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02/Diciembre/2022
La película “el cisne negro” trata de una joven bailarina de ballet muy ejemplar a lo largo de
su trayectoria, en el transcurso de el filme se presenta poco a poco como la protagonista
llamada Nina , se fragmenta y ocurre una fractura psíquica en ella la cual se manifiesta en
su cuerpo.
Nina es elegida para interpretar el papel protagónico de la puesta en escena, algo que ella
siempre había querido; interpretar ese papel tan deseado la lleva a tener que confrontarse
con su sexualidad, su feminidad y su costado más seductor y sensual del que no se puede
apropiar. En su caso acceder a ser mujer implica romper con el lugar de "pequeña princesa·
y “dulce niña” al que su madre la tiene condenada.
La madre de Nina es castradora, intrusiva, controladora, una madre devoradora que trata a
su hija sumisa como objeto para enmendar su fracaso en el baile e intenta adjudicar en ella
su ideal de perfección y pureza.
Ser la dulce niña no es compatible con el despertar de su cuerpo que le es exigido para el
papel del cisne negro, el despertar de sus pasiones y sexualidad fracturan la rigidez,
inflexibilidad, perfección que se su madre me habría construido.
La sexualidad para la protagonista tiene además una connotación maligna que le produce
un desarreglo confrontando a un cuerpo biológico que no está habitado ya que a lo largo de
su proceso de fragmentación se ve reflejada y proyecta sus deseos en otras personas.
Vemos que ella es incapaz de representar el papel de Cisne Negro sino que lo encarna en
su alucinación, vemos como ella no representa sino que ella es el cisne en su alucinación.