 = 𝑚 𝑣 es el momentum de la partícula, m es su masa, y 𝑣 es su velocidad medida


− − −
desde un “marco inercial”. Note el punto sobre el vector 𝑝 , que indica precisamente que éste ha

sido derivado parcialmente con respecto al tiempo 𝑡 , dejando fija la partícula, y Σ 𝐹 es la suma de

todas las fuerzas, o sea la fuerza neta, que actúa sobre ésta.

Se desarrolla en unas pocas líneas más adelante una relación general entre las derivadas
materiales (lagrangianas) y las espaciales (eulerianas) con respecto al tiempo, que permiten
reescribir la ecuación 3.19 en términos puramente eulerianos. Cuando se extienden las leyes de la
física a cuerpos que contienen una infinidad de partículas, es cuando se recurrirá al Teorema del
Transporte de Reynolds, que constituye una generalización de esta relación, dada en 3.27.

Otra manera usual de denotar la derivada material con respecto al tiempo se hace empleando
𝐷
el operador , de modo que cuando se tiene una descripción material del tipo 𝜓 = 𝜓(𝜁𝑖 ; 𝑡), en
𝐷𝑡
donde 𝜓 es una función o variable física dependiente de cualquier orden tensorial, la derivada
material se puede expresar de cualquiera de las tres formas siguientes:

𝐷𝜓 𝜕𝜓 ∙ (3.20)
=( ) = 𝜓
𝐷𝑡 𝜕𝑡 𝜁𝑖

Si se considera la descripción euleriana de dicha propiedad, 𝜓 = 𝜓(𝑥𝑖 ; 𝑡), donde 𝑥𝑖 son las
posiciones de las partículas materiales, que cambian con el tiempo de acuerdo con la descripción
lagrangiana del movimiento de un cuerpo:
𝑥𝑖 = 𝑥𝑖 (𝜁𝑖 ; 𝑡) (3.21)

se tiene que: 𝜓 = 𝜓(𝑥𝑖 ; 𝑡) = 𝜓(𝑥𝑖 (𝜁𝑖 ; 𝑡)) (3.22)

Así, utilizando la “regla de la cadena”, aplicable a funciones continuas con derivadas continuas:

𝐷𝜓 𝜕𝜓 𝜕𝜓 𝜕𝑥𝑗 𝜕𝜓 (3.23)
=( ) =( ) ( ) +( )
𝐷𝑡 𝜕𝑡 𝜁𝑖 𝜕𝑥𝑗 𝑥 𝜕𝑡 𝜁 𝜕𝑡 𝑥𝑖
𝑖≠𝑗 𝑖
La velocidad es precisamente la derivada lagrangiana de la posición con respecto al tiempo, es
decir:
𝜕𝑥𝑗 (3.24)
( ) = 𝑣𝑗
𝜕𝑡 𝜁
𝑖

al reacomodar la ecuación 3.24 en 3.23, se tiene de forma general que:

𝐷𝜓 𝜕𝜓 𝜕𝜓
=( ) + 𝑣𝑗 (𝜕𝑥 ) (3.25)
𝐷𝑡 𝜕𝑡 𝑥𝑖 𝑗 𝑥𝑖≠𝑗

o, en notación clásica:
. 𝜕𝜓 𝜕𝜓
𝜓 = ( 𝜕𝑡 ) = ( 𝜕𝑡 ) + 𝑣 ∙ ∇ 𝜓 (3.26)
𝜁 𝑥 −
− −

En resumen, la relación entre las derivadas lagrangiana y euleriana con respecto al


tiempo, está dada en el siguiente operador diferencial, al que se recurrirá con mucha
frecuencia a lo largo del libro:

𝜕 𝜕
(𝜕𝑡) = (𝜕𝑡) + 𝑣 ∙ ∇ (3.27)
𝜁 𝑥 −
− −

o en notación indicial:

𝜕 𝜕 𝜕
(𝜕𝑡) = (𝜕𝑡) + 𝑣𝑘 𝜕𝑥𝑘
(3.28)
𝜁𝑖 𝑥𝑖

En los miembros derechos de 3.27 y 3.28 aparecen sólo términos eulerianos.

3.4 El campo de desplazamientos

El campo de los desplazamientos de las partículas en un cuerpo continuo está dado en términos
materiales o espaciales por las siguientes relaciones, en las que 𝜁𝑖 es, por definición, la posición de
una partícula en la configuración de referencia (es decir 𝜁𝑖 es su “posición inicial”), y 𝑥𝑖 es su
posición en una configuración posterior. La diferencia 𝑢𝑖 = 𝑥𝑖 − 𝜁𝑖 entre estos vectores es el
desplazamiento de la partícula. Así, en términos lagrangianos:

𝑢𝑖 (𝜁𝑖 ; 𝑡) = 𝑥𝑖 (𝜁𝑖 ; 𝑡) − 𝜁𝑖 (3.29)

y: 𝑢𝑖 (𝑥𝑖 ; 𝑡) = 𝑥𝑖 − 𝜁𝑖 (𝑥𝑖 ; 𝑡) (3.30)


Figura 3.2. En azul se representa un cuerpo en su configuración de referencia y en verde en una
configuración posterior. Se muestra el desplazamiento 𝑢𝑖 de una partícula del cuerpo, y se exageran los
vectores infinitesimales 𝑑𝜁𝑖 , que corresponde a la diferencia de posiciones en la configuración de referencia
entre dos partículas en la misma vecindad, y 𝑑𝑥𝑖 que corresponde a la diferencia en la posición entre las
mismas partículas, pero ahora en la configuración posterior.

3.5 Velocidad y aceleración de una partícula

Se define la velocidad de una partícula como la rapidez con la que cambia su posición en el
espacio. Así, matemáticamente la velocidad no es más que la derivada temporal (lagrangiana) de
su posición 𝑥𝑖 . De este modo, la descripción material de la velocidad viene dada por:

𝜕𝑥𝑗 (𝜁𝑖 ; 𝑡)
𝑣𝑗 (𝜁𝑖 ; 𝑡) = ( ) (3.31)
𝜕𝑡 𝜁𝑖

A partir de las ecuaciones eulerianas del movimiento, 𝜁𝑖 = 𝜁𝑖 (𝑥𝑗 ; 𝑡), es posible obtener la
descripción espacial de la velocidad como:

𝑣𝑗 (𝑥𝑖 ; 𝑡) = 𝑣𝑗 (𝜁𝑖 (𝑥𝑗 ; 𝑡)) (3.32)

De manera análoga, se define a la aceleración como la derivada material con respecto al


tiempo, de la velocidad. Así, la descripción lagrangiana de la velocidad queda como:

𝜕 𝑣𝑗 (𝜁𝑖 ; 𝑡) (3.33)
𝑎𝑗 (𝜁𝑖 ; 𝑡) = ( )
𝜕𝑡 𝜁 𝑖

y a través de las ecuaciones del movimiento 𝜁𝑖 = 𝜁𝑖 (𝑥𝑗 ; 𝑡) se puede pasar a la


descripción espacial:

𝑎𝑗 (𝑥𝑖 ; 𝑡) = 𝑎𝑗 (𝜁𝑖 (𝑥𝑗 ; 𝑡)) (3.34)


Como alternativa, si se dispone de la descripción espacial de la velocidad, puede obtenerse
directamente la descripción espacial de la aceleración aplicando el operador 3.27 de forma que:

𝐷 𝑣𝑗 (𝑥𝑖 ; 𝑡) 𝜕 𝑣𝑗 (𝑥𝑖 ; 𝑡) 𝜕 𝑣𝑗 (𝑥𝑖 ; 𝑡)


𝑎𝑗 (𝑥𝑖 ; 𝑡) = =( ) + 𝑣𝑘 (3.35)
𝐷𝑡 𝜕𝑡 𝑥𝑖 𝜕𝑥𝑘

Ejemplo 3.2. Determinar los campos de velocidades y aceleraciones, tanto en forma lagrangiana
como euleriana, del movimiento dado en el ejemplo 3.1.

Solución: La descripción lagrangiana de dicho movimiento está definida en 3.15. Como la


velocidad es la derivada lagrangiana de la posición con respecto al tiempo, y la aceleración a su vez
es la derivada lagrangiana de la velocidad con respecto al tiempo, las descripciones materiales del
campo de velocidades y del campo de aceleraciones se obtienen con sólo derivar con respecto al
tiempo los lados derechos de las ecuaciones 3.15. Reescribiendo en las ecuaciones resultantes las
coordenadas materiales dadas por la descripción euleriana del movimiento, obtenidas en 3.17, se
tiene la solución a este problema.

El campo lagrangiano de posiciones del ejemplo 3.1 está dado por las ecuaciones 3.15:

𝑥1 = (1 − 𝑡) 𝜁1 + 𝑡 𝜁2
{ 𝑥2 = −𝑡 𝜁1 + (1 − 𝑡) 𝜁2 (3.15)
𝑥3 = 𝜁3

Derivando con respecto al tiempo -dejando fijas las coordenadas materiales- se obtiene el
campo lagrangiano de velocidades siguiente:

. 𝜕𝑥
𝑣1 = 𝑥1 = ( 𝜕𝑡1 ) = − 𝜁1 + 𝜁2
𝜁

. 𝜕𝑥
𝑣2 = 𝑥2 = ( 𝜕𝑡2 ) = − 𝜁1 − 𝜁2 (3.36)
𝜁

. 𝜕𝑥
𝑣3 = 𝑥3 = ( 𝜕𝑡3 ) = 0
𝜁
{ −

Volviendo a derivar con respecto al tiempo, el campo lagrangiano de aceleraciones queda


como:

. 𝜕𝑣
𝑎1 = 𝑣1 = ( 𝜕𝑡1 ) = 0
𝜁

. 𝜕𝑣
𝑎2 = 𝑣2 = ( 𝜕𝑡2 ) = 0 (3.37)
𝜁

. 𝜕𝑣
𝑎3 = 𝑣3 = ( 𝜕𝑡3 ) = 0
𝜁
{ −
Nótese que de acuerdo con 3.37 ninguna partícula se acelera -el campo de aceleraciones es
nulo- de modo que sus velocidades deben permanecer constantes en el tiempo, lo cual es
corroborado por las ecuaciones 3.36. Las trayectorias de todas las partículas son segmentos
rectilíneos, pero unas son más veloces que otras, de modo que el cuerpo experimentará
continuamente una deformación, o mejor dicho, un flujo no uniforme.

Sustituyendo en 3.36 y 3.37 las ecuaciones eulerianas del movimiento dadas en 3.17, se
obtienen los campos espaciales de velocidades y aceleraciones siguientes.

(1−𝑡) 𝑥1 − 𝑡 𝑥2 𝑡 𝑥1 + (1−𝑡) 𝑥2 (2𝑡−1) 𝑥1 + 𝑥2


𝑣1 = −
2𝑡2 −2𝑡 + 1
+ 2
2𝑡 −2𝑡 + 1
= 2𝑡2 −2𝑡 + 1
(1−𝑡) 𝑥1 − 𝑡 𝑥2 𝑡 𝑥1 + (1−𝑡) 𝑥2 (2𝑡−1) 𝑥 − 𝑥 (3.38)
𝑣2 = −
2𝑡2 −2𝑡 + 1
− 2𝑡2−2𝑡 + 1 = 2𝑡2−2𝑡2+ 1 1
{ 𝑣3 = 0

𝑎1 = 0
{ 𝑎2 = 0 (3.39)
𝑎3 = 0

Ejemplo 3.3.- Determinar el campo euleriano de aceleraciones para el campo de flujo definido
por las ecuaciones: 𝑣1 = (1 + 𝑡)𝑥1 , 𝑣2 = 𝑥12 + 𝑡 𝑥3 , 𝑣3 = 𝑥1 + 𝑥2 (3.40)

Solución: Las ecuaciones del campo de flujo son la descripción euleriana del campo de
velocidades. Como la aceleración es la derivada lagrangiana con respecto al tiempo del campo de
velocidades, se puede recurrir al operador 3.27 para obtener que:

𝜕𝑣 𝜕𝑣
𝑎 = ( 𝜕𝑡−) = ( 𝜕𝑡−) + 𝑣 ∙ ∇ 𝑣 (3.41)
− 𝜁 𝑥 − −
− −

Ahora bien:

𝜕𝑣 1+𝑡 2𝑥1 1
( 𝜕𝑡−) = ( 𝑥1 , 𝑥3 , 0 ); 𝑣 = ((1 + 𝑡)𝑥1 , 𝑥12 + 𝑡𝑥3 , 𝑥1 + 𝑥2 ); ∇𝑣 = ( 0 0 1)
𝑥 − −
− 0 𝑡 0

Efectuando el producto punto entre la velocidad y su gradiente se obtiene que:

𝑎 = ( 𝑥1 , 𝑥3 , 0 ) + ((1 + 𝑡 2 )𝑥1 , 2(1 + 𝑡)𝑥12 + 𝑡(𝑥1 + 𝑥2 ), (1 + 𝑡)𝑥1 + 𝑥12 + 𝑡𝑥3 ) (3.42)


De modo que:

𝑎1 = (2 + 2𝑡 + 𝑡 2 )𝑥1 ; 𝑎2 = 2(1 + 𝑡)𝑥12 + 𝑡(𝑥1 + 𝑥2 ) + 𝑥3 ; 𝑎3 = 𝑥12 + (1 + 𝑡)𝑥1 + 𝑡𝑥3 (3.43)

Estas ecuaciones definen el campo euleriano de aceleraciones.


3.6 Regímenes permanentes y estacionarios

En algunos casos se puede suponer que todas las propiedades asociadas al medio continuo no
cambian localmente con el tiempo, es decir, en su descripción euleriana (espacial) el tiempo no
aparece como variable ni como parámetro. Se dice entonces que se tiene un “régimen
permanente”, que implica que, para todas las propiedades 𝜓 se debe cumplir que:

𝜕𝜓
( 𝜕𝑡 ) = 0 (3.44)
𝑥

Esta situación no debe ser mal entendida como que las propiedades se mantienen constantes en
el tiempo debido a que, en general, la rapidez de cambio de las propiedades medidas siguiendo el
movimiento de las partículas no es nulo. Es decir, en general, aún en un régimen permanente:

𝐷𝜓
≠ 0 (3.45)
𝐷𝑡

Se habla de un “régimen estacionario” cuando los valores promediados en el tiempo y medidos


localmente permanecen sin cambio. Así, tiene sentido hablar de un flujo turbulento estacionario,
pero es absurdo hablar de un flujo turbulento permanente, como se tratará en capítulos
posteriores.

3.7 Líneas de flujo

En la descripción y el análisis de flujos, y también en el diseño de experimentos en mecánica de


fluidos, resulta muy útil el emplear para representar o visualizar el movimiento de fluidos las
llamadas “líneas de flujo”. Las más usuales en orden de importancia son las “líneas de corriente”,
las “líneas de emisión” y las “trayectorias”. La trayectoria de una partícula es el lugar geométrico
de las posiciones que ocupa en el espacio conforme se desplaza al transcurrir el tiempo. Cada
partícula describe su propia trayectoria en un campo de flujo y también en el movimiento de
sólidos.

Ahora bien, una línea de corriente es una línea material instantánea y continua que es tangente
a la velocidad en cada uno de sus puntos; es decir, la tangente en cada punto de una línea de
corriente tiene la misma dirección y sentido de la velocidad de la partícula que en el instante
considerado esté sobre ese punto. El concepto de “línea de corriente” es análogo al de “líneas de
fuerza” en los campos electromagnéticos. Un “tubo de corriente” es una superficie constituida por
un haz de líneas de corriente que pasan por los puntos de una línea cerrada transversal al flujo.

Debido a la definición de líneas de corriente, los fluidos en su movimiento (en régimen laminar)
se desplazan dentro de tubos de corriente, sin atravesar nunca su superficie lateral.
Figura 3.3. Trayectoria de una partícula.

Finalmente, una línea de emisión es también una línea material continua e instantánea formada
por las partículas que en su movimiento han pasado por el mismo punto. Una aproximación (algo
burda, por cierto) sería la pluma de una alta chimenea: las partículas de humo fueron emitidas por
el escape de la chimenea, y la pluma puede verse evolucionar al cambiar la dirección de viento.
Otro ejemplo más cercano a este concepto teórico lo constituyen los colorantes o partículas
visibles inyectados en flujos líquidos o gaseosos para visualizar los flujos alrededor de perfiles
aerodinámicos. Todas las partículas trazadoras de la línea de emisión se emiten desde la misma
boquilla.

En general, estas tres líneas son bien diferentes entre sí, excepto en un régimen permanente,
en donde las trayectorias son también líneas de corriente y líneas de emisión. El siguiente ejemplo
ilustra el procedimiento para determinar estas líneas, al menos para flujos sumamente simples,
como el del ejemplo 3.4.

Ejemplo 3.4.- Determinar la trayectoria, la línea de corriente, y la línea de emisión que contienen
al punto (1 , 1 , 0) en el instante t = 0, para un campo de velocidades euleriano dado por:

𝑣1 = (1 + 𝑡)𝑥1 ; 𝑣2 = 2 𝑥2 ; 𝑣3 = 0 (3.46)

𝐷𝑥𝑖
Solución: Para determinar la trayectoria pedida, recuérdese que 𝑣𝑖 = 𝐷𝑡

𝐷 𝑥1 𝐷 𝑥1
Así: (1 + 𝑡)𝑥1 = 𝐷𝑡
, que puede reescribirse como: 𝑥1
= (1 + 𝑡)𝐷𝑡 (3.47)

Al integrarla entre los límites 𝑥1 (0) = 1 , y 𝑥1 (𝑡) , se obtiene que:


1 2
𝑥1 𝐷 𝜒1 𝑡 𝑥 1
∫1 = ∫0 (1 + 𝜏)𝐷𝜏 ↔ 𝐿𝑛 ( 1 ) = 𝑡 + 𝑡 2 , de donde 𝑥1 (𝑡) = 𝑒 𝑡+2𝑡 (3.48)
𝜒1 1 2

𝐷 𝑥2 𝐷 𝑥2
De la misma manera, 2 𝑥2 = , o: = 2 𝐷𝑡 (3.49)
𝐷𝑡 𝑥2

Que al integrase entre los límites 𝑥2 (0) = 1 , y 𝑥2 (𝑡) , se obtiene que:

𝑥 𝐷 𝜒2 𝑡 𝑥
∫1 2 𝜒2
= 2 ∫0 𝐷𝜏 ↔ 𝐿𝑛 ( 12 ) = 2 𝑡 , de donde 𝑥2 (𝑡) = 𝑒 2𝑡 (3.50)

Además:

𝐷 𝑥3
0= 𝐷𝑡
, cuya integración, con el límite 𝑥3 (0) = 0 conduce a que: 𝑥3 (𝑡) = 0 (3.51)

Las ecuaciones enmarcadas 3.48, 3.50 y 3.51 son las ecuaciones paramétricas de la trayectoria
buscada, misma que se muestra sobre el plano 𝑋1 𝑋2 en la figura 3.4 en color verde, junto con la
línea de corriente y la línea de emisión, cuyas ecuaciones se obtienen en seguida y que aparecen
en colores rojo y azul, respectivamente. Eliminando el parámetro 𝑡 se obtiene la ecuación
cartesiana de la trayectoria como:

1 2
𝑥1 = √𝑥2 𝑒 2 (𝐿𝑛 √𝑥2 ) (3.52)

Ahora, de acuerdo con la definición de línea de corriente, si se emplea un sistema coordenado


cartesiano puede advertirse que la condición de tangencia del vector velocidad a dicha línea en
todos sus puntos implica que se deben cumplir las siguientes relaciones:

𝑑 𝑥2 𝑣2 𝑑 𝑥2 𝑣2 𝑑 𝑥3 𝑣3
= ; = ; = (3.53)
𝑑𝑥1 𝑣1 𝑑𝑥3 𝑣3 𝑑𝑥1 𝑣1

que pueden reescribirse como:

𝑑 𝑥1 𝑑 𝑥2 𝑑 𝑥3
= = (3.54)
𝑣1 𝑣2 𝑣3

De aquí:

𝑑 𝑥1 𝑑 𝑥2
(1+𝑡)𝑥1
= (3.55)
𝑥2

𝑥 𝑥
Para el instante considerado (𝑡 = 0) , al integrar 3.53 se obtiene que: 𝐿𝑛 ( 11 ) = 𝐿𝑛 ( 12 ) , de
donde:
𝑥1 = 𝑥2 (3.56)

Esta es la ecuación cartesiana de la línea de corriente, que claramente es una semirecta sobre el
plano 𝑋1 𝑋2 , que forma 45° con los ejes 𝑋1 𝑦 𝑋2 . Se deja como ejercicio para el lector el trazar
las gráficas de estas tres líneas.

Para obtener la línea de emisión hay que considerar que ésta es una línea material constituida
por las partículas que han pasado por un mismo punto, en este caso el punto ( 1, 1, 0 ), en algún
instante anterior al momento presente, cuando 𝑡 = 0. De esta manera, las partículas que forman
la línea de emisión sobre un punto que es parte de su trayectoria particular. Considerando que la
partícula pasó por el punto en un instante 𝜏 < 0 , al integrar las ecuaciones 3.47 y 3.49 , pero con
los límites de integración iniciales 𝑥1 (𝜏) = 𝑥2 (𝜏) = 1, se tiene que:

𝑥1 𝐷 𝜒1 𝑡 𝑥 1
∫1 𝜒1
= ∫𝜏 (1 + 𝑇)𝐷𝑇 ↔ 𝐿𝑛 ( 11 ) = (𝑡 − 𝜏) + 2
(𝑡 2 − 𝜏 2 ) , de donde:

1 2 −𝜏2 )
𝑥1 (𝑡; 𝜏) = 𝑒 (𝑡−𝜏)+2(𝑡 (3.57)

𝑥2 𝐷 𝜒2 𝑡 𝑥
∫1 𝜒2
= 2 ∫𝜏 𝐷𝑇 ↔ 𝐿𝑛 ( 12 ) = 2 (𝑡 − 𝜏) , de donde 𝑥2 (𝑡 ; 𝜏) = 𝑒 2(𝑡−𝜏) (3.58)

𝐷 𝑥3
Además, integrar 0 = con el límite 𝑥3 (𝜏) = 0 , conduce a que: 𝑥3 (𝑡 ; 𝜏) = 0 (3.59)
𝐷𝑡

Las ecuaciones 3.57, 3.58 y 3.59 son las ecuaciones paramétricas (con doble parámetro) de las
líneas de emisión que pasan por el punto en cuestión. Para el instante 𝑡 = 0 las ecuaciones
paramétricas de la línea de emisión requerida son:

1 2
𝑥1 (0 ; 𝜏) = 𝑒 −𝜏− 2 𝜏 y 𝑥2 (0 ; 𝜏) = 𝑒 −2𝜏 (3.60)

Eliminando el parámetro se obtiene la ecuación cartesiana de la línea de emisión como:

2
1 1
− 2 (𝐿𝑛 )
𝑥1 = √𝑥2 𝑒 √𝑥2
(3.61)

En el caso de un régimen permanente las líneas de flujo coinciden, es decir, las trayectorias son
líneas de corriente y también son líneas de emisión. Cuando el régimen no es permanente, las
diferencias entre ellas por lo general son muy notorias, como en el ejemplo anterior.
Figura 3.4. Trayectoria (en color verde), línea de corriente, en color rojo, y línea de emisión,
en color azul, para el ejemplo 3.4

3.8 El Teorema del Transporte de Reynolds

Este teorema relaciona la derivada lagrangiana (con respecto al tiempo) de una integral sobre el
volumen ocupado por un cuerpo, con una integral de volumen en la que su integrando contiene
únicamente términos eulerianos. De esta forma, su aplicación directa permite obtener ecuaciones
de balance instantáneo (de cualquier propiedad de naturaleza extensiva) sobre volúmenes de
control, a partir de las correspondientes ecuaciones de balance instantáneo sobre masas de
control. Se enuncia a continuación.

Teorema del Transporte de Reynolds:

𝑑𝛺
Sea 𝛺 una propiedad extensiva, de cualquier orden tensorial, y 𝜔 = 𝑑𝑚 su valor intensivo por
𝑑𝛺 𝑑𝑚 𝑑Ω
unidad de masa. Nótese que 𝜔𝜌 = 𝑑𝑚 𝑑𝑉 = 𝑑𝑉
es su valor intensivo por unidad de volumen.

Se tiene que:
. 𝐷 ̇
𝜕(𝜌𝜔)
Ω = 𝐷𝑡 ∫𝑉𝐶(𝑡) 𝜌𝜔 𝑑𝑉 = ∫𝑉𝐶(𝑡) [ 𝜕𝑡 𝑥
] 𝑑𝑉 + ∫𝑆𝐶(𝑡)(𝜌𝜔) (𝑣𝑟𝑒𝑙 ∙ 𝑛̂) 𝑑𝑆 (3.62)

Aquí los términos que aparecen tienen los siguientes significados:


𝛺̇ es la rapidez con la que cambia la propiedad 𝛺 contenida en un cuerpo. Nótese que el
𝐷
integrando del término lagrangiano ∫ 𝜌𝜔𝑑𝑉 es la cantidad infinitesimal de 𝛺 dentro del
𝐷𝑡 𝑉𝐶(𝑡)
volumen infinitesimal 𝑑V, esto es: 𝜌𝜔 𝑑V = 𝑑𝛺.

𝜕(𝜌𝜔)
∫⩝𝐶(𝑡) [ 𝜕𝑡 𝑥
] 𝑑𝑉 cuantifica la rapidez con la que cambia 𝛺 dentro del volumen de control
que ocupa el cuerpo en el instante 𝑡 considerado, sin seguir a las partículas del cuerpo.

∫𝑆𝐶(𝑡)(𝜌𝜔) (𝑣𝑟𝑒𝑙 ∙ 𝑛̂) 𝑑𝑆 es el flujo neto (hacia afuera) de 𝛺 a través de la superficie de control

SC que contiene en su interior al volumen de control VC. En las zonas de la superficie por donde
sale materia, el producto punto 𝑣𝑟𝑒𝑙 ∙ 𝑛̂ es positivo puesto que los vectores 𝑣𝑟𝑒𝑙 -que es la
− −
velocidad de las partículas relativa a la superficie dS- y el vector unitario normal dirigido hacia
afuera del volumen 𝑛̂ , forman un ángulo agudo. Por donde ingresa materia al volumen de
control, esos vectores forman un ángulo obtuso y el producto punto entre ellos es negativo. Por
consiguiente un valor positivo (cuando la propiedad 𝛺 es un escalar) de dicha integral, cuantificará
la diferencia entre lo que abandona el volumen de control, menos lo que ingresa a éste. Por lo
anterior se habla de un “flujo neto hacia afuera”. Obviamente, si ingresa más 𝛺 de lo que egresa,
la integral tendrá un valor negativo. Hay que insistir en que el vector 𝑣 𝑟𝑒𝑙 es la velocidad relativa
de las partículas al elemento de superficie dS. Si el volumen está fijo, 𝑣 𝑟𝑒𝑙 es la velocidad
“absoluta” 𝑣 de las partículas.

𝐷

𝐷𝑡 ⩝𝐶(𝑡)
𝜌𝜔𝑑V es 𝛺̇ , escrito en términos lagrangianos en un medio continuo.

La demostración del Teorema del Transporte de Reynolds puede efectuarse con base en el
simple concepto de derivada y se deja al lector como ejercicio.

En el siguiente capítulo se aplicará este teorema para obtener rápidamente las ecuaciones
de balance instantáneo de diversas propiedades, a saber: la masa, el momentum, el momentum
angular, la energía, la entropía, la exergía, y en general cualquier propiedad de naturaleza
extensiva.

-------

Ejercicios

3.1 La descripción lagrangiana del movimiento de un cuerpo está definida por:


𝑥1 = 𝜁1 − 𝑡 𝜁2 ; 𝑥2 = 𝑡 𝜁1 + (1 − 𝑡 2 ) ; 𝑥3 = 𝜁3

a) Determinar la descripción euleriana de este movimiento.


b) Escribir los campos de velocidades y de aceleraciones, tanto lagrangianos como
eulerianos.
c) Determinar la trayectoria de la partícula que en el instante 𝑡 = 0 está en el punto P
(1,1,0).

3.2 Un campo bidimensional de velocidades está definido por las siguientes ecuaciones:
2𝑣𝑦
𝑣𝑥 = ; 𝑣𝑦 = 3 ; 𝑣𝑧 = 0
(1 − 𝑡)
Encontrar:
a) La trayectoria de la partícula que en el instante 𝑡 = 0 está en el punto (1,1,0).
b) La línea de corriente que en el instante 𝑡 = 0 contiene al punto (1,1,0).
c) La línea de emisión en el instante 𝑡 = 0, de las partículas que han pasado por el punto
(1,1,0).

3.3 Mostrar que las trayectorias y las líneas de corriente coinciden para el campo de velocidades
dado por:
𝑐𝑥 𝑐𝑦 𝑐𝑧
𝑣𝑥 = (1+𝑡) ; 𝑣𝑥 = (1+𝑡) ; 𝑣𝑧 = (1+𝑡)
4. ECUACIONES DE BALANCE INSTANTÁNEO SOBRE VOLÚMENES
DE CONTROL

INTRODUCCIÓN

En todo fenómeno natural, cualquiera que sea la ciencia en que se trate de estudiar, por
principio se supone que deben cumplirse leyes inviolables. De hecho, el sentido original de la
palabra “ley” es el de un precepto que debe por necesidad ser obedecido. Por supuesto que en el
ámbito de las “ciencias humanas”, el Derecho Positivo por ejemplo, en un régimen constitucional
las leyes se considera que para ser legítimas son el resultado de amplios consensos, votada por las
Cortes y sancionada por el Estado, pero éstas pueden ser violadas (con un consiguiente castigo por
ello, estipulado por lo general dentro de la misma ley o sus reglamentos). Así, con frecuencia
vemos como se violan -impunemente, por desgracia- las leyes en materia electoral, ambiental, de
protección de derechos humanos, etcétera.

En el caso de la naturaleza, las leyes de la física, la química, la biología, no pueden ser violadas.
Así pues, para que un fenómeno ocurra en la naturaleza, por ejemplo el canto de una cigarra, la
emisión de luz de una luciérnaga, la circulación de sangre a través de arterias, venas y vasos
capilares, la formación y posterior caída de las gotas de lluvia, etcétera, deben satisfacerse todas
estas leyes. En el devenir de la obtención de nuevos conocimientos, producto en gran parte de la
investigación científica y el pensamiento crítico, estas leyes pueden ser afinadas, modificadas, o de
plano sustituidas por otras más apegadas a la “realidad” observable. Pero mientras esto no
suceda, en todo análisis y reflexión se supone la validez y aplicabilidad de estas leyes.

En la mecánica clásica, incluyendo obviamente la mecánica de los medios continuos, en todo


análisis se supondrá que la masa y la energía se conservan, que la producción de entropía es
positiva y que esto conlleva a la destrucción de la exergía, y que, por supuesto, por ser la base de
la mecánica clásica, las leyes de Newton son completamente válidas.

El que la materia o masa se conserve, independientemente de consideraciones relativistas (que


lo que hacen es relacionar la masa con la energía de acuerdo con la ecuación de la física más
conocida por el amplio público: 𝐸 = 𝑚 𝑐 2 , aplicable especialmente en el caso de reacciones
nucleares)8, es el bien conocido principio de la conservación de la materia, ya enunciado por
Lavoisier en 1785, cuatro años antes del inicio de la Revolución Francesa, pero cuarenta años
después que Mijaíl Lomonósov enunciara este mismo principio. Por lo general, la primera
consideración al analizar cualquier situación o problema en ciencias e ingenierías es plantear que
la masa se conserva.

8
Ver por ejemplo el libro de divulgación: La Relatividad, escrito por Albert Einstein, padre de la Mecánica
Relativista, para una fácil comprensión de esta teoría, con las fascinantes implicaciones de las relaciones
espacio-tiempo. Ed. Grijalbo, México, 1980.
El que la energía es una propiedad que ni se crea ni se destruye, y que se transfiere mediante
dos mecanismos: calor y trabajo termodinámico, es conocido como la primera ley de la
termodinámica. Por su parte, la segunda ley de la termodinámica enuncia que en todo proceso
macroscópico real la entropía aumenta, es decir, hay una producción de esta propiedad
indestructible en todo cambio en la naturaleza, o en el límite ideal esta producción es nula en los
llamados “procesos reversibles”. Proporcional a la generación de entropía es la destrucción de la
“exergía”, que se define como la máxima cantidad de trabajo “en el eje” que puede ser
desarrollado por un sistema en un ambiente de referencia determinado por los valores
(estacionarios) de la presión, la temperatura y los potenciales químicos de las especies en ese
ambiente. Así, la exergía no es simplemente una propiedad termodinámica, sino más bien es una
propiedad de ambos: un sistema (una masa o un volumen de control) y su ambiente de referencia.

La segunda ley de Newton afirma que la fuerza neta que actúa sobre un cuerpo es igual a la
rapidez con la que cambia su “cantidad de movimiento” o momentum, medido desde un marco
inercial. Asimismo, el momento neto sobre un cuerpo (relativo a un punto arbitrario en el espacio,
con frecuencia el origen del sistema de referencia empleado), es igual a la rapidez de cambio de su
momentum angular.

Estas leyes de la mecánica y la termodinámica pueden modelarse mediante ecuaciones de


balance de las propiedades esenciales a cada uno de estos principios o leyes. Así, la energía es la
propiedad fundamental en la primera ley de la termodinámica, y la generación de entropía está en
la esencia de la segunda ley; la masa se conserva de acuerdo con los enunciados de Lavoisier y
Lomonósov, etcétera. Las ecuaciones de balance de estas propiedades pueden escribirse en sus
formas más básicas y generales, para cuerpos o “masa de control” como:

∆ 𝜓 = 𝜓𝑒𝑛𝑡𝑟𝑎 − 𝜓𝑠𝑎𝑙𝑒 + 𝜓𝑔𝑒𝑛𝑒𝑟𝑎𝑑𝑎 (4.1)

en donde 𝜓 es la propiedad o atributo de un cuerpo que se balancea comparando sus valores


antes y después de realizarse un proceso en el que además, por convención universalmente
aceptada:

∆ 𝜓 = 𝜓𝑓𝑖𝑛𝑎𝑙 − 𝜓𝑖𝑛𝑖𝑐𝑖𝑎𝑙 (4.2)

El último término en la ecuación 4.1 corresponde a una “producción” de la propiedad durante


el proceso cuando el término es positivo. Por supuesto, una producción negativa corresponderá a
una “destrucción” de la propiedad de marras. Así, en las ecuaciones de balance integral de la masa
y de la energía, los términos de producción serán nulos por tratarse de propiedades que “se
conservan”, en tanto que en el balance de entropía el término de generación necesariamente
será no negativo. Por el contrario, cuando se balancee la exergía, el término de generación
corresponderá a una “destrucción”, es decir, llevará un signo negativo. Cabe recordar que las
propiedades termodinámicas por lo general son funciones escalares, en tanto que las mecánicas
son vectoriales o tensoriales de órdenes superiores.

Los balances de masa, energía, entropía, exergía (todas éstas propiedades escalares), y cualquier
otra propiedad de naturaleza extensiva, efectuados sobre un cuerpo o masa de control, para
cualquier proceso, usualmente se efectúan en forma integral, en forma diferencial, o de manera
instantánea. En la forma integral se comparan el estado final con el estado inicial, integrando los
cambios ocurridos durante el proceso. La siguiente opción es efectuar el balance en forma
diferencial, es decir, considerando los cambios (infinitesimales o diferenciales) en un cambio
infinitesimal del proceso. La tercera opción consiste en efectuar los balances instantáneamente, es
decir, considerando las rapideces de cambio de las propiedades dentro del cuerpo estudiado. Así,
las ecuaciones de balance en forma integral, diferencial e instantánea se pueden expresar como
sigue.

Balance de masa (recordar que un cuerpo está compuesto por las mismas partículas):

Integral: Δ 𝑚𝑐𝑢𝑒𝑟𝑝𝑜 = 0 (4.3a)

Diferencial: 𝑑 𝑚𝑐𝑢𝑒𝑟𝑝𝑜 = 0 (4.3b)


.
Instantáneo: 𝑚𝑐𝑢𝑒𝑟𝑝𝑜 = 0 (4.3c)

Balance de energía:

Integral: Δ 𝐸𝑐𝑢𝑒𝑟𝑝𝑜 = 𝐸𝑒𝑛𝑡𝑟𝑎 − 𝐸𝑠𝑎𝑙𝑒 (4.4a)

Diferencial: 𝑑𝐸𝑐𝑢𝑒𝑟𝑝𝑜 = 𝑑𝐸𝑒𝑛𝑡𝑟𝑎 − 𝑑𝐸𝑠𝑎𝑙𝑒 (4.4b)


. .
Instantáneo: 𝐸𝑐𝑢𝑒𝑟𝑝𝑜 = 𝐸𝑒𝑛𝑡𝑟𝑎 − 𝐸𝑠𝑎𝑙𝑒 (4.4c)

Aquí, la energía entra o sale del cuerpo como calor 𝑄 o trabajo 𝑊.

Balance de entropía:

Integral: Δ𝑆 = 𝑆𝑒𝑛𝑡𝑟𝑎 − 𝑆𝑠𝑎𝑙𝑒 + 𝑆𝑔𝑒𝑛 (4.5a)

Diferencial: d𝑆 = 𝑑𝑆𝑒𝑛𝑡𝑟𝑎 − 𝑑𝑆𝑠𝑎𝑙𝑒 + 𝑑𝑆𝑔𝑒𝑛 (4.5b)


. . . .
Instantáneo: 𝑆 = 𝑆𝑒𝑛𝑡𝑟𝑎 − 𝑆𝑠𝑎𝑙𝑒 + 𝑆𝑔𝑒𝑛 (4.5c)

Balance de exergía:

Integral: Δ X = 𝑋𝑒𝑛𝑡𝑟𝑎 − 𝑋𝑠𝑎𝑙𝑒 − 𝑋𝑑𝑒𝑠𝑡𝑟𝑢𝑖𝑑𝑎 (4.6a)

Diferencial: 𝑑X = 𝑑𝑋𝑒𝑛𝑡𝑟𝑎 − 𝑑𝑋𝑠𝑎𝑙𝑒 − 𝑑𝑋𝑑𝑒𝑠𝑡𝑟𝑢𝑖𝑑𝑎 (4.6b)


. . . .
Instantáneo: 𝑋 = 𝑋𝑒𝑛𝑡𝑟𝑎 − 𝑋𝑠𝑎𝑙𝑒 − 𝑋𝑑𝑒𝑠𝑡𝑟𝑢𝑖𝑑𝑎 (4.6c)

Las ecuaciones de balance integral del momentum y el momentum angular son conocidas como
“ecuaciones del impulso y la cantidad de movimiento”, ambas son cantidades vectoriales. En los
miembros izquierdos de 4.7a y 4.8a aparecen el impulso y el impulso angular, respectivamente, y
en los miembros derechos de las mismas aparecen los cambios en las cantidades de movimiento
lineal y angular. Estas ecuaciones corresponden a las formas integrales en el tiempo de la segunda
ley de Newton, que afirma que: “la fuerza neta que actúa sobre un cuerpo es igual a la rapidez de
cambio de su momentum o cantidad de movimiento 𝑝 ”.

Para el caso de una partícula, 𝑝 = 𝑚 𝑣 , y lo anterior se reduce a que la fuerza es igual al


− −
.
producto de su masa por su aceleración, ya que 𝑝 = 𝑚 𝑎 , puesto que la masa de la partícula se
− −
conserva. En las ecuaciones 4.8a y 4.8b, 𝐺0 es el momento del momentum, o “cantidad de

movimiento angular”, medido con respecto al origen 0 del marco de referencia.

Así, la segunda ley de Newton puede expresarse como:

𝑓 𝑡
Integral: ∫𝑡 𝐹 𝑑𝑡 = 𝑚𝑣𝑓 − 𝑚 𝑣𝑖 (4.7a)
𝑖 − − −

.
Instantáneo: 𝐹 = 𝑝 (4.7b)
− −

𝑡𝑓
Y para rotaciones: ∫𝑡 𝑀0 𝑑𝑡 = 𝐺0 𝑓 − 𝐺0 𝑖 (4.8a)
𝑖 − − −

.
o, en forma instantánea: 𝑀0 = 𝐺0 (4.8b)
− −

Hay que resaltar que todas las anteriores ecuaciones de balance contienen únicamente
términos materiales o lagrangianos, es decir, están referidos a las partículas del cuerpo. Las
derivadas lagrangianas con respecto al tiempo están identificadas por un punto encima del
término, como se estableció en el capítulo anterior. En esta forma material es como usualmente
se presentan a los estudiantes de mecánica y termodinámica, y son muy útiles cuando se estudian
materiales sólidos, en donde las partículas están relativamente bien localizadas. Sin embargo, en
materiales que fluyen conviene reescribir las ecuaciones de balance para ser aplicables a
volúmenes de control. Esto se puede hacer muy rápida y fácilmente empleando el Teorema del
Transporte de Reynolds enunciado al final del capítulo 3. No olvidar que un volumen de control es
una región del espacio definida como al lector le venga en gana; no tiene que mantener su forma
ni su volumen, y puede desplazarse real o imaginariamente como se desee. Análogamente, una
masa de control es una porción arbitraria de materia, constituida siempre por las mismas
partículas. Formalmente, una masa de control es un cuerpo.

Ahora bien, la masa, el momentum, la cantidad de movimiento angular, la energía, la entropía y


la exergía de un cuerpo continuo se pueden expresar como integrales sobre el volumen que en un
instante dado ocupa el cuerpo, como se trata a continuación.

Puesto que la densidad másica 𝜌 para una vecindad en un medio continuo se define como
𝑑𝑚
𝜌 = 𝑑𝑉 , en donde 𝑑𝑚 es la masa de las partículas en la vecindad y 𝑑𝑉 es el volumen ocupado por
las partículas de dicha vecindad, la masa total del cuerpo se puede expresar como la integral -
evaluada sobre todo el volumen 𝑉𝐶 (𝑡) ocupado por el cuerpo- del producto de esta densidad
por el volumen infinitesimal 𝑑𝑉 que ocupan dichas partículas. Así:

𝑚 = ∫⩝𝐶(𝑡) 𝜌 𝑑𝑉 (4.9)

De la misma manera, puesto que 𝑑𝑚 = 𝜌 𝑑𝑉 la masa contenida dentro del volumen


infinitesimal 𝑑𝑉, la contribución al momentum del cuerpo debido a las partículas dentro de dicho
volumen infinitesimal es 𝑑𝑝 = (𝑑𝑚) 𝑣 = 𝜌 𝑣 𝑑𝑉 , de modo que el momentum del cuerpo es así:
− − −

𝑝 = ∫⩝𝐶(𝑡) 𝜌 𝑣 𝑑𝑉 (4.10)

Ahora, la cantidad de movimiento angula es el momento del momentum, de modo que:

𝐺 0 = ∫⩝𝐶(𝑡) 𝑟 × 𝜌 𝑣 𝑑𝑉 (4.11)
− −

en donde 𝑟 = 𝑥 es el vector de posición del elemento 𝑑𝑉 medido desde el origen del marco de
− −
referencia.

La energía (la energía cinética más la energía interna) contenida en el cuerpo se expresa como:

1
𝐸 = ∫⩝𝐶(𝑡) 𝜌 (𝑢 + 2
𝑣 ∙ 𝑣 ) 𝑑𝑉 (4.12)

en donde 𝑢 es la energía interna específica por unidad de masa, medida en el SI en kJ/kg . Nótese
1
que 𝜌𝑢 es la energía interna y 𝜌 (𝑣 ∙ 𝑣 ) es la energía cinética, ambas por unidad de volumen.
2 − −
En el sistema SI se miden usualmente en kJ/m3. Las llamadas “energía potenciales” se presentan
cuando hay fuerzas “conservativas”, es decir, que son los gradientes (con signo negativo) de esas
energías potenciales. La energía potencial por excelencia es la gravitacional, pero pueden existir
otras, por ejemplo, la energía potencial de deformación elástica. Sólo se incluirán las energías
potenciales cuando se especifiquen qué fuerzas conservativas actúan. Por el momento no se hará
distinción entre fuerzas “conservativas” y “disipativas”.

La entropía dentro del cuerpo está dada por: 𝑆 = ∫⩝𝐶(𝑡) 𝜌 𝑠 𝑑𝑉 (4.13)

Aquí 𝑠 es la entropía específica por unidad de masa, que se mide en el SI en kJ/kg K .

Finalmente, la exergía, que se mide en kJ (al igual que la energía) es:

𝑋 = ∫⩝𝐶(𝑡) 𝜌 𝜒 𝑑𝑉 (4.14)
Se mencionó arriba que, en general, la forma más adecuada para las ecuaciones de balance es
cuando son aplicables a un volumen de control (finito o infinitesimal) a través de cuya frontera (la
superficie de control) puede ingresar o salir materia, en vez de tenerlas aplicables a una masa de
control como en las ecuaciones 4.3, 4.4, 4.5, 4.6, 4.7 y 4.8.

En el caso de volúmenes finitos, las ecuaciones de balance se expresan como ecuaciones con
integrales sobre el continuo, que pueden estimarse rápidamente considerando algunas hipótesis
simplificadoras, como por ejemplo: suponer un régimen permanente, o flujos uniformes en la
entradas y en las salidas del volumen de control, o el despreciar cambios en la energía cinética o
potencial. Sin embargo, la tendencia en la ingeniería es la representación de los fenómenos físicos
analizados con base en sistemas de ecuaciones diferenciales que se obtienen al efectuar los
balances sobre volúmenes infinitesimales. De esta forma, comúnmente se representarán en forma
diferencial como funciones eulerianas de campo, como se muestra a continuación. Para esto, se
recurrirá sistemáticamente al teorema del Transporte de Reynolds, dado en 3.62, aplicable a
𝑑Ω
cualquier propiedad extensiva Ω ( 𝜔 = es el valor intensivo de Ω por unidad de masa):
𝑑𝑚

𝐷 𝜕(𝜌𝜔)
𝛺̇ = ∫𝑉𝐶(𝑡) 𝜌 𝜔 𝑑𝑉 = ∫𝑉𝐶(𝑡) [ ] 𝑑𝑉 + ∫𝑆𝐶(𝑡)(𝜌 𝜔) (𝑣𝑟𝑒𝑙 ∙ 𝑛̂) 𝑑𝑆 (3.62)
𝐷𝑡 𝜕𝑡 𝑥 −

4.1 Balance instantáneo de masa sobre volúmenes finitos e infinitesimales

La ecuación 4.3c que modela la rapidez de cambio de la masa de un cuerpo puede reescribirse
para un medio continuo como:

. 𝐷
𝑚 = 𝐷𝑡
∫⩝𝐶(𝑡) 𝜌 𝑑𝑉 = 0 (4.15)

Aplicando el Teorema del Transporte de Reynolds , considerando a la masa como la propiedad


extensiva a balancear, se tiene que 𝛺 = 𝑚, y entonces 𝜔 = 1, por lo que 4.3c se reescribe como:

𝜕𝜌
∫⩝𝐶(𝑡) [ 𝜕𝑡 ] 𝑑𝑉 + ∫𝑆𝐶(𝑡) 𝜌 (𝑣𝑟𝑒𝑙 ∙ 𝑛̂) 𝑑𝑆 = 0 (4.16)
𝑥

De acuerdo con el Teorema de Gauss:

∫𝑆𝐶(𝑡) 𝜌(𝑣𝑟𝑒𝑙 ∙ 𝑛̂) 𝑑𝑆 = ∫⩝𝐶(𝑡) ∇ ∙ (𝜌𝑣𝑟𝑒𝑙 ) 𝑑𝑉 (4.17)

Así, la ecuación de balance instantáneo de masa sobre un volumen de control finito queda como:

𝜕𝜌
∫⩝𝐶(𝑡) [ 𝜕𝑡 + ∇ ∙ (𝜌 𝑣)] 𝑑𝑉 = 0 (4.18)

Nótese que la velocidad relativa de las partículas con respecto a la superficie por la que
ingresan o egresan del volumen de control, se representa a partir de aquí como 𝑣 . Ahora bien,

debido a que el volumen de control VC (t) está definido de manera arbitraria, resulta evidente que
la única forma en que la integral de la ecuación 4.18 sea igual a cero, independientemente del
volumen sobre el que se integre, es que el integrando sea igual a cero, es decir:

𝜕𝜌 𝜕𝜌 𝜕𝑣𝑖 𝜕𝜌
𝜕𝑡
+ ∇ ∙ (𝜌 𝑣 ) = 0 ó 𝜕𝑡
+𝜌 𝜕𝑥𝑖
+ 𝜕𝑥 𝑣𝑖 = 0 (4.19)
− 𝑖

La ecuación 4.19 es entonces la ecuación de balance instantáneo de masa sobre un volumen


infinitesimal, y puede reescribirse en la forma:

𝜕𝜌 ∂𝜌 ∂𝑣
( 𝜕𝑡 + 𝑣𝑖 𝜕𝑥 ) + 𝜌 𝜕𝑥𝑖 = 0 (4.20a)
𝑖 𝑖

.
Los términos entre paréntesis en el miembro izquierdo de 4.20 pueden ser identificados como
𝜌 , que es la derivada material o lagrangiana de la densidad, es decir, es la rapidez de cambio de
ésta siguiendo a las partículas. Así:

. ∂𝑣𝑖
𝜌= −𝜌 𝜕𝑥𝑖
= − 𝜌 (∇ ∙ 𝑣 ) (4.20b)

Para un proceso isocórico o isovolumétrico (que es el caso de un flujo incompresible), se tiene


que 𝜌̇ = 0, y la ecuación 4.19 se reduce a:

∇∙ 𝑣 =0 (4.21)

Las ecuaciones 4.18, 4.19, 4.20 y 4.21 son todas expresiones matemáticas para el principio de
conservación de la material: en 4.18 para un balance sobre un volumen finito, en tanto que 4.19 y
4.20 lo es para un volumen infinitesimal y 4.21 para un movimiento isocórico, es decir,
manteniendo el volumen constante. La ecuación 4.21 con frecuencia es referida como la “ecuación
de continuidad”.

Las dimensiones de los términos de 4.19 y 4.20 son (masa / tiempo - volumen), de modo que
en el SI se miden en kg/s m3, en tanto que los de 4.21 son s-1 o rad/s . Nótese que el radián es la
unidad (adimensional) para medir ángulos planos en el SI.

Como ejemplo se puede tomar un tanque estacionario al que se le está suministrando gas para
llenarlo. Suponiendo un flujo uniforme en la sección transversal de entrada, entonces se tiene que
el flujo másico de llenado (en kg/s) está dado por:

.
𝑚 = 𝜌̅ 𝑉̅ 𝐴 (4.22)
en donde 𝜌̅ es la densidad media en la sección transversal, 𝑉̅ es la rapidez media de las partículas
en la sección transversal, y 𝐴 es el área de dicha sección. Cuando se supone que el flujo es
uniforme en una sección transversal, todas las propiedades son constantes en dicha sección, y
entonces no es necesario colocar las rayas sobre .las variables, que indican que corresponden a
valores medios. Así, en general se escribirá que 𝑚 = 𝜌 𝑉 𝐴 , tanto en las entradas como en las
salidas de materia a través de una superficie de control, o de una sección transversal en un flujo,
suponiendo flujos uniformes a través de ellas.

Figura 4.1. Esquema de un tanque al que se le está suministrando gas.

.
Aquí, 𝑚 no representa la derivada lagrangiana de la masa con respecto al tiempo, que es igual a
cero de acuerdo con el principio de conservación de la materia dado en 4.3c, sino que por
excepción a la regla, representa el flujo másico a través de una sección transversal, y se mide en el
SI en kg/s.

4.2 Balance instantáneo del momentum sobre volúmenes de control

En este momento es conveniente primero clasificar las fuerzas que pueden actuar sobre un
medio continuo, éstas son:

i. “Fuerzas de cuerpo”: Actúan sobre todas las partículas del medio continuo y son
debidas a campos (gravitacionales, eléctricos, magnéticos, etcétera). Si 𝑓 es la fuerza
de cuerpo por unidad de masa, entonces la fuerza neta de cuerpo sobre una masa de
control está dada por la integral:

∫⩝𝐶(𝑡) 𝜌 𝑓 𝑑𝑉 (4.23)

ii. “Fuerzas de superficie”: Actúan en la superficie de un cuerpo (fuerzas de fricción,


aerodinámicas, etcétera). Si 𝑡̂ (𝑛̂) es la fuerza de superficie por unidad de área
(llamado “vector de esfuerzo”, o “vector de tracción”) que actúa sobre un elemento
de la superficie de control que delimita al volumen, y cuya orientación está definida
por 𝑛̂ , que es un vector unitario normal a esta superficie (y dirigido “hacia afuera”
cuando la superficie encierra un volumen), la fuerza neta de superficie que actúa
sobre el cuerpo dentro del volumen estará dada por:

∧ (4.24)
∫𝑆𝐶 𝑡 (𝑛) 𝑑S

iii. “Fuerzas internas”: Son las fuerzas de interacción entre las partículas del cuerpo. Su
resultante es 0, de acuerdo con la tercera ley de Newton, que afirma que éstas se
presentan en pares de igual dirección y sentidos opuestos. Al sumarlas todas, se
aniquilan entre esos pares.

Así, la resultante de todas fuerzas que actúan sobre un cuerpo continuo será:


Σ 𝐹 = ∫⩝𝐶(𝑡) 𝜌𝑓 𝑑𝑉 + ∫𝑆𝐶 𝑡 (𝑛) 𝑑S + 0 (4.25)
− − −

Aplicando el Teorema del Transporte de Reynolds, notando que la propiedad a balancear es el


momentum 𝑝 = 𝛺 , y entonces 𝜔 = 𝑣 . Así se tiene que:

𝐷 𝜕(𝜌𝑣)
𝑝̇ = 𝐷𝑡 ∫⩝𝐶(𝑡) 𝜌𝑣𝑑𝑉 = ∫⩝𝐶(𝑡) [ 𝜕𝑡
] 𝑑𝑉 + ∫𝑆𝐶(𝑡) 𝜌𝑣 (𝑣 ∙ 𝑛̂) 𝑑𝑆 (4.26)
𝑥 −

Aplicando ahora el Teorema de Gauss para transformar la integral de superficie a una integral
sobre el mismo volumen de control, se obtiene que:

𝜕(𝜌𝑣)
𝑝̇ = ∫⩝𝐶(𝑡) [ 𝜕𝑡
+ ∇ ∙ (𝜌𝑣 𝑣 )] 𝑑𝑉 (4.27)
−−

Pero, de acuerdo con la segunda ley de Newton, 𝑝̇ es igual a la fuerza neta que actúa sobre el
cuerpo, dada en 4.25. Así:

𝜕(𝜌𝑣) ∧
∫⩝𝐶(𝑡) [ 𝜕𝑡
+ ∇ ∙ (𝜌𝑣 𝑣 )] 𝑑𝑉 = ∫⩝𝐶(𝑡) 𝜌 𝑓 𝑑𝑉 + ∫𝑆𝐶 𝑡 (𝑛) 𝑑S (4.28)
−− −


Como se demostrará en el siguiente capítulo, el vector de tracción o de esfuerzos 𝑡 (𝑛) está

relacionado con el tensor de esfuerzos 𝜎 mediante la siguiente ecuación:
=

∧ ∧
𝑡 (𝑛) = 𝑛 ∙ 𝜎 (4.29)
− − =
Aplicando el Teorema de Gauss para transformar la integral de superficie en una integral de
volumen en 4.28, y empleando la notación indicial, se obtiene la ecuación integral de balance
instantáneo del momentum lineal en un volumen de control finito:

𝜕(𝜌𝑣𝑗 ) ∂ 𝜕𝜎𝑖𝑗
∫⩝𝐶(𝑡) [ 𝜕𝑡
+ 𝜕𝑥 (𝜌𝑣𝑖 𝑣𝑗 )] 𝑑𝑉 = ∫⩝𝐶(𝑡) [𝜌𝑓𝑗 + 𝜕𝑥𝑖
] 𝑑𝑉 (4.30)
𝑖

Nuevamente, debido a que el volumen de control está definido de manera arbitraria, es


evidente que la única forma en que las integrales de la ecuación 4.30 sean iguales,
independientemente del volumen de integración, es que sus integrandos sean iguales, es decir:

𝜕(𝜌𝑣𝑗 ) ∂ 𝜕𝜎𝑖𝑗
+ 𝜕𝑥 (𝜌𝑣𝑖 𝑣𝑗 ) = 𝜌𝑓𝑗 + (4.31)
𝜕𝑡 𝑖 𝜕𝑥𝑖

Desarrollando el lado izquierdo de la ecuación anterior, se tiene que:

𝜕𝑣𝑗 𝜕𝜌 𝜕𝑣 𝜕𝑣 𝜕𝜌 𝜕𝜎𝑖𝑗
𝜌 𝜕𝑡
+ 𝑣
𝜕𝑡 𝑗
+ 𝜌𝑣𝑖 𝜕𝑥𝑗 + 𝜌 𝜕𝑥𝑖 𝑣𝑗 + 𝜕𝑥 𝑣𝑖 𝑣𝑗 = 𝜌𝑓𝑗 + 𝜕𝑥𝑖
(4.32)
𝑖 𝑖 𝑖

𝜕𝑣𝑗 𝜕𝜌 𝜕𝑣 𝜕𝜌 𝜕𝑣𝑗 𝜕𝜎𝑖𝑗


𝜌 𝜕𝑡
+ 𝑣𝑗 ( 𝜕𝑡 + 𝜌 𝜕𝑥𝑖 + 𝑣 )+
𝜕𝑥𝑖 𝑖
𝜌𝑣𝑖 𝜕𝑥 = 𝜌𝑓𝑗 + 𝜕𝑥𝑖
(4.33)
𝑖 𝑖

De acuerdo con la ecuación de balance de masa 4.19, los términos entre paréntesis en la
ecuación 4.32 suman cero, de modo que la ecuación de balance instantáneo del momentum sobre
un volumen infinitesimal queda como:

𝜕𝑣 ∂𝑣 𝜕𝜎𝑖𝑗
𝜌 ( 𝜕𝑡𝑗 + 𝑣𝑖 𝜕𝑥𝑗 ) = + 𝜌𝑓𝑗 (4.34)
𝑖 𝜕𝑥𝑖

La ecuación 4.34, a menudo nombrada como “Primera Ley de Cauchy”, es la ecuación de balance
instantáneo del momentum lineal sobre un volumen de control infinitesimal (es en verdad la
modelación de la segunda Ley de Newton para ese volumen infinitesimal) y puede reescribirse en
la notación clásica, quedando como:

𝜕𝑣
𝜌 ( 𝜕𝑡− + 𝑣 ∙ ∇𝑣 ) = ∇ ∙ 𝜎 + 𝜌𝑓 (4.35)
− − = −

Debe observarse que los términos entre paréntesis en el miembro izquierdo de 3.34 y 4.35 son
𝜕𝑣
la aceleración, ya que 𝜕𝑡 + 𝑣 ∙ ∇𝑣 = 𝑣̇ = 𝑎 , de modo que ese lado izquierdo de la ecuación es el
producto de la masa (por unidad de volumen) multiplicada por la aceleración. Esto es igual a la
suma de la fuerza de superficie (por unidad de volumen, dada por la divergencia del esfuerzo),
más la fuerza de cuerpo por unidad de volumen, que corresponde al segundo término del lado
derecho. De hecho, es lo que sabe cualquier estudiante de secundaria: “la suma de fuerzas sobre
una partícula es igual a la masa por su aceleración”. Aunque con frecuencia la ecuación 4.35 es
llamada “primera ley de Cauchy”, en realidad modela la segunda ley de Newton, pero en términos
eulerianos y aplicada a un volumen infinitesimal. En todo problema de la mecánica clásica,
suponiendo válida la hipótesis del medio continuo, la ecuación 4.28 y su versión diferencial 4.35
deben ser satisfechas.

4.3 Balance instantáneo de momentum angular sobre volúmenes de control

La propiedad a balancear es ahora la cantidad de movimiento angular, que de acuerdo con la


ecuación 4.11 puede escribirse para un cuerpo como:

Ω = 𝐺 0 = ∫⩝𝐶(𝑡) 𝑟 × 𝜌 𝑣 𝑑𝑉 (4.11)
− −

La cantidad de movimiento angular por unidad de masa es entonces 𝜔 = 𝑟 × 𝑣 . Aplicando el


Teorema del Transporte de Reynolds se tiene que:

𝐷 𝜕(𝜌(𝑟×𝑣))
𝐺̇𝑜 = 𝐷𝑡 ∫⩝𝐶(𝑡) 𝜌(𝑟 × 𝑣)𝑑V = ∫⩝𝐶(𝑡) [ 𝜕𝑡
] 𝑑𝑉 + ∫𝑆𝐶(𝑡) 𝜌(𝑟 × 𝑣)(𝑣𝑟𝑒𝑙 ∙ 𝑛̂) 𝑑𝑆 (4.36)
𝑥

La ecuación 4.8b, reescrita abajo con un símbolo de sumatoria, modela el balance instantáneo
del momentum angular sobre un cuerpo:

𝐺̇𝑜 = Σ𝑀0 (4.37)


En el lado derecho de la ecuación se incluyen los momentos de las fuerzas de cuerpo, los de las
fuerzas de superficie, y un posible momento de cuerpo por unidad de volumen, denotado por 𝑚𝑜
debido a la presencia de dipolos eléctricos o magnéticos a nivel microscópico en el medio, como
sucede con los cristales líquidos y otros materiales. Para medios no polares 𝑚𝑜 = 0 , y a menos

que se diga expresamente lo contrario, se supondrá que en general los materiales son no polares.
Así:

𝐺̇𝑜 = ∫⩝𝐶(𝑡) 𝜌 (𝑟 × 𝑓) 𝑑𝑉 + ∫𝑆𝐶 𝑟 × (𝑛̂ ∙ 𝜎) 𝑑S + ∫⩝𝐶(𝑡) 𝑚𝑜 𝑑𝑉 (4.38)

El primer término del lado derecho de la ecuación 4.38 representa el momento total de las
fuerzas de cuerpo, en tanto que el segundo corresponde al momento de las fuerzas de superficie.
El tercer término corresponde al posible momento debido a la presencia de dipolos microscópicos.

Combinando 4.36 con 4.38 se obtiene que:

𝜕 (𝜌(𝑟 × 𝑣))
∫ [ ] 𝑑𝑉 + ∫ 𝜌(𝑟 × 𝑣)(𝑣𝑟𝑒𝑙 ∙ 𝑛̂) 𝑑𝑆 = ∫ 𝜌 (𝑟 × 𝑓) 𝑑𝑉 + ∫ 𝑟 × (𝑛̂ ∙ 𝜎) 𝑑S + ∫ 𝑚𝑜 𝑑𝑉
⩝𝐶(𝑡) 𝜕𝑡 𝑆𝐶(𝑡) ⩝𝐶(𝑡) 𝑆𝐶 ⩝𝐶(𝑡)
𝑥

(4.39)
Reescribiendo 4.39 en notación indicial, y aplicando dos veces el Teorema de Gauss para
transformar las integrales de superficie en integrales sobre el volumen de control, se tiene la
ecuación integral del balance instantáneo del momentum angular en un volumen de control.

𝜕 𝜕
∫ [ (𝜀𝑖𝑗𝑘 𝜌 𝑟𝑖 𝑣𝑗 ) + (𝜀 𝜌 𝑟 𝑣 𝑣 )] 𝑑𝑉
⩝𝐶(𝑡) 𝜕𝑡 𝜕𝑥𝑙 𝑖𝑗𝑘 𝑖 𝑗 𝑙
(4.40)
𝜕
=∫ [𝜀𝑖𝑗𝑘 𝜌 𝑟𝑖 𝑓𝑗 + (𝜀𝑖𝑗𝑘 𝑟𝑖 𝜎𝑙𝑗 ) + 𝑚𝑜 𝑘 ] 𝑑𝑉
⩝𝐶(𝑡) 𝜕𝑥 𝑙

Nuevamente, como el volumen de control está definido de manera arbitraria, los integrandos
de las integrales de ambos miembros de la ecuación deben ser iguales, es decir:

𝜕 𝜕 𝜕
(𝜀𝑖𝑗𝑘 𝜌 𝑟𝑖 𝑣𝑗 ) + (𝜀𝑖𝑗𝑘 𝜌 𝑟𝑖 𝑣𝑗 𝑣𝑙 ) = 𝜀𝑖𝑗𝑘 𝜌 𝑟𝑖 𝑓𝑗 + (𝜀 𝑟 𝜎 ) + 𝑚𝑜 𝑘 (4.41)
𝜕𝑡 𝜕𝑥𝑙 𝜕𝑥𝑙 𝑖𝑗𝑘 𝑖 𝑙𝑗

La ecuación 4.41 modela el balance instantáneo del momentum angular sobre un volumen de
control infinitesimal, y puede reescribirse desarrollando las derivadas parciales en notación
indicial, como se hace en seguida, quedando de la forma sorprendentemente simple siguiente:

𝜀𝑖𝑗𝑘 𝜎𝑖𝑗 + 𝑚𝑜 𝑘 = 0 (4.42a)

o, en forma de ecuaciones escalares:

𝜎23 − 𝜎32 + 𝑚𝑜1 = 0


{ 𝜎31 − 𝜎13 + 𝑚𝑜 2 = 0 (4.42b)
𝜎12 − 𝜎21 + 𝑚𝑜 3 = 0

La ecuación 4.42 implica que para materiales no polares (𝑚𝑜 𝑘 = 0), el tensor de esfuerzos es
simétrico, es decir:

𝜎𝑖𝑗 = 𝜎𝑗𝑖 (4.43)

Desarrollando los términos de los miembros de la ecuación 4.41, se tiene que, para los del lado
izquierdo:

𝜕 𝜕𝑣𝑗 𝜕𝑟𝑖 𝜕𝜌
(𝜀𝑖𝑗𝑘 𝜌𝑟𝑖 𝑣𝑗 ) = 𝜀𝑖𝑗𝑘 [ 𝜌𝑟𝑖 + 𝜌 𝑣𝑗 + 𝑟𝑖 𝑣𝑗 ] (4.44)
𝜕𝑡 𝜕𝑡 𝜕𝑡 𝜕𝑡

𝜕 𝜕𝑣 𝜕𝑣𝑗 𝜕𝑟𝑖 𝜕𝜌
(𝜀𝑖𝑗𝑘 𝜌 𝑟𝑖 𝑣𝑗 𝑣𝑙 ) = 𝜀𝑖𝑗𝑘 [𝜌 𝑟𝑖 𝑣𝑗 𝜕𝑥𝑙 + 𝜌 𝑟𝑖 𝑣𝑙 + 𝜌 𝑣𝑗 𝑣𝑙 + 𝑟𝑖 𝑣𝑗 𝑣𝑙 ] (4.45)
𝜕𝑥𝑙 𝑙 𝜕𝑥𝑙 𝜕𝑥𝑙 𝜕𝑥𝑙

Y para el lado derecho:

𝜕 𝜕𝑟𝑖 𝜕𝜎𝑙𝑗
𝜀𝑖𝑗𝑘 𝜌 𝑟𝑖 𝑓𝑗 + 𝜕𝑥 (𝜀𝑖𝑗𝑘 𝑟𝑖 𝜎𝑙𝑗 ) + 𝑚𝑜 𝑘 = 𝜀𝑖𝑗𝑘 [(𝜌 𝑟𝑖 𝑓𝑗 ) + 𝜕𝑥𝑙
𝜎𝑙𝑗 + 𝑟𝑖 𝜕𝑥𝑙
] + 𝑚𝑜 𝑘 (4.46)
𝑙
Así, al desarrollarse la ecuación 4.41 contiene los siguientes términos:

𝜕𝑣𝑗 𝜕𝑟𝑖 𝜕𝜌 𝜕𝑣 𝜕𝑣𝑗 𝜕𝑟𝑖


𝜀𝑖𝑗𝑘 {[𝜌 𝑟𝑖 + 𝜌 𝑣 + 𝑟𝑖 𝑣𝑗 ] + [𝜌 𝑟𝑖 𝑣𝑗 𝜕𝑥𝑙 + 𝜌 𝑟𝑖 𝑣 +𝜌 𝑣𝑗 𝑣𝑙 +
𝜕𝑡 𝜕𝑡 𝑗 𝜕𝑡 𝑙 𝜕𝑥𝑙 𝑙 𝜕𝑥𝑙
𝜕𝜌 𝝏𝒓𝒊 𝜕𝜎
+ 𝑟𝑖 𝑣𝑗 𝑣𝑙 ] − [(𝜌 𝑟𝑖 𝑓𝑗 ) + 𝝈𝒍𝒋 + 𝑟𝑖 𝜕𝑥𝑙𝑗 ] } = 𝒎𝒐 𝒌 (4.47)
𝜕𝑥𝑙 𝝏𝒙𝒍 𝑙

que puede reescribirse como:

𝜕𝑣 𝜕𝑣 𝜕𝜎𝑙𝑗 𝜕𝜌 𝜕𝑣𝑙 𝜕𝜌 𝜕𝑟𝑖


𝜀𝑖𝑗𝑘 {[ 𝑟𝑖 [𝜌 ( 𝜕𝑡𝑗 + 𝑣𝑙 𝜕𝑥𝑗 ) − 𝜌 𝑓𝑗 − ] + 𝑟𝑖 𝑣𝑗 [ 𝜕𝑡 + 𝜌 + 𝜕𝑥 𝑣𝑙 ] ] + 𝜌 [ 𝑣𝑗 +
𝑙 𝜕𝑥𝑙 𝜕𝑥𝑙 𝑙 𝜕𝑡
𝜕𝑟𝑖 𝝏𝒓
𝑣𝑗 𝑣𝑙 ] − [ 𝝏𝒙𝒊 𝝈𝒍𝒋 ]} = 𝒎𝒐 𝒌 (4.48)
𝜕𝑥𝑙 𝒍

Los términos dentro del primer corchete en el miembro izquierdo de la ecuación (escritos en
azul) suman cero, de acuerdo con la ecuación 4.34 correspondiente al balance instantáneo del
momentum; los términos dentro del segundo corchete (escritos en rojo) también suman cero, de
acuerdo con la ecuación de balance instantáneo de masa 4.19, de modo que la ecuación 4.48 se
reduce a:

𝜕𝑟𝑖 𝜕𝑟𝑖 𝝏𝒓𝒊


𝜀𝑖𝑗𝑘 {𝜌 [ + 𝑣𝑙 ] 𝑣𝑗 − 𝝈𝒍𝒋 } − 𝒎𝒐 𝒌 = 0 (4.49)
𝜕𝑡 𝜕𝑥𝑙 𝝏𝒙𝒍

que puede reescribirse como:

{ 𝜀𝑖𝑗𝑘 𝜌[ 𝑣𝑖 ]𝑣𝑗 − 𝜀𝑖𝑗𝑘 𝛿𝑖𝑗 𝝈𝒍𝒋 } − 𝒎𝒐 𝒌 = 0 (4.50)

El primer término dentro del corchete del lado izquierdo es el producto cruz de la velocidad por sí
misma, que resulta ser nulo, de modo que finalmente la ecuación 4.47, que modela el balance
instantáneo del momentum angular dentro de un volumen infinitesimal, se reduce a:

𝜀𝑖𝑗𝑘 𝜎𝑖𝑗 + 𝑚𝑜 𝑘 = 0 (4.42)

Para materiales no polares, 𝑚𝑜 𝑘 = 0, la ecuación 4.42 se reduce a que 𝜎𝑖𝑗 = 𝜎𝑗𝑖 , como se
indica en la ecuación 4.43.

4.4 Balance instantáneo de energía sobre volúmenes de control


1 1
La propiedad a balancear es la energía 𝐸 = 𝑈 + 2 𝑚(𝑣 ∙ 𝑣) = 𝛺, y entonces 𝜔 = 𝑢 + 2 𝑣 ∙ 𝑣.

Las formas en que se presentan intercambios de energía (por unidad de tiempo) en el medio
continuo son la potencia mecánica de las fuerzas de superficie y de cuerpo:


𝑊̇ = ∫𝑆𝐶 𝑣 ∙ [𝑡 (𝑛)] 𝑑S + ∫⩝𝐶(𝑡) 𝑣 ∙ ( 𝜌 𝑓) 𝑑𝑉 (4.51)
− − −
y la potencia calorífica:
. . ∧
𝑄 = − ∫𝑆𝐶 𝑞 ∙ 𝑛 𝑑𝑆 (4.52)
− −

.
En 4.52 𝑞 es el vector flujo de calor por unidad de tiempo, que en SI se mide en W/m2. El signo

menos es debido a la convención de considerar positivo al calor recibido por el sistema (masa o
. ∧
volumen de control). Como el producto punto ( 𝑞 ∙ 𝑛 ) resulta negativo en las regiones donde
− −
. ∧
ingresa calor al volumen, ya que los vectores 𝑞 y 𝑛 forman un ángulo obtuso, hay que poner el
− −
signo menos para forzar una cantidad positiva en dichas entradas. En las salidas, el producto punto
. ∧
es positivo, así las contribuciones de ( 𝑞 ∙ 𝑛 ) en éstas es entonces negativa.
− −

De acuerdo con la “ley de Fourier”, la ecuación constitutiva (se tratan éstas en el capítulo 7)
para el vector flujo de calor por unidad de tiempo está dado, para materiales anisótropos, por:
.
𝑞 = − 𝑘 ∙ ∇𝑇 (4.53)

donde 𝑘 es el tensor de conductividades térmicas del material. Para materiales isótropos, la ley de
Fourier se reduce a:
.
𝑞 = − 𝑘 ∇𝑇 (4.54)

en donde 𝑘 es la llamada “conductividad térmica” del material. En el SI se mide en W/mK (al igual
que el tensor de conductividades térmicas 𝑘), y como cualquier otra propiedad termodinámica es
una cantidad escalar.

Así, de acuerdo con el Teorema de Transporte de Reynolds, el balance instantáneo de energía


sobre un volumen de control, después de aplicar el teorema de Gauss para transformar las
integrales de superficie a integrales de volumen, queda en la forma:

𝜕 1 𝜕 1 (4.55)
𝐸̇ = ∫ { [ 𝜌 (𝑢 + 𝑣𝑙 𝑣𝑙 ) ] + [𝜌 (𝑢 + 𝑣𝑙 𝑣𝑙 ) 𝑣𝑖 ]} 𝑑𝑉
⩝𝐶(𝑡) 𝜕𝑡 2 𝜕𝑥𝑖 2
𝜕 𝜕𝑞̇ 𝑙
=∫ [ (𝑣𝑗 𝜎𝑙𝑗 ) + 𝑣𝑗 𝜌𝑓𝑗 − ] 𝑑𝑉
⩝𝐶(𝑡) 𝜕𝑥𝑙 𝜕𝑥𝑙

Como el volumen de control está definido de manera arbitraria, es evidente que la única
forma de que las integrales de ecuación 4.55 sean iguales, es que sus integrandos también lo sean,
es decir, que:

𝜕 1 𝜕 1 𝜕 𝜕𝑞̇ (4.56)
[𝜌 (𝑢 + 2 𝑣𝑙 𝑣𝑙 )] + 𝜕𝑥 [𝜌 (𝑢 + 2 𝑣𝑙 𝑣𝑙 ) 𝑣𝑖 ] − 𝜕𝑥 (𝑣𝑗 𝜎𝑙𝑗 ) − 𝑣𝑗 𝜌𝑓𝑗 + 𝜕𝑥𝑙 = 0
𝜕𝑡 𝑖 𝑙 𝑙
La ecuación 4.56 se define como la ecuación de balance instantáneo de energía sobre un
volumen de control infinitesimal, y puede reescribirse desarrollando las derivadas parciales en
notación indicial, quedando de la forma:

𝜕𝑢 𝜕𝑢 𝜕𝑣𝑙 𝜕𝑞̇ 𝑙 (4.57a)


𝜌( + 𝑣𝑖 ) = 𝜎𝑙𝑗𝑇 −
𝜕𝑡 𝜕𝑥𝑖 𝜕𝑥𝑗 𝜕𝑥𝑙

o bien, en notación clásica:

𝜕𝑢 (4.57b)
𝜌 ( + 𝑣 ∙ ∇𝑢) = 𝜎 𝑇 : (∇𝑣) − ∇ ∙ 𝑞̇
𝜕𝑡

El término entre paréntesis en .el lado izquierdo de la ecuación 4.57 es la derivada lagrangiana
de la energía interna, es decir, es 𝑢 . Como se verá en el capítulo 7, para el caso de fluidos (gases y
líquidos) el tensor de esfuerzos 𝜎𝑖𝑗 por costumbre y conveniencia se descompone en sus partes
isótropa − 𝑝 𝛿𝑖𝑗 y “extra” 𝜏𝑖𝑗 como sigue:

𝜎𝑖𝑗 = − 𝑝 𝛿𝑖𝑗 + 𝜏𝑖𝑗 (4.58)

Así, el producto doble punto (producto escalar en este caso) entre la transpuesta del tensor de
esfuerzo y el gradiente de la velocidad es:

𝜕𝑣𝑙 𝜕𝑣𝑙 𝜕𝑣𝑙 𝜕𝑣𝑙 𝜕𝑣𝑙


𝜎𝑙𝑗𝑇 = − 𝑝 𝛿𝑙𝑗 𝑇
+ 𝜏𝑙𝑗 =−𝑝 𝑇
+ 𝜏𝑙𝑗 (4.59)
𝜕𝑥𝑗 𝜕𝑥𝑗 𝜕𝑥𝑗 𝜕𝑥𝑙 𝜕𝑥𝑗

Entonces la ecuación 4.57 puede escribirse alternativamente como:

. 𝜕𝑣𝑙 𝑇 𝜕𝑣𝑙 𝜕𝑞̇ 𝑙


𝜌 𝑢 = −𝑝 + 𝜏𝑙𝑗 − (4.57c)
𝜕𝑥𝑙 𝜕𝑥𝑗 𝜕𝑥𝑙

o en forma integral como:

. 𝜕𝑣𝑙 𝑇 𝜕𝑣𝑙 𝜕𝑞̇ 𝑙


∫𝑉𝐶 𝜌 𝑢 𝑑𝑉 = ∫𝑉𝐶(−𝑝 𝜕𝑥𝑙
+ 𝜏𝑙𝑗
𝜕𝑥𝑗

𝜕𝑥𝑙
) 𝑑𝑉 (4.60)

El lado izquierdo de la ecuación 4.57c representa la rapidez de cambio de la energía interna por
unidad de volumen, siguiendo a las partículas dentro de una vecindad que ocupa un volumen
infinitesimal. El primer término del lado derecho representa la rapidez de cambio de energía
interna de esas partículas al comprimirse o expandirse el volumen infinitesimal en que se
𝜕𝑣𝑙
encuentran. Para una compresión, 𝜕𝑥𝑙
< 0, y el término resulta positivo como es de esperarse, ya
que los alrededores del volumen realizan trabajo sobre éste al comprimirlo. Esta transferencia de
energía mecánica a energía interna es potencialmente reversible, ya que el volumen puede luego
expandirse y “devolver” la energía recibida durante la compresión. El segundo término del lado
derecho de 4.57c representa la transformación irreversible de energía mecánica a energía interna
por fricción viscosa, que de acuerdo con la segunda ley de la termodinámica debe ser positivo, o
en el límite ideal, ser nulo. Por último, el tercer término del lado derecho de 4.57c representa el
incremento (o decremento) de la energía interna debida a calentamiento (o enfriamiento).
Cualquier transferencia de calor entre sistemas con una diferencia finita en sus temperaturas es
irreversible; para que la transferencia de calor pudiese ser reversible, la diferencia en las
temperaturas debe ser infinitesimalmente pequeña.

4.5 Balance instantáneo de la entropía sobre volúmenes de control

Un balance de la energía interna u sobre una masa infinitesimal conduce a que:

𝑑𝑢 = 𝛿𝑞 + 𝛿𝑤 (4.61)

Ésta es de hecho la ecuación 4.4b, en donde sólo se ha considerado la energía interna u,


ignorando los cambios de energía cinética y potencial. Las cantidades 𝛿𝑞 y 𝛿𝑤 son expresiones
diferenciales inexactas (su valor integrado dependerá de la trayectoria de integración), ya que ni el
calor ni el trabajo son propiedades termodinámicas, puesto que sólo tiene sentido hablar de éstos
cuando hay una transferencia de energía en un proceso termodinámico. La energía interna sí es
una propiedad, y en consecuencia su forma diferencial 𝑑𝑢 es exacta; su valor integrado no
dependerá de la trayectoria de integración, sino únicamente de los estados inicial y final del
proceso.

Para una sustancia compresible simple (ver el anexo sobre Termodinámica), 4.60 queda en
términos de propiedades termodinámicas 𝑢, 𝑠, 𝑇, 𝑝 𝑦 𝑣 como sigue:
𝑑𝑢 = 𝑇𝑑𝑠 − 𝑝 𝑑𝑣 (4.62)
de donde:
𝑇𝑑𝑠 = 𝑑𝑢 + 𝑝 𝑑𝑣 (4.63)
o, en forma instantánea:
. . .
𝑇𝑠= 𝑢 + 𝑝𝑣 (4.64)

Como el volumen específico por unidad de masa 𝑣 es el recíproco de la densidad 𝜌 ( 𝜌 = 𝑣 −1),


se tiene que:
. 1 .
𝜌= − 𝑣2
𝑣 (4.65)

. ∂𝑣𝑖
Pero, de acuerdo con la ecuación 4.20b: 𝜌 = − 𝜌 𝜕𝑥𝑖
= − 𝜌 (∇ ∙ 𝑣 ) . Así, se tiene que:

. 1 . 1 ∂𝑣𝑖
𝑣= − 𝜌2
𝜌 = 𝜌 𝜕𝑥𝑖
(4.66)

Sustituyendo en 4.64, y multiplicando ambos miembros de 4.64 por la densidad, se tiene que:
. . . . ∂𝑣𝑖
𝑇𝜌 𝑠 = 𝜌𝑢 + 𝑝 𝜌 𝑣 = 𝜌𝑢 + 𝑝 𝜕𝑥𝑖
(4.67)

. 𝜕𝑣𝑙 𝑇 𝜕𝑣𝑙 𝜕𝑞̇ 𝑙


Pero, de acuerdo con la ecuación 4.57c: 𝜌 𝑢 = −𝑝 + 𝜏𝑙𝑗 −
𝜕𝑥𝑙 𝜕𝑥𝑗 𝜕𝑥𝑙

por lo que:

. . ∂𝑣𝑖 𝜕𝑣𝑙 𝑇 𝜕𝑣𝑙 𝜕𝑞̇ 𝑙 ∂𝑣𝑖


𝑇𝜌 𝑠 = 𝜌𝑢 + 𝑝 𝜕𝑥𝑖
= (−𝑝 𝜕𝑥𝑙
+ 𝜏𝑙𝑗 𝜕𝑥𝑗
− 𝜕𝑥𝑙
)+ 𝑝 𝜕𝑥𝑖
(4.68)

de donde:

. 𝑇 𝜕𝑣𝑙 𝜕𝑞̇ 𝑙
𝑇𝜌 𝑠 = 𝜏𝑙𝑗 𝜕𝑥𝑗
− 𝜕𝑥𝑙
(4.69)

o, en términos puramente eulerianos:

𝜕𝑠 𝑇 𝜕𝑠 1 𝜕𝑣𝑙 1 𝜕𝑞̇ 𝑙
𝜌 (𝜕𝑡 + 𝑣𝑙 𝜕𝑥 ) = 𝑇 𝜏𝑙𝑗 𝜕𝑥𝑗
− 𝑇 𝜕𝑥𝑙
(4.70)
𝑙

El lado izquierdo de 4.70 representa la rapidez con la que cambia la entropía (por unidad de
volumen), de las partículas en una vecindad que ocupan un volumen infinitesimal. El primer
término del lado derecho representa la rapidez del incremento en la entropía por fricción viscosa
(término necesariamente no negativo, de acuerdo con la segunda ley de la termodinámica). El
segundo término contiene el flujo de entropía debido a una transferencia de calor, con una parte
irreversible más otra potencialmente reversible.

La versión integral de la ecuación 4.70 es simplemente:

𝜕𝑠 𝑇 𝜕𝑠 1 𝜕𝑣𝑙 1 𝜕𝑞̇ 𝑙
∫𝑉𝐶 𝜌 (𝜕𝑡 + 𝑣𝑙 𝜕𝑥 ) 𝑑𝑉 = ∫𝑉𝐶 𝑇 𝜏𝑙𝑗 𝜕𝑥𝑗
𝑑𝑉 − ∫𝑉𝐶 𝑇 𝜕𝑥𝑙
𝑑𝑉 (4.71)
𝑙

𝑟𝑒𝑣𝑒𝑟𝑠𝑖𝑏𝑙𝑒 𝛿𝑞
De acuerdo con la segunda ley de la termodinámica 𝑇
= 𝑑𝑠 . Esto implica que la parte
potencialmente reversible del incremento en la entropía en el volumen de control está dado por:

. .
𝑞 ∧ 𝑞
− ∫𝑆𝐶 𝑇 ∙ 𝑛 𝑑𝑆 = − ∫𝑉𝐶 ∇ ∙ ( 𝑇 ) 𝑑𝑉
− −
(4.72)

pero:
.
𝑞 . .
1 1
∇∙( )= −
∇∙ 𝑞 − (∇𝑇) ∙ 𝑞 (4.73)
𝑇 𝑇 − 𝑇2 −

por lo que la ecuación del balance instantáneo de entropía sobre un volumen finito queda como:
.
𝑞
𝜕𝑠 𝜕𝑠 1 𝜕𝑣𝑙 1 . 𝜕𝑇 𝜕( 𝑙⁄𝑇)
𝑇
∫𝑉𝐶 𝜌 (𝜕𝑡 + 𝑣𝑙 𝜕𝑥 ) 𝑑𝑉 = ∫𝑉𝐶 [ 𝑇 𝜏𝑙𝑗 𝜕𝑥𝑗
− 𝑞
𝑇 2 𝑙 𝜕𝑥𝑙
− 𝜕𝑥𝑙
] 𝑑𝑉 (4.74)
𝑙
y sobre un volumen infinitesimal:
.
𝑞
𝜕𝑠 𝜕𝑠 1 𝜕𝑣𝑙 1 . 𝜕𝑇 𝜕( 𝑙⁄𝑇)
𝑇
𝜌 (𝜕𝑡 + 𝑣𝑙 𝜕𝑥 ) = 𝑇
𝜏𝑙𝑗 𝜕𝑥𝑗
− 𝑞
𝑇 2 𝑙 𝜕𝑥𝑙
− 𝜕𝑥𝑙
(4.75)
𝑙

o en notación clásica:
.
𝑞
𝜕𝑠 1 𝑇 1 .
𝜌 (𝜕𝑡 + 𝑣 ∙ ∇𝑠) = 𝜏 : ( ∇ 𝑣) − 𝑇2 𝑞
𝑇 =
∙ (∇ 𝑇) − ∇ ∙ (𝑇) −
(4.76)
− − −

El lado izquierdo de 4.76 representa la rapidez de cambio de la entropía (por unidad de


volumen) dentro de un volumen infinitesimal; el primer término del lado derecho representa la
contribución a este incremento de la entropía debido a fricción viscosa (totalmente irreversible),
por lo que el término es necesariamente no negativo. El segundo término del lado derecho
representa la contribución al incremento de entropía debido a un calentamiento (o enfriamiento)
.
irreversible. Nótese que para materiales isótropos los vectores flujo de calor 𝑞 y gradiente de

temperatura ∇ 𝑇 son antiparalelos, de modo que su producto punto es igual al producto de sus
.
magnitudes con signo negativo. Para materiales anisótropos, los vectores 𝑞 y ∇ 𝑇 forman un

ángulo obtuso y su producto punto también es negativo; este término es entonces siempre
positivo, al igual que el primero. De hecho, la suma los dos primeros términos del lado derecho
representan la rapidez de generación de entropía por unidad de volumen, es decir que:

. 1 𝑇 1 .
𝜌 𝑠𝑔𝑒𝑛 = 𝜏 : ( ∇ 𝑣) − 2 𝑞 ∙ (∇ 𝑇) (4.77)
𝑇 = − 𝑇 −

El tercer término del lado derecho de 4.76 puede ser positivo o negativo, y corresponde a la
parte potencialmente reversible de la transferencia de entropía por calentamiento o enfriamiento.

4.6 Balance instantáneo de la exergía sobre volúmenes de control

La exergía Χ asociada con una cantidad energética (su valor intensivo por unidad de masa es
𝑑Χ
𝜒 = 𝑑𝑚 ) es una medida de cuánto de esa energía puede ser utilizada. De hecho, la exergía se
define como la máxima cantidad de energía de un sistema (abierto o cerrado) que teóricamente
puede ser transformada en trabajo útil (trabajo en el eje 𝑊𝑠 , o trabajo eléctrico) cuando interactúa
con el ambiente (que es un sistema de referencia caracterizado por su temperatura, su presión y
su composición), hasta alcanzar el equilibrio.

La exergía tiene dimensiones de energía, pero a diferencia de ésta, que siempre se conserva, la
exergía se consume cuando hay irreversibilidades, o equivalentemente, cuando hay generación de
entropía. De hecho, el consumo o destrucción de exergía es proporcional a la generación de
entropía, siendo la temperatura del ambiente de referencia 𝑇0 la constante de proporcionalidad
entre estas cantidades, de acuerdo con el llamado “Teorema de Gouy-Stodola”. Así:

𝑋𝑐𝑜𝑛𝑠𝑢𝑚𝑖𝑑𝑎 = 𝑇0 𝑆𝑔𝑒𝑛𝑒𝑟𝑎𝑑𝑎 (4.78)


Los análisis exergéticos están basados en la segunda ley de la termodinámica y son muy útiles
para identificar las causas, localizaciones y las magnitudes de las pérdidas de rendimiento en los
procesos. La exergía X para una masa de control (o “sistema termodinámico cerrado”) puede ser
expresada por:

𝑋 = 𝑋𝑓í𝑠𝑖𝑐𝑜 + 𝑋𝑐𝑖𝑛é𝑡𝑖𝑐𝑎 + 𝑋𝑝𝑜𝑡𝑒𝑛𝑐𝑖𝑎𝑙 + 𝑋0 (4.79)

en donde:

𝑋𝑓í𝑠𝑖𝑐𝑜 = ∫𝑉𝐶 𝜌[ (𝑢 − 𝑢0 ) + 𝑝0 (𝑣 − 𝑣0 ) − 𝑇0 (𝑠 − 𝑠0 )]𝑑𝑉 (4.80)

1
Χ 𝑐𝑖𝑛é𝑡𝑖𝑐𝑎 = 𝐸𝑐𝑖𝑛é𝑡𝑖𝑐𝑎 = ∫𝑉𝐶 2 𝜌 (𝑣𝑙 𝑣𝑙 ) 𝑑𝑉 (4.81)

Χ 𝑝𝑜𝑡𝑒𝑛𝑐𝑖𝑎𝑙 = 𝐸𝑝𝑜𝑡𝑒𝑛𝑐𝑖𝑎𝑙 = ∫𝑉𝐶 𝜌 𝑒𝑝𝑜𝑡𝑒𝑛𝑐𝑖𝑎𝑙 𝑑𝑉 (4.82)

Χ 0 = (𝜇𝑖0 − 𝜇𝑖00 ) 𝑁𝑖 (4.83)

El sistema tiene una temperatura 𝑇, una presión 𝑝, un potencial químico 𝜇𝑖 , una entropía 𝑠, un
volumen 𝑉, y un número de moles 𝑁𝑖 para cada una de las 𝑖 especies químicas que lo constituyen.
Asimismo, el sistema está en un ambiente conceptual de referencia, en un estado de equilibrio
determinado por las propiedades intensivas 𝑇0 , 𝑝0 y 𝜇𝑖00 . La cantidad 𝜇𝑖0 denota el valor de 𝜇 en
el estado ambiental de referencia (es decir, a 𝑇0 y 𝑝0 ). Los términos en la ecuación 4.79
representan, respectivamente, los componentes físico, cinético, potencial y químico de la exergía.

Considerando que la exergía es finalmente la energía disponible o utilizable, cualquier trabajo


“en el eje” 𝑊𝑠 realizado sobre el sistema es 100% exergía, al igual que la energía mecánica
(cinética más potencial) y la energía eléctrica, la ecuación de balance integral de la exergía
termomecánica (que es la exergía neta, menos la exergía química) sobre una masa de control,
puede expresarse como:

2 𝑇
∆ 𝑋 = ∫1 (1 − 𝑇0 ) 𝛿𝑄 + 𝑊𝑠 − 𝑝0 (𝑉2 − 𝑉1 ) − 𝑇0 𝑆𝑔𝑒𝑛 (4.84)

Los primeros tres términos del lado derecho de la ecuación 4.84 representan transferencia de
exergía entre el sistema y su ambiente. El primero, es la transferencia de exergía debida a un
𝑇
calentamiento; el factor (1 − 0 ) es el rendimiento de Carnot para una máquina térmica que
𝑇
opere entre una fuente caliente a temperatura 𝑇 (la del sistema), y un sumidero “frío” a la
temperatura del ambiente 𝑇0 . Entonces este primer término del lado derecho puede ser
interpretado como como el trabajo que sería generado por un ciclo reversible que recibiera la
cantidad de energía calorífica 𝛿𝑄 a la temperatura 𝑇, desechando calor al ambiente a la
temperatura 𝑇0 . El segundo término del lado derecho es el trabajo en el eje recibido por el sistema
(exergía en un 100%), en tanto que el tercer término es el trabajo realizado sobre el sistema
cuando éste se comprime. Debe notarse que en el caso de que 𝑇0 > 𝑇, o de que en vez de una
compresión hubiese una expansión, el signo de los términos de transferencia de exergía
simplemente se invertirían. El último término del lado derecho corresponde a la destrucción de la
exergía en el proceso.

La ecuación de balance instantáneo de la exergía termomecánica sobre un volumen de control


finito está dada por:

𝜕𝜒 𝜕𝜒 . 𝜕 𝑇 . 𝜕𝑣 .
∫𝑉𝐶 𝜌( 𝜕𝑡 + 𝑣𝑙 𝜕𝑥 ) 𝑑𝑉 = 𝑊𝑠 + ∫𝑉𝐶 {− 𝜕𝑥𝑙
[(1 − 𝑇0 ) 𝑞𝑙 ] − 𝑝0 𝜕𝑥𝑙 } 𝑑𝑉 − 𝑇𝑜 𝑆𝑔𝑒𝑛𝑒𝑟𝑎𝑑𝑎 (4.85)
𝑙 𝑙

Y para un volumen infinitesimal:

𝜕𝜒 𝜕𝜒 . 𝜕 𝑇 . 𝜕𝑣𝑙 .
𝜌 ( 𝜕𝑡 + 𝑣𝑙 𝜕𝑥 ) = 𝑤𝑠 − 𝜕𝑥 [(1 − 𝑇0 ) 𝑞𝑙 ] − 𝑝0 𝜕𝑥𝑙
− 𝜌 𝑇𝑜 𝑠𝑔𝑒𝑛𝑒𝑟𝑎𝑑𝑎 (4.86)
𝑙 𝑙

y de 4.77:

𝜕𝜒 𝜕𝜒 . 𝜕 𝑇 . 𝜕𝑣𝑙 𝑇0 𝜕𝑇 . 𝑇0 𝜕𝑣
𝜌 ( 𝜕𝑡 + 𝑣𝑙 𝜕𝑥 ) = 𝑤𝑠 − 𝜕𝑥 [(1 − 𝑇0 ) 𝑞𝑙 ] − 𝑝0 𝜕𝑥𝑙
+ 𝑇 2 𝜕𝑥𝑙
𝑞𝑙 − 𝑇
𝜏𝑖𝑗 𝜕𝑥𝑖 (4.87)
𝑙 𝑙 𝑗

El término del lado izquierdo de 4.87 representa la rapidez de cambio de la exergía


termomecánica (por unidad de volumen) dentro de un volumen infinitesimal; el primer término
del lado derecho es el trabajo en el eje por unidad tiempo y de volumen realizado sobre el
volumen infinitesimal, el segundo término del mismo lado representa la rapidez en el incremento
𝑇
de exergía recibido vía transferencia de calor -el factor (1 − 𝑇0 ) indica cuánto de ese calor es
potencialmente utilizable- , el tercer término del lado derecho indica la rapidez con la que el
sistema recibe trabajo por cambios en el volumen, y los últimos dos términos indican el consumo o
destrucción de la exergía, por unidad de tiempo y de volumen. En el sistema SI cada término se
mide en W/m3.

4.7 A manera de resumen

Se han desarrollado las ecuaciones de balance instantáneo sobre volúmenes de control finitos e
infinitesimales de seis propiedades: cuatro son termodinámicas (la masa, la energía, la entropía y
la exergía, que son escalares), y dos son mecánicas (el momentum y el momentum angular, ambas
vectoriales). Estas ecuaciones deben ser satisfechas en cualquier situación en un medio continuo.

Estas ecuaciones son las siguientes.

Balance instantáneo de masa:

𝜕𝜌
Sobre un volumen finito: ∫⩝𝐶(𝑡) [ 𝜕𝑡 + ∇ ∙ (𝜌 𝑣)] 𝑑𝑉 = 0 (4.18)

𝜕𝜌 𝜕𝜌 𝜕𝑣𝑖 𝜕𝜌
Sobre un volumen infinitesimal: 𝜕𝑡
+ ∇ ∙ (𝜌 𝑣 ) = 0 ó 𝜕𝑡
+𝜌 𝜕𝑥𝑖
+ 𝜕𝑥 𝑣𝑖 = 0 (4.19)
− 𝑖

Balance instantáneo del momentum (1ª Ley de Cauchy o Segunda Ley de Newton):

Sobre un volumen finito:

𝜕(𝜌𝑣) ∧
∫⩝𝐶(𝑡) [ 𝜕𝑡
+ ∇ ∙ (𝜌𝑣 𝑣 )] 𝑑𝑉 = ∫⩝𝐶(𝑡) 𝜌 𝑓 𝑑𝑉 + ∫𝑆𝐶 𝑡 (𝑛) 𝑑S (4.28)
−− −

Sobre un volumen infinitesimal:

𝜕𝑣 𝜕𝑣 ∂𝑣 𝜕𝜎𝑖𝑗
𝜌 ( 𝜕𝑡− + 𝑣 ∙ ∇𝑣 ) = ∇ ∙ 𝜎 + 𝜌𝑓 ó 𝜌 ( 𝜕𝑡𝑗 + 𝑣𝑖 𝜕𝑥𝑗 ) = + 𝜌𝑓𝑗 (4.35)
− − = − 𝑖 𝜕𝑥𝑖

Balance instantáneo del momentum angular:

Sobre un volumen finito:

𝜕 (𝜌(𝑟 × 𝑣))
∫ [ ] 𝑑𝑉 + ∫ 𝜌(𝑟 × 𝑣)(𝑣𝑟𝑒𝑙 ∙ 𝑛̂) 𝑑𝑆 = ∫ 𝜌 (𝑟 × 𝑓) 𝑑𝑉 + ∫ 𝑟 × (𝑛̂ ∙ 𝜎) 𝑑S + ∫ 𝑚𝑜 𝑑𝑉
⩝𝐶(𝑡) 𝜕𝑡 𝑆𝐶(𝑡) ⩝𝐶(𝑡) 𝑆𝐶 ⩝𝐶(𝑡)
𝑥

(4.39)

Sobre un volumen infinitesimal: 𝜀𝑖𝑗𝑘 𝜎𝑖𝑗 + 𝑚𝑜 𝑘 = 0 (4.42)

Balance instantáneo de la energía:

Sobre un volumen finito:

𝜕 1 𝜕 1 𝜕 𝜕𝑞̇ 𝑙
∫⩝𝐶(𝑡) {𝜕𝑡 [ 𝜌 (𝑢 + 2 𝑣𝑙 𝑣𝑙 ) ] + 𝜕𝑥 [𝜌 (𝑢 + 2 𝑣𝑙 𝑣𝑙 ) 𝑣𝑖 ]} 𝑑𝑉 = ∫⩝𝐶(𝑡) [𝜕𝑥 (𝑣𝑗 𝜎𝑙𝑗 ) + 𝑣𝑗 𝜌𝑓𝑗 − 𝜕𝑥𝑙
] 𝑑𝑉
𝑖 𝑙

(4.55)

Sobre un volumen infinitesimal:

𝜕𝑢 𝜕𝑢 𝜕𝑢 𝜕𝑣𝑙 𝜕𝑞̇ 𝑙
𝜌 ( 𝜕𝑡 + 𝑣 ∙ ∇𝑢) = 𝜎 𝑇 : (∇𝑣) − ∇ ∙ 𝑞̇ ó 𝜌 ( 𝜕𝑡 + 𝑣𝑖 𝜕𝑥 ) = 𝜎𝑙𝑗𝑇 − (4.57)
𝑖 𝜕𝑥𝑗 𝜕𝑥𝑙
Balance instantáneo de la entropía:

Sobre un volumen finito:

𝜕𝑠 𝜕𝑠 𝑇 1 𝜕𝑣𝑙 1 𝜕𝑞̇ 𝑙
∫𝑉𝐶 𝜌 (𝜕𝑡 + 𝑣𝑙 𝜕𝑥 ) 𝑑𝑉 = ∫𝑉𝐶 𝑇 𝜏𝑙𝑗 𝜕𝑥𝑗
𝑑𝑉 − ∫𝑉𝐶 𝑇 𝜕𝑥𝑙
𝑑𝑉 (4.71)
𝑙

Sobre un volumen infinitesimal:


.
𝑞
𝜕𝑠 𝜕𝑠 1 𝜕𝑣𝑙 1 . 𝜕𝑇 𝜕( 𝑙⁄𝑇)
𝑇
𝜌 (𝜕𝑡 + 𝑣𝑙 𝜕𝑥 ) = 𝜏𝑙𝑗 − 𝑞𝑙 𝜕𝑥 − (4.75)
𝑙 𝑇 𝜕𝑥𝑗 𝑇2 𝑙 𝜕𝑥𝑙

.
𝜕𝑠 1 1 . 𝑞
𝑇
𝜌( + 𝑣 ∙ ∇𝑠) = 𝜏 : ( ∇ 𝑣) − 𝑞 ∙ (∇ 𝑇) − ∇ ∙ ( ) −
(4.76)
𝜕𝑡 − 𝑇 = − 𝑇2 − 𝑇

Balance instantáneo de la exergía:

Sobre un volumen finito:

𝜕𝜒 𝜕𝜒 . 𝜕 𝑇 . 𝜕𝑣 .
∫𝑉𝐶 𝜌( 𝜕𝑡 + 𝑣𝑙 𝜕𝑥 ) 𝑑𝑉 = 𝑊𝑠 + ∫𝑉𝐶 {− 𝜕𝑥 [(1 − 𝑇0 ) 𝑞𝑙 ] − 𝑝0 𝜕𝑥𝑙 } 𝑑𝑉 − 𝑇𝑜 𝑆𝑔𝑒𝑛𝑒𝑟𝑎𝑑𝑎 (4.85)
𝑙 𝑙 𝑙

Y para un volumen infinitesimal:

𝜕𝜒 𝜕𝜒 . 𝜕 𝑇 . 𝜕𝑣𝑙 𝑇0 𝜕𝑇 . 𝑇0 𝜕𝑣𝑖
𝜌( + 𝑣𝑙 ) = 𝑤𝑠 − [(1 − 0 ) 𝑞𝑙 ] − 𝑝0 + 𝑞𝑙 − 𝜏𝑖𝑗 (4.87)
𝜕𝑡 𝜕𝑥𝑙 𝜕𝑥𝑙 𝑇 𝜕𝑥𝑙 𝑇 2 𝜕𝑥𝑙 𝑇 𝜕𝑥𝑗

De las ecuaciones anteriores, pueden contarse 10 ecuaciones escalares independientes (una


para la masa, otra para la energía, una más para la entropía y otra para la exergía; tres para el
momentum, más otras tres para el momentum angular) con poco más de diez incógnitas, que
deben resolverse de manera simultánea (junto con ecuaciones de estado termodinámico y algunas
otras relaciones entre las incógnitas) para solucionar un problema de ingeniería o de alguna
ciencia o técnica. Actualmente se utilizan métodos computacionales para resolver estos sistemas,
que por lo general son no lineales (lo que lleva a soluciones múltiples, aún con las mismas
condiciones inicial y de frontera), que no son tratados en este libro.
SEGUNDA PARTE

ANÁLISIS DE ESFUERZOS Y DEFORMACIONES


5 ANÁLISIS DE ESFUERZOS

INTRODUCCIÓN

En la mecánica de los medios continuos para expresar la interacción entre una parte muy
pequeña de cuerpo con otra parte de éste se emplea el concepto de esfuerzo. Se ha reconocido
que existen dos tipos de interacción entre las partículas: por contacto directo o a distancia. Así,
cuando se considera un sistema de partículas se debe especificar la manera en la cual cada una de
ellas es influenciada por las otras. De igual manera, en la mecánica de medios continuos se debe
especificar la interacción entre una parte del cuerpo y las otras partes del mismo. Sin embargo,
como en un medio continuo aún en el volumen más pequeño existe una infinidad de partículas, el
problema de la interacción entre éstas sería demasiado complicado. En vez de eso se puede
considerar a un cuerpo que ocupa un cierto volumen V (limitado por una superficie cerrada S) en
un instante t dado.

Hasta esta parte del libro, como una primera etapa se ha estudiado la descripción del
movimiento de un medio continuo sin considerar las causas que lo originan; asimismo, se ha
procedido a establecer las ecuaciones de balance sobre volúmenes de control finitos e
infinitesimales. En la teoría clásica de medios continuos, el concepto de esfuerzo es introducido a
través de la descripción de fuerzas de cuerpo y fuerzas de superficie. Como se mencionó en el
capítulo anterior, las llamadas “fuerzas de cuerpo” son aquellas que actúan sobre el volumen del
medio continuo a distancia (sin que exista contacto); ejemplo de éstas son la fuerza gravitacional,
las electrostáticas y las magnéticas; estas fuerzas son resultado de la presencia de campos
(gravitacionales, electrostáticos o magnéticos) y se representan a través de la aceleración que
generan en el medio continuo. En particular, la fuerza de gravedad siempre deberá ser
considerada al escribir las ecuaciones de balance pertinentes. Por otra parte, las fuerzas de
superficie son aquellas que para transmitirse demandan contacto íntimo y que actúan sobre una
superficie material, definida al separar en partes el cuerpo, o al separarlo de otros cuerpos. Las
fuerzas de superficie son solicitaciones externas que actúan sobre la superficie del cuerpo; por
ejemplo, la fuerza que genera el viento sobre las palas de una turbina eólica, o las que se producen
al sumergir un cuerpo en un líquido, o también al estar en contacto dos sólidos.

En el capítulo anterior se introdujeron las ambos tipos de fuerzas, y para un medio continuo
finito se estableció que:

∫⩝𝐶(𝑡) 𝜌 𝑓 𝑑𝑉 es la fuerza neta de cuerpo que actúa sobre éste. (4.23)

y: ∫𝑆𝐶 𝑡 𝑑S es la fuerza neta de superficie. (4.25)

Ahora bien, considérese un medio continuo el cual se encuentra sometido a un conjunto de


fuerzas 𝑓𝑖 como el que se muestra en la figura 5.1.

Figura 5.1. Fuerzas que actúan sobre un cuerpo que es un medio continuo

Si se corta este cuerpo material continuo con un plano ∏ como se muestra en la figura 5.2,
la sección remanente deberá poder estar en equilibrio según los fundamentos de la estática, de tal
forma que sobre el plano de corte aparecerá una fuerza resultante 𝑓𝑟 . Dicha fuerza se
representa en principio en el centroide del área descrita sobre el plano de corte; sin embargo,
resulta evidente que la carga se distribuye sobre el área de la superficie 𝐴𝜋 , por lo que se puede
definir el concepto de vector de esfuerzo o de tracción como:

∧ ∆𝑓𝜋
𝑡 (𝑛) = 𝑡𝜋 = lím∆𝐴𝜋→0 ∆𝐴𝜋
(5.1)
− −

Ahora bien, de la fuerza 𝑓𝜋 pueden hallarse sus componentes (escalares) normal y tangencial;
los componentes vectoriales correspondientes estarían multiplicados por los correspondientes
vectores unitarios normal y tangencial, como es fácil de entender.

Estos componentes escalares de la fuerza 𝑓𝜋 quedan definidos de la forma:


𝑓𝜋 𝑁 = 𝑓𝜋 ∙ 𝑛̂ (5.2)

y:

𝑓𝜋 𝑇 = √𝑓𝜋 ∙ 𝑓𝜋 − 𝑓𝜋 𝑁 2 (5.3)

Con lo anterior se puede definir el esfuerzo normal como:


∆𝑓𝜋 𝑁
𝜎𝑛 = lím∆𝐴𝜋→0 ∆𝐴𝜋
= 𝑡𝑛 (5.4)

y el esfuerzo cortante o tangencial como:


∆𝑓𝜋 𝑇
𝜎𝑐 = 𝑙í𝑚 = 𝑡𝑐 (5.5)
∆𝐴𝜋 →0 ∆𝐴𝜋

Figura 5.2. Medio continuo sometido a un conjunto de fuerzas de cualquier origen

5.1 El vector de tracción y el tensor de esfuerzos

Se considera que el vector de tracción o de esfuerzo permite describir la fuerza en un punto de


la superficie del cuerpo, el cual no toma en cuenta la curvatura en la superficie del elemento
diferencial (infinitesimal) bajo análisis. Esto es asumido como el “principio de esfuerzos de
Cauchy”, que es un axioma básico de la mecánica de medios continuos.

En general, el tensor de esfuerzos queda descrito por:

𝜎11 𝜎12 𝜎13


𝜎
𝜎 = 𝜎𝑖𝑗 = ( 21 𝜎22 𝜎23 ) (5.6)
𝜎31 𝜎32 𝜎33

Donde los componentes de 𝜎𝑖𝑗 son precisamente los componentes de los vectores de esfuerzo
sobre las superficies perpendiculares a los ejes (o curvas) coordenados, es decir:

𝑡(𝑖̂) = 𝜎1𝑗 𝑛𝑗 𝑒̂1 = 𝜎11 𝑖̂ + 𝜎12 𝑗̂ + 𝜎13 𝑘̂ (5.7)

𝑡 (𝑗̂) = 𝜎2𝑗 𝑛𝑗 𝑒̂2 = 𝜎21 𝑖̂ + 𝜎22 𝑗̂ + 𝜎23 𝑘̂ (5.8)


𝑡(𝑘̂ ) = 𝜎3𝑗 𝑛𝑗 𝑒̂3 = 𝜎31 𝑖̂ + 𝜎32 𝑗̂ + 𝜎33 𝑘̂ (5.9)
En la figura 5.3 se representan los componentes del tensor de esfuerzos cuando éstos tienen un
valor positivo. Se aprecia que, por convención, el primer índice del tensor 𝜎𝑖𝑗 determina la
superficie sobre la que actúa; establece que “actúa en una superficie normal a la curva
coordenada 𝐶𝑖 ”. El segundo índice determina la dirección de ese componente, ya que establece
que “actúa en la dirección de la curva (o eje) coordenada 𝐶𝑗 ”. Un componente escalar de 𝜎𝑖𝑗 será
positivo si el vector normal a la superficie apunta en sentido positivo en que la curva 𝐶𝑖 es descrita,
y el componente también apunta en el sentido positivo de la curva coordenada 𝐶𝑗 .

Si el vector unitario normal apunta en el sentido negativo de 𝐶𝑖 , los componentes serán


positivos cuando apunten en el sentido negativo en que la curva coordenada 𝐶𝑗 es descrita. Así,
todos los componentes mostrados en la figura 5.3 corresponden a valores positivos. Si alguno
apuntara en sentido contrario al mostrado, representaría un componente con valor negativo.

Figura 5.3. Componentes del tensor de esfuerzos, considerados positivos. Para valores negativos el
sentido sería el contrario al mostrado en la figura. Nótese que un esfuerzo normal positivo (𝜎11 en
esta figura) corresponde a una tracción, en tanto que uno negativo corresponde a una
compresión.Sólo se muestran los esfuerzos sobre las caras visibles del hexaedro; en las caras
ocultas correspondientes, actúan los mismos componentes positivos, pero con sentidos invertidos.


El vector de esfuerzos 𝑡 (𝑛) y el tensor de esfuerzos tienen las siguientes propiedades:
− −

∧ ∧
1. 𝑡 (− 𝑛) = − 𝑡 (𝑛) (5.10)
− − − −

∧ ∧
2. 𝑡(𝑛) = 𝑛 ∙ 𝜎 (5.11)
− − − =
La propiedad 1 es consecuencia de la condición de equilibrio para una superficie material
dentro de un cuerpo. Sobre ambos lados de una superficie elemental, diferenciados por los
∧ ∧
vectores normales antiparalelos 𝑛 y − 𝑛 , los vectores de esfuerzo que actúan sobre cada
− −
cara deberán estar en equilibrio, es decir que:

∧ ∧
𝑡 (𝑛) + 𝑡 (− 𝑛) = 0 (5.12a)
− − − − −

∧ ∧
de aquí: 𝑡 (− 𝑛) = − 𝑡 (𝑛) (5.12b)
− − − −

Para probar la segunda propiedad considérese el tetraedro mostrado en la figura 5.4.

Figura 5.4 Tetraedro elemental en equilibrio sometido a esfuerzos.


La cara ABC tiene por normal al vector 𝑛 , como se muestra en la figura. Las caras OBC, OAC y

OBA tienen como vectores normales (dirigidos hacia afuera del tetraedro) a los vectores unitarios
∧ ∧ ∧
− 𝑖 , − 𝑗 y − 𝑘 , respectivamente. La altura h del tetraedro es la distancia (medida
− − −
perpendicularmente) entre el origen O del marco de referencia mostrado, y la cara ABC.

Aplicando un balance instantáneo de momentum sobre tetraedro (ecuación 4.25), se tiene que:

𝐷 ∧
∫ 𝜌𝑣
𝐷𝑡 𝑉𝐶 −
𝑑𝑉 = ∫𝑆𝐶 𝑡 (𝑛) 𝑑S + ∫⩝𝐶(𝑡) 𝜌𝑓 𝑑𝑉 (5.13)

Aplicando el Teorema del Valor Medio, las integrales de 5.13 se pueden expresar como el
producto de los valores medios de sus integrandos, mutiplicados por la magnitud de la región de
integración. Así la ecuación 5.13 puede reescribirse como:

𝐷 − 1
[ 𝜌𝑣 ( 𝑎 ℎ)] =
𝐷𝑡 − 3 𝐴𝐵𝐶
− ∧ − ∧ − ∧ − ∧ −− 1
= 𝑎𝐴𝐵𝐶 𝑡 (𝑛) + 𝑎𝑂𝐵𝐶 𝑡 (− 𝑖 ) + 𝑎𝑂𝐴𝐶 𝑡 (−𝑗 ) + 𝑎𝑂𝐴𝐵 𝑡 (−𝑘) + 𝜌 𝑓 ( 𝑎𝐴𝐵𝐶 ℎ)
− − − − − − − − − 3

(5.14)

En 5.14 las rayas encima de las variables del integrando indican valores medios en las regiones
de integración (el volumen de control VC y su frontera, la superficie de control SC).

Ahora bien, las áreas de las caras normales a los ejes, son las proyecciones del área de la cara
𝑎𝐴𝐵𝐶 sobre los planos coordenados; sus magnitudes se expresan en la siguiente tabla.

CARA Vector normal ÁREA


(dirigido hacia afuera)

ABC 𝒏 𝑎𝐴𝐵𝐶

∧ ∧ ∧
OBC 𝑎𝑂𝐵𝐶 = (𝑛 ∙ 𝑖 ) 𝑎𝐴𝐵𝐶
−𝒊
− − −
∧ ∧ ∧
OAC 𝑎𝑂𝐴𝐶 = (𝑛 ∙ 𝑗 ) 𝑎𝐴𝐵𝐶
−𝒋
− − −
∧ ∧ ∧
OAB
−𝒌 𝑎𝑂𝐴𝐵 = (𝑛 ∙ 𝑘) 𝑎𝐴𝐵𝐶
− − −

Sustituyendo en la ecuación 5.14, luego de dividir ambos miembros entre el área 𝑎𝐴𝐵𝐶 se
obtiene que:


𝐷 − 1 − ∧ ∧ ∧ − ∧ ∧ ∧ − ∧ ∧ ∧ − ∧ −− 1
𝐷𝑡
[ 𝜌𝑣 (3 ℎ)] = 𝑡 (𝑛) + (𝑛 ∙ 𝑖 ) 𝑡 (− 𝑖 ) + (𝑛 ∙ 𝑗 ) 𝑡 (−𝑗 ) + (𝑛 ∙ 𝑘 ) 𝑡 (−𝑘 ) + 𝜌 𝑓 (3 ℎ) (5.15)
− − − − − − − − − − − − − − − −

y al tomar el límite cuando h  0 (el tetraedro se colapsa en un punto) se tiene que:


∧ ∧ ∧ ∧ ∧ ∧ ∧ ∧ ∧ ∧
0 = 𝑡 (𝑛) + (𝑛 ∙ 𝑖 ) 𝑡 (− 𝑖 ) + (𝑛 ∙ 𝑗 ) 𝑡 (−𝑗 ) + (𝑛 ∙ 𝑘 ) 𝑡 (−𝑘) (5.16)
− − − − − − − − − − − − − − −

Nótese que los valores de los vectores de esfuerzo ya no son promedios, sino valores puntuales.

Tomando al vector 𝑛 como factor común a los tres últimos términos del miembro derecho de

5.16 se tiene que:

∧ ∧ ∧ ∧ ∧ ∧ ∧ ∧
0 = 𝑡 (𝑛) − 𝑛 ∙ [𝑖 𝑡 ( 𝑖 ) + 𝑗 𝑡 (𝑗 ) + 𝑘 𝑡 (𝑘 )] (5.17)
− − − − −− − −− − −− −

∧ ∧ ∧
Nótese dentro del corchete los productos diádicos entre los vectores unitarios 𝑖 , 𝑗 y 𝑘 con los
− − −
vectores de esfuerzo que actúan sobre las superficies normales a dichos vectores unitarios. La
suma de los términos de dentro del corchete es precisamente el tensor de esfuerzos 𝜎, ya que:
=

∧ ∧ 𝜎11 𝜎12 𝜎13 ∧ ∧ 0 0 0 ∧ ∧ 0 0 0


𝑖 𝑡 (𝑖) = ( 0 0 0 ) ; 𝑗 𝑡 (𝑗 ) = (𝜎21 𝜎22 𝜎23 ) y 𝑘 𝑡 (𝑘 ) = ( 0 0 0 ) (5.18)
−− − −− − −− −
0 0 0 0 0 0 𝜎31 𝜎32 𝜎33

∧ ∧ ∧ ∧
𝜎11
∧ ∧
𝜎12 𝜎13
por lo que: 𝜎
𝑖 𝑡 ( 𝑖 ) + 𝑗 𝑡 (𝑗 ) + 𝑘 𝑡 (𝑘 ) = ( 21 𝜎22 𝜎23 ) = 𝜎 (5.19)
−− − −− − −− − =
𝜎31 𝜎32 𝜎33

∧ ∧ ∧ ∧
Así: 0 = 𝑡 (𝑛) − 𝑛 ∙ [𝜎] ó 𝑡 (𝑛) = 𝑛 ∙ 𝜎 (5.20)
− − − − = − − − =

5.2 Los esfuerzos principales

En el capítulo 2, sección 2.10, se trató el problema de los valores principales de un tensor de


orden dos. En esta sección se aplicarán lo allí desarrollado al tensor de esfuerzos.

En virtud de que los componentes del tensor de esfuerzos son números reales (con las unidades
de esfuerzo, en general MPa), para el caso de que el material sea no polar (el esfuerzo es simétrico
en ese caso) existirán tres valores principales reales para ese tensor (que serán los llamados
“esfuerzos principales”). Cada valor principal estará asociado con una “dirección principal”,
quedando las tres direcciones (definidas por los vectores principales de 𝜎𝑖𝑗 ) como mutuamente
perpendiculares entre sí; los planos cuya normal corresponde a la dirección de los esfuerzos
principales se denominan “planos principales”. En estos planos el vector de esfuerzos es normal a
ellos, y sus componentes cortantes son todos nulos.

En el caso de materiales polares el tensor de esfuerzos no es simétrico, y en consecuencia dos de


sus valores principales son complejos conjugados, y sólo un esfuerzo principal es real.

Los esfuerzos principales en un punto determinado de un cuerpo (los valores principales de 𝜎𝑖𝑗 ),
incluyen los valores máximo y mínimo de los esfuerzos normales, considerando todos los planos
que pasan a través del punto. Los esfuerzos principales se pueden determinar de la ecuación
característica asociada al tensor de esfuerzos de la misma manera que se procedió en la sección
2.10, quedando en la forma:

𝜎 3 − 𝐼𝜎 2 + 𝐼𝐼𝜎 − 𝐼𝐼𝐼 = 0 (5.21)

en donde 𝐼, 𝐼𝐼 y 𝐼𝐼𝐼 son los invariantes fundamentales del tensor de esfuerzos, que acorde a las
relaciones 2.107 son:

𝐼 = 𝜎𝑖𝑖 = 𝑡𝑟(𝜎𝑖𝑖 ) (5.22)


1 (5.23)
𝐼𝐼 = (𝜎𝑖𝑖 𝜎𝑗𝑗 − 𝜎𝑖𝑗 𝜎𝑖𝑗 )
2
𝐼𝐼𝐼 = det(𝜎𝑖𝑖 ) (5.24)

Una vez determinados 𝜎𝐼 , 𝜎𝐼𝐼 y 𝜎𝐼𝐼𝐼 , que son los esfuerzos principales del tensor, al ser reales los
tres conviene ordenarlos de mayor a menor, como será evidente más adelante. Entonces 𝜎𝐼 ≥ 𝜎𝐼𝐼
≥ 𝜎𝐼𝐼𝐼 .

La esencia del tensor de esfuerzos es la triada ortogonal de los vectores de esfuerzo principales,
en los que los componentes cortantes son nulos. Estos tres vectores, asociados a un punto dado
del cuerpo, describen el estado local de esfuerzos, de la misma manera que el vector velocidad
describe el estado local de translación en ese punto.

Con respecto a un marco principal, si 𝑛𝑖 es un vector normal a un plano, los componentes del
vector de esfuerzos relativos a este plano están dadas por:

𝑡1 𝜎𝐼 0 0 𝑛1 𝑛1 𝜎𝐼
𝑡
( 2) = ( 0 𝜎𝐼𝐼 0 ) ( 2 ) = ( 2 𝜎𝐼𝐼 )
𝑛 𝑛 (5.25)
𝑡3 0 0 𝜎𝐼𝐼𝐼 𝑛3 𝑛3 𝜎𝐼𝐼𝐼

o mejor:

𝑡 (𝑛) = (𝑛1 𝜎𝐼 , 𝑛2 𝜎𝐼𝐼 , 𝑛3 𝜎𝐼𝐼𝐼 ) = 𝑡𝑖 (5.26)
− −

∧ ∧ ∧
El componente normal de 𝑡 (𝑛) en dicho plano queda definido por 𝑡𝑛 = 𝑛 ∙ 𝑡 (𝑛) = 𝑛𝑖 𝑡𝑖 , por
− − − − −
lo que:

𝑡𝑛 = 𝑛𝑖 𝑡𝑖 = 𝑛12 𝜎𝐼 + 𝑛22 𝜎𝐼𝐼 + 𝑛32 𝜎𝐼𝐼𝐼 (5.27)

Entonces, de acuerdo con el teorema de Pitágoras, el cuadrado de la magnitud del esfuerzo


cortante en el plano será:

𝑡𝑐2 = 𝑡𝑖 𝑡𝑖 − 𝑡𝑛2 (5.28)


5.3 Determinación de los esfuerzos máximos y las superficies donde actúan

El problema de determinar los valores extremos de los componentes del esfuerzo es de


primordial importancia en la ingeniería, ya que una pieza mecánica, por citar un ejemplo, fallará si
es sometida a un esfuerzo (cortante o normal, de tracción o de compresión) superior al máximo
que puede resistir sin dañarse o fallar. Se deberá diseñar la pieza con las dimensiones y los
materiales adecuados para que estos esfuerzos nunca sean alcanzados cuando la pieza esté en
funcionamiento. Algo similar puede decirse sobre la estructura de un edificio, que deberá ser
capaz de resistir sismos, cargas eólicas por huracanes y ráfagas de viento, posibles impactos
accidentales o provocados, etcétera.

Para determinar estos valores máximos se puede proceder como es usual en las muchas
técnicas de optimización empleadas en la ingeniería (plantear el esfuerzo de marras como una
función a ser optimada, en seguida derivar esta función e igualar a cero las derivadas, etcétera). En
seguida se bosqueja brevemente el método de multiplicadores de Lagrange, y en la siguiente
sección se presenta una técnica gráfica mucho más cómoda, ideada por Christian Mohr, conocida
como análisis de los “círculos de Mohr”. Un simple vistazo sobre esta gráfica permite identificar los
valores máximos (y mínimos), tanto de los esfuerzos cortantes como los normales, y darse una
idea clara del estado de esfuerzos en general, en el punto y el instante dados, para el cual las
gráficas (los círculos de Mohr) se construyen.

Supóngase que ya se han determinado los valores principales del tensor de esfuerzos mediante
el procedimiento descrito en la sección 2.10. La ecuación 5.28 puede verse como una función a
optimizar como sigue:

𝑡𝑐2 = 𝑡𝑖 𝑡𝑖 − 𝑡𝑛2 = 𝑓(𝑛𝑖 ) (5.29)

Si el esfuerzo cortante 𝑡𝑐 debe corresponder con un máximo; será entonces necesario


determinar los valores 𝑛𝑖 para el cual se presente este valor máximo. Dado que los cosenos
directores no pueden variar independientemente uno del otro, y que el vector 𝑛𝑖 es unitario, se
tiene que:

𝑛𝑖 𝑛𝑖 = 1 (5.30)

ahora, para determinar un máximo (o un mínimo, o un “punto de ensilladura”), es preciso derivar


con respecto a la normal al plano e igualar a cero, es decir:

𝜕𝑡 2
𝑑 𝑡𝑐2 = 𝜕𝑛𝑐 𝑑𝑛𝑖 = 0 (5.31)
𝑖

y como 𝑑𝑛𝑖 no pueden variar independientemente, se debe cumplir que:

𝜕 𝑡𝑐2 𝜕 𝑡𝑐2 𝜕 𝑡𝑐2 (5.32)


=0 =0 =0
𝜕𝑛1 𝜕𝑛2 𝜕𝑛3
Introduciendo el parámetro 𝜆 tal que:

𝜕 𝑡𝑐2
𝜕𝑛𝑖
= 𝜆 𝑛𝑖 (5.33)

al sustituir en 5.31 se tiene que:


𝜆 𝑛𝑖 𝑑𝑛𝑖 = 0 (5.34)

La ecuación 5.34 se cumple cuando se cumple a su vez la ecuación 5.30, y en tal caso las
ecuaciones 5.30 y 5.33 representan un sistema de cuatro ecuaciones con cuatro incógnitas 𝜆 y 𝑛𝑖 ,
que corresponde a valores estacionarios de 𝑡𝑐 . Éste es el método de “los multiplicadores de
Lagrange” en donde el parámetro 𝜆 recibe tal denominación.

Al desarrollar las derivadas parciales y considerando que las direcciones principales son (1,0,0),
(0,1,0) y (0,0,1) se llega a que:

𝑡𝑛 𝑚á𝑥 −𝑡𝑛 𝑚í𝑛


𝑡𝑐 𝑚á𝑥 = 2
(5.35)

Entonces, los esfuerzos cortantes máximos se pueden expresar mediante las siguientes
relaciones:

|𝜎𝐼𝐼 − 𝜎𝐼𝐼𝐼 | |𝜎𝐼 − 𝜎𝐼𝐼𝐼 | |𝜎𝐼 − 𝜎𝐼𝐼 | (5.36)


𝜏𝐼 = 𝜏𝐼𝐼 = 𝜏𝐼𝐼𝐼 =
2 2 2

(𝜎𝐼 − 𝜎𝐼𝐼 )⁄
Como 𝜎𝐼 ≥ 𝜎𝐼𝐼 ≥ 𝜎𝐼𝐼𝐼 , el segundo de los esfuerzos cortantes máximos, 𝜏𝐼𝐼 = 2 , es
el mayor de los tres, y corresponde al máximo valor del esfuerzo cortante 𝑡𝑐 que se puede tener
en ese punto en ese instante.

Para obtener el máximo para los esfuerzos normales, la función a optimar sería 5.27, y el valor
máximo que se obtiene es precisamente el valor principal más grande del tensor, es decir,

𝑡𝑛 𝑚á𝑥𝑖𝑚𝑜 = 𝜎𝐼 (5.37)
Asimismo, se encuentra que: 𝑡𝑛 𝑚í𝑛𝑖𝑚𝑜 = 𝜎𝐼𝐼𝐼 (5.38)

5.4 Los círculos de Mohr

Existe una manera genial para representar el estado de esfuerzos en forma gráfica. Christian
Mohr resolvió el problema de los valores extremos de los esfuerzos adaptando las características
del tensor a las características geométricas de unas familias de circunferencias. El procedimiento,
sumamente simple se presenta a continuación.

Si se expresa el tensor de esfuerzos con respecto un marco de referencia principal, éste toma
la forma de la matriz diagonal siguiente:

𝜎𝐼 0 0
𝜎𝑖𝑗 = ( 0 𝜎𝐼𝐼 0 ) (5.39)
0 0 𝜎𝐼𝐼𝐼

con el vector normal 𝑛̂ a una superficie arbitraria dado por:

𝑛̂ = (𝑛1 𝑛2 𝑛3 ) (5.40)

El vector de esfuerzo sobre esa superficie queda entonces determinado por:

𝑡 ( 𝑛̂ ) = 𝑛̂ ∙ 𝜎 = ( 𝑛1 𝜎𝐼 , 𝑛2 𝜎𝐼𝐼 , 𝑛3 𝜎𝐼𝐼𝐼 ) = ( 𝑡1 , 𝑡2 , 𝑡3 ) (5.41)

𝑡1 𝑡2 𝑡3
De esta manera: 𝑛1 = ; 𝑛2 = ; 𝑛3 = (5.42)
𝜎𝐼 𝜎𝐼𝐼 𝜎𝐼𝐼𝐼

Como 𝑛̂ es un vector unitario:

𝑡1 2 𝑡2 2 𝑡3 2
𝜎𝐼 2
+ 𝜎𝐼𝐼 2
+ 𝜎𝐼𝐼𝐼 2
=1 (5.43)

La ecuación 5.43 es la de un elipsoide llamado “elipsoide de Lamé”, y muestra que en un marco


cartesiano principal, si el origen del vector de esfuerzos se coloca en el origen del marco, su
extremo siempre caerá sobre ese elipsoide. El valor más grande para el esfuerzo normal es 𝜎𝐼 , el
semidiámetro mayor, y el menor es 𝜎𝐼𝐼𝐼 , igual al semidiámetro menor de los tres.
Figura 5.5. Los tres vectores de tracción principales. Esta triada es la esencia de del tensor 𝜎.
=

Para un plano 𝑃 cualesquiera, el esfuerzo normal, la suma de los cuadrados de los componentes
normal y cortante, y el hecho de que 𝑛̂ es unitario producen el siguiente sistema de ecuaciones:

𝑡𝑛 = 𝑛1 2 𝜎𝐼 + 𝑛2 2 𝜎𝐼𝐼 + 𝑛3 2 𝜎𝐼𝐼𝐼 (5.44)

𝑡𝑛 2 + 𝑡𝑐 2 = 𝑛1 2 𝜎𝐼 2 + 𝑛2 2 𝜎𝐼𝐼 2 + 𝑛3 2 𝜎𝐼𝐼𝐼 2 (5.45)

1 = 𝑛1 2 + 𝑛2 2 + 𝑛3 2 (5.46)

Resolviendo simultáneamente las ecuaciones 5.44, 5.45 y 5.46 considerando a 𝑛1 2 , 𝑛2 2 𝑦 𝑛3 2


como las incógnitas del sistema, se tiene que:
(𝑡𝑛 −𝜎𝐼𝐼 )(𝑡𝑛 −𝜎𝐼𝐼𝐼 )+𝑡𝑐 2
𝑛1 2 = (𝜎𝐼 −𝜎𝐼𝐼 )(𝜎𝐼 −𝜎𝐼𝐼𝐼 )
(5.47)

(𝑡𝑛 −𝜎𝐼 )(𝑡𝑛 −𝜎𝐼𝐼𝐼 )+𝑡𝑐 2


𝑛2 2 = (𝜎𝐼𝐼 −𝜎𝐼 )(𝜎𝐼𝐼 −𝜎𝐼𝐼𝐼 )
(5.48)

(𝑡𝑛 −𝜎𝐼𝐼 )(𝑡𝑛 −𝜎𝐼𝐼𝐼 )+𝑡𝑐 2


𝑛3 2 = (𝜎𝐼𝐼𝐼 −𝜎𝐼 )(𝜎𝐼𝐼𝐼 −𝜎𝐼𝐼 )
(5.49)

Completando cuadrados perfectos de las tres últimas ecuaciones, se obtiene que:

𝜎𝐼𝐼 +𝜎𝐼𝐼𝐼 𝜎𝐼𝐼 −𝜎𝐼𝐼𝐼


(𝑡𝑛 − 2
) + 𝑡𝑐 2 = 2
+ 𝑛1 2 (𝜎𝐼 − 𝜎𝐼𝐼 )(𝜎𝐼 − 𝜎𝐼𝐼𝐼 ) (5.50)

𝜎𝐼 +𝜎𝐼𝐼𝐼 𝜎𝐼 −𝜎𝐼𝐼𝐼
(𝑡𝑛 − 2
) + 𝑡𝑐 2 = 2
+ 𝑛2 2 (𝜎𝐼𝐼 − 𝜎𝐼 )(𝜎𝐼𝐼 − 𝜎𝐼𝐼𝐼 ) (5.51)

𝜎𝐼 +𝜎𝐼𝐼 𝜎𝐼 −𝜎𝐼𝐼
(𝑡𝑛 − ) + 𝑡𝑐 2 = + 𝑛3 2 (𝜎𝐼𝐼𝐼 − 𝜎𝐼 )(𝜎𝐼𝐼𝐼 − 𝜎𝐼𝐼 ) (5.52)
2 2
La ecuación 5.50 corresponde a una familia de circunferencias (con el parámetro 𝑛1 2 ), todas
𝜎𝐼𝐼 + 𝜎𝐼𝐼𝐼
ellas con centro en el punto 𝐶 ( 2
, 0), y cuyos radios están dados por:

1⁄
𝜎𝐼𝐼 − 𝜎𝐼𝐼𝐼 2
𝑟= [ 2
+ 𝑛1 2 (𝜎𝐼 − 𝜎𝐼𝐼 )(𝜎𝐼 − 𝜎𝐼𝐼𝐼 )] (5.53)

Como σI ≥ σII ≥ σIII el término 𝑛1 2 (𝜎𝐼 − 𝜎𝐼𝐼 )(𝜎𝐼 − 𝜎𝐼𝐼𝐼 ) es en general positivo, con un valor
nulo cuando 𝑛1 = 0. Así, la menor de la familia de circunferencias dada por 5.50 tiene un radio
𝜎 −𝜎
𝑟𝑚í𝑛 = 𝐼𝐼 2 𝐼𝐼𝐼 , que corresponde al valor de 𝑛1 = 0. Esta circunferencia aparece en la figura 5.6
en color naranja, como la circunferencia 𝐶1 . Cada uno de los puntos de esta circunferencia
corresponde a una posible orientación de la superficie que contiene al punto y cuyo vector normal
tiene un primer componente 𝑛1 = 0, lo que implica que vector normal 𝑛̂ es perpendicular al eje
coordenado (principal) 𝑋1 . Las coordenadas (𝑡𝑛 , 𝑡𝑐 ) de cada punto de la circunferencia
corresponden a los componentes normal y cortante del vector de esfuerzo. La circunferencia
mínima 𝐶1 corta al eje de los esfuerzos normales en los puntos (𝜎𝐼𝐼𝐼 , 0), que corresponde a los
∧ ∧
vectores normales ± 𝑘 = (0, 0, ± 1), y en (𝜎𝐼𝐼 , 0), que corresponde a los vectores normales ± 𝑗 =
− −
𝐼 𝐼𝐼2𝜎 −𝜎 −𝜎
𝐼𝐼𝐼
(0, ± 1, 0). La mayor de las circunferencias de la familia tiene un radio 𝑟𝑚á𝑥 = 2
. El
espacio de soluciones viables, para esta primer familia, es el ánulo comprendido entre estas dos
circunferencias extremas, que no se muestra en la figura 5.6 pero que puede ser fácilmente
imaginado.

En completa analogía con la discusión anterior, la ecuación 5.51 corresponde a una familia de
𝜎𝐼 + 𝜎𝐼𝐼𝐼
circunferencias (con el parámetro 𝑛2 2 ), todas ellas con centro en el punto 𝐶 ( 2
, 0), y
cuyos radios están dados por:

1⁄
𝜎𝐼 − 𝜎𝐼𝐼𝐼 2
𝑟= [ + 𝑛2 2 (𝜎𝐼𝐼 − 𝜎𝐼𝐼𝐼 )(𝜎𝐼𝐼 − 𝜎𝐼 )] (5.54)
2

Como 𝜎𝐼 ≥ 𝜎𝐼𝐼 ≥ 𝜎𝐼𝐼𝐼 el término 𝑛2 2 (𝜎𝐼𝐼 − 𝜎𝐼𝐼𝐼 )(𝜎𝐼𝐼 − 𝜎𝐼 ) es en general negativo (los dos
primeros factores son positivos, pero el tercero, (𝜎𝐼𝐼 − 𝜎𝐼 ), es negativo) con un valor nulo cuando
𝜎 −𝜎
𝑛2 = 0. Así, la mayor circunferencia de la familia dada por 5.51 tiene un radio 𝑟𝑚á𝑥 = 𝐼 𝐼𝐼𝐼 ,
2
que corresponde al valor de 𝑛2 = 0. Esta circunferencia aparece en la figura 5.6 como la
circunferencia 𝐶2 . Cada uno de los puntos de esta circunferencia corresponde a una posible
orientación de la superficie que contiene al punto y cuyo vector normal tiene un primer
componente 𝑛2 = 0, lo que implica que vector normal 𝑛̂ es perpendicular al eje coordenado
(principal) 𝑋2 . Las coordenadas (𝑡𝑛 , 𝑡𝑐 ) de cada punto de la circunferencia corresponden a los
componentes normal y cortante del vector de esfuerzo. La circunferencia máxima 𝐶2 corta al eje

de los esfuerzos normales en los puntos (𝜎𝐼𝐼𝐼 , 0), que corresponde a los vectores normales ± 𝑘 =


(0, 0, ± 1), y en (𝜎𝐼 , 0), que corresponde a los vectores normales ± 𝑖 = (± 1, 0, 0). La menor de las

𝜎 − 2𝜎 + 𝜎
circunferencias de esta familia tiene un radio 𝑟𝑚í𝑛 = 𝐼 𝐼𝐼
2
𝐼𝐼𝐼
. El espacio de soluciones
viables para esta segunda familia de circunferencias es el ánulo comprendido entre estas dos
circunferencias extremas, que tampoco se muestra en la figura 5.6 pero que también puede ser
fácilmente imaginado.

Por último, la ecuación 5.52 corresponde a una familia de circunferencias (con el parámetro
𝜎𝐼 + 𝜎𝐼𝐼
𝑛3 2 ), todas ellas con centro en el punto 𝐶 ( , 0), y cuyos radios están dados por:
2

1⁄
𝜎𝐼 − 𝜎𝐼𝐼 2
𝑟= [ 2
+ 𝑛3 2 (𝜎𝐼𝐼𝐼 − 𝜎𝐼 )(𝜎𝐼𝐼𝐼 − 𝜎𝐼𝐼 )] (5.55)

Como σI ≥ σII ≥ σIII el término 𝑛3 2 (𝜎𝐼𝐼𝐼 − 𝜎𝐼 )(𝜎𝐼𝐼𝐼 − 𝜎𝐼𝐼 ) es en general positivo, con un valor
nulo cuando 𝑛3 = 0. Así, la menor de esta tercer familia de circunferencia dada por 5.52 tiene un
𝜎 −𝜎
radio 𝑟𝑚í𝑛 = 𝐼 𝐼𝐼 , que corresponde al valor de 𝑛3 = 0. Esta circunferencia aparece en la
2
figura 5.6 como la circunferencia 𝐶3 . Cada uno de los puntos de esta circunferencia corresponde a
una posible orientación de la superficie que contiene al punto y cuyo vector normal tiene un
primer componente 𝑛3 = 0, lo que implica que vector normal 𝑛̂ es perpendicular al eje
coordenado (principal) 𝑋3 . Las coordenadas (𝑡𝑛 , 𝑡𝑐 ) de cada punto de la circunferencia
corresponden a los componentes normal y cortante del vector de esfuerzo. La circunferencia
mínima 𝐶3 corta al eje de los esfuerzos normales en los puntos (𝜎𝐼𝐼 , 0), que corresponde a los
∧ ∧
vectores normales ± 𝑗 = (0, ± 1, 0), y en (𝜎𝐼 , 0), que corresponde a los vectores normales ± 𝑖 =
− −
𝜎𝐼 + 𝜎𝐼𝐼 − 2 𝜎𝐼𝐼𝐼
(± 1, 0, 0). La mayor de las circunferencias de esta familia tiene un radio 𝑟𝑚á𝑥 = . El 2
espacio de soluciones viables para esta segunda familia de circunferencias es el ánulo
comprendido entre estas dos circunferencias extremas, que tampoco se muestra en la figura 5.6
pero que también puede ser fácilmente imaginada. La zona de soluciones viables considerando a
las tres familias, es la intersección de los tres ánulos, que corresponde al área sombreada en verde
en la figura 5.6.

De un simple vistazo es obvio que el esfuerzo normal máximo es 𝜎𝐼 , que éste se presenta en
superficies normales al eje principal 𝑋1 , y que allí el esfuerzo cortante es nulo. El punto
correspondiente a este estado de esfuerzos es la intersección (en común) de las circunferencias
𝐶2 (sobre la cual 𝑛3 = 0) y 𝐶3 (sobre la cual 𝑛2 = 0) en la figura 5.6. Claramente allí 𝑛̂ = (± 1, 0, 0).
𝜎𝐼 − 𝜎𝐼𝐼𝐼
Asimismo, el esfuerzo cortante máximo es 𝑡𝑐 𝑚á𝑥𝑖𝑚𝑜 = 2
, y se presenta sobre las
∧ √2 √2 ∧ √2 √2
cuatro superficies cuyas normales son los vectores 𝑛1 = ( 2 , 0 , 2
) , 𝑛2 = (−
2
,0 ,
2
),
− −
∧ √2 √2 ∧ √2 √2
𝑛3 = ( ,0 ,− ), y 𝑛4 = (− ,0 ,− ).
− 2 2 − 2 2

Se puede mostrar muy fácilmente que, para un estado de esfuerzos dado por un punto en esta
construcción:
 Si el punto cae sobre alguna de las circunferencias límite, hay 4 superficies que describen
el estado de esfuerzos.
 Si el punto cae dentro de la zona sombreada, existen 8 superficies que describen el estado
de esfuerzos.
 Todo estado de esfuerzos que quede fuera de la región sombreada, es imposible.
5.5 La cuádrica de esfuerzos de Cauchy

En un punto P dado, para un marco cartesiano local con origen en el punto y ejes Γ1 , Γ2 𝑦 Γ3
paralelos a los ejes coordenados X1 , Χ 2 𝑦 Χ 3 , la ecuación:

𝜎𝑖𝑗 𝛾𝑖 𝛾𝑗 = ± 𝑘 2 (5.56)

representa geométricamente a una familia de superficies cuadráticas que tienen un centro común
en ese punto. El vector de posición 𝑥 de un punto arbitrario que esté sobre la superficie cuadrática

tendrá como componentes 𝛾𝑖 = 𝑟 𝑛𝑖 , en donde 𝑛𝑖 es el vector normal unitario en la dirección
de 𝑥 . El componente normal 𝑡𝑛 𝑛𝑖 del vector de esfuerzo en el punto P tiene una magnitud dada

por:
∧ ∧
𝑡𝑛 = 𝑛 ∙ 𝑡( 𝑛 ) = 𝜎𝑖𝑗 𝑛𝑖 𝑛𝑗 (5.57)
− − −

Si la constante 𝑘 2 se hace igual a 𝑡𝑛 𝑟 2 , la cuádrica dada en 5.56, llamada ahora “cuádrica de


esfuerzos de Cauchy”, queda como:

𝜎𝑖𝑗 𝛾𝑖 𝛾𝑗 = ± 𝑡𝑛 𝑟 2 (5.58)

Figura 5.6. Circulos de Mohr para los esfuerzos. La región sombreada


en verde corresponde a los estados de esfuerzos posibles.

De ésta se observa que la magnitud del componente normal 𝑡𝑛 del vector de esfuerzo que actúa
sobre una superficie normal infinitesimal dA perpendicular al vector de posición 𝑥 de un punto

situado sobre la cuádrica de esfuerzos de Cauchy, será inversamente proporcional a 𝑟 2 , es decir:
𝑘2
𝑡𝑛 = ± 𝑟2 (5.59)

5.6 Descomposición del tensor de esfuerzos en su parte isótropa y su parte extra

En la sección 2.11 se introdujo la definición de un tensor isótropo, y la descomposición de un


tensor de orden dos en sus partes isótropa y extra. Para en tensor de esfuerzos, se tiene la
ecuación 4.58 del capítulo 4:

𝜎𝑖𝑗 = −𝑝𝛿𝑖𝑗 + 𝜏𝑖𝑗 (4.58)

donde − 𝑝 𝛿𝑖𝑗 es la parte isótropa del tensor de esfuerzos, y el tensor 𝜏𝑖𝑗 es conocido como el
1
“tensor extra de esfuerzos”, o “tensor desviador” de esfuerzos. Aquí, − 𝑝 = 3 𝜎𝑙𝑙 es la presión
mecánica, igual a un tercio de la traza del esfuerzo. Esta descomposición acostumbra hacerse
siempre que se trata con fluidos, como se verá en el capítulo 7, donde se tratan las ecuaciones
constitutivas para el esfuerzo.

-----------
Ejercicios

5.1 En un instante dado, en un punto de una pieza de acero (𝐸 = 210 𝐺𝑃𝑎, 𝜈 = 0,3) los esfuerzos
principales tienen los siguientes valores: 𝜎𝐼 = 120 𝑀𝑃𝑎 , 𝜎𝐼𝐼 = 60 𝑀𝑃𝑎 , 𝜎𝐼𝐼𝐼 = −40 𝑀𝑃𝑎 .
a) Trazar los círculos de Mohr para ese punto en ese instante.
b) En ese punto, sobre un cierto plano que lo contiene, el esfuerzo cortante es 𝜏𝑐 = 70 𝑀𝑃𝑎.
¿Cuál es el esfuerzo normal sobre ese plano?
c) En el mismo punto, pero sobre otro plano, el esfuerzo cortante es 𝜏𝑐 = 50 𝑀𝑃𝑎. ¿Dentro
de qué rango de valores está el esfuerzo normal sobre ese plano en ese punto?

5.2 El estado de esfuerzos en un punto y un instante determinados, el estado de esfuerzos es:


3 1 1
𝜎 = (1 0 2) 𝑀𝑃𝑎
=
1 2 0
a) Hallar sus valores y sus direcciones principales.
b) Hallar los esfuerzos normal y cortante máximos.
c) Determinar la orientación de las superficies sobre las cuales 𝜎𝑛 = 𝜏𝑐 = 2 𝑀𝑃𝑎.
d) Trazar los círculos de Mohr.
6 ANÁLISIS DE DEFORMACIONES

INTRODUCCIÓN

La deformación -definida en los diccionarios como un “cambio en la forma original”- en


cualquier medio continuo se puede describir como recuperable, condición que se define como
“elástica” o, en su defecto, puede ser permanente o “plástica”. El rango elástico de la deformación
se presenta previo a la existencia de las deformaciones no recuperables. En una gran variedad de
materiales de ingeniería, como por ejemplo los metales tratados térmicamente y sus aleaciones, y
también los materiales cerámicos, las deformaciones elásticas son usualmente muy pequeñas,
razón por la cual se tratan como “infinitesimales”. Por otro lado, es común en la actualidad
encontrar cada vez más materiales como los elastómeros, que se caracterizan por presentar
grandes deformaciones elásticas, las cuales no pueden tratarse como infinitesimales y se
describen entonces como “deformaciones finitas”.

Las deformaciones plásticas normalmente presentan mayores magnitudes que las encontradas
en el rango elástico; en contraste, en los materiales frágiles el rango plástico de la deformación
puede ser despreciable, o de magnitud comparable al elástico, como es el caso de cerámicas y
metales con tratamientos térmicos muy endurecedores. Por su parte, los metales suaves y muchos
de los polímeros se caracterizan por alcanzar grandes deformaciones no recuperables antes de
fracturarse.

Resulta evidente que la descripción de la deformación dependerá de las magnitudes que ésta
alcance. Las condiciones de desplazamiento infinitesimal permiten la simplificación de las
expresiones para modelarla, sin embargo, para el caso de deformaciones grandes, se incurriría en
graves errores si se tratasen así. En el capítulo 3 se ha descrito la cinemática del medio continuo,
en este nuevo capítulo se tratará cómo describir matemáticamente (mediante tensores de orden
dos) de una manera sencilla, las deformaciones y los flujos de la materia considerada como un
medio continuo.

6.1 Criterios de deformación

En la mecánica clásica se define un “cuerpo rígido” como aquel que no se deforma por grandes
que sean las cargas a las que se le someta. Esta mera idealización se expresa matemáticamente
modelando la distancia entre cualesquier par de partículas como permaneciendo constante. Esto
se hace comparando dos configuraciones del cuerpo: una sería la “configuración de referencia”, en
donde -como se discutió en el capítulo 3- por definición, las coordenadas de las partículas son sus
coordenadas materiales 𝜁1 , 𝜁2 𝑦 𝜁3 . La condición de no deformación en una vecindad material de
un cuerpo se expresaría igualando las magnitudes de las distancias entre dos partículas de la
vecindad, en ambas configuraciones. En la configuración de referencia la distancia entre éstas
estaría dada por la magnitud del vector infinitesimal 𝑑𝜁, que es |𝑑𝜁| = 𝑑𝜁 , y en la configuración
posterior, por la magnitud del vector infinitesimal 𝑑𝑥, que es |𝑑𝑥| = 𝑑𝑥. Ambos vectores y sus
magnitudes se muestran en la figura 6.1, que representa a un cuerpo en dos configuraciones: una
de referencia en donde las partículas ocupan una posición dada por sus coordenadas materiales, y
otra en donde cada partícula ocupa una posición en el espacio dada por un vector de posición 𝑥 .
En esta figura las partículas P y Q idealmente se encuentran muy próximas entre sí, aunque en la
figura su separación está exagerada con fines de representación. P y Q pertenecen a la misma
vecindad de partículas, y la distancia entre ellas es infinitesimalmente pequeña.

Así, la condición de movimiento rígido (sin deformación o flujo), está dada por la ecuación
siguiente:

(6.1)
|𝑑𝑥| − |𝑑𝜁| = 0

Figura 6.1. Configuración de referencia (a la izquierda) y una configuración posiblemente


deformada de un medio continuo. La diferencia en las posiciones de dos partículas P y Q muy
próximas (pertenecen a la misma vecindad material) en la configuración de referencia es 𝑑𝜁 , y en
la configuración “deformada” es 𝑑𝑥 . La diferencia 𝑢 = 𝑥 − 𝜁 entre la posición final y la
− − −
posición inicial de una partícula, por ejemplo P en la figura, es su desplazamiento. El campo de
desplazamientos puede expresarse euleriana o lagrangianamente.

Como es mucho más sencillo tratar con el cuadrado de esas distancias (lo cual se obtiene con un
simple producto punto entre los vectores diferenciales 𝑑𝑥 y 𝑑𝜁 por sí mismos), la ecuación
siguiente, que proporciona exactamente el mismo criterio de rigidez o no deformación, es:

𝑑𝑥 ∙ 𝑑𝑥 − 𝑑𝜁 ∙ 𝑑𝜁 = 0 ó (𝑑𝑥)2 − (𝑑𝜁)2 = 0 (6.2)

Si la ecuación 6.2 se satisface para todos los pares de partículas en la vecindad de ellas, no habrá
ocurrido una deformación, sino a lo más un movimiento rígido de esta vecindad. Pero si 6.2 no se
cumple para las partículas en la misma vecindad, entonces habrá ocurrido una deformación. Esta
deformación se expresará mediante tensores cuyos componentes permiten además interpretar si
las deformaciones son elongaciones o contracciones, si hay deformaciones angulares o cortantes,
etcétera, como se discute a continuación.

6.2 Los tensores euleriano y lagrangiano de deformaciones finitas

La ecuación 6.2 se puede escribir en notación indicial para su mejor manejo, quedando como:

𝑑𝑥𝑖 𝑑𝑥𝑖 − 𝑑𝜁𝑖 𝑑𝜁𝑖 = 0 (6.3)

𝜕𝑥𝑗
Con base en el gradiente material de la posición espacial, 𝐹𝑖𝑗 = 𝜕𝜁𝑖
= ∇𝜁 𝑥 , la ecuación 6.3 se

puede escribir como:

𝜕𝑥𝑖 𝜕𝑥𝑖
𝑑𝑥𝑖 = 𝑑𝜁𝑙 = 𝑑𝜁𝑗 (6.4)
𝜕𝜁𝑙 𝜕𝜁𝑗

Entonces:
(𝑑𝑥)2 − (𝑑𝜁)2 = 𝑑𝑥𝑖 𝑑𝑥𝑖 − 𝑑𝜁𝑖 𝑑𝜁𝑖
𝜕𝑥 𝜕𝑥
= (𝑑𝜁𝑙 𝜕𝜁𝑖) (𝑑𝜁𝑗 𝜕𝜁 𝑖) − 𝑑𝜁𝑖 𝑑𝜁𝑗 𝛿𝑖𝑗 (6.5)
𝑙 𝑗

𝜕𝑥𝑘 𝜕𝑥
= (𝑑𝜁𝑖 ) (𝑑𝜁𝑗 𝑘 ) − 𝑑𝜁𝑖 𝑑𝜁𝑗 𝛿𝑖𝑗
𝜕𝜁𝑖 𝜕𝜁𝑗

𝜕𝑥 𝜕𝑥
= 𝑑𝜁𝑖 [ 𝜕𝜁𝑘 𝜕𝜁𝑘 − 𝛿𝑖𝑗 ] 𝑑𝜁𝑗
𝑖 𝑗

Se define al “tensor lagrangiano de deformaciones finitas” 𝐿𝑖𝑗 (nótese que es simétrico y


adimensional, como los son todos los tensores de deformación) como:

1 𝜕𝑥 𝜕𝑥
𝐿𝑖𝑗 = 2 [ 𝜕𝜁𝑘 𝜕𝜁𝑘 − 𝛿𝑖𝑗 ] = 𝐿 (6.6)
𝑖 𝑗 =

𝜕𝑥𝑘 𝜕𝑥𝑘 𝑇
Al tensor 𝐺𝑖𝑗 = 𝜕𝜁𝑖 𝜕𝜁𝑗
= 𝐹𝑖𝑘 𝐹𝑗𝑘 = ó 𝐺 = ∇𝜁 𝑥 ∙ (∇𝜁 𝑥 ) = 𝐹 ∙ 𝐹 𝑇 (6.7)
= − − = =

se le conoce como “Tensor de deformación de Green”, y será tratado en la sección 6.5, junto con
la “relación de extensión” Λ , definida por:

𝑑𝑥
Λ= 𝑑𝜁
(6.8)

Con el tensor de deformaciones finitas lagrangiano, la ecuación 6.2 se puede reescribir como:
(𝑑𝑥)2 − (𝑑𝜁)2 = 𝑑𝜁 ∙ (2𝐿) ∙ 𝑑𝜁 = 0 (6.9)

Esta es la condición para que no haya una deformación en la vecindad de partículas, pero la
única manera de que 6.9 sea satisfecha, considerando que 𝑑𝜁 ≠ 0 , es que todos los

componentes del tensor 𝐿 sean nulos. Así, cuando 𝐿 ≠ 0 , se tendrá necesariamente algún tipo
= = =
de deformación.

𝜕𝜁
Análogamente, como 𝑑𝜁𝑖 = 𝑑𝑥𝑗 𝜕𝑥𝑖 : (6.10)
𝑗

(𝑑𝑥)2 − (𝑑𝜁)2 = 𝑑𝑥𝑖 𝑑𝑥𝑖 − 𝑑𝜁𝑖 𝑑𝜁𝑖


𝜕𝜁 𝜕𝜁
= 𝑑𝑥𝑖 𝑑𝑥𝑗 𝛿𝑖𝑗 − (𝑑𝑥𝑖 𝜕𝑥𝑘 ) (𝑑𝜁𝑗 𝜕𝑥𝑘 ) (6.11)
𝑖 𝑗

𝜕𝜁 𝜕𝜁
= 𝑑𝑥𝑖 [𝛿𝑖𝑗 − 𝜕𝑥𝑘 𝜕𝑥𝑘 ] 𝑑𝑥𝑗
𝑖 𝑗

Se define ahora al “tensor euleriano de deformaciones finitas” 𝐸𝑖𝑗 (nótese que también es
simétrico y adimensional, como todos los tensores de deformación) como:

1 𝜕𝜁 𝜕𝜁
𝐸𝑖𝑗 = 2 [𝛿𝑖𝑗 − 𝜕𝑥𝑘 𝜕𝑥𝑘 ] (6.12)
𝑖 𝑗

Con éste, la ecuación 6.2 se puede escribir alternativamente como:

(𝑑𝑥)2 − (𝑑𝜁)2 = 𝑑𝑥 ∙ (2𝐸) ∙ 𝑑𝑥 = 0 (6.13)

Es un ejercicio sencillo el mostrar que los tensores de deformaciones finitas se pueden expresar
(como se hará de aquí en adelante) en términos de los gradientes del campo de desplazamientos:

1 𝜕𝑢𝑗 𝜕𝑢 𝜕𝑢𝑘 𝜕𝑢𝑘


𝐿𝑖𝑗 = 2 [ 𝜕𝜁𝑖
+ 𝜕𝜁 𝑖 + 𝜕𝜁𝑖 𝜕𝜁𝑗
] (6.14)
𝑗

1 𝜕𝑢 𝜕𝑢 𝜕𝑢𝑘 𝜕𝑢𝑘
y: 𝐸𝑖𝑗 = 2 [ 𝜕𝑥𝑗 + 𝜕𝑥 𝑖 − 𝜕𝑥𝑖 𝜕𝑥𝑗
] (6.15)
𝑖 𝑗

𝜕𝑢𝑗
El término 𝜕𝜁𝑖
= ∇𝜁 𝑢 es el gradiente material (o lagrangiano) del campo de desplazamientos,

𝜕𝑢𝑗
en tanto que 𝜕𝑥𝑖
= ∇ 𝑢 es su gradiente espacial (euleriano).

6.3 Los tensores euleriano y lagrangiano de deformaciones infinitesimales

Ahora bien, si todos los componentes de los gradientes espacial y material del desplazamiento
fuesen muy pequeños comparados con la unidad, entonces:

1 𝜕𝑢𝑗 𝜕𝑢𝑖 (6.16)


𝐿𝑖𝑗 → 𝑙𝑖𝑗 = [ + ]
2 𝜕𝜁𝑖 𝜕𝜁𝑗

1 𝜕𝑢𝑗 𝜕𝑢𝑖 (6.17)


𝐸𝑖𝑗 → 𝑒𝑖𝑗 = [ + ]
2 𝜕𝑥𝑖 𝜕𝑥𝑗

Cuando los todos componentes de los gradientes de desplazamiento son pequeños


comparados con la unidad, los productos entre éstos resultan aún más pequeños y pueden ser
despreciados, quedando únicamente los términos lineales.

A los tensores lineales 𝑙𝑖𝑗 y 𝑒𝑖𝑗 se les llama “tensores de deformaciones infinitesimales”
lagrangiano y euleriano, respectivamente. De las ecuaciones 6.16 y 6.17, es evidente que los
tensores de deformaciones infinitesimales son las partes simétricas de los gradientes del
desplazamiento.

Si además de que los componentes de los gradientes de desplazamientos sean muy pequeños,
los mismos desplazamientos son pequeños, entonces:

|𝑑𝑥| ≈ |𝑑𝜁| (6.18)

En este caso 𝑙𝑖𝑗 ≈ 𝑒𝑖𝑗 . Esta es la razón de que en la mayoría de los libros de texto sobre
mecánica de materiales sólo se maneje el tensor de deformaciones infinitesimales euleriano
𝑒𝑖𝑗 = 𝑒 . Se presupone (generalmente sin ninguna base sólida), que tanto los componentes de los
=
gradientes del desplazamiento, como los mismos desplazamientos, son muy pequeños. Si las
deformaciones son grandes, los tensores de deformaciones infinitesimales no pasan de ser las
partes simétricas de los gradientes del desplazamiento, pero no pueden usarse para modelar
dichas deformaciones; tendrían que emplearse los tensores no lineales de deformaciones finitas.
Los tensores de deformaciones infinitesimales sólo son aplicables para deformaciones muy
pequeñas, del orden de 0,01 o menores aún.

6.4 Interpretación física de los tensores euleriano y lagrangiano de deformaciones


infinitesimales
Suponiendo que todos los componentes de los gradientes de desplazamiento, y que además los
desplazamientos mismos son muy pequeños (esto es teoría para deformaciones muy pequeñas),
𝐿𝑖𝑗 → 𝑙𝑖𝑗 ≈ 𝑒𝑖𝑗 , y |𝑑𝑥| ≈ |𝑑𝜁| . Con esto, la ecuación 6.5 se puede escribir como:

(𝑑𝑥)2 − (𝑑𝜁)2 = 𝑑𝜁 ∙ (2 𝑙 ) ∙ 𝑑𝜁 ≈ 𝑑𝑥 ∙ (2 𝑒) ∙ 𝑑𝑥 (6.19)


=

El miembro izquierdo de 6.19 se puede factorizar, y después de dividir todos los miembros entre
2
2 |𝑑𝜁| = 2 (𝑑𝜁)2 se obtiene que:

(|𝑑𝑥|+|𝑑𝜁|)(|𝑑𝑥|−|𝑑𝜁|) 𝑑𝜁∙(2𝑙)∙𝑑𝜁 𝑑𝑥∙(2𝑒)∙𝑑𝑥


− −
= ≈ (6.20)
2 (𝑑𝜁)2 2 (𝑑𝜁)2 2 (𝑑𝑥)2

que a su vez conduce a que:

2 |𝑑𝜁| (|𝑑𝑥|−|𝑑𝜁|) 𝑑𝜁 1 𝑑𝜁 ∧ ∧

≈ ∙ 2 (2𝑙 ) ∙ = 𝑛 ∙ 𝑙 ∙𝑛 (6.21)
2 (𝑑𝜁)2 |𝑑𝜁| = |𝑑𝜁| − = −

Finalmente:
|𝑑𝑥|−|𝑑𝜁|
= 𝑛̂ ∙ 𝑙 ∙ 𝑛̂ (6.22)
|𝑑𝜁|

El lado izquierdo de la ecuación 6.22 indica claramente el cambio en la longitud por unidad de
𝑑𝜁 ∧
longitud de un segmento material en la dirección del vector unitario = 𝑛 en la configuración
|𝑑𝜁| −

de referencia. Si el producto 𝑛̂ ∙ 𝑙 ∙ 𝑛̂ resulta positivo, habrá habido una elongación, y si es


negativo, habrá ocurrido un acortamiento en la longitud del segmento material.

∧ ∧
Si en particular 𝑛 = 𝑖 = 𝛿1𝑖 , entonces de 6.22 se obtiene que:
− −

|𝑑𝑥|−|𝑑𝜁| ∆𝐿
= 𝐿0
= 𝛿1𝑖 𝑙𝑖𝑗 𝛿1𝑗 = 𝑙11 (6.23)
|𝑑𝜁|

∧ ∧
Análogamente, si 𝑛 = 𝑗 = 𝛿2𝑖 , entonces:
− −

∆𝐿
𝐿
= 𝛿2𝑖 𝑙𝑖𝑗 𝛿2𝑗 = 𝑙22 (6.24)
∧ ∧ ∆𝐿
y para 𝑛 = 𝑘 = 𝛿3𝑖 : 𝐿
= 𝛿3𝑖 𝑙𝑖𝑗 𝛿3𝑗 = 𝑙33 (6.25)
− −

Así, 𝑙11 , 𝑙22 y 𝑙33 , es decir, los componentes de la diagonal principal de 𝑙𝑖𝑗 (cuando este
tensor se representa en forma matricial), representan los cambios de longitud, por unidad de
longitud, de los segmentos materiales infinitesimales en las direcciones de los ejes coordenados
𝑋1 , 𝑋2 𝑦 𝑋3 . En consecuencia 𝑙11 , 𝑙22 y 𝑙33 son entonces los componentes longitudinales o
“normales” (en analogía con los esfuerzos normales) del tensor de deformaciones infinitesimales
𝑙𝑖𝑗 .

Se mostrará en seguida que los componentes que van fuera de la diagonal principal de 𝑙𝑖𝑗
representan deformaciones angulares o “cortantes”, nuevamente en analogía con los esfuerzos
cortantes. Para mostrar esto, considérese el paralelepípedo infinitesimal mostrado en la figura 6.2,
que puede ser un simple cubo si sus aristas ℎ1 , ℎ2 𝑦 ℎ3 tuviesen la misma longitud. Las aristas de
éste son paralelas a los ejes de coordenados. Considerando que es parte de un cuerpo en su
configuración de referencia, las partículas ocupan posiciones determinadas por coordenadas
materiales. Se ha visto que los componentes 𝑙11 , 𝑙22 y 𝑙33 del tensor lagrangiano de
deformaciones infinitesimales representan los cambios en las longitudes de las aristas, divididas
entre su longitud original, es decir que:

∆ℎ1 ∆ℎ2 ∆ℎ3


𝑙11 = ℎ1
; 𝑙22 = ℎ2
; 𝑙33 = ℎ3
(6.26)

Para mostrar que los componentes de 𝑙 fuera de la diagonal principal corresponden a


=
deformaciones angulares hay que “seguir” a las aristas materiales y comparar su orientación,
desde la configuración de referencia, hasta la configuración “deformada”, en donde las aristas
pueden haber cambiado su dirección. Así, la arista ℎ1 paralela al eje 𝜁1 en la configuración de

referencia, en la configuración deformada apuntará en la dirección de un vector unitario 𝑚1 que

“casi” será paralelo al eje 𝜁1 , pero con componentes no nulos (aunque infinitesimales) en las
direcciones de 𝜁2 y 𝜁3 . La arista ℎ2 , paralela al eje 𝜁2 en la configuración de referencia, luego de

la deformación apuntará en la dirección del vector unitario 𝑚2 que “casi” apuntará en la dirección

de 𝜁2 , pero con componentes infinitesimales no necesariamente nulos en las direcciones de los
ejes 𝜁1 y 𝜁3 .
∧ ∧
El producto punto entre los vectores unitarios 𝑚1 y 𝑚2 será entonces igual al coseno del
− −
nuevo ángulo 𝜃12 que formen las aristas ℎ1 y ℎ2 luego de la deformación. Si el producto punto es
diferente de cero, habrá habido una deformación angular.
Figura 6.2 Paralelepípedo infinitesimal en la configuración de referencia de un medio continuo.

∧ ∧
Para ubicar los vectores unitarios 𝑚1 y 𝑚2 , se puede considerar que las aristas materiales ℎ1
− −
y ℎ2 son vectores infinitesimales definidos por:

ℎ1 = (𝑑𝜁) = (𝑑𝜁 0 0), y ℎ2 = (𝑑𝜁) = (0 𝑑𝜁 0 ) (6.27)


1 2

Luego de la deformación, la arista material ℎ1 = (𝑑𝜁) de la configuración de referencia, será


1

la arista material ℎ1 = (𝑑𝑥)1 en la configuración deformada, y la arista ℎ2 = (𝑑𝜁) luego de la
2
′ ′ ∧ (𝑑𝑥)1
deformación será ℎ2 = (𝑑𝑥)2 . El vector unitario en la dirección de ℎ1 será 𝑚1 = , y el
− |(𝑑𝑥)1 |
∧ (𝑑𝑥)2
vector unitario en la dirección de ℎ2 ′ será 𝑚2 = .
− |(𝑑𝑥)2 |

Ya que el desplazamiento es:


𝑢 =𝑥−𝜁 (6.28)

Se sigue que:
𝑑𝑢 = 𝑑𝑥 − 𝑑𝜁 ↔ 𝑑𝑥 = 𝑑𝜁 + 𝑑𝑢 (6.29)

𝜕𝑢𝑖
Pero 𝑑𝑢𝑖 = 𝑑𝜁𝑘 𝜕𝜁𝑘
ó 𝑑𝑢 = 𝑑𝜁 ∙ ∇𝜁 𝑢 (6.30)

por lo que:
𝑑𝑥 = 𝑑𝜁 + 𝑑𝑢 = 𝑑𝜁 ∙ (𝛿 + ∇𝜁 𝑢) (6.31)

o, en notación indicial:
𝜕𝑢𝑗
𝑑𝑥𝑗 = 𝑑𝜁𝑖 (𝛿𝑖𝑗 + 𝜕𝜁𝑖
) (6.32)
La ecuación vectorial 6.32 es equivalente al sistema de las tres ecuaciones escalares siguientes:

𝜕𝑢1 𝜕𝑢1 𝜕𝑢
𝑑𝑥1 = 𝑑𝜁1 (1 + )+ ) + 𝑑𝜁3 ( 1 )
𝑑𝜁2 (
𝜕𝜁1 𝜕𝜁2 𝜕𝜁3
𝜕𝑢2 𝜕𝑢2 𝜕𝑢
𝑑𝑥2 = 𝑑𝜁1 ( 𝜕𝜁 ) + 𝑑𝜁2 (1 + 𝜕𝜁 ) + 𝑑𝜁3 ( 𝜕𝜁2 ) (6.33)
1 2 3
𝜕𝑢3 𝜕𝑢3 𝜕𝑢3
{ 𝑑𝑥3 = 𝑑𝜁1 ( 𝜕𝜁1 ) + 𝑑𝜁2 ( 𝜕𝜁2 ) + 𝑑𝜁3 (1 + 𝜕𝜁3 )

Así, para la arista ℎ1 = (𝑑𝜁) = (𝑑𝜁 0 0) se tiene que:


1

𝜕𝑢1
𝑑𝑥1 = 𝑑𝜁 (1 + )
𝜕𝜁1
𝜕𝑢
𝑑𝑥2 = 𝑑𝜁 ( 𝜕𝜁2 ) (6.34)
1
𝜕𝑢
{ 𝑑𝑥3 = 𝑑𝜁 ( 𝜕𝜁3 )
1

o, mejor:

𝜕𝑢 𝜕𝑢 𝜕𝑢
(𝑑𝑥)1 = 𝑑𝜁 [(1 + 𝜕𝜁1 ) ( 𝜕𝜁 2 ) ( 𝜕𝜁 3 )] (6.35)
1 1 1

̂ 1 en la dirección de la arista ℎ1 ′ , luego de la deformación, es:


Por lo que el vector unitario 𝑚

(𝑑𝑥)1 𝜕𝑢 𝜕𝑢2 𝜕𝑢3


𝑚
̂1 ≈ 𝑑𝜁
= (1 + 𝜕𝜁 1 𝜕𝜁1 𝜕𝜁1
) (6.36)
1

Procediendo de la misma manera, para la arista ℎ2 = (𝑑𝜁) = (0 𝑑𝜁 0), se tiene que:


2

𝜕𝑢
𝑑𝑥1 = 𝑑𝜁 ( 𝜕𝜁 1 )
2
𝜕𝑢
𝑑𝑥2 = 𝑑𝜁 (1 + 2 ) (6.37)
𝜕𝜁2
𝜕𝑢3
{ 𝑑𝑥3 = 𝑑𝜁 ( 𝜕𝜁 )
2

𝜕𝑢 𝜕𝑢 𝜕𝑢
o, mejor: (𝑑𝑥)2 = 𝑑𝜁 [( 𝜕𝜁 1 ) (1 + 𝜕𝜁2 ) ( 𝜕𝜁 3 )] (6.38)
2 2 2

̂ 2 en la dirección de la arista ℎ2 ′ , luego de la deformación, es entonces:


El vector unitario 𝑚

(𝑑𝑥)2 𝜕𝑢 𝜕𝑢 𝜕𝑢3
𝑚
̂2 ≈ 𝑑𝜁
= ( 𝜕𝜁 1 1 + 𝜕𝜁2 𝜕𝜁2
) (6.39)
2 2
∧ ∧
El producto punto entre 𝑚1 y 𝑚2 será igual al coseno del ángulo que forman; así:
− −

𝜕𝑢1 𝜕𝑢 𝜕𝑢 𝜕𝑢 𝜕𝑢 𝜕𝑢 𝜕𝑢 𝜕𝑢
𝑚
̂1 ∙ 𝑚
̂ 2 = cos 𝜃12 = 𝜕𝜁2
+ 𝜕𝜁1 𝜕𝜁 1 + 𝜕𝜁2 + 𝜕𝜁 2 𝜕𝜁 2 + 𝜕𝜁3 𝜕𝜁 3 (6.40)
1 2 1 1 2 1 2

Como por hipótesis todos los componentes de los gradientes espaciales y materiales del
desplazamiento son muy pequeños comparados con la unidad, los términos cuadráticos se pueden
despreciar, y entonces se obtiene que:

𝜕𝑢1 𝜕𝑢
𝑚
̂1 ∙ 𝑚
̂ 2 = cos 𝜃12 ≈ 𝜕𝜁2
+ 𝜕𝜁2 = 2 𝑙12 (6.41)
1

por lo que:
1 1 𝜋 1 𝜋
𝑙12 = cos 𝜃12 = sin ( − 𝜃12 ) ≈ ( − 𝜃12 ) (6.42)
2 2 2 2 2

De acuerdo con la ecuación 6.42, el componente 𝑙12 es igual a la mitad del coseno del ángulo
que forman las aristas ℎ1 ′ y ℎ2 ′ luego de la deformación. En la configuración de referencia estas
aristas son ortogonales, pero luego de la deformación, si 𝑙12 es positivo, el nuevo ángulo entre las
aristas -representado por 𝜃12 - será agudo, y si 𝑙12 es negativo, 𝜃12 será obtuso.

𝜋
De 6.42: 𝜃12 ≈ 2
− 2 𝑙12 (6.43)

En la ecuación 6.43 es evidente que para valores positivos de 𝑙12 , el ángulo 𝜃12 después de la
deformación será agudo (en la configuración de referencia es un ángulo recto), y para valores
negativos 𝑙12 de será obtuso. En la figura 6.3 se representa la deformación angular de los cuatro
ángulos de la proyección del paralelepípedo sobre el plano coordenado 𝜻𝟏 𝜻𝟐 , suponiendo que
𝑙12 > 0. Nótese que en este caso los ángulos formados por aristas que “apuntan” ambas en los
𝜋 𝜋
sentidos positivos o negativos de los ejes 𝜻𝟏 y 𝜻𝟐 , decrecen de 2 a ( 2 − 2 𝑙12 ) , en tanto que
cuando una de las aristas (originalmente perpendiculares) apunta en el sentido positivo de un eje,
𝜋 𝜋
y la otra en el sentido negativo, el ángulo aumenta de 2 a ( 2 + 2 𝑙12 ).

De la relación 6.43 se puede resumir que:


 Si 𝑙12 > 0 el ángulo entre las aristas ℎ1 ′ y ℎ2 ′ del cubo es agudo (disminuye el ángulo)
 Si 𝑙12 < 0 el ángulo entre las aristas ℎ1 ′ y ℎ2 ′ del cubo es obtuso (aumenta el ángulo)
 Si 𝑙12 = 0 el ángulo entre las aristas ℎ1 ′ y ℎ2 ′ del cubo no cambia y se mantiene recto

Procediendo de la misma manera que se hizo para determinar 𝑙12 se encuentra que:

1 1 𝜋 1 𝜋
𝑙13 = 2 cos 𝜃13 = 2 sin ( 2 − 𝜃13 ) ≈ 2
( 2 − 𝜃13 ) (6.44)

1 1 𝜋 1 𝜋
y que: 𝑙23 = cos 𝜃23 = sin ( − 𝜃23 ) ≈ ( − 𝜃23 ) (6.45)
2 2 2 2 2
Figura 6.3 Deformación angular o cortante de la proyección del paralelepípedo sobre el
𝜋 𝜋
plano coordenado 𝜻𝟏 𝜻𝟐 , cuando 𝑙12 > 0. Aquí 𝜃12 ≈ 2 − 2 𝑙12 y 𝜃 ′12 ≈ 2 + 2 𝑙12 .

6.5 Interpretación física de los tensores de deformaciones finitas

Cuando las deformaciones longitudinales y angulares dejan de ser pequeñas, los tensores 𝑙𝑖𝑗 y
𝑒𝑖𝑗 no pueden modelarlas, y en su lugar habrá que manejar los tensores de deformaciones finitas
𝐿𝑖𝑗 y 𝐸𝑖𝑗 .

Para interpretar los componentes de estos tensores no lineales se recurre a la “relación de


extensión” definida en la ecuación 6.8 (asociada a la dirección del vector infinitesimal 𝑑𝜁 ,

∧ 𝑑𝜁
determinada por el vector unitario 𝑚 = −
𝑑𝜁
):

∧ 𝑑𝑥
Λ (𝑚)= (6.46)
− 𝑑𝜁


La relación entre el cambio de longitud por unidad de longitud 𝐿 (𝑚 ), llamado en algunos

textos como “deformación longitudinal unitaria” o “alargamiento unitario”, y la relación de

extensión Λ ( 𝑚 ) es claramente:

∧ 𝑑𝑥−𝑑𝜁 𝑑𝑥 ∧
𝐿 (𝑚 ) = = −1= Λ (𝑚)−1 (6.47)
− 𝑑𝜁 𝑑𝜁 −

Ahora bien, el cuadrado de la relación de extensión es:

∧ 𝑑𝑥 2 𝑑𝑥 ∙ 𝑑𝑥 𝑑𝑥𝑖 𝑑𝑥𝑖 1 𝜕𝑥𝑘 𝜕𝑥𝑘


Λ2 ( 𝑚 ) = 𝑑𝜁2 = −
𝑑𝜁 2

= 𝑑𝜁 𝑑𝜁
= 𝑑𝜁 𝑑𝜁
(𝑑𝜁𝑖 𝜕𝜁𝑖
𝑑𝜁𝑗 𝜕𝜁𝑗
) = 𝑚𝑖 𝐺𝑖𝑗 𝑚𝑗 (6.48)

𝜕𝑥𝑘 𝜕𝑥𝑘
en donde 𝐺𝑖𝑗 = 𝜕𝜁𝑖 𝜕𝜁𝑗
es el tensor de deformación de Green definido ya en 6.7.
∧ ∧
Para la arista ℎ1 del cubo mostrado en la figura 6.2, 𝑚 = 𝑖 = (1 0 0) = 𝛿1𝑖 , de modo que,
− −
de 6.48:


Λ2 ( 𝑖 ) = 𝛿1𝑖 𝐺𝑖𝑗 𝛿1𝑗 = 𝐺11 (6.49)

𝜕𝑥𝑘 𝜕𝑥𝑘 𝜕𝑥1 𝜕𝑥1 𝜕𝑥2 𝜕𝑥2 𝜕𝑥3 𝜕𝑥3


Pero, de acuerdo con 6.7, 𝐺11 = 𝜕𝜁1 𝜕𝜁1
= 𝜕𝜁1 𝜕𝜁1
+ 𝜕𝜁1 𝜕𝜁1
+ 𝜕𝜁1 𝜕𝜁1
(6.50)

Y como 𝑥𝑘 = 𝑢𝑘 − 𝜁𝑘 , al sustituir en 6.50 se obtiene que:

𝜕𝑢1 𝜕𝑢1 2 𝜕𝑢2 2 𝜕𝑢3 2


𝐺11 = 1 + 2 + ( ) +( ) + ( ) = 1 + 2 𝐿11 (6.51)
𝜕𝜁1 𝜕𝜁1 𝜕𝜁1 𝜕𝜁1

De modo que:

Λ ( 𝑖 ) = √1 + 2 𝐿11 (6.52)

Procediendo análogamente se encuentra que:


∧ ∧
Λ ( 𝑗 ) = √1 + 2 𝐿22 y Λ ( 𝑘 ) = √1 + 2 𝐿33 (6.53)
− −

De lo anterior, las deformaciones longitudinales (o alargamientos) unitarios en las direcciones


de los ejes coordenados, están dados por:


L ( 𝑖 ) = √1 + 2 𝐿11 − 1


L ( 𝑗 ) = √1 + 2 𝐿22 − 1 (6.54)


{ L(𝑘

) = √1 + 2 𝐿33 − 1

Para las aristas ℎ1 y ℎ2 de la figura 6.2, el ángulo que forman luego de la deformación,
originalmente recto, queda dado por:

𝜋 2 𝐿12 2 𝐿12
cos (𝜃12 ) = 𝑠𝑒𝑛 ( − 𝜃12 ) = ∧ ∧ = (6.55)
2 Λ( 𝑖 ) Λ( 𝑗 ) √1+𝐿11 √1+𝐿22
− −

Análogamente, se obtiene que:

𝜋 2 𝐿13 2 𝐿13
cos (𝜃13 ) = 𝑠𝑒𝑛 ( 2 − 𝜃13 ) = ∧ ∧ = (6.56)
Λ( 𝑖 ) Λ( 𝑘 ) √1+𝐿11 √1+𝐿33
− −
𝜋 2 𝐿23 2 𝐿23
Y cos (𝜃23 ) = 𝑠𝑒𝑛 ( − 𝜃23 ) = ∧ ∧ = (6.57)
2 Λ( 𝑗 ) Λ( 𝑘 ) √1+𝐿22 √1+𝐿33
− −

Se puede proceder de la misma manera para interpretar los componentes del tensor de
deformaciones finitas euleriano 𝐸𝑖𝑗 .

6.6 Valores principales de los tensores de deformación

Los tensores de deformaciones, tanto finitas como infinitesimales, son adimensionales


y simétricos. Entonces sus tres valores principales son números reales que pueden
obtenerse mediante el procedimiento descrito en el capítulo 2. La suma de estos valores
principales es igual al primer invariante fundamental de los tensores. Para el caso de los tensores
de deformaciones infinitesimales, esta traza corresponde al cambio de volumen por unidad de
volumen en el movimiento del cuerpo.

Para mostrar esto, considérese nuevamente el paralelepípedo material mostrado en la figura


6.2. Referido a ejes principales, el tensor de deformaciones infinitesimales lagrangianos se expresa
como:

𝑙𝐼 0 0
𝑙 = (0 𝑙𝐼𝐼 0) (6.58)
=
0 0 𝑙𝐼𝐼𝐼

El volumen del paralelepípedo antes de la deformación es:

⩝𝑖 = ℎ1 ℎ2 ℎ3 (6.59)

Después de la deformación el volumen será:

⩝𝑓 = ℎ1 (1 + 𝑙𝐼 ) ℎ2 (1 + 𝑙𝐼𝐼 ) ℎ3 (1 + 𝑙𝐼𝐼𝐼 ) (6.60)

El cambio de volumen por unidad de volumen por:

∆⩝ ℎ1 ℎ2 ℎ3 [1+𝑙𝐼 +𝑙𝐼𝐼 +𝑙𝐼𝐼𝐼 +𝑙𝐼 𝑙𝐼𝐼 +𝑙𝐼 𝑙𝐼𝐼𝐼 +𝑙𝐼𝐼 𝑙𝐼𝐼𝐼 +𝑙𝐼 𝑙𝐼𝐼 𝑙𝐼𝐼𝐼 ]− ℎ1 ℎ2 ℎ3
= (6.61)
⩝𝑖 ℎ1 ℎ2 ℎ3

Despreciando los términos no lineales:


∆⩝
⩝𝑖
= 𝑙𝐼 + 𝑙𝐼𝐼 + 𝑙𝐼𝐼𝐼 = 𝑇𝑟𝑎𝑧𝑎 ( 𝑙 ) (6.62)
=

Es decir, que:
∆⩝
⩝𝑖
= 𝑙𝑖𝑖 (6.63)
6.7 Círculos de Mohr para deformaciones

|𝑑𝑥|−|𝑑𝜁|
La ecuación 6.22, 𝑙𝑛 = = 𝑛̂ ∙ 𝑙 ∙ 𝑛̂ , que representa deformaciones infinitesimales
|𝑑𝜁|
normales, es completamente análoga a la ecuación 𝑡𝑛 = 𝑛̂ ∙ 𝜎 ∙ 𝑛̂ . Asimismo, las relaciones entre
=
los componentes cortantes y normales, además del hecho de que el vector 𝑛̂ es unitario son
analogías entre el tensor de esfuerzos y los tensores de deformaciones infinitesimales lagrangiano
y euleriano. Debido a la completa analogía entre las ecuaciones que determinan los componentes
normales y cortantes de las deformaciones infinitesimales y los esfuerzos normales y cortantes, se
pueden determinar tres familias de circunferencias de Mohr para las deformaciones, que se
muestran en la figura 6.4 siguiente para el caso lagrangiano (para el caso euleriano el
procedimiento para trazar los círculos de Mohr es enteramente igual).

Figura 4.4 Círculos de Mohr para deformaciones.

6.8 El tensor de rapidez de deformación 𝑫 y el vector vorticidad 𝝎


= −

Cuando se modela el escurrimiento de fluidos, no tiene mucho sentido recurrir a la deformación,


sino más bien la rapidez con la que ocurre la deformación, que es el flujo. Así, si en lugar del
campo de desplazamientos se considera en campo de velocidades, el tensor rapidez de
deformación se define como la parte simétrica del gradiente espacial de la velocidad, que
descompuesto en sus partes simétrica y antisimétrica expresa como:

𝜕𝑣𝑗 1 𝜕𝑣𝑗 𝜕𝑣𝑖 1 𝜕𝑣𝑗 𝜕𝑣𝑖


∇𝑣 = = ( + )+ ( − ) (6.64)
𝜕𝑥𝑖 2 𝜕𝑥𝑖 𝜕𝑥𝑗 2 𝜕𝑥𝑖 𝜕𝑥𝑗

donde la parte simétrica es el tensor de rapidez de deformación 𝐷𝑖𝑗 , y la parte antisimétrica es el


tensor vorticidad 𝛺𝑖𝑗 , que así quedan definidos por:

1 𝜕𝑣𝑗 𝜕𝑣𝑖
𝐷𝑖𝑗 = ( + ) (6.65)
2 𝜕𝑥𝑖 𝜕𝑥𝑗

1 𝜕𝑣𝑗 𝜕𝑣𝑖 (6.66)


𝛺𝑖𝑗 = ( − )
2 𝜕𝑥𝑖 𝜕𝑥𝑗

De acuerdo a las relaciones 6.64, 6.65 y 6.66 es conveniente observar que:

 El gradiente de velocidad ∇𝑣 tiene nueve componentes independientes; su parte simétrica


–que es el tensor de rapidez de deformación 𝐷𝑖𝑗 - tiene seis componentes independientes,
y la parte antisimétrica –el tensor de vorticidad Ω𝑖𝑗 - tiene sólo tres.
 El tensor de rapidez de deformación 𝐷𝑖𝑗 es la derivada lagrangiana del tensor de
.
deformaciones infinitesimales euleriano. Es decir que 𝐷 = 𝑒 .
= =
1 𝜕𝑣𝑖 𝜕𝑣𝑖 𝜕𝑣𝑖
 𝐷𝑖𝑖 = (
2 𝜕𝑥𝑖
+ 𝜕𝑥𝑖
) = 𝜕𝑥𝑖
; es decir que la traza de 𝐷𝑖𝑗 es la divergencia de la velocidad,
que es igual a cero para el caso de un flujo incompresible.
 En ingeniería y ciencias, en vez del tensor de vorticidad Ω𝑖𝑗 , es mucho más común utilizar
el vector vorticidad 𝜔𝑖 , que es el rotacional de la velocidad; es decir:

𝜕𝑣𝑗 𝜕𝑣3 𝜕𝑣2 𝜕𝑣1 𝜕𝑣3 𝜕𝑣2 𝜕𝑣1


𝜔𝑖 = 𝜀𝑖𝑗𝑘 =( − − − ) (6.67)
𝜕𝑥𝑖 𝜕𝑥2 𝜕𝑥3 𝜕𝑥3 𝜕𝑥1 𝜕𝑥1 𝜕𝑥2

Los componentes del tensor de rapidez de deformación (que en el sistema internacional de


unidades SI se mide en s-1, o bien en radianes/s) representan lo siguiente: los que aparecen en la
diagonal principal son las rapideces de alargamiento por unidad de longitud de segmentos
materiales alineados en las direcciones de los ejes coordenados; los que aparecen fuera de la
diagonal principal representan rapideces de deformación angular (aquí las unidades rad/s cobran
completo sentido) de las aristas de un cubo material que apuntan originalmente en la dirección de
dos ejes coordenados perpendiculares.

𝜕𝑣1 1 𝜕𝑣2 𝜕𝑣1 1 𝜕𝑣3 𝜕𝑣1


𝜕𝑥1
( +
2 𝜕𝑥1 𝜕𝑥2
) ( +
2 𝜕𝑥1 𝜕𝑥3
)
1 𝜕𝑣1 𝜕𝑣 𝜕𝑣2 1 𝜕𝑣3 𝜕𝑣2
𝐷= (
2 𝜕𝑥2
+ 𝜕𝑥2 ) 𝜕𝑥2
( +
2 𝜕𝑥2 𝜕𝑥3
) (6.68)
= 1
1 𝜕𝑣1 𝜕𝑣 1 𝜕𝑣2 𝜕𝑣3 𝜕𝑣3
(2 (𝜕𝑥3 + 𝜕𝑥3 ) ( +
2 𝜕𝑥3 𝜕𝑥2
) 𝜕𝑥3 )
1
En el Apéndice 3 de este libro aparecen los componentes del tensor rapidez de deformación en
coordenadas cilíndricas y esféricas, además de las cartesianas de los componentes de 6.68.

El tensor de vorticidad, por ser antisimétrico, sólo tiene tres componentes independientes, que
son los componentes de la velocidad de rotación rígida 𝑤 de una vecindad de partículas. Estos

componentes son 𝑤1 = Ω23 , 𝑤2 = Ω31 y 𝑤3 = Ω12 , que aparecen resaltados en rojo en
6.69.

𝟏 𝝏𝒗 𝝏𝒗 1 𝜕𝑣3 𝜕𝑣
0 𝒘𝟑 = 𝟐 (𝝏𝒙𝟐 − 𝝏𝒙𝟏) ( − 𝜕𝑥1 )
2 𝜕𝑥1
𝟏 𝟐 3
1 𝜕𝑣1 𝜕𝑣 𝟏 𝝏𝒗𝟑 𝝏𝒗
Ω= ( − 𝜕𝑥2 )
2 𝜕𝑥2
0 𝒘𝟏 = 𝟐 (𝝏𝒙 − 𝝏𝒙𝟐) (6.69)
= 1 𝟐 𝟑
𝟏 𝝏𝒗𝟏 𝝏𝒗𝟑 1 𝜕𝑣2 𝜕𝑣3
(𝒘𝟐 = 𝟐 (𝝏𝒙𝟑 − 𝝏𝒙𝟏) (
2 𝜕𝑥3

𝜕𝑥2
) 0 )

En lugar del tensor de vorticidad se acostumbra emplear el vector vorticidad, que es el rotacional
de la velocidad definido en la ecuación 6.67:

𝜕𝑣 𝜕𝑣 𝜕𝑣1 𝜕𝑣 𝜕𝑣2 𝜕𝑣
𝜔 = ∇ × 𝑣 = (𝜕𝑥3 − 𝜕𝑥2 𝜕𝑥3
− 𝜕𝑥3 𝜕𝑥1
− 𝜕𝑥1 ) (6.70)
− − 2 3 1 2

De 6.69 y 6-70 se observa que el vector vorticidad 𝜔 es el doble de la velocidad de rotación



rígida 𝑤 de un elemento o vecindad de partículas de un cuerpo, es decir que:

𝜔 =∇ × 𝑣 =2𝑤 (6.71)
− − −

6.9 Ecuaciones de compatibilidad

Al ser simétricos los tensores de deformaciones (tanto finitas como infinitesimales), cada uno
de ellos tiene en principio seis componentes independientes. Sin embargo, como cada
componente está en términos de derivadas parciales del desplazamiento, que es un vector y como
tal tiene sólo tres componentes independientes, los componentes de estos tensores deberán
satisfacer condiciones que permitan la compatibilidad entre las definiciones de éstos y el número
de componentes independientes en los tensores. Estas condiciones son plasmadas en las llamadas
“ecuaciones de compatibilidad” que se presentan en esta sección.

Si por ejemplo, los seis componentes del tensor de deformaciones infinitesimales euleriano 𝑒𝑖𝑗
se definen explícitamente como funciones de las coordenadas espaciales (y del tiempo), se
tendrían seis ecuaciones diferenciales parciales cuya solución serían los tres componentes 𝑢𝑖 del
vector desplazamiento. Habría más ecuaciones que funciones incógnita, y el sistema estaría sobre
determinado, como se muestra abajo. Las ecuaciones de compatibilidad evitan esta sobre
determinación.
u1 1  u u  1  u u  
e11  e12   2  1  e13   3  1  
x1 2  x1 x2  2  x1 x3  (6.72)

u2 1  u3 u2  u3 
e22  e23     e33  
x2 2  x2 x3  x3 

u1  u1  x, t  

Arriba se tienen seis ecuaciones, con las siguientes tres u2  u2  x, t   (6.73)
incógnitas que aparecen a la derecha:
u3  u3  x, t  

Hay así más ecuaciones que incógnitas, por lo tanto las funciones 𝑒𝑖𝑗 ( 𝑥 ; 𝑡 ) no pueden ser

arbitrarias, sino que deben satisfacer condiciones necesarias y suficientes, que son las llamadas
“ecuaciones de compatibilidad”. En el caso del tensor euleriano de deformaciones infinitesimales,
las ecuaciones de compatibilidad son las seis ecuaciones que resultan ser independientes en la
siguiente ecuación tensorial de cuarto orden (equivalente a un sistema de 81 ecuaciones
escalares, con sólo seis de ellas independientes):

𝜕 2 𝑒𝑘𝑛 𝜕 2 𝑒𝑙𝑚 𝜕 2 𝑒𝑘𝑚 𝜕 2 𝑒𝑙𝑛


+ − − =0 (6.74)
𝜕𝑥𝑙 𝜕𝑥𝑚 𝜕𝑥𝑘 𝜕𝑥𝑛 𝜕𝑥𝑙 𝜕𝑥𝑛 𝜕𝑥𝑘 𝜕𝑥𝑚

Las seis ecuaciones independientes, de entre las 81 de ellas dadas en 6.74, son las siguientes:

𝜕 2 𝑒11 𝜕 2 𝑒22 𝜕 2 𝑒12


+ =2 (6.75)
𝜕𝑥2 2 𝜕𝑥1 2 𝜕𝑥1 𝜕𝑥2

𝜕 2 𝑒11 𝜕 2 𝑒33 𝜕 2 𝑒13


+ =2 (6.76)
𝜕𝑥3 2 𝜕𝑥1 2 𝜕𝑥1 𝜕𝑥3

𝜕 2 𝑒22 𝜕 2 𝑒33 𝜕 2 𝑒23


+ =2 (6.77)
𝜕𝑥3 2 𝜕𝑥2 2 𝜕𝑥2 𝜕𝑥3

𝜕 𝜕𝑒23 𝜕𝑒13 𝜕𝑒12 𝜕 2 𝑒11


(− + + )= (6.78)
𝜕𝑥1 𝜕𝑥1 𝜕𝑥2 𝜕𝑥3 𝜕𝑥2 𝜕𝑥3

𝜕 𝜕𝑒23 𝜕𝑒13 𝜕𝑒12 𝜕 2 𝑒22


( − + )= (6.79)
𝜕𝑥2 𝜕𝑥1 𝜕𝑥2 𝜕𝑥3 𝜕𝑥1 𝜕𝑥3

𝜕 𝜕𝑒23 𝜕𝑒13 𝜕𝑒12 𝜕 2 𝑒33


( + − )= (6.80)
𝜕𝑥3 𝜕𝑥1 𝜕𝑥2 𝜕𝑥3 𝜕𝑥1 𝜕𝑥2

Para el caso plano (sobre el plano 𝑋1 𝑋2 ) solamente se aplica la ecuación 6.75.


Obtener el tensor de deformaciones a partir del campo de desplazamientos es muy sencillo,
pero obtener el campo de desplazamientos a partir de las deformaciones por lo general es muy
laborioso, como se muestra en el ejercicio 8 al final del Capítulo 8, en donde se trata de
determinar el campo de desplazamientos en una barra cilíndrica sometida a torsión, a partir del
campo de deformaciones que la torsión le ocasiona. Para resolver ese problema, lo primero que
se debe hacer es verificar que se satisfacen las seis ecuaciones de compatibilidad, y en seguida se
procede a integrar los componentes del tensor de deformaciones infinitesimales euleriano.
Para entender un poco más el significado físico de las ecuaciones de compatibilidad se puede
imaginar un cuerpo bidimensional construido con un gran número de elementos cuadrados.
Cuando el cuerpo es sometido a esfuerzos los elementos se deforman. Se puede entonces
determinar el campo de deformaciones midiendo los cambios en las longitudes y los cambios en
los ángulos entre las aristas de todos los elementos originalmente cuadrados. Este procedimiento
teóricamente es efectuado derivando los componentes del campo de desplazamientos obtenido
luego de la medición.
Ahora, al considerar el problema inverso, es decir al suponer que se tiene un gran número de
elementos ya deformados, éstos deben poderse ensamblar de modo que no aparezcan huecos ni
discontinuidades entre ellos. Solamente si los elementos son adecuadamente unidos (en general
de una única manera posible), podrá ensamblarse el cuerpo deformado sin dejar vacíos entre los
elementos deformados. Estos elementos deformados corresponden al caso en que se conoce el
campo de deformaciones. La prueba para determinar en qué caso los elementos están
adecuadamente deformados y en consecuencia son compatibles de unirse entre ellos sin dejar
huecos ni discontinuidades, corresponde a las ecuaciones de compatibilidad. Si y sólo si todas las
ecuaciones de compatibilidad son satisfechas, los elementos deformados podrán unirse
adecuadamente. Esto garantiza que el campo de desplazamientos puede determinarse sin
mayores problemas integrando los componentes del campo de deformaciones.

------

Ejercicios

6.1 El campo de desplazamientos en un cuerpo está dado por:

𝑢1 = (2 𝑥1 − 𝑥2 + 𝑥3 ) × 10−3
{ 𝑢2 = (𝑥1 + 𝑥2 + 2 𝑥3 ) × 10−3
𝑢3 = (𝑥1 + 2 𝑥2 − 𝑥3 ) × 10−3

a) Determinar el tensor euleriano de deformaciones infinitesimales 𝑒 .


=
b) ¿ Hay una rotación rígida o únicamente hay una deformación ?
c) Obtener la diferencia entre 𝑒13 y 𝐸13 .
d) ¿ La deformación conlleva un cambio en el volumen ?
e) En caso afirmativo, ¿es una compresión o una expansión?
6.2 El campo de desplazamientos en un cuerpo está dado por:

𝑢1 = 𝐴 𝑥1 𝑥3 /𝑟 3
𝑢2 = 𝐴 𝑥2 𝑥3 /𝑟 3
𝑥3 2 3𝜆 + 𝜇 1
𝑢3 = 𝐴 ( 3 + )
{ 𝑟 𝜆+𝜇 𝑟
1
En donde 𝑟 = (𝑥1 2 + 𝑥2 2 + 𝑥3 2 )2 y 𝐴, 𝜆 𝑦 𝜇 son constantes.

a) Determinar las deformaciones infinitesimales 𝑒11 y 𝑒23 .


b) Obtener la diferencia entre la deformación finita 𝐸23 y la infinitesimal 𝑒23 .

6.3 Una membrana muy delgada de goma es estirada de forma que se le produce el
campo de deformaciones plano definido por:
𝑒11 = 0,002
{ 𝑒22 = −0,0006
𝑒12 = 0,001
¿Cómo debe orientarse un rectángulo que se dibuje sobre la membrana antes de la
deformación, para que después de ésta siga siendo un rectángulo?

6.4 Determine cuáles de los siguientes campos de deformación son compatibles:

2𝑥 2 + 3𝑦 2 + 𝑧 + 1 4𝑥𝑦 0
2 2
a) 𝑒= ( 4𝑥𝑦 𝑥 + 2𝑦 + 3𝑧 + 2 0 )
=
2
0 0 3𝑥 + 2𝑦 + 𝑧 + 1

12𝑥 2 − 6𝑦 2 − 4𝑧 2𝑧 − 12𝑥𝑦 − 1,5 2𝑥 + 2𝑦 − 3


b) 𝑒 = ( 2𝑧 − 12𝑥𝑦 − 1,5 −6𝑥 2 + 12𝑦 2 + 4𝑧 0,5𝑦 + 0,5𝑧 − 2 )
=
2𝑥 + 2𝑦 − 3 0,5𝑦 + 0,5𝑧 − 2 12𝑥 + 4𝑦 − 𝑧 + 5

3𝑦 2 + 𝑥𝑦 2,5 𝑥𝑦 0,5 𝑥 + 𝑦
c) 𝑒 = ( 2,5 𝑥𝑦 2𝑦 + 4𝑧 + 3 𝑥 + 0,5 𝑧 )
=
0,5 𝑥 + 𝑦 𝑥 + 0,5 𝑧 2𝑥𝑦 + 3𝑥𝑧 + 3𝑦𝑧 + 2

6.5 Un campo de flujo está definido por las siguientes relaciones:


𝑣1 = 𝑥1 + 3𝑡 ; 𝑣2 = ¿ ? ; 𝑣3 = 𝑥2 𝑥3 2 + 𝑡

¿ Cómo debe ser 𝑣2 (𝑥𝑖 ; 𝑡)para que el flujo sea ? :


a) Incompresible
b) Irrotacional
6.6 Para el campo de velocidades definido por:
𝑣1 = 𝑥1 + 2𝑥2 − 𝑥3
{ 𝑣2 = 2𝑥1 + 𝑥2 + 𝑥3
𝑣3 = 𝑥1 + 𝑥2 + 2𝑥3
Encontrar los tensores gradiente de la velocidad ∇ 𝑣 , rapidez de deformación 𝐷 y
− =
vorticidad Ω . Asimismo, obtener el vector vorticidad 𝜔 .
= −
7. ECUACIONES CONSTITUTIVAS PARA EL ESFUERZ0

INTRODUCCIÓN

En el capítulo 4 se desarrollaron 10 ecuaciones diferenciales escalares de balance de


propiedades termodinámicas y mecánicas que deben ser satisfechas en todo movimiento que
experimente un cuerpo, considerando válida la hipótesis del medio continuo. En estas ecuaciones
aparecen como variables los tres componentes de la velocidad (o bien, los tres componentes del
vector desplazamiento), los componentes del tensor de esfuerzos (sólo seis para el caso de
materiales no polares, nueve para el caso más general), los tres componentes del vector flujo de
calor, la densidad, la temperatura, la presión, la energía interna, la entropía y la exergía. Hay así
más variables (incógnitas) que ecuaciones diferenciales de balance. Sin embargo, hay relaciones
adicionales entre éstas, como las ecuaciones de estado (que relacionan variables termodinámicas),
y las llamadas “ecuaciones constitutivas”, que caracterizan las propiedades físicas particulares del
medio continuo que se esté estudiando. Para tener una solución a un problema de mecánica de
medios continuos, el número de ecuaciones escalares independientes deberá ser igual al número
de incógnitas, y deberán especificarse las condiciones iniciales y de frontera para cada ecuación
diferencial.

En pocas palabras, una vez que se han establecido las ecuaciones generales, las cuales
representan las condiciones que deberán ser cumplidas por cualquier medio continuo para
cualquier posición y tiempo, es necesario definir las ecuaciones que describan el comportamiento
de medios idealizados, las cuales son precisamente las ecuaciones constitutivas. Conociendo la
ecuación constitutiva de un material, se introduce en las ecuaciones de balance instantáneo de
momentum, energía, entropía y/o exergía, se establecen las condiciones límite (iniciales y de
frontera), y con las ecuaciones de estado y otras relaciones pertinentes entre las variables, un
problema queda matemáticamente modelado. Así, el desarrollo de ecuaciones constitutivas es
una tarea clave en la mecánica de medios continuos puesto que éstas diferencian completamente
un material de otro, aunque tengan que obedecer a las mismas leyes físicas.

Ejemplos de ecuaciones constitutivas para el flujo de calor son los modelos correspondientes a la
Ley de Fourier para medios isótropos (ecuación 4.54), o la correspondiente a materiales
anisótropos (ecuación 4.53):

.
𝑞 = − 𝑘 ∇𝑇 (4.54)

.
𝑞 = − 𝑘 ∙ ∇𝑇 (4.53)

La finalidad de estas ecuaciones constitutivas es establecer una relación funcional entre las
variables cinemáticas, dinámicas y térmicas que modelen el comportamiento de un medio cuando
está sujeto a cargas y gradientes de temperatura. Con las ecuaciones constitutivas se intenta
definir o clasificar al material, como por ejemplos: un “fluido newtoniano”, un “sólido hookeano”
o un “plástico de Bingham”. Las relaciones entre el esfuerzo y la deformación (o la rapidez de
deformación) para estos materiales serían casos particulares de ecuaciones constitutivas para el
esfuerzo, que son las ecuaciones sobre las que se pone el énfasis en este capítulo. Estas
ecuaciones son al fin y al cabo, simples modelos materiales que son muy útiles porque por lo
general reflejan muy bien el comportamiento de sustancias reales. Como ejemplo, todos los gases,
y muchos líquidos vitales como el agua y el alcohol etílico, se comportan casi perfectamente como
“fluidos newtonianos”, y muchos sólidos -cuando las deformaciones son muy pequeñas- se
comportan como sólidos hookeanos. Sin embargo, otros líquidos y sólidos exhiben un
comportamiento mucho más complejo y es preciso desarrollar ecuaciones constitutivas, o al
menos postular modelos empíricos simples, para tratar de modelar su movimiento. Cabe
mencionar aquí que todos los libros y tratados sobre “Mecánica de Fluidos” se limitan a fluidos
newtonianos. Para líquidos no newtonianos hay que aclarar que el tema en tales obras sería la
“Mecánica de fluidos no newtonianos”. En el caso de sólidos, la anisotropía y la no linealidad son
características no hookeanas más bien comunes y bien estudiadas en la mecánica de sólidos.

7.1 Principios generales para las ecuaciones constitutivas

En la construcción de un modelo de ecuación constitutiva se intuye que de entrada hay ciertos


principios generales a ser satisfechos por ésta. Además de éstos, a cada material en particular se
le achacarán ciertas hipótesis que se supone debe cumplir. El resultado será una relación entre el
esfuerzo y el movimiento del material, definido esencialmente por su deformación, su rapidez de
deformación, o ambas. Mientras más complejo sea el comportamiento del material, más
elaborada tendrá que ser su ecuación constitutiva. A la ciencia que estudia el desarrollo de
ecuaciones constitutivas para el esfuerzo se le llama “reología”, término acuñado por Eugene Cook
Bingham en 1929, que la definió como “la ciencia de la deformación y el flujo de la materia”; el
otro padre de la reología fue el austro-húngaro Markus Reiner. La ligera diferencia de esta ciencia
con la mecánica del medio continuo es que en muchos de sus modelos se trata de explicar el
comportamiento complejo con base en la estructura microscópica del material, pero por lo
general se sigue suponiendo a éste como un medio continuo. Cuando se habla de “propiedades
reológicas” de un material, se está refiriendo a los coeficientes de viscosidad, a coeficientes de
elasticidad, a esfuerzos de cedencia, a tiempos de relajación, etcétera.

Volviendo a los principios generales, éstos son tres:

1. Principio de indiferencia material.- Éste implica que las ecuaciones constitutivas deben
ser invariantes ante cambios en el marco de referencia empleado, es decir, su validez no
debe depender del sistema de coodernado, curvilíneo o no, ortogonal o no, etcétera, que
se emplee.

2. Principio de acción local.- Este simplemente implica que el esfuerzo puede ser descrito
como una función de punto (euleriana o lagrangiana). Así, el esfuerzo en un punto es
independiente de lo que ocurra fuera de la vecindad en que se encuentra el punto.

3. Principio de determinismo histórico.- Se supone que el estado de esfuerzos en un medio


está determinado por la historia de su movimiento. Normalmente, de esa historia
únicamente importa el instante presente, sin embargo, hay materiales que presentan
“memoria” a los cambios en su configuración (aunque obviamente no puedan “ver hacia el
futuro”).

7.2 Las ecuaciones constitutivas clásicas

En la actualidad hay decenas de reólogos que trabajan en laboratorios de industrias, centros de


investigación y universidades por todo el mundo desarrollando nuevos materiales que requieren
ser modelados con ecuaciones constitutivas específicas para ellos. Sin embargo, los alcances del
presente librito se limitan a presentar algunas pocas de las ecuaciones constitutivas más
exitosamente empleadas a lo largo de las décadas, llamadas “ecuaciones constitutivas clásicas”.

Las ecuaciones constitutivas clásicas son las correspondientes a un fluido no viscoso, a un fluido
linealmente viscoso, a un sólido linealmente elástico, a un material viscoelástico y a un material
plástico.

El caso de un fluido no viscoso puede ser aplicable cuando se está fuera de las llamadas “capas
límite”, en donde los esfuerzos viscosos se vuelven dominantes. El caso de un fluido linealmente
viscoso (con algunas consideraciones adicionales, como se verá en seguida), conlleva a la
omnipresente ecuación constitutiva de un “fluido newtoniano”. El caso de un sólido linealmente
elástico (y además isótropo) conduce a la ecuación del “sólido hookeano” (que es prácticamente
idéntica a la del fluido newtoniano, con la diferencia de que los dos coeficientes independientes
que en ella aparecen, son coeficientes de elasticidad, mientras que en el fluido newtoniano son
coeficientes de viscosidad, además de que no se acostumbra descomponer el esfuerzo en sus
partes isótropa y extra). Como ejemplo, y por su amplísima aplicación, se procede en seguida al
desarrollo de la ecuación constitutiva de un fluido newtoniano.

7.2.1 La ecuación constitutiva de un fluido newtoniano

Además de los tres principios generales anteriores, se plantean las siguientes hipótesis
particulares:

Hipótesis 1.- El medio continuo es un fluido simple (no presenta elasticidad ni memoria). Como
por definición un fluido no soporta esfuerzos cortantes sin fluir, cuando esté en reposo el estado
de esfuerzos en éste corresponderá al estado de presión hidrostático (isótropo):

𝜎 =−𝑝𝛿 ó 𝜎𝑖𝑗 = − 𝑝 𝛿𝑖𝑗 (7.1)

El gran Leonhard Euler tomó esta ecuación (la más simple ecuación constitutiva para el
esfuerzo) en su teoría sobre fluidos no viscosos. Al no contener esfuerzos de origen viscoso no
resulta un buen modelo para situaciones reales. Ahora bien, cuando el fluido esté en movimiento,
el esfuerzo aparecerá descompuesto en sus partes isótropa y “extra”:

𝜎 =−𝑝𝛿 + 𝜏 ó 𝜎𝑖𝑗 = − 𝑝 𝛿𝑖𝑗 + 𝜏𝑖𝑗 (7.2)

en donde el tensor extra de esfuerzos (de origen puramente viscoso) será nulo ( 𝜏 = 0 ) cuando el
fluido esté en reposo.
Hipótesis 2.- El tensor extra de esfuerzos 𝜏 debe depender del gradiente de la velocidad ∇𝑣 , pero

no de su parte antisimétrica (el tensor de vorticidad 𝛺) ya que ésta está relacionada con una
simple rotación rígida (sin deformación). Por lo tanto 𝜏𝑖𝑗 debe depender únicamente del tensor
rapidez de deformación 𝐷𝑖𝑗 (la parte simétrica del gradiente de la velocidad). Así:

𝜏 = 𝜏 ( 𝐷) ó 𝜏𝑖𝑗 = 𝜏𝑖𝑗 ( 𝐷𝑖𝑗 ) (7.3)

Hipótesis 3.- El fluido es no polar, en consecuencia el esfuerzo y su parte extra son tensores
simétricos:
𝜎𝑖𝑗 = 𝜎𝑗𝑖 y 𝜏𝑖𝑗 = 𝜏𝑗𝑖 (7.4)

Hipótesis 4.- La función 𝜏 = 𝜏 (𝐷), es una función lineal. Así, puede ser expresada en notación
indicial como:

𝜏𝑖𝑗 = 𝑎𝑖𝑗𝑘𝑙 𝐷𝑘𝑙 = 𝑎𝑖𝑗𝑘𝑙 𝐷𝑙𝑘 (7.5a)

o en notación indicial como:


𝜏=𝑎∶𝐷 (7.5b)

La ecuación tensorial 7.5 es equivalente a un sistema de seis ecuaciones escalares con seis
términos lineales en los lados derechos de cada una de ellas. La primera de ellas sería, por
ejemplo:

𝜏11 = 𝑎1111 𝐷11 + 𝑎1112 𝐷12 + 𝑎1113 𝐷13 + 𝑎1122 𝐷22 + 𝑎1123 𝐷23 + 𝑎1133 𝐷33 (7.6)

En la ecuación 7.6 los coeficientes de los seis componentes independientes del tensor
𝐷𝑖𝑗 = 𝐷𝑗𝑖 son los componentes del tensor de viscosidades 𝑎𝑖𝑗𝑘𝑙 que, por tener doble simetría
(con respecto a sus primeros dos subíndices, y también con respecto a sus dos últimos, es decir,
que 𝑎𝑖𝑗𝑘𝑙 = 𝑎𝑗𝑖𝑙𝑘 ), en lugar de 81 componentes independientes, “sólo” tiene 36. Esta doble
simetría es debido a que tanto 𝜏𝑖𝑗 como 𝐷𝑙𝑘 son simétricos. Nótese que los dos primeros
subíndices de 𝑎𝑖𝑗𝑘𝑙 son tomados de 𝜏𝑖𝑗 , y los dos últimos son tomados de𝐷𝑘𝑙 . ¡ De cualquier
forma, 36 coeficientes independientes son demasiados para cualquier modelo !
Hipótesis 5.- El fluido es isótropo. Esto implica que el tensor de viscosidades sea de la forma (ver
tabla 2.3 del segundo capítulo):

𝑎𝑖𝑗𝑘𝑙 = 𝜆𝛿𝑖𝑗 𝛿𝑘𝑙 + 𝜇(𝛿𝑖𝑘 𝛿𝑗𝑙 + 𝛿𝑖𝑙 𝛿𝑗𝑘 ) + 𝜈(𝛿𝑖𝑘 𝛿𝑗𝑙 − 𝛿𝑖𝑙 𝛿𝑗𝑘 ) (7.7)

La isotropía del fluido hace que el número de coeficientes independientes se reduzca de 36 a


sólo tres, pero como además 𝑎𝑖𝑗𝑘𝑙 = 𝑎𝑖𝑗𝑙𝑘 se tiene que forzosamente 𝜈 = 0, por lo que sólo
quedan dos coeficientes de viscosidad ( 𝜆 𝑦 𝜇 ) independientes, así:

𝜏𝑖𝑗 = [𝜆𝛿𝑖𝑗 𝛿𝑘𝑙 + 𝜇(𝛿𝑖𝑘 𝛿𝑗𝑙 + 𝛿𝑖𝑙 𝛿𝑗𝑘 )]𝐷𝑙𝑘 (7.8)

Quitando deltas de Kronecker, se tiene que:

𝜏𝑖𝑗 = 𝜆 𝛿𝑖𝑗 𝐷𝑙𝑙 + 2 𝜇 𝐷𝑖𝑗 (7.9)

Con lo anterior, se puede escribir la ecuación constitutiva de un fluido newtoniano como:

𝜎𝑖𝑗 = −𝑝 𝛿𝑖𝑗 + 𝜆 𝐷𝑙𝑙 𝛿𝑖𝑗 + 2 𝜇 𝐷𝑖𝑗 (7.10a)

O alternativamente como:

𝜕𝑣𝑙 𝜕𝑣𝑗 𝜕𝑣𝑖


𝜎𝑖𝑗 = − 𝑝 𝛿𝑖𝑗 + 𝜆 ( ) 𝛿𝑖𝑗 + 𝜇 ( + ) (7.10b)
𝜕𝑥𝑙 𝜕𝑥𝑖 𝜕𝑥𝑗

O en notación clásica:

𝜎 = − 𝑝 𝛿 + 𝜆 ( ∇ ∙ 𝑣) + 2 𝜇 𝐷 (7.10c)
= = − =

Los coeficientes 𝜇 𝑦 𝜆 se denominan “primer y segundo coeficientes de viscosidad”; en el


𝑘𝑔
sistema internacional se miden en [𝑃𝑎 𝑠] = [ ] y han de evaluarse experimentalmente. Hay que
𝑚𝑠
resaltar que el segundo coeficiente de viscosidad 𝜆 muy raramente aparece en los libros de texto
sobre mecánica de fluidos, no así el primer coeficiente 𝜇, también llamado “coeficiente de
viscosidad dinámica”, cuyos valores para diferentes fluidos a diversas temperaturas puede
encontrarse en infinidad de manuales y libros de texto. Esto es en parte debido a que, en el caso
de flujos incompresibles (como sucede con todos los flujos isotérmicos de líquidos, y en la mayoría
de los de gases a bajas velocidades), el segundo coeficiente de viscosidad aparece multiplicado por
la divergencia de la velocidad (que resulta nula para flujos incompresibles). Además, hay hipótesis
(discutibles desde luego) que permiten relacional el valor de 𝜆 con el de 𝜇 , aunque por principio
sean coeficientes independientes.

Para aclarar un poco el significado del segundo coeficiente de viscosidad, se puede considerar al
esfuerzo normal medio −𝑝̅ que sería un tercio de la traza del tensor de esfuerzos, es decir que:
1
− 𝑝̅ = (𝜎11 + 𝜎22 + 𝜎33 ) (7.11)
3

Pero de la ecuación 7.10:

1 𝜕𝑣1 𝜕𝑣2
− 𝑝̅ = 3 [(− 𝑝 + 𝜆 (∇ ∙ 𝑣 ) + 2𝜇 𝜕𝑥1
) + (− 𝑝 + 𝜆 (∇ ∙ 𝑣 ) + 2𝜇 𝜕𝑥2
)+ (− 𝑝 +
− −
𝜕𝑣3 2
𝜆 (∇ ∙ 𝑣 ) + 2𝜇 𝜕𝑥3
)] = − 𝑝 + 𝜆 (∇ ∙ 𝑣 ) + 3 𝜇 (∇ ∙ 𝑣 ) (7.12)
− − −

2
De donde: 𝑝 − 𝑝̅ = ( 3 𝜇 + 𝜆 ) (∇ ∙ 𝑣 ), ó 𝑝 − 𝑝̅ = 𝑘 (∇ ∙ 𝑣 ) (7.13)
− −

Así, la diferencia entre la presión termodinámica 𝑝 y la presión mecánica 𝑝̅ es proporcional a


la divergencia de la velocidad, siendo la constante de proporcionalidad el llamado “coeficiente de
viscosidad volumétrico” 𝑘 definido por:

2
𝑘 = ( 3𝜇 + 𝜆 ) (7.14)

Desde luego que, de los tres coeficientes de viscosidad 𝜆, 𝜇, 𝑦 𝑘, sólo dos son independientes.
2
En el Apéndice 3, en lugar 𝜆 -el segundo coeficiente de viscosidad- se ha puesto ( 𝜅 − 𝜇).
3

Aun cuando de inicio se ha supuesto válida la hipótesis de medio continuo, para ayudar a
interpretar mejor al segundo coeficiente de viscosidad se puede recurrir a algunos resultados de la
teoría cinética de los gases. De acuerdo con ésta, la presión mecánica es una medida únicamente
de la energía cinética de translación de las moléculas, en tanto que la presión termodinámica es
una medida de la energía total, que incluye los modos de vibración y rotación de las moléculas.

Para el caso de líquidos otras formas de energía, como la atracción intermolecular, son
incluidas. Todos los modos moleculares de contener energía tienen tiempos de relajación
diferentes, de modo que en el flujo de un gas se pueden presentar transferencias energéticas
entre estos modos. La viscosidad volumétrica sería una medida de la transferencia de energía
desde la forma translacional a otros modos, como puede notarse de la ecuación 7.13. Como
ejemplo, al atravesar una onda de choque, los modos vibracionales de la energía pueden ser
excitados a costa del modo translacional, de modo que la viscosidad volumétrica no sería nula.

Para el caso de gases monoatómicos, el único modo energético molecular es el translacional, de


modo que no habrá diferencias entre la presión termodinámica y la mecánica, y entonces la
viscosidad volumétrica será nula en este caso, y el segundo coeficiente de viscosidad sería dado
por:
2
𝜆= − 3
𝜇 (7.15)

Este resultado es llamado la “relación de Stokes”, y cuando es aplicable sólo existe un


coeficiente de viscosidad independiente (el coeficiente de viscosidad dinámica 𝜇). Para polímeros
evaporados y para líquidos complejos, la diferencia entre la presión termodinámica y la mecánica
son por lo general pequeñas, y muchos se atreven a aplicar la relación de Stokes, ignorando así al
segundo coeficiente de viscosidad. Además, para el caso de flujos incompresibles, este coeficiente
no jugaría ningún papel. Es por todo lo anterior que 𝜆, el segundo coeficiente de viscosidad, sea
tan sorprendentemente ignorado aún en textos avanzados.

7.2.2 La ecuación de Navier-Stokes

Una vez determinada la ecuación constitutiva de un material, ésta puede ser introducida en las
ecuaciones de balance para determinar los campos de desplazamientos o de velocidades, el
campo de temperaturas, etcétera. En particular, al introducir la ecuación constitutiva del fluido
newtoniano en la ecuación de balance instantáneo del momentum sobre un volumen infinitesimal
se obtiene la ecuación (vectorial) de Navier-Stokes, que gobierna el movimiento de todo fluido
newtoniano. Este desarrollo se hace a continuación.

Sustituyendo la ecuación 7.10 en la ecuación 4.34 de balance de momentum se tiene que:

𝜕𝑣𝑗 ∂𝑣𝑗 𝜕 𝜕𝑣𝑙 𝜕𝑣𝑗 𝜕𝑣𝑖


𝜌( + 𝑣𝑙 ) = 𝜌𝑓𝑗 + [−𝑝𝛿𝑖𝑗 + 𝜆 ( ) 𝛿𝑖𝑗 + 𝜇 ( + )] (7.16)
𝜕𝑡 𝜕𝑥𝑙 𝜕𝑥𝑖 𝜕𝑥𝑙 𝜕𝑥𝑖 𝜕𝑥𝑗

desarrollando la derivada parcial de la suma de términos, se tiene que:

𝜕𝑣𝑗 ∂𝑣𝑗 𝜕𝑝 𝜕 𝜕𝑣𝑙 𝜕𝑣 𝜕𝜆 𝜕 2 𝑣𝑗 𝜕 𝜕𝑣𝑙 𝜕𝜇 𝜕𝑣𝑗 𝜕𝑣𝑖


𝜌( + 𝑣𝑙 ) = 𝜌𝑓𝑗 − +𝜆 ( )+ 𝑙 +𝜇 +𝜇 ( )+ ( + )
𝜕𝑡 𝜕𝑥𝑙 𝜕𝑥𝑗 𝜕𝑥𝑗 𝜕𝑥𝑙 𝜕𝑥𝑙 𝜕𝑥𝑗 𝜕𝑥𝑖 𝜕𝑥𝑖 𝜕𝑥𝑗 𝜕𝑥𝑙 𝜕𝑥𝑖 𝜕𝑥𝑖 𝜕𝑥𝑗
(7.17b)

o, en notación clásica:

𝜕𝑣
𝜌 ( 𝜕𝑡− + 𝑣 ∙ ∇𝑣 ) = −∇p + (𝜆 + 𝜇)∇ (∇ ∙ 𝑣 ) + (∇ ∙ 𝑣 ) ∇𝜆 + 𝜇∇2 𝑣 + 2 (∇𝜇) ∙ 𝐷 + 𝜌𝑓 (7.17b)
− − − − − = −

Esta es la famosa ecuación de Navier- Stokes en su forma más general. El lado izquierdo de la
ecuación representa el producto de la masa (por unidad de volumen) por la aceleración de las
partículas que ocupan un volumen infinitesimal. El primer término del lado derecho (el gradiente
de la presión precedido por el signo menos) representa la fuerza de flotación por unidad de
volumen, el segundo y tercer términos representan fuerzas viscosas asociadas con cambios en el
volumen infinitesimal, y son nulos en el caso de un flujo incompresible. El cuarto término del lado
derecho representa la insoslayable fuerza viscosa por unidad de volumen debida a deformaciones
cortantes y longitudinales del volumen infinitesimal, el quinto término está asociado a cambios en
la viscosidad dinámica en conjunción con deformaciones del volumen infinitesimal. Para flujos
isotérmicos este término y el tercero desaparecen, puesto que los coeficientes de viscosidad sólo
son sensibles a los cambios de temperatura y no a la presión. El último término del lado derecho
representa la fuerza de cuerpo por unidad de volumen, y usualmente es sólo la fuera gravitacional,
es decir, el peso por unidad de volumen.

Para el caso de un flujo con “propiedades constantes” (esto es, con densidad constante, lo que
implica que sea incompresible; e isotérmico, lo que implica que los gradientes de las viscosidades
sean nulos) la ecuación de Navier-Stokes se simplifica a:

𝜕𝑣 (7.18)
𝜌 ( + 𝑣 ∙ 𝛻𝑣) = −𝛻𝑝 + 𝜇∇2 𝑣 + 𝜌𝑓
𝜕𝑡

Esta importantísima ecuación (y otras más que aparecen más adelante) aparece en el Apéndice
3 de este libro en coordenadas cartesianas, cilíndricas y esféricas.

7.2.3 La ecuación de energía interna para un fluido newtoniano

Ahora, si se introduce la ecuación constitutiva 7.10 en la ecuación 4.7.b de balance instantáneo


de energía térmica se obtiene que:

𝜕𝑢 𝜕𝑢 𝜕𝑣𝑙 𝜕𝑣𝑖 𝜕𝑣𝑗 𝜕𝑣𝑗 𝜕𝑞̇ 𝑙 (7.19)


𝜌 ( + 𝑣𝑙 ) = [−𝑝𝛿𝑗𝑖 + 𝜆 ( ) 𝛿𝑗𝑖 + 𝜇 ( + )] −
𝜕𝑡 𝜕𝑥𝑙 𝜕𝑥𝑙 𝜕𝑥𝑗 𝜕𝑥𝑖 𝜕𝑥𝑖 𝜕𝑥𝑙

Se define la “función de disipación 𝜱” como:

𝜕𝑣𝑙 𝜕𝑣𝑘 𝜕𝑣𝑖 𝜕𝑣𝑗 𝜕𝑣𝑗 𝜕𝑣𝑗 (7.20)


𝜱 = 𝜆( )( )+𝜇( + )
𝜕𝑥𝑙 𝜕𝑥𝑘 𝜕𝑥𝑗 𝜕𝑥𝑖 𝜕𝑥𝑖 𝜕𝑥𝑖

Con esto, la ecuación 7.19 queda como:

𝜕𝑢 𝜕𝑢 𝜕𝑣𝑙 𝜕𝑞̇ 𝑙 (7.21)


𝜌 ( + 𝑣𝑙 )=−𝑝 +𝜱−
𝜕𝑡 𝜕𝑥𝑙 𝜕𝑥𝑙 𝜕𝑥𝑙

La función de disipación es llamada así porque precisamente indica la rapidez de disipación de


energía mecánica (energía cinética más energía potencial) en energía térmica por fricción viscosa.
De acuerdo con la segunda ley de la termodinámica, debe ser un término necesariamente positivo
ya que el proceso de disipación es completamente irreversible. Esto puede comprobarse al
observar que:

𝜕𝑣 𝜕𝑣 𝜕𝑣 𝜕𝑣𝑗 𝜕𝑣𝑗 2
𝜱 = 𝜆 (𝜕𝑥𝑙 ) (𝜕𝑥𝑘 ) + 𝜇 (𝜕𝑥𝑖 + 𝜕𝑥 ) 𝜕𝑥 = 𝜆 (∇ ∙ 𝑣 ) + 2 𝜇 𝐷 ∶ (∇𝑣 ) (7.22)
𝑙 𝑘 𝑗 𝑖 𝑖 − = −

2
Los términos (∇ ∙ 𝑣 ) y 𝐷 ∶ (∇𝑣 ) son ambos no negativos, ya que el primero es el cuadrado
− = −
del escalar divergencia de la velocidad (que es nulo para flujos incompresibles), y es fácil mostrar
que el producto doble punto entre un tensor de segundo orden y su parte simétrica es positivo
2
definido. Asimismo, suponiendo que 𝜆 ≥ − 𝜇 se puede mostrar también que 𝜱 ≥ 0.
3

Si se expresa el segundo término de lado derecho en coordenadas cartesianas (sin pérdida de


generalidad en el resultado final), se tiene que:

𝜕𝑣𝑖 𝜕𝑣𝑗 𝜕𝑣𝑗 𝜕𝑣1 2 𝜕𝑣2 2 𝜕𝑣3 2 𝜕𝑣1 𝜕𝑣2 2 𝜕𝑣1 𝜕𝑣3 2 𝜕𝑣2 𝜕𝑣3 2
𝜇( + ) = 𝜇 {2 [( ) +( ) +( ) ]+( + ) +( + ) + ( + ) } (7.23)
𝜕𝑥𝑗 𝜕𝑥𝑖 𝜕𝑥𝑖 𝜕𝑥1 𝜕𝑥2 𝜕𝑥3 𝜕𝑥2 𝜕𝑥1 𝜕𝑥3 𝜕𝑥1 𝜕𝑥3 𝜕𝑥2

Es claro que el contenido del corchete en el lado derecho es no negativo, puesto que es la suma
de cantidades escalares elevadas al cuadrado. Para un flujo incompresible:

𝜕𝑣 2 𝜕𝑣 2 𝜕𝑣 2 𝜕𝑣 𝜕𝑣 2 𝜕𝑣 𝜕𝑣 2 𝜕𝑣 𝜕𝑣 2
𝜱 = 𝜇 {2 [(𝜕𝑥1 ) + (𝜕𝑥2 ) + (𝜕𝑥3 ) ] + (𝜕𝑥1 + 𝜕𝑥2 ) + (𝜕𝑥1 + 𝜕𝑥3 ) + (𝜕𝑥2 + 𝜕𝑥3 ) } (7.24)
1 2 3 2 1 3 1 3 2

Como la disipación debe ser no negativa de acuerdo con la segunda ley de la termodinámica, se
concluye que:
𝜇 ≥ 0 (7.25)

Salvo a temperaturas cercanas al cero absoluto, donde algunos líquidos (a esas temperaturas
sólo sustancias muy elementales como el helio o el hidrógeno pueden mantenerse en fase líquida
sin solidificarse) presentan el fenómeno de superfluidez, el primer coeficiente de viscosidad 𝜇 es
siempre positivo.
La ecuación de balance instantáneo de energía térmica para un fluido newtoniano puede
escribirse entonces en notación clásica como:

𝜕𝑢 2 .
𝜌 ( 𝜕𝑡 + 𝑣 ∙ ∇𝑢) = −𝑝 (∇ ∙ 𝑣 ) + 𝜆 (∇ ∙ 𝑣 ) + 2 𝜇 𝐷 ∶ (∇𝑣 ) − ∇ ∙ 𝑞 (7.26)
− − − = − −

De la ecuación 7.26 es conveniente resaltar que:


 El lado izquierdo indica la rapidez con la que cambia la energía interna (en este caso puede
interpretarse como la rapidez de cambio de la energía térmica) por unidad de volumen, de
las partículas contenidas en un volumen infinitesimal.

 − 𝑝 (∇ ∙ 𝑣 ) es la medida de la rapidez con la que el volumen recibe energía en forma de



trabajo al expandirse o comprimirse. Si es mayor que cero (en tal caso la divergencia de la
velocidad es negativa), se está comprimiendo, si es menor que cero, se está expandiendo.
2
 La función de disipación 𝜱 = 𝜆 (∇ ∙ 𝑣 ) + 2 𝜇 𝐷 ∶ (∇𝑣 ) indica la disipación de energía
− = −
mecánica en energía interna de manera irreversible; entonces 𝜱 ≥ 0 de acuerdo con la 2°
ley de la termodinámica.
 Para no violar la segunda ley de la termodinámica, el primer coeficiente de viscosidad
debe ser no negativo, esto es: 𝜇 ≥ 0 . Se deja como ejercicio al lector demostrar que
2
𝜆 ≥ − 3 𝜇.

7.3 La ecuación constitutiva de un sólido linealmente elástico

De manera similar a como se procedió para derivar la ecuación constitutiva de un fluido


newtoniano, es necesario establecer algunas hipótesis acerca de este nuevo material. Éstas son las
siguientes:

Hipótesis 1.- El medio continuo es un sólido. Se busca una relación entre el tensor de esfuerzos 𝜎
=
y un tensor de deformación, por ejemplo el tensor euleriano de deformaciones infinitesimales 𝑒.
=

Hipótesis 2.- El tensor de esfuerzos es función únicamente de la parte simétrica del


gradiente de desplazamientos. Así:
(7.27)
𝜎 = 𝜎 (𝑒)
=

Hipótesis 3.- El sólido es un material no polar. Entonces:


𝜎 = 𝜎𝑇 (7.28)

Hipótesis 4.- La relación 𝜎 = 𝜎 ( 𝑒) es una función lineal. Así, la relación puede escribirse como:

𝜎𝑖𝑗 = 𝑎𝑖𝑗𝑘𝑙 𝑒𝑘𝑙 = 𝑎𝑖𝑗𝑘𝑙 𝑒𝑙𝑘 (7.29)

o, en notación clásica:

𝜎=𝑎∶𝑒 (7.30)

en donde el tensor 𝑎𝑖𝑗𝑘𝑙 es un tensor de coeficientes de elasticidad con doble simetría, ya que por
la hipótesis 3 el esfuerzo es simétrico, y el tensor de deformaciones infinitesimales 𝑒 también lo
es. En consecuencia, este tensor tiene 36 coeficientes independientes.

Hipótesis 5.- El sólido es isótropo. Esto implica que el tensor de elasticidades tenga la forma:

𝑎𝑖𝑗𝑘𝑙 = 𝜆𝛿𝑖𝑗 𝛿𝑘𝑙 + 𝜇(𝛿𝑖𝑘 𝛿𝑗𝑙 + 𝛿𝑖𝑙 𝛿𝑗𝑘 ) + 𝜈(𝛿𝑖𝑘 𝛿𝑗𝑙 − 𝛿𝑖𝑙 𝛿𝑗𝑘 ) (7.31)

Se tienen en 7.31 sólo tres coeficientes independientes, pero como además de isótropo el
tensor de elasticidades es (doblemente) simétrico, 𝑎𝑖𝑗𝑘𝑙 = 𝑎𝑗𝑖𝑘𝑙 , se tiene que por necesidad
𝜈 = 0, lo que reduce a sólo dos el número de coeficientes de elasticidad independientes
elasticidad 𝜆 𝑦 𝜇 , que son llamados “coeficientes de elesticidad de Lamé”. Estos tienen las mismas
dimensiones que el esfuerzo, de modo que en el SI se expresan comúnmente en MPa. Así, la
ecuación constitutiva para un sólido linealmente elástico, isótropo, y sometido a deformaciones
muy pequeñas (sólido hookeano), es:

𝜎𝑖𝑗 = 𝜆 𝑒𝑙𝑙 𝛿𝑖𝑗 + 2 𝜇 𝑒𝑖𝑗 (7.32)

o, en notación clásica:

𝜎 = 𝜆 (∇ ∙ 𝑒 ) 𝛿 + 2 𝜇 𝑒 (7.33)

Nótese la similitud con la ecuación constitutiva del fluido newtoniano mostrada en 7.10. Las
diferencias son que en sólidos el esfuerzo no se acostumbra descomponer en sus partes isótropa y
extra, que el esfuerzo es función (lineal) del tensor de deformaciones infinitesimales (en el fluido
.
newtoniano es función del tensor de rapideces de deformación 𝐷 = 𝑒 ) y que 𝜆 𝑦 𝜇 son en 7.32
= =
coeficientes de elasticidad y en 7.10 son coeficientes de viscosidad.

Dado que 𝜎 = 𝜎 ( 𝑒 ) es una función lineal biyectiva, es posible invertirla y expresar al tensor

de deformaciones infinitesimales como función del esfuerzo, es decir, como 𝑒 = 𝑒 ( 𝜎 ). Es fácil


mostrar que esta relación queda en la forma:

1 𝜆 𝜎𝑙𝑙 (7.34)
𝑒𝑖𝑗 = (𝜎𝑖𝑗 − 𝛿 )
2𝜇 3𝜆 + 2𝜇 𝑖𝑗

En la literatura dedicada a mecánica de sólidos es más común encontrar como constantes


elásticas al módulo de Young 𝐸 y al coeficiente de Poisson 𝜈, que manejar los coeficientes de
elasticidad de Lamé 𝜆 𝑦 𝜇. Resulta conveniente encontrar las relaciones entre estos coeficientes
independientes (y otros más que, si bien no son independientes, son muy utilizados en la práctica
ingenieril).

Figura7.1. Barra sometida a esfuerzo simple uniaxial.


Para encontrar estas relaciones, considérese una barra homogénea de sección cuadrada
sometida a una tracción como se muestra en la figura 7.1. Cuando se somete a tensión uniaxial
con un esfuerzo 𝜎11 como en la figura, podrá medirse la deformación longitudinal 𝑒11 así como las
deformaciones transversales (contracciones) 𝑒22 y 𝑒33 . En términos del módulo de Young y el
coeficiente de Poisson 𝐸 y 𝜈, respectivamente, los componentes de las deformaciones
longitudinales se relacionan como sigue:
𝜎11 = 𝐸 𝑒11 (7.35)
𝑒22 𝑒33
y, por simetría, − =− =𝜈 (7.36)
𝑒11 𝑒11

Empleando la ecuación constitutiva 7.26 para esta situación, se tiene que:


𝜎11 = 𝐸 𝑒11 = 𝜆 (𝑒11 + 𝑒22 + 𝑒33 ) 𝛿11 + 2 𝜇 𝑒11 (7.37a)
𝜎22 = 0 = 𝜆 (𝑒11 + 𝑒22 + 𝑒33 ) 𝛿22 + 2 𝜇 𝑒22 (7.37a)

que pueden reescribirse, luego de dividir entre 𝑒11 ambos lados de ambas ecuaciones, como:
𝐸 = 𝜆 (1 − 2𝜈) + 2 𝜇 (7.38b)

0 = 𝜆 (1 − 2𝜈) − 2 𝜇 𝜈 (7.38b)

De 7.38a y 7.38b se obtiene que:


𝐸
𝜇 = 2(1+𝜈) (7.39)

𝜈𝐸
y que: 𝜆 = (1+𝜈)(1−2𝜈) (7.40)

Asimismo, se tiene que:


(3𝜆+2𝜇)𝜇
𝐸= (7.41)
𝜆+𝜇

y además:
𝜆
𝜈 = 2(𝜆+𝜇) (7.42)

Otros coeficientes de elasticidad ingenieriles (que no son independientes de los ya definidos


hasta ahora), son el llamado “módulo volumétrico”, definido por:

3 𝜆+2 𝜇 𝐸
𝐾= 3
= 3 (1−2𝜈)
(7.43)

Este es el coeficiente de proporcionalidad entre el cambio de volumen por unidad de volumen y


una presión hidrostática uniforme causante del ese cambio un sólido hookeano.
También es muy empleado el llamado “módulo de rigidez al corte” 𝐺 (que resulta ser el
coeficiente de Lamé 𝜇 ), que relaciona los componentes cortantes del esfuerzo con los
componentes cortantes del tensor de deformaciones infinitesimales. Así:
𝐸
𝐺= 𝜇= (7.44)
2 (1+𝜈)

En la tabla 7.1 se presentan los coeficientes de elasticidad como funciones de cualesquiera otros
dos de ellos. Hay que destacar que aunque pueden definirse muchos módulos o coeficientes de
elasticidad, en un sólido hookeano sólo dos de ellos son independientes, y el resto son funciones
de estos coeficientes independientes.

Tabla 7.1 Relaciones entre los coeficientes de elasticidad para un sólido hookeano

Coeficientes Pares de coeficientes seleccionados como independientes


dependientes 𝐸, 𝜈 𝜆, 𝜇 𝜆, 𝐾 𝜇, 𝐾 𝐸, 𝐾 𝜈, 𝐾

𝜈𝐸 3𝐾 − 2𝜇 3𝐾(3𝐾 − 𝐸) 3𝐾𝜈
𝝀 = (1 + 𝜈)(1 − 2𝜈) 𝜆 𝜆 1+𝜈
3 9𝐾 − 𝐸
𝐸 3(𝐾 − 𝜆) 3𝐾𝐸 3𝐾(1 − 2𝜈)
𝝁 = 𝜇 𝜇
2(1 + 𝜈) 2 9𝐾 − 𝐸 2(1 + 𝜈)

(3𝜆 + 2𝜇)𝜇 9𝐾(𝐾 − 𝜆) 9𝐾𝜇 3𝐾(1 − 2𝜈)


𝑬 = 𝐸 3𝐾 + 𝜇 𝐸
𝜆+𝜇 3𝐾 − 𝜆

𝜆 𝜆 3𝐾 − 2𝜇 3𝐾 − 𝐸
𝝂 = 𝜈 2(3𝐾 + 𝜇) 𝜈
2(𝜆 + 𝜇) 3𝐾 − 𝜆 6𝐾

𝐸 2
𝑲 = 𝜆+ 𝜇 𝐾 𝐾 𝐾 𝐾
3(1 − 2𝜈) 3

𝐸 3(𝐾 − 𝜆) 3𝐾𝐸 3𝐾(1 − 2𝜈)


𝑮 = 2(1 + 𝜈) 𝜇 𝜇
2 9𝐾 − 𝐸 2(1 + 𝜈)

7.4 Termoelasticidad lineal

Cuando un material se calienta y aumenta su temperatura, en general tiende a dilatarse, es


decir, a incrementar su volumen. Hay materiales que presentan un comportamiento diferente, al
menos en un rango de temperaturas, y se contraen al elevar su temperatura.

Para un material térmicamente isótropo (como el mismo sólido hookeano), esta dilatación
puede modelarse mediante el tensor isótropo de deformación térmica siguiente:

𝑒𝑖𝑗 𝑇é𝑟𝑚𝑖𝑐𝑜 = 𝛼 (𝑇 − 𝑇0 ) 𝛿𝑖𝑗 (7.45)


en donde 𝛼 es el “coeficiente lineal de dilatación térmica”. Si se superpone esta dilatación (o
contracción) de origen térmico a la deformación hookeana dada en 7.33, se tiene que:

1 𝜆𝜎𝑙𝑙
𝑒𝑖𝑗 = 2𝜇 (𝜎𝑖𝑗 − 3𝜆+2𝜇 𝛿𝑖𝑗 ) + 𝛼 (𝑇 − 𝑇0 ) 𝛿𝑖𝑗 (7.46)

La ecuación 7.46, conocida como “ecuación de Duhamel-Neumann”, puede invertirse para


obtener la ecuación constitutiva termoelástica del sólido isótropo linealmente elástico:

𝜎𝑖𝑗 = 𝜆 𝑒𝑙𝑙 𝛿𝑖𝑗 + 2 𝜇 𝑒𝑖𝑗 − (3𝜆 + 2𝜇)𝛼(𝑇 − 𝑇0 ) 𝛿𝑖𝑗 (7.47)

Esta ecuación constitutiva termoelástica del sólido hookeano se puede introducir en las
ecuaciones de balance instantáneo presentadas en el capítulo 4 para plantear y resolver
problemas elastodinámicos o elastostáticos no isotérmicos.

Se trataría de resolver simultáneamente las ecuaciones de gobierno, con las condiciones


iniciales y de frontera pertinentes. Esto por lo general se hace con el auxilio de métodos
computacionales, ya que las ecuaciones resultantes por lo general son no lineales y no siempre es
viable resolverlas analíticamente.

7.5 Energía de deformación en un sólido

Cuando un cuerpo se deforma, termodinámicamente intercambia energía en forma de trabajo


generalizado (energía intercambiada por medios mecánicos) con el medio circundante. Por
ejemplo, cuando un resorte es estirado o comprimido se realiza trabajo sobre éste, que en el caso
(ideal, por supuesto) de ser completamente elástico se acumula en él en forma de una “energía
potencial de deformación”, que puede ser recuperada cuando el resorte recobre su longitud
inicial. En el caso de un material que experimente deformaciones permanentes (plásticas), parte
de la energía de deformación no sería recuperable y se acumularía en el cuerpo en forma de
energía térmica, que se manifestaría como un incremento (por lo general pequeño pero medible)
en su temperatura.

Muchas piezas de un automóvil, por ejemplo, se diseñan de manera que en el caso de una
indeseable colisión, éstas absorban mucho de la energía del impacto (mediante deformaciones
plásticas) para disminuir el riesgo de daños al conductor y a los pasajeros. Desgraciadamente a
pesar de ésta y otras muchas medidas de seguridad (uso de cojines de aire, sistemas de frenado
con antibloqueo, etcétera), las muertes por “accidentes automovilísticos” superan con mucho a las
muertes por vejez, enfermedades, guerras, asaltos, etcétera. Sin duda el automóvil tiene un
impacto terriblemente nefasto y funesto en la vida moderna, a pesar de todo el innegable avance
tecnológico que su desarrollo haya implicado.

En el otro extremo, se diseñan piezas para que acumulen la energía de deformación y ésta
pueda recuperarse al máximo cuando se le solicite. Por ejemplo, una atleta olímpica de salto con
pértiga toma impulso corriendo hacia el obstáculo a vencer, y una vez frente a éste atasca la
garrocha de manera que la energía cinética ganada en su carrera sea absorbida por la garrocha al
deformarse y esta energía, al ser liberada, la impuse hacia arriba para librar el obstáculo. La
garrocha debe ser sumamente elástica, flexible, resiliente, resistente a grandes esfuerzos, y ligera,
como el bambú, material sustentable que fue usado durante décadas para fabricar las pértigas. Las
modernas garrochas se manufacturan de materiales compuestos que incluyen fibras de vidrio y
carbono en matrices poliméricas.

Para expresar la energía de deformación en cuerpos se puede partir de la ecuación 4.57 de


balance instantáneo de energía sobre un volumen infinitesimal de un medio continuo:

𝜕𝑢
𝜌 ( 𝜕𝑡 + 𝑣 ∙ ∇𝑢) = 𝜎 𝑇 : (∇𝑣) − ∇ ∙ 𝑞̇ (4.57b)

El primer término del miembro derecho de 4.57b representa la rapidez con la que un elemento
infinitesimal recibe energía en forma mecánica por unidad de tiempo, es decir, es la potencia
mecánica debida al movimiento (deformación) del cuerpo. El segundo término del lado derecho
representa la potencia calorífica. Llamando 𝑢𝑑𝑒𝑓 a la energía de deformación por unidad de masa,
para un material no polar, 𝜎𝑗𝑖 = 𝜎𝑖𝑗 (es decir, el esfuerzo resulta ser un tensor simétrico), de la
ecuación 4.57b se obtiene que (ver el ejercicio 2.1 d):

𝜕𝑢𝑑𝑒𝑓 .
𝜌( + 𝑣 ∙ ∇𝑢𝑑𝑒𝑓 ) = 𝜎 ∶ 𝐷 = 𝜎 ∶ 𝑒 (7.48)
𝜕𝑡 = = = =

que puede ser reescrita como:

𝐷𝑢𝑑𝑒𝑓 𝐷𝑒
𝜌( ) = 𝜎 ∶ ( 𝐷𝑡=) (7.49)
𝐷𝑡 =

De donde:

1
𝑑 𝑢𝑑𝑒𝑓 = 𝜎∶𝑑𝑒 (7.50)
𝜌 = =

Al integrar 7.50 se tiene el cambio en la energía de deformación por unidad de masa (no
necesariamente infinitesimal):

𝐸 1
∆ 𝑢𝑑𝑒𝑓 = ∫𝐸=2 𝜎
𝜌 =
∶𝑑𝑒 (7.51)
=1 =

en donde los límites de integración 𝐸1 y 𝐸2 son los valores del tensor de deformaciones finitas
= =
antes y después de la deformación de marras.

Para el caso de un material hookeano, 𝜎𝑖𝑗 = 𝜆 𝑒𝑘𝑘 𝛿𝑖𝑗 + 2𝜇𝑒𝑖𝑗 . Sustituyendo en 7.51:

𝐸2 1 𝐸2 1
∆ 𝑢𝑑𝑒𝑓 = ∫𝐸= [𝜆 𝑒𝑘𝑘 𝛿𝑖𝑗 + 2𝜇𝑒𝑖𝑗 ] 𝑑 𝑒𝑗𝑖 = ∫𝐸= [𝜆 𝑒𝑘𝑘 𝑑 𝑒𝑗𝑗 + 2𝜇𝑒𝑖𝑗 𝑑 𝑒𝑗𝑖 ] (7.52)
=1
𝜌 =1
𝜌
Para el caso de propiedades constantes, la integración de 7.52 conduce a que:

𝜆 2 2 𝜇
∆ 𝑢𝑑𝑒𝑓 = 2𝜌 {[𝑡𝑟 (𝐸2 )] − [𝑡𝑟 (𝐸1 )] } + {𝐸2 : 𝐸2 − 𝐸1 : 𝐸1 } (7.53)
= = 𝜌 = = = =

Por lo que se puede definir la energía de deformación para un sólido hookeano como:

𝜆 2 𝜇
𝑢𝑑𝑒𝑓 = 2𝜌 [𝑡𝑟 (𝐸 )] + [𝐸 : 𝐸 ] (7.54)
= 𝜌 = =

Que para el caso de deformaciones infinitesimales se reduce a:

1
𝑢𝑑𝑒𝑓 = 2𝜌 =
𝜎∶𝑒 (7.55)
=

7.6 Descripción del comportamiento no newtoniano en fluidos

Los fluidos no newtonianos y los sólidos no hookeanos son en general aquellos cuyos esfuerzos
no están relacionados linealmente con la deformación o la rapidez de deformación. Para un fluido
no newtoniano la antiguamente llamada “viscosidad aparente” no es constante, aun cuando la
temperatura y la presión se mantengan fijas, sino que depende de la velocidad de cizallamiento o
. .
corte (denominada en esta sección como 𝛾, que por lo general, en notación tensorial 𝛾 = 2 𝐷21) o
más aún, de la historia de su movimiento previo. Los fluidos no-newtonianos pueden clasificarse
en tres grandes ramas:
1. Fluidos para los cuales esfuerzo cortante 𝜎21 = 𝜏21 es una función (no lineal) únicamente
.
de la rapidez de deformación 𝛾 = 2 𝐷21 (fluidos independientes del tiempo).

2. Fluidos más complejos para los cuales la relación entre el esfuerzo cortante y la rapidez de
deformación depende del tiempo que el fluido ha estado fluyendo (fluidos dependientes
del tiempo).

3. Materiales que tienen características tanto de fluidos (son viscosos) como de sólidos, y
exhiben una recuperación elástica parcial luego de ser deformados. Estos son los
materiales viscoelásticos.

Estos tres tipos de fluidos se describen en la siguiente sección.


7.6.1 Fluidos no newtonianos independientes del tiempo

Estos fluidos pueden ser descritos mediante un simple experimento mediante la medición de su
viscosidad al corte, en donde sólo haya un único componente de la velocidad 𝑣1 en una dirección
𝑋1 que varíe de una dirección transversal 𝑋2 , por una ecuación reológica escalar de la forma:

𝑑𝑣 .
𝜎21 = 𝜏21 = 𝑓 (𝑑𝑥1 ) ó 𝜏 = 𝑓 (𝛾 ) (7.56)
2

Para un fluido newtoniano la función 7.56 es lineal; así, el esfuerzo cortante será proporcional a
la velocidad de deformación, siendo el coeficiente de viscosidad la constante de proporcionalidad
(que no depende de la rapidez de deformación). A los fluidos cuyo comportamiento reológico
puede ser descrito por una función (no lineal) como la anterior se les suele llamar como “fluidos
generalizadamente newtonianos”, aunque estrictamente sean no newtonianos. Estos fluidos
pueden a su vez clasificarse en tres tipos, dependiendo de la función 7.48. En la figura 7.2 se
muestran las gráficas de sus funciones:

1) Plásticos de Bingham

2) Fluidos seudoplásticos

3) Fluidos dilatantes

.
Un plástico de Bingham se caracteriza por una. curva que en el plano coordenado Γ Τ, en donde
se representan los puntos con coordenadas ( 𝛾 , 𝜏 ), es una recta con ordenada al origen igual a
un “esfuerzo de cedencia” 𝜏𝑐 , que es la magnitud del esfuerzo que debe ser excedido para que el
material comience a fluir. El material en realidad es un sólido, pero sometido a esfuerzos
cortantes superiores al esfuerzo de cedencia 𝜏𝑐 , fluye como si fuese un fluido newtoniano. La
ecuación reológica del plástico de Bingham es entonces:

.
𝜏 − 𝜏𝑐 = 𝜂𝑝 𝛾 ; 𝜏 > 𝜏𝑐
{ . (7.57)
𝛾 = 0; | 𝜏| ≤ 𝜏𝑐

en donde la viscosidad plástica 𝜂𝑝 es la pendiente de la primera curva (una recta) mostrada en la


figura 7.2.

El concepto de plástico de Bingham es muy útil, ya que muchos materiales se aproximan al


comportamiento modelado en 7.57, como la pasta dental, lodos de perforaciones, grasas densas,
aceites vegetales de cadenas largas saturadas, entre varios otros.
La explicación del comportamiento reológico del plástico de Bingham es que cuando éste está
en reposo mantiene una estructura tridimensional suficientemente rígida (debida a fuerzas
internas de varios tipos), que le permiten resistir a esfuerzos cortantes menores al de cedencia 𝜏𝑐 .
Cuando se excede este valor, la estructura se desintegra y el material fluye como un fluido
newtoniano. Si el esfuerzo cortante disminuye a valores inferiores al de cedencia, el material
recupera su estructura microscópica interna y deja de fluir.

.
Figura 7.2 El esfuerzo cortante 𝜏 como función de la rapidez de corte 𝛾. La primer curva
corresponde a un Plático de Bingham, en donde 𝜏𝑐 es el esfuerzo de cedencia. La segunda curva
corresponde a un fluido dilatante, comparando su comportamiento con el de uno newtoniano, y la
tercer curva corresponde a un fluido seudoplástico, también comparado con uno newtoniano.

Un fluido seudoplástico no tiene un esfuerzo de cedencia 𝜏𝑐 , y la curva típica de . estos


materiales muestra que el cociente entre el esfuerzo cortante 𝜏 y la rapidez de corte 𝛾, que
corresponde al concepto de viscosidad aparente, disminuye conforme la rapidez de corte
aumenta, como se muestra en la tercer curva de la figura 7.2; esta curva tiende a una asíntota
.
para la cual la viscosidad aparente es 𝜂0 . Si se grafica la relación 𝜏 − 𝛾 en escala logarítmica para
ambas variables, a menudo se obtiene una recta con una pendiente entre uno y cero. En
consecuencia, una relación empírica entre estas variables, conocida como “ley de la potencia” se
ha empleado ampliamente durante décadas. Esta relación, que fue propuesta en 1923 por De
Waele, y en 1925 por Ostwald, puede escribirse como:
. .
𝜏 = 𝜅 |𝛾|𝑛−1 𝛾 (7.58)

En 7.58 𝑘 y 𝑛 son constantes (𝑛 < 1) para cada fluido en particular: 𝑘 es una medida de la
consistencia del fluido: mientras más alta es 𝑘 más viscosos es el fluido; 𝑛 es una medida del
grado de no-newtonianidad de su comportamiento, mientras más diferente de 1 sea, más
desviado del comportamiento newtoniano será éste.
La viscosidad aparente para un fluido gobernado reológicamente por la ley de la potencia
puede ser expresada por:
.
𝜂 = 𝜏⁄ . = 𝜅 |𝛾|𝑛−1 (7.59)
𝛾
Puesto que 𝑛 < 1 para materiales seudoplásticos, la viscosidad aparente disminuye conforme
aumenta la rapidez de corte. Este tipo de comportamiento es común en soluciones de polímeros
de cadenas largas y muchas suspensiones. Una interpretación física de este fenómeno es que
conforme aumenta la velocidad de cizallamiento, las moléculas (de larga estructura), se alinean
progresivamente a la dirección del flujo y la viscosidad disminuye.

Entre muchas otras relaciones empíricas que han sido propuestas y empleadas para modelar el
comportamiento seudoplástico están las siguientes:

.
𝛾
Modelo de Prandtl: 𝜏 = 𝐴 𝑆𝑒𝑛−1 ( ⁄𝐶 ) (7.60)

.
𝛾
Modelo de Eyring: 𝜏 = 𝐶 𝑠𝑒𝑛 (𝜏⁄𝐴) + ⁄𝐵 (7.61)

. .
Modelo de Powell-Eyring: 𝜏 = 𝐴 𝛾 + 𝐵 𝑠𝑒𝑛ℎ−1 (𝐶 𝛾) (7.62)

1⁄
Modelo de Ellis: 𝜂 −1 = 𝜂0 −1 + 𝑚− 𝑛 (𝜏 2 )(1−𝑛)/2𝑛 (7.63)
.
𝐴𝛾 .
Modelo de Williamson: 𝜏= ⁄ . + 𝜂∞ 𝛾 (7.64)
(𝐵 + |𝛾 |)

En los modelos anteriores, 𝐴, 𝐵, 𝐶, 𝜂0 , 𝜂∞ , 𝑚 𝑦 𝑛 son constantes que han de ser evaluadas


experimentalmente para cada fluido en particular.

Los fluidos dilatantes son similares a los seudoplásticos en cuanto a que no presentan un
esfuerzo de cedencia, pero la viscosidad aparente para estos materiales se incrementa conforme
aumenta la velocidad de cizallamiento. El modelo de la ley de la potencia es también aplicable a
estos materiales pero en éstos el índice 𝑛 toma valores mayores a la unidad.

El comportamiento dilatante fue originalmente discutido por Osborne Reynolds en 1885 en


suspensiones concentradas de sólidos. Reynolds sugirió que cuando estas suspensiones
concentradas se encuentran en reposo el espacio entre las partículas sólidas es mínimo, y el
líquido apenas alcanza a llenar ese espacio. Cuando la suspensión se deforma a velocidades
pequeñas, el líquido lubrica el movimiento de una partícula tras otra, y el esfuerzo es
consecuentemente pequeño. Cuando se incrementa la rapidez de deformación el empacamiento
denso de las partículas se rompe y el material se expande o se dilata ligeramente y el espacio
entre las partículas se incrementa. En ese momento ya no hay suficiente líquido para lubricar el
movimiento de las partículas en la nueva estructura y el esfuerzo aplicado para mantener el
movimiento debe ser más grande. La formación de la nueva estructura ocasiona que la viscosidad
se incremente rápidamente conforme aumenta la velocidad de deformación. El término
“dilatante” se ha empleado desde entonces para referirse a los fluidos cuya viscosidad se
incrementa conforma aumenta la rapidez de su deformación, aunque en realidad la explicación de
Reynolds no sea del todo aplicable y el fluido no se dilate en lo absoluto El comportamiento
dilatante es mucho menos común que el seudoplástico, pero el modelo de la ley de la potencia ha
sido exitosamente aplicable para ambos en la industria.

7.6.2 Fluidos no newtonianos dependientes del tiempo

El comportamiento de muchos fluidos no puede ser descrito por una ecuación como la 7.56, la
cual es aplicable a fluidos cuya viscosidad es independiente del tiempo. La viscosidad de fluidos
más complejos depende no sólo de la rapidez de deformación, sino del tiempo en que han fluido
(sometidos a un esfuerzo cortante constante). Estos fluidos se clasifican en dos grandes grupos:
fluidos tixotrópicos y fluidos reopécticos, dependiendo de en qué caso su viscosidad disminuye o
aumenta cuando son sometidos a una rapidez de cizallamiento constante durante un cierto
periodo.

Los materiales tixotrópicos son aquellos cuya viscosidad aparente depende de la duración del
periodo en que esfuerzo cortante se mantiene, así como también de la velocidad de la rapidez de
deformación. Cuando un material tixotrópico es sometido a una rapidez de deformación cortante
constante durante un periodo posterior al reposo, la estructura interna se irá rompiendo
progresivamente y su viscosidad disminuirá con el tiempo. La rapidez con la que la estructura se
rompe durante el cizallamiento a una tasa determinada dependerá del número de
eslabonamientos estructurales a romperse y por lo tanto disminuirá con el tiempo.

Simultáneamente, la rapidez de reformación de la estructura se incrementará con el tiempo


conforme el número de posibles eslabonamientos se incrementa. Eventualmente se alcanzará un
estado de equilibrio dinámico entre el rompimiento de la estructura y su restructuración, y en este
caso el material el material se comportaría como un material plástico o uno viscoelástico. En otros
casos no se alcanza ningún equilibrio en el tiempo de observación. Esencialmente hay una
necesidad de identificar escalas de tiempo relevantes aquí, y la división entre fluidos dependientes
del tiempo, con materiales que sufren cambios permanentes en su estructura y aquellos con
grandes constantes viscoelásticas, es hasta cierto punto arbitraria.

En el caso de los fluidos reopécticos, se supone que hay una formación gradual de una
estructura microscópica originada por el cizallamiento, a contrapelo de lo que normalmente
ocurriría (la destrucción de microestructuras) por este corte. Hay a menudo una cantidad crítica de
cizallamiento más allá de la cual no se induce la reformación de la estructura y ocurre un
rompimiento de ésta. Este comportamiento se observa en, por ejemplo, una solución de
pentóxido de vanadio y bentonita. Sin embargo, existen otros materiales en los cuales la
estructura únicamente se forma cuando hay un cizallamiento y se desintegra cuando el material
deja de fluir. Esta característica de algunos materiales es llamada “reopexia”.

De cualquier modo, el comportamiento reopéctico sólo es observado a rapideces de


deformación moderadas, y para rapideces altas las estructuras no se forman. Considérese por
ejemplo el flujo de un material reopéctico a través de un tubo capilar: a moderados gradientes de
presión el flujo será rápido al inicio, y luego decrecerá conforme se forma la microestructura. A
altos gradientes de presión el flujo es siempre rápido y no decrece debido a que la estructura no
alcanza a formarse a altas rapideces de deformación.

7.7 Materiales viscoelásticos

En la teoría clásica de la elasticidad lineal, el esfuerzo en un material sólido sometido a


cizallamiento es considerado como linealmente proporcional a la magnitud de este cizallamiento.
En un fluido newtoniano el esfuerzo cortante es proporcional a la rapidez de deformación, y la
deformación no tiene mayor sentido.
En muchos los materiales, bajo las circunstancias apropiadas, los efectos tanto de la elasticidad
como de la viscosidad son bien notables, y si estos efectos no son complicados por la dependencia
del tiempo tratada en el párrafo anterior, el material es llamado un “fluido viscoelástico”. La
descripción siguiente es tomada del método de Pipkin, publicado en 1972. Desde el más amplio y
unificado punto de vista que la teoría de la elasticidad ofrece, el lector es capaz de ver que la
deformación perfectamente elástica y el flujo perfectamente viscoso son meras idealizaciones que
se aproximan a la realidad en algunas condiciones límite. Para algunos materiales son estas
condiciones limitantes las que son más fácilmente observadas. La elasticidad del agua líquida y la
viscosidad del hielo pueden pasar desapercibidas.

Al describir matemáticamente el comportamiento de los materiales, es decir, al modelar ese


comportamiento, se emplean idealizaciones que dependen fuertemente de las circunstancias a ser
descritas y no sólo se trata de la naturaleza del material. Así, se encuentra que las distinciones
entre “fluido” y “sólido”, y entre “viscoso” y “elástico” no son distinciones absolutas entre los
diferentes tipos de materiales. Los continentes van a la deriva sobre el manto geológico, que fluye
en tiempos de observación que son eras geológicas, en tanto que en períodos de segundo, horas,
días, e incluso años, se comporta como un sólido. Entonces un llamado “tiempo de relajación”,
definido más adelante, resulta de gran utilidad: un material se denominará como “viscoelástico”
cuando este tiempo de relajación y el periodo de observación de su comportamiento estén dentro
del mismo orden de magnitud.

7.8 Modelos mecánicos para el comportamiento reológico

Un método heurístico muy útil en reología consiste en emplear modelos mecánicos para
modelar los efectos viscosos, elásticos y plásticos en materiales, que consisten en una
combinación de elementos básicos (masa con fricción, resorte, amortiguador) que mediante una
analogía entre un exhaustivamente estudiado sistema masa-resorte-amortiguador, proporcione
un modelo para el comportamiento reológico básico de los materiales.
Los componentes básicos en estos modelos mecánicos son los siguientes:

I.- Un resorte lineal.- Para éste, la relación entre la deformación longitudinal Δ𝑆 y la magnitud de la
fuerza 𝐹 requerida para ésta es 𝐹𝑟𝑒𝑠𝑜𝑟𝑡𝑒 = 𝐸 Δ𝑆 , en donde E es un parámetro que incluye al
módulo de Young y las propiedades geométricas del resorte. Este resorte representa al sólido
hookeano en un modelo reológico.

II.- Un amortiguador.- Éste presenta una carga 𝐹𝑎𝑚𝑜𝑟𝑡𝑖𝑔𝑢𝑎𝑑𝑜𝑟 relacionada linealmente con la
𝑑𝑆
rapidez de deflexión por la ecuación:
𝑑𝑡

𝐹𝑎𝑚𝑜𝑟𝑡𝑖𝑔𝑢𝑎𝑑𝑜𝑟 = 𝜇 𝑑𝑆⁄𝑑𝑡 Este amortiguador representa un fluido newtoniano.

III.- Una masa sobre una superficie con fricción, jalada por el resorte.- Esta masa es jalada sobre la
superficie con fricción, representa el comportamiento elástico conforme el resorte se estira antes
de que la fuerza de fricción sea excedida. Por lo tanto, la deflexión continúa incrementándose sin
un cambio en la carga. Tal comportamiento representa la plasticidad y este componente del
modelo reológico es llamado el “cuerpo de St. Venant”.

En un modelo, estos elementos se combinan entre ellos en serie o en paralelo. Dos


componentes en serie llevarán la misma carga, y la deflexión en el modelo corresponderá a la
suma de las deflexiones de los componentes. Cuando los componentes se conecten en paralelo,
las deflexiones se ellos serán las mismas, mientras que la carga sobre el modelo será la suma de
las cargas sobre cada elemento.

Si un resorte y un amortiguador se conectan en serie, el modelo corresponderá a lo que se


conoce como un “líquido de Maxwell”, abreviado como M = H-N (H de Hookeano y N de
newtoniano; M de Maxwell). El símbolo – corresponde a una conexión en serie, en tanto que el
símbolo | corresponde a una conexión en paralelo.

Figura 7.3. Modelo mecánico-reológico del líquido de Maxwell.


La ecuación reológica de estado para un material de Maxwell se obtiene como sigue:

. .
Para el componente hookeano, 𝜏 = 𝐺 𝛾𝐻 y entonces 𝜏 = 𝐺 𝛾𝐻 (7.65)

No perder de vista que el módulo de rigidez al corte es igual al primer coeficiente


.
de elasticidad
de Lamé, es decir: 𝐺 = 𝜇𝐿𝑎𝑚é . Ahora, para el componente newtoniano, 𝜏 = 𝜇 𝛾𝑁 (7.66)

Por lo tanto, la ecuación reológica de estado para un líquido de Maxwell es:

. . . . . .
𝛾 = 𝛾𝐻 + 𝛾𝑁 = 𝜏⁄𝐺 + 𝜏⁄𝜇
𝐺
ó 𝜏+ 𝜏=𝐺𝛾 (7.67)
𝜇

Al integrar 7.67 entre los límites: 𝜏(0) = 𝜏0 y 𝜏 (𝑡) , se obtiene la ecuación:

𝐺 𝐺 ′
− 𝑡 𝑡 . 𝑡
𝜏 (𝑡) = 𝑒 𝜇 [𝜏0 + 𝐺 ∫0 𝛾 𝑒 𝜇 𝑑𝑡 ′ ] (7.68)

𝜇
Aquí, 𝐺
tiene dimensiones de tiempo, y es el llamado “tiempo de relajación 𝑡𝑟𝑒𝑙 ”.

.
Para el caso especial en que la rapidez de cizallamiento 𝛾 es constante, de la ecuación 7.68 se
tiene que:

. − . 𝑡⁄
𝜏(𝑡) = 𝜇 𝛾 + (𝜏0 − 𝜇 𝛾 ) 𝑒 𝑡𝑟𝑒𝑙 (7.69)

La ecuación 7.69 revela varios aspectos acerca del comportamiento de un líquido de Maxwell.
En primer lugar, si éste es cargado con un esfuerzo inicial 𝜏0 y la deformación de allí en adelante se
.
mantiene constante, entonces 𝛾 = 0 y :

− 𝑡⁄𝑡
𝜏(𝑡) = 𝜏0 𝑒 𝑟𝑒𝑙 (7.70)
Así, conforme el tiempo transcurre, el esfuerzo cortante disminuye exponencialmente
. 𝜏
tendiendo a cero, y el tiempo de relajación adquiere un claro sentido. Ahora bien, si 𝛾 = 0⁄𝜇 ,
.
𝜏 = 0, es decir que, si la deformación se incrementa con esta tasa, el esfuerzo permanecerá
. 𝜏
constante. Esto corresponde a un estado de fluencia. Por último, para 𝛾 ≠ 0⁄𝜇 el esfuerzo
.
tenderá asintóticamente a 𝜇 𝛾 conforme el tiempo pase. Si el líquido de Maxwell se descarga
súbitamente, el resorte volverá a su longitud inicial, pero el amortiguador conservará la longitud
que haya alcanzado al instante de la descarga. Existirá entonces una deformación elástica y una
deformación plástica permanente.

Si la conexión entre el resorte y el amortiguador se efectúa en paralelo en vez de en serie, el


modelo obtenido corresponde al llamado “sólido de Kelvin-Voigt”: KV = H | N. Este material
también presenta viscosidad y elasticidad, y modela materiales como la lava volcánica caliente, y
el vidrio.

Su ecuación reológica de estado se obtiene en seguida.

Para una conexión en paralelo, si se aplica al sistema un esfuerzo 𝜏 :


.
𝜏=𝐺𝛾+ 𝜇𝛾 (7.71)

Al integrar 7.71 con las condiciones límite adecuadas, se obtiene que:


−𝑡⁄𝑡 1 𝑡 𝑡⁄
𝛾 (𝑡) = 𝑒 𝑟𝑒𝑙 (𝛾0 + ∫ 𝜏 𝑒 𝑡𝑟𝑒𝑙 𝑑𝑡 ′ ) (7.72)
𝜇 0

Figura 7.4. Modelo mecánico-reológico del sólido de Kelvin-Voigt.


Si el esfuerzo 𝜏 es constante e igual a 𝜏0 , entonces:

− 𝑡⁄𝑡 𝜏0 𝑡⁄ 𝜏0 𝜏 −𝑡
𝛾 (𝑡) = 𝑒 𝑟𝑒𝑙 (𝛾0 +
𝐺
𝑒 𝑡𝑟𝑒𝑙 ) = ⁄𝐺 + ( 𝛾0 − 0⁄𝐺 ) 𝑒 ⁄𝑡𝑟𝑒𝑙 (7.73)

Así, para 𝜏0 = 𝐺 𝛾0 , la deformación permanecerá constante (e igual a 𝛾0 ), mientras que con


𝜏
valores más pequeños o más grandes de 𝜏0 , la deformación tenderá asintóticamente a 0⁄𝐺
conforme el tiempo transcurre.

En el sólido de Kelvin-Voigt no hay plastificación. En efecto, si después de cargado el material se


descarga, el resorte obligará al amortiguador a recuperar su longitud inicial. Se trata entonces de
un sólido que sin ser puramente elástico, recupera su longitud inicial al suprimirse la carga en un
cierto periodo.

Un plástico de Bingham, descrito en la sección 7.6.1, puede modelarse mediante una conexión
en serie de un cuerpo de St. Venant con un fluido newtoniano, es decir: B = St. V – N.

Figura 7.5. Modelo mecánico-reológico del plástico de Bingham.

A manera de resumen, en este capítulo se presentaron las ecuaciones constitutivas tensoriales


para el esfuerzo de dos materiales universalmente conocidos: el fluido newtoniano y el sólido
hookeano. Este tratamiento puede extenderse a sólidos no linealmente elásticos, para materiales
viscoelásticos y para materiales aún más complejos. Para estos últimos se presentaron modelos
empíricos y semiempíricos escalares con los que se puede trabajar para resolver algunos
problemas con fluidos no newtonianos. Asimismo, se bosquejó cómo mediante modelos
mecánicos-reológicos se puede modelar el comportamiento de estos materiales y obtener
información cualitativa de lo más interesante acerca de este comportamiento, que en verdad es
observado en muchos materiales en la naturaleza y en la industria y los laboratorios. La reología es
una ciencia en continuo desarrollo, y sus últimos alcances no pretender ser tratados en el presente
libro, pero sí el dar una idea de cómo se procede en la modelación reológica de los materiales.

En la figura 7.6 se muestra una clasificación (limitada y burda) de los materiales de acuerdo con
su comportamiento reológico, en dos series: en la superior se muestran los diagramas en la cual la
deformación cortante se grafica como función del tiempo. Éstas representan deformaciones bajo
esfuerzos cortantes constantes. En la serie de abajo, en donde el esfuerzo cortante es mostrado
como función de la deformación o la rapidez de deformación, el tiempo tiene cualquier valor.

Figura 7.6 Clasificación reológica simplificada de los materiales.


Las líneas continuas representan deformación bajo condiciones de esfuerzo; las líneas
punteadas representan el comportamiento después de retirar el esfuerzo. Cuando aparece más de
una curva se indica que hay varias posibilidades para el comportamiento reológico del material.

Entre los materiales que aparecen en la figura 7.6 se encuentran el sólido hookeano y el sólido
no linealmente elástico, el fluido newtoniano y los fluidos no newtonianos, incluyendo los
materiales viscoelásticos y los plásticos.

Arriba de la figura se presentan dos casos ideales en extremo: el cuerpo rígido (un sólido que no
se deforma en absoluto, por grandes que sean los esfuerzos a los que se le someta), y el fluido no
viscoso de Euler (que no presenta ninguna resistencia al flujo, como en verdad ocurre en el
fenómeno criogénico de superfluidez).

------

Ejercicios

7.1 Determinar los valores de 𝜆, 𝜇 𝑦 𝐾 para el acero, bronce, aluminio, y magnesio usando los
valores del módulo de Young 𝐸 y del coeficiente de Poisson 𝜈 dados en la siguiente tabla.

MATERIAL E , (GPa) 𝝂
Acero 210 0,30
Bronce 108 0,33
Aluminio 71 0,33
Magnesio 45 0,35

7.2 El estado de esfuerzos en un punto de una pieza de acero está dado por:
220 100 60
𝜎 = (100 80 40 ) 𝑀𝑃𝑎
=
60 40 140

Determinar las deformaciones principales en ese mismo punto.

7.3 El estado de esfuerzos en un punto de una pieza de aluminio está dado por:

140 140 0
𝜎 = (140 −60 0 ) 𝑀𝑃𝑎
=
0 0 70

Determinar las tres deformaciones infinitesimales principales, las direcciones principales del
tensor de deformaciones infinitesimales, y la deformación cortante máxima.
7.4 Un sólido de Kelvin-Voigt tiene un módulo de rigidez al corte de 𝐺 = 90 𝐺𝑃𝑎 , y una
viscosidad de 𝜇 = 2 × 1015 𝑃𝑎 𝑠. Una muestra de este material se somete a un esfuerzo cortante
de 40 𝑀𝑃𝑎 durante 18 horas y luego se le interrumpe la aplicación del esfuerzo, impidiendo que
se siga deformando. Calcular la consiguiente reducción del esfuerzo.

7.5 Un líquido de Maxwell tiene un módulo de rigidez al corte de 𝐺 = 1,4 𝐺𝑃𝑎 y una viscosidad
𝜇 = 3,4 × 109 𝑃𝑎 𝑠. Calcular la deformación unitaria dos segundos después de dejar de aplicar un
esfuerzo cortante de 0,5 MPa. Trazar la curva de relajación de los esfuerzos, con la suposición de
que precisamente dos segundos después de dejar de aplicar el esfuerzo se impide que prosiga la
deformación.
TERCERA PARTE

APLICACIONES BÁSICAS
8. APLICACIONES EN FLUJOS Y DEFORMACIONES

INTRODUCCIÓN

En este último capítulo se presentan algunos pocos ejemplos de aplicación a la mecánica de


fluidos newtonianos y no newtonianos, así como algunos ejercicios elementales en mecánica de
sólidos. La metodología empleada en este capítulo para plantear y resolver estos problemas se
bosquejó al inicio del capítulo anterior: a partir de las ecuaciones diferenciales de balance
desarrolladas en el capítulo 4, se sustituyen en éstas la ecuación constitutiva del material que se
esté manejando. Estableciendo las condiciones límite (condiciones iniciales y de frontera) a estas
ecuaciones, previa consideración de ecuaciones de estado pertinentes y el posible establecimiento
de hipótesis simplificadoras, se procede a resolver el sistema de ecuaciones simultáneas.

Lo anterior por lo general requiere del auxilio de sistemas de cómputo y software especializado,
ya que casi siempre las ecuaciones diferenciales son no lineales y no es viable su solución analítica.
Sin embargo, para algunos casos bien conocidos, los términos no lineales son nulos y la solución es
relativamente fácil de encontrar. Tal es el caso de las soluciones exactas de los pocos problemas
de mecánica de fluidos presentados en seguida.

8.1 Soluciones exactas de la ecuación de Navier-Stokes

Para el caso de un escurrimiento no compresible, como en la práctica es el flujo de los líquidos,


y aún el de los gases a bajas velocidades (comparadas con la velocidad del sonido en el gas), la
ecuación de Navier-Stokes se simplifica mucho al desaparecer el término que involucra al segundo
coeficiente de viscosidad. Si además el flujo es isotérmico, puede considerarse que el coeficiente
de viscosidad dinámica es constante y los gradientes de esta viscosidad serán nulos. Pero la gran
simplificación se tendrá cuando por las circunstancias del flujo los términos no lineales sean todos
nulos. Esto permite la solución de la ecuación de Navier-Stokes súper simplificada por métodos
analíticos bien conocidos desde hace más de un siglo.

Las soluciones exactas se pueden clasificar en dos categorías. En la primera de ellas los términos
no lineales 𝑣 ∙ 𝛻𝑣 de la ecuación son nulos. Los ejemplos que en seguida se presentan
corresponden a esta categoría. La segunda categoría corresponde a situaciones en que los
términos no lineales no son nulos, pero que con algunas manipulaciones matemáticas se han
podido resolver analíticamente. Sin embargo, ya entrados en la segunda década del siglo XXI aún
no es bien conocido algún método analítico para resolver la ecuación de Navier-Sotkes en su caso
más general. Esto no es un problema mayor en la ingeniería, puesto que siempre es posible
recurrir a métodos computacionales para tratar de hallar soluciones suficientemente apegadas a la
realidad.

8.1.1 El flujo de Couette


Quizás el flujo más simple que conceptualmente puede ser modelado consiste en el flujo
newtoniano incompresible y permanente entre dos placas planas paralelas, debidas a cualesquier
combinación de las siguientes causas:
a) La imposición de un gradiente de presión en la dirección del flujo, pero en general en
sentido contrario a éste, ya que el gradiente apuntará en el sentido en que la presión
aumente, y el flujo escurrirá de zonas de alta presión hacia zonas de menor presión.
b) Que las placas estén inclinadas un ángulo con respecto a la horizontal. Por la acción de la
gravedad el flujo escurrirá “hacia abajo”.
c) Que alguna de las placas se esté moviendo. Por la condición de no deslizamiento, la
velocidad del fluido adherido a la placa que se mueva, tendrá exactamente esa misma
velocidad. Habrá entonces un gradiente en la velocidad puesto que en la otra placa la
velocidad será nula, o al menos diferente.

Supóngase que las placas son muy largas y anchas (comparadas con la separación ℎ entre ellas).
Conviene elegir un marco cartesiano ortogonal con el eje 𝑋1 en la dirección del flujo. Como
hipótesis simplificadora se supondrá que los componentes de la velocidad en las direcciones de los
ejes 𝑋2 y 𝑋3 es cero, es decir, el flujo es unidireccional. En la figura 8.1 se representan las placas
con una inclinación 𝛼 con respecto a la horizontal; la placa superior se desliza hacia arriba en el
sentido contrario al considerado positivo para el eje 𝑋1 con una rapidez 𝑉. Se desea conocer el
campo de presiones 𝑝 = 𝑝 (𝑥1 , 𝑥2 ) , el campo de velocidades 𝑣1 = 𝑣1 ( 𝑥2 ) , el campo de
esfuerzos 𝜎 = 𝜎 (𝑥1 , 𝑥2 ) y el campo de vorticidades 𝜔 = 𝜔 (𝑥2 ).
= = − −

Figura 8.1 Flujo permanente entre dos placas paralelas separadas una distancia ℎ y formando un
ángulo 𝛼 con respecto a la horizontal. La placa superior se desliza con una rapidez 𝑉 en sentido
negativo del eje 𝑋1 , y existe un componente del gradiente de presión en la dirección del flujo, que
desciende bajo la acción de la gravedad 𝑔.

Por hipótesis, 𝑣2 = 𝑣3 = 0, 𝑣1 = 𝑣1 (𝑥2 ) y no hay variaciones en la dirección transversal al
flujo, es decir, en la dirección del eje 𝑋3 . Si hubiese la duda acerca de si 𝑣1 podría ser función de
𝑥1 , ésta se disipa al hacer un balance de masa, es decir, al considerar la ecuación de continuidad,
como se ve en seguida.

Balance de masa.- Aplicando la ecuación de balance instantáneo de masa en coordenadas


cartesianas (ecuación A3.29 del Apéndice 3):

𝜕𝜌 𝜕 𝜕 𝜕
𝜕𝑡
+ 𝜕𝑥 (𝜌𝑣1 ) + 𝜕𝑥 (𝜌𝑣2 ) + 𝜕𝑥 (𝜌𝑣3 ) = 0 (A3.29)
1 2 3

El primer término del miembro izquierdo es cero, ya que por hipótesis el flujo es permanente,
el tercer y cuarto términos también son nulos, ya que se ha supuesto que 𝑣2 = 𝑣3 = 0 . Como
𝜕𝑣1
además la densidad es contante, la ecuación de balance de masa se reduce a que = 0 , por lo
𝜕𝑥1
que 𝑣1 no depende de 𝑥1 . Así, no hay duda de que 𝑣1 = 𝑣1 (𝑥2 ) .

Balance de momentum.- Como el fluido es newtoniano con propiedades constantes, las


ecuaciones de Navier-Stokes en coordenadas cartesianas (ecuaciones A3.35, A3.36 y A3.37 del
Apéndice 3), se simplifican como sigue:

Componente en la dirección del eje 𝑋1 :

𝜕𝑣1 𝜕𝑣1 𝜕𝑣1 𝜕𝑣1 𝜕𝑝 𝜕2 𝑣1 𝜕2 𝑣1 𝜕2 𝑣1


𝜌( + 𝑣1 + 𝑣2 + 𝑣3 ) =− +𝜇( + + )+ 𝜌𝑓1 (8.1a)
𝜕𝑡 𝜕𝑥1 𝜕𝑥2 𝜕𝑥3 𝜕𝑥1 𝜕𝑥1 2 𝜕𝑥2 2 𝜕𝑥3 2

Todos los términos del miembro izquierdo son nulos, y 𝑓1 = 𝑔 𝑠𝑒𝑛𝛼 , por lo que 8.1a queda como:

𝜕𝑝 𝑑 2 𝑣1
0 = − 𝜕𝑥 + 𝜇 𝑑𝑥22
+ 𝜌𝑔 𝑠𝑒𝑛 𝛼 (8.1b)
1

Componente en la dirección del eje 𝑋2 :

𝜕𝑣2 𝜕𝑣2 𝜕𝑣2 𝜕𝑣2 𝜕𝑝 𝜕2 𝑣2 𝜕2 𝑣2 𝜕2 𝑣2


𝜌( + 𝑣1 + 𝑣2 + 𝑣3 ) =− +𝜇( + + )+ 𝜌𝑓2 (8.2a)
𝜕𝑡 𝜕𝑥1 𝜕𝑥2 𝜕𝑥3 𝜕𝑥2 𝜕𝑥1 2 𝜕𝑥2 2 𝜕𝑥3 2

Todos los términos del miembro izquierdo también son nulos, y 𝑓2 = −𝑔 cos 𝛼 , por lo que 8.2a es:

𝜕𝑝
0=− − 𝜌𝑔 cos 𝛼 (8.2b)
𝜕𝑥2

Componente en la dirección del eje 𝑋3 :

𝜕𝑣 𝜕𝑣 𝜕𝑣 𝜕𝑣 𝜕𝑝 𝜕2 𝑣 𝜕2 𝑣 𝜕2 𝑣
𝜌 ( 𝜕𝑡3 + 𝑣1 𝜕𝑥3 + 𝑣2 𝜕𝑥3 + 𝑣3 𝜕𝑥3 ) = − 𝜕𝑥 + 𝜇 (𝜕𝑥 32 + 𝜕𝑥 32 + 𝜕𝑥 32 ) + 𝜌𝑓3 (8.3a)
1 2 3 3 1 2 3

En 8.3a todos los términos son nulos, por lo que no juega ningún papel relevante en la solución.
Condiciones de frontera.- Las condiciones de frontera para estas ecuaciones son las siguientes:
𝑣1 (0) = 0 (8.4)
𝑣1 (ℎ) = −𝑉 (8.5)
𝑝 (0, 0) = 𝑝0 (8.6)

Al integrar (con respecto a la variable 𝑥2 ) la ecuación 8.2b se obtiene que:

𝑝 (𝑥1 , 𝑥2 ) = − ( 𝜌𝑔 cos 𝛼)𝑥2 + 𝑓 (𝑥1 ) (8.7)

en donde 𝑓 (𝑥1 ) es una función arbitraria de únicamente la variable 𝑥1 .

Sustituyendo la presión dada en 8.7, en la ecuación 8.1b , se tiene que:

𝑑𝑓 𝑑 2 𝑣1
0 = − 𝑑𝑥 + 𝜇 𝑑𝑥22
+ 𝜌𝑔 𝑠𝑒𝑛 𝛼 (8.8a)
1

La ecuación 8.8a puede reescribirse como:

𝑑𝑓 𝑑2 𝑣1
= 𝜇 + 𝜌𝑔 𝑠𝑒𝑛 𝛼 = 𝐴 (8.8b)
𝑑𝑥1 𝑑𝑥22

El miembro izquierdo de 8.8b sólo puede ser función de 𝑥1 , en tanto que el lado derecho sólo lo es
de 𝑥2 , por lo que la única posibilidad de que sean iguales es que tengan un valor constante, por
𝑑𝑓 𝜕𝑝
ejemplo 𝐴, como aparece en 8.8b. Se espera que 𝑑𝑥1
= 𝜕𝑥1
tenga un valor negativo cuando el flujo
sea debido únicamente al gradiente de presión. Así que, en general, 𝐴 < 0.

La ecuación 8.8b da lugar a las siguientes dos ecuaciones:

𝑑𝑓
= 𝐴 (8.9)
𝑑𝑥1
𝑑2 𝑣1
y: 𝜇 + 𝜌𝑔 𝑠𝑒𝑛 𝛼 = 𝐴 (8.10)
𝑑𝑥22

Al integrar la ecuación 8.9 se obtiene que 𝑓 (𝑥1 ) = 𝐴 𝑥1 + 𝐶 (8.11)

Al sustituir la función dada en 8.11 en la ecuación 8.7, que determina completamente al campo de
presiones, se tiene que:

𝑝 (𝑥1 , 𝑥2 ) = 𝐴 𝑥1 − ( 𝜌𝑔 cos 𝛼)𝑥2 + 𝑝0 (8.12)

La ecuación 8.12 da el campo de presiones en términos eulerianos. Nótese que la presión disminuye
linealmente en la dirección de flujo (𝐴 < 0), y que en la dirección perpendicular al flujo, es decir la
dirección del eje 𝑋2 , la variación es idéntica a la variación hidrostática de la presión. La constante de
integración 𝐶 en 8.11 es claramente igual a 𝑝0 .

Ahora bien, la ecuación 8.10 se puede reescribir como:

𝑑 2 𝑣1 𝐴−𝜌𝑔 𝑠𝑒𝑛 𝛼
= (8.13)
𝑑𝑥22 𝜇

Integrando dos veces con respecto a la variable 𝑥2 se obtiene, para el campo de velocidades, que:

𝐴−𝜌𝑔 𝑠𝑒𝑛 𝛼
𝑣1 (𝑥2 ) = 𝑥22 + 𝐶1 𝑥2 + 𝐶2 (8.14)
2𝜇

De las condiciones de frontera 8.4 y 8.5: 𝑣1 (0) = 0 y 𝑣1 (ℎ) = −𝑉, se obtienen los valores para
las constantes de integración:
𝜌𝑔 𝑠𝑒𝑛 𝛼 − 𝐴 𝑉
𝐶2 = 0 y 𝐶1 = 𝑥22 − (8.15)
2𝜇 ℎ

Sustituyendo estas constantes en 8.14, se obtiene el campo de velocidades unidimensional:

(𝜌𝑔 𝑠𝑒𝑛 𝛼−𝐴)ℎ2 𝑥 𝑥 2 𝑥


𝑣1 (𝑥2 ) =
2𝜇
[( ℎ2 ) − ( ℎ2) ] − 𝑉 ( ℎ2) (8.16)

Nótese que:
a) La velocidad tiene un perfil parabólico. Para el caso de que las dos placas estén fijas (𝑉 = 0) la

velocidad máxima se presenta en 𝑥2 = 2 y tiene una magnitud directamente proporcional al
cuadrado de la separación entre las placas, e inversamente proporcional al coeficiente
dinámico de viscosidad:

ℎ (𝜌𝑔 𝑠𝑒𝑛 𝛼−𝐴)ℎ2


𝑣1 𝑚á𝑥 = 𝑣1 ( ) = (8.17)
2 8𝜇

b) Si las placas estuviesen horizontales, se tendría que 𝑠𝑒𝑛 𝛼 = 0, y si además las placas
estuviesen fijas, el flujo sería debido únicamente al componente longitudinal del gradiente de
𝜕𝑝
la presión 𝐴 = . Éste deberá ser negativo para que el flujo escurra en sentido positivo del
𝜕𝑥1
eje 𝑋1 .

c) Si las placas estuviesen horizontales y el componente longitudinal del gradiente de presión


fuese nulo, se tendría un perfil lineal de velocidades, iniciando en cero sobre la placa inferior, y
alcanzando el valor de −𝑉 en la placa superior.
El campo de esfuerzos puede determinarse de las ecuaciones a partir de la ecuación constitutiva del
fluido newtoniano dada en 7.10b:
𝜕𝑣 𝜕𝑣 𝜕𝑣𝑖
𝜎𝑖𝑗 = − 𝑝 𝛿𝑖𝑗 + 𝜆 ( 𝜕𝑥𝑙 ) 𝛿𝑖𝑗 + 𝜇 (𝜕𝑥𝑗 + 𝜕𝑥𝑗
) (7.10b)
𝑙 𝑖

en la que la divergencia de la velocidad es nula, por lo que:

𝜕𝑣 𝜕𝑣𝑖
𝜎𝑖𝑗 = − 𝑝 𝛿𝑖𝑗 + 𝜇 (𝜕𝑥𝑗 + 𝜕𝑥𝑗
) = − 𝑝 𝛿𝑖𝑗 + 2 𝜇 𝐷𝑖𝑗 (8.18)
𝑖

De 8.18 se obtiene que:

𝜎11 = 𝜎22 = 𝜎33 = −𝑝 = −𝐴 𝑥1 + ( 𝜌𝑔 cos 𝛼)𝑥2 − 𝑝0 (8.19)

𝑑𝑣1 (𝜌𝑔 𝑠𝑒𝑛 𝛼−𝐴)ℎ 2𝑥2 𝑉


𝜎12 = 𝜎21 = 𝜇 = [1 − ]−𝜇 ℎ (8.20)
𝑑𝑥2 2 ℎ

𝜎13 = 𝜎31 = 0 (8.21)

𝜎23 = 𝜎32 = 0 (8.22)

El campo de vorticidades se obtiene a partir de la ecuación 6.67 del capítulo 6:

𝜕𝑣𝑗 𝜕𝑣 𝜕𝑣 𝜕𝑣1 𝜕𝑣3 𝜕𝑣2 𝜕𝑣1


𝜔𝑖 = 𝜀𝑖𝑗𝑘 = (𝜕𝑥3 − 𝜕𝑥2 𝜕𝑥3

𝜕𝑥1 𝜕𝑥1

𝜕𝑥2
) (6.67)
𝜕𝑥𝑖 2 3

𝑑𝑣1
que para este flujo se reduce a: 𝜔 = (0 0 −
𝑑𝑥2
), por lo que el campo de vorticidades es:

(𝐴−𝜌𝑔 𝑠𝑒𝑛 𝛼)ℎ 2𝑥2 𝑉


𝜔1 = 𝜔2 = 0 ; 𝜔3 (𝑥2 ) = [1 − ]+ ℎ (8.23)
2𝜇 ℎ

8.1.2 El flujo de Poiseuille

Se le llama flujo de Poiseuille al flujo permanente de un fluido newtoniano a través de un


conducto cilíndrico de cualquier sección transversal. Aunque no se conoce una solución general
para el flujo de Poiseuille, cuando la sección transversal es circular se tiene el caso de la mayoría
de los flujos entubados, por lo que su solución es de mucho interés práctico. Su solución es bien
conocida y se presenta en el siguiente ejemplo. Otros casos en los que la solución es exacta
corresponde una a una sección transversal elíptica, y otra cuando es triangular equilátera. En
seguida se presenta el caso de mayor interés.
Ejemplo 1.- Flujo newtoniano en régimen permanente con propiedades constantes (  ,  ,  ), a
través de un conducto cilíndrico recto de sección circular, existe un componente del gradiente de
presión en la dirección del flujo, que desciende bajo la acción de la gravedad 𝑔. Se desea conocer

el campo de presiones 𝑝 = 𝑝 (𝑟, 𝜃, 𝑧), el campo de velocidades 𝑣𝑧 = 𝑣𝑧 ( 𝑟), el campo de
esfuerzos 𝜎 = 𝜎 (𝑟, 𝜃, 𝑧) y el campo de vorticidades 𝜔 = 𝜔 (𝑟).
= = − −

gz=gsen
g
gt=gcos

Figura 8.2 Flujo newtoniano permanente a través de un cilindro circular recto de radio R inclinado
un ángulo 𝛼 con respecto a la horizontal. Existe un componente del gradiente de presión en la
dirección del flujo, que se mueve además bajo la acción de la gravedad, cuyos componentes en las
direcciones radial, azimutal y axial son: (𝑔 cos 𝛼) cos 𝜃, − (𝑔 𝑐𝑜𝑠 𝛼) 𝑠𝑒𝑛 𝜃 𝑦 𝑔 𝑠𝑒𝑛 𝛼.

Conviene elegir un marco de referencia en coordenadas cilíndricas, con el eje 𝑍 en el eje del
conducto, apuntando en la dirección del flujo. Por hipótesis 𝑣𝑟 = 𝑣𝜃 = 0, 𝑣𝑧 = 𝑣𝑧 (𝑟) y no hay
variaciones en la dirección azimutal. Si hubiese la duda acerca de si 𝑣𝑧 podría ser función de 𝑧,
ésta se disipa al hacer un balance de masa, es decir, al considerar la ecuación de continuidad.

Balance de masa.- Aplicando la ecuación de balance instantáneo de masa en coordenadas


cilíndricas (ecuación A3.30 del Apéndice 3):

𝜕𝜌 1 𝜕 1 𝜕 𝜕
+ 𝑟 𝜕𝑟 (𝜌𝑟𝑣𝑟 ) + 𝑟 𝜕𝜃 (𝜌𝑣𝜃 ) + 𝜕𝑧 (𝜌𝑣𝑧 ) = 0 (A3.30)
𝜕𝑡

El primer término del miembro izquierdo es cero, ya que por hipótesis el flujo es permanente,
el segundo y el tercer términos también son nulos, ya que se ha supuesto que 𝑣𝑟 = 𝑣𝜃 = 0 .
𝜕𝑣𝑧
Como además la densidad es contante, la ecuación de balance de masa se reduce a que 𝜕𝑧
=0,
por lo que 𝑣𝑧 no depende de 𝑧 . Así, no hay duda de que 𝑣𝑧 = 𝑣𝑧 (𝑟).

Balance de momentum.- Como el fluido es newtoniano con propiedades constantes, las


ecuaciones de Navier-Stokes en coordenadas cilíndricas (ecuaciones A3.41, A3.42 y A3.43 del
Apéndice 3), se simplifican como sigue.

Componente en la dirección de 𝑅:
𝜕𝑣 𝜕𝑣𝑟 𝑣𝜃 𝜕𝑣𝑟 𝑣𝜃 2 𝜕𝑣𝑟 𝜕𝑝 𝜕 1 𝜕 1 𝜕2 𝑣𝑟
𝜌 ( 𝜕𝑡𝑟 + 𝑣𝑟 𝜕𝑟
+ 𝑟 𝜕𝜃
− 𝑟
+ 𝑣𝑧 𝜕𝑧
) = − 𝜕𝑟 + 𝜇 [𝜕𝑟 (𝑟 𝜕𝑟 (𝑟𝑣𝑟 )) + 𝑟2 𝜕𝜃2

2 𝜕𝑣𝜃 𝜕2 𝑣𝑟
𝑟 2 𝜕𝜃
+ 𝜕𝑧 2
] + 𝜌𝑓𝑟 (A3.41)

Es fácil comprobar que todos los términos del miembro izquierdo son nulos, y que en el
miembro derecho sólo sobreviven el componente del gradiente de la presión y el componente de
la fuerza de gravedad, de modo que A3.41 se reduce a:

𝜕𝑝
0 = − 𝜕𝑟 + 𝜌𝑔 cos 𝛼 cos 𝜃 (8.24)

Componente en la dirección de 𝛩:
𝜕𝑣𝜃 𝜕𝑣𝜃 𝑣𝜃 𝜕𝑣𝜃 𝑣𝑟 𝑣𝜃 𝜕𝑣𝜃 1 𝜕𝑝 𝜕 1 𝜕 1 𝜕 2 𝑣𝜃 2 𝜕𝑣𝑟
𝜌( + 𝑣𝑟 + + + 𝑣𝑧 ) =− +𝜇[ ( (𝑟𝑣𝜃 )) + − +
𝜕𝑡 𝜕𝑟 𝑟 𝜕𝜃 𝑟 𝜕𝑧 𝑟 𝜕𝜃 𝜕𝑟 𝑟 𝜕𝑟 𝑟 2 𝜕𝜃2 𝑟 2 𝜕𝜃
𝜕2 𝑣 𝜃
𝜕𝑧 2
] + 𝜌𝑓𝜃 (A3.42)

En ésta también todo el miembro izquierdo es nulo, y en el derecho sólo quedan el componente
del gradiente de la presión y el componente de la fuerza de gravedad, de modo que A3.42 se
reduce a:
1 𝜕𝑝
0=− − 𝜌𝑔 cos 𝛼 𝑠𝑒𝑛 𝜃 (8.25)
𝑟 𝜕𝜃

Componente en la dirección de 𝑍:
𝜕𝑣 𝜕𝑣𝑧 𝑣𝜃 𝜕𝑣𝑧 𝜕𝑣𝑧 𝜕𝑝 1 𝜕 𝜕𝑣𝑧 1 𝜕2 𝑣𝑧 𝜕2 𝑣𝑧
𝜌 ( 𝜕𝑡𝑧 + 𝑣𝑟 𝜕𝑟
+ 𝑟 𝜕𝜃
+ 𝑣𝑧 𝜕𝑧
) = − 𝜕𝑧 + 𝜇 [𝑟 𝜕𝑟 (𝑟 𝜕𝑟
) + 𝑟 2 𝜕𝜃2
+ 𝜕𝑧 2
] + 𝜌𝑓𝑧 (A3.43)

Nuevamente el lado izquierdo es nulo, y la ecuación A.3.43 se reduce a:

𝜕𝑝 1 𝜕 𝜕𝑣𝑧
0 = − 𝜕𝑧 + 𝜇 (𝑟 𝜕𝑟 (𝑟 𝜕𝑟
)) + 𝜌 𝑔 𝑠𝑒𝑛 𝛼 (8.26)

Condiciones de frontera.- Las condiciones de frontera para estas ecuaciones son las siguientes:

𝑣𝑧 (0) 𝑒𝑠 𝑓𝑖𝑛𝑖𝑡𝑎 (8.27)


𝑣𝑧 (𝑅) = 0 (8.28)
𝑝 (0, 0,0) = 𝑝0 (8.29)

Al integrar la ecuación 8.24 (con respecto a la variable radial 𝑟) se obtiene que:

𝑝(𝑟, 𝜃, 𝑧) = 𝜌 𝑔 cos 𝛼 𝑟 cos 𝜃 + 𝑓1 (𝜃, 𝑧) (8.30)

en donde 𝑓1 (𝜃, 𝑧) es una función arbitraria de 𝜃 𝑦 𝑧 .


Al integrar la ecuación 8.25 (con respecto a la variable azimutal ) se obtiene ahora:

𝑝(𝑟, 𝜃, 𝑧) = 𝜌 𝑔 cos 𝛼 𝑟 cos 𝜃 + 𝑓2 (𝑟, 𝑧) (8.31)

Al comparar las ecuaciones 8.30 y 8.31 se hace evidente que:

𝑓1 (𝜃, 𝑧) = 𝑓2 (𝑟, 𝑧) = 𝑓 (𝑧) (8.32)

𝜕𝑝 𝑑𝑓
De este modo: 𝜕𝑧
= 𝑑𝑧
es una función únicamente de 𝑧. Sustituyendo en 8.26 se tiene que:

𝑑𝑓 1 𝜕 𝜕𝑣𝑧
= 𝜇 (𝑟 𝜕𝑟 (𝑟 )) + 𝜌 𝑔 𝑠𝑒𝑛 𝛼 =𝐴 (8.33)
𝑑𝑧 𝜕𝑟

El miembro izquierdo de 8.33 sólo puede ser función de 𝑧, en tanto que el derecho sólo lo es de
𝑟, de modo que deben ser una constante, llamada 𝐴 en 8.33.

La ecuación 8.33 da lugar a las dos ecuaciones siguientes:

𝑑𝑓
=𝐴 (8.34)
𝑑𝑧

1 𝜕 𝜕𝑣𝑧
𝜇 (𝑟 𝜕𝑟 (𝑟 )) + 𝜌 𝑔 𝑠𝑒𝑛 𝛼 = 𝐴 (8.35)
𝜕𝑟

Al integrar 8.34 se obtiene que:


𝑓 (𝑧) = 𝐴 𝑧 + 𝐶 (8.36)

Sustituyendo esta función en la ecuación 8.31 y de 8.32, se obtiene el campo de presión:

𝑝 (𝑟, 𝜃, 𝑧) = 𝐴 𝑧 + 𝜌 𝑔 cos 𝛼 𝑟 cos 𝜃 + 𝑝0 (8.37)

donde debe ser claro que 𝑝0 = 𝐶 = 𝑝 (0,0,0).

En 8.37 se observa que la presión varía (disminuye, puesto que en general 𝐴 < 0) linealmente
a lo largo del conducto, en tanto que en la sección transversal hay una variación de la presión
idéntica a la variación hidrostática.

Ahora, la ecuación 8.35 se puede reescribir como:

𝑑 𝑑𝑣𝑧 (𝐴− 𝜌 𝑔 𝑠𝑒𝑛 𝛼)𝑟


𝑑𝑟
(𝑟 𝑑𝑟
)= 𝜇
(8.38)
Integrando dos veces, se obtiene que:

(𝐴−𝜌𝑔 𝑠𝑒𝑛 𝛼)𝑟 2


𝑣𝑧 (𝑟) = + 𝐶1 ln 𝑟 + 𝐶2 (8.39)
4𝜇

De la condición de frontera 8.27, 𝑣𝑧 (0) 𝑒𝑠 𝑓𝑖𝑛𝑖𝑡𝑎, entonces 𝐶1 = 0; y de la condición de


(𝜌𝑔 𝑠𝑒𝑛 𝛼−𝐴) 𝑅2
frontera 8.28, 𝑣𝑧 (𝑅) = 0, se tiene que 𝐶2 = 4𝜇
. Sustituyendo en 8.39, se tiene el
campo de velocidades:

(𝜌𝑔 𝑠𝑒𝑛 𝛼−𝐴)𝑅 2 𝑟 2


𝑣𝑧 (𝑟) = [1 − (𝑅) ] (8.40)
4𝜇

El perfil de velocidades es un paraboloide de revolución. La velocidad máxima se tiene así en


𝑟 = 0, es decir, en el centro de la tubería, como era de esperarse. Esta velocidad máxima es:

(𝜌𝑔 𝑠𝑒𝑛 𝛼−𝐴)𝑅 2


𝑣𝑧 𝑚á𝑥 = (8.41)
4𝜇

Nótese que la velocidad máxima es directamente proporcional al cuadrado del radio del
conducto, e inversamente proporcional a la viscosidad. Asimismo, es directamente proporcional a
la diferencia entre los componentes, en la dirección del flujo, del gradiente de presión y el
producto de la gravedad por la densidad y el seno del ángulo de inclinación. Si el conducto
estuviese horizontal, este último producto sería nulo, y el escurrimiento se daría sólo debido al
gradiente de presión. Se observa que 𝐴 < 0 para que el flujo vaya en el sentido positivo del eje 𝑍,
como se había anticipado.

Es una muy buena práctica en las ciencias y las ingenierías el adimensionalizar y normalizar las
ecuaciones que modelan los fenómenos. El campo de velocidades 8.40 quedaría expresado en
forma adimensional, simplemente como:

𝑣𝑧∗ (𝑟 ∗ ) = 1 − 𝑟 ∗ 2 (8.42)

En donde la velocidad adimensional 𝑣𝑧∗ y la variable radial adimensional (y normalizada) 𝑟 ∗ , se


definen como:
𝑣𝑧 𝑟
𝑣𝑧∗ = y 𝑟∗ = (8.43)
𝑣𝑧 𝑚á𝑥 𝑅

La velocidad 𝑣𝑧 𝑚á𝑥 está dada en 8.41, la variable radial adimensionalizada 𝑟 ∗ toma valores a
partir de cero -en el centro de la tubería- hasta uno, sobre la superficie interior del conducto. En
esto consiste aquí la “normalización”: en acotar los valores de la variable entre 0 y 1.
El campo de esfuerzos puede determinarse a partir de la ecuación constitutiva del fluido
newtoniano, que para el caso incompresible se reduce a:

𝜎 =−𝑝𝛿+2𝜇𝐷 (8.44)
= = =

En el Apéndice 3 se presentan los componentes del tensor de rapideces de deformación en


coordenadas cilíndricas. Así:

𝜕𝑣𝑟
𝜎𝑟𝑟 (𝑟, 𝜃, 𝑧) = − 𝑝 + 2 𝜇 𝜕𝑟
= −𝐴 𝑧 − 𝜌 𝑔 cos 𝛼 𝑟 cos 𝜃 − 𝑝0 (8.45)

1 𝜕𝑣𝜃 𝑣
𝜎𝜃𝜃 (𝑟, 𝜃, 𝑧) = −𝑝 + 2𝜇 (𝑟 𝜕𝜃
+ 𝑟𝑟 ) = −𝐴 𝑧 − 𝜌 𝑔 cos 𝛼 𝑟 cos 𝜃 − 𝑝0 (8.46)

𝜕𝑣𝑧
𝜎𝑧𝑧 (𝑟, 𝜃, 𝑧) = −𝑝 + 2𝜇 𝜕𝑧
= −𝐴 𝑧 − 𝜌 𝑔 cos 𝛼 𝑟 cos 𝜃 − 𝑝0 (8.47)

𝜕 𝑣 1 𝜕𝑣𝑟
𝜎𝑟𝜃 (𝑟, 𝜃, 𝑧) = 𝜎𝜃𝑟 = 𝜇 [𝑟 𝜕𝑟 ( 𝑟𝜃 ) + 𝑟 𝜕𝜃
] =0 (8.48)

𝜕𝑣𝑟 𝜕𝑣𝑧 (𝜌𝑔 𝑠𝑒𝑛 𝛼−𝐴)𝑟


𝜎𝑟𝑧 (𝑟, 𝜃, 𝑧) = 𝜎𝑧𝑟 = 𝜇 ( + ) = (8.49)
𝜕𝑧 𝜕𝑟 2

𝜕𝑣𝜃 𝜕𝑣𝑧
𝜎𝜃𝑧 (𝑟, 𝜃, 𝑧) = 𝜎𝑧𝜃 = 𝜇 ( + ) =0 (8.50)
𝜕𝑧 𝜕𝜃

Finalmente, el campo de vorticidad queda definido por la ecuación A1.16 del Apéndice 3:

1 𝜕𝑣 𝜕𝑣𝜃 𝜕𝑣 𝜕𝑣𝑧 1 𝜕 𝜕𝑣𝑟


𝜔 = ∇ × 𝑣 = 𝑟 ( 𝜕𝜃𝑧 − ) 𝑒̂
𝜕𝑧 −𝑟
+ ( 𝜕𝑧𝑟 − ) 𝑒̂
𝜕𝑟 −𝜃
+ 𝑟 (𝜕𝑟 (𝑟𝑣𝜃 ) − ) 𝑒̂
𝜕𝜃 −𝑧
(8.51)

que, para este campo de velocidades se reduce a:

(𝜌𝑔 𝑠𝑒𝑛 𝛼−𝐴) 𝑟


𝜔 (𝑟) = − 𝑒̂𝜃 (8.52)
− 2𝜇 −
Ejemplo 2.- Flujo newtoniano en régimen permanente con propiedades constantes (  ,  ,  ), a lo
largo del espacio anular entre dos cilindros circulares rectos concéntricos de radios 𝑅𝑖 para el
cilindro interno, y 𝑅𝑒 para el externo, como se muestra en la figura 8.3. Existe un componente del
gradiente de presión en la dirección del flujo, que desciende bajo la acción de la gravedad. Se
desea conocer el campo de presiones 𝑝 = 𝑝 (𝑟, 𝜃, 𝑧), el campo de velocidades 𝑣𝑧 = 𝑣𝑧 ( 𝑟), el
campo de esfuerzos 𝜎 = 𝜎 (𝑟, 𝜃, 𝑧) y el campo de vorticidades 𝜔 = 𝜔 (𝑟).
= = − −

Figura 8.3. Flujo newtoniano permanente a lo largo del espacio anular


entre dos cilindros concéntricos.

Para este caso de flujo de Poiseuille, las ecuaciones a resolver son exactamente las mismas que
las del ejemplo 1 (flujo axial en dentro de un cilindro circular recto). Lo único que cambian son las
condiciones de frontera, que ahora serían:

𝑣𝑧 (𝑅𝑒 ) = 0 (8.53)
𝑣𝑧 (𝑅𝑖 ) = 0 (8.54)
𝜋
𝑝 (𝑅𝑒 , 2
, 0) = 𝑝0 (8.55)

Al integrar los componentes escalares de la ecuación de Navier-Stokes en las direcciones radial


y azimutal, se encuentra que el campo de presiones es exactamente el mismo que el del ejemplo
1, dado en la ecuación 8.37:

𝑝 (𝑟, 𝜃, 𝑧) = 𝐴 𝑧 + 𝜌 𝑔 cos 𝛼 𝑟 cos 𝜃 + 𝑝0 (8.56)

Ahora, al campo general de velocidades dado por 8.39, hay que imponerle las condiciones de
frontera 8.53 y 8.54.

(𝜌𝑔 𝑠𝑒𝑛 𝛼−𝐴)𝑅𝑒 2


𝑣𝑧 (𝑅𝑒 ) = 4𝜇
+ 𝐶1 ln 𝑅𝑒 + 𝐶2 = 0 (8.57)
(𝜌𝑔 𝑠𝑒𝑛 𝛼−𝐴)𝑅𝑖 2
𝑣𝑧 (𝑅𝑖 ) = 4𝜇
+ 𝐶1 ln 𝑅𝑖 + 𝐶2 = 0 (8.58)

Al resolver simultáneamente las ecuaciones 8.57 y 8.58 se obtiene que:

(𝜌𝑔 𝑠𝑒𝑛 𝛼−𝐴) (𝑅𝑒 2 − 𝑅𝑖 2 )


𝐶1 = − 𝑅 (8.59)
4𝜇 ln ( 𝑒⁄𝑅 )
𝑖

(𝜌𝑔 𝑠𝑒𝑛 𝛼−𝐴)𝑅𝑖 2 (𝜌𝑔 𝑠𝑒𝑛 𝛼−𝐴) (𝑅𝑒 2 − 𝑅𝑖 2 ) ln 𝑅𝑖


𝐶2 = − 4𝜇
+ 𝑅 (8.60)
4𝜇 ln ( 𝑒⁄𝑅 )
𝑖

Sustituyendo en 8.58 y arreglando términos se tiene finalmente que:

(𝜌𝑔 𝑠𝑒𝑛 𝛼−𝐴)𝑅𝑖 2 𝑟 2 𝑅𝑒 2 − 𝑅𝑖 2 𝑟


𝑣𝑧 (𝑟) = { (𝑅 ) − [ 𝑅 ] ln (𝑅 ) − 1} (8.61)
4𝜇 𝑖 ln( 𝑒⁄𝑅 ) 𝑖
𝑖

El campo de esfuerzos y el de vorticidad se obtienen de manera similar a como se procedió en


el ejemplo1. Se reta al lector a obtenerlos auxiliándose del Apéndice 3.

Ejemplo 3.- Flujo permanente newtoniano con propiedades constantes entre dos cilindros
concéntricos rotatorios alrededor de sus ejes en posición vertical, como se muestra en la figura
8.4.

Figura 8.4 Flujo entre dos cilindros concéntricos que rotan en sentidos opuestos.

Para no considerar los efectos de borde, hay que suponer que los cilindros son muy largos
comparados con el diámetro del mayor de ellos. Además, por hipótesis, se supondrá que las
velocidades de rotación son suficientemente bajas como para que no se genere un flujo
secundario tridimensional, de modo que el flujo sea axisimétrico. Esto implica que no hay
variaciones en la dirección azimutal (en el sentido de 𝜃). Así, 𝑣𝑟 = 𝑣𝑧 = 0, y 𝑣𝜃 = 𝑣𝜃 (𝑟).
El radio interno del cilindro exterior -que gira en sentido antihorario con una rapidez angular Ω𝑒 -
es R 𝑒 , en tanto que el radio externo del cilindro interior, que gira en sentido horario con una
rapidez angular Ω𝑖 , es R 𝑖 . Conviene emplear coordenadas cilíndricas, con el eje 𝑍 coincidiendo con
el eje de los cilindros.

𝜕𝜌 1 𝜕 1 𝜕 𝜕
La ecuación de continuidad A3.30 : 𝜕𝑡
+ 𝑟 𝜕𝑟 (𝜌𝑟𝑣𝑟 ) + 𝑟 𝜕𝜃 (𝜌𝑣𝜃 ) + 𝜕𝑧 (𝜌𝑣𝑧 ) = 0

se satisface idénticamente, ya que todos sus términos se vuelven nulos por la simplicidad de la
geometría de este flujo, además de la condición de permanencia.

El componente en la dirección radial de la ecuación de Navier-Stokes (ecuación A3.41) se


reduce a:
𝑣𝜃 2 𝜕𝑝
−𝜌 = − (8.62)
𝑟 𝜕𝑟

El componente en la dirección azimutal (la del flujo) se reduce, de A3.42 a:

𝜕 1 𝜕
0 = 𝜇 [𝜕𝑟 (𝑟 𝜕𝑟 (𝑟𝑣𝜃 ))] (8.63)

En la dirección axial, el componente de A3.43 que no se anula es tan sólo (suponiendo que los
cilindros están en posición vertical):

𝜕𝑝
0 = − 𝜕𝑧 − 𝜌𝑔 (8.64)

La ecuación 8.62 muestra que debe haber un equilibrio entre la seudofuerza centrífuga y la
fuerza de presión inducida por la rotación (la presión aumenta con la distancia radial); la ecuación
8.64 sólo indica que hay una variación en la presión con la profundidad debida a la gravedad y a la
densidad del fluido. Esta última ecuación se puede integrar directamente para obtener que:

𝑝 (𝑟, 𝑧) = −𝜌𝑔𝑧 + 𝑓(𝑟) (8.65)

en donde 𝑓(𝑟) es una función arbitraria de la variable radial 𝑟. Para integrar la ecuación 8.62 se
requiere conocer previamente la distribución de velocidad 𝑣𝜃 = 𝑣𝜃 (𝑟), lo cual puede hacerse
integrando 8.63 dos veces con respecto a 𝑟 , obteniéndose que:

𝐶1 𝐶2
𝑣𝜃 (𝑟) = 𝑟+ (8.66)
2 𝑟

Aplicando las condiciones de frontera:

𝑣𝜃 (𝑅𝑒 ) = Ω𝑒 𝑅𝑒 (8.67)

y 𝑣𝜃 (𝑅𝑖 ) = −Ω𝑖 𝑅𝑖 (8.68)


se obtiene el sistema de ecuaciones simultáneas:
𝐶1 𝐶2
2
𝑅𝑒 + 𝑅𝑒
= Ω𝑒 𝑅𝑒
{ 𝐶1 𝐶2 (8.69)
2
𝑅𝑖 + 𝑅𝑖
= −Ω𝑖 𝑅𝑖

cuya solución es:


2(Ω𝑒 𝑅𝑒 2 + Ω𝑖 𝑅𝑖 2 )
𝐶1 = 𝑅𝑒 2 − 𝑅𝑖 2
{ (8.70)
𝑅𝑒 2 𝑅𝑖 2 (Ω𝑒+ Ω𝑖 )
𝐶2 = −
𝑅𝑒 2 − 𝑅𝑖 2

Sustituyendo estas constantes en 8.66 se obtiene el campo de velocidades entre los cilindros:

1 𝑅𝑒 2 𝑅𝑖 2 (Ω𝑒 + Ω𝑖 )
𝑣𝜃 (𝑟) = [(Ω𝑒 𝑅𝑒 2 + Ω𝑖 𝑅𝑖 2 )𝑟 − ] (8.71)
𝑅𝑒 2 − 𝑅𝑖 2 𝑟

De 8.65 y 8.71 se tiene que la ecuación 8.62 se puede escribir como:

𝑑𝑓 𝜌 2 2𝑅𝑒 2 𝑅𝑖 2 (Ω𝑒 +Ω𝑖 )(Ω𝑒 𝑅𝑒 2 +Ω𝑖 𝑅𝑖 2 ) 𝑅𝑖 4 𝑅𝑒 4 (Ω𝑒 +Ω𝑖 )2


= 2 [(Ω𝑒 𝑅𝑒 2 + Ω𝑖 𝑅𝑖 2 ) 𝑟 − + ]
𝑑𝑟 (𝑅𝑒 2 − 𝑅𝑖 2 ) 𝑟 𝑟3
(8.72)

De donde, al integrar con respecto a r se obtiene que:

𝜌 1 2 2
𝑓(𝑟) = 2 [2 (Ω𝑒 𝑅𝑒 2 + Ω𝑖 𝑅𝑖 2 ) 𝑟 2 − 2𝑅𝑒 2 𝑅𝑖 2 (Ω𝑒 + Ω𝑖 )(Ω𝑒 𝑅𝑒 2 + Ω𝑖 𝑅𝑖 2 ) ln 𝑟 −
(𝑅𝑒 2 − 𝑅𝑖 2 )
4 4
𝑅𝑖 𝑅𝑒 (Ω𝑒+Ω𝑖 ) 2

2𝑟 2
] (8.73)

Sustituyendo en 8.65 se obtiene finalmente el campo de presión 𝑝 = 𝑝 (𝑟, 𝑧):

𝜌 1 2
𝑝 (𝑟, 𝑧) = 2 )2
[2 (Ω𝑒 𝑅𝑒 2 + Ω𝑖 𝑅𝑖 2 ) 𝑟 2 − 2𝑅𝑒 2 𝑅𝑖 2 (Ω𝑒 + Ω𝑖 )(Ω𝑒 𝑅𝑒 2 +
(𝑅𝑒 2 − 𝑅𝑖
2 2 𝑅𝑖 4 𝑅𝑒 4 (Ω𝑒 +Ω𝑖 )2
Ω𝑖 𝑅𝑖 ) ln 𝑟 − ] − 𝜌𝑔𝑧
2𝑟 2
(8.74)

En 8.74 se observa una simple variación del tipo hidrostático en la dirección vertical, dado en el
segundo término de su miembro derecho, pero una variación mucho más complicada en la
dirección radial, que equilibra a la seudofuerza centrífuga.

Con el auxilio de las ecuaciones del Apéndice 3 se pueden obtener el campo de esfuerzos y el de
las vorticidades. Asimismo, pueden considerase como casos particulares de este ejemplo, cuando
alguno de los cilindros permanece fijo.
Ejemplo 4: Flujo permanente a través de un conducto de sección triangular.- Se deja como
ejercicio para el lector el comprobar que la distribución de velocidades para el flujo newtoniano
permanente e incompresible a través de un conducto de sección transversal triangular equilátera,
acotado por los planos:
𝑦 = √3 𝑥 ; 𝑦 = −√3 𝑥 ; 𝑦=𝐻 (8.75)

está dado por:

𝑝0 −𝑝𝐿
𝑣𝑧 (𝑥, 𝑦) = (𝑦 − 𝐻) (3𝑥 2 − 𝑦 2 ) (8.76)
4 𝜇𝐿𝐻

y que el flujo másico a través de la sección triangular está dado por:

. √3 𝜌 (𝑝0 −𝑝𝐿 ) 𝐻 4
𝑚= (8.77)
180 𝜇 𝐿

El determinar los campos de esfuerzo y vorticidades también se dejan como ejercicio.

Ejemplo 5: Flujo permanente a través de un cilindro de sección elíptica.- Al igual que en el ejemplo
anterior, también es fácil comprobar que la distribución de velocidades para el flujo newtoniano
permanente e incompresible a través de un conducto horizontal de sección transversal elíptica
está dado por:

1 𝜕𝑝 𝑎2 𝑏2 𝑦2 𝑧2
𝑣𝑥 (𝑦, 𝑧) = (𝑎2 + 𝑏2 − 1) (8.78)
2 𝜇 𝜕𝑥 𝑎2 +𝑏2

Los campos de esfuerzos y vorticidades se pueden obtener fácilmente a partir de 8.78.

8.2 Flujos no newtonianos

Para analizar el escurrimiento de un fluido no newtoniano, en vez de recurrir a multicitada


ecuación de Navier-Stokes, se emplea la ecuación diferencial de balance instantáneo del
momentum y se echa mano de la ecuación reológica que mejor modele el comportamiento del
fluido. Existe una enorme cantidad de situaciones en la ingeniería y la industria en la que se
necesita hacer cálculos y dimensionamientos con flujos no newtonianos, algunos de los cuales son
tratados en textos sobre reología que aparecen listados en la bibliografía general al final de este
libro. Aquí sólo se expondrá el siguiente caso como un simple ejemplo de cómo se procede en
estas situaciones.
Ejemplo 6: Flujo permanente de un plástico de Bingham a través de un cilindro circular recto.- Este
flujo se diferencia del flujo de Poiseuille a través de un cilindro de sección circular, en donde la
distribución de velocidades tiene un perfil parabólico dado en la ecuación 8.40, en que ahora se
tendrá un flujo en donde existe un núcleo elástico de radio 𝑟𝑛 rodeado por un flujo anular dentro
del cual se excede el esfuerzo de cedencia 𝜏𝑐 de la ecuación reológica del plástico de Bingham
dada en la ecuación 7.49. Obviamente conviene utilizar coordenadas cilíndricas con el eje 𝑍
situado en el eje del conducto cilíndrico, y apuntando en el sentido del flujo. Como hipótesis
simplificadoras, además de la permanencia se supondrá, al igual que en el flujo de Poiseuille, que
𝑣𝑟 = 𝑣𝜃 = 0, 𝑦 𝑣𝑧 = 𝑣𝑧 (𝑟) .

Para enfocarse en el comportamiento no newtoniano, se supondrá además que el conducto es


horizontal para no considerar el efecto de la gravedad ni de ninguna otra fuerza de cuerpo. El
fluido escurrirá entonces debido sólo a la acción de un gradiente de presión (que sólo dependerá
de 𝑧) en la dirección del flujo. Así, la ecuación de continuidad (balance instantáneo de masa) se
satisface idénticamente, y de las ecuaciones de balance instantáneo de momentum (ecuaciones
A3.38, A3.39 y A3.40, como Primera Ley de Cauchy en coordenadas cilíndricas en el Apéndice 3, de
las cuales únicamente se requiere el componente en la dirección del flujo), se tiene que:

𝑑𝑝 1 𝜕 1 𝜕𝜏𝑧𝜃
0=− + (𝑟𝜏𝑧𝑟 ) + ( 8.79)
𝑑𝑧 𝑟 𝜕𝑟 𝑟 𝜕𝜃

Ahora, la ecuación reológica 7.49, para el marco cilíndrico seleccionado se reescribe como:

𝜏𝑧𝑟 − 𝜏𝑐 𝑑𝑣𝑧
= (8.80)
𝜂𝑝 𝑑𝑟

en donde 𝜏𝑐 es el “esfuerzo de cedencia” y 𝜂𝑝 es la “viscosidad plástica”. Sustituyendo en 8.79


se tiene que:

𝑑2 𝑣𝑧 𝑑𝑝 𝜂𝑝 𝑑𝑣𝑧 𝜏𝑐
𝜂𝑝 − + + =0 (8.81)
𝑑𝑟 2 𝑑𝑧 𝑟 𝑑𝑟 𝑟

La ecuación 8.81 puede reescribirse como:

𝑑 𝑑𝑣𝑧 1 𝑑𝑝
(𝑟 ) = 𝜂 (𝑟 𝑑𝑧 − 𝜏𝑐 ) (8.82)
𝑑𝑟 𝑑𝑟 𝑝

Integrando dos veces con respecto a la variable 𝑟 se obtiene que:

1 1 𝑑𝑝
𝑣𝑧 (𝑟) = 𝜂 [4 𝑑𝑧 𝑟 2 − 𝜏𝑐 𝑟] + 𝐶1 ln 𝑟 + 𝐶2 (8.83)
𝑝

1 1 𝑑𝑝
Como 𝑣𝑧 debe ser finita en 𝑟 = 0, entonces 𝐶1 = 0; y de 𝑣𝑧 (𝑅) = 0, 𝐶2 = [𝜏 𝑅
𝜂𝑝 𝑐
− 4 𝑑𝑧 𝑅 2 ],
de modo que el perfil de velocidades queda como:
1 𝑑𝑝 𝜏𝑐
𝑣𝑧 (𝑟) = − 4𝜂 [𝑅 2 − 𝑟 2 ] + (𝑅 − 𝑟) (8.84)
𝑝 𝑑𝑧 𝜂𝑝

Ahora, en el borde del núcleo elástico central, en donde 𝑟 = 𝑟𝑛 , se tiene que:

𝑑𝑣𝑧
𝜂𝑝 =0 y 𝜏𝑟𝑧 = 𝜏𝑐 (8.85)
𝑑𝑟

De 8.85 y 8.84 se obtiene que el radio del núcleo central es:

2𝜏𝑐
𝑟𝑛 = 𝑑𝑝 (8.86)
( )
𝑑𝑧

de donde:
1 𝑑𝑝
𝜏𝑐 = 𝑟𝑛 (8.87)
2 𝑑𝑧

Sustituyendo en 8.84 se tiene, alternativamente para el perfil de velocidades:

1 𝑑𝑝
𝑣𝑧 (𝑟) = − 4𝜂 [𝑅 − 𝑟][𝑅 + 𝑟 − 2𝑟𝑛 ] (8.88)
𝑝 𝑑𝑧

1 𝑑𝑝
De la ecuación 8.88: 𝑣𝑧 (𝑟𝑛 ) = − [𝑅 − 𝑟]2 (8.89)
4𝜂𝑝 𝑑𝑧

El flujo másico a través del conducto es:


. 1 𝑑𝑝 𝑅
𝑚 = − 𝜌 𝜋 𝑟𝑛 2 (𝑅 − 𝑟𝑛 )2 + 𝜌 ∫𝑟 2 𝜋 𝑟 𝑣𝑧 (𝑟)𝑑𝑟
4𝜂𝑝 𝑑𝑧 𝑛

. 𝜌 𝜋 𝑅4 𝑑𝑝 4𝑟 1 𝑟 4
𝑚=
8𝜂𝑝
(− 𝑑𝑧 ) [1 − 3 𝑅𝑛 + 3 ( 𝑅𝑛 ) ] (8.90)

Esta es la ecuación de Buckingham-Reiner, la cual permite evaluar experimentalmente los


valores de la viscosidad plástica 𝜂𝑝 y del esfuerzo de cedencia 𝜏𝑐 . Para el caso en que 𝜏𝑐 = 0 ,
que correspondería a un fluido newtoniano, la ecuación 8.90 se reduce a:

. 𝜌 𝜋 𝑅4 𝑑𝑝
𝑚= (− 𝑑𝑧 ) (8.91)
8𝜂𝑝

que es la celebérrima ecuación de Hagen-Poiseuille, donde 𝜂𝑝 = 𝜇 es ahora el coeficiente de


viscosidad dinámica newtoniano.
Ejemplos de plásticos de Bingham son muchas pinturas, el asfalto, pastas arcillosas, pasta
dental, etcétera. Puede afirmarse que la reología nació precisamente cuando Bingham y Green
hicieron sus estudios sobre pinturas en 1919.

Así como se procedió en este ejemplo se puede trabajar para modelar el flujo de materiales con
muy diversas ecuaciones reológicas.

8.2 Deformación de sólidos hookeanos

La deformación en sólidos hookeanos puede ser analizada con empleando su ecuación


constitutiva que, al ser introducida en las ecuaciones de balance instantáneo se obtienen los
sistemas de ecuaciones diferenciales simultáneas que permiten resolver los problemas
elastodinámicos en estos sólidos. En esta sección se presentan dos sencillos ejemplos del empleo
de la ecuación constitutiva en la solución de problemas.

Ejemplo 7: Deformación de un cubo de acero sujeto a compresión en cuatro de sus caras.- Un


cubo de acero de 19 𝑐𝑚 de arista, es cargado con una presión uniformemente distribuida de
300 𝑀𝑃𝑎 sobre las cuatro caras perpendiculares a los ejes 𝑋1 𝑦 𝑋2 . Topes rígidos limitan la
deformación del cubo en la dirección del eje 𝑋3 a 0,05 𝑚𝑚. Se trata de determinar las
deformaciones 𝑒11 , 𝑒22 y 𝑒33 de las aristas del cubo, el esfuerzo normal que se desarrolla en las
caras perpendiculares al eje 𝑋3 , y el cambio de volumen del cubo. El módulo de Young de este
acero es de 207 𝐺𝑃𝑎 y el coeficiente de Poisson es de 0,3. Hay que determinar además los valores
de los coeficientes de elasticidad de Lamé 𝜆 y 𝜇.

Solución.- Las cuatro caras perpendiculares a los ejes 𝑋1 𝑦 𝑋2 están sujetas a compresión, por lo
que deberá haber una disminución en la longitud de las ocho aristas paralelas a dichos ejes, en
tanto que las cuatro aristas en la dirección del eje 𝑋3 deberán incrementar su longitud, que está
limitada a 0.05 mm. Si este incremento en la longitud no alcanza el valor límite, el esfuerzo normal
𝜎33 sobre las caras perpendiculares al eje 𝑋3 será nulo. Como la deformación está limitada por
topes rígidos, éstos comenzarán a ejercer un esfuerzo de compresión en esta dirección en cuanto
se alcance la deformación límite.

Los coeficientes de elasticidad (𝜆, 𝜇) se pueden calcular mediante las relaciones 7.39 y 7.40.
Sustituyendo en ellas los valores del módulo de Young y del coeficiente de Poisson se tiene que:

𝐸 207 × 109 𝑃𝑎
𝜇= = ≈ 79,615 × 109 𝑃𝑎 = 79,615 𝐺𝑃𝑎
2(1 + 𝜈) 2(1,3)

𝜈𝐸 0,3(207 × 109 𝑃𝑎)


𝜆= = ≈ 119,423 × 109 𝑃𝑎 = 119,423 𝐺𝑃𝑎
(1 + 𝜈)(1 − 2𝜈) 1,3(0,4)

Mediante la ecuación constitutiva del sólido hookeano dada en la relación 7.32 se puede
relacionar el tensor de esfuerzos con el tensor de deformaciones euleriano. Así:
𝜎𝑖𝑗 = 𝜆𝑒𝑙𝑙 𝛿𝑖𝑗 + 2𝜇𝑒𝑖𝑗 (7.32)

De esta forma, se tiene para cada cara se tiene:

𝜎11 = −300 × 106 𝑃𝑎 = (119,423 × 109 𝑃𝑎)(𝑒11 + 𝑒22 + 𝑒33 ) + 2(79,6154 × 109 𝑃𝑎)𝑒11
𝜎22 = −300 × 106 𝑃𝑎 = (119,423 × 109 𝑃𝑎)(𝑒11 + 𝑒22 + 𝑒33 ) + 2(79,6154 × 109 𝑃𝑎)𝑒22
𝜎33 = (119,423 × 109 𝑃𝑎)(𝑒11 + 𝑒22 + 𝑒33 ) + 2(79,6154 × 109 𝑃𝑎)𝑒33 (8.92)

Figura 8.5 Cubo de acero sujeto a esfuerzos normales uniformemente distribuidos sobre sus
caras.

Ahora, existen dos posibilidades: que no se alcance el tope, en cuyo caso 𝜎33 = 0, y habría que
determinar 𝑒11 , 𝑒22 𝑦 𝑒33 a resolviendo las ecuaciones anteriores considerando 𝜎33 = 0. La
segunda posibilidad es que sí se alcance el tope, en cuyo caso la deformación 𝑒33 estaría
determinada, y habría que resolver para 𝑒11 , 𝑒22 𝑦 𝜎33. Esta es la opción que se elige en seguida.

Suponiendo que el cubo de acero sí alcanza el tope, se tiene que la deformación 𝑒33 está
determinada por:
0,05 𝑚𝑚
𝑒33 = = 2,63158 × 10−4 (8.93)
190 𝑚𝑚

Resolviendo el sistema de ecuaciones para 𝑒11 , 𝑒22 𝑦 𝜎33 se obtiene que:

𝑒11 = −8,32571 × 10−4

𝑒22 = −8,32571 × 10−4 (8.94)

𝜎33 = −125,526 × 106 𝑃𝑎


Se observa que 𝑒11 = 𝑒22 , esto era de esperarse dado que se tiene una distribución de esfuerzos
de misma magnitud en la dirección de los ejes 𝑋1 y 𝑋2 , y que el cuerpo es geométricamente
simétrico.

Debido a que el esfuerzo 𝜎33 tiene signo negativo, se determina que es un esfuerzo de
compresión, tal y como debe esperarse si se alcanzan los topes rígidos. En el caso de no alcanzar
los topes el esfuerzo tendría un valor positivo, indicando que habría que halar las caras
perpendiculares al eje 𝑋3 para que pudiesen alcanzar dicho tope, cosa que no está contemplada
en la formulación del problema.

Finalmente, como de acuerdo con la relación 6.63 el cambio de volumen por unidad de volumen
es igual a la traza del tensor de deformaciones infinitesimales, es decir que:

∆⩝
= 𝑒𝑖𝑖 (6.63)
⩝𝑖

El cambio en el volumen del cubo será:

∆ 𝑉 = (19 𝑐𝑚)3 (−8,32571 − 8,32571 + 2,63158) 10−4 = (6859 𝑐𝑚3 )(−0,001401984)

∆ 𝑉 = −9,6162 𝑐𝑚3 (8.95)

Ejemplo 8: Determinación de un campo de desplazamientos a partir de un campo de


deformaciones.- Si una barra cilíndrica de radio 𝑎 es sometida a torsión, se le ocasiona el campo
de deformaciones siguiente:
𝑎𝑦 𝑎𝑥
𝑒𝑧𝑥 = − ; 𝑒𝑦𝑧 = ; 𝑒𝑥𝑥 = 𝑒𝑦𝑦 = 𝑒𝑧𝑧 = 𝑒𝑥𝑦 = 0 (8.96)
2 2

en donde el eje Z del marco de coordenadas elegido coincide con el eje de la barra.

Se desea determinar el campo de desplazamientos, para lo cual primero se verifica que las
ecuaciones 8.96 satisfacen las seis ecuaciones de compatibilidad. En seguida se procede a integrar
los componentes del tensor de deformaciones infinitesimales euleriano como sigue:

𝜕𝑢𝑥
𝑒𝑥𝑥 = 𝜕𝑥
=0 entonces 𝑢𝑥 = 𝑓(𝑦, 𝑧) (8.97)

𝜕𝑢𝑦
𝑒𝑦𝑦 = 𝜕𝑦
=0 entonces 𝑢𝑦 = 𝑔(𝑥, 𝑧) (8.98)

𝜕𝑢𝑧
𝑒𝑧𝑧 = 𝜕𝑧
=0 entonces 𝑢𝑧 = ℎ(𝑥, 𝑦) (8.99)

1 𝜕𝑢𝑦 𝜕𝑢𝑥 1 𝜕𝑔(𝑥,𝑦) 𝜕𝑓(𝑦,𝑧)


𝑒𝑥𝑦 = ( + ) = [ + ] =0 (8.100)
2 𝜕𝑥 𝜕𝑦 2 𝜕𝑥 𝜕𝑦
La ecuación 8.100 sólo puede ser satisfecha si ambas funciones lo son sólo de la variable 𝑧, de
donde:

𝜕𝑔(𝑥,𝑦) 𝜕𝑓(𝑦,𝑧)
− = = 𝐹(𝑧) (8.101)
𝜕𝑥 𝜕𝑦

Integrando las ecuaciones 8.101 se obtiene que:

𝑓(𝑧) = 𝑦 𝐹(𝑧) + 𝐶1 = 𝑢𝑥 (8.102)

𝑔(𝑧) = −𝑥 𝐹(𝑧) + 𝐶2 = 𝑢𝑦 (8.103)

1 𝜕𝑢 𝜕𝑢𝑦 𝑎𝑥 1 𝜕ℎ(𝑥,𝑦) 𝑑𝐹(𝑧)


Ahora, 𝑒𝑦𝑧 = 2 ( 𝜕𝑦𝑧 + )= = [ −𝑥 ] (8.104)
𝜕𝑧 2 2 𝜕𝑦 𝑑𝑧

La ecuación 8.104 sólo puede ser satisfecha si ambas funciones del miembro derecho son
funciones de 𝑥 únicamente, y en consecuencia:

𝜕ℎ(𝑥,𝑦)
= 𝐻(𝑥) (8.105)
𝜕𝑦

𝑑𝐹(𝑧)
= 𝐶3 (8.106)
𝑑𝑧

Sustituyendo las ecuaciones 8.105 y 8.106 en 8.104 se obtiene que:

𝐻(𝑥) − 𝐶3 𝑥 = 𝑎𝑥, de donde 𝐻(𝑥) = (𝑎 + 𝐶3 )𝑥 (8.107)

Integrando 8.106 se obtiene que:

𝐹(𝑧) = 𝐶3 𝑧 + 𝐶4 (8.108)

Sustituyendo 8.108 en las ecuaciones 8.102 y 8.103 se obtiene que:

𝑢𝑥 = 𝑦(𝐶3 𝑧 + 𝐶4 ) + 𝐶1 (8.109)

𝑢𝑦 = −𝑥(𝐶3 𝑧 + 𝐶4 ) + 𝐶2 (8.110)

Asimismo:
𝑢𝑧 = ℎ(𝑥, 𝑦) = ∫ 𝐻(𝑥) 𝜕𝑦 = ∫(𝑎 + 𝐶3 )𝑥 𝜕𝑦 = (𝑎 + 𝐶3 )𝑥𝑦 + 𝐶5 (8.111)
Hasta aquí se han empleado cinco de los seis componentes de tensor de deformaciones y se han
introducido cinco constantes de integración. Al considerar el sexto componente del tensor de
deformaciones, la constante 𝐶3 puede ser evaluada como sigue:

1 𝜕𝑢𝑥 𝜕𝑢𝑧 1 𝑎𝑦
𝑒𝑧𝑥 = ( + ) = [(𝑎 + 𝐶3 )𝑦 + 𝐶3 𝑦] = − de donde: 𝐶3 = −𝑎 (8.112)
2 𝜕𝑧 𝜕𝑥 2 2

Sustituyendo la 8.112 en las ecuaciones 8.109, 8.110 y 8.111 se obtiene que:

𝑢𝑥 = −𝑎𝑦𝑧 + 𝐶4 𝑦 + 𝐶1 ; 𝑢𝑦 = 𝑎𝑥𝑧 − 𝐶4 𝑥 + 𝐶2 ; 𝑢𝑧 = 𝐶5 (8.113)

Las constantes 𝐶1 , 𝐶2 y 𝐶5 indican una translación rígida de la flecha, en tanto que la constante
𝐶4 indica una rotación rígida de la misma. Así, los desplazamientos involucrados con la
deformación son únicamente:

𝑢𝑥 = −𝑎𝑦𝑧 ; 𝑢𝑦 = 𝑎𝑥𝑧 ; 𝑢𝑧 = 0 (8.114)

Obtener el tensor de deformaciones a partir del campo de desplazamientos es muy sencillo, pero
obtener el campo de desplazamientos a partir de las deformaciones por lo general es muy
laborioso, como se mostró en este ejemplo.

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Ejercicios

8.1 Una tubería recta de sección transversal cuadrada, acotada por los planos 𝑥 = ±𝐵 y
𝑦 = ±𝐵 conduce un fluido newtoniano en régimen laminar y permanente. ¿Es correcta la
distribución de velocidades dada por la siguiente expresión para este flujo de Poiseuille?

(𝑝0 − 𝑝𝐿 )𝐵2 𝑥 2 𝑦 2
𝑣𝑧 = [1 − ( ) ] [1 − ( ) ]
4𝜇𝐿 𝐵 𝐵

8.2 Un plástico de Bingham escurre en régimen permanente e incompresible sobre una


placa plana inclinada un ángulo 𝛼 con respecto a la horizontal por la acción de la
gravedad. Encontrar el campo de velocidades, de presiones, de esfuerzos y vorticidades,
.
así como el flujo másico 𝑚 por unidad de anchura que atraviesa el plano transversal 𝑥 =
0. La superficie libre del flujo está a una distancia constante ℎ sobre la placa plana.
8.3 Una solución de polisopropeno en isopentano a 300 K es modelada reológicamente
𝑛
por la “ley de la potencia” dada en la ecuación 7.50, con 𝑘 = 5 × 103 𝑁 𝑠 ⁄𝑚2 y 𝑛 = 0,2
y se bombea por una tubería de 20,4 m de longitud y 1,3 cm de diámetro interno, siendo
el flujo laminar. Se desea cambiar la tubería por otra dos veces más larga, manteniendo el
mismo flujo másico y la misma caída de presión. ¿Cuál deberá ser el diámetro interno de
ésta?

8.4 Determine los perfiles adimensionales de velocidades 𝑣𝑧 ∗ = 𝑣𝑧 ∗ (𝑦 ∗ ) y de


temperaturas 𝑇 ∗ = 𝑇 ∗ (𝑦 ∗ ) para el flujo de Couette de un fluido newtoniano con
propiedades constantes en régimen permanente. Las placas son horizontales, están
separadas una distancia ℎ; la de arriba se mueve con una rapidez constante 𝑉 y es
adiabática. El gradiente de presión tiene un componente nulo en la dirección del flujo, de
modo que el movimiento del fluido es debido únicamente al movimiento de la placa
superior. La placa de abajo permanece a temperatura constante 𝑇0 . Las variables se
adimensionalizan (y normalizan) como: 𝑦 ∗ = 𝑦/ℎ ; 𝑇 ∗ = (𝑇 − 𝑇0 )/𝑇0 y 𝑣𝑍 ∗ = 𝑣𝑧 /𝑉 .

8.5 Determinar el cambio en el volumen de un cubo de aluminio (𝐸 = 71 𝐺𝑃𝑎, 𝜈 =


0,33) de 10 cm de arista cuando se deja hundir 6 km en una fosa abisal en el Océano
Pacífico. Suponer que la densidad del agua marina en la fosa es 𝜌 = 1000 𝑘𝑔/𝑚3 y que
localmente 𝑔 = 9,78 𝑚/𝑚2 .

8.6 En un punto de la superficie plana de una pieza de acero para una máquina
(𝐸 = 210 𝐺𝑃𝑎, 𝜈 = 0,30), se miden las deformaciones longitudinales 10−3 , 2 ×
10−3 𝑦 1,2 × 10−3 a ángulos de 0°, 60° y 120° respectivamente, con respecto al eje 𝑋1.
Consideraciones de diseño limitan el esfuerzo normal máximo a sólo 510 MPa, el esfuerzo
cortante máximo a 275 MPa, la máxima deformación normal a 2,2 × 10−3 , y la
deformación angular máxima a 2,5 × 10−3 . ¿Cuál es su opinión acerca del diseño de la
pieza?
REFERENCIAS Y BIBLIOGRAFÍA

BIBLIOGRAFÍA GENERAL Y LIBROS Y ARTÍCULOS REFERENCIADOS

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Apéndice 1. Sistemas de coordenadas curvilíneas ortogonales

Coordenadas ortogonales generales ( u1 , u2 , u3 )

Vector de posición:
𝑟𝑖 = 𝑟𝑖 (𝑢𝑗 ) = 𝑟 (𝑢) (A1.1)
− −
Factores de escala:
𝜕𝑟
𝛼𝑘 = |𝜕𝑢− | (A1.2)
𝑘

Vectores unitarios base:


1 𝜕𝑟 1 𝜕𝑟 1 𝜕𝑟
𝑒̂1 = (𝜕𝑢− ) 𝑒̂2 = (𝜕𝑢− ) 𝑒̂3 = (𝜕𝑢− ) (A1.3)
− 𝛼1 1 − 𝛼2 2 − 𝛼3 3

Condición para que un sistema coordenado ortogonal sea de mano derecha:

𝑒̂3 = 𝑒̂1 × 𝑒̂2 (A.1.4)


− − −

Componentes vectoriales:
v = 𝑣𝑘 𝑒̂𝑘 (A1.5)

Gradiente de una función escalar:


1 𝜕𝑓 1 𝜕𝑓 1 𝜕𝑓
∇𝑓 = 𝑒̂ +𝛼 𝑒̂2 +𝛼 𝑒̂3 (A1.6)
𝛼1 𝜕𝑢1 −1 2 𝜕𝑢2 − 3 𝜕𝑢3 −

Divergencia de un campo vectorial:


1 𝜕 𝜕 𝜕
∇∙𝑣 =𝛼 [𝜕𝑢 (𝛼2 𝛼3 𝑣1 ) + 𝜕𝑢 (𝛼1 𝛼3 𝑣2 ) + 𝜕𝑢 (𝛼1 𝛼2 𝑣3 )] (A1.7)
1 𝛼2 𝛼3 1 2 3

Rotacional de un campo vectorial:


1 𝜕 𝜕 1 𝜕 𝜕
∇×𝑣 =𝛼 [𝜕𝑢 (𝛼3 𝑣3 ) − 𝜕𝑢 (𝛼2 𝑣2 )] 𝑒̂1 +𝛼 [ (𝛼1 𝑣1 ) − (𝛼3 𝑣3 )] 𝑒̂2 +
𝛼
2 3 2 3 − 1 𝛼3 𝜕𝑢3 𝜕𝑢1 −
1 𝜕 𝜕
[ (𝛼 )
2 𝑣2 − 𝜕𝑢 (𝛼 )]
1 𝑣1 𝑒̂3 (A1.8)
𝛼1 𝛼2 𝜕𝑢1 2 −

Laplaciano de una función escalar:


1 𝜕 𝛼2 𝛼3 𝜕𝜓 𝜕 𝛼1 𝛼3 𝜕𝜓 𝜕 𝛼1 𝛼2 𝜕𝜓
∇2 𝜓 = 𝛼 [ ( ) + 𝜕𝑢 ( ) + 𝜕𝑢 ( )] (A1.9)
1 𝛼2 𝛼3 𝜕𝑢1 𝛼1 𝜕𝑢1 2 𝛼2 𝜕𝑢2 3 𝛼3 𝜕𝑢3
Coordenadas cilíndricas (𝒓, 𝜽, 𝒛)

a) Vector de posición, referido a un marco cartesiano:


𝑟 = (𝑟 cos 𝜃 , 𝑟 sen 𝜃 , 𝑧) (A1.10)

b) Rango de valores de las coordenadas:


𝑟≥0 0 ≤ 𝜃 ≤ 2𝜋 −∞ ≤ 𝑧 ≤ ∞ (A1.11)

c) Factores de escala:
𝛼𝑟 = 1 𝛼𝜃 = 𝑟 𝛼𝑧 = 1 (A1.12)

d) Vectores unitarios de base:


∧ ∧ ∧ ∧ ∧
𝑒̂𝑟 = cos 𝜃 𝑖 + sen 𝜃 𝑗 𝑒̂𝜃 = − sen 𝜃 𝑖 + cos 𝜃 𝑗 (A1.13)
𝑒̂𝑧 = 𝑘
− − − − − − − −

e) Gradiente de una función escalar:


𝜕𝜓 1 𝜕𝜓 𝜕𝜓
∇𝜓 = 𝑒̂ + 𝑒̂ + 𝑒̂ (A1.14)
𝜕𝑟 −𝑟 𝑟 𝜕𝜃 −𝜃 𝜕𝑧 −𝑧

f) Divergencia de una función vectorial:


1 𝜕 1 𝜕𝑣𝜃 𝜕𝑣𝑧
∇∙𝑣 = (𝑟𝑣𝑟 ) + + (A1.15)
𝑟 𝜕𝑟 𝑟 𝜕𝜃 𝜕𝑧

g) Rotacional de una función vectorial:


1 𝜕𝑣𝑧 𝜕𝑣𝜃 𝜕𝑣𝑟 𝜕𝑣𝑧 1 𝜕 𝜕𝑣𝑟
∇×𝑣 = ( − ) 𝑒̂𝑟 + ( − ) 𝑒̂𝜃 + ( (𝑟𝑣𝜃 ) − ) 𝑒̂ (A1.16)
𝑟 𝜕𝜃 𝜕𝑧 − 𝜕𝑧 𝜕𝑟 − 𝑟 𝜕𝑟 𝜕𝜃 −𝑧

h) Laplaciano de una función escalar:


1 𝜕 𝜕𝜓 1 𝜕2𝜓 𝜕2𝜓
∇2 𝜓 = (𝑟 ) + 2 2 + 2 (A1.17)
𝑟 𝜕𝑟 𝜕𝑟 𝑟 𝜕𝜃 𝜕𝑧

i) Superficies coordenadas:

Cuando 𝑟 = constante ⇒ Se tienen cilindros circulares rectos verticales


Cuando 𝜃 = constante ⇒ Se tienen semiplanos verticales a través del origen
Cuando 𝑧 = constante ⇒ Se tienen planos horizontales
Coordenadas esféricas (𝒓, 𝜽, 𝝓)
a) Vector de posición referido a un marco cartesiano:
𝑟 = (𝑟 sen 𝜃 cos 𝜙 , 𝑟 sen 𝜃 sen 𝜙 , 𝑟 cos 𝜃) (A1.18)

b) Rangos de valores de las coordenadas:


𝑟≥0 0≤𝜃≤𝜋 0 ≤ 𝜙 ≤ 2𝜋 (A1.19)

c) Factores de escala:
𝛼𝑟 = 1 𝛼𝜃 = 𝑟 𝛼𝜙 = 𝑟 sen 𝜃 (A1.20)

d) Vectores unitarios base:


∧ ∧ ∧
𝑒̂𝑟 = sen 𝜃 cos 𝜙 𝑖 + sen 𝜃 sen 𝜙 𝑗 + cos 𝜃 𝑘
− − − −
∧ ∧ ∧
𝑒̂𝜃 = cos 𝜃 cos 𝜙 𝑖 + cos 𝜃 sen 𝜙 𝑗 − sen 𝜃 𝑘 (A1.21)
− − − −
∧ ∧
𝑒̂𝜙 = − sen 𝜙 𝑖 + cos 𝜙 𝑗
− − −

e) Gradiente de una función escalar:


𝜕𝜓 1 𝜕𝜓 1 𝜕𝜓
∇𝜓 = 𝑒̂𝑟 + 𝑒̂𝜃 + 𝑒̂ (A1.22)
𝜕𝑟 − 𝑟 𝜕𝜃 − 𝑟 sen 𝜃 𝜕𝑧 −𝜙

f) Divergencia de una función vectorial:


1 𝜕 2 1 𝜕 1 𝜕𝑣𝜙 (A1.23)
∇∙𝑣 = 2
(𝑟 𝑣𝑟 ) + (sen 𝜃 𝑣𝜃 ) +
𝑟 𝜕𝑟 𝑟 sen 𝜃 𝜕𝜃 𝑟 sen 𝜃 𝜕𝜙

g) Rotacional de una función vectorial:


1 𝜕 𝜕𝑣𝜃 1 1 𝜕𝑣𝑟 𝜕 (A1.24)
∇×𝑣 = [ (sen θ 𝑣𝜙 ) − ] 𝑒̂ + [ − (𝜌𝑣𝜙 )] 𝑒̂𝜃
𝑟 sen 𝜃 𝜕𝜃 𝜕𝜙 −𝑟 𝑟 sen 𝜃 𝜕𝜙 𝜕𝑟 −
1 𝜕 𝜕𝑣𝑟
+ ( (𝑟𝑣𝜃 ) − ) 𝑒̂
𝑟 𝜕𝑟 𝜕𝜃 −𝜙
h) Laplaciano de una función escalar:
1 𝜕 2 𝜕𝜓 1 𝜕 𝜕𝜓 1 𝜕2𝜓 (A1.25)
∇2 𝜓 = (𝑟 ) + (sen 𝜃 ) +
𝑟 2 𝜕𝑟 𝜕𝑟 𝑟 2 sen 𝜃 𝜕𝜃 𝜕𝜃 𝑟 2 sen2 𝜃 𝜕𝜙 2

i) Superficies coordenadas:

Cuando 𝑟 = constante ⇒ Se tienen esferas con centro en el origen


Cuando 𝜃 = constante ⇒ Se tienen conos circulares
Cuando 𝜙 = constante ⇒ Se tienen semiplanos verticales a través del origen
Apéndice 2. Identidades vectoriales

Identidades elementales

𝐴 × 𝐵 ≡ −𝐵 × 𝐴 (A2.1)

𝐴 × (𝐵 × 𝐶) ≡ (𝐴 ∙ 𝐶)𝐵 − (𝐴 ∙ 𝐵)𝐶 (A2.2)

𝐴 ∙ (𝐵 × 𝐶) ≡ (𝐴 × 𝐵) ∙ 𝐶 ≡ (𝐶 × 𝐴) ∙ 𝐵 (A2.3)

Identidades vectoriales con el operador nabla

∇ × ∇𝛷 ≡ 0 (A2.4)

∇ ∙ (𝛷𝑎) ≡ 𝛷∇ ∙ 𝑎 + 𝑎 ∙ ∇𝛷 (A2.5)

∇ × (𝛷𝑎) ≡ ∇𝛷 × 𝑎 + 𝛷(∇ × 𝑎) (A2.6)

∇ ∙ (∇ × 𝑎) ≡ 0 (A2.7)

1 (A2.8)
(𝑎 ∙ ∇)𝑎 ≡ ∇(𝑎 ∙ 𝑎) − 𝑎 × (∇ × 𝑎)
2

∇ × (∇ × 𝑎) ≡ ∇(∇ ∙ 𝑎) − ∇2 𝑎 (A2.9)

∇ × (𝑎 × 𝑏) ≡ 𝑎(∇ ∙ 𝑏) − 𝑏(∇ ∙ 𝑎) − (𝑎 ∙ ∇)𝑏 + (𝑏 ∙ ∇)𝑎 (A2.10)

∇(𝛷𝜓) ≡ 𝛷∇𝜓 + 𝜓∇𝛷 (A2.11)

∇(𝑎 ∙ 𝑏) ≡ 𝑎 × (∇ × 𝑏) + 𝑏 × (∇ × 𝑎) + (𝑎 ∙ ∇)𝑏 + (𝑏 ∙ ∇)𝑎 (A2.12)

∇ ∙ (𝑎 × 𝑏) ≡ 𝑎 ∙ (∇ × 𝑏) − 𝑏 ∙ (∇ × 𝑎) (A2.13)
Apéndice 3. Componentes del tensor extra de esfuerzos para
un fluido newtoniano, ecuaciones de balance instantáneo
sobre volúmenes infinitesimales, componentes del tensor de
rapidez de deformación

El “coeficiente de viscosidad volumétrica 𝜿” se define en términos de 𝝁 y 𝝀 como:

𝟐
𝜿=𝝀+ 𝝁
𝟑

Tensor extra de esfuerzos 𝝉 para un fluido newtoniano


(Ley de viscosidad de Newton)

2
𝜏 = 𝜇 (∇𝑣 + ∇𝑣 𝑇 ) + (3 𝜇 − 𝜅) (∇ ∙ 𝑣) 𝛿 (A3.1)

Cuando un “flujo incompresible”, la densidad es constante y puede omitirse el segundo término


de A3.1, ya que de acuerdo con la ecuación de la conservación de la masa, ∇ ∙ 𝑣 = 0. Para gases
monoatómicos a baja densidad, la viscosidad de dilatación volumétrica 𝜿 es cero.

Componentes de 𝝉 para un fluido newtoniano en coordenadas cartesianas

𝜕𝑣1 2 𝜕𝑣1 𝜕𝑣2 𝜕𝑣3 (A3.2)


𝜏11 = 𝜇 (2 ) + (𝜅 − 𝜇) ( + + )
𝜕𝑥1 3 𝜕𝑥1 𝜕𝑥2 𝜕𝑥3
𝜕𝑣2 2 𝜕𝑣1 𝜕𝑣2 𝜕𝑣3 (A3.3)
𝜏22 = 𝜇 (2 ) + (𝜅 − 𝜇) ( + + )
𝜕𝑥3 3 𝜕𝑥1 𝜕𝑥2 𝜕𝑥3
𝜕𝑣3 2 𝜕𝑣1 𝜕𝑣2 𝜕𝑣3 (A3.4)
𝜏33 = 𝜇 (2 ) + (𝜅 − 𝜇) ( + + )
𝜕𝑥3 3 𝜕𝑥1 𝜕𝑥2 𝜕𝑥3
𝜕𝑣2 𝜕𝑣1 (A3.4)
𝜏12 = 𝜏21 = 𝜇 ( + )
𝜕𝑥1 𝜕𝑥2
𝜕𝑣3 𝜕𝑣2 (A3.5)
𝜏23 = 𝜏32 = 𝜇 ( + )
𝜕𝑥2 𝜕𝑥3
𝜕𝑣3 𝜕𝑣1 (A3.6)
𝜏13 = 𝜏31 = 𝜇 ( + )
𝜕𝑥1 𝜕𝑥3
Componentes de 𝝉 para un fluido newtoniano en coordenadas cilíndricas
𝜕𝑣𝑟 2 1𝜕 1 𝜕𝑣𝜃 𝜕𝑣𝑧 (A3.7)
𝜏𝑟𝑟 = 𝜇 (2 ) + (𝜅 − 𝜇) ( (𝑟𝑣𝑟 ) + + )
𝜕𝑥𝑟 3 𝑟 𝜕𝑟 𝑟 𝜕𝜃 𝜕𝑧
1 𝜕𝑣𝜃 𝑣𝑟 2 1𝜕 1 𝜕𝑣𝜃 𝜕𝑣𝑧 (A3.8)
𝜏𝜃𝜃 = 𝜇 [2 ( + )] + (𝜅 − 𝜇) ( (𝑟𝑣𝑟 ) + + )
𝑟 𝜕𝜃 𝑟 3 𝑟 𝜕𝑟 𝑟 𝜕𝜃 𝜕𝑧
𝜕𝑣𝑧 2 1𝜕 1 𝜕𝑣𝜃 𝜕𝑣𝑧 (A3.9)
𝜏𝑧𝑧 = 𝜇 (2 ) + (𝜅 − 𝜇) ( (𝑟𝑣𝑟 ) + + )
𝜕𝑥𝑧 3 𝑟 𝜕𝑟 𝑟 𝜕𝜃 𝜕𝑧
𝜕 𝑣𝜃 1 𝜕𝑣𝑟 (A3.10)
𝜏𝑟𝜃 = 𝜏𝜃𝑟 = 𝜇 [𝑟 ( )+ ]
𝜕𝑟 𝑟 𝑟 𝜕𝜃
1 𝜕𝑣𝑧 𝜕𝑣𝜃 (A3.11)
𝜏𝜃𝑧 = 𝜏𝑧𝜃 = 𝜇 ( + )
𝑟 𝜕𝜃 𝜕𝑧
𝜕𝑣𝑟 𝜕𝑣𝑧 (A3.12)
𝜏𝑧𝑟 = 𝜏𝑟𝑧 = 𝜇 ( + )
𝜕𝑧 𝜕𝑟

Componentes de 𝝉 para un fluido newtoniano en coordenadas esféricas


𝜕𝑣𝑟 (A3.13)
𝜏𝑟𝑟 = 𝜇 (2 )
𝜕𝑟
2 1 𝜕 1 𝜕 1 𝜕𝑣𝜙
+ (𝜅 − 𝜇) ( 2 (𝑟 2𝑣𝑟 ) + (𝑣𝜃 sin 𝜃) + )
3 𝑟 𝜕𝑟 𝑟 sin 𝜃 𝜕𝜃 𝑟 sin 𝜃 𝜕𝜙
1 𝜕𝑣𝜃 𝑣𝑟 (A3.14)
𝜏𝜃𝜃 = 𝜇 [2 ( + )]
𝑟 𝜕𝜃 𝑟
2 1 𝜕 1 𝜕 1 𝜕𝑣𝜙
+ (𝜅 − 𝜇) ( 2 (𝑟 2 𝑣𝜌 ) + (𝑣𝜃 sin 𝜃) + )
3 𝑟 𝜕𝑟 𝑟 sin 𝜃 𝜕𝜃 𝑟 sin 𝜃 𝜕𝜙

1 𝜕𝑣𝜙 𝑣𝑟 + 𝑣𝜃 cot 𝜃 (A3.15)


𝜏𝜙𝜙 = 𝜇 [2 ( ) + ]
𝑟 sin 𝜃 𝜕𝜙 𝑟
2 1 𝜕 1 𝜕 1 𝜕𝑣𝜙
+ (𝜅 − 𝜇) ( 2 (𝑟 2𝑣𝑟 ) + (𝑣𝜃 sin 𝜃) + )
3 𝑟 𝜕𝑟 𝑟 sin 𝜃 𝜕𝜃 𝑟 sin 𝜃 𝜕𝜙
𝜕 𝑣𝜃 1 𝜕𝑣𝑟 (A3.16)
𝜏𝑟𝜃 = 𝜏𝜃𝑟 = 𝜇 [𝑟 ( )+ ]
𝜕𝑟 𝑟 𝑟 𝜕𝜃
sin 𝜃 𝜕 𝑣𝜙 1 𝜕𝑣𝜃 (A3.17)
𝜏𝜃𝜙 = 𝜏𝜙𝜃 = 𝜇 [ ( )+ ]
𝑟 𝜕𝜃 sin 𝜃 𝑟 sin 𝜃 𝜕𝜙
1 𝜕𝑣𝑟 𝜕 𝑣𝜙 (A3.18)
𝜏𝜙𝑟 = 𝜏𝑟𝜙 = 𝜇 [ + 𝑟 ( )]
𝑟 sin 𝜃 𝜕𝜙 𝜕𝑟 𝑟
Ley de conducción de calor de Fourier para materiales isótropos

.
𝑞 = − 𝑘 ∇𝑇

(A3.19)

Ley de conducción de calor de Fourier para materiales isótropos en coordenadas cartesianas

. 𝜕𝑇 (A3.20)
𝑞1 = −𝑘
𝜕𝑥1
. 𝜕𝑇 (A3.21)
𝑞2 = −𝑘
𝜕𝑥2
. 𝜕𝑇 (A3.22)
𝑞3 = −𝑘
𝜕𝑥3

Ley de conducción de calor de Fourier para materiales isótropos en coordenadas cilíndricas

. 𝜕𝑇 (A3.23)
𝑞𝑟 = −𝑘
𝜕𝑟
. 1 𝜕𝑇 (A3.24)
𝑞𝜃 = −𝑘
𝑟 𝜕𝜃
. 𝜕𝑇 (A3.25)
𝑞𝑧 = −𝑘
𝜕𝑧

Ley de conducción de calor de Fourier para materiales isótropos en coordenadas esféricas

. 𝜕𝑇 (A3.26)
𝑞𝑟 = −𝑘
𝜕𝑟
. 1 𝜕𝑇 (A3.27)
𝑞𝜃 = −𝑘
𝜌 𝜕𝜃
. 1 𝜕𝑇 (A3.28)
𝑞𝜙 = −𝑘
𝑟 sin 𝜃 𝜕𝜙
ECUACIONES DE BALANCE SOBRE VOLÚMENES INFINITESIMALES

Ecuaciones de balance instantáneo de masa

Coordenadas cartesianas (𝑥1 , 𝑥2 , 𝑥3 ):

𝜕𝜌 𝜕 𝜕 𝜕 (A3.29)
+ (𝜌𝑣1 ) + (𝜌𝑣2 ) + (𝜌𝑣3 ) = 0
𝜕𝑡 𝜕𝑥1 𝜕𝑥2 𝜕𝑥3

Coordenadas cilíndricas (𝑟, 𝜃, 𝑧):

𝜕𝜌 1 𝜕 1 𝜕 𝜕 (A3.30)
+ (𝜌𝑟𝑣𝑟 ) + (𝜌𝑣𝜃 ) + (𝜌𝑣𝑧 ) = 0
𝜕𝑡 𝑟 𝜕𝑟 𝑟 𝜕𝜃 𝜕𝑧
Coordenadas esféricas (𝑟, 𝜃, 𝜙):

𝜕𝜌 1 𝜕 1 𝜕 1 𝜕 (A3.31)
+ 2 (𝜌𝑟 2 𝑣𝑟 ) + (𝜌𝑣𝜃 sin 𝜃) + (𝜌𝑣𝜙 )
𝜕𝑡 𝑟 𝜕𝑟 𝑟 sin 𝜃 𝜕𝜃 𝑟 sin 𝜃 𝜕𝜙

Ecuaciones de balance instantáneo del momentum (Primera ley de Cauchy) en


coordenadas rectangulares cartesianas

Componente en la dirección del eje 𝑋1 :

𝜕𝑣1 𝜕𝑣1 𝜕𝑣1 𝜕𝑣1 𝜕𝑝 𝜕𝜏11 𝜕𝜏12 𝜕𝜏13 (A3.32)


𝜌( + 𝑣1 + 𝑣2 + 𝑣3 )=− + + + + 𝜌𝑓1
𝜕𝑡 𝜕𝑥1 𝜕𝑥2 𝜕𝑥3 𝜕𝑥1 𝜕𝑥1 𝜕𝑥2 𝜕𝑥3

Componente en la dirección del eje 𝑋2 :

𝜕𝑣2 𝜕𝑣2 𝜕𝑣2 𝜕𝑣2 𝜕𝑝 𝜕𝜏21 𝜕𝜏22 𝜕𝜏23 (A3.33)


𝜌( + 𝑣1 + 𝑣2 + 𝑣3 )=− + + + + 𝜌𝑓2
𝜕𝑡 𝜕𝑥1 𝜕𝑥2 𝜕𝑥3 𝜕𝑥2 𝜕𝑥1 𝜕𝑥2 𝜕𝑥3

Componente en la dirección del eje 𝑋3 :

𝜕𝑣3 𝜕𝑣3 𝜕𝑣3 𝜕𝑣3 𝜕𝑝 𝜕𝜏31 𝜕𝜏32 𝜕𝜏33 (A3.34)


𝜌( + 𝑣1 + 𝑣2 + 𝑣3 )=− + + + + 𝜌𝑓3
𝜕𝑡 𝜕𝑥1 𝜕𝑥2 𝜕𝑥3 𝜕𝑥3 𝜕𝑥1 𝜕𝑥2 𝜕𝑥3
Ecuación de Navier-Stokes en coordenadas rectangulares cartesianas para un fluido newtoniano
con T, 𝝆 y 𝝁 constantes

Componente en la dirección del eje 𝑋1 :

𝜕𝑣1 𝜕𝑣1 𝜕𝑣1 𝜕𝑣1 𝜕𝑝 𝜕 2 𝑣1 𝜕 2 𝑣1 𝜕 2 𝑣1 (A3.35)


𝜌( + 𝑣1 + 𝑣2 + 𝑣3 )=− +𝜇( + + ) + 𝜌𝑓1
𝜕𝑡 𝜕𝑥1 𝜕𝑥2 𝜕𝑥3 𝜕𝑥1 𝜕𝑥1 2 𝜕𝑥2 2 𝜕𝑥3 2
Componente en la dirección del eje 𝑋2 :

𝜕𝑣2 𝜕𝑣2 𝜕𝑣2 𝜕𝑣2 𝜕𝑝 𝜕 2 𝑣2 𝜕 2 𝑣2 𝜕 2 𝑣2 (A3.36)


𝜌( + 𝑣1 + 𝑣2 + 𝑣3 )=− +𝜇( + + ) + 𝜌𝑓2
𝜕𝑡 𝜕𝑥1 𝜕𝑥2 𝜕𝑥3 𝜕𝑥2 𝜕𝑥1 2 𝜕𝑥2 2 𝜕𝑥3 2
Componente en la dirección del eje 𝑋3 :

𝜕𝑣3 𝜕𝑣3 𝜕𝑣3 𝜕𝑣3 𝜕𝑝 𝜕 2 𝑣3 𝜕 2 𝑣3 𝜕 2 𝑣3 (A3.37)


𝜌( + 𝑣1 + 𝑣2 + 𝑣3 )=− +𝜇( + + ) + 𝜌𝑓3
𝜕𝑡 𝜕𝑥1 𝜕𝑥2 𝜕𝑥3 𝜕𝑥3 𝜕𝑥1 2 𝜕𝑥2 2 𝜕𝑥3 2

Ecuaciones de balance instantáneo del momentum (Primera ley de Cauchy) en


coordenadas cilíndricas

Componente en la dirección de 𝑅:

𝜕𝑣𝑟 𝜕𝑣𝑟 𝑣𝜃 𝜕𝑣𝑟 𝑣𝜃 2 𝜕𝑣𝑟


𝜌( + 𝑣𝑟 + − + 𝑣𝑧 ) (A3.38)
𝜕𝑡 𝜕𝑟 𝑟 𝜕𝜃 𝑟 𝜕𝑧
𝜕𝑝 1 𝜕 1 𝜕 𝜏𝜃𝜃 𝜕𝜏𝑟𝑧
=− + (𝑟𝜏𝑟𝑟 ) + (𝜏𝑟𝜃 ) − + + 𝜌𝑓𝑟
𝜕𝑟 𝑟 𝜕𝑟 𝑟 𝜕𝜃 𝑟 𝜕𝑧

Componente en la dirección de 𝛩:

𝜕𝑣𝜃 𝜕𝑣𝜃 𝑣𝜃 𝜕𝑣𝜃 𝑣𝑟 𝑣𝜃 𝜕𝑣𝜃


𝜌( + 𝑣𝑟 + + + 𝑣𝑧 ) (A3.39)
𝜕𝑡 𝜕𝑟 𝑟 𝜕𝜃 𝑟 𝜕𝑧
1 𝜕𝑝 1 𝜕 2 1 𝜕𝜏𝜃𝜃 𝜕𝜏𝜃𝑧
=− + 2 (𝑟 𝜏𝜃𝑟 ) + + + 𝜌𝑓𝜃
𝑟 𝜕𝜃 𝑟 𝜕𝑟 𝑟 𝜕𝜃 𝜕𝑧

Componente en la dirección de 𝑍:
(A3.40)
𝜕𝑣𝑧 𝜕𝑣𝑧 𝑣𝜃 𝜕𝑣𝑧 𝜕𝑣𝑧 𝜕𝑝 1 𝜕 1 𝜕𝜏𝑧𝜃 𝜕𝜏𝑧𝑧
𝜌( + 𝑣𝑟 + + 𝑣𝑧 )=− + (𝑟𝜏𝑧𝑟 ) + + + 𝜌𝑓𝑧
𝜕𝑡 𝜕𝑟 𝑟 𝜕𝜃 𝜕𝑧 𝜕𝑧 𝑟 𝜕𝑟 𝑟 𝜕𝜃 𝜕𝑧
Ecuación de Navier-Stokes en coordenadas cilíndricas para un fluido newtoniano con T, 𝝆 y 𝝁
constantes

Componente en la dirección de 𝑅:

𝜕𝑣𝑟 𝜕𝑣𝑟 𝑣𝜃 𝜕𝑣𝑟 𝑣𝜃 2 𝜕𝑣𝑟


𝜌( + 𝑣𝑟 + − + 𝑣𝑧 )
𝜕𝑡 𝜕𝑟 𝑟 𝜕𝜃 𝑟 𝜕𝑧 (A3.41)
𝜕𝑝 𝜕 1𝜕 1 𝜕 2 𝑣𝑟 2 𝜕𝑣𝜃 𝜕 2 𝑣𝑟
=− +𝜇[ ( (𝑟𝑣𝑟 )) + 2 − + ] + 𝜌𝑓𝑟
𝜕𝑟 𝜕𝑟 𝑟 𝜕𝑟 𝑟 𝜕𝜃 2 𝑟 2 𝜕𝜃 𝜕𝑧 2

Componente en la dirección de 𝛩:

𝜕𝑣𝜃 𝜕𝑣𝜃 𝑣𝜃 𝜕𝑣𝜃 𝑣𝑟 𝑣𝜃 𝜕𝑣𝜃


𝜌( + 𝑣𝑟 + + + 𝑣𝑧 )
𝜕𝑡 𝜕𝑟 𝑟 𝜕𝜃 𝑟 𝜕𝑧
(A3.42)
1 𝜕𝑝 𝜕 1𝜕 1 𝜕 2 𝑣𝜃 2 𝜕𝑣𝑟 𝜕 2 𝑣𝜃
=− +𝜇[ ( (𝑟𝑣𝜃 )) + 2 − + ]
𝑟 𝜕𝜃 𝜕𝑟 𝑟 𝜕𝑟 𝑟 𝜕𝜃 2 𝑟 2 𝜕𝜃 𝜕𝑧 2
+ 𝜌𝑓𝜃
Componente en la dirección de 𝑍:

𝜕𝑣𝑧 𝜕𝑣𝑧 𝑣𝜃 𝜕𝑣𝑧 𝜕𝑣𝑧


𝜌( + 𝑣𝑟 + + 𝑣𝑧 )
𝜕𝑡 𝜕𝑟 𝑟 𝜕𝜃 𝜕𝑧 (A3.43)
𝜕𝑝 1𝜕 𝜕𝑣𝑧 1 𝜕 2 𝑣𝑧 𝜕 2 𝑣𝑧
=− +𝜇[ (𝑟 )+ 2 + ] + 𝜌𝑓𝑧
𝜕𝑧 𝑟 𝜕𝑟 𝜕𝑟 𝑟 𝜕𝜃 2 𝜕𝑧 2

Ecuaciones de balance instantáneo del momentum (Primera ley de Cauchy) en


coordenadas esféricas

Componente en la dirección de 𝑅:

𝜕𝑣𝑟 𝜕𝑣𝑟 𝑣𝜃 𝜕𝑣𝑟 𝑣𝜙 𝜕𝑣𝑟 𝑣𝜃 2 + 𝑣𝜙 2


𝜌( + 𝑣𝑟 + + − )
𝜕𝑡 𝜕𝑟 𝑟 𝜕𝜃 𝑟 sin 𝜃 𝜕𝜙 𝑟
𝜕𝑝 1 𝜕 2 1 𝜕 1 𝜕𝜏𝑟𝜙 (A3.44)
=− + 2 (𝑟 𝜏𝑟𝑟 ) + (𝜏𝑟𝜃 sin 𝜃) +
𝜕𝑟 𝑟 𝜕𝑟 𝑟 sin 𝜃 𝜕𝜃 𝑟 sin 𝜃 𝜕𝜙
𝜏𝜃𝜃 + 𝜏𝜙𝜙
− + 𝜌𝑓𝑟
𝑟
Componente en la dirección de 𝛩:

𝜕𝑣𝜃 𝜕𝑣𝜃 𝑣𝜃 𝜕𝑣𝜃 𝑣𝜙 𝜕𝑣𝜃 𝑣𝑟 𝑣𝜃 𝑣𝜙 2 cot 𝜃


𝜌( + 𝑣𝑟 + + + − )
𝜕𝑡 𝜕𝑟 𝑟 𝜕𝜃 𝑟 sin 𝜃 𝜕𝜙 𝑟 𝑟
(A3.45)
1 𝜕𝑝 1 𝜕 3 1 𝜕 1 𝜕𝜏𝜃𝛷
=− + 3 (𝑟 𝜏𝜃𝑟 ) + (𝜏𝜃𝜃 sin 𝜃) +
𝑟 𝜕𝜃 𝑟 𝜕𝑟 𝑟 sin 𝜃 𝜕𝜃 𝑟 sin 𝜃 𝜕𝛷
cot 𝜃
− 𝜏 + 𝜌𝑓𝜃
𝑟 𝜙𝜙
Componente en la dirección de 𝛷:

𝜕𝑣𝜙 𝜕𝑣𝜙 𝑣𝜃 𝜕𝑣𝜙 𝑣𝜙 𝜕𝑣𝜙 𝑣𝜙 𝑣𝑟 𝑣𝜃 𝑣𝜙


𝜌( + 𝑣𝑟 + + + + cot 𝜃)
𝜕𝑡 𝜕𝑟 𝑟 𝜕𝜃 𝑟 sin 𝜃 𝜕𝜙 𝑟 𝑟
1 𝜕𝑝 1 𝜕 3 1 𝜕 (A3.46)
=− + 3 (𝑟 𝜏𝜙𝑟 ) + (𝜏 sin2 𝜃)
𝑟 sin 𝜃 𝜕𝜙 𝑟 𝜕𝑟 𝑟 sin2 𝜃 𝜕𝜃 𝜙𝜃
1 𝜕𝜏𝜙𝜙
+ + 𝜌𝑓𝜙
𝑟 sin 𝜃 𝜕𝛷

Ecuación de Navier-Stokes en coordenadas esféricas para un fluido newtoniano con T, 𝝆 y 𝝁


constantes

Componente en la dirección de 𝑅:

𝜕𝑣𝑟 𝜕𝑣𝑟 𝑣𝜃 𝜕𝑣𝑟 𝑣𝜙 𝜕𝑣𝑟 𝑣𝜃 2 + 𝑣𝜙 2


𝜌( + 𝑣𝑟 + + − ) (A3.47)
𝜕𝑡 𝜕𝑟 𝑟 𝜕𝜃 𝑟 sin 𝜃 𝜕𝜙 𝑟
𝜕𝑝 2 2 𝜕𝑣𝜃 2 2 𝜕𝑣𝜙
=− + 𝜇 (ℵ𝑣𝑟 − 2 𝑣𝑟 − 2 − 2 𝑣𝜃 cot 𝜃 − 2 ) + 𝜌𝑓𝑟
𝜕𝑟 𝑟 𝑟 𝜕𝜃 𝑟 𝑟 sin 𝜃 𝜕𝜙

Componente en la dirección de 𝛩:

𝜕𝑣𝜃 𝜕𝑣𝜃 𝑣𝜃 𝜕𝑣𝜃 𝑣𝜙 𝜕𝑣𝜃 𝑣𝑟 𝑣𝜃 𝑣𝜙 2 cot 𝜃


𝜌( + 𝑣𝑟 + + + − ) (A3.48)
𝜕𝑡 𝜕𝑟 𝑟 𝜕𝜃 𝑟 sin 𝜃 𝜕𝜙 𝑟 𝑟
1 𝜕𝑝 2 𝜕𝑣𝑟 𝑣𝜃 2 cos 𝜃 𝜕𝑣𝜙
=− + 𝜇 (ℵ𝑣𝜃 + 2 − 2 2 − 2 2 ) + 𝜌𝑓𝜃
𝑟 𝜕𝑟 𝑟 𝜕𝜃 𝑟 sin 𝜃 𝑟 sin 𝜃 𝜕𝜙

Componente en la dirección de 𝛷:

𝜕𝑣𝜙 𝜕𝑣𝜙 𝑣𝜃 𝜕𝑣𝜙 𝑣𝜙 𝜕𝑣𝜙 𝑣𝜙 𝑣𝑟 𝑣𝜃 𝑣𝜙


𝜌( + 𝑣𝑟 + + + + cot 𝜃)
𝜕𝑡 𝜕𝑟 𝑟 𝜕𝜃 𝑟 sin 𝜃 𝜕𝜙 𝑟 𝑟 (A.49)
1 𝜕𝑝 𝑣𝜙 2 𝜕𝑣𝑟 2 cos 𝜃 𝜕𝑣𝜃
=− + 𝜇 (ℵ𝑣𝜙 − 2 2 + 2 2 + 2 2 ) + 𝜌𝑓𝜙
𝑟 sin 𝜃 𝜕𝛷 𝑟 sin 𝜃 𝑟 sin 𝜃 𝜕𝜙 𝑟 sin 𝜃 𝜕𝜙

Donde:

1 𝜕 2 𝜕 1 𝜕 𝜕 1 𝜕2
ℵ≡ (𝑟 ) + (sin 𝜃 ) + ( )
𝑟 2 𝜕𝑟 𝜕𝑟 𝑟 2 sin 𝜃 𝜕𝜃 𝜕𝜃 𝑟 2 sin2 𝜃 𝜕𝜙 2
Componentes del tensor de rapidez de deformación en coordenadas rectangulares cartesianas

𝜕𝑣1
𝐷11 = (A3.50)
𝜕𝑥1

𝜕𝑣2
𝐷22 = (A3.51)
𝜕𝑥2

𝜕𝑣3
𝐷33 = (A3.52)
𝜕𝑥3

1 𝜕𝑣1 𝜕𝑣2
𝐷12 = 𝐷21 = ( + ) (A3.53)
2 𝜕𝑥2 𝜕𝑥1

1 𝜕𝑣1 𝜕𝑣3
𝐷13 = 𝐷31 = ( + ) (A3.54)
2 𝜕𝑥3 𝜕𝑥1

1 𝜕𝑣3 𝜕𝑣2
𝐷32 = 𝐷23 = ( + ) (A3.55)
2 𝜕𝑥2 𝜕𝑥3

Componentes del tensor de rapidez de deformación en coordenadas cilíndricas

𝜕𝑣𝑟 (A3.56)
𝐷𝑟𝑟 =
𝜕𝑟
1 𝜕𝑣𝜃 𝑣𝑟 (A3.57)
𝐷𝜃𝜃 = +
𝑟 𝜕𝜃 𝑟
𝜕𝑣𝑧 (A3.58)
𝐷𝑧𝑧 =
𝜕𝑧
1 𝜕 𝑣𝜃 1 𝜕𝑣𝑟 (A3.59)
𝐷𝑟𝜃 = 𝐷𝜃𝑟 = [𝑟 ( ) + ]
2 𝜕𝑟 𝑟 𝑟 𝜕𝜃
1 𝜕𝑣𝑟 𝜕𝑣𝑧 (A3.60)
𝐷𝑟𝑧 = 𝐷𝑧𝑟 = ( + )
2 𝜕𝑧 𝜕𝑟
1 𝜕𝑣𝜃 𝜕𝑣𝑧 (A3.61)
𝐷𝜃𝑧 = 𝐷𝑧𝜃 = ( + )
2 𝜕𝑧 𝜕𝜃
Componentes del tensor de rapidez de deformación en coordenadas esféricas
(A3.62)

𝜕𝑣𝑟
𝐷𝑟𝑟 =
𝜕𝑟
1 𝜕𝑣𝜃 𝑣𝑟
𝐷𝜃𝜃 = + (A3.63)
𝑟 𝜕𝜃 𝑟
1 𝜕𝑣𝛷 𝑣𝑟 𝑣𝜃 𝑐𝑜𝑡 𝜃
𝐷𝛷𝛷 = + + (A3.64)
𝑟 𝑠𝑖𝑛 𝜃 𝜕𝛷 𝑟 𝑟
1 𝜕 𝑣𝜃 1 𝜕𝑣𝑟
𝐷𝑟𝜃 = 𝐷𝜃𝑟 = [𝑟 ( ) + ] (A3.65)
2 𝜕𝑟 𝑟 𝑟 𝜕𝜃
1 1 𝜕𝑣𝑟 𝜕 𝑣𝛷
𝐷𝑟𝛷 = 𝐷𝛷𝑟 = [ + 𝑟 ( )] (A3.66)
2 𝑟 𝑠𝑖𝑛 𝜃 𝜕𝛷 𝜕𝑟 𝑟
1 𝑠𝑖𝑛 𝜃 𝜕 𝑣𝛷 1 𝜕𝑣𝜃
𝐷𝜃𝛷 = 𝐷𝛷𝜃 = [ ( )+ ] (A3.67)
2 𝑟 𝜕𝜃 𝑠𝑖𝑛 𝜃 𝑟 𝑠𝑖𝑛 𝜃 𝜕𝛷
Apéndice 4. Elementos de Termodinámica Clásica

La termodinámica es toda una ciencia que ha avanzado mucho desde sus orígenes en el siglo
XIX. Sin embargo, en el nivel de estudio de este libro sobre la mecánica del medio continuo, sólo
algunas relaciones fundamentales de la termodinámica clásica decimonónica son imprescindibles,
y éstas por lo general se presentan principalmente en el estudio de flujos compresibles. El
siguiente resumen contiene casi todas las ecuaciones básicas que se requieren para este libro.

Ley cero de la termodinámica


La ley cero de la termodinámica establece que existe una variable de estado (propiedad
termodinámica), la temperatura 𝑇, y que dos sistemas que están en contacto directo se
encuentran en equilibrio si y sólo si sus temperaturas son iguales.

Primera ley de la termodinámica


La primera ley de la termodinámica establece que existe una variable de estado, la energía
interna 𝑢. Si una cantidad de trabajo 𝛿𝑤 es realizado en un sistema termodinámico, y una
cantidad de calor 𝛿𝑞 es adicionado a él, el estado de equilibrio antes y después del proceso se
encuentra relacionado por la ecuación diferencial:

𝑑𝑢 = 𝛿𝑤 + 𝛿𝑞 (A4.1)

Esto es, el cambio de energía interna es igual al trabajo realizado sobre el sistema más el calor
añadido a él durante el proceso o evento. Nótese que ni el calor ni el trabajo son propiedades
termodinámicas, en tanto que la energía interna sí lo es. En consecuencia, la forma diferencial de
la energía es “exacta”, mientras que las formas diferenciales para el calor y el trabajo son formas
diferenciales inexactas.

Ecuaciones de estado
Una ecuación de estado es una relación entre las propiedades termodinámicas como función de
otras, seleccionadas como las propiedades independientes. El postulado de estado indica que el
número de propiedades independientes para definir un estado termodinámico es igual al número
de maneras de poder realizar trabajo potencialmente reversible sobre el sistema, más uno. Para
las llamadas sustancias simples (aquellas sobre las cuales sólo es posible realizar trabajo reversible
de una manera), el número de propiedades independientes es sólo dos. Por ejemplo, para gases
hay dos ecuaciones de estado que son muy comúnmente usadas, una para gases ideales y otra
para gases reales, cuando éstos se consideran “sustancias compresibles simples”.

La ecuación de estado para un gas ideal es:

𝑝 = 𝜌𝑅𝑇 (A4.2)
donde 𝑅 es la constante del gas en particular. Frecuentemente esta ecuación es usada para definir
un “gas perfecto”. Esto es, los gases que se comporten bajo la ecuación de estado definida, se
denominan “gases ideales o perfectos”.

Ecuación de Van de Waals


Una aproximación de la ecuación de estado para gases reales está dada por la ecuación de Van de
Waals, que establece que:

1 𝛼𝜌 (A4.3)
𝑝 = 𝜌𝑅𝑇 [ − ]
1 − 𝛽𝜌 𝑅𝑇

en donde:

𝛼 27 (A4.4)
= 𝑅𝑇𝑐
𝛽 8

𝛼 27 (A4.5)
= 𝑝
𝛽2 8 𝑐

Aquí 𝑝𝑐 y 𝑇𝑐 son, respectivamente, la presión y temperatura crítica del gas.

Entalpía
La entalpía de una sustancia compresible simple se define mediante la siguiente ecuación:

𝑝 (A4.6)
ℎ=𝑢+ = 𝑒 + 𝑝𝑣
𝜌

Donde 𝑣 es el volumen específico del gas por unidad de masa.

Calores específicos
Existen dos calores específicos de uso común: a volumen constante y a presión constante.

El calor específico a volumen constante 𝑐𝑣 se define por:

𝜕𝑢 𝜕ℎ 𝜕ℎ 𝜕𝑝 (A4.7a)
𝑐𝑣 = ( ) = ( ) + [( ) − 𝑣] ( )
𝜕𝑇 𝑣 𝜕𝑇 𝑣 𝜕𝑝 𝑣 𝜕𝑇 𝑣

El calor específico a presión constante 𝑐𝑝 se define por:

𝑑ℎ 𝜕𝑢 𝜕ℎ 𝜕𝑣 (A4.7b)
𝑐𝑝 = ( ) = ( ) + [( ) + 𝑝 ] ( )
𝑑𝑇 𝑝 𝜕𝑇 𝑝 𝜕𝑣 𝑝 𝜕𝑇 𝑝
Utilizando las relaciones de arriba de calores específicos y considerando un gas perfecto, se
puede mostrar que:
𝑐𝑝 − 𝑐𝑣 = 𝑅 (A4.8)

Bajo las mismas condiciones puede demostrarse que, para el caso de gases ideales, 𝑢 y ℎ son
funciones únicamente de la temperatura 𝑇 y pueden ser expresadas de las formas:

(A4.9)
𝑢(𝑇) = ∫ 𝑐𝑣 𝑑𝑇 + 𝜓1

(A4.10)
ℎ(𝑇) = ∫ 𝑐𝑝 𝑑𝑇 + 𝜓2

Si 𝑐𝑣 y 𝑐𝑝 son constantes, independientes de 𝑇, el gas es denominado “calóricamente


perfecto”, lo que conlleva a que:

𝑢 = 𝑐𝑣 𝑇 + 𝜓1 (A4.11)

ℎ = 𝑐𝑝 𝑇 + 𝜓2 (A4.12)

Proceso adiabático reversible


Las siguientes ecuaciones son válidas para un proceso adiabático y reversible para un gas
calóricamente perfecto:
1
𝜌 𝑇 𝛾−1 (A4.13)
=( )
𝜌𝑜 𝑇𝑜

𝛾
𝑝 𝑇 𝛾−1 𝜌𝑜 −𝛾 (A4.14)
=( ) =( )
𝑝𝑜 𝑇𝑜 𝜌
𝐶𝑝
donde 𝛾 = 𝐶𝑣
y 𝜌𝑜 , 𝑇𝑜 , 𝑝𝑜 son constantes.

Entropía
Existe una variable de estado, la entropía 𝑠. Si se adiciona calor al sistema, el cambio en la entropía
entre el estado inicial y final de equilibrio está dado por:

𝐵
𝑑𝑞 (A4.15)
𝑠𝐵 − 𝑠𝐴 = ∫
𝐴 𝑇

donde la integral está evaluada para un proceso reversible.


Segunda ley de la termodinámica
La segunda ley de la termodinámica establece que para cualquier proceso espontáneo el cambio
de entropía es positivo o cero. Esto es:

𝐵
𝑑𝑞 (A4.16)
𝑠𝐵 − 𝑠𝐴 ≥ ∫
𝐴 𝑇

Para un gas calóricamente perfecto (esto es, que sus calores específicos son constantes), el
cambio de entropía puede expresarse como:

𝑇 𝑝 (A4.17)
𝑠 − 𝑠𝑜 = 𝑐𝑝 log − 𝑅 log
𝑇𝑜 𝑝𝑜

𝑇 𝜌𝑜 (A4.18)
= 𝑐𝑝 log + 𝑅 log
𝑇𝑜 𝜌

Relaciones de correspondencia
Algunas propiedades termodinámicas como la presión, el volumen y la temperatura, se pueden
medir directamente con los instrumentos adecuados, pero otras no, como la entropía o la energía
libre de Gibbs. Sin embargo, basados en la consideración de que todas las propiedades
termodinámicas deben ser funciones de punto (funciones de otras propiedades termodinámicas)
es posible desarrollar relaciones entre las propiedades que son fácilmente medibles con las que no
lo son. Para sustancias compresibles simples las ecuaciones que relacionan entre sí las derivadas
parciales de las propiedades p, v, T, fácilmente medibles, con la entropía s, la energía libre de
Helmholtz a, y la energía libre de Gibbs g, que no pueden medirse directamente, son las llamadas
“relaciones de Maxwell” que no son más que la condición de exactitud de las “ecuaciones de
Gibbs”, que a su vez son formas opcionales para escribir la ecuación de balance diferencial de la
energía interna u. Las cuatro ecuaciones de Gibbs son las siguientes:

𝑑𝑢 = 𝑇𝑑𝑠 − 𝑝𝑑𝑣 (A4.19)

𝑑ℎ = 𝑇𝑑𝑠 + 𝑣𝑑𝑝 (A4.20)

𝑑𝑎 = −𝑠𝑑𝑇 − 𝑝𝑑𝑣 (A4.21)

𝑑𝑔 = −𝑠𝑑𝑇 + 𝑣𝑑𝑝 (A4.22)

A partir de que estas formas diferenciales son exactas, las siguientes identidades pueden
establecerse:

𝜕𝑢 (A4.23)
( 𝜕𝑠 ) = 𝑇
𝑣

𝜕𝑢 (A4.24)
(𝜕𝑣 ) = −𝑝
𝑠
𝜕ℎ (A4.25)
( 𝜕𝑠 ) = 𝑇
𝑝

𝜕ℎ (A4.26)
(𝜕𝑝) = 𝑣
𝑠

y además, resultan las relaciones de Maxwell:

𝜕𝑇 𝜕𝑝
(𝜕𝑣 ) = − ( 𝜕𝑠 ) (A4.27)
𝑠 𝑣

𝜕𝑇 𝜕𝑣
(𝜕𝑝) = ( 𝜕𝑠 ) (A4.28)
𝑠 𝑝

𝜕𝑠 𝜕𝑝
(𝜕𝑣) = (𝜕𝑇) (A4.29)
𝑇 𝑣

𝜕𝑠 𝜕𝑣
(𝜕𝑝) = − (𝜕𝑇) (A4.30)
𝑠 𝑝

Los cambios en la energía interna, la entalpía y para una sustancia compresible simple pueden
expresarse en términos de la presión, el volumen y los calores específicos como:

𝜕𝑝
𝑑𝑢 = 𝑐𝑣 𝑑𝑇 + [𝑇 (𝜕𝑇) − 𝑝] 𝑑𝑣 (A4.31)
𝑣

𝜕𝑣
𝑑ℎ = 𝑐𝑝 𝑑𝑇 + [−𝑇 (𝜕𝑇) + 𝑣] 𝑑𝑣 (A4.32)
𝑝

𝑐𝑣 𝜕𝑝 𝑐𝑣 𝜕𝑣
𝑑𝑠 = 𝑑𝑇 + (𝜕𝑇) 𝑑𝑣 = 𝑑𝑇 − (𝜕𝑇) 𝑑𝑝 (A4.33)
𝑇 𝑣 𝑇 𝑝

Se tienen también las siguientes relaciones para los calores específicos:

𝜕𝑣 2 𝜕𝑝
𝑐𝑝 − 𝑐𝑣 = −𝑇 (𝜕𝑇) (𝜕𝑣 ) (A4.34)
𝑝 𝑇

En términos de la “expansividad volumétrica” 𝛽 y la “compresibilidad isotérmica” 𝛼 , definidos


como:

1 𝜕𝑣
𝛽= (𝜕𝑇) (A4.35)
𝑣 𝑝

1 𝜕𝑣
𝛼= − (𝜕𝑝) (A4.36)
𝑣 𝑇
La ecuación A4.34 se puede expresar como:
𝑣𝑇𝛽 2
𝑐𝑝 − 𝑐𝑣 = (A4.37)
𝛼

Para gases ideales la diferencia 𝑐𝑝 − 𝑐𝑣 entre los calores específicos es 𝑅, y es cero para
sustancias incompresibles.

-------

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