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CAPÍTULO III. EL DERECHO EN LA ANTIGÜEDAD CLÁSICA.

GRECIA.

1. El derecho griego
A. El derecho público de los griegos.
En la Hélade, en los primeros tiempos, existió una monarquía patriarcal;
cayendo las ciudades bajo la oligarquía de los jefes de familias más
importantes (S. VII a.c.). Después aparece la tiranía (S. V a.c.) como
protectora de las masas. Cae la tiranía por despótica y arbitraria y renace la
lucha entre la aristocracia y la democracia.
La unidad nacional de Grecia se debe a dos ciudades: Esparta y Atenas. Es
Atenas quien finalmente expulsa a los Persas.
El fundamento del pensamiento político en Grecia, lo constituye la polis o
ciudad-estado.
Homero (S. IX a.c.) en “La Iliada,” defiende el linaje divino de los reyes.
Hesiodo (S. VIII a.c.) en “Los Trabajos y los Días”, critica la arbitrariedad e
injusticia de los reyes. La ley debe aplicarse con justicia.
Herodoto (S. V a.c.) en “Historia” analiza las formas de gobierno: Monarquía,
Aristocracia y Democracia. Al final triunfa la Monarquía.
Su derecho no estaba unificado. Cada ciudad o polis tenía su propio derecho.
La legislación era escasa.
Los jueces tenían que decidir la justicia en base a su intuición.
No existió la ciencia jurídica autónoma, sino que dependió de la filosofía
general.
Las familias formaban clanes, y estos formaban polis.
El derecho de una polis no tenía vigencia en ninguna otra, y en consonancia,
los ciudadanos de una polis no tenían derechos en otra. Territorialidad del
derecho.
Se crean los contratos de protección y hospitalidad, para evitar la autarquía
(autosuficiencia económica), podían ser bilaterales, trilaterales o
multilaterales.
Sociedades agrícolas y ganaderas.
Existieron confederaciones de ciudades griegas, aunque no de manera
permanente, sino temporal y para fines concretos.
Las confederaciones griegas existieron en materia de guerra y religión.

B. Esparta.
Estratificación social: Espartanos (gobernantes), Periecos (comerciantes),
Ilotas (siervos) y esclavos.
La grandeza de Esparta es debido a: su estabilidad social y su prestigio
militar.
Sistema comunista: la educación de los niños en manos del Estado
(instrucción colectiva); los varones comían en recintos públicos; destierro de
lujos y desigualdades.
No se aplicaban leyes escritas.
La sentencia del magistrado era definitiva.
El intercambio de extranjeros fue muy limitado.
Sistema gubernamental:
Una Asamblea.- compuesta por todos los ciudadanos.
Un Senado (Gerousia).- 28 miembros vitalicios (ancianos).
Un Consejo (Eforado).- 5 Eforos (magistrados) elegidos anualmente.
El Eforo constituía un freno entre los reyes y el senado.
Dos reyes.- iguales en autoridad.

C. Atenas.
Pasa por varias formas de gobierno, constituyéndose finalmente en una
intensa organización democrática.
Solamente un rey.
No hay separación social, de clases.
Admite a la población extranjera.
No ejerce control tutelar sobre la vida de sus ciudadanos.
Estratificación social: Atenienses (ciudadanos), esclavos. Los extranjeros
eran una clase aparte.
El poder era ejercido por los ciudadanos.
Los ciudadanos eran: aristócratas y plebeyos.
Con “Las Reformas de Solón”, se establece una Asamblea y un Senado con
la intervención de todos los ciudadanos en la vida pública.
Clístenes con su legislación, establece el gobierno democrático, alcanzando
su forma definitiva hacia el siglo V a.c. (Siglo de Pericles).
En la Asamblea descansa la autoridad suprema del Estado. La Asamblea
popular se denominaba “Ekklesia”.
“Arcontes”.- era el poder judicial, formado por magistrados.
Consejo de los Cuatrocientos o “Boule”.- cuerpo legislativo formado por las
clases altas.
Consejo de los Quinientos o “Pritania”.- formado por el proletariado.
Atenas aporta al mundo jurídico: la discusión filosófica del derecho, la ley y
la justicia; los elementos que constituyen al Estado.
Matrimonio monógamo.
Reconocimiento del concubinato.
Los hijos de la concubina tenían menos derechos hereditarios que los de la
esposa.
Venganza privada.
El novio pagaba el precio de la novia.
Procedimientos de arbitraje. Juicios de dios.
Contratos de apuesta.
Comercio exterior legislado.- con los hebreos, egipcios y romanos.
El derecho es una creación humana, no una creación divina.
Legisladores griegos: Solón, Licurgo, Dracón, Zaleuco.
Las Leyes Rodias (Isla de Rodas).- normas jurídicas en materia de seguros.
Ej. Seguro de “echazón al mar”: si una embarcación naufragaba, la
tripulación podía arrojar su cargamento, llegando a tierra cobraban por la
mercancía arrojada al mar.
Sistema de frenos y balanzas.- combinación de elementos de las formas
puras de gobierno (gobierno mixto).

2. La concepción griega del Derecho Natural.


El Derecho Natural o intrínsecamente válido es un derecho basado en lo más
íntimo de la naturaleza del hombre como ser individual o colectivo. Un derecho
permanente y enteramente válido, independiente de toda legislación, convicción
o cualquier otro convencionalismo imaginado por el hombre.
Los griegos se preguntaban si sobre la variedad infinita de leyes y costumbres
existentes entre pueblo y pueblo, el derecho y la justicia serían meros productos
de la convención, la utilidad de principios generales rectores, permanentes y
uniformes, válidos para cualquier época y lugar.
Aparece la “Polis” o ciudad-estado. La ciudad se convierte en el centro de la vida
política que descansa sobre un triple ideal: Autonomía (derecho a regirse por
sus propias leyes); Eleuthereia (libertad en política exterior) y Autarchia
(capacidad para bastarse económicamente).
Encontramos posiciones escépticas como en el siglo V a.c.
Entre los más destacados sofistas hubo algunos que estuvieron por la negativa,
llegando hasta la negación del derecho y la justicia. Trasímaco decía que las
leyes eran creadas por los hombres o grupos en el poder, para fomentar sus
propios intereses. Afirmó que la justicia no es sino lo que conviene al más fuerte.
Calicles sostuvo la opinión contraria. Las leyes eran hechas por los más débiles
y la multitud ya que constituían la mayoría.
Carnéades, jefe de los escépticos, sostuvo que los seres vivos son llevados, por
instinto natural a buscar su ventaja personal. La justicia sería una mera locura.
Porque implica el sacrificio de un interés personal en aras de un ideal
meramente imaginario.
Protágoras decía que las leyes hechas por los hombres eran obligatorias y
válidas sin consideración a su contenido moral.
El escéptico Timón con un sentido positivista negó que hubiera en el mundo
nada semejante a una “justicia natura”, señalando la pluralidad de la legislación
positiva en diferentes Estados.
La élite del pensamiento griego, sin embargo, sostuvo que hay ciertos elementos
en la naturaleza humana que son los mismos en cualquier época y lugar, los
cuales encontraban expresión en el derecho. Al elemento permanente y
universal denominaron “phisis” (naturaleza), que era la expresión de la
constitución física, mental y moral común a todos los hombres. Pero hablaron
también de un elemento inestable y variable al que llamaron “nomos”
(convención), norma creada por el hombre. Phisis era pues, la necesidad
basada en las causas naturales, en tanto que el nomos era la acción libre y
arbitraria de un legislador humano.
Heráclito habló de un derecho divino y natural, distinto de las leyes de cada
Estado.
Hipias distinguió entre derecho escrito y no escrito, aquél sujeto al cambio, éste
dado por los dioses y común a todos los pueblos.
Alcidamas creía que por derecho natural todos nacían libres y por lo tanto la
esclavitud era incompatible con el Derecho Natural.

3. Sócrates.
Filósofo ateniense (469-339 a.c.), defensor de la verdad. No escribió obra
alguna, por lo que conocemos su pensamiento a través de sus discípulos,
sobresaliendo Platón y Jenofonte. Combate a los sofistas en defensa de la
verdad objetiva y el concepto universal. Es acusado de corromper a los menores
y sentenciado a muerte; prefiriendo cumplir con la sentencia injusta, a provocar
un desorden social. Su método es la “Mayéutica”.

Sócrates es fundamentalmente moralista. Su máxima “conócete a ti mismo”.


Frase: “yo sólo sé que no sé lo que no sé”. Con ello prefiere confesar la
ignorancia a una apariencia de saber.
Acepta la existencia de normas de conducta de validez absoluta, que todos
pueden conocer si se interrogan a sí mismos o contrastan sus juicios con loa
ajenos, con buena voluntad.
La moral consiste en el conocimiento del bien; sólo por ignorancia se comete el
mal; el bien en última instancia se confunde con la utilidad bien obtenida.

La ciudad y sus leyes son necesarias y responden a la naturaleza humana (su


muerte es claro ejemplo de la obediencia a las leyes). “Es mejor sufrir una
injusticia que cometerla”. Hay en la ciudad un convenio tácito entre los
ciudadanos, por el cual el ciudadano debe obediencia a cambio de protección.
Han de obedecerse siempre las leyes de la ciudad, pues esto constituye un
deber ya que hace posible la vida del ciudadano. La ciudad es una realidad ética
(justa) fundada en el orden divino de las cosas. Antes se debe obediencia a la
divinidad que a los hombres. Critica la democracia de su tiempo señalando que
los asuntos públicos se entregan al primero que elige la multitud, cuando lo
natural sería que se encomendara a los más competentes.

4. PLATÓN.
De noble linaje ateniense, Platón (497-347) estaba dedicado como era
tradicional, a la política. Entusiasta y fiel discípulo de Sócrates a quien conoció
desde muy joven. En 387 a.c. funda La “Academia”, considerada como el primer
centro de enseñanza superior de Occidente. Es el precursor de la cosmovisión
idealista.
Entre sus diálogos, sobresalen: La República (Politeia). El Político (Politikos) y
Las Leyes (Nomoi).

“La República”.
El tema central de su pensamiento lo constituye: la mejor ordenación de la
sociedad y de la justicia. Se da cuenta de que el mal gobierno era un fenómeno
general de la época, y comprendió que sólo desde la filosofía era como podía
alcanzarse el orden y la justicia en las relaciones de los individuos y los grupos.
Así, debe ser el filósofo el gobernante. Busca pues unir política y filosofía, o sea
instaurar una política fundada en el saber.

Su método es la “Dialéctica”. Ascensión dialéctica: del mundo material al mundo


de las ideas. El mundo sensible no es auténtica realidad, es pálido reflejo de
una realidad superior, del mundo inteligible (el mito de la caverna). Las cosas
singulares que nos rodean son como las sombras de las ideas. Los sentidos nos
brindan no un verdadero saber sino una doxa u opinión.

Hay una constante contraposición entre la realidad sensible y la idea. Hay en la


idea una jerarquía, que culmina en la idea suprema del Bien, que es en el
mundo inteligible lo que el Sol en el mundo sensible, identificándose con la
propia divinidad. El fin supremo del hombre es vencer el lastre de los sentidos y
aproximarse a la divinidad realizando la idea del Bien, mediante una vida
virtuosa basada en el auténtico saber. La fe en la inmortalidad del alma y una
remuneración ultraterrena.
La vida humana sólo puede alcanzar su fin último en el seno de la ciudad, y la
ciudad tiene como misión primordial hacer virtuoso al hombre, creando las
condiciones de su perfeccionamiento.
Concepción tripartita del alma (el mito del carro alado): el alma humana consta
de tres partes o potencias, que son, la racional, el bien y el mal; y a cada parte
corresponde una virtud, a saber, la sabiduría o prudencia, la fortaleza o coraje, y
la templanza o moderación; y se agrega una cuarta virtud, la justicia, que
mantiene el debido equilibrio entre las anteriores.
De igual manera en la ciudad encontramos una estructura tripartita: tres clases
sociales diferenciadas por su función: la de los magistrados o gobernantes, que
rigen guiados por la sabiduría; la de los guardianes, cuya misión es la defensa
de la colectividad y que cultivan la fortaleza, y; los artesanos y agricultores, que
constituyen la base económica de la sociedad y satisfacen sus necesidades,
siendo necesario que adquieran la templanza. En la ciudad es necesaria una
armonía que asegure el buen funcionamiento del todo; la justicia es la que
asume esta tarea, manteniendo a las tres clases (gobernante, militar y
agricultora) en paz y concordia. Estas clases no son hereditarias sino están
fundadas en las aptitudes personales de sus miembros. "El saber legitima el
poder“. Un guardián puede llegar a gobernante. Acepta la gerontocracia, ya que
el saber requerido es patrimonio de la ancianidad. La política y la ética están
fuertemente implicados.
Es postulado fundamental de Platón, el de la subordinación de las partes al todo,
y por lo tanto, de las clases sociales y de sus miembros al bien común de la
ciudad. El individuo carece de autonomía ante la ciudad. La ciudad surge como
consecuencia de la incapacidad de los individuos de satisfacer por sí solos sus
necesidades y se basa en la división del trabajo. Las exigencias de la
colectividad deben prevalecer sobre las individuales. Esto lleva a suprimir en las
dos clases superiores la propiedad privada y la familia, a fin de que librados de
todo interés personal, puedan congregarse en cuerpo y alma a las funciones
encomendadas.
Eugenesia: las uniones sexuales son determinadas por el estado.
En una cuidad gobernada por sabios carece de significación todo derecho
positivo. Los magistrados decidirán en cada caso particular, lo que exija la
justicia según las circunstancias, sin atarse mediante leyes generales
generalmente rígidas.

“El Político” y “Las Leyes”.


Consiente de la imperfección de los hombres, Platón admite ahora la necesidad
de fijar los principios de gobierno en leyes positivas de carácter general, que
han de nutrirse de la experiencia colectiva plasmada en la costumbre y la
tradición. Reconoce la necesidad de la familia y la propiedad privada, pero
manteniendo vigilancia. Propone una rigurosa distribución de la propiedad
privada que impida el exceso de riqueza y pobreza.

Platón estableció dos clasificaciones distintas de las formas de gobierno, una en


“La República” y otra en “El Político”.
En La República nos habla de cinco formas de gobierno:
La monarquía.- sólo esta es justa y legítima; la del gobierno de los sabios,
confiándose el poder supremo a uno solo asistido del consejo de los demás.
Las otras formas de gobierno son corrupciones de la primera y no se realiza la
justicia.
La timocracia o la timarquía.- es cuando usurpan el poder los guardianes; es el
gobierno de la honra que se caracteriza por la ambición, el espíritu belicoso y
corresponde al hombre orgulloso, sediento de honores y distinciones.
La oligarquía.- enriquecidos los guardianes con sus rapiñas, la timocracia da
lugar a la oligarquía, que vincula el poder a la fortuna. Entonces la política se
inspirará en consideraciones económicas; es el modelo del gran avaro que sólo
vive para atesorar.
La democracia.- el desequilibrio producido por el exceso de enriquecimiento de
los menos, provoca la democracia, el gobierno de la multitud, que aspira a la
igualdad absoluta, pretendiendo borrar todas las diferencias.
La tiranía.- la democracia desemboca en el desorden, el cual es aprovechado
por un sujeto audaz que se coloca en el poder y lo pone a su servicio y
beneficio. Aparece el hombre violento y sin freno, cuyos excesos provocan la
reacción de los más decididos y su derrumbamiento cierra el ciclo constitucional.
En “El Político” tiene en cuenta para la clasificación del gobierno el número de
los que participan directamente en él y el hecho de que se gobierne conforme a
las leyes o al margen de ellas (en la ilegalidad). Habla de tres formas legítimas y
tres ilegítimas del gobierno.
Las formas legítimas son: la monarquía o realeza, la aristocracia y la democracia
moderada, según gobierne uno solo, una minoría (generalmente ricos), o el
conjunto de los ciudadanos.
Las formas ilegítimas o corruptas son: la tiranía, la oligarquía y la democracia
turbulenta (demagogia).
En la clasificación hay preferencia y consecuentemente, jerarquía. La
monarquía es la mejor de las formas legítimas y la democracia la peor, mientras
que la menos mala de las ilegítimas es la demagogia, ya que es aceptada por la
mayoría durante algún tiempo. La peor es la tiranía.
En “Las Leyes” habla Platón de una forma mixta de gobierno, que viene a
resultar una mezcla de monarquía y democracia, que es la forma que mejor
asegura la paz social.
5. Aristóteles.
Nace en Estagira, Macedonia (382-322 a.c.). Recibió del Rey Filipo el encargo
de educar al príncipe heredero Alejandro. En 335 a.c. funda en Atenas el Liceo.
Frente al idealismo platónico opone Aristóteles un realismo moderado y un
espíritu analítico apegado a los hechos. (esa disparidad de pensamiento la
ilustra Rafael en el famoso cuadro “La Escuela de Atenas”. Es el precursor de la
cosmovisión realista.
Entre sus obras destacan fundamentalmente: Ética a Nicómaco, Ética a
Eudemo, La Gran Ética, La Política, Lógica, Retórica, República de los
Atenienses o Constitución de los Atenienses (esta última descubierta en 1891)
Aristóteles busca la esencia universal de la realidad en las cosas mismas. La
realidad sensible es inteligible y nuestro entendimiento puede descubrir la idea
oculta en el objeto sensible mediante la abstracción. (proceso del conocimiento
en la lógica tradicional aristotélica).
Sostiene una concepción teleológica del mundo (“todas las cosas existen para
un fin y a él se enderezan, alcanzando su perfección en cuanto cumplen su fin”).
El todo es antes que las partes, ya que cada objeto en particular sólo es
comprensible en función del todo. El hombre se dirige a fines propios con
conciencia y libertad, y no de modo necesario, como los demás seres. De aquí el
enlace entre la ética y la política con la metafísica.

La felicidad ha de buscarse en la contemplación de la verdad y la adhesión a


ella. El medio para realizarla o conseguirla son las virtudes. Todas las virtudes
consisten en actos que resultan del esfuerzo del hombre por someter sus actos
a la razón y a los fines supremos de la naturaleza.

En el libro “Ética a Nicómaco”, Aristóteles desarrolla su teoría de la justicia. En


un sentido amplio la Justicia equivale al ejercicio de todas las virtudes, referido a
otro (alteridad). En sentido restringido, la Justicia es una virtud ética particular en
la que se da, además de la alteridad, la igualdad.
El principio de igualdad puede aplicarse de dos maneras, dando así lugar a dos
especies de Justicia: la Justicia distributiva y la Justicia correctiva o
sinalagmática, que a su vez se subdivide en conmutativa y judicial.
La Justicia distributiva se realiza en forma de “proporción geométrica”, ya que
tiene por objeto el reparto de honores y bienes de acuerdo con los méritos. Este
principio de igualdad es el que postula una desigualdad de trato, que siendo los
méritos distintos, también lo han de ser los premios.
La Justicia correctiva o sinalagmática no mira a las personas en primer término,
sino a las cosas. Lo que se mide es el beneficio o el daño que los sujetos
puedan experimentar. Así, esta se realiza en forma de “proporción aritmética”.
La Justicia conmutativa es cuando en ella interviene como elemento principal la
voluntad de los interesados.
La justicia judicial es cuando se impone incluso contra la voluntad de uno de
ellos, por decisión del juez, como sucede en el castigo de un delito.
Aristóteles distingue también entre “lo justo natural” y “lo justo legítimo o
convencional”.
Lo justo natural es aquello que siempre y en todas partes es tal,
intrínsecamente, con independencia de una voluntad humana.
Lo justo legítimo o convencional es aquello que en un principio es igual realizarlo
de una manera o de otra; pero cuando es recogido por la ley, se constituye como
obligatorio.
Tanto lo justo natural como lo legítimo integran “el orden normativo de la
Ciudad”.
La doctrina de la Justicia se halla completada con la doctrina de la equidad. La
ley tiene un carácter general y no se acomoda necesariamente de una manera
exacta a la realidad y a los casos particulares sobre todo. De allí entonces que
sea preciso superar esta tensión entre la generalidad abstracta de la ley y la
singularidad concreta de los casos reales, mediante la equidad. La equidad es la
Justicia del caso concreto.

En su obra “La Política” desarrolla su filosofía política. El hombre es un “zóon


politikón” un animal que por naturaleza es social. Es decir, por exigencias de su
propia esencia es llamado a vivir en la polis. El hombre no sólo es social, en el
sentido que lo son los demás animales, sino que es asimismo “político”, y sólo él
es político. “El hombre es hombre en la medida que es animal político: fuera de
la polis sólo cabe imaginarse a un superhombre o a un infrahumano”. (solamente
los dioses y las bestias pueden vivir solos, los hombres no). La polis es la
condición de una vida humana buena. La polis es antes que los individuos y que
las distintas agrupaciones que la integran como partes. La polis constituye
históricamente el último peldaño de un proceso ascendente de sociabilidad:
familia, aldea, polis.
Acepta Aristóteles la esclavitud como institución natural, la cual se justifica por la
incapacidad de ciertos hombres para gobernarse a sí mismos, por lo que han de
someterse al gobierno de otro. Por naturaleza hay pues, hombres que nacen
libres y otros esclavos.
Además de la esclavitud natural, Aristóteles sostiene que hay esclavos que lo
son por la ley o la convención, como los que cayeron en virtud de la guerra en
cautiverio.
Declara ilícita la esclavitud de los griegos, ya que éstos por naturaleza son
libres.
La polis constituye la forma suprema de la convivencia humana y es la garantía
de la justicia entre los hombres.
La justicia se realiza a través de un derecho positivo, de leyes generales,
escritas o consuetudinarias.
El derecho es una institución necesaria, que constituye, además, una condición
de la libertad, por cuanto transforma la relación personal de subordinación de
unos hombres con respecto a otros, en la común sumisión de todos a un
principio impersonal (ley). La ley por ser “la razón desprovista de pasión”, ha de
llegar a ser en la sociedad política la suprema autoridad. Por ello, en la ciudad
hay elementos naturales y permanentes junto a otros, convencionales y
mutables.

Aristóteles distingue entre formas de gobierno Puras (monarquía, aristocracia y


democracia moderada o “política”) y formas de gobierno impuras (tiranía,
oligarquía y democracia radical o demagogia), diferenciadas según se gobierne
en beneficio o interés general o en el propio o personal.
La oligarquía tiene como base la riqueza; la monarquía y la aristocracia, la
superior virtud de uno. La tiranía tiene por base la violencia y el engaño. La
sabiduría es el único título de gobierno.
El ciclo constitucional queda resumido así: De la monarquía a la tiranía, de ésta
a la aristocracia, de ella a la oligarquía y de ésta a la democracia.
Propugna por la estabilidad del Estado a través de la existencia de una fuerte
clase media que debe constituir la sociedad (la aristocracia de la clase media).
Distingue en el gobierno una actividad deliberativa (legislativa), una ejecutiva y
otra judicial (división de funciones).

6. El Helenismo.
La doctrina de Aristóteles fue la culminación de la Filosofía en Grecia. Después
de él, sólo encontramos algunas figuras secundarias, que cultivaron temas
particulares, preferentemente el de la Ética.
La decadencia helénica comprende cuatro tendencias principales: el estoicismo,
el hedonismo o epicureísmo, el escepticismo y el eclecticismo.

El estoicismo.- el universo es regido fatalmente por la razón. El ideal humano del


estoico es el sabio que se gobierna exclusivamente por la razón, sin dar lugar a
los impulsos de las pasiones, las cuales son juzgadas como malas. Gracias a la
razón se adquieren las virtudes y, por ende, la felicidad. La impasibilidad es el
grado más alto de la vida estoica. El estoico tiene que renunciar a los placeres y
soportar los dolores y penalidades propias. Decía Séneca: “si accedes de grado,
el destino te llevará; si no, te arrastrará a la fuerza”. Principales representantes:
Zenón de Cicio, Séneca, el emperador Marco Aurelio, Epicteto y Posidonio.
El hedonismo.- el placer es el valor supremo al cual se han de subordinar todos
los demás. La regla de conducta práctica es, “procurar el máximo de placer, con
el mínimo de dolor” La virtud no es sino un medio subordinado al placer.
Principales representantes: Epicuro y Lucrecio.

El escepticismo.- consiste en la duda acerca de todo. El escéptico prefiere


abstenerse de juzgar, oscila entre la afirmación y la negación. Un escéptico no
puede argumentar nada, pues, con eso, automáticamente se traicionaría (y es
que lo que rechaza el escéptico es justamente que al argumentar, se pueda
proponer alguna verdad con razones: nuestra razón no nos alcanza para
alcanzar la verdad). El argumento del “diadelo”. Principales representantes:
Pirrón, Enesidemo, Carnéades y Sexto Empírico.

El Eclecticismo.- el ecléctico mantiene una postura abierta a todas las


influencias; analiza y escoge las tesis que adoptará, entre las de tantos
pensadores estudiados (sentido aceptable del eclecticismo). Por otro lado, el
ecléctico puede ser la persona que sin ninguna unidad, estructuración, o espíritu
crítico, se dedica a estudiar y a mezclar cuantas corrientes diversas va
encontrando en los libros (sentido inaceptable del eclecticismo). Principal
representante: Marco Tulio Cicerón.

Teoría de Epicuro.
El ideal ético de Epicuro es el hedonismo. Ha de buscarse el placer y el goce en
la vida Pero hay jerarquía entre los placeres, por lo que el sabio ha de anteponer
el placer espiritual al sensible, el sereno al violento. La virtud es el dominio de
los sentidos por el entendimiento.
Entre los goces más sinceros, puros e intensos de la vida figura la amistad. Al
matrimonio se le juzga negativamente.
La sociedad, la justicia, el derecho, no encuentran su fundamento en la
naturaleza de las cosas, sino en la convención humana. Su validez es relativa ya
que se basa en la utilidad. Los hombres pasaron del estado salvaje (la lucha de
todos contra todos) al acuerdo de paz, buscando en este pacto la propia
conveniencia. El derecho logra ante todo la seguridad de la paz.
Epicuro aconseja un abstencionismo político y social, pues recomienda la vida
apartada y huir del bullicio. Se ha de sacrificar el interés público al privado.

Ética de Zenón de Cicio.


“Vivir de acuerdo consigo mismo” y “vivir de acuerdo con la naturaleza” son sus
dos fundamentales fórmulas. Vivir de acuerdo con la naturaleza equivale a vivir
de acuerdo con la razón. Las pasiones son enfermedades del alma. La vida
virtuosa es el imperio de la razón sobre los sentidos. Hay cierta hostilidad
respecto al matrimonio. Zenón postulaba la “comunidad de mujeres”. El sabio
podrá dedicarse a la vida política, pero preferentemente como consejero,
eludiendo el gobierno directo.
Nada valen las diferencias por razón del nacimiento. Repudia la esclavitud,
alegando que esta es puramente convencional y no natural.
A la comunidad universal del género humano corresponde un derecho también
universal. Así pues, el Derecho natural es idéntico a la ley de la razón. Los
postulados del Derecho natural son obligatorios para todos los hombres en
cualquier parte del mundo.

7. Polibio.
Oriundo de Megalópolis, Polibio (201-120 a.c.) aparece como el enlace espiritual
entre el pensamiento helénico y la romanidad.
Roma debe a Polibio la primera “filosofía de la historia”, cuya clave es una teoría
del gobierno mixto..
Su obra se titula “Historia” compuesta por 40 libros. En el libro V atribuye la
grandeza de Roma a la forma mixta de gobierno que instintivamente supo darse.
Este gobierno mixto estaba representado por los cónsules que eran el elemento
monárquico, el senado, el elemento aristocrático y las asambleas populares, el
democrático. Los tres poderes se equilibran y limitan entre sí, impidiendo el
exclusivo unilateral predominio de cualquiera de uno de ellos (sistema de frenos
y balanzas). Se afirma ya aquí pues que la división equilibrada de poderes es la
mejor garantía de estabilidad política. Cicerón será el más elocuente seguidor de
esta posición.

ROMA.

1. El derecho público de los romanos.


En sus orígenes Roma se constituye como una ciudad-estado, formada de
tribus que vivían en las colinas vecinas.
Se regía por una forma monárquica, y además del rey, existía un senado y
una asamblea, la “comitia curata” (asamblea integrada por patricios), cuya
función primordial era elegir al monarca.
Clases sociales: patricios y plebeyos.
Los asuntos del estado estaban en manos de los patricios.
Una sublevación por parte de los plebeyos trajo como consecuencia la
formación de una nueva asamblea llamada “comitia centuriata”, integrada por
patricios y plebeyos.
Se establece la república hacia el año 500 a.c., en la que patricios y plebeyos
gozan de iguales derechos civiles y políticos.
La nueva asamblea elige dos cónsules (magistrados superiores de la
república).
Se crea La Pretoría: pretores (magistrados).- encargados de la función
judicial.
Se crea La Censoría: censores (magistrados).- encargados de la función
administrativa.
Los plebeyos crean una nueva asamblea, propia, “comitia tributa” o
“concilium plebis” y eligen representantes (tribunos).
Con el tiempo el “concilium plebis” se constituye en el órgano legislativo más
importante.
La “comitia centuriata” actúa como tribunal supremo en las causas criminales
y decide la guerra y la paz.
La “comitia curata” sobrevive y conoce de los asuntos religiosos.
El senado conserva su carácter aristocrático y sus miembros ocupan altos
puestos en la administración.
Roma inicia su movimiento de expansión territorial hacia el exterior,
convirtiéndose en el gran conquistador.
Como consecuencia, cesa el movimiento democrático de la ciudad y se crea,
poco a poco, un sistema imperial de gobierno.
Aparecen “los prefectos” encargados de gobernar los estados conquistados.
En el año 90 a.c. se concede de hecho la ciudadanía a todos los pueblos
conquistados bajo el imperio romano.
Se divide en provincias el territorio conquistado, apareciendo a la cabeza de
cada una, un “procónsul” o “propretor”.
Se reconoce el latín como lengua oficial del imperio romano.
Se aplica un sistema general de derecho en el imperio.
Aparece la idea de que el emperador tiene un origen divino..
Las reformas administrativas de Diocleciano y Constantino reconocen
definitivamente, el sistema imperial (año 300 d.c.).

2. La concepción romana del Derecho Natural.

a. Cicerón.
Marco Tulio Cicerón (106-43 a.c.) tuvo el mérito de haber difundido el
pensamiento griego entre los romanos. Gran orador, brillante y pulcro, a
la vez que elegante escritor. De esmerada formación, fue célebre en el
ejercicio de la abogacía. Magnífico polemista y retórico incomparable.
Entre sus obras, destacan: “De re publica”, “De Legibus”, “De Officiis”,
que encierran su doctrina jurídico-política.
Su posición es más bien ecléctica respecto a las doctrinas post-
aristotélicas, si bien hay un predominio de las ideas estoicas adquiridas
de su maestro Posidonio.

La ciencia del derecho no nace del mero conocimiento de los edictos de


los pretores o de la Ley de las XII Tablas, sino del seno de la Filosofía.
Esta nos enseña que hay en todos los hombres una razón común que
proviene de Dios, y es la ley misma. La ley es pues la recta razón en
cuanto manda o prohíbe, ya que está de acuerdo con la naturaleza. “el
verdadero derecho es la recta razón conforme a la naturaleza, es de
aplicación universal inmutable y eterna. Llama al hombre al bien con sus
mandatos y aleja del mal mediante sus prohibiciones”.
Este derecho, por tanto, será obligatorio no sólo en Roma y en Atenas,
sino en todos los pueblos y naciones y en todas las épocas. El Derecho
Civil será la aplicación del Derecho Natural eterno.
Una ley para que sea justa deberá estar de acuerdo con los postulados
morales fundamentales del Derecho Natural, y no lo será porque haya
sido promulgada por el Estado. La Ley natural no depende ni del senado
ni del pueblo, ni necesita de intérpretes, es una ley única en el tiempo y
en el espacio.
Profesa un igualitarismo social. Los hombres son iguales, no de una
manera absoluta, pero sí en una esencial dignidad, por cuanto todos
poseen razón y un conocimiento general de lo honesto y deshonesto, de
lo justo y de lo injusto.
En “De Officiis”, señala que es una injusticia el no dejar a los extranjeros
que vivan en nuestras ciudades o el permitirles el comercio pacífico.
La violencia es un recurso irracional para resolver las disputas entre los
hombres. Condena la guerra cuando no la impone la legítima defensa.
La realización de la justicia, o sea una ordenada convivencia humana, es
el fin esencial de la sociedad política, que es la “res publica” o “res
populi”.
El fin del gobierno es el bien del pueblo. Se inclina por la forma mixta de
gobierno de que es prototipo Roma.
El principio del bien común se traduce en la exigencia de que el ejercicio
del poder ha de ajustarse al derecho.
El pueblo es la fuente de la autoridad.
Caracteriza a la tiranía, como el ejercicio injusto de un poder ya poseído.
Hace referencia a la dictadura, que entiende como la concentración
excepcional y transitoria del poder en tiempo de guerra.

b. Concepción romana del derecho.


Durante los primeros siglos de Roma, el derecho está íntimamente unido,
casi pudiéramos decir subordinado a la religión, aun cuando tenía sus
características peculiares. De allí que distinguieran entre el “fas”, derecho
sagrado (lex divina) y el “jus”, obra de la humanidad (lex humana), que
era un conjunto de reglas de conducta fijadas por la autoridad y que los
ciudadanos estaban obligados a obedecer.

El derecho es, nos dice Celso, el arte de lo que es bueno y de lo que es


equitativo. Los tres grandes preceptos que fundamentan el derecho son:
vivir honestamente, no dañar a otro y dar a cada quien lo suyo.

De “jus” se derivan “justitia” y “jurisprudentia”.


La justicia es la cualidad del hombre justo. Ulpiano la define como: la
constante y perpetua voluntad de dar a cada quien lo suyo.
La jurisprudencia o ciencia del derecho es: el conocimiento de las cosas
divinas y humanas y la ciencia de lo justo y de lo injusto.

Distinguieron los romanos entre derecho público y derecho privado.


El “jus publicum” comprendía el gobierno del Estado; la organización de
las magistraturas, así como “jus sacrum” que se refería al culto y al
sacerdocio, de igual modo que las relaciones de los ciudadanos con el
Estado o los poderes públicos.
El “jus privatum” concebido como aquel que regula las relaciones entre
los particulares. Así pues, se subdivide en: derecho natural, derecho de
gentes y derecho civil.
El “jus naturale” era: el conjunto de principios emanados de la voluntad
divina, apropiados a la misma naturaleza del hombre, e inmutables,
porque son perfectamente conformes con la idea de lo justo.
En su concepción del derecho natural los romanos no olvidaron el
concepto estoico de que los hombres eran esencialmente iguales y las
discriminaciones (por razón de sexo, clase, raza o nacionalidad) eran
injustas y contrarias a este derecho.
El “jus gentium” era aquel de que podían participar tanto los extranjeros
como los ciudadanos. Es: el conjunto de reglas aplicadas a todos los
pueblos sin distinción de nacionalidad. Gayo, decía: lo que la razón
natural estableció entre los hombres y se observa por todos los pueblos,
es llamado jus gentium, por ser el derecho que todas las gentes emplean.
El derecho de gentes se acerca mucho al derecho natural, pero no cabe
confundirlos ya que por ejemplo la esclavitud es admitida por el derecho
de gentes y en cambio es contraria al derecho natural.
El “jus civile” era el derecho propio de la ciudad de Roma, por ser
aplicable y comprender las instituciones propias de los ciudadanos
romanos.

Distinguieron también los romanos entre: “jus scriptum” (derecho escrito)


y “jus non scriptum” (derecho no escrito). El primero es el que tiene un
legislador que lo ha promulgado. El segundo está integrado por el uso, la
tradición, la costumbre.

c. Libertad y esclavitud.
Séneca, el estoico romano, pidió una regulación más humana de la
esclavitud, lo cual realizaron algunos emperadores. Era libre el esclavo
que fuera abandonado por su amo en virtud de enfermedad o vejez,
según disposición del Emperador Claudio. No se debía matar a los
esclavos sin sentencia de un magistrado, lo mismo que aplicar tormento
sin proceso o sentencia de algún magistrado. Augusto, con ideas
humanitarias hizo disminuir grandemente el número de los esclavos.

d. Matrimonio
La influencia del estoicismo también alcanzó al matrimonio, al contribuir
gradualmente a la emancipación de la mujer en relación con su marido.
La Ley Julia de Adulteris, dada por Augusto, abolió el poder de vida y
muerte del marido sobre la mujer en el matrimonio “cum manu” (tipo de
matrimonio en donde la mujer pasaba a depender de la manus de su
esposo, es decir, mantenida por el marido, sin heredar con respecto a su
familia de sangre). La mujer llegó a ser independiente del marido, pero sin
llegar a adquirir derechos políticos u ocupar cargos públicos.

e. Patria Potestad.
El poder supremo que tenía el pater familias romano sobre las personas y
bienes de sus hijos nunca fue totalmente abolido, pero sí mitigado poco a
poco por una serie de medidas tomadas. Caracalla prohibió la venta de
los hijos, salvo en caso de extrema miseria. Adriano castigó los abusos
del derecho del pater familias a matar a sus hijos. Se estableció en el
período imperial la obligación del padre de alimentar a sus hijos.

f. El Imperio Universal.
La concepción estoica del “Imperio Universal” coincide con la del
“Imperium Romanum”, al hacerse real en la medida de lo posible, el
concepto estoico de un Estado mundial con una ciudadanía común y un
derecho de igual naturaleza.
g. Los jurisconsultos romanos.
Destacan como grandes figuras que los hacen clásicos del Derecho
Romano: Gayo, Enecerius, Ulpiano, Celso, Labeón, Capitón, Sabino,
Proculo, Papiniano, Salvio Juliano, Scaevola, Julio Paulo, Modestino,
Hermógenes, Téofilo, etc.

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